2.10 ¿A quién debe ir enfocada la Propuesta de Valor?
En base a lo anterior, y si volvemos al concepto de “Propuesta Única de Valor”
aprendido en el módulo de Modelo de Negocios, nos surge la siguiente duda en estos casos: ¿a quién debe ir enfocada la Propuesta de Valor? ¿Al usuario o al cliente? Y la respuesta es a ambos. Han existido muchos casos, por ejemplo, de softwares educacionales que compran los directivos del colegio para mejorar la administración o gestión interna y, a la hora de implementarlas, los profesores al no percibir el valor, no la utilizan. Esto, para cualquier negocio, es fatal, pues al no poder demostrar que agrega valor, la tasa de recompra baja a cero.
Ya identificado el perfil del cliente y sus características, se debe indagar en el
problema que poseen los integrantes de este segmento. Los ejercicios que se sugieren son para contrastar las hipótesis y prejuicios que se tienen del segmento y sus problemas, con el propio segmento de clientes potenciales. En general, lo que se realizan son entrevistas y encuestas que permiten recabar información de la importancia que tiene el/ los problemas para los clientes y generar rankings de importancia de las problemáticas identificadas.
Una vez con la problemática modificada, bien redactada y caracterizada, se
procede a la creación de un Producto Mínimo Viable (PMV). Este concepto se refiere a la creación de los primeros prototipos. En este caso se le llama así, porque a diferencia de un prototipo que es un producto de menor calidad, lo que busca es poder representar las funcionalidades y características más relevantes según los clientes para solucionar sus problemáticas. Un Producto Mínimo Viable es una herramienta para capturar el feedback de potenciales clientes y mejorarlo, por eso es que cumple las funcionalidades principales, las demás se irán co-construyendo con los propios clientes. Este concepto es aplicable tanto para productos tangibles como para intangibles o servicios. Uno de los ejemplos clásicos es el de la empresa DROPBOX (empresa de almacenamiento de archivos y datos en línea), cuyo MVP fue un video, lo que permite inferir que aún no construían bien la solución cuando crearon un video demostrando lo que iba a ser su producto. A partir de esto, mucha gente se interesó y otra no, pero le aportó feedback. De esta forma, Dropbox se convirtió en una empresa valorada en más de 10.000 millones de USD.
Ya con el feedback de la solución, se pueden seguir incorporando funcionalidades
que se acerquen más a los requerimientos de los clientes o, si se descubre que no hay mucho interés, se debe pivotar y volver al inicio para pensar en las variables ya descritas. Uno de los grandes miedos o vergüenzas típicas que se dan en este contexto es la de desarrollar un MVP lo más parecido a un producto final para no arriesgar, con la creencia de que se puede desperdiciar esa oportunidad, si el producto está en un nivel muy verde. Sin embargo, en este caso la estrategia es diferente, ya que lo que buscamos es no hacer el producto final intencionalmente, para poder incluir a los propios clientes y sus opiniones como creadores de la solución.
Finalmente, en esta etapa, se plantea que se debe revisar el modelo de negocios
planteado y determinar en cada una de las “iteraciones” si es que se siguen validando hipótesis o se avanza hacia la próxima fase: Validación de clientes.