Está en la página 1de 5

Jonathan Sánchez Munera y Mariana Herrera Agudelo

José Andrés Quintero Restrepo


Literatura de la edad media y renacimiento 
14 noviembre 2019

paralelismo de la luz desde las obras divinas de santa Hildegarda y la Divina comedia de
Dante Alighieri.

«La luz es bella en sí misma, porque su naturaleza es sencilla y lo abarca todo. Por tanto,
posee la proporción más perfecta, porque es de lo más uniforme e interiormente concorde, y la
armonía de las proporciones es la belleza. Por tanto, la luz es bella y deleita sobremanera a la
vista, incluso sin poseer la armónica proporción de las figuras corpóreas».  Robert Grosseteste.

Al hacer referencia al medioevo se entiende que este ha sido tomado como una
época oscura, sin embargo, se puede apreciar en gran parte del pensamiento filosófico e
incluso en autores como Hildegarda y dante, que existía una preocupación especial por la
representación que se hacía de la luz, y de cómo se podía explicar la esencia de esta a través
de un pensamiento metafísico. Lo anterior se logra evidenciar en gran parte del desarrollo
cultural de la época y en los autores mencionados anteriormente, para los cuales la luz
representa un principio de belleza o entendimiento divino y es a su vez sustancia ígnea de la
esencia de Dios. Por tal motivo, la intención del presente ensayo es esbozar a través del
imaginario medieval los paralelismos que se hayan entre el libro de las obras divinas de
santa Hildegarda y la divina comedia de dante Alighieri en los cuales se emplea la luz como
principio fundamental de la esencia de Dios.

Antes de abordar este tema, es necesario tener en cuenta, como se había mencionado
anteriormente que el medioevo a sido considerado generalmente como una época oscura,
sin embargo, si observamos detenidamente, en la edad media la luz pasó a convertirse en un
tipo de signo, el cual se proyectó desde el imaginario cristiano, es decir, dentro del
pensamiento escolástico. Se la identificaba con la idea de bien, aunque, este bien se
entendía principalmente desde un postulado ético, se hacía un esfuerzo para intentar
comprenderla a partir de la racionalidad, pero sin tener que renunciar al principio de la Fe,
de esta forma, se dotó a la luz de un sentido de trascendencia e inmanencia, ya que dicha
lux veri provenía de la esencia Divina (macrocosmos). Todo este pensamiento partió desde
las mismas escrituras cuando en el principio “Dios dijo hágase la luz” y luego “vio dios que
la luz era buena”. Téngase en cuenta que la luz en un principio fue entendía como pulchrum
y más adelante en una traducción al griego, entendida como Kalós (belleza). Sin embargo,
aunque todas estas concepciones varían, en todas se la piensa como bueno (bonum), como
bondad, pureza y queda, intrínseca la idea de belleza como obra del creador.

Este fue un paso, para que la luz se convirtiera en el soporte medieval, con el cual se
pudiera reafirmar la esencia divina y la potencia de Dios que se manifiesta a través de esta,
la luz logra impregnarse en las cosas y dotarlas de una forma definida, al contrario de lo
que pasa en las tinieblas donde no existe forma concreta. Con el nacimiento de esta
metafísica de la luz se abrieron las puertas a toda una creación teológico - artística, por
ejemplo, tenemos por un lado, el surgimiento de la implementación de vitrales en las
catedrales, con los cuales se buscaba que  al ser golpeados por la luz, se convirtieran en un
elemento que simbolice la presencia de dios en la tierra; asimismo, en el arte pictórico se
comienza a representar dicho “Splendor” como el reflejo de una idea extrasensorial y
trascendente que idealiza de modo alguno todo aquel brillo divino, por otro lado llega
incluso abarcar gran parte de la composición literaria de la época.

En las manifestaciones de Hildegarda, la presencia que la santa describe es la de un


Dios que adquiere un aspecto humano, pero siendo este, un ente que brilla de forma
deslumbrante, tanto así, que como lo describe la misma, sería más fácil mirar el sol que a
dicha deidad. la luz es en sí inmanencia divina, es decir, no puede estar por fuera de los
atributos de Dios, puesto que Dios es la perfección que todo lo irradia, el rayo que enciende
la conciencia e ilumina la mente para disipar las tinieblas. En la primera manifestación se
puede empezar a observar todo este juego con la luz y como ésta denota la esencia de Dios;
una esencia que se rige desde la idea de belleza y esplendor y la cual viene acompañada de
un sentido mistérico. Se puede observar por otro lado, como el tema de la luz comienza a
simbolizar el pensamiento, concepto que no es extraño, ya que, se le conoce por el mito de
Prometeo el cual le dio el fuego de los dioses al hombre, el fuego como representación del
conocimiento; sólo que, en este caso, es Dios mismo quien dota al hombre de vida y le
brinda la capacidad de razonar.  
Siguiendo con el anterior párrafo, el alma es en un sentido espiritual la luz divina
que penetra en el cuerpo, por tal motivo, se comprende a la razón como un don de dios
otorgado al hombre, para que ilumine su vida y alcance por medio de esta la salvación.
Comprendiendo que tan sólo por medio del intelecto se logra alcanzar una comprensión de
Dios. 

Ahora bien, en la representación dantiana, se pueden encontrar de igual forma


factores semejantes a los presentados en la obra de Hildegarda y que sirven para elaborar la
comparación que se pretende evidenciar entre ambos autores, es así como ascender por la
luz que nos presenta Dante es un abrirse a la conciencia, es el intelecto en
extrema iluminación. 

Por ello, la luz desde una concepción eminentemente Dantiana es el reflejo de la


sabiduría, Dante en el infierno puede ver a pesar de que este sea completamente oscuro,
porque tiene por luz aquello que sabe y lo que no sabe lo imagina, por lo cual, la
imaginación es la luz especial de la inteligencia, de este modo, el intelecto de amor al que
se refiere Dante es la realidad vinculada con la luz que clarifica las ideas y el camino. Esto
se puede evidenciar en una frase que virgilio le dice a dante al llegar al purgatorio “como
hace mucho rato ves a través de las tinieblas, tus imaginaciones te confunden” esto nos
lleva a entender que Dante, al no saber algunas cosas las imagina, lo que le lleva a
confundir la realidad con su imaginación. 

De esta forma, se infiere que las tinieblas confunden, por su apariencia engañosa, lo
oscuro logra atrapar y confundir las mentes débiles, lucifer se convierte en el portador de
una luz oscura que ciega por su soberbia y de la cual sólo es posible salir dominando
aquella turbación por medio de la luz de la razón, para obtener la gloria, la felicidad y la
protección divina. Por tal motivo quien va a guiar a Dante por el infierno será Virgilio el
cual representa la razón, aunque sea un autor pagano, el mismo Dante representa al hombre
y Beatriz por su carisma e inmaculada esencia representa la fe. Al llegar al paraíso, dante y
Beatriz pasan por uno de los círculos que es el sol en el cual ambos brillan aún más y a lo
lejos, pueden ver un punto de luz que es Dios, lo que se entiende como que al ver la luz de
Dios se sabe que quien la ve es por lo mismo sabio y posee la sabiduría que Dios le otorga.
En la obra se puede percibir el juego de contrarios, bueno - malo, luz - oscuridad,
equiparando la luz con lo bueno y la oscuridad con lo malo y yendo más allá, la luz como
principio de la razón y la oscuridad como el pensamiento ennegrecido. Es básicamente, en
aspectos como estos en los que se logra vislumbrar aquella prelación de los medievales por
el tema de la luz y lo que esta significaría en adelante para su concepción cristiana. 

Por lo tanto, como se ha observado, para el pensamiento medieval la luz jugó un


papel muy importante, aunque, como se evidencia, es en gran parte desarrollado desde una
tendencia teológica. Pero esto no es en si un problema para considerar lo que se planteó
desde el inicio; puesto que desde la misma obra artística la luz fue considera estéticamente
como la máxima idea de belleza, por su carácter puro e inmutable; además de que
representa la imagen de aquello que es eterno e inteligible.

A modo de conclusión, podría decirse que a diferencia de lo que se cree


generalmente, la edad media no fue tan “oscura”, pues el tema de la luz suscitó en las
medievales grandes preguntas a partir de las cuales se empezó a erigir todo un mecanismo
metafísico que explicaría por medio de la literatura lo que significó la luz para esta época y
para una concepción religiosa.  

Pdta.: El Medio Evo no fue en si tan oscuro, puesto que se iluminaba con el fuego de las antorchas en
las que se quemaban a los “herejes” (sarcasmo modo on).

También podría gustarte