Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
GRECIA Antigua Medicina
GRECIA Antigua Medicina
En ambos relatos los dioses no sólo están siempre presentes sino que conviven
con los humanos, compiten con ellos en el amor y pelean con ellos en la guerra y
hasta son heridos pero (claro) se curan automáticamente. No así los guerreros
mortales, cuyas heridas requieren los tratamientos de la medicina primitiva,
aunque ocasionalmente también se benefician de la participación de los dioses.
Había otras muchas teorías para explicar varios fenómenos naturales, como los
truenos y los rayos, los temblores, los cometas, el arco iris, etc., varias
contradictorias entre sí pero todas coincidiendo en buscar las causas y los
mecanismos dentro de la misma naturaleza y sin la participación de los dioses.
De modo que cuando los médicos hipocráticos empezaron a rechazar la
existencia de enfermedades divinas lo hicieron en un ambiente en donde tales
ideas ya no eran extrañas.
Pero hay otro antecedente histórico del concepto natural de las enfermedades,
que probablemente también influyó en la postura opuesta a lo sobrenatural de
los médicos hipocráticos. Se trata de una idea originada en Egipto por lo menos 1
000 años antes para explicar algunas enfermedades; los snw imaginaron que en
el contenido intestinal se generaba un principio patológico, un agente capaz de
pasar al resto del organismo a través de los metu o canales que comunicaban a
los distintos aparatos y sistemas entre sí, y de producir trastornos más o menos
graves en ellos. Este principio se conoció como wdhw y quizá representa el
primer intento en la historia de la cultura occidental de explicar varios síntomas y
hasta ciertas enfermedades sin la ayuda de los dioses o de fuerzas
sobrenaturales. Naturalmente, el whdw era totalmente imaginario, pero en este
caso la imaginación se mantuvo dentro de lo posible en el mundo de la realidad.
La idea del whdw tuvo consecuencias importantes entre los snw, quienes
basaron gran parte de sus medidas profilácticas y terapéuticas en ella:
los snw recomendaban a los sujetos sanos que se hicieran 2 o 3 enemas al mes,
para evitar la aparición de whdw, y desde luego los enfermos eran sometidos a
este tratamiento con mucha mayor frecuencia. El concepto del whdw pasó de
Egipto a la Grecia antigua, y sus resonancias influyeron a los médicos
hipocráticos.
HIPÓCRATES
Higiea, sentada junto a su padre Asclepio, da de comer a una serpiente. Este animal,
emblema del dios, era empleado en los rituales curativos de sus santuarios.
Foto: Erich Lessing / Album
Aquí surge una medicina empírica y racional, sin ningún elemento mágico ni
lastre religioso
Esa concepción de la physis o naturaleza como un conjunto de fenómenos que el estudio
debe explicar mediante razones y experimentos es común a los primeros filósofos, los
sofistas y los discípulos de Hipócrates. Por ello escriben esos textos en prosa clara y
sencilla, contando sus experiencias e interpretando los hechos según una teoría crítica
que los abarca y explica, sujeta a discusión científica. El médico intenta curar tomando
conciencia de las causas de la enfermedad y expone el método efectivo para enfrentarse a
ella. Aquí surge una medicina empírica y racional, sin ningún elemento mágico ni lastre
religioso, en claro contraste con tradiciones médicas mucho más antiguas, como la china
o la egipcia. Si es muy difícil valorar con criterio actual el nivel científico de esta medicina
–que ignora los microbios, la circulación de la sangre o la química moderna–, no deja de
ser ejemplar la orientación metódica y objetiva que caracteriza a esta téchne iatriké, el
oficio de la curación.
Frente a esta terapéutica metódica y racional (la de escuelas médicas como la de la isla de
Cos; la de la costa de Cnido, en Asia Menor, o la de Crotona, en la península
Itálica) aparecen en Grecia otros lugares donde se practica una medicina religiosa en
torno a los santuarios del divinizado Asclepio. Allí se promete a los enfermos un tipo
distinto de curación, que actúa milagrosamente por la intervención del dios sanador.
Impulsados por su fe, los enfermos acudían a los santuarios y se sometían a ciertos
cuidados y ritos purificatorios, que solían incluir baños y rezos, y especialmente la
incubatio, es decir, el dormir de noche sobre el suelo del recinto sagrado, donde les
llegaba, en sueños, la voz divina que los aconsejaba o sanaba.
En la cabecera del lecho de una mujer enferma aparecen Asclepio, que le impone sus
manos, y su hija Higiea. La escena corresponde a un relieve votivo procedente del
santuario de este dios en El Pireo, fechado hacia 400 a.C.
Foto: Bridgeman
Es asombrosa la fama del culto de Asclepio y de sus santuarios –en Cos, Epidauro, Atenas
y otras ciudades– desarrollada a partir del siglo V a.C. y aumentada en época helenística.
Asclepio, hijo de Apolo, era un dios benévolo y de aire compasivo. Las ruinas de algunos
santuarios atestiguan su prestigio y su riqueza, como sucede con el de Epidauro, con su
magnífico teatro. Por otra parte, las inscripciones conservadas en forma de breves exvotos
de los enfermos agradecidos, como los llamados iámata de Epidauro, testimonian
múltiples y pintorescas «curaciones» milagrosas del dios.