Unidad 4. Teoría Política I

#EncuentroDeResumenes es una iniciativa pensada, organizada y realizada por estudiantes que
formamos parte del espacio político #NuevoEncuentro de la FcPolit UNR. Entendemos que los
resúmenes existen, circulan y son una herramienta útil para complementar (y no reemplazar) las
lecturas obligatorias dadas por las cátedras. Creemos que el acceso a los resúmenes debe ser
democratizado y libre para todes y no sólo para algunes. ¡Sigamos construyendo una Facultad
inclusiva, popular, feminista y latinoamericanista!
UNIDAD 4. Teoría Política Moderna. Renacimiento y formación de los Estados nacionales. Autonomía de
lo político. Poder, coerción y consenso. Relación medios-fines. Instrumentalidad política de la religión.
República Romana. Economía de la violencia.
NICOLAS MAQUIAVELO: (1469-1527)

 Primera ruptura epistemológica.
 Separa la política de la moral y la ética.
 Estudia cómo realmente es la política no cómo debería ser (ǂGriegos y Cristianos).
 Concepción del tiempo espiralada.
Referencias históricas y metáforas son importantes como ejes para analizar el pensamiento político
moderno de Maquiavelo. Para él es imposible dar reglas ciertas sobre las cosas pero es necesario hacerlo
siempre después de aportar una masa de ejemplos y demostraciones.
Algunos ejes:
 Rol del intelectual: Asesorar y aconsejar.

 Virtud del príncipe: El príncipe debe ser como la zorra y el león. La zorra tiene astucia y puede
reconocer las trampas mientras que el león es fuerte y fiero. No sólo con la fuerza se puede adquirir
el poder.
 Pesimismo antropológico: de la generalidad de los hombres se puede sostener que éstos son:
“ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro. Mientras les haces bien,
son completamente tuyos: te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, pues –como antes
expliqué- ninguna necesidad tienes de ellos; pero cuando la necesidad se presenta se rebelan.
 Coerción y consenso. Coerción es la facultad de aplicar violencia como un León y el consenso es la
facultad de lograr unidad con astucia, como la zorra.
 Relación entre virtud y fortuna: metáfora del río y de los diques.
 La ocasión nace por la virtud de quien la utiliza y la virtud se ofrece para suscitar la ocasión. La tarea
del político consiste en aprovechar la ocasión confiándose en la fortuna. De esta trama de fortuna,
virtud y ocasión se da el carácter esencial de la política.
 El valor del gobierno para Maquiavelo se ve en si éste es estable o no. Utiliza el ejemplo de Roma
porque fue un sistema de gobierno que duró siglos ya que garantizaba el vivir libre.
 El conflicto es el elemento constitutivo de la política.
 Concepción de una ética pública relacionada con la política.
 Si es mejor ser amado, temido u odiado.
 Considerar a la fortuna y a la suerte como una mujer a la cual hay que dominar maltratándola.
 República Romana como modelo: gobierno mixto que permitió la participación de 3 sectores.
 Virtud y fortuna para mantenerse en el poder. Ejemplo del Duque de Valentino.
 Atomización de lo político en Wollin. Política con reglas propias. Las reglas son las necesarias para
ganar el juego. Hay que adaptarse a la necesidad.
 Cassiser: comparación de la política con el ajedrez, donde la eficacia se ve en ganar el juego (fin de
la política).
 Concepción del tiempo espiralada. Los acontecimientos se repiten pero no de la misma forma.
Historia como manual de aprendizaje. Conocimiento instrumental.
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 Utilización de engaño o astucia contra los males de la existencia. Carácter indiferente de los medios
si el fin es lícito. El delito para conquistar el poder no es advertido como mal, sino que es un medio
para llegar a algún fin.
 Maquiavelo apartado de la moral tradicional por las condiciones: los tiempos, la desunión interna y
la guerra extranjera.
El príncipe:
Fundamento de la política: violencia, matanzas, apariencias, engaños. En la política, el mal es más fecundo
que el bien. De éste surgen leyes, instituciones, etc. El objetivo de la política es llegar al poder, estabilizarse
y luego acrecentarlo.
Al Magnífico Lorenzo de Medici, el Joven.
Prólogo: Reconoce una dimensión del saber relacionado con la política.
 Conocimiento de la historia: Reconocer la experiencia de los hombres del pasado para

reproducirlas. Antiguos.
 Conocimiento práctico: Experimental de los cargos que él tuvo en el gobierno. Sucesos modernos.
Maquiavelo estudia el gobierno de los príncipes y dice que para conocer la naturaleza de los pueblos hay
que ser príncipe y para conocer la de los príncipes hay que pertenecer al pueblo – Importancia de reconocer
las posiciones desde donde se observa un fenómeno.
Capítulo 1: Primera aproximación a lo que hoy se conoce como Estado – unidades territoriales a través de la
homogenización y unificación territorial de Italia. Elemento impersonal o como figura del representante.
 Repúblicas (no es tratado este tema en el libro).

 PRINCIPADOS
Clases de principados
o Hereditarios: linaje del señor.
o Nuevos:
 Completamente nuevos.
 Adición al estado hereditario del príncipe que los conquista.
Los dominios están acostumbrados a vivir bajo el poder de un príncipe o deben conquistarse con: ejércitos,
fortuna o virtud.
Capítulo 2: Cómo se pueden gobernar y mantener los principados. Los hereditarios se conservan con más
facilidad que los nuevos.
Capítulo 3: Dificultades de los principados mixtos.
 Los hombres toman las armas contra el príncipe creyendo que cambiando de señor van a
mejorar.
 La reciente conquista agrava a los súbditos del nuevo príncipe.
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Si pertenecen a la misma zona geográfica es fácil conservarlo y sólo hay que eliminar la línea sucesoria del
príncipe anterior. La gente vive en paz si se mantienen las anteriores condiciones de vida ni se alteran sus
leyes o tributos.
Si son de lengua, costumbres e instituciones distintas se necesita gran fortuna e ingenio. El príncipe debería
residir en su nueva posesión, establecer colonias u ocuparlo con ejércitos. Las colonias son más baratas y
útiles.
En los asuntos de estado los males se curan pronto si se detectan a tiempo. Si se les permite desarrollarse
hasta que se reconocen ya no tienen solución. Las ansias de conquista son una cosa natural y normal. Si los
hombres realizan la conquista en momento oportuno serán alabados.
Regla general: Labra su propia ruina quien es causa del poderío de otro, ya que dicho poderío lo ha
motivado con el ingenio o con la fuerza y ambos resultan sospechosos al que se acaba de hacer poderoso.
Capítulo 4: Por qué razón el reino de Darío, que Alejandro había ocupado, no se rebeló contra sus sucesores
después de la muerte de Alejandro.
Los principados conocidos son gobernados de 2 modos: el primero, consiste en que lo haga un príncipe
asistido por súbditos que tienen la gracia del príncipe (es más difícil de conquistar pero fácil de conservarlo).
El segundo, se compone de un príncipe, asistido de nobles que tienen su puesto por antigüedad en la familia
y no por la gracia del príncipe (fácil de conquistar pero difícil de conservar).
 Monarquía Turca: Señor asistido por siervos que no se le oponen. Difícil de conquistar pero fácil de
conservar. La naturaleza del gobierno de Darío era similar a la del reino Turco. Alejandro se
encontró con un estado seguro.
 Monarquía Francesa: Rey entre una multitud de antiguos señores que son amados por sus súbditos.
Fácil de conquistar pero difícil de mantener.
Capítulo 5: Tres modos de conquistar un estado que antes de ser conquistado tenía sus propias leyes.
 Aniquilarlo. No hay forma más segura para poseerlo que garantizar su destrucción.
 Residir en él.
 Dejar que viva con sus leyes obteniendo tributos y creando una oligarquía que asegure la fidelidad.
Capítulo 6 y 7: Formas de adquirir principados nuevos, tanto por su príncipe como por una nueva
organización política. Metafora del ballestero y lo de la historia
 Virtud: La virtud permite reconocer la oportunidad u ocasión. Adquieren el principado con

dificultad pero lo mantienen fácilmente. Si lo hacen por la fuerza rara vez corren peligro. La otra
definición de virtud
 Fortuna: Es la ocasión que hace dichosos a los hombres (Moisés, Ciro, Rómulo, Teseo, etc.). Hierón
de Siracusa se convirtió en príncipe aprovechando una oportunidad, manteniendo con poco
esfuerzo lo que le había costado mucho conquistar. La fortuna hace alcanzar el principado con poco
esfuerzo pero se necesita mucho para mantenerlo.
 Armas.
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Capítulo 8 y 9: Se puede llegar de persona particular a príncipe de 2 formas. Economia de la violencia
 Ascenso de forma criminal o nefasta: Ejemplo de Agatocles quien a través de feroz crueldad,
inhumanidad y crímenes. No lo consiguió a través de virtud o fortuna.
La conservación en el poder de individuos traicioneros y crueles se debía al buen o al mal uso de la crueldad.
Bien usada se puede llamar la que se comete toda de golpe para asegurar la conquista y posteriormente no
se vuelve a emplear para que los súbditos se beneficien. Mal usada es aquella que infrecuente en un
principio, con el paso del tiempo aumenta.
Quien usurpe un Estado tiene que tomar en consideración todos los agravios necesarios y cometerlos. Las
crueldades se tienen que cometer todas juntas y los beneficios se deben dar de a poco para que siempre
exista la sensación en los súbditos.
 Ascenso con el favor de sus conciudadanos: Principado civil. No se necesita ni toda la virtud ni
toda la fortuna sino astucia. Se ve en peligro cuando el príncipe designa magistrados ya que éstos
pueden llevarle la contraria o no obedecerlo.
Se llega con el favor del pueblo o de los poderosos. Quien llega con la ayuda de los grandes se mantiene con
más dificultad ya que está rodeado por muchos que parecen sus iguales. El que llega con el favor popular
está solo y encuentra pocos que no estén dispuestos a obedecer.
El príncipe nunca puede estar seguro si es enemigo del pueblo ya que son muchos, pero sí puede ser
enemigo de los grandes porque son pocos. El príncipe necesita convivir con un mismo pueblo. Quien llegue a
príncipe gracias al favor del pueblo debe mantenerlo amigo. Quien llegue a príncipe con el favor de los
grandes debe ganarse al pueblo asumiendo su protección. El príncipe prudente debe pensar el modo en el
cual sus ciudadanos dependan del principado y de él y así le serán siempre fieles.
Capítulo 10: Se sostendrán a si mismo aquellos principados que puedan reunir el ejército adecuado para
presentar batalla a todo el que les ataque. Aquellos que no puedan, deben reforzar sus ciudades, ser
ordenados y no ser odiados y serán atacados con cautela.
Capítulo 11: Principados eclesiásticos. Conseguidos por virtud o fortuna pero se mantienen sin ninguna de
estas dos. Apoyados en leyes de la religión que mantienen a sus príncipes siempre en el poder. Tienen
estados que no defienden y súbditos que no gobiernan. Seguros y prósperos.
Capítulo 12, 13 y 14: Los principales cimientos que tienen todos los estados (nuevos, antiguos y mixtos) son
las nuevas leyes y las buenas armas. No hay buenas leyes donde no hay buenas armas. Donde hay buenas
armas, las leyes son buenas.
El príncipe no debe tener otro objetivo ni pensamiento que no sea la guerra, sus tácticas y reglas ya que el
arte de la guerra es el único que pertenece totalmente a quien manda. Los principados se pierden por
descuidar el arte de la guerra y se ganan, profesándolo. Un príncipe que no entienda de ejércitos no puede
ser considerado por sus soldados ni fiarse de ellos.
Tipos de tropa con las que un príncipe defiende su estado:
1. Propias: Aquellos ejércitos compuestos por súbditos, ciudadanos o siervos del príncipe. Ningún
principado está seguro sin ejército propio.
2. Mixtas: Mejores que las mercenarias y auxiliares pero inferiores a las propias.
3. Mercenarias: Inútiles, peligrosas, desleales, desunidas, ambiciosas, indisciplinadas, ineficaces, etc.
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4. Auxiliares: Inútiles. Son aquellas tropas que presta un poderoso para defender y ayuda con sus
armas. La conspiración está asegurada porque constituyen un bloque supeditado a la obediencia de
otros.
Capítulo 15: Cómo debe comportarse un príncipe con sus súbditos y amigos. Un príncipe que quiera
mantenerse como tal debe aprender a no ser necesariamente bueno y usar esto o no según lo precise.
Además, debe ser prudente como para evitar el descrédito de los vicios que acabarían por arrebatarle el
poder. El príncipe debe tener virtud política.
Capítulo 16: Sobre la liberalidad. El príncipe para no tener que robar a sus súbditos, para poder defenderse,
para no hacerse pobre y despreciable, para no verse forzado a la rapiña no debe preocuparse por tener
fama de tacaño ya que este es un defecto que le permite gobernar. La liberalidad conduce al desprecio y
odio. Es más sabio labrarse reputación de tacaño, que genera una mala fama sin odio, que tener reputación
de liberal que genera fama mala con odio.
Capítulo 17: Crueldad y piedad. Si es mejor ser amado o temido.
Todo príncipe desea la fama de compasivo y no la de cruel. Sin embargo, un príncipe no debe preocuparse
de su reputación de cruel si a través de ella logra mantener a los súbditos unidos y leales, ya que con pocas
condenas ejemplares resultará más piadoso que aquellos que, por excesiva piedad, permiten los desórdenes
y las muertes. Igualmente debe ser moderado en sus juicios y actuaciones, no tener miedo, proceder con
templanza, prudencia y humanidad de modo que el exceso de confianza no lo haga incauto y el de
desconfianza, intolerable.
Resulta mucho más seguro ser temido que amado ya que los súbditos te aman y ofrecen todo cuando las
cosas están bien, pero cuando llegan las dificultades miran para otro lado. Ellos se sienten más seguros al
ofender a alguien que se haga amar en vez de ofender a alguien que es temido. El temor se mantiene por un
miedo al castigo que no te abandona jamás. Si bien el príncipe debe hacerse temer, también debe evitar el
odio porque es perfectamente compatible ser temido y no odiado.
Ya que los hombres aman por voluntad propia y temen por voluntad del príncipe, éste debe basar su
autoridad, si es prudente, en lo que es suyo y no en lo ajeno e ingeniárselas para evitar el odio.
Capítulo 18: Mantenimiento de la palabra de los príncipes. Es digno de elogios que un príncipe mantenga la
palabra dada y viva con integridad pero se ven también príncipes que han sabido incumplir su palabra y
embaucar astutamente a los demás haciendo grandes cosas y superando a los partidarios de la sinceridad.
Hay dos modos de combatir: las leyes, propio del hombre y las armas, propio de las bestias. Un príncipe
precisa conocer el uso de ambas ya que la una sin la otra no pueden perdurar. Ejemplo del zorro y del león.
Hay que ser zorro para conocer las trampas y león para causar temor a los lobos. El que asumió el papel del
zorro ha salido mejor librado, sin embargo hay que saber camuflar esta naturaleza y ser todo un simulador.
Un príncipe no debe tener todas las cualidades, pero sí debe aparentar tenerlas: parecer piadoso, fiel,
humano, íntegro, religioso y serlo en verdad pero con la predisposición de ánimo para transformarse cuando
convenga en todo lo contrario. No se debe apartar del bien si puede, pero debe ser capaz de usar el mal si
es preciso.
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En el príncipe que se ocupe de ganar y mantener el poder, los medios se considerarán siempre honorables y
dignos de general alabanza.
Capítulo 19: El príncipe debe procurar evitar las cosas que lo hacen odioso y despreciable.
 Odioso lo hace ser rapaz y usurpados de los bienes y esposas de sus súbditos.
 Despreciable lo hace el ser considerado inestable, frívolo, afeminado, pusilánime, indeciso.
Un príncipe debe tener 2 temores: sus súbditos en casa y los señores poderosos fuera. De éstos se defiende
con las buenas armas y los buenos aliados. Si tiene buenas armas, tendrá buenos aliados. El príncipe es
defendido por su dignidad, las leyes, la protección de sus aliados, de su estado y debería agregar el afecto
del pueblo. No debe dar importancia a las conjuras o intentos de traición mientras el pueblo le tenga afecto.
Los estados bien organizados y los príncipes prudentes siempre se han esforzado en no desesperar a los
grandes y en contentar al pueblo. Éstos deben hacer que otros apliquen los castigos para poder ejercer ellos
mismos las medidas de gracia, mostrando además estima a los grandes sin generar el odio del pueblo. El
odio se conquista tanto con las buenas como con las malas obras así que si un príncipe quiere mantener el
estado se verá forzado a no ser bueno porque cuando un estamento de la sociedad, que es vital para que el
príncipe se mantenga, está corrompido hay que seguirle la corriente para satisfacerlo, con lo que las buenas
obras se convierten en tus enemigas.
El odio o el desprecio han sido la causa de la ruina de los emperadores.
(Ejemplo de Severo quien combinó una personalidad de ferocísimo león y astutísimo zorro, a quien todos
temían y respetaban).
(Ejemplo de principado de Sultán, que no es ni hereditario ni nuevo porque si bien el príncipe es nuevo, las
disposiciones del estado son viejas y reguladas para recibirlo como si fuese el heredero.)
Capítulo 20:Fortalezas. Las fortalezas son útiles o no según las circunstancias. El príncipe que tenga más
miedo de su pueblo que de sus invasores que construya fortalezas, aquel que tenga más miedo a los
invasores que al primero, que las deje de lado. La mejor fortificación posible es no ser odiado por el pueblo,
aunque tengas fortalezas, si el pueblo odia al príncipe, no lo van a salvar. Maquiavelo alaba a los que
construyen fortalezas como a los que no, pero critica a todo aquel que, fiándose de las fortalezas,
minusvalore el ser odiado por el pueblo.
Capítulo 21:Estima del príncipe. Es causada por las grandes empresas y por dar particular ejemplo de sí
mismo. El príncipe se las debe ingeniar para mostrarse en cada acción como hombre grande y de talento
sobresaliente, como amigo o enemigo de la verdad sin disimulo y tomando partido siempre por un señor en
contra de otro. La neutralidad nunca es buena. Sin embargo, deben evitar estar a la merced de otros y como
nunca se evita un inconveniente sin caer en otro, la prudencia del príncipe consiste en saber distinguirlos y
tomar por bueno el menos malo. Además, el príncipe debe dar ejemplo de humanidad y munificencia y no
permitir que por ello se rebaje la grandeza de su dignidad.
Capítulo 22 y 23: Secretarios del príncipe. La elección del príncipe con respecto a sus colabores determina si
éste es prudente o no: si son capaces o leales es prudente porque supo reconocer su capacidad y mantener
su lealtad. Si ya encontró un ministro con esas características, para mantenerlo ha de pensar en
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enriquecerlo, vincularlo con honores y responsabilidades para que vea que no puede estar sin su señor y
para que deje de anhelar honores y riquezas.
Sin embargo, al escoger los nuevos consejeros debe también evitar a los aduladores. Un príncipe prudente
debe elegir en su estado hombres sabios y dar sólo a ellos plena capacidad de decirle la verdad sólo de las
cuestiones que él quiera saber. Debe aconsejarse cuando él quiera. Los buenos consejos han de nacer de la
prudencia del príncipe y no la prudencia de los buenos consejos.
Capítulo 24: Si un príncipe nuevo es prudente y cumple con las aptitudes que ya se dijeron lo hará parecer
antiguo en un régimen nuevo y le da más seguridad y firmeza en el poder como si llevase mucho tiempo en
él. Los súbditos buscarán toda la protección para el príncipe siempre que éste no falte a sus compromisos,
duplicando así el príncipe la gloria de haber dado inicio a un principado y haberlo reforzado con buenas
leyes, armas y ejemplos.
Los señores en Italia perdieron sus estados por: un defecto común respecto a sus tropas, enemistad con el
pueblo o, por tener la amistad del pueblo falta de capacidad para ganarse la amistad de los grandes.
Perdieron sus estados no por su mala fortuna sin por su indolencia.
Para defender a un estado sólo son buenas, seguras y duraderas las defensas que dependen del príncipe
mismo y de su virtud.
Capítulo 25: Sobre la Fortuna. La fortuna puede ser árbitro de la mitad de todo acto humano, pero ella
también nos deja gobernar la parte restante. La fortuna actúa como un devastador río que arrasa con todo
pero los hombres pueden poner algún remedio a estos ríos con la colocación de diques para evitar el daño.
Así actúa la fortuna, que demuestra su poder donde no está dispuesta la virtud para resistirla y ataca donde
sabe que no han sido colocados diques.
Sin embargo, se puede ver a un príncipe prosperar hoy y arruinarse mañana sin haberlo visto cambiar su
naturaleza o cualidad. El príncipe que apoya todo en la fortuna fracasa cuando ésta varía. Se ve como
afortunado a aquel príncipe cuyo modo de actuar encuentra consonancia con las circunstancias del tiempo
en el que vive e igualmente desgraciado a quien en su proceder no va de acuerdo a los tiempos. De esto
depende la mutabilidad del gobierno: si el príncipe actúa con cautela y paciencia y el tiempo le corresponde,
continúa prosperando pero si los tiempos y las cosas cambian, se arruina porque no ha cambiado en su
proceder. No hay príncipe tan prudente que se sepa acomodar a esto porque no se puede desviar de sus
inclinaciones naturales o porque le resulta difícil apartarse de un camino en el que siempre había
prosperado.
Como la fortuna hace cambiar los tiempos y los hombres se obstinan en su modo de actuar, les va bien a
estos mientras haya consonancia con el tiempo, pero les va mal cuando no la hay. Es mejor ser impetuoso
que cauteloso. (Comparación de la fortuna con una mujer a la que si se la quiere tener debajo hay que
pegarle y forzarla.)
Capítulo 26: Características italianas. Condiciones. Exhortación a asumir la defensa de Italia.
En Italia corren tiempos de honrar a un nuevo príncipe, hay materia que brinde a un hombre prudente y
virtuoso la ocasión de darle una forma que le honre y beneficie a los italianos, concurren tantas
circunstancias a favor de un príncipe nuevo. No hay tiempo más propicio que este. Para reconocer la virtud
del espíritu italiano se necesitaba que Italia se viera reducida a diversos términos: más esclava que los
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hebreos, más servil que los persas, más dispersa que los atenienses, sin cabeza, sin orden, golpeada,
expoliada, lacerada, devastada, víctima de toda suerte de destrucción. Italia estuvo metida en revueltas y
batallas porque su antigua estructura militar ya no es adecuada y no ha habido nadie que haya sabido
encontrar una nueva. Y ninguna cosa hace tanto honor a un señor nuevo como renovar las leyes y las
estructuras de poder que si están bien fundadas guardan grandeza, respeto y admiración.
Se observa cómo Italia ruega a Dios que le envíe a alguien que la redima de la crueldad y prepotencia de los
bárbaros y no hay nadie en quien se pueda depositar más esperanzas que en la ilustre figura del príncipe
(¿Lorenzo de Medici?) que con su fortuna y virtud, favorecida por Dios y por la Iglesia, encabece la
redención de Italia en el momento en que se dan inmejorables condiciones. La casa del príncipe debe hacer
lo que Dios no hizo (para respetar el libre albedrío) y para tener la parte de la gloria que les toca. No se debe
dejar pasar la ocasión de que Italia, después de tanto tiempo, vea a su salvador. La ilustre casa debe aceptar
el compromiso con el ánimo y la esperanza con que se toman las empresas justas para que, bajo su enseña,
la patria italiana se ennoblezca.
Discursos sobre la primera década de Tito Livio:

El centro de la virtual polémica entre El príncipe y los Discursos está cifrado en la cuestión de la alternativa
entre república y principado. En los Discursos se robustece la vida del Estado, la importancia que cobran
para la vida política los ordenamientos, las leyes, la educación y la religión, resaltando una virtud
completamente despersonalizada: la de las leyes, educación, religión, siempre considerada en función de su
valor político y social. Mientras que en el Príncipe se presenta el ideal del estado-individuo, en los Discursos
se ve el estado-régimen. República para Maquiavelo es el Estado estratificado en el comportamiento,
objetivado en los ordenamientos, es decir, el estado-régimen.
El motivo recurrente de la obra de Maquiavelo es la constancia de las acciones humanas. Los discursos no
solamente participan del interés por el pasado y por la emulación de la antigüedad sino que establecen una
relación entre Maquiavelo y el poder similar a la de Tito Livio y Augusto ¿?????. Los Discursos tienen una
estructura asimétrica y un estilo moderno que permite reiterar las virtudes de la escritura de Maquiavelo y
el espíritu de análisis despiadado de la vida política y militar de su época.
Tito Livio fue el historiador romano más importante. Existía cierta semejanza entre los momentos en que
Tito Livio y Maquiavelo escribieron sus obras: momentos de deterioro de la vida social y política signados
por el cambio de régimen de gobierno, nostalgia por los tiempos pasados, inventiva personal que a veces iba
más allá de los documentos posibles para la época, etc.
A Zanobi Buondelmonti y Cosimo Rucellai. Los destinatarios fueron elegidos no por ser príncipes, sino que
por sus cualidades merecían serlo. Maquiavelo expresa todo lo que sabe y lo que aprendió de las cosas del
mundo a través de larga práctica y lecciones. Escribe la obra para demostrar gratitud por todos los
beneficios que recibió.
Proemio: Maquiavelo observa que en el ordenamiento de las repúblicas, en el mantenimiento de los

estados, en el gobierno de los reinos, etc. no se encuentra príncipe o república que recurra a los ejemplos de
los antiguos y atribuye esta cuestión al hecho de no tener verdadero conocimiento de la historia. Queriendo
sacar a los hombres de este error y considerando que el conocimiento de las cosas antiguas y modernas es
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necesario, escribe sobre todos esos libros de Tito Livio para que sean comprendidos mejor. El conocimiento
de la historia brinda utilidad.
Capítulo 1: El principio de la ciudad de Roma y su ordenamiento surgieron de tal virtud que explica por qué
se mantuvo durante tantos siglos.
Todas las ciudades son edificadas por:
 Hombres nacidos en el lugar donde las edifica: Hombres movidos por ellos mismos residen juntos
en algún lugar por ellos elegidos más cómodo para vivir y más fácil de defender. (Caso de Atenas y
Venecia)
 Forasteros: Hombres libres o que dependen de otros para aligerar sus tierras de habitantes o
defender un país apenas conquistado. (Pueblo romano para defender conquistas o como Alejandro
con Alejandría).
Al edificar una ciudad se conoce la virtud del fundador y la fortuna de lo fundado. La virtud se conoce de dos
modos: por la elección del lugar y por el ordenamiento de las leyes. Es más prudente establecerse en un
lugar fértil si esa fertilidad es restringida con las leyes. (Edificación de Roma: Enea-fundada por forasteros.
Rómulo-fundada por hombre nacido en el lugar. Tuvo origen libre, buenas leyes, fertilidad, comodidad del
mar, continuas victorias y grandeza del imperio explica por qué no se pudo corromper durante siglos y se
mantuvo plena de virtud como jamás ostentara ninguna otra ciudad o república) .
Capítulo 2: Especies de las Repúblicas. Especie de la República Romana. Capítulo 3: Tribunos de la Plebe,
causas de la creación. Capítulo 4: Desunión de la Plebe y el Senado romano volvió libre a la República.
Se concentra en las ciudades con origen de servidumbre exterior pero gobernadas por propio albedrío que
han tenido distintos principios, distintas leyes y distintos principios. Hay ciudades a las que les fueron dadas
leyes de una sola vez como a Esparta (por Liturgo) y otras ciudades que las tuvieron por azar y en varias
veces según las circunstancias, como a Roma.
Felicidad de la República: Se puede llamar feliz a la República donde surge un hombre prudente que le
proporcione leyes ordenadas y que pueda vivir bajo ellas sin la necesidad de corregirlas (Esparta). Por el
contrario, es infeliz la ciudad que, sin ser trazada en un ordenamiento prudente, necesita reorganizarse por
si misma. También es infeliz la ciudad alejada del orden. Más infeliz aún es aquella que con sus
ordenamientos está fuera del camino recto que puede conducirla al perfecto y verdadero fin.
Las que no tienen el orden perfecto pero tienen el principio bueno y apto para volverse mejores, pueden
convertirse en perfectas por la concurrencia de las circunstancias.
Ordenamientos de Roma y circunstancias que la llevaron a la perfección: hay 6 tipos de gobiernos.
Buenos Malos
Monarquía -> Tiranía
Aristocracia -> Gobierno de pocos
Democracia -> Licenciosa
Si el organizador de una República ordena en una ciudad uno de esos tres tipos buenos de gobierno, lo hace
por poco tiempo porque nada puede evitar que se transforme en su contrario a causa de la semejanza que
tienen la virtud y el vicio.
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Los que ordenan prudentemente leyes, conocen la brevedad de la vida de las 3 formas buenas y la
malignidad de las 3 malas, por lo que huyen de esas formas en sí mismas y eligen una que participe de todas,
ya que ésta es más firme y más estable porque respeta a todas. Existe, entonces, en una misma ciudad el
Principado, la Aristocracia y el gobierno Popular. (Constitución de Licurgo que constituyó un estado de más
de 800 años).
En Roma fueron tantos los hechos sucedidos que a causa de la desunión entre la Plebe y el Senado el azar
hizo todo lo que un legislador no había hecho. Aunque su primer ordenamiento fue defectuoso, no lo alejó
del camino recto que podía conducirla a la perfección.
Rómulo y los demás reyes hicieron buenas leyes, pero al estar éstas destinadas a fundar un reino, cuando la
ciudad quedó libre les faltaban muchas cosas que era necesario ordenar en favor de la libertad. Al perder el
reino, quienes los echaron nombraron dos cónsules que quedaron en el lugar del rey, pero sin desterrar la
potestad real. Al existir los Cónsules y el Senado ya existían dos cualidades: Principado y Aristocracia. Sólo
faltaba el Gobierno Popular y al volverse insolente la nobleza, el Pueblo se levantó contra ella y para no
perderlo todo, le concedieron al pueblo su parte. La primera causa de la libertad de roma fueron los
tumultos entre los Nobles y la Plebe. Los tumultos provocaron buenos efectos ya que teniendo en cuenta
que en toda república hay dos humores distintos (pueblo y poderosos), de su desunión nacen las leyes a
favor de la libertad. Las buenas leyes nacen de estos tumultos, leyes que benefician a la libertad pública.
Tantos buenos efectos, como surgían de aquella república eran causados por razones óptimas. Los tumultos
merecen elogios porque fueron la causa de la creación de los Tribunos que dieron parte a la administración
popular y se constituyeron como los guardianes de la libertad romana.
Con la creación de los Tribunos de la Plebe la República llegó a ser más estable. La creación de los Tribunos
de la Plebe se debió a la expulsión y muerte de los Tarquinos. La Nobleza le temía a los tarquinos y se llenó
de ánimo popular para evitar que la plebe se uniera a aquellos, pero una vez expulsados, los nobles dejaron
de temer y comenzaron a ofender a la Plebe de todas las formas que podían. Entonces, fue necesario pensar
un nuevo orden que hiciera el mismo efecto producido por los tarquinos cuando estaban vivos, llegando así
a la creación de los Tribunos, que servían para la seguridad de la Plebe y, constituidos con tantos honores y
reputación, pudieron mediar entre la Plebe y el Senado.
Permaneciendo mixta, es decir, sin quitarle autoridad ni al gobierno de los reyes para dárselo a la
Aristocracia ni a ésta sin perder poder para dárselo al Pueblo, hicieron una república perfecta, perfección a
la que se llegó por la desunión entre la Plebe y el Senado.
Capítulo 5: Para quienes constituyeron prudentemente una república aparecía, entre las cosas más
importantes, la constitución de una garantía de libertad, de la cual dependía la duración del vivir en libertad
de dicha república. Y como en todas hay dos hombres poderosos y pueblo se duda sobre cuál de ambos
debe vigilar esa garantía. En Roma, este papel fue dado a la Plebe ya que si el pueblo es asignado a esta
tarea parece razonable que la cuiden más, porque si no puede tomarla él, no permitirá que la tomen otros.
La mayoría de los tumultos son causados por quien posee el poder, ya que el poder de perderlo genera en
ellos los mismos deseos de quien quieren conquistar. En Roma, los Nobles difundieron que no eran ellos
quienes buscaban los honores por ambición, sino que eran los no nobles. Las acusaciones fueron fuertes y se
llegó al debate sobre quién es más ambicioso: si el que quiere mantener el poder o el que quiere conquistar.
Ambos apetitos son causa de grandes tumultos.
Capítulo 6: Roma – Estado con enemistades entre Pueblo y Senado.
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Las controversias entre el Pueblo y el Senado fueron causa de la ruina de la vida libre. 2 repúblicas que sin
tantas enemistades fueron libres durante largo tiempo:
 Esparta (antiguo): Pudo mantenerse largo tiempo porque estaba poco poblada y había cerrado el
paso a los extranjeros. Respetó las leyes de Licurgo y vivieron unidos por largo tiempo.
 Venecia (moderno): Este tipo de gobierno pudo mantenerse sin tumulto porque cuando nació
todos fueron afectados al gobierno y los que llegaron después se encontraron con un Estado firme
y no tenían facilidad para provocar tumulto. Estado organizado y unido.
Los legisladores de Roma necesitaban tomar alguna de las dos posturas anteriores si querían que Roma
estuviera tranquila: no utilizar a la Plebe en la guerra como los Venecianos o no abrir camino a los forasteros
como los Espartanos. Sin embargo, si Roma hubiera querido eliminar las causas de los tumultos también
habría eliminado sus posibilidades de engrandecerse.
 Si una república quiere extender su dominio, es necesario organizarla como Roma y dar lugar a
tumultos y disentimientos.
 Si quiere que se mantenga en límites estrechos, hay que organizarla como Esparta o Venecia.
No se puede mantener el equilibrio entre los dos tipos de república por lo que al organizarla es necesario
pensar en el partido más honorable y organizarla de modo que ella pueda conservar lo conquistado,
siguiendo el ordenamiento romano. Es necesario tolerar aquellas enemistades entre el Pueblo y el Senado
tomándolas como un inconveniente necesario para llegar a la grandeza.
Capítulo 7 y 8: Necesidad de las acusaciones. Daño de las calumnias.
Los encargados de la protección de la libertad de una ciudad tienen que tener la autoridad de acusar a los
ciudadanos cuando pequen contra la libertad pública. Esto produce dos efectos: que los ciudadanos no
intenten cosas contra el Estado y desahogar los humores que crecen en las ciudades contra todo ciudadano.
Organizarla de un modo que la alteración de los humores sea canalizada por las leyes crea una república
firme y estable. Ejemplo de Roma – Coroliano. Utilidad y necesidad de que las repúblicas prevean con sus
leyes la posibilidad de desahogar las iras que siente la generalidad contra un ciudadano. En Roma, estos
procedimientos estuvieron tan bien ordenados que en tantas disputas entre la Plebe y el Senado, ninguno
de estos tuvo que recurrir a fuerzas exteriores.
Las calumnias son detestables en todas las ciudades y para frenarlas resulta necesario emplear todos los
medios. Las calumnias no necesitan testigos ni ninguna otra prueba y cualquiera puede calumniar mientras
que las acusaciones requieren pruebas verdaderas y circunstancias que demuestren la verdad de la
acusación. El organizador de una república debe preveer castigos a quienes calumnien sin temor ok
contemplación. La cuestión de las calumnias estaba bien organizada en Roma (ejemplo de Manlio
Capitolino-castigado), pero no en Florencia, donde fue causa de la ruina de la república.
Capítulo 9: Necesidad de que sea uno solo el que organice una república. Nunca o raras veces sucede que
alguna república haya sido organizada bien desde el principio si no fue organizada por uo solo. El
organizador prudente de una república que quiere beneficiar el bien común y a la patria común debe
ingeniarse para tener la autoridad por sí solo.
Justificación del homicidio de Remo y de Tito Tacio Sabino ya que Rómulo tenía propósitos. Todos los
ordenamientos primeros de la ciudad fueron más conformes a una vida civil y libre que a una absoluta y
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tiránica. Rómulo merece excusa y no reproche por los asesinatos ya que lo hizo por el bien común y no por
ambición propia, cuestión demostrada cuando inmediatamente organizó un Senado.
Capítulo 10: Hombres elogiables y detestables.
Entre todos los hombres dignos de elogio están: los organizadores de las religiones, los fundadores de
repúblicas o reinos, los que ampliaron su reino o su patria y los hombres literatos. Por el contrario, son
infames y detestables los hombres destructores de religiones, enemigos de la virtud y de toda arte que
acarree honor y utilidad al gnénero humano y los disipadores de reinos.
Los príncipes deberían querer vivir en una patria donde estén seguros y sean elogiados, como sucedió en
Roma con Tito, Nerva, Marco, etc. Sus hábitos, la benevolencia del pueblo y el amor del Senado los
defendían.
Capítulo 24: Las repúblicas deben castigar las obras malas y premiar las obras buenas. Esto hace que las
ciudades vivan libres. Ejemplo de Horacio Cocles.
Capítulo 27: Los hombres no saben ser honorablemente malos o perfectamente buenos. Cuando una
maldad tiene grandeza o es generosa, ellos no saben concretarla.
Capítulo 34: Autoridad dictatorial. Figura del Dictador como alguien que llegó al poder por vías ordinarias y
siempre hizo el bien a Roma ya que no podía hacer nada que ponga en detrimento del estado como quitarle
autoridad al Senado o al Pueblo o crear nuevas leyes destruyendo las antiguas. Tenía autoridad limitada,
límites establecidos y siempre fue provechoso para el pueblo romano. Los pueblos vecinos de Roman que
trataron de oprimirla lograron que esta se organizara mejor para su defensa y para ofenderlos con mayor
fuerza y autoridad.
Capítulo 35: Los 10 ciudadanos creados por el Pueblo romano para dictar sus leyes, con el tiempo se
volvieron tiranos y le quitaron su libertad. Los Diez anularon a los Cónsules y a los Tribunos y se dieron el
poder de haer leyes y cualquier otra cosa en nombre del pueblo romano, volviéndose insolentes.
Capítulo 37: Cuando los hombres no necesitan luchar por necesidad, lo hacen por ambición. A la Plebe
romana no le alcanzó asegurarse de los Nobles con la creación de los Tribunos y al querer compartir con la
nobleza los honores y las riquezas, nació el debate sobre la ley agraria (ningún ciudadano podía posee más
que cierta cantidad de tierra y las tierras quitadas al enemigo se repartían en el pueblo), causa final de la
destrucción de Roma. Esta ley atacaba a los poderosos y a los Nobles, quienes retrasaban su aprobación. Los
Gracos la despertaron, arruinando la libertad romana y encendiendo tal odio entre la Plebe y el Senado que
se armaron guerras civiles. La Nobleza obtuvo supremacía con Sila en contra de la plebe con Mario. En
tiempos de Cesar, quien fue después jefe de la facción de Mario y triunfó, se formó la primera tiranía de
Roma y ésta ya no fue una ciudad libre. La contención de la ley agraria tardó 300 años en hacer sierva a
Roma.
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