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FORO

"El hombre tiene preguntas diversas: por su ser, por su quehacer y por su destino, que necesitan
respuestas diferenciadas. Hay salvación cuando el hombre tiene luz sobre su existencia, se sabe
sano en su ser, defendido en su futuro, perdonado en su culpa, acogido en gracia por una
benevolencia superior y no ordenado a la nada o a la degradación". O. GONZÁLEZ DE CARDENAL

La pregunta por el sentido de la vida es compleja, pero de gran importancia para la felicidad del
ser humano.
Las respuestas a la pregunta por el sentido de la vida son muchas y de muy diversa índole. La
religión ha sido a lo largo de la historia de la humanidad, y sigue siendo hoy, una de las propuestas
más importantes para dar sentido a la vida de las personas.
Pero no solo las religiones han sido las únicas que han tratado de explicar la existencia humana y
su sentido. Sobre todo, en los dos últimos siglos ha habido intentos de dar respuestas al margen
de la religión. La ciencia y la técnica, que han hecho tambalear viejas creencias, sin embargo, no
parecen ser capaces, por sí solas, de ofrecer una visión general que dé sentido a la vida. Esa
función era asumida tradicionalmente por la religión y hoy pretende estarlo también por los
humanismos. Para atender las críticas a la religión, que desde los humanismos se han lanzado y
que están en las bases de la cultura de nuestro tiempo todavía, es necesario conocer las distintas
religiones y más aún todo lo que representa el fenómeno religioso.

El deseo de Dios y el fenómeno religioso han sido y son interpretados de muchas maneras y según
perspectivas diferentes. El número de teorías hechas para comprenderlos es tan grande que
resulta casi imposible hacer una presentación adecuada de las mismas.

Más allá de tantas interpretaciones y de tantos estudios, hay clara constancia de que la religión
sigue en pie después de miles y miles de años de historia humana. Encontramos personas
religiosas, que buscan a Dios apasionadamente, en todas las clases sociales, en todos los rincones
del planeta, entre quienes han realizado estudios universitarios y entre quienes no han entrado
nunca en una escuela.

Otros seres humanos viven una religiosidad desligada de los grupos, de las reglas.
Buscan caminos personales con la esperanza de dejar espacios abiertos al anhelo interior hacia
algo distinto y superior, que eleve el corazón más allá de lo que los ojos ven y los oídos oyen, para
alcanzar así experiencias profundas de “Algo” que no acaban de definir del todo. Algunas formas
de lo que se llama New Age son precisamente modos “novedosos” y más o menos des-
institucionalizados de encontrarse con lo divino.

El corazón del hombre busca la verdad, la belleza, el bien. Y Sólo tiene sentido la vida si existe algo
más allá de las frágiles seguridades que encontramos en el mundo moderno, o de las profundas
heridas que producen los acontecimientos más dramáticos de la existencia humana.

Nuestro corazón necesita, pide, el encuentro con Alguien que pueda salvarnos, desde la verdad,
con su amor, con su misericordia. Necesitamos a Dios, y a un Dios que venga y busque a su
creatura. Ese es uno de los núcleos más profundos de la experiencia humana, ese es el sentido
pleno de la auténtica experiencia religiosa de todos los tiempos.

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