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AUSENTE DEL CUERPO (Parte # 1)

2a carta a los Corintios 5:1

Amados, es importante que entendamos la riqueza que nos ha sido dada en herencia
a través del evangelio de la gracia en el nuevo pacto en que vivimos. La lucha que tuvo
Pablo nuestro apóstol, así como los hermanos del principio que fueron colaboradores de él,
así como los hermanos de las primicias de la Iglesia, fue grande. Fue la guerra espiritual del
cambio del antiguo pacto hacia el nuevo pacto.

El apóstol Pablo llama al antiguo pacto: 

 ministerio de muerte, 2da. carta a los Corintios  3:7 


  ministerio de maldición, carta a los Gálatas 3:13; 
 lo pasajero o en proceso de envejecimiento, que estaba en proceso de
desaparecer en esos años y ya desapareció delante de Dios desde el año 70,
carta a los Hebreos 8:13; y también lo llamó
 "presente siglo malo", 1ra. carta a los Corintios 2:6; carta a los Gálatas 1:4
y carta a los Efesios 1:21.

El nuevo pacto por su parte, es el:

 pacto de vida;
 pacto de bendición total con el que todos ya fuimos bendecidos en los
lugares celestiales; el pacto que estaba en proceso de entrar a su plenitud,
pacto que también fue llamado por el apóstol Pablo como:
 los siglos que estaban llegando o siglos venideros, y es  el pacto en el cual
ya estamos viviendo todos los creyentes que creemos el evangelio de la
gracia desde el año 70  
 Nosotros los hijos de Dios nos maravillamos, porque al exponer esta
doctrina de la transformación o resurrección como algo que ya sucedió
delante de los hijos de Dios, los niños en Cristo que viven en ignorancia de
la revelación, que todavía viven en la carne o antiguo pacto mezclado con
las doctrinas de Cristo del principio, que viven  atrapados en el sistema
religioso, se escandalizan y se alzan contra nosotros.

            Esto ocurre por ser niños y no conocer la revelación del evangelio de la gracia.
Estos hermanos nunca han reinado en vida aquí en los lugares celestiales donde están los
nuevos cielo y tierra que descendieron de los lugares celestiales junto a la Jerusalén de
arriba. Los hermanos del ministerio de la circuncisión vieron los nuevos cielos y tierra,
vieron la Jerusalén de arriba o nueva solamente por profecía mediante la visión que le fue
dada por el apóstol Pablo, como revela la carta a los Gálatas 2:1-2.
            Los hermanos del sistema religioso viven precisamente aferrados a las enseñanzas
de los hermanos del ministerio de la circuncisión, porque no conocen la revelación o
evangelio de la gracia de Dios. Todos los que vivimos de acuerdo a la revelación de todos
los misterios revelados por el Consolador a través del apóstol Pablo, apóstol de la llamada
incircuncisión en esos días, conocemos que ya la resurrección y el cambio a la vida Espíritu
ocurrió, porque fuimos cambiados:

·      Del antiguo pacto hacia el nuevo pacto.

·      Del hombre viejo muerto en la carne, al hombre nuevo resucitado o transformado en


el Espíritu.

·      De la vieja creación en el primer Adán a la nueva creación en el segundo Adán, que
es el Señor, por lo que tenemos un hombre nuevo interior creado según Dios,
carta a los Efesios 4:24.

    De hecho, cada vez que declaramos y confesamos las buenas obras de Dios
preparadas de antemano para nosotros, somos tildados de predicar falsas
doctrinas o de hacer falsa interpretación privada. Pero la realidad, es que todo el
sistema religioso en general, tanto católico como evangélico o protestante, le
tiene  miedo a la revelación del evangelio de la gracia, porque no entienden ni
creen en verdad en la doctrina de la gracia de Dios.

    Todo el sistema religioso vive conforme a las enseñanzas del judaísmo o
antiguo pacto, adornadas de la leche espiritual enseñada por el ministerio de la
circuncisión, con ciertos pequeños trozos de los escritos del apóstol Pablo los
cuales como informa el apóstol de la circuncisión Pedro 3:16, aún en sus días ya
torcían como el resto de las otras Escrituras. Las enseñanzas del ministerio de la
circuncisión, administrado por los once apóstoles llamados por Jesús en los días
de su carne, están fundamentadas en todo lo que hizo Jesús, que es lo mismo que
decir Cristo en los días de su carne; las doctrinas de Cristo del principio que el
apóstol Pablo llama leche, elementos o rudimentos y otra porción de la ley o
antiguo pacto.

    En cambio, las doctrinas del ministerio llamado al principio de la incircuncisión,


carta a los Gálatas 2:7, fueron administradas por un solo apóstol, el apóstol Pablo, en quien
se manifestó el Consolador como Profetizó el mismo Señor en los días de su carne de
acuerdo a lo escrito por Lázaro, el discípulo amado, cuyo libro es llamado por error Juan
15:26.  Por eso podemos entender lo que significan las palabras del apóstol Pablo cuando
en la 2da. carta a los Corintios 5:16 revela: y aún  si hemos conocido según la carne a
Cristo, pero ahora ya no le conocemos así. No podemos conocer al Señor como siervo de
la ley, ya él terminó con ese pacto después que lo cumplió totalmente. Porque estamos
desligados totalmente de la ley, tampoco a nadie conocemos según la carne, lo que significa
que a nadie conocemos conforme a la ley; sólo conocemos espíritus hechos perfectos para
siempre como lo somos nosotros por medio del evangelio de la gracia. El ministerio de la
incircuncisión es finalmente llamado ministerio de la reconciliación según le fue dado por
Cristo al apóstol  Pablo, según nos es informado en la 2da. carta  a los Corintios 5:18.

            El sistema religioso enseña entre sus doctrinas principales, la resurrección futura del
cuerpo físico o biológico, que la revelación identifica como “la sangre”, que junto con “la
carne”, representación del alma o viejo Adán, ninguna de las dos cosas heredaron en el
reino de Dios, conforme revela el apóstol Pablo en la 1ra. carta a los Corintios 15:50,
porque en el reino del nuevo pacto se vive solamente mediante fe consumada por el
Espíritu. Los hijos de Dios creemos, confesamos y vivimos por fe, porque así son todas
nuestras cosas mientras vivimos en este orden de lo que se ve en forma natural. Despierta
niño, que ya todo fue cumplido o consumado por Cristo en el año 70, cuando el Señor vino
por segunda vez sin relación con el pecado, es decir, cuando quitó la ley o antiguo pacto
por medio de la destrucción de Jerusalén y su templo de piedra.

            Una cosa es clara, tanto en los escritos del antiguo pacto (los profetas), como en los
escritos de los días de la transición de los pactos (los escritos del ministerio de la
circuncisión) y los escritos del nuevo pacto (los escritos de Pablo), NUNCA, el Señor nos
prometió resurrección del cuerpo biológico.

            Esa es la interpretación que le han dado los llamados teólogos del sistema religioso
a la resurrección que expresa la Escritura. Cristo mismo en los días de su carne nos dice
según registra su biografía escrita por Lázaro, el discípulo amado, cuyo libro es llamado por
error Juan 3:6 Lo que ha  nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu,
Espíritu es.  Por eso revela el apóstol Pablo en la carta a los Gálatas 6:15 que era necesario
“una nueva creación”.

            Por eso también, como registra Lázaro, el discípulo amado, cuyo libro es llamado
por error Juan 6:63, Jesús dijo: El Espíritu es lo que vivifica,  la carne no aprovecha de
nada; las palabras que yo os he hablado, Espíritu son y vida son. Sí amados hermanos, las
palabras del Señor son verdaderamente Espíritu por lo que son vida. Estas palabras nos
confirman que lo nacido físicamente está atado a la vida física; en cambio lo que nace de
Dios o del Espíritu está atado a la vida espiritual. Nuestro hombre interior creado según
Dios en estos momentos que te digo éstas palabras ya está resucitado, ya tiene vida
espiritual, de lo contrario jamás podrías confesar que Cristo quien es Dios mismo, vive en
ti. Dios vive o mora ahora en nosotros por el Espíritu porque somos su templo, somos el
lugar mas santo de su nuevo tabernáculo no hecho a mano.

            El sistema religioso vive y así ha enseñado a vivir a todos los niños en Cristo, a
vivir en ignorancia del conocimiento de la revelación de los misterios. Los niños en Cristo
que están bajo el cuidado de los líderes ciegos del sistema religioso, los ha enseñado a vivir
como si fueran ciegos espirituales. Todo el que es niño en la palabra de justicia, es niño y se
le hace difícil vivir confesando las buenas obras del reino de Dios que son por el Espíritu,
no por la carne.
            Mientras vivan conforme al antiguo pacto o a la leche que tuvo la Iglesia en su
infancia, observarás a los hermanos que son niños en Cristo, sin entender las palabras
registradas en la carta a los Gálatas 3:3 que dicen:  ¿Tan necios sois?
¿Habiendo comenzado por el Espíritu ahora por la carne sois perfeccionados?  El
apóstol Pablo estaba corrigiendo a los hermanos de Galacia, y como apóstol de este pacto o
dispensación eterna, continúa corrigiendo a los hermanos de este tiempo que viven de igual
manera.

            Después que somos enseñados por la doctrina de la gracia del nuevo pacto que es
por el Espíritu, que nos declara perfecto y sin pecado delante de Dios, es imposible vivir de
nuevo por la carne, es decir, querer ser perfeccionado por las obras de la ley que mostraban
al hombre en pecado delante de Dios. El problema es que Cristo fue el fin de la ley, como
revela el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 10:4, por lo que la ley o antiguo pacto ya
fue quitado delante de la presencia de Dios desde el año 70 cuando Jerusalén y su templo
terrenal fueron destruidos.

            Los niños en Cristo mal enseñado por el sistema religioso, pueden mencionar
inclusive estos versos del apóstol Pablo, como otros con los que tratan de hacer armonizar
sus doctrinas favoritas hasta de memoria, pero nunca pueden reconocer, no pueden
entender, no pueden discernir que en realidad significan estas palabras del apóstol cuando
dice: ¿Habiendo comenzado por el Espíritu ahora por la carne sois
perfeccionados? porque la doctrina de la gracia sólo puede discernirse espiritualmente.

            ¿A qué comienzo por el Espíritu se refiere el apóstol Pablo? ¿Qué significa e
implica este comienzo?  El problema es que desconocen ¿cuál es el propósito de Dios para
con todos los santos. Desconocen ¿por qué están aquí? ¿para qué están aquí? es que
desconocen su origen, no saben de dónde vienen, ni por qué ni para qué han venido a la
tierra.  Desconocen lo que significa que Dios se había propuesto en Cristo juntar todas las
cosas, las que están en el cielo, que son totalmente espirituales, con las que están aquí en la
tierra nueva, los lugares celestiales, que tienen que ser vividas solamente por el Espíritu.

            Aquellos creyentes que estaban viviendo en la transición de los dos pactos fueron
unidos gloriosamente con todos los creyentes en ese día glorioso final de la edad de la ley o
antiguo pacto. Fueron unidos en un solo cuerpo con los que vivieron en esperanza y fueron
desvestido sin alcanzar la promesa antes del antiguo pacto ser añadido por Cristo. Fueron
unidos con todos los santos que vivieron durante el antiguo pacto y que partieron sin haber
recibido la promesa de una mejor resurrección. Fueron unidos con lo quedaron hasta la
venida del Señor y fueron unidos a nosotros que todavía no habíamos participado de carne
y sangre y que ahora en nuestra participación de este orden relativo sabemos que somos un
solo cuerpo Espíritu de muchos miembros, participando en vida de todos los beneficios del
nuevo pacto en Cristo.

Esto es precisamente lo que el apóstol Pablo nos revela en la epístola que le envió a
los hermanos que estaban en Roma. Leamos en la carta a los Romanos 8:17-23 que dice
como sigue: [17] y si hijos, también herederos; herederos, si, de Dios y coherederos con
Cristo, si padecemos con él para que también seamos glorificados con él. [18] Porque me
hago la cuenta de que no son comparables los sufrimientos del presente tiempo con
la  gloria que va a ser revelada a nosotros. [19] Porque el anhelo profundo de la
creación la revelación de los hijos de Dios aguarda ansiosamente. [20]  Porque  a
vanidad la creación fue sometida, no voluntariamente, sino a causa del que la sometió
en esperanza, [21] por lo que también la creación misma será liberada de la esclavitud
de la corrupción  a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.  [22]  Porque sabemos
que toda la creación gime a una y a una sufre dolores de parto hasta el presente; y no
sólo eso, sino que también  nosotros mismos las primicias del Espíritu teniendo, también
nosotros mismos en nosotros mismos gemimos la adopción de hijos
aguardando ansiosamente la redención del cuerpo de nosotros.

El apóstol nos revela en la carta a los Hebreos 12:23 que nosotros somos los
herederos de Dios, por eso somos la congregación de los primogénitos que están inscritos
en los cielos. También nos revela el apóstol Pablo que somos coherederos con Cristo,
como escribió en la carta a los Efesios 3:6. Ese fue otro de los misterios revelados por el
apóstol Pablo. Los amados del sistema religioso desconocen que ahora aunque estemos
participando de carne y sangre en el Espíritu, nosotros somos exactamente como es Cristo,
por la justicia que él obró para nosotros.

El apóstol también menciona los sufrimientos del "presente tiempo", refiriéndose a


los postreros días que se estaban terminando y terminaron totalmente en el año 70 cuando
el Señor vino y le puso fin al antiguo pacto una vez y para siempre.

La gloria que sería revelada es la revelación del evangelio de la gracia en la que
vivimos en el nuevo pacto, la gracia que ahora disfrutamos todos los hijos de Dios que
creemos la revelación del evangelio de la gracia, que para esos días el apóstol llamó los
siglos que estaban llegando o siglos venideros.  Si decimos ahora que somos salvos por
gracia por medio de la fe es porque ya no hay ley o antiguo pacto delante de Dios.

Por otra parte, revela el apóstol que la creación sería libertada muy pronto en esos
días de "la esclavitud de la corrupción" que era por la ley o antiguo pacto, que ya se estaba
desvaneciendo y se terminó de desvanecer en el año 70 como te dije anteriormente.  "La
libertad de la gloria de los hijos de Dios" vendría por medio de la Jerusalén de arriba, la
que es madre de todos nosotros y es libre como reveló el apóstol Pablo en la carta a los
Gálatas 4:26. Todos los santos, los del período de la promesa a los padres, así como los
que vivieron durante el antiguo pacto, juntamente con nosotros que todavía no habíamos
bajado por la escalera el Hijo del Hombre, estábamos aguardando al igual que los hermanos
que vivían durante esa transición entre los dos pactos, ese día glorioso en que
todos, fuimos quitados del cuerpo de muerte y corrupción que era por la ley.

            El apóstol les reveló a los santos de las primicias, los hermanos que vivieron
durante ese período de la leche espiritual de la Iglesia, que serían reunidos con TODA la
CREACIÓN (palabra que en griego es ktisis) en la adopción de todos los hijos de Dios
en un solo cuerpo. Todos los hijos de Dios serían glorificados juntos, en un mismo día, en
una sola ocasión, era la redención de todos los santos una vez y para siempre. De hecho, el
Señor había prometido a través del profeta Zacarías 3:9 que quitaría el pecado de la tierra
en un día, y así fue amados, porque nosotros que damos testimonio somos partes de ese
gran día.  Todo el que dice creer la obra de Cristo tiene que creer por fe que es así,
porque sea Dios veraz y todo hombre mentiroso, como revela el apóstol Pablo en la carta a
los Romanos 3:4.

            Ese es precisamente el significado de la obra realizada por Cristo, que también nos
revela el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 2:10 cuando nos dice:  [10] Porque era
apropiado a aquel por cuya causa son todas las cosas y mediante el cual son todas las
cosas, que muchos hijos a la gloria conduciendo, al autor de la salvación de ellos
mediante padecimientos perfeccionase.

            La glorificación del cuerpo del Señor era la parte más sublime de la redención para
toda la creación, tanto la que vivió bajo la ley o antiguo pacto como para la que no estaba
bajo la ley.  Veamos lo revelado por el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 9:11 Más
Cristo, habiéndose presentado Sumo Sacerdote de los bienes llegados, a través
de  mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho a mano, esto es no de esta
creación.  Fíjense que el tabernáculo del Señor aquí mencionado no era la tienda hecha por
Moisés, como tampoco el templo hecho de piedra en Jerusalén. No era un tabernáculo
natural o hecho a mano por el hombre, sino un tabernáculo en el Espíritu levantado por
Dios mismo.

           Comparemos el verso anterior con lo escrito en la 2da. carta a los Corintios 5:1 que
dice: Porque sabemos que si la tienda de campaña de la casa terrestre de nosotros es
deshecha, edificio de Dios tenemos, una casa no hecha con manos, eterna en los
cielos. La tienda de campaña que menciona el apóstol Pablo a los hermanos hacía
referencia al tabernáculo levantado por Moisés en la ley o antiguo pacto. Fíjense también
que el apóstol Pablo aunque todavía vivía en esperanza o posición en Cristo junto a los
demás santos dice “tenemos”, en tiempo presente en sus días, un solo edificio, una sola
casa eterna, el Espíritu de Dios del que ya todos somos partícipes, en el orden celestial.

            Verifiquemos en las mismas Escrituras a que se refiere la expresión “no hecho a


mano” y comparémosla con la expresión opuesta a la que está asociada “tienda de
campaña o tabernáculo hecho a mano”.  Empecemos por:

El 2do. libro de Crónicas 6:18  Mas ¿Es verdad que Dios habitará con el hombre
en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener; ¿Cuánto
menos esta casa  que te he edificado?

                Biografía de Jesús según Marcos 14:58 Nosotros le oímos decir: Yo demoleré el


templo este hecho a mano y en el término de tres días otro no hecho a mano edificaré.

            Libro de los Hechos 7:46-48 Pero Salomón le edificó casa.  Pero no el Altísimo


en lugares hecho a mano habita; como el profeta dice:  El cielo es para mi trono, y la
tierra escabel de los pies de mí; ¿Qué clase de casa me edificaréis dice el Señor, o
qué lugar del reposo de mí?
            Libro de los Hechos 17:24 El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, este
del cielo y de la tierra siendo Señor, no en templos hechos de manos habita.

                Finalmente leamos en la carta a los Hebreos 9:24 que dice: Porque no en un


lugar Santísimo hecho a mano entró Cristo, reproducción del verdadero, sino en el
mismo cielo para comparecer en la presencia de Dios a favor de nosotros.

          Como pueden observar amados, de todas las citas anteriores, los lugares hechos a
mano se refieren a los lugares preparados por el hombre para el culto y la alabanza a Dios.
Tanto el tabernáculo de reunión dado a Moisés como el templo dado a David pero
construido por Salomón, sus especificaciones fueron recibidas de acuerdo a la instrucción
de hacer una figura en la tierra de lo verdadero en el Espíritu, hasta que llegara el tiempo de
restaurar todas las cosas, las cuales ya fueron restauradas por el Señor Jesús Cristo.

            Las moradas preparadas por el Señor mismo para el habitar por el Espíritu somos
todos nosotros los creyentes, la Iglesia que el se edificó para si mismo, porque nosotros
somos el cuerpo del Señor.

            Es hora de que todos los bendecidos con toda bendición espiritual en el Espíritu que
peregrinan por todas las naciones de la tierra entiendan de una vez y para siempre que son
perfectos en Cristo y por tanto son miembros del cuerpo del Señor en el Espíritu.

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