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Introducción
Factores de la competencia
Umbrales: Principios y aplicaciones
Referencias
J. D. Doll
Introducción
El conocimiento de la competencia de las malezas con las plantas cultivables es
probablemente tan viejo como la práctica de cultivo y el desarrollo de la agricultura
moderna. Los primeros agricultores iniciaron la preparación del terreno con el fin de facilitar
el desarrollo de las especies vegetales escogidas como cultivables y seguidamente
eliminaban otras especies indeseables, que solían aparecer al unísono tan pronto se
realizaba la plantación o siembra. Así fue que nació el manejo de malezas, cuyo objetivo
era de evitar la competencia de las plantas indeseables y, así, elevar la producción
agrícola.
Sin embargo, el hecho que las pérdidas causadas por las malezas son "ocultas" (todo lo
contrario al daño causado por los insectos, roedores, enfermedades y otras plagas, lo que
trae por consecuencia que el agricultor no vea la productividad perdida a causa de la
incidencia de las malezas), ha ocasionado que no se entienda la importancia del desyerbe
a tiempo para disminuir, al menos, parcialmente los efectos negativos de las malezas en
los cultivos, por lo que también esta actividad queda igualmente "oculta" y no es
reconocida en toda su extensión por los agricultores. La comprensión de los principios y de
algunas complejidades de la interacción entre las plantas elevaría el conocimiento sobre la
importancia de la interferencia de las malezas en los sistemas agrícolas.
En años recientes los malezólogos han realizado numerosos estudios sobre el carácter
inhibitorio de una serie de sustancias liberadas por los órganos de las malezas sobre el
crecimiento de las plantas cultivables. Este fenómeno es conocido como alelopatía, el cual
causa efectos depresivos importantes sobre algunas especies vegetales en condiciones
determinadas. El efecto combinado de la competencia y la alelopatía es denominado
interferencia. La mayor parte del daño de las malezas es el resultado de la lucha por los
elementos vitales de crecimiento (luz, agua y nutrientes), a lo cual va dirigido el resto de
esta discusión. El término competencia será utilizado en un sentido amplio, que incluirá
también el posible daño aleloquímico.
Factores de la competencia
Duración de la competencia
Densidad de malezas
Nivel de nutrientes
Disponibilidad de agua
Efectos combinados
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Capítulo 3. Dinámica y complejidad de la competencia de malezas
Duración de la competencia
Esta regla general de los períodos críticos de competencia, de extenderse desde un tercio
hasta la mitad del ciclo de los cultivos, es considerablemente variable entre las diversas
plantas cultivables. Por ejemplo, la casava o casava es plantada a una distancia amplia
entre surcos y la planta suele crecer más lentamente que otros cultivos alimenticios
esenciales. En Camerún, tres desyerbes en el ciclo de la yuca, realizados a las 4, 12 y 20
semanas después de la plantación dió óptimas rendimientos (Ambe et al 1992). Si sólo se
realizaban dos desyerbes, a las 4 y 12 semanas, el cultivo rendía el doble de lo que se
obtenía con desyerbes a las 2 y 12 semanas. Así, el desyerbe en yuca puede comenzar
algo más tarde que en otros cultivos, con menor perjuicio en los rendimientos previstos a
obtener.
El período crítico también varía entre especies. Las agresivas malezas perennes, tales
como Cyperus rotundus L. o Convolvulus arvensis L. exigen mayor frecuencia de desyerbe
que en las áreas donde predominan malezas anuales. Esto se debe a que las especies
perennes regeneran varias veces a partir de sus reservas contenidas en los órganos
subterráneos de reproducción. Por otro lado, las áreas con una baja infestación de malezas
no necesitan de regímenes prolongados y repetidos de desyerbe, como sucede en el caso
de terrenos con una presión abundante. De esta forma, el período crítico es de utilidad
limitada en términos de manejo de malezas a nivel de campo. Para aquellos agricultores
poco informados sobre los problemas que causan las malezas, las especies presentes y
sus densidades, el conocimiento del período crítico de competencia puede servir de base
para planear mejor un programa de manejo de malezas, pero en el futuro se requerirá una
compresión más completa de la interacción maleza/planta cultivable.
Densidad de malezas
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Capítulo 3. Dinámica y complejidad de la competencia de malezas
No es sorpresa que las pérdidas a causa de las malezas aumenten en la medida que la
infestación de éstas se eleve. Los estudios en el arroz demuestran que densidades de 10,
50 y 250 plantas/m2 de la especie Echinocloa crus-galli (L.) Beauv. redujeron el
rendimiento del cultivo en 57, 80 y 95%, respectivamente, a una densidad de 30 plantas de
arroz/m2 (Smith 1968). A una densidad del arroz de 300 plantas/m2, las pérdidas se
redujeron a 25, 59 y 79% para las tres densidades indicadas.
Nivel de nutrientes
con N2 sin N2
0 semana 100 80
2 semanas 86 51
4 semanas 77 41
6 semanas 46 33
1
El rendimiento máximo fue de 2280 kg/ha
2
Se aplicó nitrógeno a 120 kg/ha
Disponibilidad de agua
Este aspecto de la competencia varia de una estación a otra, de un año o lugar a otro y de
una especie a otra (si no se dispone de irrigación). En las regiones semi-áridas, la
competencia por el agua es más crítica que en las áreas con abundantes precipitaciones.
Los estudios con cuatro especies de malezas en cacahuetes arrojaron que 8 plantas de
malezas/7 m de surco resultaba en pérdidas de los rendimientos de 32 a 45% entre las
distintas especies y de 21 a 55% entre suelos de textura gruesa y fina (Buchanan y Hauser
1978).
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Capítulo 3. Dinámica y complejidad de la competencia de malezas
Ipomoea purpurea 8 40 50
Efectos combinados
¿Es afectado el grado de competencia de las malezas por el método de control?; ¿son los
herbicidas mejores que los medios mecánicos o manuales de control o viceversa? Cuando
cualquier método de control de malezas es realizado a tiempo y de tal manera que no se
dañe la planta cultivable, los resultados deben ser similares. Desafortunadamente, no
siempre sucede así. Por ejemplo, los herbicidas o el apero de labranza mecánica o
herramienta pueden dañar al cultivo. El potencial de daño es variable con la selectividad
relativa del herbicida y la destreza de la persona que opera el apero de labranza o
herramienta. Cuidado debe tenerse cuando se desyerba manual o mecánicamente para no
afectar las plantas pequeñas de cultivo o causar daños innecesarios a sus raíces. Algunas
malezas perennes pueden ser mejor controladas con el uso de herbicidas capaces de
translocarse en la planta tratada y así prevenir o reducir su regeneración. Los herbicidas
son también más efectivos en períodos de abundantes lluvias, ya que su comportamiento
resultará al máximo de su potencial, mientras que el desyerbe manual o mecánico será
sumamente difícil bajo estas condiciones.
Sin embargo, son pocos los casos en que el concepto de umbral haya sido realmente
aplicado como una herramienta de trabajo del agricultor para la toma de decisiones de
manejo de malezas. Esto se debe a que el principio de umbral es dependiente de otros
factores y no tan sólo del número o densidad de malezas. Se requiere también saber el
tamaño relativo del cultivo y las malezas. Las malezas de altura menor a la del cultivo
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Capítulo 3. Dinámica y complejidad de la competencia de malezas
serán menos competitivas que aquellas que se igualan con la de la planta cultivable. No
todas las malezas compiten de igual forma, por lo que hay que conocer las especies
presentes y su habilidad competitiva. Las malezas están raramente distribuidas con
uniformidad en el campo, lo que suele confundir la interpretación de los datos de los
conteos de especies de malezas. La competencia de las malezas varía con la distancia de
los surcos de siembra (por lo general, las malezas afectan menos a los cultivos plantados
en surcos poco distantes entre sí), la densidad de la planta cultivable, el nivel de nutrientes
del suelo, la capacidad de retención de humedad del suelo, la sanidad del cultivo (en
términos de afectación por insectos y enfermedades) y otros factores de manejo y del
ambiente de un lugar específico.
Además de la reducción directa del crecimiento y la productividad del cultivo, las malezas
también pueden interferir con la recolección de la cosecha, reducir la calidad de la
producción y servir de hospederas a diversas plagas. También algunos productores temen
que niveles no económicos de infestación puedan causar futuros problemas mediante la
producción de semillas de las plantas indeseables con la consiguiente acumulación de las
mismas en el banco de semillas del suelo. Es prudente considerar estos aspectos en el
diseño de programas apropiados de manejo de malezas, basados en los principios de los
umbrales.
En virtud de esto, ¿podemos esperar que se desarrollen métodos para la predicción de los
efectos de la competencia de las malezas y así utilizar el principio de manejo integrado de
plagas de "tratamiento/control de la plaga según sea necesario? La respuesta es
afirmativa, siempre que dispongamos de suficientes datos sobre la habilidad competitiva de
cada especie de maleza y las variaciones de su competencia bajo un rango variado de
condiciones, como ya se ha descrito. Algunos ejemplos existen ya de tales estudios.
Probablemente los más extensivos en este orden son los realizados en Europa,
encaminados a desarrollar métodos reales de umbrales para el control de gramíneas
anuales (Avena fatua L. y Aleopecurus myosuroides Huds.) en cereales, así como los que
se desarrollan en EE.UU. para diversas especies anuales y perennes en maíz y soya
(Medina et al. 1991).
Un nuevo enfoque promete el mejoramiento del método de umbrales (Lybecker et al. 1991;
Wilson et al. 1985). Este método discrimina las semillas de malezas del suelo, las que
luego se cuentan y se identifican a los efectos de predecir las especies y densidades que
puedan ocurrir en el campo. El método es laborioso su ejecución, pero sus resultados
permiten diseñar los programas de manejo de malezas de acuerdo a la presión de éstas
prevista, para así decidir cuales medidas mecánicas o tratamientos de herbicidas se
deberán aplicar antes o al momento de la siembra o plantación. Naturalmente, cualquier
aplicación post-emergente sería siempre sobre la base de las especies presentes, su
densidad y tamaño.
Harvey y Wagner (1992) han desarrollado un método que simplifica la determinación de las
malezas en el banco de semillas en el suelo. El procedimiento está basado en el hecho
que las malezas que emergen en un campo reflejan tanto la densidad como la diversidad
del banco de semillas. Varias áreas pequeñas (3 x 3 m) son ubicadas en cada campo y no
desyerbadas durante los primeros 40 días después de la plantación. La biomasa relativa de
las malezas y del cultivo es estimada visualmente. Las especies presentes son también
registradas. Las áreas son luego desyerbadas manual o químicamente para prevenir la
producción de semillas. Estos valores de "presión de malezas" son altamente
correlacionados con las pérdidas causadas por las malezas de no desarrollarse las
medidas de control. Estos resultados carecen de valor para el cultivo ya en desarrollo, pero
si permite al productor realizar los cambios necesarios en sus programas de manejo de
malezas para futuras siembras o plantaciones. Naturalmente, este método debe ser
practicado por varios años en los campos a evaluar, para así lograr detectar las variaciones
en la emergencia y composición de las malezas que puedan ocurrir de un año a otro.
Referencias
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Capítulo 3. Dinámica y complejidad de la competencia de malezas
DeDatta S., J. Moomaw y R. Bantilan 1969. Effects of varietal type, method of planting, and
nitrogen level on competition between rice and weeds. Proceedings 2nd Asian- Pacific
Weed Control Interchange 2: 152-163.
Harvey R. y C. Wagner 1992. A simple technique for predicting future weed problems.
Nutrient and Pest Management Program, University of Wisconsin. Miscellaneous
Publications. 4 pp.
Lybecker D., E. Schweizer y R. King 1991. Weed management decisions in corn based on
bioeconomic modeling. Weed Science 39: 124-129.
Mercado B.I. 1979. Introduction to weed science. Southeast Regional Center for Graduate
Study and Research in Agriculture, Laguna. 292 pp.
Medena S., G. Wilkerson y H. Coble 1991. HERB Users Manual. Department of Crop
Science, North Carolina State University Research Report 131. Raleigh, North Carolina. 28
pp.
Smith R. Jr. 1968. Weed competition in rice. Weed Science 16: 252-254.
Wilson R., E. Kerr y L. Nelson 1985. Potential for using weed seed content in the soil to
predict future weed problems. Weed Science 33: 171-175.
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s07.htm[23/10/2019 17:58:08]