Los microorganismos son los componentes más importantes del suelo, constituyen su parte
viva y son los responsables de la dinámica de transformación y desarrollo.
La mayor actividad de los microorganismos se realiza desde la superficie del suelo hasta
unos 20 cm de profundidad. Las colonias de microorganismos permanecen adheridos a las
partículas de arcilla y humus.
A las raíces de las plantas que les suministran sustancias orgánicas que les sirven de
alimento y estimulas su reproducción.
La microflora del suelo está compuesta por bacterias, actinomicetos, hongos, algas.
(Arango, 2013)
- Bacterias
Los beneficios de las bacterias para los cultivos se relacionan con un incremento en la
cantidad de raíces y un aporte importante de elementos básicos para el desarrollo y
producción. El número de bacterias tiene una estrecha relación con algunas propiedades
físicas del suelo, como la textura, estructura, porosidad, aireación y retención de humedad,
ya que su actividad se beneficia con una mayor disponibilidad de oxígeno, principalmente
en aquellos suelos con poca compactación y sin excesos de agua.
Dentro de las propiedades químicas que favorece la actividad de las bacterias se encuentra
un pH cercano a la neutralidad, una baja acidez, altos contenidos de materia orgánica y alta
disponibilidad de algunos elementos necesarios para su metabolismo, como N, Ca y Mg.
También es importante tomar en cuenta los factores que pueden afectar negativamente las
poblaciones de bacterias, dentro de éstos está la presencia de otros organismos
antagónicos y de sustancias contaminantes en el suelo, así como la aplicación de
agroquímicos. (Acuña, s.f.)
- Hongos
Los hongos movilizan nutrientes minerales hacia las raíces de las plantas, aumentan la
capacidad de retener agua en sequía, fijan nitrógeno y fósforo y protegen las raíces de
fitopatógenos por espacio y emitiendo sustancias que los inhiben. Los hongos son muy
activos en las plantas y prefieren los azúcares que estas segregan por las raíces. También
toman aminoácidos. (Delgado, s.f.)
- Actinomicetos
son microorganismos del suelo caracterizados por ser organismos intermedios entre los
hongos y las bacterias. Tienen aspecto filamentoso y, al igual que los hongos, la capacidad
de segregar antibióticos. realizan numerosas reacciones bioquímicas y participan en el
proceso de formación de humus y en la alimentación de las plantas al mineralizar la materia
orgánica. Algunas especies pueden fijar nitrógeno atmosférico en asociación con algunas
especies de árboles. Su número en el suelo agrícola es elevado (un millón a cien millones
por gramo de tierra). Su peso medio es de una tonelada por hectárea.
Sin duda los actinomicetos son de gran importancia para la disolución de la materia orgánica
del suelo y la liberación de nutrientes de ella. Reducen a formas más sencillas los
compuestos más resistentes, como la lignina. La capacidad de los actinomicetos de
simplificar el humus es importante, especialmente respecto al nitrógeno. Los actinomicetos
tienen la habilidad de volver a poner estas sustancias en circulación, junto a los hongos y
las bacterias, como agentes fertilizantes en el suelo cultivable. (biologia del suelo, s.f.)
- Algas
Son encargados de la clorofila Se encuentra en las capas superficiales del suelo. Su función
es la descomposición de los materiales orgánicos formando el suelo y fijando nitrógeno y
Potasio.
Las algas y sus derivados mejoran el suelo y vigorizan las plantas, incrementando los
rendimientos y la calidad de las cosechas, por lo que en la medida que esta práctica se
extienda irá sustituyendo el uso de los productos químicos de síntesis por orgánicos,
favoreciendo así una agricultura sostenible.
La mayor actividad de los microorganismos se realiza desde la superficie del suelo hasta
unos 20 centímetros de profundidad. Las colonias de microorganismos permanecen
adheridas a las partículas de arcilla y humus (fracción coloidal) y a las raíces de las plantas
que les suministran sustancias orgánicas que les sirven de alimento y estimulan su
reproducción.
Un suelo fértil es aquel que contiene una reserva adecuada de elementos nutrientes
disponibles para la planta o una población microbiana que este liberando nutrientes en
forma permanente hasta alcanzar un balance que permita un buen desarrollo vegetal.
(Delgado, s.f.)
BIBLIOGRAFIA