LAS AULAS INCLUSIVAS

En las aulas inclusivas, se presta apoyo y asistencia a los alumnos para ayudarles
a conseguir los objetivos curriculares adecuados. No se pretende que dominen el
currículo escolar de acuerdo con una norma definida de antemano, sin tener en
cuenta sus distintas características y necesidades. Cuando hace falta y con el fin
de satisfacer sus necesidades, el currículo de la enseñanza general se adapta, se
amplía o ambas cosas.

Las aulas inclusivas parten de la filosofía de que todos los niños pertenecen al
grupo y todos pueden aprender en la vida normal de la escuela y de la comunidad.
Se valora la diversidad; se cree que la diversidad refuerza la clase y ofrece
mayores oportunidades de aprendizaje a todos sus miembros.

Que es posible incluir a todos los alumnos en las aulas siempre que los
educadores hagan el esfuerzo de acogerlos, fomentar las amistades, adaptar el
currículo y graduar las prácticas.

Cuando el personal de las escuelas empieza a implantar el modelo de aulas

inclusivas, se da cuenta de que un elemento necesario y clave para el éxito es la
colaboración entre los profesores, el resto del personal del centro, los padres y los
alumnos.

Durante la mayor parte de la historia de la enseñanza pública en Norteamérica, los

educadores pensaban que quienes, por algún concepto, se consideraban
diferentes tenían que recibir su enseñanza pública obligatoria en un lugar distinto y
de otra manera. En consecuencia muchos profesionales de la educación llegaron
a penar que la mayoría de los alumnos era de algún modo diferente. Unos
alumnos aprenden muy rápido dejando atrás a sus compañeros.

Otros aprenden con dificultad o necesitan más tiempo para comprender y utilizar
ciertos tipos de información. Otros tienen diversas minusvalías físicas, sensoriales,
emocionales o cognitivas que solo les permite aprender parte de lo que sus
compañeros adquieren mediante los sencillos procesos de la rutina cotidiana.