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INTRODUCCION

Hablar de democracia en nuestros días puede conllevar a diversas dificultades, ya


que es sabido que no existe solo una definición de esta. Para hacer contexto,
podemos recordar que en la antigüedad clásica, específicamente en Atenas, la
democracia se basaba en el principio de la igualdad, hay que aclarar que la igualdad
para los griegos no era precisamente para todos las personas, los “iguales” eran los
hombres adultos, con entrenamiento militar, es decir, se excluía a las mujeres, niños
y esclavos, estos no tenían ningún tipo de participación en la vida política de la
Polis. Ciertamente dentro de esta misma Atenas del mundo clásico, podemos
encontrar fervientes detractores de este modelo, por ejemplo Platón y Aristóteles,
que veían a la democracia como un régimen de gobierno al que se debía evitar,
principalmente por tres razones, la primera, es que la mayoría, en virtud del poder
que adquiere podía usarlo para oprimir a las minorías, la segunda, es que el pueblo
puede buscar motivación en su interés particular, a costa de los intereses de la
sociedad como todo, y tercero, el pueblo fácilmente se deja llevar por ondas de
pasión y emoción, que lo alejan de la razón.

A día de hoy, la democracia es el principal régimen en el mundo, y como es de


suponerse, pueden variar increíblemente de un país a otro, además existe una
amplia variedad de autores que han intentado llegar a una definición clara de este
concepto, y que por supuesto no siempre utilizan las mismas condiciones para
categorizar un régimen como democrático. Si nos vamos a una definición
etimológica de la democracia, esta quedaría compuesta por dos palabras, “demos”
que traducida seria pueblo, y “kratos” que sería poder o gobierno, es decir, la
traducción literal seria “Gobierno del pueblo”, podemos recordar también, que
Abraham Lincoln en un famoso discurso que hizo durante la guerra civil
norteamericana, prácticamente definió democracia como, “el gobierno del pueblo,
por le pueblo y para el pueblo”.

Entonces queda por preguntarnos, ¿Es realmente en nuestros días la democracia,


el gobierno del, por y para el pueblo?
LA DEMOCRACIA

La democracia muchas veces es vista como un ideal de gobierno, en el que la


participación de los ciudadanos en la toma de decisiones debería ser directa,
pudiendo cada uno expresar su opinión. Todos sabemos que este ideal es imposible
de concretar en sociedades modernas como las que vivimos, ya que el número de
ciudadanos es inmenso, y que cada uno tuviera voz y voto para tomar todas las
decisiones volvería ingobernable los países, ya que se viviría en un constante
debate de ideas y opiniones. Es por esto que muchas autores modernos han definir
democracia en términos y con características que pueden ser aplicadas a la realidad
actual, por ejemplo Dahl (1989) habla de la democracia, como Poliarquía, y hace
referencia a esta como las “Democracias realmente existentes”, para el, el gobierno
democrático se caracteriza fundamentalmente por su continua aptitud para
responder a las preferencias de sus ciudadanos, sin establecer diferencias políticas
entre estos. Y por supuesto establece ciertas condiciones mínimas para que se dé
la democracia entre un gran número de habitantes, estas son: tener la capacidad y
la libertad para formular preferencias; tener la posibilidad de manifestar
públicamente dichas preferencias, ya sea entre sus partidarios como ante el
gobierno; y recibir igualdad de trato por parte del gobierno, es decir, no puede haber
discriminación por el contenido de tales preferencias. Si nos guiamos por una
definición como la de Dahl, por supuesto que debemos pensar que la democracia si
es el gobierno del, por y para el pueblo, ya que según sus características, este
gobierno debe velar por las preferencias de sus ciudadanos y respetarlas,
prácticamente subordinándose a lo que este desee. No debemos olvidar que la
democracia actual funciona a través de la representación, por razones ya obvias, y
esta representación consiste en un mandato que está en manos de la ciudadanía,
que pasa hacia los representantes a través del voto, estos representantes son los
encargados de velar por los intereses del “pueblo”.

Ahora si lo vemos en la práctica esto dista mucho de la realidad, día a día vemos
como los gobernantes son los mismos de siempre, los partidos políticos con sus
figuras más influyentes se perpetúan en el poder, y debido a esto, podemos ver que
los valores de la democracia se desvirtúan y se pierden, al final es una minoría que
generalmente cuenta con recursos económicos la que ostenta los cargos y a través
de estos ven reflejado sus propios intereses. Es cierto que la complejidad que
implica manejar un gobierno hace que no cualquier persona pueda asumir ese cargo
de “representante”, y que la variedad de asuntos de los que se tiene que encargar
es muy amplia haciendo imposible velar por los intereses de todos y cada uno de los
ciudadanos, pero son pocos los gobernantes y representantes que hemos visto que
velan realmente por los intereses de la gente, por ejemplo, el Chile actual está
pasando por una seria crisis de representación debido a todos los escándalos en
que se han visto envueltos una gran cantidad de políticos, escándalos en los que
estas personas, que suponen representar al pueblo, ponen por delante sus propios
intereses y generalmente los de las personas con más recursos económicos, claro
ejemplo es el caso de la Ley de pesca, en la que tuvo un importante rol Pablo
Longueira, en resumidas cuentas, con esta ley se entregó de manera perpetua y
gratuita la totalidad de los derechos sobre los peces del mar chileno a 7 familias, y
en la que durante su tramitación se detectaron pagos políticos a parlamentarios con
el fin de que fuera aprobada. Es por este tipo de situaciones que el pueblo ve
mermada la posibilidad de que sus problemas se vean considerados y
materializados.[ CITATION Bus11 \l 10250 ]

La Libertad Y Otras Virtudes De La Democracia

Ya vimos que la democracia importa porque provee de libertad al individuo. Ahora


nos concentraremos en la relevancia, precisamente, de la libertad. También
comentaremos un poco respecto a otras de las razones por las que la democracia
es crucial: puede contribuir a la paz y estabilidad sociales, así como a la generación
de progreso económico para todos.

En esencia, la libertad es de importancia porque provee un marco que permite que


el individuo “sea”, es decir, que se desarrolle plena y satisfactoriamente. Sin libertad,
las personas no pueden decidir a qué dedicarse, dónde vivir, qué estudiar, cuántos
hijos tener e incluso cuestiones como qué tipo de ropa vestir. De hecho, en ausencia
de libertad se puede dar el caso de que al individuo incluso se le diga, o se le
pretenda decir, qué pensar. Un ejemplo de lo anterior está dado por algo que suele
ocurrir en los países que se autodenominan democráticos, pero que, en realidad,
están lejos de serlo: los asesinatos de periodistas que expresan opiniones distintas
a las “oficiales” o, simplemente, diferentes a las de un grupo en particular. Otro
ejemplo de lo que sucede cuando no hay libertad es lo que le pasó a la comunidad
judía en Alemania durante la época nazi: nada más por ser judíos, millones de
personas perdieron sus trabajos, sus casas, sus familias y, en muchos casos, hasta
sus vidas. En una democracia de verdad esto nunca hubiera sucedido, pues, al
garantizarse los derechos básicos de toda persona, nadie ni siquiera por decisión de
la mayoría podría haber hecho con los judíos lo que los nazis hicieron. [ CITATION
Bob05 \l 10250 ]

El Gobierno Democrático Y Los Costos De Su Ausencia

Aquel gobierno que entiende la relevancia de la ley y de la libertad, la importancia


de los derechos de las minorías y, además, respeta los resultados electorales, es
sin lugar a dudas uno democrático. Construir una autoridad con estas características
no es una tarea fácil ni, mucho menos, automática. En primer lugar, se requiere de
que los gobernantes entiendan que detentan el poder político es decir, la autoridad y
capacidad para hacer y ejecutar las leyes– para servir a los gobernados, es decir, a
los ciudadanos, y no, al contrario, para aprovecharse de ellos. Una forma de lograr
esto es por medio de la división de poderes, o sea, la fragmentación del poder
político, de manera tal que no quede en manos de una sola persona o un solo
grupo, pues, en teoría, al dividir el poder se crea un sistema de pesos y contrapesos
que coadyuvan a balancear el ejercicio de gobierno.

Por ello es que en toda democracia que se precie de serlo ningún individuo detenta
todo el poder. Así, por ejemplo, en el Reino Unido el premier y su partido hacen las
leyes, pero, existe un Poder Judicial independiente que dictamina la validez del
marco legal. Y en Estados Unidos, como en muchos países latinoamericanos, hay
un encargado del Poder Ejecutivo (el presidente), un cuerpo que diseña el marco
legal (el Congreso) y un Poder Judicial (los jueces), además de que existe también
una repartición vertical del poder: gobierno federal, estatal y local. [ CITATION Piq09 \l
10250 ]

La Relevancia De La Oposición Democrática

Si bien es verdad que la oposición no sólo es útil sino indispensable, no estamos


hablando de cualquier tipo de ella: evidentemente, nos referimos a la democrática,
la cual es de enorme importancia cuando lo que se pretende es construir y/o
respaldar el juego democrático, pues, así como éste depende en gran medida de lo
que haga y/o deje de hacer la autoridad, también lo que la oposición diga, realice,
etcétera, es de gran relevancia.

Por oposición democrática se entiende aquella que, de manera organizada, busca


construir la democracia cuando ésta es inexistente. Asimismo, oposición
democrática es la que intenta que la democracia retorne cuando ya estaba ahí, pero
fue abolida. Igualmente, es evidente que la oposición democrática es aquella que,
dentro del sistema democrático, acepta su derrota en las urnas, no se sale del
marco de la ley a la hora de expresar sus diferencias con el gobierno ni transgrede
los derechos de otros para expresar su inconformidad en relación con el tema que
sea (por ejemplo, no es democrático bloquear una calle o tomar una carretera para
exteriorizar nuestro desacuerdo con quienes gobiernan). Aunado a ello, la oposición
democrática está pendiente de que el gobierno mismo no se aparte de la legalidad.
Paralelamente, es más que obvio que la oposición democrática desea llegar al
poder, sí, pero lo crucial es que pretende hacerlo únicamente por medio de los
votos, es decir, le dice un rotundo no a la violencia, a la agresión, a la intimidación,
etcétera, como vehículos para lograr ser gobierno. Además de lo anterior, la
oposición democrática defiende los derechos de toda persona independientemente
de si se trata de uno de sus partidarios. De igual manera, la mencionada oposición
es tolerante, o sea, está siempre dispuesta a dialogar y negociar, aunque, eso sí,
nunca a costa de la democracia misma, es decir, jamás a costa de la ley, de los
derechos de los individuos y, por supuesto, de los sufragios. [ CITATION Bob05 \l 10250 ]

CONCLUSIONES:

En este ensayo, explicamos qué es la democracia y detallamos el porqué de su


relevancia: gracias a ella, todos los individuos participan en las decisiones que
conciernen a la colectividad, incluso si esto sólo ocurre de manera indirecta.
Asimismo, la democracia es crucial porque provee un marco de interacción colectiva
favorable a la libertad individual. Esto es importante porque, sin libertad, los
individuos no pueden ser, es decir, no se realizan, no llevan vidas plenas, etcétera.

Al hablar de democracia nos referimos, entonces, al sistema democrático de


naturaleza liberal. En dicho sistema los votos, y el respeto a éstos, claro está, son
condiciones sine qua non: donde no hay elecciones periódicas y limpias para
renovar el gobierno o, en su defecto, no son respetadas, no hay democracia. Lo
mismo vale para las leyes que potencian la libertad: sin un marco legal que respalde
al individuo, la democracia no es tal. Lo anterior se traduce en que, en una
democracia de verdad, quien detenta el poder debe utilizarlo no para abusar de los
gobernados sino para protegerles de cualquier atropello, sin importar de dónde
provenga éste. Paralelamente, el gobierno tiene que ser el primero en respetar la
ley, además de que nunca violentará los derechos de nadie y siempre respetará, y
hará valer, los resultados electorales.

La oposición democrática es de gran importancia porque coadyuva a darle solidez a


la democracia, obviamente, y a todo lo bueno que ésta trae consigo. Así, dicha
oposición es responsable, es decir, es tolerante y sabe negociar. Además, no
miente ni manipula con el fin de conseguir votos, nunca. Tampoco ataca nada más
por atacar puesto que, si lo hace, no contribuye al debate ni a la construcción sólida
de ideas y propuestas. Aunado a ello, la oposición democrática es respetuosa de la
legalidad y vigila que nadie, incluido el gobierno, evidentemente, la quebrante.
Paralelamente, valora los votos y no cuestiona los resultados electorales (a menos
de que cuente con evidencia clara de fraude o trampas). Igualmente, la oposición
democrática defiende los derechos de todos, incluidos los de quienes no comulgan
con ella: la oposición en cuestión aprecia, valora y respeta la libertad.
BIBLIOGRAFÍA
Bobbio, N. (2005). Liberalism and Democracy. London.

M.B, B. (2011). Democracia, lucha e igualdad. En G. V. Curiel, Formacion


Ciudadana . Guadalajara: Escolares de occidente.

Piquer, J. M. (2009). libertad, democracia y razón de Estado.

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