político.
Así, al reivindicar el liberalismo político, el
Democracia y Socialismo
En el presente documento abordamos
democracia y socialismo como elementos
centrales del radicalismo chileno. En primer lugar,
entendemos a estos principios como un resultado
ideológico de un proceso socio-histórico. Por eso,
el análisis preliminar es abordado desde la historia
del radicalismo y de Chile, contrastándolo con la
realidad social, con el fin de entregar una mejor
comprensión de cómo la democracia y el
socialismo son conceptos fundamentales para el
radicalismo chileno.
1. El radicalismo en el Estado Oligárquico 1
del SXIX
Es desacertado hablar de democracia y
socialismo en los comienzos del radicalismo. El
radicalismo en la época es un producto histórico
del Estado Oligárquico llevado a cabo por la
burguesía minera de Copiapó, marginada de las
decisiones políticas de la oligarquía tradicional
chilena, por lo que su interés inicial no versa en
buscar una sociedad ni socialista, ni democrática.
El liberalismo de ese entonces era instrumental e
inconsecuente, enfocándose en el liberalismo
económico, desentendiéndose del liberalismo
político y de los derechos políticos que significa
esto, lo que lo posicionaba al centro del espectro
1 2
El Estado Oligárquico es el modelo de Estado y
organización política que caracterizó el SXIX
latinoamericano, llevada a cabo por las familias
criollas dominantes que concentraban la propiedad
de la tierra (en las haciendas). La Oligarquía
controló la política durante el SXIX y comienzos
del XX. Se considera generalmente, que en Chile
el Estado Oligárquico acaba institucionalmente en
1925, aunque en la práctica es un fenómeno que
tarda las primeras tres primeras décadas del SXX,
y se debilita con la entrada de sectores medios y
populares a la política.
radicalismo, se ubica efectivamente a la izquierda
del espectro político del SXIX, lo que hace que el
radicalismo sea el primer representante político de
los sectores sociales medios, apartados de la
política, y que con ello se genere la tendencia que
busca abrir la participación y decisión en la
política. A ello le sumamos posteriormente la
nueva realidad económica, política y social de
comienzos del SXX, y la incorporación de estos
sectores a la política. Este proceso culmina con un
radicalismo que se declara abiertamente socialista
y democrático en 1930.
Como precedente, la Sociedad de la
Igualdad es importante para el radicalismo: esta
abogaba por un liberalismo político contradictorio
con la realidad social chilena, principalmente en lo
que respecta a las libertades individuales, y al
sufragio como medio de participación. Dichas
posturas implican un cuestionamiento al orden
social de Chile, como ya lo había hecho Santiago
Arcos2 en mitad del SXIX, quien junto a Bilbao,
influye de manera determinante en el pensamiento
de Matta. La Sociedad de la Igualdad termina por
ser semillero de liberales y radicales. A su vez, los
radicales fueron más fieles a la transformación
política con la que plantearon su primer programa
político (1888), cuando el Partido Radical se
constituye a nivel nacional 3.
Miembro de la Sociedad de la Igualdad, cuyos
aportes ideológicos a la política de la época fueron
a todas luces vanguardistas, contemplando en
1851 ideas como el sufragio universal, la reforma
agraria, y la inclusión del bajo pueblo a la vida
política (Ver Carta de Santiago Arcos a Francisco
Bilbao, 1852)
3
O.A.A. El Partido Radical, Folleto político de
actualidad, 1875. “La teoría Radical progresista
podría definirse en estos o en otros semejantes
términos: demolición completa e inmediata de
todas las instituciones imperfectas; i reemplazo
 El radicalismo es un liberalismo político
puro que entra en conflicto permanentemente con
el orden establecido y el interés general de la
oligarquía tradicional, lo que explica el carácter
minoritario de sus comienzos. Dicha tendencia
política contradictoria, hace que se incorporen
nuevos sectores sociales al radicalismo. La
disputa por la conducción entre grupos
oligárquicos y sectores medios, generan quiebres
del partido4, pero a su vez, se consolidan
transformaciones en la visión que el partido tiene
de la realidad social. Sin embargo, sus decisiones
aún son sostenidas en gran parte por un sector
social oligárquico al interior del partido.
2.- La influencia ideológica de Valentín Letelier
La figura de Valentín Letelier en esta
etapa ayuda a comprender mejor la definición
ideológica del partido. Proveniente del mundo
académico, y del sector interno cercano a Pedro
León Gallo en su juventud 5, Letelier encarna las
críticas de los nuevos sectores medios que toman
decisiones en el interior del radicalismo. Cercano
a Balmaceda por el proyecto pedagógico de la
Universidad de Chile, Letelier viaja a Alemania en
búsqueda de insumos para el proyecto, donde
conoce ideólogos como Kautsky y Bernstein, y se
acerca a la idea del socialismo de estado, en
virtud del cual se garantizan derechos sociales
desde la estructura del Estado, el que pasa a
del progreso humano, en las relaciones civiles i
políticas de los hombres constituidos en nación”.
4
Por ejemplo, nace el Partido Democrático, de
orden socialdemócrata y orientado hacia los
sectores medios y populares en 1888, luego de no
resolver diferencias internas en el radicalismo. De
esta misma tienda nace, en 1912, el Partido
Obrero Socialista que derivará años más tarde en
el Partido Comunista de Chile.
5
IBAÑEZ VERGARA, Jorge: Pedro León Gallo. Gallo”. 6
Fundación Tierra Amarilla, 2011.
tomar un rol más activo en la economía,
generando las transformaciones sociales desde el
aparato estatal. Luego de la Guerra Civil, y a
pesar de su crítica a Balmaceda por la matanza
de Lo Cañas, Letelier cae preso y es
posteriormente puesto en libertad. Sin embargo,
retomará un rol ideológico más activo en el SXX,
como rector de la Universidad de Chile. En 1906,
y con el apoyo interno de los sectores medios del
radicalismo, denuncia los males sociales de la
época en los sectores más desposeídos de la
sociedad. El radicalismo aún está lejos de
declararse socialista, pero en estos años denuncia
al capitalismo como causa de la cuestión social.
3. El cambio de paradigma: 1906-1931
La incorporación de los sectores medios
a la vida política genera una transformación
ideológica del radicalismo encabezada por
Letelier, y que se extiende desde 1906 a 1931.
Este giro contrasta con la consagración del
parlamentarismo y el control político y económico
de la oligarquía tradicional. ¿Qué genera dicho
cambio?
3.1. Realidad y cuestión social: incorporación
de sectores medios y populares a la política 6. La
cuestión social en Chile vive su momento más
álgido a comienzos del SXX. La situación de
miseria de sectores sociales bajos hace que se
incorporen nuevas demandas de clase en el
radicalismo, y que nuevos sectores constituyan
una militancia crítica en la base, contrapuesta con
la dirigencia más tradicional y oligárquica, en un
contexto de desconfianza hacia las instituciones.
PARTIDO RADICAL, Convención del Partido
Radical de 1906. Programa y acuerdos. Imprenta
Barcelona. Santiago de Chile, 1906.
3.2. Desde el liberalismo clásico hacia una
concepción igualitarista del liberalismo 7. En
términos ideológicos, el liberalismo político en
Chile siempre se vio limitado, pues el énfasis se
encontraba en el liberalismo económico: este es
cuestionado por la realidad social del país,
mientras que el liberalismo político ponía en riesgo
el orden social de la época, y el privilegio que
daba a un sector. El radicalismo gira hacia
posiciones igualitaristas en atención de las
consecuencias que entregaba el capitalismo 8.
3.3. Crítica al capitalismo y la oligarquía. Sin
duda, lo primero que se consolida en términos de
crítica y discurso, ante la nueva realidad social, es
una crítica al capitalismo. En 1931 el radicalismo
se asume explícitamente como socialista y
democrático, lineamiento que tiene antecedentes
desde 1906, cuando el radicalismo comienza a
criticar las desigualdades del sistema, entregando
soluciones legales9. Las críticas al capitalismo
7
SERRANO Sol y JARSIC Iván: El Gobierno y
las libertades. La ruta del liberalismo chileno en el
SXIX. Ensayo Centro de Estudios Públicos, 2010.
8
PARTIDO RADICAL, Convención del Partido
Radical de 1906. Programa y acuerdos. Imprenta
Barcelona. Santiago de Chile, 1906.
9
Ver Convención del Partido Radical de 1906.
Programa y acuerdos. Imprenta Barcelona.
Santiago de Chile, 1906. “14. Que es deber moral,
obligación social i obra de previsión política, no
abandonar en la lucha por la vida a los
desvalidos, i especialmente a los pobres que viven
del trabajo diario; i que en consecuencia, se
deben dictar aquellas leyes i crear aquellas
instituciones que sean necesarias para mejorar la
condición i para ponerles hasta donde se pueda
sin daño del derecho en pie de igualdad con las
otras clases sociales”
Incluye en el párrafo tercero mejoramiento de la
habitación de los pobres (…) implantación o
ausilio por las Municipalidades de teatros y
circos (…) Cajas de Ahorro (…) fomento de
escuelas talleres (…) fomentos de escuelas de
proletarios (…) escuelas nocturnas para obreros
(anticapitalismo) se intensifican por parte de los
sectores medios y estudiantiles, quienes se
asocian con colectividades emergentes10. Años
más tarde, en 1917, la Juventud Radical de la
época, base futura del Frente Popular, levanta
críticas contra la oligarquía (anti oligárquica) que
en esos años tiene el control político y se
desentiende de las problemáticas sociales11.
Es así como el radicalismo considera al
socialismo como una evolución de los principios
del liberalismo llevados a todos los planos de la
sociedad. El socialismo no es una doctrina política
separada del liberalismo, sino que precisamente
es una evolución de este, cuyos principios, ahora,
se abocan a influir en la sociedad toda, lo que
implica una pérdida de privilegios de parte del
sector privilegiado existente en el sistema liberal.
4. Socialismo 12
En esta deconstrucción ideológica del
panorama político, el radicalismo chileno asume el
socialismo desde la crítica al sistema capitalista,
vistas las consecuencias sociales de este. Parte
por reconocer un evidente conflicto de clases, y lo
reconoce asumiendo postura por los sectores
desfavorecidos. Sin embargo, su composición
pluriclasista, y el reconocimiento de otras
creadas por ley (…) Instituto del trabajo (…)
legislación sobre contrato de trabajo.
10
Como lo es el caso del trabajo de radicales y
anarquistas para levantar la FECh.
11
LABRA, Armando: La política radical:
Radicalismo-Socialismo-Individualismo. Centro
de propaganda de la Juventud Radical. Santiago,
1916.
12
Ver BERNSTEIN, Eduard: Las premisas del
socialismo y las tareas de la socialdemocracia.
Siglo XXI, 1982. & LACLAU Ernesto &
MOUFFE Chantal & LACLAU Ernesto:
Hegemonía y estrategia socialista. Hacia la
radicalización de la democracia. SXXI, Madrid,
1987.
categorías de dominio distintas a la lucha de
clases, por ejemplo, la lucha feminista de las
mujeres radicales en el Frente Popular.
Por ello, el radicalismo comprende dicha
lucha, como una lucha que reivindica la
ciudadanía política de los distintos sectores
sociales y su emancipación política: dicha calidad
contempla una carga de derechos que permiten
un plano de igualdad para la construcción de una
sociedad que no privilegie a unos sectores en
desmedro de ellos.
En este sentido, se entiende desde el
radicalismo, que un sistema enfocado a proteger
determinados derechos sociales y que promueva
el sistema democrático, será efectivamente un
sistema socialista, no encarnado en un estado
obrero y proletario como los socialismos reales:
Así, entonces, el socialismo que reivindica
derechos, deberes y decisiones políticas para la
ciudadanía, hace referencia a un socialismo que
da la oportunidad al/la sujeto social de construir e
incidir directamente en su sociedad mediante la
participación política como ejercicio de la
ciudadanía en una comunidad política sin
explotados ni explotadores, sino que adscritos en
relaciones sociales de no dominación 13, con
derechos y deberes políticos, y con decisión
política sobre la construcción de la sociedad.
Esta fórmula teórica se venía esbozando
desde fines del SXIX en Alemania por una visión
revisionista del marxismo que contemplaba una
readaptación de los principios del socialismo en
una sociedad cuyas condiciones objetivas habían
cambiado abruptamente con la incorporación de
ciertas mejoras a la clase trabajadora. Por ello, el
socialismo bajo la óptica del radicalismo,
13
PETIT, Phillip: El Republicanismo, una teoría
sobre la libertad y el gobierno. PAIDOS, 1999.
constituye una eficaz herramienta de análisis
social, pero no coincide siempre con las
soluciones que propone el marxismo clásico, dada
la transformación de las formas de dominación y
del capitalismo, y sus nuevas dinámicas14. Esta
discordancia con el marxismo clásico se
complementa con las condiciones que determina
los elementos culturales de cada sociedad, en
virtud de lo trabajado por Gramsci.
Son muchas variables con las que la
teoría se enfrenta como para asegurar una vía
única hacia el socialismo, y las estrategias son
variadas: En su forma más estricta y dogmática, el
socialismo permanece estancado y sin respuesta
ante la complejidad que ha adquirido el
capitalismo, proponiendo estrategias obsoletas, y
no adaptándose a la realidad social, económica y
cultural que predominan en cada ámbito social.
Así, por ejemplo, no es lo mismo hablar de
socialismo en el primer y en el tercer mundo: las
condiciones, desde el plano económico, político y
social, al cultural, ya son diferentes entre uno y
otro, por lo que cada contexto exigirá una
particular estrategia para solucionar problemáticas
sociales existentes. Es por ello que la revolución
social no es para nosotros un medio exclusivo
para el socialismo.
El revisionismo alemán determinó que el
Estado puede ser también una herramienta en
servicio del socialismo, en promueve la
organización y protección social, las cuales se
pueden garantizar mediante mecanismos
institucionales a través de diversas reformas al
sistema capitalista.
Sin perjuicio de aquello, no deja de ser
cierto que, aproximadamente después de un siglo
verifiquemos que la vía institucional y reformista
14
ABC Juventud Radical 1967. Pág. 5-6
ha entregado concesiones, pero no transforma la
esencia del sistema capitalista, y la vía de las
reformas tiende a ser lenta cuando requiere de un
falso consenso social con quienes predominan en
el sistema, representados en la sociedad, en el
mercado, y en las conductas sociales que emanan
de sus lógicas.
La idea del socialismo entonces no es
obsoleta, sino que las estrategias han demostrado
en la práctica no ser viables. Y la problemática es
la misma: Hoy, muchas de estas decisiones
políticas quedan al arbitrio de un mercado no
democrático y enfocado en generar consumo para
subsistir como sistema económico, a ritmos
estrepitosos, dejando de paso una tremenda
problemática ecológica y humanitaria que ya ha
comenzado a condicionar la existencia de nuestra
especie, por lo que la problemática del sistema
capitalista, desatado o moderado, es relevante.
Por otra parte, la estrategia socialista
debe abocarse a su fin, pero por distintas vías,
durante el SXX la estrategia no pudo dar con su
objetivo sin tener problemas, por uno u otro
motivo: La limitación a las libertades y a la
democracia terminaron por transformar proyectos
socialistas en tiranías totalitarias, en vez de
perfeccionar un sistema libre y democrático.
Es por ello que para el radicalismo, el
socialismo se concibe como un socialismo que
respeta las libertades, garantiza la participación y
ejercicio de los derechos políticos, como así
también de derechos humanos, que apunta a la
igualdad desde la supresión de privilegios que
muchas veces emanan del capital, así como la
libertad implica un trabajo colectivo y social de
esta para su ejercicio desde el sujeto político, que
no se vea condicionada por privilegios impuestos
por el capitalismo, ni por la libertad económica
disfrazada de libertad política, como valor
absoluto.
5. Democracia15
Tal como la idea de socialismo es una
idea no contemplada en los comienzos del
radicalismo en Chile, en términos de principios y
práctica en un contexto político dominado por la
oligarquía, tampoco se contempla la idea de
democracia representativa y mucho menos
participativa. Sin embargo, y al igual que lo que
ocurre en torno al socialismo, el radicalismo poco
a poco se define en la práctica como un partido
democrático y que propende a la democracia
como principio elemental.
Nuestro sistema democrático actual es el
resultado de una serie de procesos históricos y
sociales en los cuales el pueblo fue ganando
espacios de participación política. En ello, el
radicalismo contribuyó a abrir espacios
democráticos que permitían la decisión política de
sectores excluidos: muestra de aquello se ve en la
derogación del voto censitario en 1874. Entrega
así, paulatinamente y de acuerdo a sus principios,
libertades civiles y derechos políticos al pueblo.
De hecho, muchas de las críticas al balmacedismo
en 1891 pasan, más que por los intereses
salitreros de algunos radicales, por el ejercicio
presidencialista y autoritario del poder por parte
del Presidente, lo que muestra una idea de poder
más descentralizada y libre16.
15
LACLAU Ernesto, MOUFFE Chantal.
Hegemonía y estrategia socialista: hacia una
radicalización de la democracia. SXXI. Madrid,
1987.
16
Muestra de ello son, por ejemplo, la prisión y
censura del periódico de Manuel Antonio Matta
luego de la elección, o la misma postura de
Valentín Letelier, quien, a pesar de ser detenido y
encarcelado luego de terminada la guerra por el
bando congresista, terminará oponiéndose a

El fin del Estado Oligárquico se
encuentra marcado por un proceso de explosión
demográfica urbana, nuevas ideologías que
reivindican las demandas de los sectores
populares, y por ende, nuevos actores en la
política. El Estado se transforma en lo formal
(1925) pero en lo informal la influencia de la
oligarquía nacional se mantiene vigente en lo
económico, no así en lo político. El Frente Popular
articula y genera participación de sectores
sociales medios y trabajadores necesario para
llevar a cabo transformaciones a la noción de
democracia, más inclusiva y con mayores
espacios de representación a estos emergentes
sectores.
Así, con altos y bajos, y hasta 1973, se
abre paulatinamente la inclusión política,
considerando a los nuevos sectores sociales en la
decisión política de construcción de la sociedad,
pero desde una democracia representativa y no
participativa, implementando así una política
transformadora desde el Estado. La Unidad
Popular, con una noción más clásica de la
implementación del socialismo desde el estado, y
el radicalismo sin un desarrollo programático del
socialismo democrático, no concluyen su cometido
ni alcanzan a resolver las problemáticas que se
dieron en la práctica, debido al Golpe de Estado
de 1973, el que se esmera en bloquear los
espacios de participación política del pueblo a
nivel institucional, y reduciéndola meramente a la
posibilidad de votar por representantes del pueblo.
Balmaceda luego de la Matanza de Lo Cañas.
Véase RIVEROS Luis: Charla sobre Valentín
Letelier. Universidad de Chile.
http://www.uchile.cl/portal/presentacion/historia/l
uis-riveros-cornejo/discursos/5910/charla-sobre-
valentin-letelier
El resultado de este proceso fue una
democracia basada en el consenso y la
estabilidad democrática, entendiendo por tal la no
confrontación de ideas propia de un sistema
democrático, hecho respecto al cual se han
suscitado diversas dudas, puesto que en el marco
de una sociedad tolerante, la diversidad de ideas y
opiniones se debe ver confrontada para la
construcción de una democracia genuina,
entendiendo al conflicto de ideas como parte
propia de ella: lejos de la connotación negativa al
término conflicto, hoy se avanza a una idea de
democracia de conflicto 17, lejana al estancamiento
democrático de la actualidad que no permite la
confrontación de diversas posturas, omitiendo así
el aspecto más genuino de la democracia, que se
sustenta en base a la convivencia entre diferentes
en un marco igualitario en torno a las libertades y
derechos.
Con lo anteriormente expuesto, el
radicalismo muestra así un relato coherente en
favor de la educación, el ejercicio de la ciudadanía
que decide políticamente, y la idea de república,
como ejes democráticos, y su desafío avanza
hacia una nueva concepción de democracia
basada en la participación y confrontación de
ideas dentro del marco democrático esencial.
Deuda estratégica y actualidad
El radicalismo culmina en 1971 con una
definición ideológica laica, socialista y democrática
que se viene gestando desde comienzos del SXX,
pero cuya inconsistencia radica principalmente en
el hecho de no asumir una estrategia precisa para
el socialismo democrático: por su parte, la
transformación hacia el socialismo en el SXX, en
la práctica, se dio desde la estructura del Estado
17
Concepto acuñado por MOUFFE Chantal en La
paradoja democrática. GEDISA, 2003.
con reformas que tendieron a moderar el sistema
y no cambiarlo. Donde se cambió el sistema, eso
sí, se impuso el Estado como ente dominador.
Así, el radicalismo no supo resolver una
disyuntiva con la que se encontró en las
discusiones ideológicas de la época: la
construcción desde abajo se encontraba sesgada
por la idea de generar masas para obtener, por la
vía revolucionaria, el poder; en contraste, la
construcción desde arriba muchas veces se
implementó sin entender la realidad social.
Posteriormente, la corriente posmarxista,
luego del fracaso de la socialdemocracia y los
socialismos reales, propone como solución la
democratización de espacios de la sociedad como
estrategia para romper la estratificación social y
de privilegios de la sociedad capitalista,
empoderando al sujeto en sus derechos, deberes
y decisiones políticas para que construya en sus
espacios inmediatos, con la decisión política de
transformarlos mediante acciones políticas de
participación democrática. El deber estratégico
sería entonces, el abrir la institucionalidad a
formas extra institucionales de expresión de poder
ciudadano para que estos puedan construir
sociedad en base a sus decisiones políticas y a
los mecanismos propios de participación que
determinen, expresados en las decisiones
emanadas de estas instancias, dándole un nuevo
sentido al sufragio y a la democracia en sí,
sobretodo en momentos en que muchas
decisiones políticas pasan por expresiones no
democráticas de poder, como lo es el mercado en
la actualidad.
Esta estrategia parece ser hoy en día,
una estrategia viable: se acerca a resolver el
dilema de la implementación del laicismo, el
socialismo y la democracia, en nuestro caso y
sobretodo en sociedades del tercer mundo como
la nuestra, donde la democracia participativa se
esgrime como posibilidad de deliberación política
de quienes no tienen cabida en la construcción
social. Sin embargo, la tecnificación de la política
mediante el nuevo orden institucional y económico
(Constitución de 1980 en nuestro caso), ha
generado condiciones favorables a quienes
dominan el mercado, sustentándose en una
desigualdad y una despolitización legitimadas
incluso en la política partidista, transformándola en
una administradora del modelo. Nuestro partido no
quedó al margen de este proceso.
Es evidente que la participación política
no se reduce al voto y al partidismo. El Estado, a
través de la Constitución, no permite mayor grado
de incidencia política: vivimos en una de las
democracias representativas más restringidas, la
cual reduce la ciudadanía al acto de votar por
representantes ¿Es esta la democracia que
queremos para nuestro país? Ciertamente no.
El desafío del radicalismo es formar
sociedad para la democracia de todas las escalas
y espacios, sin reducir el concepto a la elección de
representantes: democratizar espacios implica
generar decisiones políticas conjuntas en todas
las esferas. Así, para nosotros, por ejemplo, una
medida democratizadora es la reducción de horas
laborales que permitan el desarrollo de la persona
en otros aspectos de su vida; democratizar las
intervenciones de barrios con la decisión política
de los vecinos de tomar tal o cual medida para sus
problemáticas; democratizar decisiones en
instancias internacionales; u otras formas que
empoderen a la ciudadanía, le entreguen la
experiencia y el aprendizaje mediante la práctica
de la democracia, para que esta sea consciente
también de sus responsabilidades con la
sociedad.
 ¿Sigue siendo el reformismo la vía de
implementación del socialismo en democracia?
¿Sirve hasta cierto punto? ¿O es la radicalización
de la democracia una nueva alternativa
estratégica en una sociedad neoliberal para
democratizar los espacios –y sus relaciones
sociales- ocupadas por la privatización?
- RIVEROS Luis: Charla sobre Valentín
Letelier. U. de Chile.
http://www.uchile.cl/portal/presentacion/histo
ria/luis-riveros-
cornejo/discursos/5910/charla-sobre-valentin-
letelier

Bibliografía

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a Francisco Bilbao. Mendoza, 1852. Archivo
de Biblioteca Nacional de Chile. Disponible
en www.memoriachilena.cl
- BERNSTEIN, Eduard: Las premisas del
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socialdemocracia. Siglo XXI, 1982. &
- IBAÑEZ VERGARA, Jorge: Pedro León
Gallo. Fundación Tierra Amarilla, 2011.
- JUVENTUD RADICAL: ABC Juventud
Radical 1967. S.E.
- LABRA, Armando: La política radical:
Radicalismo-Socialismo-Individualismo.
Centro de propaganda de la Juventud Radical.
Santiago, 1916.
- LACLAU Ernesto & MOUFFE Chantal:
Hegemonía y estrategia socialista. Hacia la
radicalización de la democracia. SXXI,
Madrid, 1987.
- MILOS Pedro: “Frente Popular en Chile, su
configuración (1935-1938)
- MOUFFE Chantal La paradoja democrática.
GEDISA, 2003.
- O.A.A. El Partido Radical, Folleto político de
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- PETIT, Philip: El republicanismo, una teoría
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PAIDOS, 1999.
- PARTIDO RADICAL, Convención del
Partido Radical de 1906. Programa y
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Chile, 1906
- PARTIDO RADICAL, Programa Partido
Radical. Declaración de Principios. 1932.
- PARTIDO RADICAL, XXV Convención
Extraordinaria del Partido Radical de Chile.
1971.