El vocablo latino raptus llegó a nuestro idioma como rato, un término que
puede emplearse para nombrar a un periodo temporal breve. Por ejemplo: “Estuve charlando un rato con Juan, lo noté muy entusiasmado con el proyecto”, “Quédate tranquila, en un rato voy para casa y lo charlamos”, “Lo siento, pero Manuel se fue hace un rato de la oficina”. No existe una definición precisa sobre qué cantidad de tiempo equivale a un “rato”. Puede tratarse de cinco minutos, diez minutos, media hora o incluso un par de horas, de acuerdo al contexto y a cada ocasión. El concepto, justamente, se emplea cuando no se sabe con exactitud el tiempo que transcurrió. Si el tiempo que no puede estimarse es muy breve, se habla de un “ratito”: “En un ratito termino este informe y te paso a buscar”, “El bebé lloró un ratito pero pronto se durmió”