Está en la página 1de 23

P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

HISTORICIDAD, CULTURALIDAD,
TRANSDISCIPLINARIEDAD
Christoph Wulf

Vicente Álvarez Jacanamijoy, Entretejidos, mixta sobre lienzo, 2001

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 161
E DUCACION
RESUMEN RESUMEN
R E V I S TA

RÉSUMÉ RÉSUMÉ
ABSTRACT
y P EDAGOGIA 32A BSTRACT

PALABRAS CLAVE PALABRAS CLAVE

RESUMEN

HISTORICIDAD, CULTURALIDAD, TRANSDISCIPLINARIEDAD


Este texto presenta el estado de las investigaciones en el área de la investigación histórica e histórico-antropológica, e indaga sobre
las posibilidades de nuevos desarrollos.

RÉSUMÉ

HISTORICITÉ, CULTURALITÉ, TRANS DISCIPLINARITÉ


Ce texte présente un état de lieux concernant les trouvailles dans le domaine de la recherche historique et historique -anthropologique,
en questionnant aussi les possibilités des nouveaux développements.

ABSTRACT

HISTORICITY, CULTURALITY, TRANS-DISCIPLINARITY


In this text s presented the state of the investigations in the area of historic antropo-historic investigation. It questions about the
possibilities of new developments.

PALABRAS CLAVE
Antropología histórico-pedagógica, historicidad, culturalidad, transdisciplinariedad
Historical-pedagogical anthropology, historicity, culturality, trans-disciplinarity.

162 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

HISTORICIDAD, CULTURALIDAD,
TRANSDISCIPLINARIEDAD*
Christoph Wulf**
Traducción del alemán: Andrés Klaus Runge P.***

H asta ahora nuestras reflexiones han


dejado en claro lo siguiente: sin pre-
supuestos sobre el hombre, sin an-
tropología, no son posibles ni la educación ni
pos de la investigación educativa tratados a
modo ejemplar, a saber: “perfeccionamiento
de lo inmejorable”, “mimesis social” y “edu-
cación global e intercultural”, en lo que sigue
la formación. Las imágenes de hombre implí- se trata de presentar el estado de las investi-
citas en la educación y las representaciones gaciones en el área de la investigación históri-
de la antropología pedagógica ligadas a ellas, ca e histórico-antropológica, y de indagar so-
se diferencian notablemente según las situa- bre las posibilidades de nuevos desarrollos.
ciones culturales e históricas de la educación.
Con las nuevas exigencias mundiales al siste- Desde hace unos años, el claro aumento del
ma educativo, la investigación antropológica interés por una antropología pedagógica y los
de los respectivos fundamentos históricos y trabajos originados en ese contexto, se dife-
culturales de la educación, la formación y la rencian en modo notable de los esfuerzos co-
socialización adquiere un significado notable. rrespondientes en la década anterior a éstos.
En vista de la complejidad de los actuales de- Para este desarrollo son determinantes sobre
sarrollos sociales e individuales, la antropolo- todo tres complejos de características: plurali-
gía histórico-pedagógica tiene que desarro- dad e historicidad; culturalidad, performatividad
llar una cooperación interdisciplinaria, o me- y multiculturalidad y transdisciplinariedad. Bajo
jor, transdisciplinaria, así como europea y glo- la influencia recíproca de esos elementos se
bal, y evaluarse en sus efectos sobre la com- origina una antropología histórico-pedagógi-
prensión de la educación y de la acción edu- ca, cuyo desarrollo hasta hoy y en el futuro se
cativa. Después de haber dejado claro lo fruc- efectúa en el contexto de las investigaciones
tífero de la investigación y de la reflexión histórico-antropológicas en la historia y en las
antropológico-pedagógicas en los tres cam- ciencias de la cultura.

* La traducción al español corresponde a la cuarta parte del libro: WULF, Christoph, Einführung in die Anthropologie
der Erziehung, Weinheim und Basel, Beltz Verlag, 2001, que lleva por título: “Historizität, Kulturalität,
Transdisziplinarität” y que va de la página 192 a la 215.
** Profesor del Instituto de Pedagogía General de la Univesidad Libre de Berlín.
E-mail: chrwulf@zedat.fu-berlin.de
*** Doctor en Pedagogía de la Universidad Libre de Berlín. Coordinador del Grupo de Investigación sobre Forma-
ción y Antropología Pedagógica e Histórica —Formaph—. Profesor de Antropología Pedagógica de la Universi-
dad de Antioquia.
E–mail: aklaus@ayura.udea.edu.co

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 163
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

EL GIRO HACIA UNA En el siglo XX, son apropiados los plantea-


mientos antropológicos de Hermann Nohl en
ANTROPOLOGÍA HISTÓRICO- su Antropología pedagógica (Nohl, 1929), de
Otto-Friedrich Bollnow en su libro Wesen der
PEDAGÓGICA
Stimmungen (Bollnow, 1941) y de Heinrich
Döpp-Vorwald (Döpp-Vorwald, 1968). Segui-
Desde los comienzos de la pedagogía moder- rían Anthropologie des Kindes de Martinus J.
na en el siglo XVII y, sobre todo, en los siglos Langeveld (1964), así como los esfuerzos de
XVIII y XIX, se llegó a un vínculo entre an- Flitner (1963), Roth (1966; 1971) y Loch (1963;
tropología y pedagogía. Diferentes represen- 1968) por establecer la antropología pedagó-
taciones acerca de la formabilidad, el perfec- gica como disciplina parcial, fundamentadora
cionamiento y la inmejorabilidad humanas e integradora de la ciencia de la educación.
determinan el pensamiento pedagógico de Entre 1955 y 1975 se volvieron de importancia
Rousseau, Campe, Kant, Pestalozzi, Herbart los trabajos de antropología filosófica de Max
y Schleiermacher. Entre 1750 y 1850, el pensa- Scheler (1929), Helmuth Plessner (1928) y
miento antropológico se convierte en una ca- Arnold Gehlen (1940; 1978), cuyo punto de
racterística constitutiva de la pedagogía (Cf. partida Scheler determina así:
Wulf, 1996a). Como consecuencia de sus pre-
supuestos antropológicos sobre la naturale- [...] en la historia de aproximadamente diez mil
za, la sociedad y el hombre, Rousseau desa- años, somos la primera época en la que el hombre
se ha vuelto total y enteramente “problemáti-
rrolla el programa de una educación experi-
co”; en la que él no sabe lo que es, pero que, igual-
mental del hombre natural en la provincia pe-
mente, también sabe que no lo sabe (Scheler,
dagógica. Partiendo de la diferenciación en- 1955: 62).
tre ser y deber ser, a la pedagogía le corres-
ponde la tarea, según Kant, de trabajar sobre En vista del montón de saberes científicos
esa diferencia. detallados, la pedagogía ha corrido en los años
siguientes, y no pocas veces, el peligro de ol-
El hombre sólo puede volverse hombre a través vidar esa apreciación.
de la educación. Él no es más que lo que la educa-
ción hace de él. Pero debido a que la educación
La antropología pedagógica de las décadas del
algo le enseña al hombre y, en parte, algo desa-
cincuenta, sesenta y setenta no es una disci-
rrolla en él, entonces no se puede saber hasta
plina unitaria. No existe ni en una clara deli-
dónde van sus disposiciones naturales (Kant,
1982: 699).
mitación con la antropología filosófica, ni con
las antropologías de otras ciencias como la
picología, la sociología, la biología, la medici-
Para la teoría de la formación de Humboldt,
na o la teología (Gadamer y Vogler, 1972-1974).
son centrales la innegabilidad del individuo,
Tampoco se diferencia a fondo de otras posi-
la necesidad de un enfrentamiento con el
ciones dentro de la pedagogía. Se tiene como
mundo y la relación fundamentada antropo- fundamentación antropológica de la educa-
lógicamente entre lenguaje, individualidad y ción (Liedtke, 1980), como teoría empírica y
formación. La concepción de Schleiermacher análisis categorial filosófico (Zdarzil, 1980),
acerca del carácter no resuelto de los presu- como fundamento de una teoría del apren-
puestos antropológicos lleva a una teoría de der en la que se observa al hombre bajo el mo-
la educación y de la formación que ve la do del poder (im Modus des Könnens) (Loch,
historicidad de la realidad educativa y que, 1980) y como teoría de la personagénesis (Der-
por ello, ya no deduce las metas pedagógicas bolav, 1980). La antropología pedagógica se
de componentes antropológicos normativos. entiende como disciplina parcial de una dis-

164 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

ciplina especial (Bleidick, 1967), como disci- antropológicas que resultan de determinados
plina especial de un grupo de ciencia (Stie- puntos de vista (Bollnow, 1965: 49 y ss.).
glitz, 1970) y como lugar de comunicación in-
terfacultativa (Schilling, 1970). Si uno intenta sistematizar los múltiples plan-
teamientos del pensamiento antropológico-
Loch (1963: 82 y ss.) y Bollnow (1965: 45 y ss.) pedagógico de esos años, entonces se pueden
diferencian entre antropología pedagógica y pe- diferenciar cinco posiciones a las que habría
dagogía antropológica. Por antropología peda- que agregar otras dos si se toman los desarro-
gógica, Bollnow entiende una antropología llos de las décadas del ochenta y del noventa:
integral y de base, organizada también de un
modo empírico que trabaja los fenómenos de • El planteamiento integral, que conceptua-
la educación, teniendo en mente el cuestio- liza al hombre como homo educandus et
namiento de cuánto ésta puede ayudar a una educabilis. El hombre es un ser educable y
comprensión total del hombre. Acá quedan necesitado de educación (Flitner, Roth,
comprendidos los esfuerzos que dan claridad Liedtke).
sobre la relevancia pedagógica de una antro-
pología y que investigan la necesidad de edu- • El planteamiento filosófico, que compren-
cación del hombre (biológico, social, psicoló- de al hombre como un “animal inconsta-
gico, histórico, religioso). Como pedagogía an- table” (Nietzsche). El hombre es la totali-
tropológica señala a aquellos trabajos sobre la dad de la pregunta abierta, un “sistema
relevancia antropológica de la pedagogía y abierto” (Bollnow, Derbolav, Loch).
que ofrecen contribuciones a la fenomenología
• El planteamiento fenomenológico, que en-
de la educación. Esta diferenciación, a pesar
tiende al hombre como homo distinctus. El
de todo, no se impuso.
hombre es adulto, niño, maestro, escolar,
padre, madre (Langeveld, Rang, Lassahn).
Por el contrario, una atención persistente ob-
tuvo la recomendación de un “modo de ob-
• El planteamiento dialéctico-reflexivo, que
servación antropológico en la pedagogía”, con
conceptualiza al hombre como zoon poli-
cuya ayuda se volvieron relacionables y com-
tikon.1 El hombre aparece bajo el modo de
parables entre sí diferentes puntos de parti-
autorrealización social e individual (Buber,
da. Bollnow define esa perspectiva de la si-
Levinas, Adorno, Klafki).
guiente manera:
• El planteamiento implícito, que conceptua-
No se trata de una nueva disciplina por fundar,
liza al hombre como imago hominis. El hom-
ni de una rama especial que tuviera que cumplir
bre aparece bajo el modo de imagen
con una tarea especial dentro de toda la pedago-
gía, sino de un modo de observación que atra-
(Scheuerl).
viesa a toda la pedagogía [...] que no está en con-
diciones de ofrecer a partir de sí un esquema • El planteamiento textural, que conceptua-
organizativo que permitiera juntar las pregun- liza al hombre como anagrama. El hombre
tas pedagógicas particulares de un modo nuevo se convierte en un texto poiético (Derrida,
en una totalidad. El modo de observación Foucault, Geertz).
antropológico no tiene como tal una función
sistemático-creadora [...] Lo que trabaja son • El planteamiento histórico-plural, que con-
siempre aspectos particulares, conexiones ceptualiza al hombre como homo abscon-

1 Como un “animal político” (N. del T.).

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 165
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

ditus. El hombre aparece bajo el modo de cir, sobre el niño o el educador de un mismo
la pluralidad, reflexividad y doble histori- círculo cultural y, por tanto, de dudosas uni-
cidad (Kamper y Wulf, Wünsche, Mollen- versalizaciones y pretensiones de poder. Por
hauer, Lenzen, Wulf) (Wulf y Zirfas, 1994: su orientación hacia el hombre en “su totali-
19 y ss.). dad” y a las continuidades y contingencias
ligadas a él, la antropología pedagógica apre-
Si se miran desde una perspectiva general los ció poco el significado de la diferencia, la dis-
diferentes planteamientos de la antropología continuidad y la pluralidad. Partió o de hacer
pedagógica en las décadas del cincuenta al enunciados sobre la esencia del hombre o de
setenta, resultan las siguientes objeciones crí- poder ganar conocimientos empíricos sobre
ticas que, entre otras, llevaron al desarrollo el hombre en situaciones de educación y for-
de una antropología histórico-pedagógica mación. El carácter constructivo de sus repre-
(Wulf, 1994: 19 y ss.). La antropología pedagó- sentaciones y conceptos no entró en el pano-
gica no consideró lo suficiente los presupues- rama. La antropología pedagógica permane-
tos históricos y sociales de su origen. No re- ció también como algo orientado científica y
flexionó suficientemente sobre la relación re- filosóficamente; no incluyó formas de saber
cíproca entre sus conceptos fundamentales y literario ni estético, y estuvo orientada empí-
los desarrollos sociales que los condicionaban. ricamente en sus investigaciones, a pesar de
Esto vale para conceptos como apertura, forma- las protestas en contra. Los defensores de la
bilidad y determinación. A pesar de que la an- antropología pedagógica vieron en ella un
tropología pedagógica vio la historicidad de punto y un marco de referencia con una vali-
sus esfuerzos, no la enfatizó de modo decisi- dez casi universal, sobre cuyos límites poco
vo en el sentido de una doble historicidad. se reflexionó. La antropología pedagógica se
Además, entendió por historia sobre todo entendió entonces como una antropología
aquella referida al espíritu y las ideas, y no positiva. La comprensión de la imposibilidad
una historia social o de las mentalidades. En de una antropología normativa y la producti-
la antropología pedagógica predominó la opi- vidad de las antropologías negativas y decons-
nión de que se podría introducir en la ciencia truccionistas se originaron más tarde. Tam-
de la educación el saber antropológico traba- bién posteriormente, la crítica antropológica
jado de las ciencias humanas e integrarlo en se convirtió en una parte constitutiva de la
una totalidad relevante para la educación y la antropología pedagógica.
formación. Por medio de ello se debería origi-
nar un saber interdisciplinario. En ese proce-
der queda abierta la pregunta de cómo se po-
dría integrar un saber trabajado de un modo
PLURALIDAD E HISTORICIDAD
disciplinario bajo cuestionamientos pedagó-
A diferencia de las antropologías biológicas
gicos. También resulta altamente dudoso si
que identifican y quieren investigar las carac-
todavía hoy se pueda partir de una totalidad
terísticas universales del hombre, la antropo-
de saber antropológico. La pretensión de la
logía histórico-pedagógica resalta la histori-
antropología pedagógica de hacer enunciados cidad de los objetos de investigación, así como
sobre el hombre, el niño o el educador, es ex- la historicidad de sus cuestionamientos y
tremadamente problemática (Kamper y Wulf, métodos de investigación. En vista de esa si-
1994). Por regla, en esas pretensiones se trata tuación, la antropología histórico-pedagógi-
casi exclusivamente de enunciados sobre hom- ca acentúa esa doble historicidad que es cons-
bres blancos, masculinos y abstractos, es de- titutiva para sus investigaciones.2 A pesar de

2 La “doble historicidad” sobre la que llama la atención Wulf hace referencia a la historicidad del objeto investigado
y a la historicidad del sujeto que investiga, junto con los procedimientos que emplea (N. del T.)

166 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

que ésta también viene dada en las antropo- Rüsen, 1989; Habermas y Minkmar, 1992;
logías biológicas, muy a menudo se pasa por Middel, 1994; Conrad y Kessel, 1994).
alto en estas últimas. Genética, etología y
sociobiología buscan obtener conocimientos La historia toma forma siempre en el intercam-
transculturales y transtemporales sobre el bio de los respectivos hechos estructurales en-
hombre. Con ello descuidan la historicidad y contrados (relaciones de dominio, de vida y de
el condicionamiento cultural de sus cuestio- producción, etc.) y la respectiva praxis
namientos y métodos, así como la historicidad estructurante (interpretaciones y acciones) de
de sus objetos de investigación, ya compro- los actores (Dressel, 1996: 163).
bada en la teoría de la evolución (Wuketis,
1990; Eibl-Eibesfeld, 1988; Meier, 1988; Daw- Este desarrollo llevó también a la creación de
kins, 1978). También la antropología filosófi- numerosas revistas.3 En el trasfondo de los
ca, inspirada en la antropología biológica, a- trabajos publicados en ellas está la escuela de
punta a enunciados generales sobre el hom- los Annales con sus tres generaciones de his-
bre y pasa por alto el condicionamiento histó- toriadores: 1) Fevre y Marc Bloch; 2) Fernand
rico de sus enunciados. Braudel, Ernest Labrousse, Pierre Chaunu,
Emmanuel LeRoy Ladurie, y 3) Philippe Ariès;
Las investigaciones en el área de la antropo- Georges Duby, Jacques Le Goff, Arlette Farge,
logía histórica dentro la ciencia de la historia Roger Chartier, Michel Vovelle, Francois Furet
han llevado a una nueva comprensión de la (Burke, 1991).
historia (Dressel, 1996). La historia de los su-
cesos, así como la historia social y estructural, Esos desarrollos de los últimos años llevaron
se complementan por medio de la antropolo- a una orientación de la investigación históri-
gía histórica. Mientras en la historia de los su- ca referida a las situaciones fundamentales y
cesos se trata de la investigación de la multi- a las experiencias elementales de los hombres,
plicidad y la dinámica de las acciones huma- a “los elementos fundamentales antropológi-
nas y de los acontecimientos históricos, en la camente constantes” (Peter Dinzelbacher), a
historia social y estructural están en el centro “fenómenos humanos fundamentales” (Jo-
de interés las estructuras sociales, económi- chen Martin), a “experiencias, situaciones fun-
cas y políticas. En su conocido libro sobre el damentales y modos de comportamiento hu-
Medioevo, Brudel complementa esas formas manos fundamentales” (Hans Medick), y con
de historia en torno a una estructura profun- ello al ensanchamiento de cuestionamien-tos,
da dada por medio de condiciones geográfi- temas y procedimientos de investigación. A
cas, la géohistoire (Braudel, 1998). Los cambios diferencia de las antropologías que enfatizan
en esa área sólo se pueden comprender con- en el carácter universal de los fenómenos hu-
siderando su larga duración (longue durée). manos fundamentales, en ese campo de in-
Con el giro antropológico en la ciencia de la vestigación se debe investigar el carácter his-
historia se llega a una nueva orientación (Le tórico-cultural específico de los respectivos
Goff, 1978, 1987, 1988; Chaunu y Duby, 1989; fenómenos (Medick, 1989; Brown, 1991; Da-
Braudel y otros, 1990; De Certeau, 1991; Bur- niel, 1993; Martin, 1994; Lüdtke y Kuchen-
ke, 1991, 1992) que lleva a tematizar tanto las buch, 1995; Dülmen, 1995, 2000). Ya no se tra-
estructuras sociales de la realidad social como ta más del descubrimiento de la niñez al co-
los momentos subjetivos en las acciones de mienzo de la Época Moderna (Ariès, 1975),
los sujetos sociales (Erbe, 1979; Süssmuth, 1984; sino de la niñez en un determinado lugar, en

3 Entre ellas se pueden mencionar: Past and Present; Comparative Studies in Society and History; Journal of Interdisziplinary
History; Saeculum: Jahrbuch für Universalgeschichte; Zeitschrift für Historische Anthropologie y, con otra orientación,
Paragrana. Interantionale Zeitschrift für Historische Anthropologie.

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 167
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

un determinado tiempo histórico y en una determinado tiempo. La mentalidad se mani-


cultura particular (Baader, 1996). Ejemplos fiesta en las acciones” (Dinzelbacher, 1993: xxi).
bien logrados para la investigación de deta- Siempre se acentúa que el cambio histórico
lles históricos con la pretensión de significa- en el área de las mentalidades se muestra en
do general son: Leroy Ladurie, Montaillou. Ein espacios de tiempo largos. Las mentalidades
Dorf vor dem Inquisitor 1579-1580 (1980) y Carlo no forman bloques cerrados en sí mismos;
Guinzburg, Die Käse und die Würmer. Die Welt ellas son, más bien, porosas y enredadas entre
eines Müllers um 1600 (1990). Lo fascinante y, sí. Las mentalidades le dan forma previa a las
al mismo tiempo, discutible de tales investi- acciones en situaciones concretas; contienen
gaciones, lo ha mostrado la extensa discusión ayudas para las decisiones y orientaciones de
internacional al respecto. la acción social. Son específicas de una cultura,
clase y grupo. Las mentalidades se originan
Con una sobresaliente poca exactitud en los como formas de hábito bajo condiciones
detalles, son frecuentes las investigaciones de culturales y sociales específicas. Ellas estructu-
los cambios históricos en el área de las “expe- ran la acción social de los sujetos sociales sin
riencias humanas elementales”, es decir, en la fijarla; le permiten al individuo ser de otro
historia de las mentalidades (Raulff, 1989). La modo y actuar de otro modo. Ellas están abier-
mayoría de las veces, esto radica en deficien- tas a los cambios y a las transformaciones his-
cias en el estado de las fuentes, que limita las
tóricas. En la medida en que la educación y la
posibilidades del saber histórico. Sin embargo,
formación están unidas a la producción, man-
ésta no es la única razón. El saber histórico se
tenimiento y cambio de las mentalidades, los
origina de la tensión entre suceso y relato,
resultados de las investigaciones de las his-
entre realidad y ficción, entre historia estruc-
torias de las mentalidades son de gran interés
tural e historiografía narrativa (Lenzen, 1989;
para la antropología histórico-pedagógica, para
Müller y Rüsen, 1997); “una frontera entre
la pedagogía histórica y para la pedagogía
relato y descripción no [se deja] respetar” (Ko-
general.
selleck, 1990: 113).

La historización de fenómenos humanos que


La historiografía es por ello siempre ficción
controlada y construcción. Esto lo muestra la a menudo se consideran invariables, desobsta-
Historia de las mentalidades europea de Peter culiza la mirada para una historia humana por
Dinzelbacher, libro en el que se presentan las principio abierta. Visibles se vuelven los con-
experiencias humanas elementales, a partir de dicionamientos y cambios históricos de las
capítulos sobre la Antigüedad, el Medioevo y estructuras antropológicas, así como la va-
la Época Moderna. Acá se tratan: individuo / riedad cultural e histórica de los fenómenos
familia / sociedad; sexualidad / amor; cuerpo humanos. Con este enfoque se origina un
y alma; enfermedad; etapas de la vida; morir / interés por las diferencias culturales e histó-
muerte; miedos y esperanzas; goce, sufrimien- ricas y, junto con esto, por una “historia desde
to y felicidad; trabajo y fiesta; comunicación; abajo” en cuyo marco hasta entonces se había
lo extraño y lo propio; dominio; derecho; na- investigado a un círculo de personajes y temá-
turaleza / mundo circundante; espacio; tiempo ticas exclusivos. Para esta meta, se han de-
/ historia. La meta es la investigación de la sarrollado nuevas fuentes y se han investi-
mentalidad histórica. Ella “es el conjunto de gado a partir de nuevos cuestionamientos. Los
formas y contenidos del pensar y el sentir que autores del New Historicism ofrecen ejemplos
marcan a un determinado colectivo en un convincentes para ello (Veeser, 1989).

168 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

CULTURALIDAD, punto de intervención los cambios culturales


duraderos del presente, por investigar la
PERFORMATIVIDAD, génesis y significado de esos cambios, y por
preguntar por perspectivas para desarrollos
MULTICULTURALIDAD
posteriores. A diferencia de los trabajos
histórico-antropológicos en la ciencia de la his-
En el marco de una antropología histórica se toria, estos “estudios internacionales y trans-
llega a un fuerte ensanchamiento de temas disciplinarios de la antropología histórica”
relevantes y a una variedad de estrategias de enfatizan fuertemente en la importancia de la
investigación. Una razón para ello radica en reflexión y elaboración filosófica de los temas
que la antropología histórica no es una antropológicos escogidos.
antropología sistemática, sino más bien una
antropología de las diferencias y posibilidades. En El punto de partida de esas investigaciones es
el intercambio de diferencias y posibilidades, la opinión sobre el fin del vínculo con una
la cultura se convierte en ella en un factor norma antropológica abstracta y el deseo de
central. Con el “redescubrimiento” y nueva investigar, no obstante, fenómenos y estruc-
valoración de la cultura se origina en la antro- turas de lo humano. Esas investigaciones se
pología histórica una observable variedad mantienen en la tensión entre historia y
conceptual. Ésta se ha fomentado por medio ciencias humanas. No resultan ni de contribu-
de la recepción de las investigaciones anglosa- ciones a la historia de la antropología como
jonas sobre antropología cultural en Europa disciplina, ni de contribuciones históricas a la
(Kertzer y Saller, 1991; Borneman, 1992; Ingold, antropología. Ellas buscan, más bien, relacio-
1996; Hauschild, 1996; Herzfeld, 1997). Estas nar entre sí la historicidad de sus perspectivas
investigaciones se pueden entender como y métodos, y la historicidad de su objeto. Las
parte de los esfuerzos para el desarrollo de investigaciones contienen por ello resultados
una ciencia de la cultura que trascienda los de las ciencias humanas, pero están también
límites de las disciplinas (Brackert y Werfel- inspiradas por una crítica antropológica fun-
meyer, 1990; Frühwald y otros, 1991; Hansen, dada de un modo histórico-filosófico, y ofre-
1993; Augé, 1994; Hartmann y Janich, 1996; cen cuestionamientos paradigmáticos y nue-
Böhme y Scherpe, 1996; Konermann, 1996; vos. A pesar de enfocarse sobre el espacio cul-
Kramer, 1997; Böhme y otros, 2000). Hoy, cien- tural europeo, en esas investigaciones se parte
cia de la cultura se utiliza como un concepto de que la antropología histórica por principio
macro para las investigaciones multi, inter y no se limita ni a determinados espacios cultu-
transdisciplinarias en las ciencias sociales y rales, ni a determinadas épocas particulares.
humanas; dentro de su marco, la investigación Más bien, en la reflexión de la historicidad de
histórico-antropológica se convierte en inves- la antropología histórica existe la posibilidad
tigación de la cultura (Wulf, 1997). de superar tanto el eurocentrismo de las cien-
cias humanas, como el exclusivo interés anti-
Antes de que se determinen más de cerca las cuado por la historia, y de darle preferencia a
dimensiones centrales de un concepto de los problemas tanto del presente como del
cultura de importancia para la antropología futuro.
histórica, se debe dar una corta descripción
de los estudios histórico-antropológicos y cul- Con el reconocimiento de las ganancias episte-
turales, aparecidos en la década del ochenta con mológicas de las disciplinas científicas y de la
el título Logik und Leidenschaft, para dar cla- filosofía, esas investigaciones tratan problemas
ridad sobre el carácter de las investigaciones y campos temáticos como el “cuerpo”, los
en ese área. Ese proyecto, que abarca doce in- “sentidos”, el “tiempo”, el “alma”, el “amor”,
vestigaciones, se caracteriza por tomar como lo “bello”, lo “sagrado”, el “mundo” y el

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 169
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

“silencio” (Kamper y Wulf, 1982-1992). Ellas perspectivas para la comprensión de concep-


apuntan a la superación de los límites de las tos fundamentales, instituciones y campos de
disciplinas y a la constitución de cuestiona- la praxis pedagógica.5 Esos trabajos se carac-
mientos transdisciplinarios, objetos de investi- terizan por su doble historicidad, por su plura-
gación y accesos metódicos. En esas investiga- lidad y por su carácter científico-cultural.
ciones toman parte autores de más de treinta Mientras con frecuencia se han especificado los
disciplinas, cuyo trabajo conjunto apunta al conceptos historicidad y pluralidad, hace falta
aumento de la complejidad de los conoci- hasta ahora precisar el concepto cultura en el
mientos. Con una conciencia del vínculo de contexto de una antropología histórico-
gran parte del saber cultural a tradiciones de pedagógica. Una determinación conceptual
cultura, de pensamiento y de ciencia surgidas de ese tipo se vuelve muy difícil, debido a su
de modo nacional e histórico, en esas investi- uso inflacionario en las últimas décadas. Se
gaciones se trata del intento por desarrollar habla de “cultura del tiempo libre”, “sub-
discursos transnacionales por medio de un cultura”, “industria de la cultura”, “cultura
empresarial”, “cultura de la comida”, “cultura
trabajo conjunto que vaya más allá de las fron-
del amor”, “cultura de la muerte”, etc. En vista
teras nacionales, discursos estos en los que se
de ese desarrollo, el concepto cultura corre el
acepte la heterogeneidad y la diferencia. Esos
peligro de perder su capacidad de diferen-
estudios han estimulado a otras investiga-
ciación. Por su significado central en el marco
ciones en ciencia de la cultura dentro de mu- de una antropología histórico-pedagógica,
chas áreas de las ciencias sociales y humanas, y éste necesita de una primera precisión.
han influido de manera permanente sobre la
antropología pedagógica. Sartre parte de un concepto muy general de
cultura cuando escribe:
Esa influencia encuentra expresión en el giro
de una antropología pedagógica a una antro- [...] la cultura no puede salvar nada ni a nadie,
pología histórico-pedagógica. En el trans- tampoco justifica nada. Pero ella es una creación
curso de ese desarrollo, la historicidad y la del hombre en la que éste se proyecta y se reconoce
pluralidad, y con ellas la orientación científico- nuevamente; sólo ese espejo crítico le da a él su
cultural, se convierten en una de las caracterís- propia imagen (Sartre, 1968: 144).
ticas determinantes de la antropología pedagó-
gica. En ese proceso se llega al descubrimiento Contrario a ello, Gehler (1978) enfatiza en el
y elaboración de nuevos y numerosos temas y lado productivo de la cultura. Según su
preguntas fundamentales para la educación opinión, el hombre como “ser carente”, plás-
y la formación.4 De ese modo de observación y tico y abierto al mundo, está obligado a
de trabajo resultan, en todo caso, nuevas “producirse a sí mismo y al mundo. Y esto

4 De acá hacen parte, entre otros: Die Seele als Politikum (Sonntag, 1988), Der Andere und die Sprache (Wimmer, 1988),
Denken als Ethos und Methode (Dauk, 1989), Melancholie, Fiktion und Historizität (Lenzen, 1989), Technik und Körper
(Berr, 1990), Körper und Geschlecht (Hoppe, 1991), Mímesis. Kultur, Kunst, Gesellschaft (Gebauer y Wulf, 1992),
Präsenz der Ewigkeit. Eine, Anthropologie des Glücks (Zirfas, 1993), Praxis und Ästhetik (Gebauer y Wulf, 1993),
Theorien des Schenkens (Rost, 1994), Pädagogische Anthropologie und Evolution (Uher, 1995), Aisthesis/ Ästhetik
(Mollenhauer y Wulf, 1996), Das zivilisierte Tier. Zur historischen Anthropologie der Gewalt (Wimmer, Wulf y Dieckmann,
1996), Violence. Nationalism, Racism, Xenophobia (Dieckman, Wulf y Wimmer, 1997), Spiel, Ritual, Geste. Mimetisches
Handeln in der sozialen Welt (Gebauer y Wulf, 1998).
5 Como ejemplo de lo fructífero de la perspectiva y modo de trabajo histórico-antropológico en la pedagogía se
pueden nombrar: Mythologie der Kindheit y Vaterschaft (Lenzen, 1985; 1991), Ich-Identität. Zwischen Fiktion und
Konstruktion (Stross, 1991), Der Erfahrungsbegriff in der Pädagogik (Dieckmann, 1993), Die pädagogische Umgebung
(Göhlich, 1993), Ästhetische Sozialisation und Erziehung (Schuhmacher-Chilla, 1995), Bildung und Schrift (Sting,
1998), Gedächtnis und Bildung (Dieckmann, Sting y Zirfas, 1998).

170 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

quiere decir cultura”. La ventaja de esa samente, en esa perspectiva, la variedad his-
apreciación radica en que tórica y cultural, que ofrece explicación sobre
el género humano y su investigación, es tarea
[…] evita toda separación ontologizante entre de la antropología histórica. Sin embargo, poco
acción y pensamiento, entre “sociedad” y se llega a esto, sino solamente a
“cultura”, y por eso puede contribuir a la funda-
mentación categorial de una teoría social que […] resaltar más los aspectos empíricos
deje finalmente tras de sí tales dualismos. Así se comunes de su comportamiento variado [del
comprenderían entonces todas las actividades hombre; introd. del compilador] de lugar a lugar
humanas como unidad, es decir, ya desde siempre y entre tiempo y tiempo, que los mecanismos
y al mismo tiempo como instrumentales y prác- por medio de los cuales se reducen el gran
tico-manipulativas, como interpretantes, como espectro e indeterminabilidad de sus capacidades
necesariamente “espirituales” y por eso como du- innatas al repertorio limitado y altamente
raderas: como formadas “culturalmente” (Reh- específico de sus resultados efectivos [...] Sin la
berg, 1990: 301). orientación por medio de un modelo cultural
—de un sistema organizado de símbolos
A pesar de lo consistente que parece ser esa significantes— el comportamiento de los hom-
apreciación de la cultura, su debilidad radica bres sería casi que indomesticable, un perfecto
en la falta de concretización en la obra de caos de acciones sin finalidad y de sentimientos
Gehlen. La referencia a que el hombre se en erupción, y su experiencia casi que sin forma.
produce —incluso fisiológicamente— con La cultura, la totalidad acumulada de tales mo-
ayuda de la cultura y que en ello radica una delos, no es, según esto, un simple accesorio or-
de las características del hombre, es acertada, namental, sino —y en la medida en que es el
pero no suficiente. fundamento de su modo de ser particular— una
condición necesaria de la existencia humana
De acá se sigue una perspectiva antropo- (Geertz, 1992: 70 y ss.).
lógico-cultural que se dirige a la multiplicidad
Sahlins piensa en la misma dirección cuando
de diferencias entre las culturas humanas. En
pregunta por los mecanismos con cuya ayuda
esa perspectiva, es
se desarrollan los esquemas culturales; él
enfatiza en que el esquema cultural se rompe
[...] extremadamente difícil establecer límites
de un modo variado “por medio de un área
entro lo natural, lo universal y lo duradero, y lo
dominante de producción simbólica que
convencional, lo local y lo cambiable en el hombre.
ofrece el idioma principal de otras relaciones
Es más, es natural que tal delimitación falsee las
y actividades”. Como consecuencia de ello,
relaciones humanas o, como mínimo, las
parte él de que hay “un lugar preferido de
malinterprete (Geertz, 1992: 59). procesos simbólicos del que se inicia una
trama clasificatoria que está puesta por sobre
Uno no encuentra al hombre “detrás” de la toda la cultura”. Lo específico de la cultura
multiplicidad de sus expresiones históricas y occidental radica en la “institucionalización
culturales, sino en ellas. El intento por del proceso en la producción de bienes”. A
identificar el “matrimonio”, la “familia”, el “in- través de esto, se diferencia de un mundo
tercambio” como universales culturales, im- “primitivo”,
plica una elevada medida de abstracción y es
por ello productivo sólo de modo limitado; la [...] en donde las relaciones sociales, especial-
investigación de fenómenos sociales de este mente las relaciones de parentesco, permanecen
tipo en culturas diferentes muestra su extraor- como el lugar de diferenciación simbólica, y se
dinaria variedad y ofrece con ello una ex- determinan otras áreas de actividades por medio
plicación acerca de la variedad de formas de de diferenciaciones de parentesco operativas
la cultura y del modo de ser humano. Preci- (Sahlins, 1981: 296).

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 171
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

Las investigaciones históricas y etnológicas década de setenta y que valora negativa-mente


han llevado a no partir de la homogeneidad su función social, se queda corta. Los rituales
de la cultura, sino, más bien, a enfatizar en la y la acción ritualizada tienen una función
variedad de culturas y a trabajar con un socializadora compleja. Esto vale para la familia
concepto de cultura diferenciado. Esto se convier- y la escuela, así como para el trato ritualizado
te más en el caso, mientras con mayor fuerza con los nuevos medias y los rituales juveniles.
se dirijan las correspondientes investigaciones En ese contexto, la acción ritual no es una
a las prácticas culturales concretas como los acción social simple, sino compleja, que es
rituales, gestos, juegos y fiestas. En ello no es realizada y escenificada por los participantes,
suficiente con leer la cultura como un texto, que como tal expresa y representa comunidad,
como se propagó en la antropología cultural la crea, la constata, la cambia y la desarrolla.
durante largo tiempo (Clifford y Marcus, 1986; En la perspectiva de una antropología histó-
Berg y Fuchs, 1993); de un interés persistente rico-pedagógica, es de especial interés cómo
es la investigación de las dimensiones perfor- el lado corporal, escénico, expresivo y social
mativas de la producción cultural, así como productivo de los rituales se forma, cómo se
se presentan y expresan, por ejemplo, en los efectúan los procesos de inclusión y exclusión,
arreglos escénicos de rituales y en un saber y cómo se crean y cambian las relaciones so-
práctico ritualizado (Bourdieu, 1993, 1997; ciales jerárquicas y de poder.
Gebauer y Wulf, 1992, 1993, 1998; Paragrana,
1998). Como consecuencia de ese performa- La creciente sensibilidad por la variedad de
tiven turn, se origina un nuevo interés por las culturas y por el rol central de la cultura en la
realizaciones y escenificaciones sociales. La creación de las relaciones vitales lleva también
importancia de las acciones rituales como for- a un aumento de la importancia de lo foráneo
ma de acción social se descubre nuevamente. en las investigaciones de la antropología his-
No sólo los textos y artefactos, sino también tórica. Esto vale tanto para sus investigaciones
los rituales y otras formas de acción social se diacrónicas como para sus investigaciones
entienden como expresiones y presentaciones sincrónicas. Para el intento de encontrar algo
culturales. Cómo los hombres le dan forma a sobre la mentalidad de los hombres en otro
su praxis vital y cómo obtienen, además, el tiempo histórico, la experiencia de lo foráneo
saber práctico necesario, se convierte en una es imprescindible. Es la que ante todo posibilita
de las preguntas centrales de la investigación comprender el respectivo modo propio de los
científico-cultural a la que una antropología fenómenos humanos investigados. Para los
histórica que se sirva de métodos etnográficos investigadores históricos, la dificultad radica
puede dar una contribución.6 en que, para ese proceso, se encuentran remi-
tidos a fuentes sobre cuyo origen no tienen
Para la antropología histórico-pedagógica, influencia. Sus posibilidades se crean al
este enfoque de la investigación científico- observar las fuentes disponibles bajo otros
cultural sobre lo performativo abre nuevas puntos de vista nuevos, al valorarlas dentro
perspectivas. Éste lleva, por ejemplo, al redes- de nuevas constelaciones y al elaborarlas bajo
cubrimiento de la importancia de las acciones nuevos cuestionamientos. En la medida en
rituales en el contexto de la educación y la que los investigadores históricos se interesan
formación. La idea de rituales que remite a la por el carácter especial de los hombres inves-

6 En el marco del área de investigación especial “Culturas de lo performativo”, la Universidad Libre de Berlín realizó
un proyecto para la investigación de la producción de lo social en los rituales que trabaja con métodos cualitativos.
Los puntos de atención son, dentro de ese marco, los rituales familiares, la escuela como organización ritual, los
rituales de la cultura juvenil e infantil y la televisión como un ritual de los medias. Cf. Wulf y otros (2001); Wulf,
Göhlich y Zirfas (2001).

172 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

tigados, la elaboración reflexiva de la diferencia Para esas investigaciones, la experiencia de lo


entre su propia situación y la situación histó- foráneo es constitutiva. En vista de los desa-
rica de los hombres por ellos investigados se rrollos de integración en Europa, se vuelve
vuelve determinante para la calidad de su importante un trato complejo con lo foráneo.
reconstrucción. Una reconstrucción tal crea La educación y la formación se convierten
contra-imágenes a los fenómenos del tiempo hoy en una tarea intercultural en cuyo marco
propio y puede, por su parte y por medio de se deben determinar nuevamente las simili-
ello, contribuir con darle una mirada mejor a tudes y diferencias (Wulf, 1995, 1998). Estos
los fenómenos del presente. A diferencia de desarrollos son acelerados a través de la
ello, el investigador etnográfico crea por sí globalización de la política, la economía y la
mismo sus propias fuentes. En la presentación cultura; con su transcurrir se ha llegado a
y elaboración, en un texto, de los datos lin- sobreposicionar y entremezclar lo global, lo
güísticos y visuales conseguidos con la investi- nacional, lo regional y lo local, y a originar
gación de campo, resulta una serie de pro- culturas variadas y fragmentadas en sí mismas
blemas. Si bien durante la primera parte de (Alexander y Seidman, 1993; Goldberg, 1994;
su trabajo el investigador etnográfico está en Featherstone, 1995; Hutschinson y Smith, 1996;
estrecho contacto con los hombres investi- Appadurai, 1996; Bruner, 1996; Beck, 1997;
gados, se sigue que la producción de su texto Gupta y Ferguson, 1997). Dentro de su marco,
tiene lugar en un distanciamiento espacial y se tiene que evitar el choque contra la apertura
temporal frente a ellos. En la transformación que subyace en la contingencia de lo cultural.
de las observaciones y resultados de las Luego, “la cultura [...] es la conservación de
encuestas en un texto de investigación, cum- lo posible. El alcance de su horizonte es el pre-
plen un papel determinante los marcos de cio de su contingencia” (Konersmann, 1996:
referencia del investigador, sus preferencias 354).
y sus competencias. En los últimos años, las
intensas discusiones metodológicas en la
etnología han mostrado que la comprensión
y observación conciente de la otredad de lo TRANSDISCIPLINARIEDAD
foráneo y la reflexión de la transformación de
esas experiencias en un texto son constitutivas Con el creciente interés por la Antropología
para el trabajo antropológico (Jay, 1984; Berg Histórica en las ciencias sociales y humanas y
y Fuchs, 1993). en la filosofía, y con la extensión de temas,
métodos y planteamientos de investigación a
Muchas investigaciones científico-culturales ello ligados, va de la mano el esfuerzo por una
en el área de la antropología histórico-pedagó- investigación multi, inter y transdiciplinaria
gica vuelven sobre problemas y preguntas (Wulf, 1997). Para muchos temas no hay una
contemporáneos. Para la elaboración de sus responsabilidad disciplinaria. ¿Qué disciplina
temas se sirven de recursos históricos y de la sería responsable del cuerpo y los sentidos,
particularización de la comparación con del espacio y el tiempo, del amor y la violencia?
constelaciones similares en otras culturas. Los rebasamientos de los límites entre las
Algunos trabajos histórico-antropológicos diferentes ciencias sociales y humanas son
investigan cuestionamientos y conexiones que frecuentes, y en la antropología histórica son
en el transcurso del desarrollo histórico se imprescindibles. Se extienden por la elección
volvieron extraños. Otros trabajos buscan, por y trato del tema, así como por los métodos y
medio de una mirada etnográfica y con el procedimientos investigativos. El intento por
extrañamiento que va allí de la mano, ver y enfatizar en una variedad de historias en vez
comprender de un modo nuevo las acciones de en una historia, en una multiplicidad de
pedagógicas en su condicionamiento cultural. culturas en vez de en una cultura y en una

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 173
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

pluralidad de ciencias en vez de en una método, se abandone el terreno confiable. La


ciencia, produce una complejidad antropológica contribución a la investigación biográfica e
cuyas pretensiones a menudo sobrepasan las histórica arriba mencionada de Ginzburg y la
posibilidades de una ciencia en particular. A investigación de la mentalidad de un habitante
pesar de que la especialización del saber en de Montaillou con ayuda de actas de la Inqui-
las disciplinas especializadas se ha acreditado, sición hacen parte de tales intentos. También
en las ciencias de la cultura se producen el postulado metódico de Clifford Geertz de
muchos resultados significativos sólo cuando una descripción densa y la aclaración de ese
se sobrepasa esa especialización del saber. principio en la descripción y análisis de las
Nuevos cuestionamientos y conocimientos a peleas de gallos en Bali, abren nuevas dimen-
menudo se forman en los márgenes de las siones de la investigación etnográfica y socio-
disciplinas, en el paso a las ciencias vecinas. lógica.7 Tales rebasamientos metódicos de los
Es necesario, entonces, un movimiento de in- límites se realizan no sin controversias. Al-
vestigación y de búsqueda cuyo carácter trans- gunos científicos sociales y literarios se de-
disciplinario igualmente incite a la inves- fienden de involucrar los textos literarios para
tigación disciplinaria a nuevos cuestiona- la investigación de fenómenos sociales o de
mientos, temas y métodos. En esa perspectiva, sentimientos y estados de ánimo subjetivos.
pueden por ello ser trabajadas muchas pre- Los primeros temen la funcionalización de los
guntas y problemas también en las ciencias textos y la de allí resultante falta de consideración
particulares. de sus cualidades estéticas; los segundos
dudan del valor científico de los enunciados
Así como la antropología histórica y la antro- literarios y enfatizan en el irrenunciable valor
pología histórico-pedagógica no tienen un de la investigación empírica cuantitativa, o
área de objetos delimitada de modo fijo, así mejor, cualitativa. Al comienzo hubo dudas
tampoco disponen de un conjunto general y similares en la ciencia de la educación sobre
determinable de métodos y procedimientos el sentido y conveniencia de la aplicación de
de investigación. Según el planteamiento del estas fuentes pictóricas para la investigación
problema se constituye el objeto de la inves- de asuntos antropológico-pedagógicos. Entre
tigación histórico-antropológica. En su consti- tanto, se ha vuelto indiscutible la productivi-
tución entran la situación de los materiales, dad de la aplicación de estas fuentes en la
su elección y aplicación por parte del investi- investigación de contextos pedagógicos (Mo-
gador, así como la decisión por determinados llenhauer, 1983; 1986).
métodos y procedimientos de investigación.
Ya que, en principio, toda demanda humana Persistente ha sido el intercambio conceptual
se puede volver punto de partida y material y metódico entre las ciencias que cooperan
de la investigación histórico-antropológica, el en la investigación histórico-antropológica.
espectro de posibles temas y métodos es Para ello, dos ejemplos. Debido a la negativa
abierto. Cuando las investigaciones abando- de hacer enunciados sobre el hombre y, en
nan el contexto seguro de una disciplina con vez de ello, investigar la diversidad de culturas
sus medidas metódico-cualitativas y de conte- humanas en el espacio y el tiempo, la compa-
nido acreditado, se vuelven vulnerables. No ración como procedimiento metodológico
obstante, sólo así se pueden encontrar nuevas adquiere una importancia sobresaliente. Entre
vías del pensar, del indagar y del investigar, los historiadores, su fecundidad ya había sido
una vez que, en cuestiones de contenido y de vista por Marc Bloch (Bloch, 1994). También

7 Más lejos se atreve Hayden White (1991; 1994), con su referencia al papel central de la ficción en la historiografía
y a la cercanía allí fundada de la historiografía al relato.

174 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

en la ciencia literaria y en la antropología […] la primera consistió en no reconocer otra


cultural se valora mucho su importancia en historia que la del pasado, la historia de aquello
un sentido metodológico. Contrario a ello, la que se perdió no se conservaría en el recuerdo. El
comparación en la antropología histórico- conocimiento del presente, por el contrario,
pedagógica ha cumplido hasta ahora un rol parecía comprenderse por sí mismo. La segunda
subordinado. El segundo ejemplo de lo convención exigía que la historia contara el
fecundo de los intercambios interdisciplinarios pasado de una Nación, se concentrara en su
lo representan la mirada etnológica y la inves- individualidad particular y la dispusiera en un
tigación de campo de la antropología cultural. continuo espacial-temporal: historia griega,
Muchos historiadores y sociólogos se encuen- historia de Francia, historia del siglo XVI
tran convencidos de la productividad de la (Veyne, 1990: 206 y ss.).
mirada etnológica en sus propios contextos
de trabajo. Ella extraña lo confiable, lleva a un Veyne rechaza el postulado limitado de la
trato cuidadoso con esto último y permite a unidad de lugar y tiempo. En vez de ello, se
través de ello que se originen nuevos cuestio- esboza un área de objetos y de investigación
namientos y perspectivas. Ginzburg observa transdiciplinar en la que se pueden reagrupar
al inquisidor como un etnólogo (Ginzburg, las hasta hoy disciplinas independientes. Por
1994). Isaac utiliza conceptos básicos y metá-
medio de ello se deben evitar los recortes de
foras de la etnología y del método etnográfico
para la producción de un estudio de casos una sociología empírica pura, de una etnología
histórico con el tema “el esclavo fugado” (Isaac, enfocada sólo en la investigación de culturas
1992). En el centro de interés están las foráneas y de una historiografía “reducida”.
estructuras de la vida cotidiana y conceptos
como canje, otro significante, poder y autoridad. En el área de una antropología histórica
Acá se investigan las dramaturgias, escenifi- orientada científico-culturalmente, el proyecto
caciones y papeles de los actores históricos.8 Logik und Leidenschaft se ha esforzado para lo-
La recepción por parte de la ciencia de la historia grar una inter y transdisciplinariedad. Dentro
de los planteamientos etnológicos y de los
de su marco se han escogido cuestionamientos
procedimientos de investigación y la mani-
fiesta permeabilidad de las fronteras discipli- y temas de tal modo que ninguna disciplina
narias que allí se expresa, corresponden, en la científica podría exigir sólo para sí la com-
antropología cultural, a la percatación de la petencia. En ese proyecto muchos investiga-
importancia de la dimensión histórica para las dores de muchas disciplinas se han esforzado
investigaciones antropológico-culturales (Cf. por ofrecer contribuciones para la compren-
Geertz, 1973; Sahlins, 1985). sión de los fenómenos histórico-antropoló-
gicos investigados. Algunos de sus trabajos
Como ejemplo de incitación interdisciplinaria permanecen relacionados a la disciplina, de
recíproca pasa el proyecto de Paul Veyne de
modo que pertenecen a los esfuerzos multi-
una “historia extensa”. Según la idea aquí
expresada, la sociología y la etnología sólo se disciplinarios sobre el tema; otros fueron
han desarrollado porque la ciencia de la concebidos de un modo interdisciplinario, y
historia se ha limitado al pasado de un modo consideraron los cuestionamientos y cono-
inadmisible y ha descuidado el presente. En cimientos de muchas disciplinas. De nuevo,
ello se volvieron efectivas dos convenciones: otras investigaciones se movieron en los már-

8 También la investigación de Akiko Moro (1995) sobre un cementerio en Kärnten y su contribución elaborada con
ese material a la investigación sobre la familia no hubiera sido posible sin la recepción de la perspectiva etnológica.
Lo mismo vale para la investigaciones de un taller histórico de Berlín (1994), cuya documentación de la historia
cotidiana y regional remite en la misma dirección.

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 175
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

genes de las disciplinas e incluso entre las dis- para las investigaciones en la antropología
ciplinas y fueron transdisciplinarias.9 pedagógica.

En el desarrollo hasta hoy de la antropología Con la globalización de la política, la economía


histórico-pedagógica hubo algunas incitacio- y la cultura se originan nuevas mezclas
nes de las investigaciones de Gumbrecht y culturales entre lo local, lo regional, lo nacio-
Pfeiffer y del contexto “poética y hermenéu- nal y lo global que ganan en importancia en
tica”, pero también estrecheces personales y el área de la formación dentro del marco de
de contenido con los estudios transdisciplina- una Europa que crece en conjunto. Para la
rios internacionales sobre el tema “lógica y comprensión e investigación de esos desarro-
pasión”. Acá se suma el trabajo conjunto con llos, la antropología pedagógica puede ofrecer
biólogos, ecólogos, historiadores, sociólogos, contribuciones importantes. En un sentido
psicólogos, críticos literarios y psicoanalistas metodológico, allí a la comparación sincrónica
activos en el marco de la ciencia de la edu- y diacrónica le corresponde una importante
cación. Otra extensa cooperación inter, o tarea.
mejor, transdisciplinaria con representantes
de otras disciplinas hace parte de las tareas En la antropología pedagógica en el ámbito
todavía por cumplir de la investigación antro- alemán, los procedimientos etnográficos han
pológica en la ciencia de la educación. desempeñado hasta ahora un papel mínimo.
Sin embargo, hay que esperar cambios con
En el marco de la antropología histórico- cuyo transcurrir ganen en importancia. Para
pedagógica se originan tres importantes la investigación biográfica histórica y pedagó-
desiderata epistemológicos para el desarrollo gica ya se anuncia ese desarrollo. La investi-
de la investigación multi, inter y transdiscipli- gación con métodos etnográficos de biografías,
naria: instituciones educativas, gestos pedagógicos
y rituales lleva a nuevos conoci-mientos. La
Con la extensión de los cuestionamientos, etnografía pedagógica (Cf. Jessor, Colby y
temas y procedimientos de investigación, se Shweder, 1996) y la investigación cualitativa en
vuelve necesaria la pluralidad también en un el área de la educación y la formación (Cf. Denzin
sentido paradigmático; esto vale para las y Lincoln, 1994; Friebertshäuser y Prengel,
investigaciones de antropología histórica en 1997) señalan para la antropología pedagógica
la historia, para los trabajos histórico- importantes planteamientos sobre investiga-
antropológicos en las ciencias de la cultura y ción, en un sentido metodológico.

9 En la misma dirección, sin embargo menos orientados de modo antropológico, están las investigaciones científico-
culturales multi, inter y transdiciplinarias que fueron iniciadas por Gumbrecht y Pfeiffer (1986; 1988; 1991) sobre
los temas “estilo”, “materialidad de la comunicación”, “paradojas, disonancias, quiebres”. Lo mismo vale para
numerosos estudios multi, inter y transdiciplinarios que se publicaron bajo el tema “poética y hermenéutica” y
que con el transcurso de los años también trabajaron temas antropológicos. El espectro de temas comprende:
Nachahmung und Illusion (Jauß, 1969); Immanente Ästhetik - Ästhetische Reflexion (Iser, 1966); Die nicht mehr schönen
Künste (Jauß, 1968); Terror und Spiel (Fuhrmann, 1971); Geschichte - Ereignis und Erzählung (Koselleck y Stempel,
1973); Positionen der Negativität (Weinrich, 1975); Das Komische (Preisedanz y Warning, 1976); Identität (Marquard y
Stierle, 1979); Text und Applikation (Fuhrmann, Jauß y Pannenberg, 1981); Funktionen des Fiktiven (Henrich y Iser,
1983); Das Gespräch (Stierle y Warning, 1984); Epochenschwellen und Epochenbewußtsein (Herzog y Koselleck, 1987);
Individualität (Frank y Haverkamp, 1988); Memoria (Haverkamp y Lachmann, 1993); Das Ende (Stierle y Warning,
1996).

176 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS __________, 1980, “Die anthropologische Be-


trachtungsweise in der Pädagogik” (0rig 1965),
en: KÖNIG, E. y RAMSENTHALER, H., eds.,
ALEXANDER, J. C. y SEIDMANN, S., eds.,
Diskussion Pädagogische Anthropologie, Mün-
1993, Culture and Society, New York, Cam-
chen, Wilhelm Fink, pp. 36-54.
bridge University Press.
APPADURAI, A., 1996, Modernity at Large: BOURDIEU, P., 1993, Le misère du monde, Pa-
Cultural Dimensions of Globalization, Minnea- ris, Seuil.
polis y London, University of Minnesota
Press. __________ , 1997, Méditationes pascaliennes, Pa-
ris, Seuil.
ARIÈS, Ph., 1975, Geschichte der Kindheit, Mün-
chen, Hanser. BRACKERT, H. y WEFELMEYER, F., Hrsg.
1990, Kultur. Bestimmungen im 20. Jahrhundert,
AUGE, M., 1994, Le sens des autres. Actualité Frankfurt, M., Suhrkamp.
de l’anthropologie, Paris, Fayard.
BRAUDEL, F., 1998, Das Mittelmeer und die
BAADER, M. S., 1996, Die romantische Idee des mediterrane Welt in der Epoche Philipp II, 3 Bde.,
Kindes und der Kindheit. Auf der Suche nach der Frankfurt, M., Suhrkamp.
verlorenen Unschuld, Neuwied, Luchterhand.
BRAUDEL, F.; DAVIS, N. Z.; FEBVRE, L.;
BECK, U., 1997, Was ist Globalisierung? Frank- GINZBUR, C.; LEGOFF, J.; KOSSELLECK, R.
furt, M., Suhrkamp. y MOMIGLIANO, A., 1990, Der Historiker als
Menschenfresser. Über den Beruf des Geschichts-
BERG, E. y FUCHS, M., 1993, Kultur, soziale schreibers, Berlin, Wagenbach.
Praxis, Text. Die Krise der ethnographischen Re-
präsentation, Frankfurt, M., Suhrkamp. BROWN, D. E., 1991, Human Universals, New
York, McGraw-Hill.
BERR, M, 1990, Technik und Körper, Berlin,
Dietrich Reimer. BRUNER, J., 1996, The Culture of Education,
Cambridge y London, Harvard University
BLEIDICK, U., 1967, “Über sonderpädago- Press.
gische Anthropologie”, Zeitschrift für Heilpäd-
agogik, N.° 18, pp. 245-263. BURKE, P., 1991, Offene Geschichte. Die Schule
der Annales, Berlin, Wagenbach.
BLOCH, M., 1994, “Für eine vergleichende
Geschichtsbetrachtung der europäischen Ge- __________ , 1992, History and Social Theory,
sellschaften”, en: MIDDELL, M. y SAMM- Ithaca y New York, Cornell University Press.
LER, S.., eds., Alles Gewordene hat Geschichte,
Leipzig, Reclam, pp. 121-167. CERTEAU, M. de, 1991, Das Schreiben der Ge-
schichte, Frankfurt, M. y New York, Campus.
BÖHME, H. y SCHERPE, K., 1996, Literatur CHAUNU, P. y DUBY, G., 1989, Leben mit der
und Kulturwissenschaften. Positionen, Theorien, Geschichte, Frankfurt, M., Fischer.
Mächte, Reinbek, Rowohlt.
CLIFFORD, J. y MARCUS, G. E., 1986, Writ-
BOLLNOW, O. F., 1941, Das Wesen der Stim- ing Culture, Berkeley y Los Angeles, Univer-
mungen, Frankfurt, M., Klostermann. sity of California Press.

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 177
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

CONRAD, Ch. y KESSEL, M., eds., 1994, Ge- DÜLMEN, R., 1995, “Historische Kultur-
schichte schreiben in der Postmoderne, Stuttgart, forschung zur Frühen Neuzeit. Entwicklun-
Philipp Reclam. gen - Probleme – Aufgaben”, Geschichte und
Gesellschaft, N.° 21, pp. 403-429.
DANIEL, U., 1993, “Kultur und Gesellschaft.
Überlegungen zum Gegenstandsbereich der EIBL-EIBESFELDT, I., 1988, Der Mensch - das
Sozialgeschichte”, Geschichte und Gesellschaft, riskierte Wesen. Zur Naturgeschichte menschli-
N.° 19, pp. 69-99. cher Unvernunft, München, Piper.

DAUK, E., 1989, Denken als Ethos und Metho- ERBE, M., 1979, Zur neueren französischen
de, Berlin, Dietrich Reimer. Sozialgeschichtsforschung, Frankfurt, M., Wis-
senschaftliche Buchgesellschaft.
DAWKINS, R., 1978, Das egoistische Gen, Ber-
lin, Heidelberg y New York, Springer. FEATHERSTONE, M., 1995, Undoing Culture,
London, Sage Publications.
DENZIN, N. K. y LINCOLN, Y. S., eds., 1994,
Handbook of Qualitative Research, Thousand FLITNER, A., 1963, Wege zur pädagogischen
Oaks, Sage Publications. Anthropologie. Versuch einer Zusammenarbeit der
Wissenschaften vom Menschen, Heidelberg,
Quelle & Meyer.
DERBOLAV, J., 1980, “Pädagogische Anthro-
pologie als Theorie der individuellen Selbst-
FRANK, M. y HAVERKAMP, A., 1988, ed., In-
verwirklichung”, en: KÖNIG, E. y RAMSEN-
dividualität, München, Wilhelm Fink.
THALER, H., eds., Kritische Information - Er-
ziehungswissenschaft, München, Wilhelm Fink,
FRIEBERTSHÄUSER, B. y PRENGEL, A. eds.,
pp. 55-69.
1997, Handbuch Qualitative Forschungsmetho-
den in der Erziehungswissenschaft, Weinheim y
DIECKMANN, B., 1993, Der Erfahrungsbegriff München, Juventa.
in der Pädagogik, Weinheim, Beltz.
FRÜHWALD, W., GAUß, H. R.; KOSELLECK,
DIECKMANN, B.; STING, pp. y ZIRFAS, J., R. y STEINWACHS, B., eds., 1991,Geisteswis-
1998, eds., Gedächtnis und Bildung, Weinheim, senschaften heute. Ein Denkschrift, Frankfurt,
Deutscher Studien Verlag. M., Suhrkamp.

DIECKMANN, B.; WULF, Ch. y WIMMER, FUHRMANN, M., ed., 1971, Terror und Spiel.
M., eds., 1997, Violence. Nationalism, Racism, Probleme der Mythenrezeption, München, Wil-
Xenophobia, Münster y NewYork, Waxmann. helm Fink.

DINZELBACHER, P., ed., 1993, Europäische FUHRMANN, M., JAUß, H. R. y PANNEN-


Mentalitätsgeschichte, Stuttgart, Kröner. BERG, W., eds., 1981, Text und Applikation.
Theologie, Jurisprudenz und Literaturwissen-
DÖPP-VORWALD, H., 1968, Erziehungswissen- schaft im hermeneutischen Gespräch, München,
schaft und Philosophie der Erziehung, Darm- Wilhelm Fink.
stadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft.
GADAMER, H.-G. y VOGLER, P., eds., 1972-
DRESSEL, G. ed., 1996, Historische Anthropo- 1974, Neue Anthropologie, 7 Tomos, Stuttgart,
logie. Eine Einführung, Wien, Böhlau. Georg Thieme.

178 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

GEBAUER, G. y WULF, Ch., 1992, Mimesis. kulturwissenschaftlichen Diskurselements,


Kultur, Kunst, Gesellschaft, Reinbek, Rowohlt. Frankfurt, M., Surhkamp.

__________ , 1993, ed., Praxis und Ästhetik, __________, eds., 1988, Materialität der Kommu-
Frankfurt, M., Suhrkamp. nikation, Frankfurt, M., Suhrkamp.

__________ , 1998, Spiel, Ritual, Geste. Mimeti- __________, eds., 1991, Paradoxien, Dissonanzen,
sches Handeln in der sozialen Welt, Reinbek, Zusammenbrüche. Situationen offener Epistemo-
Rowohlt. logie, Frankfurt, M., Suhrkamp.
GEERTZ, C., 1973, The Interpretation of Cul-
GUPTA, A. y FERGUSON, J., eds., 1997, Cul-
tures, New York, Basic Books.
ture, Power, Place, Durham y London, Duke
University Press.
__________, 1992, “Kulturbegriff und Men-
schenbild”, en: HABERMAS, R. y MINKMAR,
N., eds., Das Schwein des Häuptlings, Berlin, HABERMAS, R. y MINKMAR, N., eds., 1992,
Wagenbach, pp. 56-82. Das Schwein des Häuptlings, Berlin, Wagen-
bach.
GEHLEN, A., 1986, Der Mensch. Seine Natur
und seine Stellung in der Welt, Wiesbaden, Aula, HANSEN, K. P., eds., 1993, Kulturbegriff und
11. edición. Methode. Der stille Paradigmenwechsel in den
Geisteswissenschaften. Eine Passauer Ringvor-
GINZBURG, C., 1994, “Der Inquisitor als An- lesung, Tübingen, Narr.
thropologe”, en: CONRAD, Ch. y KESSEL,
M., eds., Geschichte schreiben in der Post- HARTMANN, D. y JANICH, P. eds., 1996,
moderne, Stuttgart, Philipp Reclam, pp. 203- Methodischer Kulturalismus, Frankfurt, M.,
218. Suhrkamp.

__________, 1990, Der Käse und die Würmer. Die HAUSCHILD, T., 1982, “Zur Einführung: For-
Welt eines Müllers um 1600, Berlin, Wagenbach. men Europäischer Ethnologie”, en: NIXDORF,
h. y HAUSCHILD, T., eds., Europäische Eth-
GOFF, J. Le, ed., 1978, La Nouvelle Histoire, nologie. Theorie- und Methodendiskussion aus
Paris, Retz.
ethnologischer und volkskundlicher Sicht, Berlin,
Dietrich Reimer, pp. 11-26.
__________, 1987, Für ein anderes Mittelalter,
Weingarten, Drumlin.
HAVERKAMP, A. y LACHMANN., eds., 1993,
__________, ed., 1988, Histoire et mémoire, Pa- Memoria, München, Wilhelm Fink.
ris, Gallimard.
HENRICH, D. e ISER, W., 1983, eds., Funktio-
GÖHLICH, M., 1993, Die pädagogische Umge- nen des Fiktiven, München, Wilhelm Fink.
bung, Weinheim, Deutscher Studien Verlag.
HERZFELD, M., 1997, Cultural Intimacy, New
GOLDBERG, D. T., ed., 1995, Multiculturalism, York y London, Routledge.
Cambridge, Blackwell.
HERZOG, R. y KOSELLECK, R., eds., 1987,
GUMBRECHT, H.U. y PFEIFFER, K. L., eds., Epochenschwellen und Epochenbewußtsein, Mün-
1986, Stil. Geschichten und Funktionen eines chen, Wilhelm Fink.

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 179
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

HOPPE, B., 1991, Körper und Geschlecht, Ber- __________ , eds.., 1984, Der Andere Körper, Ber-
lin, Dietrich Reimer. lin, Mensch und Leben.

HUTCHINSON, J. y SMITH, A. D., eds., 1996, __________ , eds., 1986, Lachen-Gelächter-Lächeln.


Ethnicity, Oxford y New York, Oxford Uni- Reflexionen in drei Spiegeln, Frankfurt, M., Syn-
versity Press. dikat.

INGOLD, T., ed., 1996, Key Debates in Anthro- __________ , eds., 1987, Das Heilige. Seine Spur
pology, London y New York, Routledge. in der Moderne, Frankfurt, M., Athenäum, 2a
edición.
ISER, W., ed., 1966, Immanente Ästhetik – Äs-
thetische Reflexion, München.
__________ , eds., 1987, Die sterbende Zeit, Darm-
stadt y Neuwied, Luchterhand.
ISAAK, R., 1992, “Der entlaufene Sklave. Zur
ethnographischen Methode in der Ge-
schichtsschreibung“, en: HABERMAS, R. y __________ , eds., 1988, Das Schicksal der Liebe.
MINKMAR, N., eds., Das Schwein des Häupt- Die Wandlungen des Erotischen in der Geschich-
lings, Berlin, Wagenbach, pp. 147-185. te, Weinheim, Quadriga.

JAUß, H. R., ed., 1968, Die nicht mehr schönen __________ , eds., 1988, Die erloschene Seele, Ber-
Künste. Grenzphänomene des Ästhetischen, lin, Dietrich Reimer.
München, Wilhelm Fink.
__________ , eds., 1989, Der Schein des Schönen,
__________, ed., 1969, Nachahmung und Illusi- Göttingen, Steidl.
on, München, Wilhelm Fink.
__________ , eds., 1989, Transfigurationen des
JAY, P., 1984, Being in the Text, London, Cornell Körpers. Spuren der Gewalt in der Geschichte,
University Press. Berlin, Dietrich Reimer.

JESSOR, R.; COLBY, A. y SHWEDER, R. A., __________ , eds., 1990, Rückblick auf das Ende
eds., 1996, Ethnography and Human Develop- der Welt, München, Boer.
ment, Chicago y London, The University of
Chicago Press.
__________ , eds., 1992, Schweigen. Unterbre-
chung und Grenze der menschlichen Wirklichkeit,
KAMPER D. y WULF, Ch., eds., 1982–1992,
Berlin, Dietrich Reimer.
Serie: Logik und Leidenschaft, 12 Números,
transdisziplinäre, internationale Studien zur Hi-
storischen Anthropologie, Berlin, Reimer. KANT, I., 1982, Schriften zur Anthropologie,
Geschichtsphilosophie, Politik und Pädagogik, 2.
__________ , eds., 1994, Anthropologie nach dem Werkausgabe Bd. XII.hrsg. v. W. Weischedel,
Tode des Menschen. Vervollkommnung und Un- Frankfurt, M., Suhrkamp.
verbesserlichkeit, Frankfurt, M., Suhrkamp.
KERTZER, D. I. y SALLER, R. P., eds., 1991,
__________ , eds., 1982, Die Wiederkehr des Kör- The Family in Italy, New Haven y London, Yale
pers, Frankfurt, M., Suhrkamp. University Press.

__________ , eds., 1984, Das Schwinden der Sin- KONERSMANN, R., 1996, ed., Kulturphiloso-
ne, Frankfurt, M., Suhrkamp. phie, Leipzig, Reclam.

180 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

KOSELLECK, R., 1990, “Darstellung, Ereig- THALER, H., eds., Kritische Information - Er-
nis und Struktur ”, en: BRAUDEL, F., y O- ziehungswissenschaft, München, Wilhelm Fink,
TROS, Historiker als Menschenfresser. Über den pp. 191-225.
Beruf des Geschichtsschreibers, Berlin, Wagen-
bach pp. 113-125. LÜDTKE, A. y KUCHENBUCH, L., eds., 1995,
Historische Anthropologie. Kultur. Gesellschaft.
KOSELLECK, R. y STEMPEL, W.-D., 1973, Alltag, Köln, Weimar y Wien, Böhlau.
eds., Geschichte - Ereignis und Erzählung, Mün-
chen, Wilhelm Fink. MARQUARD, O. y STIERLE, K., eds., 1979,
Identität, München, Wilhelm Fink.
KRAMER, D., 1997, Von der Notwendigkeit der
Kulturwissenschaft, Marburg, Jonas. MARTIN, J., 1994, “Der Wandel des Beständi-
gen. Überlegungen zu einer historischen An-
LANGEVELD, M. J., 1964, Studien zur Anthro- thropologie”, Freiburger Universitätsblätter, N.°
pologie des Kindes, 2a edidción ampliada, Tübin- 126, pp. 35-46.
gen, Niemeyer.
MEDICK, H., 1989, “Missionare im Ruder-
LENZEN, D., 1985, Mythologie der Kindheit, boot? Ethnologische Erkenntnisweisen als
Reinbek, Rowohlt. Herausforderung an die Sozialgeschichte”, en:
LÜDTKE, A., ed., Alltagsgeschichte. Zur Re-
__________ , 1989, “Melancholie, Fiktion und konstruktion historischer Erfahrungen und Le-
Historizität”, en: GEBAUER, G., y OTROS, bensweisen, Frankfurt, M. y New York, pp. 48-84.
Historische Anthropologie, Reinbek, Rowohlt,
pp. 13-48. MEIER, H., ed., 1988, Die Herausforderung der
Evolutionsbiologie, München, Piper.
__________ , 1991, Vaterschaft, Reinbek, Rowohlt.
MIDDELL, M., 1994, Alles Gewordene hat Ge-
LEROY LADURIE, E., 1980, Montaillou. Ein schichte, Leipzig, Reclam.
Dorf vor dem Inquisitor, Frankfurt, M., Propy-
läen. MOLLENHAUER, K., 1983, Vergessene Zusam-
menhänge, München, Juventa.
LIEDTKE, M., 1980, “Pädagogische Anthro-
pologie als anthropologische Fundierung der __________ , 1986, Umwege, Weinheim y Mün-
Erziehung”, en: KÖNIG, E. y RAMSENTHA- chen, Juventa.
LER, H., eds., Kritische Information - Erzie-
hungswissenschaft, München, Wilhelm Fink, MOLLENHAUER, K. y WULF, Ch., eds., 1996,
pp. 175-190. Aisthesis/Asthetik. Zwischen Wahrnehmung und
Bewußtsein, Weinheim, Deutscher Studien
LOCH, W., 1963, Die anthropologische Dimen- Verlag.
sion der Pädagogik, Essen, Neue Bemühungen.
MORO, A., 1995, “Grab, Epitaph und Fried-
__________ , 1968, “Enkulturation als anthro- hof. Neue Zugänge ethnologischer Familien-
pologischer Grundbegriff der Pädagogik”, Bil- forschung am Beispiel einer Kärntner Land-
dung und Erziehung, N.° 213, pp. 161-178. gemeinde”, Historische Anthropologie, N.° 3,
pp. 112-124.
__________ , 1980, “Der Mensch im Modus des
Könnens. Anthropologische Fragen pädago- MÜLLER, K. E. y Rüsen, J., eds., 1997, Histo-
gischen Denkens”, en: KÖNG, E. y RAMSEN- rische Sinnbildung, Reinbek, Rowohlt.

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 181
H I S T O R I C I D A D , C U LT U R A L I D A D , T R A N S D I S C I P L I N A R I E D A D

NOHL, H., 1929, “Pädagogische Menschen- __________ , 1988, Die Stellung des Menschen im
kunde”, en: NOHL, H. y PALLAT, L., eds., Kosmos, Bonn, Bouvier.
Handbuch der Pädagogik. 2. Tomos, Langensalza,
Beltz, pp. 51-75. SCHILLING, H., 1970, Grundlagen der
Religionspädagogik. Zum Verhältnis von Theolo-
PARAGRANA, 1998, Internationale Zeitschrift gie und Erziehungswissenschaft, Düsseldorf,
für historische Anthropologie, 7, 1, Thema, Kul- Patmos.
turen des Performativen.
SCHUHMACHER-CHILLA, D., 1995, Ästhe-
PLESSNER, H., 1928, Die Stufen des Organi- tische Sozialisation und Erziehung, Berlin, Diet-
schen und der Mensch, Berlin, de Gruyter. rich Reimer.

PREISEDANZ, W. y WARNING, R., eds., SONNTAG, M., 1988, Die Seele als Politikum.
1976, Das Komische, München. Psychologie und die Produktion des Individuums,
Berlin, Dietrich Reimer.
RAULFF, U., ed., 1989, Mentalitäten-Geschich-
te, Berlin, Wagenbach. STIEGLITZ, H., 1970, Soziologie und Erzie-
hungswissenschaft. Wissenschaftstheoretische
REHBERG, K.-S., 1990, “Zurück zur Kultur? Grundzüge ihrer Erkenntnisstruktur und Zusam-
Arnold Gehlens anthropologische Grundle- menarbeit, Stuttgart, Enke.
gung der Kulturwissenschaften”, en:
BRACKERT, H. y WEFELMEYER, F., eds., STIERLE, K. y WARNING, R., eds., 1984, Das
Kultur. Bestimmungen im 20. Jahrhundert, Gespräch, München, Wilhelm Fink.
Frankfurt, Suhrkamp, pp. 276-316.
__________ , eds., 1996, Das Ende, München,
ROST, F., 1994, Theorien des Schenkens, Essen, Wilhelm Fink.
Blaue Eule.
STING, S., 1998, Schrift, Bildung und Selbst. Eine
ROTH, H., 1966, Pädagogische Anthropologie, pädagogische Geschichte der Schriftlichkeit, Wein-
Tomo 1: Bildsamkeit und Bestimmung, Hanno- heim, Deutscher Studien Verlag.
ver, Schroedel.
STROSS, A., 1991, Ich-Identität. Zwischen Fik-
__________ , 1971, Pädagogische Anthropologie, tion und Konstruktion, Berlin, Dietrich Reimer.
Tomo 2: Entwicklung und Erziehung, Hanno-
ver, Schroedel. SÜSSMUTH, H., 1984, ed., Historische Anthro-
pologie. Der Mensch in der Geschichte, Göttin-
RÜSEN, J., 1989, Lebendige Geschichte, Göttin- gen, Vandenhoeck y Ruprecht.
gen, Vandenhoeck y Ruprecht.
UHER, J., ed., 1995, Pädagogische Anthropolo-
SAHLINS, M., 1985, Islands of History, Chi- gie und Evolution, Erlangen, Erlanger Forschun-
cago, Chicago University Press. gen.

SARTRE, J. P., 1968, Die Wörter, Reinbek, VEESER, H. A., 1989, The New Historicism,
Rowohlt. New York y London, Routledge.

SCHELER, M., 1955, Zur Idee des Menschen. VEYNE, P., 1990, Geschichtsschreibung. Und was
Gesammelte Werke, Tomo 3, Bern. sie nicht ist, Frankfurt, M., Suhrkamp.

182 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 3 9
P E D A G O G Í A Y D I V E R S I D A D C U LT U R A L

WEINRICH, H., 1975, ed., Positionen der __________ , ed., 1996, Das anthropologische Den-
Negativität, München, Wilhelm Fink. ken in der Erziehung 1750-1850, Weinheim,
Deutscher Studien Verlag.
WHITE, H., 1991, Metahistory, Frankfurt, M.,
Fischer. __________ , ed., 1997, Vom Menschen. Handbuch
Historische Anthropologie, Weinheim y Basel,
__________ , 1994, “Der historische Text als lite- Beltz.
rarisches Kunstwerk”, en: CONRAD, Ch. y
KESSEL, M., eds., Geschichte schreiben in der __________ , ed., 1998, Education for the 21st. Cen-
Postmoderne, Stuttgart, Philipp Reclam, pp. tury: Commonalities and Diversities, Münster
123-157. y NewYork, Waxmann.

WIMMER, M., 1988, Der Andere und die Spra- WULF, Ch. y ZIRFAS, J., eds., 1994, Theorien
che. Vernunftkritik und Verantwortung, Berlin, und Konzepte der pädagogischen Anthropologie,
Dietrich Reimer. Donauwörth, Ludwig Auer.

WIMMER, M.; Wulf, Ch. y DIECKMANN, B., WULF, Ch., GÖHLICH, M., y ZIRFAS, eds.,
eds., 1996, Das zivilisierte Tier. Zur historischen 2001, Grundlagen des Performativen. Eine Ein-
Anthropologie der Gewalt, Frankfurt, M., Fi- führung in die Zusammenhänge von Sprache,
scher. Macht und Handeln, Weinheim y München,
Juventa.
WUKETITS, F. M., Gene, 1990, Kultur und
Moral. Soziobiologie - pro und contra, Darm- WULF, Ch., y otros, 2001, Das Soziale als Ri-
stadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft. tual. Zur performativen Bildung von Gemein-
schaften, Opladen, Leske + Budrich.
WULF, Ch., ed., 1994, Einführung in die päd-
agogische Anthropologie, Weinheim y Basel, ZDARZIL, H., 1980, “Pädagogische Anthro-
Beltz. pologie: empirische Theorie und philosophi-
sche Kategorialanalyse”, en: KÖNIG, E. y
__________ , ed., 1995, Education in Europe. An RAMSENTHALER, H., eds., Kritische Informa-
Intercultural Task, Münster y New York, tion - Erziehungswissenschaft, München, Wil-
Waxmann. helm Fink, pp. 267-287.

REFERENCIA
W ULF, Christoph, “Historicidad, culturalidad, transdisciplinariedad”, Re-
vista Educación y Pedagogía,Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de
Educación, Vol. XVI, N.° 39, (mayo-agosto), 2004, pp. 163 -183.

Original recibido: enero 2004


Aceptado: febrero 2004

Se autoriza la reproducción del artículo citando la fuente y los créditos de los autores.

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVI N o . 39 183

También podría gustarte