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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACION

Facultad de Historia, Geografía y Letras

Departamento de Historia y Geografía


Catedra: Historia Medieval
RESEÑA

Jacques Heers: La invención de la


Edad Media. El feudalismo y los
derechos señoriales

Profesor: Mauricio Rivera


Ayudantes: Vicente Sánchez – Iván Pasmiño
Autor: Vicente Quinteros
Esta reseña trata sobre “El feudalismo y los derechos señoriales” segunda parte del
polémico libro “La invención de la Edad Media” del historiador y profesor francés Jacques
Heers, publicado en 1992. Pese a que Heers fue alumno de Braudel, uno de los miembros
más destacados de la escuela de los Annales, este no se enmarca en específico con ninguna
escuela historiográfica, sin embargo, en su lectura se vislumbra un posicionamiento critico
con las visiones tradiciones del área en que el se especializa, la edad media. En el texto
sostiene la tesis de que realmente la edad media no existió, ya que no es más que una
construcción o convención a la que se le ha aplicado todo tipo de connotaciones peyorativas
a su significado

La “Edad Media” no es solo una categoría historiográfica, sino que, para la tradición,
también significa barbarie y oscurantismo, sinónimo de matanzas, torturas, epidemias y
hambrunas. Esta noción de desprecio frente a lo medieval es algo que abunda en el
pensamiento colectivo, un paréntesis de 10 siglos para humanidad en contraste con los
periodos brillantes de la antigüedad y el renacimiento. Hoy en día ya hay varios expertos en
la materia que, mediante la exposición de sus resultados, intentan reconfigurar esta visión
que condena la edad media. Dentro de ellos está el profesor francés Jacques Heers, que de
manera critica nos dice que la “verdad” que nos han inculcado incluso desde los curriculum
escolares sobre la edad mediana, es una construcción que surge post revolución francesa.
Los ideales ilustrados condenan la “injusticia”, pero aquellos burgueses se centraron solo
en criticar lo relacionado a los derechos señoriales y el feudalismo, dejando otros tópicos,
como la desigualdad, sin mencionar.

Con la abolición de los derechos feudales el 4 de agosto de 1789, surgen escritores que
deforman la historia, y desacreditan todo aquello que no cuadraba con su moral, ni con sus
ideas de un estado centralizador. El autor nos dice que la condena máxima para la edad
media es cuando se habla de feudalismo y de las “sociedades feudales”, ya que son algo
conocido por ser fuente de abusos y crimines extremos. Catalogándolo incluso como “el
mal absoluto”. Frente a esto resulta interesante el análisis que nos expone Heers, ya que
atribuye la condena al feudalismo, no a un hecho amparo en fuentes reales, sino que, a la
acción de ilustrados de la novela histórica. Es decir, esta noción fue hecha por escritores no
investigadores, sino que divulgadores, cuyos manuales escolares llegan hasta nuestro día y
han consagrado en el pensamiento colectivo posturas que no son compartidas por los
científicos.

Tambien es interesante la critica que hace a la divulgación de ciertas obras, las cuales
deformaban las nociones eruditas de la edad media, con el fin de llegar al público, es decir,
funcionaban a modo de propaganda. Si bien son ciertas, no lo es su generalización ni su
exageración, por lo que las “verdades” del feudalismo, nacidas en un periodo post
ilustración y basadas en los ideales de un estado centralizador, serian fruto de una tiranía
intelectual o una pedagogía autoritaria. Según el autor, el pensamiento ilustrado resalta la
noción de un estado estructurado, en desmedro del poder político disgregado del mundo
feudal. En este sentido resulta coherente pensar que muchos ilustrados se ganaron su lugar
en su poca, en cuanto eran capaces de condenar un periodo anterior “oscuro”, basado en un
supuesto discurso “iluminado”.

En cuanto a la pedagogía autoritaria, Heers nos da un paseo por una buena cantidad de
textos que se han utilizado para enseñar sobre la época medieval. En específico manuales
de la escuela francesa del siglo XIX. Aquí plantea una contradicción que seria algo así
como el talón de Aquiles de la connotación peyorativa en la construcción del termino
medieval. Si los autores de los manuales eran personajes ilustrados, que supuestamente
defendían la libertad de pensamiento, ¿porque su trabajo no dejaba la libre reflexión de sus
estudiantes? En vez de eso, estos trabajadores del estado imponen su pensamiento como el
verdadero en las mentes neófitas. En cierto sentido, este tipo de critica retumba hasta el
presente en cuanto la transmisión autoritaria del conocimiento, sobre la manera binaria de
comprender la realidad en tanto verdadero/falso o bueno/malo.

En Francia postrevolución estaba muy marcado el discurso antimonárquico, aun cuando no


existía un gran rigor investigativo, se utilizaron relatos y manuales históricos en la
enseñanza a modo de adoctrinamiento. Es decir, buscaban la lealtad al estado y no a la
figura de un rey. Ahí es cuando surgen las nociones de la época feudal como una época de
total humillación a los vasallos y se exacerba la vida en ciudad. Respecto a esto Heers nos
dice que no era tan así, ya que en de cierta manera las personas del campo tenían autonomía
sobre su trabajo, incluso nos habla de cierta “prosperidad”. Creo que esta es una
proposición del autor que no puede ser establecida, si bien no es algo simple de inferir ni
desde fuentes oficiales ni relatos, es una noción diametralmente opuesta a lo que nos dice la
tradición, la misma que critica por generalizaciones. Y es que entonces, ¿Hasta dónde llega
la diversidad de realidades que nos propone Heers?

Heers nos vislumbra con la critica a una serie de prejuicios que abundan en el pensamiento
colectivo, desde la posibilidad del libre pensar, nos está dando una opción sobre lo
medieval distinta a lo que es desde la tradición curricular. Se agradece el arduo trabajo por
intentar liberarnos de nociones que nos imponen una realidad absoluta, y nos acerca mas a
la diversidad que la compone. Ni ideas preconcebidas ni ideas morales, este texto es de los
que incitan la noción de comprender la historia desde el contexto histórico, evitando así los
anacronismos y la construcción de una falsa realidad.

La historia, oficial y estructura, es también un producto esencia del estado nación, usada
como forma de legitimar sus propios ideales. Heers se suma a la noción de su Rousseau
sobre que las personas no nacen malvadas, sino que es el sistema quien los corrompe. Este
libro nos muestra que incluso en el periodo post ilustración, cuando supuestamente los
nuevos ideales son la justicia y las conductas de bien, las formas de estructuras el poder es
similar a las del resto de la historia, incluso al presente. Los privilegiados y favorecidos por
fortunas, es decir los ricos, abusan de su poder y explotan a conveniencia a los débiles. Las
nociones preconcebidas que abundan en el imaginario colectivo, fruto de no investigadores,
sino que de historiadores que deformaban la historia para divulgarla, demuestra que
aquellos que se sitúan en escalafones de poder privilegiados, construyen la ignorancia del
pueblo a beneficio. En la medida que legitiman sus propias acciones mediante un discurso
que situé lo que ellos proponen, como algo distinto y mejor que lo anterior, y se ensañen en
criticar lo pasado, aumentaran su influencia en el espacio público. Este tipo de
comportamiento en las esferas de la elite republicana es algo que podríamos comparar
incluso al día de hoy.

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