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“Hace un tiempo me pidieron que diese una breve charla

En la Escuela cercana a mi oficina, sobre temas de mi


trabajo, mientras me acercaba al estrado, me detiene un
niño de alrededor de 8 años y me pregunta – “Señor, es
usted una persona de Éxito?” – me detuve sorprendido y le
conteste con otra pregunta – Por Que lo preguntas? – me
respondió. La maestra nos asignó como tarea entrevistar a
personas de Éxito y…dubitativamente continuo, vivo solo
con mi abuela y no conocemos a mucha gente- Está bien –
le dije – pero, ¿por qué me elegiste a mí? – respondió –
usted es la primera persona de traje que veo hoy. – le miré
sin saber que responderle, encima me hacían señas que
debía subir al estrado a iniciar mi charla – le respondí –
vamos a hablar luego de la charla que voy a dar ahora- me
di la vuelta y presuroso fui a dar mi charla. Al terminarla
baje del estrado y alguna gente se acercó a felicitarme.
Para suerte mía no lo vi más al pibe, pero me quedo
picante la sensación de no haberle contestado. Mientras
me dirigía de vuelta al trabajo, me pregunte a mí mismo -
¿soy una persona de éxito? La verdad por el tipo de
educación que recibí en mi casa, automáticamente pensé
Papa diría que quien dice eso se manda la parte, y hubiese
agregado – “vos labura nomas deja que los demás te
pongan el rotulo que quieran”, “la verdad yace en tus
acciones no en tus palabras”. De cualquier modo, me sentí
incomodo, y la sensación persistió hasta que leí la
Reflexión que a continuación les presento:

EL ÉXITO
“Reír mucho y a menudo;
ganarse el respeto de las personas inteligentes y el aprecio de los niños;
merecer el elogio de los críticos sinceros y mostrarse tolerante con las traiciones de
los falsos amigos;
saber apreciar la belleza y hallar lo mejor en el prójimo;
dejar un mundo algo mejor, bien sea por medio de un hijo sano, de un rincón de
jardín o de una condición social redimida;
saber que al menos una vida ha alentado más libremente gracias a la nuestra:
eso es haber triunfado.”
RALPHWALDO EMERSON

Hoy amanecí con el tema recurrente en mi mente de la fortaleza de carácter, y


medite o concluí en silencio que la fortaleza de carácter se construye igual que una
casa ladrillo a ladrillo, el modo según concluí mentalmente seria variable de
acuerdo a la personalidad de cada uno, entonces; Fortaleza de Carácter y
Personalidad, ¿cómo se arma?'
Se arma según he pensado en los hábitos de vida, así se moldea el carácter, los
hábitos en forma recurrente practicadas van formando el carácter, aunque sean
pequeños cambios de hábitos, con el tiempo se convierten en pilares de nuestra
grandeza o pequeñez, buenos hábitos desarrollados permiten a la larga disfrutar
de una mejor calidad de vida y te comprometen como persona. Si practicas malos
hábitos, en un día no son nada, en un año te envilecen. Estuve averiguando y
calculé que si cada día mejoras en 1%, ES DECIR HOY MEJOR QUE AYER EN
UN UNO%, entonces sos al cabo de un año, 37 veces mejor, y eso es mucho.
Depende de cada uno.
Cada día tenemos la oportunidad de enmendar nuestro ayer o hacer simplemente
un mejor hoy, si mi deseo es mejorar cada día, lo puedo hacer en tanto y en cuanto,
me obligue (y disfrute) a hacer lo correcto, siempre tenemos opciones, depende de
cada uno hacer lo correcto o no. Nadie es perfecto, un día malo lo tiene cualquiera,
el tema ser consciente de eso y cambiar para mejor, cuesta dar nuestro brazo a
torcer y queremos etérei ningo ganar sin esforzarnos, pero eso se basa en
antivalores, si te pones a pensar todo lo que tenés, poco o mucho, de alguna
manera lo mereces, o como dice el Buda, ¿quién es más rico, el que más tiene o el
que menos necesita?, la respuesta por supuesto es algo personal, si te comparas con
otros, la vida es una escalera y siempre vas a ver gente arriba y gente abajo,
particular me pienso que debo compararme conmigo mismo, hoy soy el mismo que
ayer, o mejor o peor. depende de mí. o sea, depende de cada uno.

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Por supuesto, ¿Cómo escribo este tema para Martens? Es simple y es complejo, el
tema es apasionante, pero me disperso con facilidad, al final estoy medio, perdido,
como en el cuento de Hansel y Gretel, se comieron todos los hilitos conductores, me
tomo la noche y estoy en medio del Bosque, che py’a pynte, la verdad estoy un poco
descorazonado, no es falta de ánimo, se me perdió la perspectiva, o como me decía
un antiguo jefe, ‘criterio, administre el criterio’, se perdió la punta del ovillo y no
se adonde me dirijo. Che ajante chupe, pero ¿cuál es mi norte? ¿O mi sur?
Roger Gaona

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