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Breno Bringel, Alfredo Falero

MOVIMIENTOS SOCIALES, GOBIERNOS PROGRESISTAS Y ESTADO


EN AMÉRICA LATINA: transiciones, conflictos y mediaciones

MOVIMENTOS SOCIAIS, GOVERNOS PROGRESSISTAS E ESTADO


NA AMÉRICA LATINA: transições, conflitos e mediações

Breno Bringel*
Alfredo Falero**

Este artículo busca analizar la América Latina contemporánea en clave procesual y relacional, a partir
de la relación entre movimientos sociales, gobiernos progresistas y Estado. Su objetivo es comprender el
ciclo político progresista que se abre en el cambio de siglo de forma paralela a cambios políticos, sociales
y económicos más estructuradores. De forma más específica, el texto discute y examina: i) la necesidad
de captación del proceso social y la diversidad de formatos de interacción entre movimientos sociales,
gobiernos progresistas y Estado en la región; ii) la especificidad de la región, su posición dependiente en el
mundo y sus consecuencias sociales y políticas, incluyendo la transformación de la forma Estado, cada vez
más transnacionalizado; iii) los principales ejes de conflicto social, oriundos en buena medida de las me-
diaciones sociopolíticas y de las contradicciones político-económicas; iv) los tipos de gobiernos, los límites
del progresismo y las tensiones entre gestión estatal y movimientos sociales.
Palabras-clave: Movimientos sociales. Gobiernos progresistas. Estado. América Latina.

INTRODUCCIÓN1 movimientos sociales y el gobierno boliviano.


El caso no se cerró de forma definitiva, pero
Bolivia, octubre de 2011. Tras muchas reveló las contradicciones profundas entre la
protestas, el gobierno de Evo Morales firma la propuesta de refundación del Estado centrada
Ley Corta 180, que declara intangible el Terri- en el campo popular-plurinacional, con una
torio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Se- reorganización de la relación entre sociedad y
cure (TIPNIS). Más allá de un caso aislado, naturaleza, y la pervivencia de prácticas desar-
el caso TIPNIS, polémico por la propuesta de rollistas y extractivistas.
construcción de una carretera que pasaría por Brasil, junio de 2013. Movilizaciones
este territorio, supuso una importante inflexión masivas y heterogéneas se extienden por todo
en las relaciones de convergencias entre los el país y desatan una profunda crisis política
1 que tambalea el Partido de los Trabajadores

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(PT) en, al menos, un doble sentido: por un
*
Universidade do Estado do Rio de Janeiro (UERJ). Institu-
to de Estudos Sociais e Políticos (IESP). lado, como gobierno, en su capacidad de cons-
Rua da Matriz, 82, Botafogo. Cep: 22260-100. Rio de Ja- trucción política y de generación de gober-
neiro – Rio de Janeiro – Brasil. brenobringel@iesp.uerj.br
**
Universidad de la República (UDELAR). nabilidad; y, por otro lado, como partido, en
UDELAR, Facultad de Ciencias Sociales, Constituyente, 1502,
5º piso. Montevideo – Uruguay. alfredofalero@gmail.com su papel histórico de mediador del campo
1
Una primera versión de este texto fue elaborada durante popular-democrático brasileño, forjado en el
el segundo semestre de 2014 como insumo para el curso
“América Latina: Movimentos Sociais e Tranformações Re- contexto de luchas contra la dictadura. Si lo
gionais” por nosotros impartido en el Programa de Posgra- primero evidencia un deterioro en términos de
do en Sociología del IESP-UERJ y luego presentado en el
38º Encuentro Anual de ANPOCS, 27 a 31 de octubre de legitimidad política, lo segundo abre una bre-
2014, Caxambu (Brasil). Dicha versión inicial se publicó,
con circulación restringida, como Cuaderno de Trabajo cha todavía más profunda en el tejido social,
del Núcleo de Estudios de Teoría Social y América Lati-
na (NETSAL). En este proceso, hemos recibido diversos dada la desconexión con los actores sociales
comentarios que nos llevaron a actualizar y reformular emergentes que desafían tanto el PT como los
buena parte del texto, hasta llegar a esta versión que se
publica en el Caderno CRH. Agradecemos los comentarios demás sujetos que emergieron en el ciclo de la
recibidos en estos espacios, bien como las sugerencias de
Enara Echart y Denise Vitale a esta versión final. redemocratización política de los 1970/1980.

http://dx.doi.org/10.1590/S0103-49792016000400003 27
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Ecuador, agosto de 2015. Marchas y pa- mayoría de los casos – aunque no como con-
ros nacionales convocados por los movimien- secuencia causal –, también su base electoral).
tos sindicales e indígenas contra el gobierno La hipótesis del fin del ciclo progresista
Correa acaban con centenas de heridos y de- latinoamericano, sin embargo, debe ser leída
tenidos en varias partes del país, incluyendo con mucha cautela. No se puede establecer un
una periodista-académica brasileña y conoci- juicio taxativo sobre el fin del proceso socio
dos líderes de la Confederación de Naciona- -histórico caracterizado por la confluencia de
lidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y de fuerzas de las izquierdas sociales y políticas,
la Confederación Kichwa del Ecuador (Ecua- bien como de presencia de gobiernos progre-
runari). Ante la ausencia de confluencias con sistas y nacional-populares (entre otros rótulos
los movimientos populares, como ocurrió en el utilizados, menos afortunados, como social-
proceso boliviano, episodios como este llevan demócratas y populistas), sin cruzar diversas
a una ruptura todavía mayor y a una agudiza- variables y escenarios posibles.
ción del conflicto, existente desde hace varios Tres factores principales exigen pruden-
años, entre los movimientos indígenas y el go- cia. En primer lugar, el ciclo progresista no im-
bierno ecuatoriano. plicó, en un sentido estricto, a la totalidad de
¿Qué pueden decir estos eventos de la región, aunque haya influido en general en
protesta sobre la relación entre movimientos toda ésta. De este modo, la zona del Pacífico
sociales, gobiernos progresistas y Estado fue menos permeable a esa mutación, mientras
en América Latina? Interpretados de forma lo ocurrido en Paraguay fue particularmente
casuística y singular, muy poco. Sin embargo, si débil y temporalmente breve. Ya México, junto
adoptamos una mirada histórica, comparativa a otros países, aparece desde hace años como
y global, se pueden esbozar algunas claves más atado a las lógicas de dominio de Estados
de análisis para captar las relaciones comple- Unidos y a las dinámicas propias de descompo-
jas entre estos actores en coyunturas críticas. sición social vinculadas a la narcopolítica que
Cuando la relación de los movimientos socia- bloquean cualquier rotación política creíble de
les se establece con gobiernos con los cuales gobiernos.
éstos tienen algún tipo de afinidad (histórica, En segundo lugar, aunque parte de la
político-ideológica, organizativa o programá- literatura especializada (Castañeda, 2006; Pe-
tica), en tiempos de transformación profunda reira da Silva, 2011) haya intentado explicar
del papel del Estado y del capitalismo, nues- la emergencia de los gobiernos progresistas en
tras lentes analíticas deben ser revisadas. la última década y sus diferencias, más allá
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Tras la ilusión en el cambio de siglo con de dicotomías insuficientes – como reformis-


un cambio de época, vivimos, quince años tas y radicales, neoliberales y postneoliberales
después, una crisis de los gobiernos con sen- –, todavía no se ha explorado adecuadamente
sibilidades de cambio en casi toda la región. la cuestión de cuán progresista fue el dichoso
De hecho, un conjunto de evidencias sugieren “giro a la izquierda” y cómo, en muchos casos,
que presenciamos un tránsito de las tensiones se basó en patrones de acción ambivalentes y
creativas (fruto de una serie de retroalimenta- contradictorios.
ciones y sinergias generadas entre movimien- En tercer lugar, la apertura societaria y
tos, partidos y gobiernos durante el cambio de política vivida hoy en los diferentes países de
siglo y la primera década del siglo XXI) a las la región puede tener desenlaces imprevisibles
tensiones paralizantes (caracterizadas por po- y pasibles de oscilaciones según las especifi-
siciones más polarizadas y menos dialógicas cidades de las trayectorias, dinámicas y pro-
tanto de movimientos como de gobiernos que cesos locales y nacionales. Esto es fruto, a su
pierden progresivamente su base social y, en la vez, de la existencia de patrones particulares

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de relaciones establecidas entre el Estado y la SOBRE NUESTRA CAPACIDAD DE


sociedad, bien como de la existencia de tipos CAPTACIÓN DEL PROCESO
diversos de conflictos y movimientos sociales.
Pese a estos matices, que contemplan El ciclo de victorias electorales progre-
la diversidad y la contingencia, asumimos un sistas que se inicia con la elección de Hugo
doble movimiento teórico-metodológico: en Chávez en 1998 no se puede entender sin el
términos socio-espaciales, entendemos Améri- ciclo regional de movilizaciones que lo acom-
ca Latina como unidad, dentro de su diversi- pañó. Éste se inicia a principios de la década
dad de situaciones, experiencias y posiciones de 1990, con un incremento de la articulación
(Falero, 2012a); en términos temporales, bus- de las luchas regionales, la resistencia directa a
camos captar la historicidad de las luchas so- la propuesta del Área de Libre Comercio de las
ciales y conflictos que se despliegan a lo largo Américas (ALCA) y la generación de campañas
de las últimas décadas en su relación con los puntuales y espacios permanentes de conver-
gobiernos y Estados. De este modo, no pode- gencia. Acompañado de conflictos más locali-
mos disociar el ciclo de gobiernos progresistas zados (aunque no aislados o localistas) en los
de los ciclos de protestas de los movimientos territorios nacionales, se apostó, no sin tensio-
sociales, sean aquellos que contribuyen a ele- nes, por la integración regional y por la creación
gir nuevos gobiernos o aquellos que ayudan a de plataformas y redes de convergencia entre
destituirlos. movimientos, colectividades más descentradas,
El inicio y el cierre de ciclos políticos campañas, partidos y sindicatos de izquierda
(nunca totalmente fijos y estrictamente deli- (Bringel; Cabezas, 2014). En la segunda mitad
mitados) están siempre asociados a coordina- de la década de 1990 ya son visibles numerosas
das y cambios políticos, sociales y económicos expresiones de lucha como se dará cuenta más
estructuradores. Este artículo privilegia los adelante mediante una tipología.
cambios en el terreno económico (del capita- Esto fue crucial para que fuerzas de iz-
lismo y de la inserción de América Latina en quierda llegaran al gobierno. En algunos ca-
el mundo), político (las transformaciones de la sos se generaron formaciones sociopolíticas
forma Estado) y social (las oscilaciones en los de nuevo cuño (Bolivia, Ecuador, Paraguay y
ejes de conflicto social), para proponer formas Venezuela), que emergieron con este ciclo de
de entendimiento de los tipos de gobiernos, movilizaciones y disputaron elecciones, mien-
los límites del progresismo y las tensiones en- tras, en otros, primaron formaciones más tradi-
tre gestión estatal y movimientos sociales. En cionales (Argentina, Brasil, Chile, El Salvador,

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otras palabras, en vez de centrarnos exclusi- Nicaragua y Uruguay), forjadas en décadas an-
vamente en el análisis de la actuación de los teriores, principalmente en las luchas contra la
gobiernos en sí, se enfatizan sus contextos de dictadura. El frescor de las nuevas fuerzas y la
acción y de relación. experiencia de aquellas más consolidadas son
El objetivo principal es contribuir a la elementos centrales no sólo para cuestionar
apertura de nuevas posibilidades de análisis los rumbos tomados por los gobiernos, sino
de las relaciones entre movimientos sociales, también para analizar las diferentes relaciones
gobiernos progresistas y Estados. Lejos de una con los movimientos sociales.
contribución definitiva, este ejercicio debe ser Estas relaciones se complejizaron de
entendido como una provocación al debate y forma creciente cuando pasaron a gobernar los
un esfuerzo provisional dependiendo del cier- compañeros.2 Ello requirió creatividad e inno-
re del proceso socio-histórico considerado. 2
Este es el título de un documental audiovisual producido
por el Núcleo Interdisciplinario “Pensamiento Crítico en
América Latina y Sujetos Colectivos” de la Universidad de
la República de Uruguay que incluye entrevistas con mili-

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vación en los trabajos académicos, que han el Estado casi siempre sólo en su dimensión
enfatizado la necesidad de ir más allá de inter- de las relaciones internas y nacionales. Aun-
pretaciones dicotómicas (tales como autono- que las redes transnacionales (Bringel; Falero,
mía versus institucionalización, basismo ver- 2008; Bulow, 2010), la internacionalización
sus cooptación, conflicto versus cooperación, de los movimientos (Bringel, 2015; Pleyers,
reforma versus revolución, etc.) que, en buena 2012; Tarrow, 2005) y los movimientos glo-
medida, han marcado las interpretaciones clá- bales (Bringel; Domingues, 2015; Della Porta,
sicas sobre las relaciones entre los movimien- 2007) sean muy estudiados en el marco del
tos sociales y el Estado en la región. activismo contemporáneo, menos énfasis es
Entre las alternativas propuestas en los dado a cómo: a) el Estado se ha reconfigurado
últimos años por la literatura especializada profundamente en el siglo XXI a través de una
brasileña (muy marcadas, hay que decirlo, confluencia de dinámicas, fuerzas y actores
por la experiencia de las legislaturas del PT diversos (sociales, políticos y, principalmente,
en el gobierno nacional), sobresalen aquellas económicos); b) cuáles son las implicaciones
que enfatizan la mayor permeabilidad estatal, de esto en su relación con los movimientos so-
la heterogeneidad del Estado y sus formas de ciales y en la capacidad de actuación de los
interacción, a partir de miradas sobre los re- gobiernos.
pertorios de interacción (Abers; Serafim; Ta- El segundo problema se puede plantear
tagiba, 2014), las interacciones socioestatales en los siguientes términos: la sociología de los
(Nascimento, 2014), las imbricaciones Estado- movimientos, al leer la relación entre los mo-
sociedad (Losekann, 2014) las “redes sociales vimientos sociales y el Estado, teniendo como
y de movimientos” (Scherer-Warren, 2013), los objeto principal los movimientos, obvia, mu-
“mediadores” (Lavalle; Bullow, 2015), el trán- chas veces, el otro lado de la moneda: el Esta-
sito institucional, la trayectoria de militantes y do y su complejidad, su capacidad de agencia,
las fronteras de los movimientos, la sociedad su historicidad, sus disputas internas, sus cor-
civil y del Estado (Silva, 2015). relaciones de fuerzas y su lógica selectiva en la
En otros países de América Latina, la selección y en la predisposición al diálogo con
preocupación por entender proyectos de refun- sus interlocutores.
dación del Estado en la región andina (Santos, Estas consideraciones nos llevan a pen-
2010) y la creación de nuevos instrumentos sar que la relación entre el Estado y los mo-
políticos o partidos-movimiento en Paraguay, vimientos sociales debe ser entendida en el
Bolivia, Ecuador y Venezuela ha llevado a que marco de un campo relacional amplio, donde
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varios autores subrayen las nuevas relaciones intervienen varios tipos de acciones, actores
entre movimientos sociales y los sistemas po- sociales y políticos y dinámicas de acumulaci-
líticos (Mirza, 2006) y la importancia de con- ón del capital. La idea de lo relacional remite
siderar no sólo aspectos coyunturales de la re- a una vasta bibliografía dentro de la cual cabe
lación Estado–movimientos, sino también las subrayar, en una mirada más general, la pos-
matrices sociopolíticas (Garretón, 2001) y las tura de Bourdieu en cuanto a pensar relacio-
matrices político-ideológicas (Svampa, 2010; nalmente (Bourdieu; Wacquant, 2014), pero
Linera, 2008) más permanentes en el tiempo. también la idea de proceso social y los usos de
A pesar de estos indiscutibles avances, la teoría cuando se visualiza específicamente
dos problemas parecen persistir en este campo América Latina (Falero, 2015). Si nos aden-
de discusión. El primero de ellos es conside- tramos en los estudios contemporáneos sobre
rar la relación de los movimientos sociales y conflicto político y movimientos sociales, cabe
subrayar que el “giro relacional” es una ten-
tantes de movimientos sociales e intelectuales. Disponible
aquí: https://vimeo.com/104811427 dencia bastante fuerte cuando se postula den-

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tro de las agendas hegemónicas que el estudio LA UBICACIÓN DE AMÉRICA LATI-


de estos actores sociales no puede quedar cir- NA EN EL MUNDO
cunscrito a las organizaciones sociales y (o)
a los movimientos sociales entendidos como A pesar de la emergencia de gobiernos
unidades analíticas autosuficientes (McAdam; progresistas y de una posición geopolítica re-
Tarrow; Tilly, 2001). A pesar de ello, los auto- lativamente más autónoma de la región en el
res vinculados al proyecto contentious politics mundo (Cairo, 2008), todavía sigue firme, en el
se centran principalmente en las interacciones marco de la actual transición sistémica global,
públicas, episódicas y colectivas entre deman- la posición de América Latina como proveedo-
dantes y demandados, con énfasis en los go- ra de materias primas a la economía-mundo.
biernos y en las instituciones, prácticamente Si bien se logró pasar página en la década de
dejando de lado los actores, las prácticas y los 1990 al Consenso de Washington, el cambio de
escenarios económicos. siglo marca la irrupción del Consenso de las
En esta línea, es fundamental pensar los Commodities (Svampa, 2013), definido por el
movimientos más allá de los movimientos, en incremento de los precios internacionales de
relación con actores diversos (Estados, empre- las materias primas y los bienes de consumo,
sas, grupos sociales específicos); fenómenos cada vez más demandados por las potencias
afines, pero diferenciados (nacionalismos o centrales y emergentes.
migraciones); e impactos múltiples (políticos, Tampoco hay que desdeñar la composi-
pero también societarios, económicos y cul- ción sectorial de la inversión extranjera direc-
turales). En definitiva, captar los eventos de ta (IED) que, según el informe de 2012 de la
protesta dentro de una mirada procesual que Comisión Económica para América Latina y
contemple las tendencias socio-históricas, las Caribe (CEPAL), sigue teniendo un peso con-
mediaciones sociopolíticas y las dinámicas es- siderable. Incluso en Brasil, crece el peso eco-
tructuradoras de sociedades que se ubican en nómico de los servicios (una categoría en ver-
la periferia capitalista. dad muy poco explicativa pues puede integrar
El resultado de las relaciones entre estos elementos muy diversos) y de las actividades
actores y dinámicas es producto de diferentes basadas en recursos naturales a expensas de
articulaciones posibles, en función de un con- una menor participación de la industria ma-
junto de variaciones de los niveles señalados. nufacturera.
Si la clave está en la caracterización de media- Este escenario tiene efectos en la com-
ciones, discutiremos, a partir de ahora, cuatro posición y en las características de la fuerza de

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elementos centrales: a) las variaciones posibles trabajo y, por tanto, en la configuración de los
dentro de la inserción de América Latina en la agentes participantes de las luchas sociales, en
economía-mundo; b) las transformaciones de la importancia que tienen los movimientos so-
la forma Estado en función de procesos glo- ciales relacionados al territorio, en los conflic-
bales, regionales y nacionales; c) la actividad tos que se generan a partir de la forma en que se
del conjunto de movimientos y organizacio- expresa su implantación – la más compleja es la
nes sociales y su capacidad de transformar el forma enclave actualizada (Falero, 2012c) – y en
Estado y la gestión de gobierno, bien como de la infraestructura necesaria para la exportación.
influir en el posicionamiento que adopten los Dentro de este cuadro general, hay casos diver-
partidos políticos; d) las dinámicas de gobier- sos. Por ejemplo, Uruguay tiene una población
nos cuya dinámica de juego se ve restringida de base rural del 5%, algo muy diferente a lo que
en función del punto a) e interpelada en abrir ocurre en la región andina o centroamericana.
otros horizontes de posibilidades en función Es decir, en ese caso, el movimiento que integra
del punto c).

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la temática ambiental (luchas medioambienta- sistema global: la polarización entre regiones


les vinculados al uso de transgénicos, la fores- centrales de acumulación y regiones periféri-
tación o el posible desarrollo de actividades mi- cas (Amin, 2003; Falero, 2012b). Esta conocida
neras, entre otras) solo puede tener proyección tesis, ampliamente desarrollada por los teóri-
manejando ese condicionamiento urbano en la cos de la dependencia, ni sugiere la existencia
expresión de las demandas. de posiciones de poder eternamente fijas, ni
Asimismo, el efecto China y la caída del tampoco caduca por la crisis de 2008, o por-
precio de las materias primas tienen efectos di- que se esté en una fase de conexión global sin
rectos en el excedente que los Estados tienen precedentes de la mano del mayor peso de la
para canalizar demandas de movimientos socia- comunicación, la información (en un sentido
les y procurar matizar las consecuencias socia- amplio) y el conocimiento en la valorización
les de la extrema desigualdad en la región. En del capital.
otras palabras, el elemento geoeconómico, no A pesar de propuestas como la del go-
siempre analizado con propiedad en el estudio bierno ecuatoriano de generar un cambio de
de las relaciones entre movimientos sociales y matriz productiva centrada en la economía
Estado, desnuda las debilidades de las posibili- social del conocimiento, en los centros de acu-
dades de cambio y refuerza las contradicciones mulación se investigan y se generan los nuevos
del progresismo, sobretodo de los gobiernos que procesos científico-tecnológicos y se conserva
han apostado por la vía (neo) desarrollista. el know how de múltiples actividades intensi-
Viejas tendencias (entre ellas, aquella vas en conocimiento, mientras algunas activi-
bautizada, en el debate regional, como la mal- dades industriales se desplazan a la periferia
dición de los recursos naturales) se enmarcan para disminuir los costes. En otras palabras, la
en un nuevo escenario geopolítico y geoeconó- polaridad centro-periferia no desaparece, sino
mico. Mientras buena parte de la franja del Pa- que se exacerba sobre nuevos parámetros, tales
cífico (particularmente, Chile, Perú, Colombia como los derechos de propiedad intelectual, las
y México) mantiene, en términos generales, su patentes y la extracción de biodiversidad.
alineamiento con Estados Unidos – aunque sin No se puede obviar, en este sentido, que
desconectarse de la región en su conjunto –, la las grandes decisiones globales no se toman en
región que proyecta más incertidumbre es la la periferia capitalista. Sigue existiendo una
del Atlántico, con el epicentro en Brasil. Las transferencia de excedentes desde ésta a los
superestructuras políticas integradoras (prin- centros de acumulación y el discurso del de-
cipalmente Mercado Común del Sur – MER- sarrollo (que observa carreras lineales y cícli-
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COSUR, Unión de Naciones Sudamericanas cas de países o carreras nacionales, vinculado


– UNASUR y Comunidad de Estados Latinoa- todavía de manera hegemónica al crecimiento
mericanos y Caribeños – CELAC) muestran, a económico) ha sido revitalizado más como un
su modo, las complejidades de una transición eficaz mecanismo de contención geopolítica
sistémica con pérdida relativa de peso de Es- de lo social que como una guía o rumbo de la
tados Unidos, y los nuevos bloques regionales trayectoria hacia donde efectivamente se va.
– todavía superpuestos y en disputa – parecen Esta actualización de la polarización
tener una capacidad bastante limitada para re- centro-periferia, bien como el nuevo escenario
vertir la dependencia económica y fomentar, geopolítico global aludido, afecta la capacidad
de manera más significativa, la integración en de los Estados latinoamericanos de tomar de-
el plano cultural y político. cisiones relevantes y se sustenta en la repro-
En este marco de tensiones geopolíti- ducción de redes de poder global más o menos
cas y geoeconómicas, corresponde recordar conocidas: grupos tecnocráticos y burocráticos
una tendencia intrínseca al capitalismo como con intereses específicos dentro de los Estados-

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nación, grupos económicos locales conectados pesar de sus asimetrías y diferencias, un aná-
globalmente, empresas transnacionales, agen- lisis relacional de estos actores debiera dar,
cias multilaterales, entre otros. En esta forma en términos analíticos, un peso relativamen-
de despliegue espacial del poder, se desnacio- te análogo a cada uno de ellos, de forma que
nalizan los Estados y se reproducen las articu- podamos entender con mayor precisión sus
laciones (social y geográficamente asimétricas) recorridos históricos, sus formas de acción,
que cristalizan en esa polaridad global. Pensar su heterogeneidad interna, las diferentes cor-
las relaciones entre movimientos sociales y Es- relaciones de fuerzas a corto plazo y matrices
tado en el siglo XXI es, en consecuencia, con- sociopolíticas más permanentes en el medio y
siderar un modo de funcionamiento social con largo plazo.
fronteras mucho más porosas. Lecturas institucionalistas y formalis-
Considerando los gobiernos usualmente tas del Estado, en buena medida racionalistas
clasificados como progresistas, se puede obser- y universalistas, tienden a reificarlo, repro-
var, por un lado, como lo ha hecho Campello duciendo los límites analíticos de las con-
(2016), la limitación impuesta por los merca- cepciones contractualistas y organicistas que
dos globales. Por otro, también se puede cons- fundaron la teorización sobre el Estado. No se
tatar que las bases de poder de esa desigual- trata, obviamente, de idolatrar o demonizar
dad, en algunos casos, se intentó redefinir mí- al Estado, de depreciar la importancia de las
nimamente (Argentina, Bolivia, Ecuador y Ve- instituciones, los funcionarios y la burocracia,
nezuela) y, en otros, ni siquiera se intentó (Bra- ni tampoco de entender el Estado como mero
sil, Chile, Uruguay), pero, en todos los casos, espejo de la sociedad (algo muy en boga hoy,
la cuestión central pasa a ser la ponderación cuando se habla de una deriva conservadora),
de la conexión entre la proyección posible de sino de dotar nuestro aparato analítico sobre la
un orden progresista en una economía-mundo relación entre movimientos sociales y Estado
más adversa para sus exportaciones. de mayor historicidad, espacialidad y contin-
gencia. La construcción de una teoría crítica
del Estado conectada a las teorías de los mo-
MOVIMIENTOS SOCIALES Y vimientos sociales constituye, de este modo,
TRANSFORMACIONES DE LA FOR- un desafío fundamental que permitiría, ade-
MA ESTADO más, reconectar el debate fundante de los mo-
vimientos sociales en la modernidad con las
Unida a las transformaciones geoeconó- transformaciones de quien, todavía hoy, es su

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micas globales y regionales, la forma Estado actor político hegemónico.
tiende a cambiar, y es fundamental reintroducir El formato emancipatorio de los mo-
este anclaje espacio-temporal del Estado en el vimientos tuvo, en general, en el Estado-na-
análisis de los movimientos sociales. En mu- ción, un objetivo central de llegada en tanto
chos análisis actuales sobre la relación entre herramienta para cambios descolonizadores,
los movimientos sociales y el Estado, éste apa- anti-imperialistas, constructores de derechos
rece como algo dado, prácticamente naturali- o directamente visualizándolo como núcleo
zado. Quizás eso se deba a que buena parte del para el desarrollo de una sociedad no capita-
esfuerzo analítico se vuelca al entendimiento lista (Bringel; Domingues, 2012). En el seno de
de los movimientos sociales en sí (con el con- varias luchas sociales transformadoras duran-
secuente desarrollo teórico del debate sobre te buena parte del siglo XIX y XX, el Estado fue
conflicto, acción colectiva, identidades, reper- visto como expresión de dominación de clase
torios, etc.), relegando a un segundo plano el y como organización sociopolítica transitoria
debate teórico sobre el Estado. Sin embargo, a (caso de Marx y del marxismo en general).

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También se vio como agente autoritario, jerár- solo es posible aludir brevemente algunas de
quico y de control social para muchas luchas las razones globales del debilitamiento en re-
autónomas y libertarias (como se puede com- lación al proceso de transnacionalización: a)
probar tanto en el anarquismo, como en matri- el creciente peso de las empresas transnacio-
ces comunitaristas e indigenistas). nales y su capacidad para generar cursos de
Sea como espacio a conquistar para su acción de los gobiernos o para lograr excepcio-
posterior disolución y construcción del socia- nalidades en el territorio de los Estado-nación;
lismo o del comunismo, sea como enemigo b) el incremento del poder de los organismos
frontal, el Estado se ha visto, en las teoriza- multilaterales y de determinadas agencias glo-
ciones abarcadoras más consistentes sobre el bales (como las calificadoras de riesgo) para
tema, como proceso y como relación social y (re)direccionar la política económica y para
objetiva de poder (Gramsci, 1949; Poulantzas, incidir en la gestión pública; c) la firma de tra-
1968; Foucault, 1976; Mann, 1984). Una de las tados bilaterales asimétricos de protección de
mayores virtudes de estas teorizaciones ha sido inversiones, que limitan cursos de acción de
el análisis de correlaciones de fuerzas y proce- los gobiernos, principalmente aquellos de re-
sos específicos anclados en el espacio (tenien- giones periféricas que suscriben acuerdos con
do en cuenta la particularidad de los lugares y los países y regiones centrales de acumulación
las implicaciones de la territorialidad del Es- global; d) la creación de bloques regionales y
tado asociada a su soberanía) y en el tiempo generación de dinámicas comerciales, produc-
(analizando la transformaciones del Estado en tivas, políticas y sociales inevitablemente su-
diferentes momentos históricos). pranacionales; e) los problemas cuyos efectos
El Estado, en América Latina, como cons- exceden las posibilidades de decisión de un
tructo histórico en la periferia mundial, ha teni- Estado-nación (cambio climático, políticas de-
do un proceso de formación particular (Borba, rivadas de desarrollos tecnológicos, etc.).
2014; Centeno, 2002; López-Alves, 2003) y tiene Estas dinámicas y tendencias se expre-
un desarrollo contemporáneo convergente con san dentro de los aparatos de Estado y los trans-
esta matriz espacio-temporal y con los procesos forman considerando los parámetros previos.
sociopolíticos, culturales y geoeconómicos que Esto supone un desafío para los movimientos
atraviesan la región. A partir de la década de sociales en varios sentidos. Por un lado, las ló-
1970, momento para el cual Guillermo O’Don- gicas de funcionamiento político tienden a adap-
nell desarrolló una consistente interpretación tarse a estas nuevas agendas a costa de presiones
de lo que denominó como Estado burocrático y demandas sociales. Por otro lado, las nuevas
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-autoritario (O’Donnell, 1982), el capitalismo se agendas globales y las dinámicas de extracción


volvió progresivamente cada vez más global. de excedentes implican la incorporación de
Las implicaciones, en términos de trans- nuevos temas y la generación de propuestas
formaciones organizacionales, pueden ser ela- alternativas y de demandas más aglutinadoras
boradas desde múltiples perspectivas. Cabe su- capaces de captar la inteligibilidad de diferen-
brayar, en primer lugar, que la nueva dinámica tes luchas localizadas o territorializadas dentro
de acumulación flexible implicó transformacio- de un marco más totalizante, como ocurre en el
nes en la forma Estado conocida. Si bien se man- caso de las ideas de soberanía alimentaria y de
tiene el fondo de lo examinado anteriormente, agroecología frente a la lógica del agronegocio.
existen cambios significativos que hace con que En segundo lugar, cambian las lógicas de
los Estados, con diversos matices, pierdan capa- conflicto y de identificación práctica y subje-
cidad de regulación y sean más permeables a un tiva entre lo que serían los amigos y los ene-
capitalismo cada vez más transnacionalizado. migos políticos. Por un lado, actores como las
A efectos de nuestra discusión general, empresas transnacionales y nuevos símbolos

34
Breno Bringel, Alfredo Falero

del capitalismo global emergen como enemi- cialistas locales y globales que revisten de un
gos centrales, muchas veces asociadas a los carácter técnico varias decisiones políticas y
propios Estados, bien por su complicidad im- (o) proyectos específicos de sociedad. La con-
plícita o por sus acuerdos explícitos con estos secuencia más grave de esto es que el Estado
agentes. Por otro lado, actores progresistas, deja de ser considerado en términos de una
como sindicatos y partidos políticos, cuando compleja relación social (expresión, a la vez,
victoriosos en contiendas electorales, se mue- de relaciones sociales capitalistas), ya que el
ven progresivamente en la frontera entre amigo mensaje hegemónico transmitido es que se tra-
y enemigo, hacia un campo de enfrentamiento ta puramente de quien y de qué modo se puede
débil debido a su posición coyuntural, incluso administrar o gestionar mejor lo público o lo
cuando se generan, en el interior del Estado, privado y sus interrelaciones.
fuertes tensiones entre el partido en el gobierno Bajo esta lógica, y ante el desdibujamien-
y las bases de este mismo partido o alrededor to de una burguesía nacional fuerte, el proyecto
de coaliciones volátiles. Dentro de este escena- sociopolítico es, no pocas veces, subordinado
rio, puede ocurrir que determinados partidos a lo fiscal, ya que pareciera que no existen in-
estén en el gobierno, pero no logren gobernar. tereses particulares e intereses colectivos, pues
En tercer lugar, es necesario reconocer prácticamente todo desaparece en la figura del
una transformación de tipo organizacional del gestor. La identificación de la gestión del Estado
capitalismo, con dinámicas de acumulación con el new management de la empresa privada,
flexible, que impacta en la propia gestión, es y con expresiones asociadas como la eficacia, la
decir, en la introducción de formas de organi- eficiencia y su carácter emprendedor (Boltanski;
zación empresarial y en un nuevo papel asu- Chiapello, 2002) llega a diversos sectores, inclu-
mido por las elites empresariales como agentes so la propia educación y la universidad.
sociales con capacidad de incidir directamente Finalmente, en cuarto lugar, puede iden-
en cursos de acción nacional y transnacional tificarse una transformación de lo que pode-
(Flores, 2006). A efectos de recorte del tem , mos llamar mapas cognitivos que, para esbo-
nos gustaría subrayar un elemento específico zarlo en forma muy rápida, se sustenta en un
de la reconfiguración de la forma Estado en la contexto de exacerbada concentración de los
actualidad, asociado a las dinámicas transna- medios masivos de comunicación y de profusi-
cionales contemporáneas: la emergencia de un ón de imágenes que borran las fronteras entre
concepto de gestión empresarial que atraviesa lo falso y lo verdadero, la ficción y la realidad,
agentes sociales diversos así como, en gene- lo intrascendente y lo sustantivo. Se aprecia la

Caderno CRH, Salvador, v. 29, n. SPE 03, p. 27-45, 2016


ral, una perspectiva instrumental, pragmática, emergencia de nuevas gramáticas culturales,
muchas veces autodefinida como despolitiza- proliferación de las redes digitales, profunda
da y desideologizada de la gestión. mercantilización de la vida y crisis de las agen-
Para entender estas transformaciones, cias de socialización alternativas que fueron
no hay que caer, sin embargo, ni en el discurso propias del siglo XX, como los partidos políti-
globalófilo del fin del Estado y consecuentes cos y los sindicatos.
narrativas problemáticas en la periferia ca- Si bien no es posible aquí más que alu-
pitalista (como la de los Estados fallidos), ni dir al tema, debe ponderarse suficientemente,
tampoco en aquellas visiones que colocan al como desafío para los movimientos sociales en
Estado como mero apéndice del capital. Hay, la región, que el plano simbólico (imágenes, pa-
de hecho, una dificultad muy grande, en tér- labras, símbolos) adquiere mayor importancia
minos teórico-metodológicos, de captar la nue- que antes y se vuelve un espacio clave de lucha
va forma Estado y su asociación con las elites donde deben disputar formas de ver y pensar el
empresariales, las redes tecnócratas y los espe- mundo en un terreno de mayor complejidad.

35
MOVIMIENTOS SOCIALES, GOBIERNOS PROGRESISTAS ...

Por otro lado, la crisis de los actores clá- sociales se convierten, de este modo, en un
sicos de mediación entre sociedad y política, recurso heurístico privilegiado para entender
durante el siglo XX, en América Latina, lleva a elementos que cruzan la realidad latinoameri-
la emergencia de nuevos formatos de relación cana e inciden en el campo sociopolítico. En
entre movimientos y Estado, pero también, dicha lógica, es clave entender lo que ocurre
muchas veces, a una mayor desconexión entre antes y después de la aparición de gobiernos
los movimientos sociales y el resto de la socie- con diversos tintes de izquierda, dentro de un
dad, principalmente cuando muchos de ellos mismo proceso social en el que se van cons-
dejan de lado el trabajo de base para volcarse truyendo demandas y abriendo agendas, pero
principalmente en la incidencia política en las a la vez generando nuevas tensiones.
instancias institucionales. Habría que pregun- Sobre ese criterio y asumiendo el carác-
tarse, de este modo, hasta qué punto el mayor ter dinámico de estas luchas, puede esbozarse
foco de los movimientos, partidos y otros gru- el siguiente esquema general de ejes de con-
pos en la presión política hacia los Estados su- flicto y tipos de luchas sociales, representati-
puso un retroceso en su acúmulo de fuerzas vas de las tendencias centrales de la conflic-
locales y en la constitución y reproducción de tividad social en los países y subregiones de
sus bases sociales, o si, por otro lado, se trató América Latina y el Caribe. Se asumen como
de una estrategia articulada en planos diferen- variables principales los ejes de conflicto, los
ciados de acción política. sujetos sociales y las transformaciones sociales
y regionales derivadas de estas contiendas:
Luchas vinculadas al trabajo - Son pro-
EJES DE CONFLICTO Y LUCHAS venientes de sindicatos o de movimientos sin-
SOCIALES EN LA AMERICA LATINA dicales que tienen el formato básico heredado
CONTEMPORÁNEA del siglo XX, aunque muchas veces renovadas
en nuevos formatos. Conviven, en este campo,
Las transformaciones geoeconómicas luchas salariales y de derechos laborales, por
y de la forma Estado analizadas se asocian a empleo y por la protección social, con nuevas
una doble dimensión de la permeabilidad del formas de lucha vinculadas a empresas recu-
Estado en la América Latina contemporánea. peradas, reivindicaciones sobre el trabajo ru-
Por un lado, una mayor permeabilidad inter- ral en base a cooperativas, entre otras. Se in-
na, que se expresa en la emergencia de gobier- cluye también aquí las luchas del precariado
nos progresistas y en la complejización de sus y aquellas vinculadas al no trabajo, es decir, lo
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formas de relación e interacción con los mo- que dio lugar a los movimientos de desocupa-
vimientos sociales. Por otro lado, una mayor dos (como el movimiento piquetero en Argen-
permeabilidad externa, asociada a las fuerzas tina) en varios países de la región en el marco
y procesos políticos que desbordan la territo- de una profunda reestructuración (regional y
rialidad y la soberanía del Estado-nación, ge- global) del conflicto laboral.
nerando tensiones y conflictos típicos de un Luchas vinculadas a la transformaci-
Estado transnacionalizado. ón de la forma Estado - Son luchas que van
Más que centrarnos en los movimientos más allá de lógicas electorales y de reformas
sociales como objetos delimitados de estudio, políticas puntuales, aunque pueden relacio-
lo cual implicaría no captar la variedad de ex- narse con el poder constituyente. Es el caso
presividades de los mismos, proponemos vi- de plebiscitos y referéndums en Uruguay en
sualizar transversalmente las diversas luchas el pasado (aunque este también es un recur-
sociales que se fueron conformando en la re- so utilizado por la derecha política vinculado,
gión en las últimas décadas. Los movimientos por ejemplo, a la seguridad pública) y fueron

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Breno Bringel, Alfredo Falero

particularmente los casos de Bolivia y Ecua- Luchas vinculadas a la reproducción de


dor con los movimientos indígenas, que tienen la vida, la memoria y la identidad - De manera
como bandera central la descolonización y la paralela, y a veces convergente con el eje an-
transformación estructural de la forma Estado terior, se incluye aquí un amplio abanico de
hegemónica en la modernidad. Estas luchas movimientos culturales y de acciones desple-
suelen estar acompañadas de un ciclo rebelde gadas por verdad y justicia, vinculadas a orga-
que, a su vez, desemboca en dinámicas insti- nizaciones de derechos humanos y todo lo que
tuyentes propulsoras de nuevas constituciones significa la recuperación de la memoria y de-
políticas. rechos de reconocimiento y de identidad, in-
Luchas vinculadas al territorio y a los re- cluyendo la identidad sexual y todo lo relacio-
cursos naturales - Absolutamente centrales en nado a demandas de matrimonio homosexual,
la América Latina contemporánea, son luchas entre otros, como los derechos vinculados a la
de base territorial vinculadas a conflictos que mujer en cuanto a interrupción voluntaria del
abarcan ejes como la biodiversidad, la mine- embarazo.
ría, el (neo) extractivismo, el agua o la cons- La ausencia de un conflicto central en
trucción de infraestructura. Son luchas que, nuestras sociedades, en el siglo XXI, tal como
en su defensa de los bienes comunes, dispu- enmarcado por los movimientos sociales du-
tan los sentidos y los modelos de desarrollo, rante buena parte del siglo XX, lleva a la dificul-
con una amplia gama de actores involucrados, tad de generación de un proyecto de sociedad
con destaque para intereses transnacionales con capacidad de agregación (Garretón, 2001).
diversos. La actuación, por ejemplo, de em- Principios de unificación son posibles, pero
presas transnacionales y diferentes lógicas de siempre considerando este marco general de di-
intervención directa del capital y del Estado en versidad de conflictos y actores, que transcurre
los territorios suelen ser foco de confrontación de forma paralela a un cambio más amplio, de
con luchas por la tierra y por el territorio, sean carácter sociocultural y generacional.
luchas de afectados por presas hidroeléctricas, A partir de los ejes enunciados, apare-
empresas específicas o la minería transnacio- cen algunos desafíos para los protagonistas de
nal, sean movimientos más articulados en di- estas luchas sociales. Un primer reto consiste
mensiones culturales. en generar inteligibilidad con actores no mo-
Luchas vinculadas a derechos sociales - To- vilizados por los canales convencionales, a
das aquellas luchas fundamentales para la pro- partir de temas que afectan dramáticamente a
fundización del proceso de democratización toda la sociedad, es decir, en generar visiones

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política y social de América Latina, vinculadas y canales societarios que trasciendan los pro-
a la reivindicación de derechos básicos (educa- pios grupos organizados, incluyendo la batalla
ción, sanidad y vivienda, por ejemplo). Tienen cultural.
un fuerte sentido de lo público y de apuesta Otro desafío está relacionado a las po-
democratizante frente a crecientes proyectos sibilidades de complementariedad y de retro-
de conversión mercantil de los derechos. Te- alimentación entre movimientos, partidos y
nemos, aquí, casos emblemáticos, como el de gobiernos. Por ejemplo, en procesos sociopolí-
las luchas estudiantiles de Chile, pero también ticos caracterizados como progresistas, los mo-
se pueden incluir muchas otras en toda la re- vimientos, en cada conflicto, deben procesar
gión. Si miramos las demás luchas de mane- flujos permanentes y complejos de informa-
ra transversal, vemos también cómo emergen ción, pero también deben tener la capacidad
derechos de nuevo tipo, como, por ejemplo, el de neutralizar el poder del consenso de lo téc-
derecho a la alimentación y la soberanía ali- nico sobre lo político. La llegada de gobiernos
mentaria. caracterizados como progresistas permitió,

37
MOVIMIENTOS SOCIALES, GOBIERNOS PROGRESISTAS ...

inicialmente, una mayor apertura de deman- históricas y subjetivas, las dinámicas político
das y de agendas, pero también, y de forma -ideológicas en el interior de las sociedades y
contradictoria, en algunos casos, llevó a una algunas tendencias y eventos (geo)políticos.
mayor represión y falta de diálogo cuando se Pensemos, por ejemplo, en el golpe de Estado
trataba de la implementación, por ejemplo, de a Zelaya, en Honduras en 2010, y en las des-
megaproyectos (como carreteras, hidroeléctri- tituciones del presidente Lugo en Paraguay en
cas) donde, no pocas veces, los intereses de los 2012 y de la presidenta Rousseff en Brasil en
gobiernos se vinculaban claramente a fines y 2016, acompañadas de un complejo entrama-
compromisos electorales, como las subvencio- do social en su potencialidad de respuesta.
nes a campañas. Cabe agregar, asimismo, una amplia lista de
Asimismo, acrecentó una perspectiva de intentos fallidos de restauración conservadora
supuesta neutralidad técnica y pospolítica de en Ecuador (2010), Bolivia (2008) y Venezuela
la gestión que ha impregnado toda la sociedad. (2002) y avances de desestabilización política
Para poder visualizar esto con mayor claridad, de signo conservador en varios otros países,
pasamos a abordar algunas de las contradic- que incluyen no sólo reacción desde arriba,
ciones del progresismo, distinguiendo tipos sino también apelaciones a la movilización so-
de gobierno y su gestión de lo público en el cial en las calles.
contexto de cambios estructurales de la forma Por otro lado, la ausencia de conflictos
Estado antes aludida. más marcada, en general, con el capital, en
los casos de Brasil, Chile y Uruguay, eviden-
cia procesos de contención del cambio poten-
TIPOS DE GOBIERNOS EN AMERI- cial. La emergencia de un ciclo electoral con
CA LATINA: límites del progresismo, victorias de candidatos y (o) propuestas más
gestión de lo público y dinámicas conservadoras, que incluso pueden provenir
de consenso o coerción de filas de los propios agentes políticos vincu-
lados al gobierno, avala dicha tendencia. Todo
Los estudios tradicionales de movimien- esto sugiere que las alianzas o los acuerdos
tos sociales tienden a defender la hipótesis, estratégicos, explícitos o no, con movimientos
bastante intuitiva, de que la emergencia de sociales pueden crujir fuertemente.
gobiernos de centro-izquierda y de izquierda, Delineados estos escenarios, correspon-
con algún tipo de afinidad con los movimien- de traspasar el mero registro de acontecimiento
tos, abre un escenario de mayor apertura hacia y ensayar una tipología de casos considerando
Caderno CRH, Salvador, v. 29, n. SPE 03, p. 27-45, 2016

sus agendas y demandas. El análisis de la di- ese proceso socio-histórico que emerge con las
versidad de situaciones ocurridas en América luchas de la década de 1990 y que se comple-
Latina, desde el cambio de siglo, sin embargo, jiza en el cambio de siglo, con una diversidad
nos muestra un escenario bastante más com- de formatos sociopolíticos. El principal crite-
plejo, que apunta a dinámicas ambivalentes, a rio utilizado será la gestión, en general, ya in-
tensiones diversas, a límites del progresismo, troducida en el apartado anterior, y la gestión
a modalidades distintas de gestión de lo públi- del conflicto (real o potencial), en particular.
co, bien como a varias combinaciones posibles Antes de ello, una breve advertencia:
de apertura y cierre, consenso y coerción. toda propuesta de tipología genera inmediata-
Más allá de los frenos geoeconómicos mente preguntas y consideraciones sobre al-
y de los tipos de conflictos sociales ya ana- ternativas posibles a la misma. Siempre puede
lizados, una interpretación multidimensio- ser objetable el criterio central establecido o
nal sobre esta temática tiene que contemplar la razón por la cual un caso es incluido junto
también las formas de gestión, las relaciones o separado de otro. La presente propuesta no

38
Breno Bringel, Alfredo Falero

busca una delimitación rígida, sino un mar- en cuenta que hay casos en que se manifiesta
co general de observación que permita acotar claramente la capacidad de coerción en la ges-
nuestra discusión, marcando ciertas tenden- tión. Esto se traduce en la violencia de Estado
cias regionales asociadas a las limitaciones de y en la represión expuesta o invisibilizada, que
acción de los gobiernos, principalmente en lo puede ser esporádica, complementaria o susti-
que se refiere a su gestión de lo público y a tutiva del consenso (aunque esta última nunca
los cambios de la forma Estado. Considerando, puede ser por un período largo). La forma en
entonces, las gestiones de gobierno – no sólo que ésta despliega hoy la capacidad de coerci-
los progresistas – en la región en la actualidad, ón tiene más bien un carácter acotado y, de he-
en los quince primeros años del siglo XXI, y la cho, en sociedades marcadas por la violencia
combinación de dinámicas de consenso y co- estructural (como Colombia), la tendencia es
erción, pueden diferenciarse cuatro formatos intentar pasar a otro esquema político.
principales: En el siglo XX, las dictaduras que duraron
Gestión con autoritarismo selectivo y vio- décadas (Paraguay es un caso extremo) lograron
lencia extendida en el tejido social - México, hacer efectiva una mezcla de coerción y consen-
Colombia y Centroamérica en general. En estos so, donde la primera tuvo un rol clave. En cam-
casos, los componentes de coerción han sido bio, hoy, y tal como se señaló en la tipología, la
prominentes. También aquí pueden integrarse coerción tiene más bien carácter quirúrgico, de
las intervenciones quirúrgicas como la de Hon- extirpación rápida y localizada, incluso revesti-
duras. da jurídicamente, para volver a simular lo más
Gestión empresarial con gobiernos de de- rápidamente posible un orden consensuado, de-
recha política - Chile con la coalición de cen- mocrático, que permita la reproducción de deter-
tro derecha de Piñera, Paraguay con Cartes (del minados intereses económicos.
tradicional Partido Colorado pero con impor- También conviene recordar, una vez
tante incorporación de técnicos conservado- más, que las situaciones en América Latina
res) y Perú con Humala (o al menos el intento son muy diversas en las expresiones recien-
y, en este caso, a partir de un giro que desdibu- tes de conflicto social. Se presentan, de este
ja una anterior perspectiva de cambio). modo, oscilaciones que contemplan desde so-
Gestión empresarial con gobiernos pro- ciedades con tejido social activo, con capaci-
gresistas sin intento de transformación de la dad de cuestionar líneas de gobierno (Bolivia
forma Estado heredada - Chile con la Concer- y Ecuador), a veces con disputas fuertes entre
tación (y con la llamada Nueva Mayoría), Bra- agentes sociales con bases y perspectivas con-

Caderno CRH, Salvador, v. 29, n. SPE 03, p. 27-45, 2016


sil con el PT, Uruguay con el Frente Amplio, trapuestas entre reaccionarias y transformado-
Paraguay con la Alianza de Lugo. ras (Argentina y, sobretodo, Venezuela), con
Gestión contradictoria con intento de trans- mezcla de rebeliones puntuales y movimien-
formación de la forma Estado heredada - En esta tos sociales más estructurados (Brasil, Chile y
situación, se observan ambivalencias y tensio- México), o casos como el de Uruguay, en el que
nes elásticas, con movimientos sociales como aparece un tejido social debilitado y contenido
en el caso de Bolivia y Ecuador, bien como ten- (aspecto que resalta también en función de su
siones polares como en el caso de Argentina escala en comparación con sus vecinos) y con
(peronismo) y Venezuela (chavismo). En este incapacidad de proyectar otros horizontes de
último caso, desde 2013, se ha entrado en un posibilidades sobre lo dado3.
período de conflictividad y bloqueos impor-
tantes que actúan como freno a la potenciali-
3
Cabe, sin embargo, matizar el caso a partir del 2015, en
que la lucha por el presupuesto – principalmente en edu-
dad de otras transformaciones. cación – ha implicado movilizaciones por demandas muy
importantes, inéditas durante el período de gobierno del
De dicha tipología, es importante tener Frente Amplio, que abren numerosas preguntas.

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MOVIMIENTOS SOCIALES, GOBIERNOS PROGRESISTAS ...

En definitiva, si entendemos que los (Estado, gobiernos, partidos y actores sociales)


movimientos sociales, en América Latina, en el marco de una forma específica de hacer
disputan, en sus diversos planos de relación política y construir mediaciones y vínculos
con el Estado y con la sociedad, tanto proyec- institucionales.4
tos políticos como proyectos de sociedad, es La configuración de esta matriz sociopo-
fundamental tratar de captar los movimientos lítica se sostuvo en una tradición político-ideo-
societarios más amplios, las limitaciones de la lógica que sostenía la centralidad de un Estado
potencialidad transformadora de los gobier- redistributivo, conciliador, con una participa-
nos, la reconfiguración de lo público y sus in- ción política controlada y líderes carismáticos.
teracciones. Obviamente, no se trataba de una lógica unívo-
Hasta aquí se ha tratado de llamar la ca de mediación, ya que también hay que enten-
atención para las transformaciones contempo- der la constitución de otras narrativas paralelas
ráneas de la forma Estado en América Latina y y en disputa, como la indígena-comunitaria. De
las perspectivas de gestión gubernamental de todos modos, lo que nos interesa subrayar es
lo público, con sus respectivas implicaciones que esta matriz sociopolítica se asociaba tambi-
para los movimientos sociales y para la socie- én a una inserción o configuración económica y
dad. No obstante, en la teoría y en la práctica, a un tipo societario predominante en América
el Estado debe considerarse siempre como un Latina, presente durante buena parte del siglo
actor dual: en un extremo, sigue teniendo el XX, que entró en crisis.
monopolio legítimo de la violencia en una ter- La llegada de las dictaduras y la poste-
ritorialidad delimitada, donde ejerce su poder, rior emergencia del Estado transnacionalizado
la coerción, e influencia sobre actores diver- implicó también una rearticulación de formas
sos; en el otro, es también el responsable por la distintas de relación entre Estado, actores de
democratización política y social, jugando un mediación y movimientos sociales. Tenemos,
papel distinto de interlocución con la socie- así, una mayor diversidad de actores sociales,
dad y los movimientos (visto, en general, como un énfasis más fuerte en la democratización
normativamente más positivo). En el medio de social, una reformulación del modelo de desar-
estos dos polos, una multitud de formatos de rollo, una mayor interpenetración de proyectos
interacción son posibles. y modelos societarios, bien como una crecien-
te transversalización de las lógicas de acción
colectiva y de contestación. Las percepciones
CONEXIONES, (RE)CONFIGURA- sobre el Estado y las concepciones de cambio
Caderno CRH, Salvador, v. 29, n. SPE 03, p. 27-45, 2016

CIONES Y MEDIACIONES: gobier- social también se han transformado profunda-


nos, partidos y movimientos mente en la región, en un momento de transi-
ción, donde, en algunos lugares, han emergido
Desde la década de 1930, se fue conso- sujetos políticos que buscaron generar nuevos
lidando, en América Latina, una matriz socio- instrumentos políticos de mediación entre
política de relaciones entre Estado y sociedad Estado y sociedad (casos de Bolivia y Ecua-
con bastante peso del primero, que jugó un pa- dor con el Movimiento al Socialismo (MAS)
pel central en la constitución de las formas de y con el Movimiento de Unidad Plurinacional
movilización, relación y surgimiento de mu- Pachakutik (MUPP), pero también en el caso
chos actores sociales. La matriz nacional-po- fallido del Partido Popular Tekojoja (PPT) en
pular clásica, que se desarrolla en su formato 4
Los trabajos de Fernando Calderón, Elizabeth Jelin y Ma-
tradicional hasta la década de 1960, expresa, nuel Antonio Garretón son emblemáticos para entender
esta relación desde el punto de vista de los actores socia-
de manera clara, un ejemplo de fuerte imbrica- les, mientras los trabajos de Juan Carlos Portantiero, en
Argentina, y Francisco Weffort, en Brasil, lo son para una
ción y co-implicación entre sus componentes óptica más centrada en los Estados.

40
Breno Bringel, Alfredo Falero

Paraguay). En otros casos, hay una enorme di- Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
ficultad de convivencia y mediación de actores Conexión negociada - Situaciones en las
que surgen en los contextos de lucha contra que el extremo anterior no se alcanza, pues se
la dictadura, como instrumentos centrales de observa separación entre los tres planos. Se
democratización, pero se ven incapaces, en el observa un control puntual sobre miembros de
gobierno, de generar vínculos más sólidos con los movimientos, aunque no del agente colec-
las bases sociales (casos de Brasil con el PT, tivo como un todo. En este caso, se tiene un
Uruguay con el Frente Amplio, por quedarse canal de acceso privilegiado al gobierno, pero
sólo en dos ejemplos muy conocidos). el costo sigue siendo alto en lo que se refiriere
Dentro de toda esta complejidad y si- a la autonomía, dado que el campo político es
guiendo con la idea de abrir planos teórico- bastante semejante y las relaciones históricas
metodológicos posibles, si se examinan las muy fuertes. Puede ser el caso de movimientos
diferentes mediaciones que se han estableci- sindicales en el contexto de gobiernos progre-
do en los últimos años en América Latina en- sistas del cono sur, como la Central Única de
tre gobiernos, partidos y movimientos, pue- los Trabajadores (CUT) en Brasil, entre otros.
de proponerse una nueva mirada transversal Conexión discontinuada - Escenarios en
que busca observar variaciones dentro de un los que el caso anterior se alterna con situa-
abanico de situaciones posibles. Éstas pueden ciones diversas, y en donde se presentan y se
desplazarse más rápidamente entre uno y otro reemplazan contextos de compromiso del mo-
casillero, dependiendo de la coyuntura. La vimiento con contextos de luchas y moviliza-
propuesta abajo sirve como una guía abierta ciones. Son los típicos casos en que hay un ho-
para complejizar situaciones que van más allá rizonte (práctico y discursivo) de autonomía,
de las habituales dicotomías social-democra- pero, por diferentes causas, incluyendo lazos
cia y populismo, cuando se hace referencia a personales, afinidades y trayectorias comunes,
los gobiernos progresistas en la región (algo re- no se renuncia a la conexión con el gobierno.
forzado por la tesis reciente de las dos izquier- La relación con los partidos existe pero es más
das) o entre cooptación o autonomía, en lo que débil. Incluye casos como los de Federación
atañe a las relaciones entre movimientos so- Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por
ciales y gobiernos (visión habitual dentro de Ayuda Mutua (FUCVAM) en Uruguay, Movi-
análisis normativos sobre el lugar y el papel de miento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, mo-
los actores sociopolíticos): vimientos indígenas y campesinos en la región
Conexión subordinada - Casos en los que andina. Es el caso más volátil de los cuatro.

Caderno CRH, Salvador, v. 29, n. SPE 03, p. 27-45, 2016


se establecen relaciones fuertes entre gobier- Desconexión con gobiernos y presencia
no, partido y movimientos, donde la separaci- débil o inexistente de partidos - Situación en
ón de actuación entre los espacios sociales no que la autonomía del movimiento es más cla-
es clara, y se puede obtener demandas por los ra. Y puede serlo por un contexto claramente
movimientos, pero a costo de estar sujetos a adverso del gobierno (federal, estadual o am-
lógicas muchas veces vinculadas a una repro- bos), como el Ejército Zapatista de Liberaci-
ducción neocorporativa. En este caso, no solo ón Nacional (EZLN) en México, o porque las
el Gobierno o el partido tienen fuerte influen- posturas del propio movimiento, en cuanto a
cia en las decisiones de los movimientos, sino visión general de la realidad, tienden a hacer
que prescriben el marco de acción en el que se incompatible cualquier conexión con gobier-
mueven. Aquí pueden entrar situaciones tan nos o partidos. Es el caso de algunos movi-
diferentes como la Confederación General del mientos de base indígena, cuya cosmovisi-
Trabajo (CGT) durante Menem en Argentina, ón aparece como claramente diferenciada de
o Venezuela en la relación con el gobierno y cualquier lógica neodesarrollista, más allá de

41
MOVIMIENTOS SOCIALES, GOBIERNOS PROGRESISTAS ...

su sensibilidad social o incluso de narrativas rales de la sociedad y visiones de la población


emancipatorias que puedan acercarles a go- no necesariamente organizada en movimientos,
biernos y (o) partidos. En estos casos, la au- pero que influyen en las conductas y prácticas
tonomía es un elemento subjetivo fuerte y se sociales, bien como en actitudes políticas trans-
ejercita en la vivencia personal y en la praxis versales, como puede ser el caso de las polariza-
colectiva, pero lleva a que no se pueda apelar ciones acentuadas); d) el escenario geo-político
a negociaciones como recurso estratégico para y geoeconómico, que marca patrones específi-
las demandas del movimiento. cos de inserción en la economía capitalista y
El presente esquema puede contribuir a en las dinámicas regionales y globales.
entender relaciones que, a primera vista, son
profundamente ambivalentes. Por ejemplo:
¿Cómo explicar que movimientos que son afec- REFLEXIONES FINALES
tados en forma significativa por las políticas
de gobiernos supuestamente progresistas sigan Tras casi dos décadas de relaciones sinér-
defendiendo estos mismos gobiernos? Esto gicas entre izquierda política y social, América
puede ocurrir en los casos de conexión descon- Latina vive un momento delicado: muchos de
tinuada, por ejemplo, cuando buena parte de los gobiernos de izquierda que se eligieron en
los movimientos campesinos en Brasil, a pesar el cambio de siglo, con el apoyo de los movi-
de la priorización dada por el gobierno del PT mientos sociales, no sólo no consumaron sus
al agronegocio, seguían apoyándolo. A pesar de demandas más rupturistas, sino que, en mu-
un escenario objetivamente negativo (represi- chos casos, ahora también los reprimen. Otros
ón, apertura restringida a sus demandas, dete- empiezan a perder elecciones o son destituidos
rioro de las condiciones de la vida en el campo, formalmente con diversos formatos de desesta-
avance del monocultivo de exportación), las re- bilización y de golpes jurídico-mediáticos.
laciones históricas y subjetivas, la pertenencia Prioridad para la mayoría de los gobier-
a un campo común de acción o el aumento de nos, las políticas sociales estuvieron en el cen-
la polarización política (que lleva a la adopción tro del debate sobre los Estados (refundados
del discurso de lo menos peor, bajo el riesgo o no), confluyendo, en general, con un conti-
de mayores retrocesos) pueden ser elementos nuismo, en el terreno económico, con los dic-
justificadores de las relaciones ambivalentes támenes del capitalismo global que refuerzan
en este y en otros casos. la posición periférica de América Latina en el
De este modo, como consecuencia de sistema mundial.
Caderno CRH, Salvador, v. 29, n. SPE 03, p. 27-45, 2016

la tipología propuesta, sugerimos que, en la Las posibilidades de conexiones exami-


explicación de estas situaciones complejas, nadas entre movimientos y gobiernos (subor-
habría que considerar, al menos, cuatro ele- dinada, negociada o discontinuada), o incluso
mentos fundamentales: a) los vínculos objeti- la desconexión, se relacionan con vínculos ob-
vos (acciones concretas, políticas públicas y jetivos y relaciones subjetivas, bien como con
datos o elementos que permitan vislumbrar, tipos de gestiones en las que priman una lógica
e incluso mensurar, las relaciones mediadas empresarial y combinaciones de dinámicas de
por agendas, discursos y políticas); b) las rela- coerción y de consenso. Como consecuencia,
ciones subjetivas (convergencias y afinidades se delinean conflictos y luchas sociales especí-
históricas, ideológicas, personales, biográficas ficas, que deben ser comprendidas en una ló-
y de trayectorias que llevan a la elaboración de gica procesual y relacional. Las transformacio-
determinados marcos cognitivos, sentimenta- nes en curso actualmente en la región, y que
les y morales); c) los movimientos societarios permiten proyectar nuevos conflictos y tensio-
(transformaciones coyunturales y estructu- nes, sugieren también nuevas distribuciones

42
Breno Bringel, Alfredo Falero

de casos dentro de la tipología de conexiones de 1960 y principios de 1970, la región generó


esbozada. aportes claves a partir de imaginativas aper-
En cuanto a la problemática de captaci- turas de nuevos planos de análisis, no resulta
ón, al subrayar estos elementos y generar ti- descabellado pensar que hoy bien podríamos
pologías transversales, se ha buscado, en este reencontrarnos con ese legado teórico-metodo-
artículo, romper con algunas tendencias habi- lógico para construir otras bases que permitan
tuales y problemáticas en el estudio de los mo- explicar las nuevas realidades. En América
vimientos sociales y su relación con el Estado: Latina, existen contextos muy diferentes de
a) el análisis meramente coyuntural y de cor- producción de conocimiento en las Ciencias
to plazo, que no tiene en cuenta coordinadas Sociales y podrían caber aquí generalizaciones
temporales y estructurales más amplias; b) el abusivas. Pero una cosa es segura: si la lógica
empirismo casuístico que, si bien enriquece pragmática, ultra-especializada e instrumental
el conocimiento sobre movimientos sociales y de construcción de conocimiento ahoga la re-
dinámicas micro, no es capaz de generar un flexión y la capacidad de abrirse a mediaciones
marco analítico más amplio, necesario para analíticas, será cada vez más difícil concretar
entender los sujetos en su totalidad societaria; la invitación de este texto y forjar interpreta-
c) el cierre de los movimientos sociales en sí ciones multidimensionales y abarcadoras de
mismos, que busca analizar los movimien- la región. Más estudios comparativos y trans-
tos sociales como un fin, siendo incapaz de versales, empíricamente orientados pero con
abordar un campo relacional más amplio, las pretensión teórica, serán muy bienvenidos
tensiones entre diferentes movimientos so- para seguir avanzando en esta agenda de in-
ciales y entre éstos y otros actores políticos y vestigación.
económicos que disputan proyectos políticos
y societarios; d) la construcción de categorías
analíticas basadas en las experiencias del Nor- Recebido para publicação em 15 de outubro de 2015
te, que universalizan formas de entender los Aceito em 21 de novembro de 2015

movimientos sociales y el Estado a partir de


matrices particulares (europeas o norte-ameri-
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44
Breno Bringel, Alfredo Falero

SOCIAL MOVEMENTS, PROGRESSIVE LES MOUVEMENTS SOCIAUX, LES


GOVERNMENTS AND STATES IN LATIN GOUVERNEMENTS PROGRESSISTES ET LES
AMERICA: transitions, conflicts and mediations ÉTATS EN AMÉRIQUE LATINE: transitions,
conflits et médiations

Breno Bringel Breno Bringel


Alfredo Falero Alfredo Falero

This article analyzes contemporary Latin America Cet article se veut d’analyser l’Amérique Latine
from a procedural and relational perspective, contemporaine en tant que clé d’un processus et de
from the interactions between social movements, relations nées des interactions entre les mouvements
progressive governments and the State. The goal sociaux, les gouvernements progressistes et l’ État.
is to understand the political cycle that begun in L’objectif est de comprendre le cycle politique qui
this century in that area vis-à-vis greater changes a commencé dans la région à l’aube de ce nouveau
in the political, social and economic scope. More siècle face à des changements plus amples dans
specifically, the text discusses the need to capture the les domaines politique, social et économique. Ce
social process and the diversity of types of interaction texte traite plus spécifiquement: 1) du besoin de
between social movements, governments and State; saisir le processus social et la diversité des formats
the specificity of the area, its dependent position d’interaction entre les mouvements sociaux, les
in the world and social and political consequences gouvernement et l’Etat; 2) de la spécificité de la
this brings, including a transformation of the State région, de sa position de dépendance par rapport au
model, which is increasingly trans-nationalized; monde et aux conséquences sociales et politiques
the main axes of social conflict, originated mainly y relatives, y compris la transformation du modèle
from social-political mediations and political- d’Etat, de plus en plus trans-nationalisé; 3) des
economic contradictions; and, finally, the types of principaux axes de conflits sociaux survenant
government, the limitations of progressivism and essentiellement des médiations socio-politiques
the tensions between state management and social et des contradiction politiques et économiques, et
movements. enfin 4) des types de gouvernement, des limites
du progressisme et des tensions entre la gestion de
l’État et les mouvement sociaux.

Keywords: Social movements. Progressive Mot-clés: Mouvements sociaux. Gouvernements


governments. State. Latin America. progressistes. État. Amérique Latine.

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Breno Bringel – Doutor em Ciência Política. Professor do Instituto de Estudos Sociais e Políticos da
Universidade do Estado do Rio de Janeiro (IESP-UERJ) e Directeur d’études associé no Collège d’études
mondiales da Fondation Maison des Sciences de l’homme em Paris. Bolsista de Produtividade em
Pesquisa do CNPq. Editor de Dados-Revista de Ciências Sociais e de OpenMovements. Coordenador
do Núcleo de Estudos de Teoria Social e América Latina (NETSAL). Temas de interesse: movimentos
sociais; internacionalismo; teoria social; América Latina. Publicações recentes: Global modernity and
social contestation (com José Maurício Domingues, Londres/New Delhi, Sage, 2015); Teoria social,
extroversão e autonomia: impasses e horizontes da sociologia (semi)periférica contemporânea. Caderno
CRH (Online), v. 28, p. 59-76, 2015.
Alfredo Falero – Doutor em Ciências Sociais. Professor/pesquisador da Universidad de la República
(UDELAR) no Uruguai. Foi professor visitante do IESP-UERJ em 2014. Coordenador do Núcleo
Interdisciplinar de Pensamento Crítico (2013-2015) e do projeto “Territórios Controlados” (2015-2016).
Ganhou o concurso “Los legados teóricos de las Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe” do
CLACSO, na categoria pesquisador sênior. Temas de interesse: processos globais; América Latina;
movimentos sociais; pensamento e teoria social. Editor de Movimientos sociales, educación popular
y trabajo autogestionado en el Cono Sur (2013), entre outros. Autor dos livros Las batallas por la
subjetividad (2008); Los enclaves informacionales de la periferia capitalista (2011).

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