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Bringel y Falero Movimientos Socaiels PDF
Bringel y Falero Movimientos Socaiels PDF
Breno Bringel*
Alfredo Falero**
Este artículo busca analizar la América Latina contemporánea en clave procesual y relacional, a partir
de la relación entre movimientos sociales, gobiernos progresistas y Estado. Su objetivo es comprender el
ciclo político progresista que se abre en el cambio de siglo de forma paralela a cambios políticos, sociales
y económicos más estructuradores. De forma más específica, el texto discute y examina: i) la necesidad
de captación del proceso social y la diversidad de formatos de interacción entre movimientos sociales,
gobiernos progresistas y Estado en la región; ii) la especificidad de la región, su posición dependiente en el
mundo y sus consecuencias sociales y políticas, incluyendo la transformación de la forma Estado, cada vez
más transnacionalizado; iii) los principales ejes de conflicto social, oriundos en buena medida de las me-
diaciones sociopolíticas y de las contradicciones político-económicas; iv) los tipos de gobiernos, los límites
del progresismo y las tensiones entre gestión estatal y movimientos sociales.
Palabras-clave: Movimientos sociales. Gobiernos progresistas. Estado. América Latina.
http://dx.doi.org/10.1590/S0103-49792016000400003 27
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Ecuador, agosto de 2015. Marchas y pa- mayoría de los casos – aunque no como con-
ros nacionales convocados por los movimien- secuencia causal –, también su base electoral).
tos sindicales e indígenas contra el gobierno La hipótesis del fin del ciclo progresista
Correa acaban con centenas de heridos y de- latinoamericano, sin embargo, debe ser leída
tenidos en varias partes del país, incluyendo con mucha cautela. No se puede establecer un
una periodista-académica brasileña y conoci- juicio taxativo sobre el fin del proceso socio
dos líderes de la Confederación de Naciona- -histórico caracterizado por la confluencia de
lidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y de fuerzas de las izquierdas sociales y políticas,
la Confederación Kichwa del Ecuador (Ecua- bien como de presencia de gobiernos progre-
runari). Ante la ausencia de confluencias con sistas y nacional-populares (entre otros rótulos
los movimientos populares, como ocurrió en el utilizados, menos afortunados, como social-
proceso boliviano, episodios como este llevan demócratas y populistas), sin cruzar diversas
a una ruptura todavía mayor y a una agudiza- variables y escenarios posibles.
ción del conflicto, existente desde hace varios Tres factores principales exigen pruden-
años, entre los movimientos indígenas y el go- cia. En primer lugar, el ciclo progresista no im-
bierno ecuatoriano. plicó, en un sentido estricto, a la totalidad de
¿Qué pueden decir estos eventos de la región, aunque haya influido en general en
protesta sobre la relación entre movimientos toda ésta. De este modo, la zona del Pacífico
sociales, gobiernos progresistas y Estado fue menos permeable a esa mutación, mientras
en América Latina? Interpretados de forma lo ocurrido en Paraguay fue particularmente
casuística y singular, muy poco. Sin embargo, si débil y temporalmente breve. Ya México, junto
adoptamos una mirada histórica, comparativa a otros países, aparece desde hace años como
y global, se pueden esbozar algunas claves más atado a las lógicas de dominio de Estados
de análisis para captar las relaciones comple- Unidos y a las dinámicas propias de descompo-
jas entre estos actores en coyunturas críticas. sición social vinculadas a la narcopolítica que
Cuando la relación de los movimientos socia- bloquean cualquier rotación política creíble de
les se establece con gobiernos con los cuales gobiernos.
éstos tienen algún tipo de afinidad (histórica, En segundo lugar, aunque parte de la
político-ideológica, organizativa o programá- literatura especializada (Castañeda, 2006; Pe-
tica), en tiempos de transformación profunda reira da Silva, 2011) haya intentado explicar
del papel del Estado y del capitalismo, nues- la emergencia de los gobiernos progresistas en
tras lentes analíticas deben ser revisadas. la última década y sus diferencias, más allá
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vación en los trabajos académicos, que han el Estado casi siempre sólo en su dimensión
enfatizado la necesidad de ir más allá de inter- de las relaciones internas y nacionales. Aun-
pretaciones dicotómicas (tales como autono- que las redes transnacionales (Bringel; Falero,
mía versus institucionalización, basismo ver- 2008; Bulow, 2010), la internacionalización
sus cooptación, conflicto versus cooperación, de los movimientos (Bringel, 2015; Pleyers,
reforma versus revolución, etc.) que, en buena 2012; Tarrow, 2005) y los movimientos glo-
medida, han marcado las interpretaciones clá- bales (Bringel; Domingues, 2015; Della Porta,
sicas sobre las relaciones entre los movimien- 2007) sean muy estudiados en el marco del
tos sociales y el Estado en la región. activismo contemporáneo, menos énfasis es
Entre las alternativas propuestas en los dado a cómo: a) el Estado se ha reconfigurado
últimos años por la literatura especializada profundamente en el siglo XXI a través de una
brasileña (muy marcadas, hay que decirlo, confluencia de dinámicas, fuerzas y actores
por la experiencia de las legislaturas del PT diversos (sociales, políticos y, principalmente,
en el gobierno nacional), sobresalen aquellas económicos); b) cuáles son las implicaciones
que enfatizan la mayor permeabilidad estatal, de esto en su relación con los movimientos so-
la heterogeneidad del Estado y sus formas de ciales y en la capacidad de actuación de los
interacción, a partir de miradas sobre los re- gobiernos.
pertorios de interacción (Abers; Serafim; Ta- El segundo problema se puede plantear
tagiba, 2014), las interacciones socioestatales en los siguientes términos: la sociología de los
(Nascimento, 2014), las imbricaciones Estado- movimientos, al leer la relación entre los mo-
sociedad (Losekann, 2014) las “redes sociales vimientos sociales y el Estado, teniendo como
y de movimientos” (Scherer-Warren, 2013), los objeto principal los movimientos, obvia, mu-
“mediadores” (Lavalle; Bullow, 2015), el trán- chas veces, el otro lado de la moneda: el Esta-
sito institucional, la trayectoria de militantes y do y su complejidad, su capacidad de agencia,
las fronteras de los movimientos, la sociedad su historicidad, sus disputas internas, sus cor-
civil y del Estado (Silva, 2015). relaciones de fuerzas y su lógica selectiva en la
En otros países de América Latina, la selección y en la predisposición al diálogo con
preocupación por entender proyectos de refun- sus interlocutores.
dación del Estado en la región andina (Santos, Estas consideraciones nos llevan a pen-
2010) y la creación de nuevos instrumentos sar que la relación entre el Estado y los mo-
políticos o partidos-movimiento en Paraguay, vimientos sociales debe ser entendida en el
Bolivia, Ecuador y Venezuela ha llevado a que marco de un campo relacional amplio, donde
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varios autores subrayen las nuevas relaciones intervienen varios tipos de acciones, actores
entre movimientos sociales y los sistemas po- sociales y políticos y dinámicas de acumulaci-
líticos (Mirza, 2006) y la importancia de con- ón del capital. La idea de lo relacional remite
siderar no sólo aspectos coyunturales de la re- a una vasta bibliografía dentro de la cual cabe
lación Estado–movimientos, sino también las subrayar, en una mirada más general, la pos-
matrices sociopolíticas (Garretón, 2001) y las tura de Bourdieu en cuanto a pensar relacio-
matrices político-ideológicas (Svampa, 2010; nalmente (Bourdieu; Wacquant, 2014), pero
Linera, 2008) más permanentes en el tiempo. también la idea de proceso social y los usos de
A pesar de estos indiscutibles avances, la teoría cuando se visualiza específicamente
dos problemas parecen persistir en este campo América Latina (Falero, 2015). Si nos aden-
de discusión. El primero de ellos es conside- tramos en los estudios contemporáneos sobre
rar la relación de los movimientos sociales y conflicto político y movimientos sociales, cabe
subrayar que el “giro relacional” es una ten-
tantes de movimientos sociales e intelectuales. Disponible
aquí: https://vimeo.com/104811427 dencia bastante fuerte cuando se postula den-
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nación, grupos económicos locales conectados pesar de sus asimetrías y diferencias, un aná-
globalmente, empresas transnacionales, agen- lisis relacional de estos actores debiera dar,
cias multilaterales, entre otros. En esta forma en términos analíticos, un peso relativamen-
de despliegue espacial del poder, se desnacio- te análogo a cada uno de ellos, de forma que
nalizan los Estados y se reproducen las articu- podamos entender con mayor precisión sus
laciones (social y geográficamente asimétricas) recorridos históricos, sus formas de acción,
que cristalizan en esa polaridad global. Pensar su heterogeneidad interna, las diferentes cor-
las relaciones entre movimientos sociales y Es- relaciones de fuerzas a corto plazo y matrices
tado en el siglo XXI es, en consecuencia, con- sociopolíticas más permanentes en el medio y
siderar un modo de funcionamiento social con largo plazo.
fronteras mucho más porosas. Lecturas institucionalistas y formalis-
Considerando los gobiernos usualmente tas del Estado, en buena medida racionalistas
clasificados como progresistas, se puede obser- y universalistas, tienden a reificarlo, repro-
var, por un lado, como lo ha hecho Campello duciendo los límites analíticos de las con-
(2016), la limitación impuesta por los merca- cepciones contractualistas y organicistas que
dos globales. Por otro, también se puede cons- fundaron la teorización sobre el Estado. No se
tatar que las bases de poder de esa desigual- trata, obviamente, de idolatrar o demonizar
dad, en algunos casos, se intentó redefinir mí- al Estado, de depreciar la importancia de las
nimamente (Argentina, Bolivia, Ecuador y Ve- instituciones, los funcionarios y la burocracia,
nezuela) y, en otros, ni siquiera se intentó (Bra- ni tampoco de entender el Estado como mero
sil, Chile, Uruguay), pero, en todos los casos, espejo de la sociedad (algo muy en boga hoy,
la cuestión central pasa a ser la ponderación cuando se habla de una deriva conservadora),
de la conexión entre la proyección posible de sino de dotar nuestro aparato analítico sobre la
un orden progresista en una economía-mundo relación entre movimientos sociales y Estado
más adversa para sus exportaciones. de mayor historicidad, espacialidad y contin-
gencia. La construcción de una teoría crítica
del Estado conectada a las teorías de los mo-
MOVIMIENTOS SOCIALES Y vimientos sociales constituye, de este modo,
TRANSFORMACIONES DE LA FOR- un desafío fundamental que permitiría, ade-
MA ESTADO más, reconectar el debate fundante de los mo-
vimientos sociales en la modernidad con las
Unida a las transformaciones geoeconó- transformaciones de quien, todavía hoy, es su
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También se vio como agente autoritario, jerár- solo es posible aludir brevemente algunas de
quico y de control social para muchas luchas las razones globales del debilitamiento en re-
autónomas y libertarias (como se puede com- lación al proceso de transnacionalización: a)
probar tanto en el anarquismo, como en matri- el creciente peso de las empresas transnacio-
ces comunitaristas e indigenistas). nales y su capacidad para generar cursos de
Sea como espacio a conquistar para su acción de los gobiernos o para lograr excepcio-
posterior disolución y construcción del socia- nalidades en el territorio de los Estado-nación;
lismo o del comunismo, sea como enemigo b) el incremento del poder de los organismos
frontal, el Estado se ha visto, en las teoriza- multilaterales y de determinadas agencias glo-
ciones abarcadoras más consistentes sobre el bales (como las calificadoras de riesgo) para
tema, como proceso y como relación social y (re)direccionar la política económica y para
objetiva de poder (Gramsci, 1949; Poulantzas, incidir en la gestión pública; c) la firma de tra-
1968; Foucault, 1976; Mann, 1984). Una de las tados bilaterales asimétricos de protección de
mayores virtudes de estas teorizaciones ha sido inversiones, que limitan cursos de acción de
el análisis de correlaciones de fuerzas y proce- los gobiernos, principalmente aquellos de re-
sos específicos anclados en el espacio (tenien- giones periféricas que suscriben acuerdos con
do en cuenta la particularidad de los lugares y los países y regiones centrales de acumulación
las implicaciones de la territorialidad del Es- global; d) la creación de bloques regionales y
tado asociada a su soberanía) y en el tiempo generación de dinámicas comerciales, produc-
(analizando la transformaciones del Estado en tivas, políticas y sociales inevitablemente su-
diferentes momentos históricos). pranacionales; e) los problemas cuyos efectos
El Estado, en América Latina, como cons- exceden las posibilidades de decisión de un
tructo histórico en la periferia mundial, ha teni- Estado-nación (cambio climático, políticas de-
do un proceso de formación particular (Borba, rivadas de desarrollos tecnológicos, etc.).
2014; Centeno, 2002; López-Alves, 2003) y tiene Estas dinámicas y tendencias se expre-
un desarrollo contemporáneo convergente con san dentro de los aparatos de Estado y los trans-
esta matriz espacio-temporal y con los procesos forman considerando los parámetros previos.
sociopolíticos, culturales y geoeconómicos que Esto supone un desafío para los movimientos
atraviesan la región. A partir de la década de sociales en varios sentidos. Por un lado, las ló-
1970, momento para el cual Guillermo O’Don- gicas de funcionamiento político tienden a adap-
nell desarrolló una consistente interpretación tarse a estas nuevas agendas a costa de presiones
de lo que denominó como Estado burocrático y demandas sociales. Por otro lado, las nuevas
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del capitalismo global emergen como enemi- cialistas locales y globales que revisten de un
gos centrales, muchas veces asociadas a los carácter técnico varias decisiones políticas y
propios Estados, bien por su complicidad im- (o) proyectos específicos de sociedad. La con-
plícita o por sus acuerdos explícitos con estos secuencia más grave de esto es que el Estado
agentes. Por otro lado, actores progresistas, deja de ser considerado en términos de una
como sindicatos y partidos políticos, cuando compleja relación social (expresión, a la vez,
victoriosos en contiendas electorales, se mue- de relaciones sociales capitalistas), ya que el
ven progresivamente en la frontera entre amigo mensaje hegemónico transmitido es que se tra-
y enemigo, hacia un campo de enfrentamiento ta puramente de quien y de qué modo se puede
débil debido a su posición coyuntural, incluso administrar o gestionar mejor lo público o lo
cuando se generan, en el interior del Estado, privado y sus interrelaciones.
fuertes tensiones entre el partido en el gobierno Bajo esta lógica, y ante el desdibujamien-
y las bases de este mismo partido o alrededor to de una burguesía nacional fuerte, el proyecto
de coaliciones volátiles. Dentro de este escena- sociopolítico es, no pocas veces, subordinado
rio, puede ocurrir que determinados partidos a lo fiscal, ya que pareciera que no existen in-
estén en el gobierno, pero no logren gobernar. tereses particulares e intereses colectivos, pues
En tercer lugar, es necesario reconocer prácticamente todo desaparece en la figura del
una transformación de tipo organizacional del gestor. La identificación de la gestión del Estado
capitalismo, con dinámicas de acumulación con el new management de la empresa privada,
flexible, que impacta en la propia gestión, es y con expresiones asociadas como la eficacia, la
decir, en la introducción de formas de organi- eficiencia y su carácter emprendedor (Boltanski;
zación empresarial y en un nuevo papel asu- Chiapello, 2002) llega a diversos sectores, inclu-
mido por las elites empresariales como agentes so la propia educación y la universidad.
sociales con capacidad de incidir directamente Finalmente, en cuarto lugar, puede iden-
en cursos de acción nacional y transnacional tificarse una transformación de lo que pode-
(Flores, 2006). A efectos de recorte del tem , mos llamar mapas cognitivos que, para esbo-
nos gustaría subrayar un elemento específico zarlo en forma muy rápida, se sustenta en un
de la reconfiguración de la forma Estado en la contexto de exacerbada concentración de los
actualidad, asociado a las dinámicas transna- medios masivos de comunicación y de profusi-
cionales contemporáneas: la emergencia de un ón de imágenes que borran las fronteras entre
concepto de gestión empresarial que atraviesa lo falso y lo verdadero, la ficción y la realidad,
agentes sociales diversos así como, en gene- lo intrascendente y lo sustantivo. Se aprecia la
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Por otro lado, la crisis de los actores clá- sociales se convierten, de este modo, en un
sicos de mediación entre sociedad y política, recurso heurístico privilegiado para entender
durante el siglo XX, en América Latina, lleva a elementos que cruzan la realidad latinoameri-
la emergencia de nuevos formatos de relación cana e inciden en el campo sociopolítico. En
entre movimientos y Estado, pero también, dicha lógica, es clave entender lo que ocurre
muchas veces, a una mayor desconexión entre antes y después de la aparición de gobiernos
los movimientos sociales y el resto de la socie- con diversos tintes de izquierda, dentro de un
dad, principalmente cuando muchos de ellos mismo proceso social en el que se van cons-
dejan de lado el trabajo de base para volcarse truyendo demandas y abriendo agendas, pero
principalmente en la incidencia política en las a la vez generando nuevas tensiones.
instancias institucionales. Habría que pregun- Sobre ese criterio y asumiendo el carác-
tarse, de este modo, hasta qué punto el mayor ter dinámico de estas luchas, puede esbozarse
foco de los movimientos, partidos y otros gru- el siguiente esquema general de ejes de con-
pos en la presión política hacia los Estados su- flicto y tipos de luchas sociales, representati-
puso un retroceso en su acúmulo de fuerzas vas de las tendencias centrales de la conflic-
locales y en la constitución y reproducción de tividad social en los países y subregiones de
sus bases sociales, o si, por otro lado, se trató América Latina y el Caribe. Se asumen como
de una estrategia articulada en planos diferen- variables principales los ejes de conflicto, los
ciados de acción política. sujetos sociales y las transformaciones sociales
y regionales derivadas de estas contiendas:
Luchas vinculadas al trabajo - Son pro-
EJES DE CONFLICTO Y LUCHAS venientes de sindicatos o de movimientos sin-
SOCIALES EN LA AMERICA LATINA dicales que tienen el formato básico heredado
CONTEMPORÁNEA del siglo XX, aunque muchas veces renovadas
en nuevos formatos. Conviven, en este campo,
Las transformaciones geoeconómicas luchas salariales y de derechos laborales, por
y de la forma Estado analizadas se asocian a empleo y por la protección social, con nuevas
una doble dimensión de la permeabilidad del formas de lucha vinculadas a empresas recu-
Estado en la América Latina contemporánea. peradas, reivindicaciones sobre el trabajo ru-
Por un lado, una mayor permeabilidad inter- ral en base a cooperativas, entre otras. Se in-
na, que se expresa en la emergencia de gobier- cluye también aquí las luchas del precariado
nos progresistas y en la complejización de sus y aquellas vinculadas al no trabajo, es decir, lo
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formas de relación e interacción con los mo- que dio lugar a los movimientos de desocupa-
vimientos sociales. Por otro lado, una mayor dos (como el movimiento piquetero en Argen-
permeabilidad externa, asociada a las fuerzas tina) en varios países de la región en el marco
y procesos políticos que desbordan la territo- de una profunda reestructuración (regional y
rialidad y la soberanía del Estado-nación, ge- global) del conflicto laboral.
nerando tensiones y conflictos típicos de un Luchas vinculadas a la transformaci-
Estado transnacionalizado. ón de la forma Estado - Son luchas que van
Más que centrarnos en los movimientos más allá de lógicas electorales y de reformas
sociales como objetos delimitados de estudio, políticas puntuales, aunque pueden relacio-
lo cual implicaría no captar la variedad de ex- narse con el poder constituyente. Es el caso
presividades de los mismos, proponemos vi- de plebiscitos y referéndums en Uruguay en
sualizar transversalmente las diversas luchas el pasado (aunque este también es un recur-
sociales que se fueron conformando en la re- so utilizado por la derecha política vinculado,
gión en las últimas décadas. Los movimientos por ejemplo, a la seguridad pública) y fueron
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inicialmente, una mayor apertura de deman- históricas y subjetivas, las dinámicas político
das y de agendas, pero también, y de forma -ideológicas en el interior de las sociedades y
contradictoria, en algunos casos, llevó a una algunas tendencias y eventos (geo)políticos.
mayor represión y falta de diálogo cuando se Pensemos, por ejemplo, en el golpe de Estado
trataba de la implementación, por ejemplo, de a Zelaya, en Honduras en 2010, y en las des-
megaproyectos (como carreteras, hidroeléctri- tituciones del presidente Lugo en Paraguay en
cas) donde, no pocas veces, los intereses de los 2012 y de la presidenta Rousseff en Brasil en
gobiernos se vinculaban claramente a fines y 2016, acompañadas de un complejo entrama-
compromisos electorales, como las subvencio- do social en su potencialidad de respuesta.
nes a campañas. Cabe agregar, asimismo, una amplia lista de
Asimismo, acrecentó una perspectiva de intentos fallidos de restauración conservadora
supuesta neutralidad técnica y pospolítica de en Ecuador (2010), Bolivia (2008) y Venezuela
la gestión que ha impregnado toda la sociedad. (2002) y avances de desestabilización política
Para poder visualizar esto con mayor claridad, de signo conservador en varios otros países,
pasamos a abordar algunas de las contradic- que incluyen no sólo reacción desde arriba,
ciones del progresismo, distinguiendo tipos sino también apelaciones a la movilización so-
de gobierno y su gestión de lo público en el cial en las calles.
contexto de cambios estructurales de la forma Por otro lado, la ausencia de conflictos
Estado antes aludida. más marcada, en general, con el capital, en
los casos de Brasil, Chile y Uruguay, eviden-
cia procesos de contención del cambio poten-
TIPOS DE GOBIERNOS EN AMERI- cial. La emergencia de un ciclo electoral con
CA LATINA: límites del progresismo, victorias de candidatos y (o) propuestas más
gestión de lo público y dinámicas conservadoras, que incluso pueden provenir
de consenso o coerción de filas de los propios agentes políticos vincu-
lados al gobierno, avala dicha tendencia. Todo
Los estudios tradicionales de movimien- esto sugiere que las alianzas o los acuerdos
tos sociales tienden a defender la hipótesis, estratégicos, explícitos o no, con movimientos
bastante intuitiva, de que la emergencia de sociales pueden crujir fuertemente.
gobiernos de centro-izquierda y de izquierda, Delineados estos escenarios, correspon-
con algún tipo de afinidad con los movimien- de traspasar el mero registro de acontecimiento
tos, abre un escenario de mayor apertura hacia y ensayar una tipología de casos considerando
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sus agendas y demandas. El análisis de la di- ese proceso socio-histórico que emerge con las
versidad de situaciones ocurridas en América luchas de la década de 1990 y que se comple-
Latina, desde el cambio de siglo, sin embargo, jiza en el cambio de siglo, con una diversidad
nos muestra un escenario bastante más com- de formatos sociopolíticos. El principal crite-
plejo, que apunta a dinámicas ambivalentes, a rio utilizado será la gestión, en general, ya in-
tensiones diversas, a límites del progresismo, troducida en el apartado anterior, y la gestión
a modalidades distintas de gestión de lo públi- del conflicto (real o potencial), en particular.
co, bien como a varias combinaciones posibles Antes de ello, una breve advertencia:
de apertura y cierre, consenso y coerción. toda propuesta de tipología genera inmediata-
Más allá de los frenos geoeconómicos mente preguntas y consideraciones sobre al-
y de los tipos de conflictos sociales ya ana- ternativas posibles a la misma. Siempre puede
lizados, una interpretación multidimensio- ser objetable el criterio central establecido o
nal sobre esta temática tiene que contemplar la razón por la cual un caso es incluido junto
también las formas de gestión, las relaciones o separado de otro. La presente propuesta no
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busca una delimitación rígida, sino un mar- en cuenta que hay casos en que se manifiesta
co general de observación que permita acotar claramente la capacidad de coerción en la ges-
nuestra discusión, marcando ciertas tenden- tión. Esto se traduce en la violencia de Estado
cias regionales asociadas a las limitaciones de y en la represión expuesta o invisibilizada, que
acción de los gobiernos, principalmente en lo puede ser esporádica, complementaria o susti-
que se refiere a su gestión de lo público y a tutiva del consenso (aunque esta última nunca
los cambios de la forma Estado. Considerando, puede ser por un período largo). La forma en
entonces, las gestiones de gobierno – no sólo que ésta despliega hoy la capacidad de coerci-
los progresistas – en la región en la actualidad, ón tiene más bien un carácter acotado y, de he-
en los quince primeros años del siglo XXI, y la cho, en sociedades marcadas por la violencia
combinación de dinámicas de consenso y co- estructural (como Colombia), la tendencia es
erción, pueden diferenciarse cuatro formatos intentar pasar a otro esquema político.
principales: En el siglo XX, las dictaduras que duraron
Gestión con autoritarismo selectivo y vio- décadas (Paraguay es un caso extremo) lograron
lencia extendida en el tejido social - México, hacer efectiva una mezcla de coerción y consen-
Colombia y Centroamérica en general. En estos so, donde la primera tuvo un rol clave. En cam-
casos, los componentes de coerción han sido bio, hoy, y tal como se señaló en la tipología, la
prominentes. También aquí pueden integrarse coerción tiene más bien carácter quirúrgico, de
las intervenciones quirúrgicas como la de Hon- extirpación rápida y localizada, incluso revesti-
duras. da jurídicamente, para volver a simular lo más
Gestión empresarial con gobiernos de de- rápidamente posible un orden consensuado, de-
recha política - Chile con la coalición de cen- mocrático, que permita la reproducción de deter-
tro derecha de Piñera, Paraguay con Cartes (del minados intereses económicos.
tradicional Partido Colorado pero con impor- También conviene recordar, una vez
tante incorporación de técnicos conservado- más, que las situaciones en América Latina
res) y Perú con Humala (o al menos el intento son muy diversas en las expresiones recien-
y, en este caso, a partir de un giro que desdibu- tes de conflicto social. Se presentan, de este
ja una anterior perspectiva de cambio). modo, oscilaciones que contemplan desde so-
Gestión empresarial con gobiernos pro- ciedades con tejido social activo, con capaci-
gresistas sin intento de transformación de la dad de cuestionar líneas de gobierno (Bolivia
forma Estado heredada - Chile con la Concer- y Ecuador), a veces con disputas fuertes entre
tación (y con la llamada Nueva Mayoría), Bra- agentes sociales con bases y perspectivas con-
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Paraguay). En otros casos, hay una enorme di- Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
ficultad de convivencia y mediación de actores Conexión negociada - Situaciones en las
que surgen en los contextos de lucha contra que el extremo anterior no se alcanza, pues se
la dictadura, como instrumentos centrales de observa separación entre los tres planos. Se
democratización, pero se ven incapaces, en el observa un control puntual sobre miembros de
gobierno, de generar vínculos más sólidos con los movimientos, aunque no del agente colec-
las bases sociales (casos de Brasil con el PT, tivo como un todo. En este caso, se tiene un
Uruguay con el Frente Amplio, por quedarse canal de acceso privilegiado al gobierno, pero
sólo en dos ejemplos muy conocidos). el costo sigue siendo alto en lo que se refiriere
Dentro de toda esta complejidad y si- a la autonomía, dado que el campo político es
guiendo con la idea de abrir planos teórico- bastante semejante y las relaciones históricas
metodológicos posibles, si se examinan las muy fuertes. Puede ser el caso de movimientos
diferentes mediaciones que se han estableci- sindicales en el contexto de gobiernos progre-
do en los últimos años en América Latina en- sistas del cono sur, como la Central Única de
tre gobiernos, partidos y movimientos, pue- los Trabajadores (CUT) en Brasil, entre otros.
de proponerse una nueva mirada transversal Conexión discontinuada - Escenarios en
que busca observar variaciones dentro de un los que el caso anterior se alterna con situa-
abanico de situaciones posibles. Éstas pueden ciones diversas, y en donde se presentan y se
desplazarse más rápidamente entre uno y otro reemplazan contextos de compromiso del mo-
casillero, dependiendo de la coyuntura. La vimiento con contextos de luchas y moviliza-
propuesta abajo sirve como una guía abierta ciones. Son los típicos casos en que hay un ho-
para complejizar situaciones que van más allá rizonte (práctico y discursivo) de autonomía,
de las habituales dicotomías social-democra- pero, por diferentes causas, incluyendo lazos
cia y populismo, cuando se hace referencia a personales, afinidades y trayectorias comunes,
los gobiernos progresistas en la región (algo re- no se renuncia a la conexión con el gobierno.
forzado por la tesis reciente de las dos izquier- La relación con los partidos existe pero es más
das) o entre cooptación o autonomía, en lo que débil. Incluye casos como los de Federación
atañe a las relaciones entre movimientos so- Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por
ciales y gobiernos (visión habitual dentro de Ayuda Mutua (FUCVAM) en Uruguay, Movi-
análisis normativos sobre el lugar y el papel de miento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, mo-
los actores sociopolíticos): vimientos indígenas y campesinos en la región
Conexión subordinada - Casos en los que andina. Es el caso más volátil de los cuatro.
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vestigación lleno de obstáculos, que solo se _______; CABEZAS, A. Geopolítica de los movimientos
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Breno Bringel, Alfredo Falero
This article analyzes contemporary Latin America Cet article se veut d’analyser l’Amérique Latine
from a procedural and relational perspective, contemporaine en tant que clé d’un processus et de
from the interactions between social movements, relations nées des interactions entre les mouvements
progressive governments and the State. The goal sociaux, les gouvernements progressistes et l’ État.
is to understand the political cycle that begun in L’objectif est de comprendre le cycle politique qui
this century in that area vis-à-vis greater changes a commencé dans la région à l’aube de ce nouveau
in the political, social and economic scope. More siècle face à des changements plus amples dans
specifically, the text discusses the need to capture the les domaines politique, social et économique. Ce
social process and the diversity of types of interaction texte traite plus spécifiquement: 1) du besoin de
between social movements, governments and State; saisir le processus social et la diversité des formats
the specificity of the area, its dependent position d’interaction entre les mouvements sociaux, les
in the world and social and political consequences gouvernement et l’Etat; 2) de la spécificité de la
this brings, including a transformation of the State région, de sa position de dépendance par rapport au
model, which is increasingly trans-nationalized; monde et aux conséquences sociales et politiques
the main axes of social conflict, originated mainly y relatives, y compris la transformation du modèle
from social-political mediations and political- d’Etat, de plus en plus trans-nationalisé; 3) des
economic contradictions; and, finally, the types of principaux axes de conflits sociaux survenant
government, the limitations of progressivism and essentiellement des médiations socio-politiques
the tensions between state management and social et des contradiction politiques et économiques, et
movements. enfin 4) des types de gouvernement, des limites
du progressisme et des tensions entre la gestion de
l’État et les mouvement sociaux.
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