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La educación infantil o inicial es el periodo de inicio de la acción educativa en función de los niños y se
refiere a los procesos educativos oportunos y pertinentes que se generan a partir de las necesidades,
intereses y características de los mismos, a fin de favorecer aprendizajes significativos que aporten al
desarrollo de todas sus capacidades físicas, (biológico) psicológicas (afectivo y cognitivo), y sociales
(ambiental).
caminadores, de uno a dos años; párvulos, de dos a tres años; prejardín, de tres a cuatro años;
jardín, de cuatro a cinco años y transición de cinco a seis años.
Y en las instituciones públicas, están los grados párvulos, de tres a cuatro años; prejardín, de cuatro a
cinco años; jardín, de cinco años y transición, de seis años.
CAMINADORES, DESCUBRIENDO EL MUNDO
Clara Fierro, directora del centro infantil y preescolar Mi mundo alegre, afirmó que a los caminadores
se les debe ayudar a desarrollar su memoria, a que reconozcan buenos modelos para imitar, deben
tener espacio para jugar, correr y trepar para su desarrollo motriz y orientarlos para que desarrollen
sus hábitos cotidianos.
Para Diana Posada, docente de la licenciatura en Pedagogía Infantil de la U. de A. los caminadores
“aprenden a hablar, a caminar y cogen las cosas para explorar”.
“Pueden hablar y comunicarse de manera precisa, pues disponen de un vocabulario amplio. El niño
expresa y pide afecto, se relaciona activamente con las personas que más quiere. Están preparados
para iniciar el control de esfínteres, de impulsos y a ejercitar más su cuerpo. Desarrollan su memoria y
atención, aprenden a compartir y a tener una disciplina clara, consciente y convenida con los
mayores”, señaló Clara Fierro.
Fierro expresó que, en este grado, el niño observa y descubre ya que le interesa el exterior, fortalece
las costumbres, camina y corre con seguridad, reconoce fácilmente los objetos personales, puede
vestirse solo, distingue las partes del cuerpo y la posición que ocupa en el espacio. Sus conocimientos
de lateralidad son más seguros, tiene sentido del tiempo, nombra y reconoce los animales, le gusta
mirar libros, le atraen los cuentos y las canciones, comprende y memoriza adivinanzas, reconoce su
nombre y los colores, identifica y cuenta los números del uno al diez, muestra con orgullo sus
creaciones, su lenguaje es más amplio y claro, tiene tendencia a imitar y reconoce fonemas sencillos.
El niño no aprende solo para él si no para interactuar con los otros, construye su identidad, maneja
conceptos claros de conteo, preescritura, prelectura mediante el juego. En este grado se estimula el
proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación creadora, la expresión personal y la
comunicación verbal y gráfica, indicó Fierro.
Los niños en este grado son conscientes de sí mismos como personas, conocen sus derechos y
deberes, tienen claridad sobre su entorno, son muy sociables, su lenguaje es amplio, inteligente y
fluido. Tienen gran sentido de la independencia, saben para que cosas son hábiles y para cuáles no.
Conocen su entorno, se ubican en él y se relacionan con los demás y su medio, trabajan
individualmente y en grupo, desarrollando un espíritu de cooperación y de valores.
Camila Gaviria, directora técnica del programa Buen Comienzo afirmó que en este “trabajamos
transversalmente tres ámbitos en todos los niveles: la construcción de identidad, la relación con el
mundo físico y el entorno y la construcción de interacciones con base en el lenguaje”.
Y Beatriz Arias, docente e investigadora de Ciencias de la Educación de la Universidad de San
Buenaventura, precisó que “la visión del desarrollo del niño ya no es biológica y cuantitativa si no,
discontinua y cualitativa; con una mirada a los intereses del niño, más que a su edad. Hay grupos en
los que hay niños de tres a cinco años en los que se forman todos juntos”.
HISTORIA DE LA EDUCACION PREESCOLAR EN COLOMBIA