Coordinación editorial CEIM-CUJAE NOTA TÉCNICA No.
089
LA VERDADERA DIFERENCIA
Ing. Arturo García Aliaga (CEIM/CUJAE) – agarcia@ceim.cujae.edu.cu
T odos los años se gradúan técnicos e
ingenieros, que durante su estadía en la
carrera, enfatizan en el aprendizaje de técnicas
de diagnóstico. Sin embargo, en la práctica
profesional, su desempeño no es el que
esperamos. Por otra parte, en los talleres
contamos con verdaderos expertos del
diagnóstico, pero cuando conversamos con
ellos, podemos percibir que su sustento teórico
es bastante débil para cubrir las expectativas de
los jóvenes ingenieros. Entonces , cabría
hacernos la pregunta: ¿Cuál es la verdadera
diferencia entre un analista de experiencia y un
inexperto? A priori creo que es imprescindible
mencionar la s palabras experiencia y práctica
como elementos determinantes en esta
problemática, pero entonces , ¿qué peso tiene la
teoría en todo esto?
C onsidero que una de las mejores
herramientas conque contamos es,
precisamente, un buena teoría estudiada una y
mil veces. Esto para conocer la verdadera
esencia del fenómeno que estamos
diagnosticando, “por mucho que algunos
expertos intenten subestimarla”. Pongamos
por caso, los mecánicos automotrices mas
exitosos que he conocido, dominan la teórica
de los fenómenos y las técnicas de diagnóstico.
Y es precisamente é sta la principal herramienta
en que se basan cuando las soluciones se
complica demasiado y ya han quedado sin
criterio algunos autoproclamados expert os.
Debido a que su experiencia se ha basado, en
lo fundamental, en los resultados del método
de pr ueba y error de manera esencial.
C reo que esa base de conocimientos
empíricos nunca la debemos desestimar
porque a la larga es una de las fuentes de
sabiduría más ricas que podemos encontrar.
Centro de Estudios Innovación y Mantenimiento
División de Ingeniería de las Vibraciones, Ruido y Diagnóstico
Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echeverría”
Ciudad de La Habana, Cuba
Editado: Abril de 2005
Pero debemos ser eternos buscadores de la raíz
teórica para estar en condiciones de aportar lo
que verdaderamente se espera de un buen
mantenimiento (trabajar de manera proactiva)
que pone a mantenimiento en verdaderas
posición para comenzar con un proceso de
mejora.
R espondiendo a la interrogante de qué es lo
que distingue al inexperto del experto
mecánico, opino:
1. Inseguridad en si mismo, muchas veces
basada en el temor a emitir un diagnóstico
equivocado.
2. Poca noción de la carga de trabajo requerida
hasta llegar al diagnóstico definitivo
(Desconoce a qué se ha de enfrentar).
3. Desconocimiento de los valores típicos de
parámetros específicos de su contexto
operacional para comparar con las mediciones
hechas. P or ende , la impericia al determinar los
umbrales de buen o mal estado mecánico.
4. Desconocimiento de las posibilidades de
resistencia y regulación en determinados
elementos por lo que tiene temor de romperlos.
5. Poca experiencia en el trabajo bajo presión
de tiempo o con la presencia de clientes o
supervisores valorando e l trabajo.
C omo podemos observar, ninguna de la s
problemáticas anteriores se resuelven en la
universidad y, en mi modesto criterio, son las
primeras barreras que deben superar los
jóvenes egresados para convertirse en expertos ,
capaces de buscar la mejora y la
profesionalidad. Aspecto, este último, que está
bien matizado por el carácter y las relaciones
entre el experto y el inexperto.
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