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Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Ciencias Humanas


Departamento de Psicología
Infancia y Niñez
Diego Fernando Bocanegra 45
Juan Pablo Marín 45
Edison Soracipa 45
Lina María Muñoz 455064

La Intención Comunicativa del Lenguaje

Introducción

Las discusiones en torno al desarrollo cognitivo y al desarrollo del lenguaje, no son un


tema concluido, por eso, el presente trabajo pretende, a partir de la revisión de las propuestas de
Michael Tomasello y la teoría de la cognición corporizada, explorar y plantear posibles
aproximaciones nuevas en relación con algunos fenómenos y/o aspectos tanto de la génesis del
lenguaje como de las posibilidades de su desarrollo. Específicamente, en relación a las
posibilidades de entender el desarrollo no como una progresión de lo concreto a lo abstracto sino
como una especialización (expertización), aparece la necesidad de proponer nuevas formas de
abordarlo; y en relación a la génesis del lenguaje, tratar de comprender la manera como este
fenómeno se presenta a través de las exigencias de la comunicación que tiene el niño dentro de un
contexto social y no como una necesidad de abstraer el mundo para representarlo.
El trabajo se estructuró de manera tal que expondremos en principio las perspectivas
teóricas de Tomasello y de la cognición corporizada que se diferencian de las propuestas
formalistas, a partir de lo planteado por estas perspectivas teóricas, expondremos una discusión
acerca de la manera como hasta el momento se ha comprendido el lenguaje y su desarrollo en el
niño; nuestro interés está dirigido a las nuevas posibilidades de abordaje y de comprensión de
este fenómeno con el fin de plantear algunas preguntas acerca de nuevas formas para acercarse al
estudio del lenguaje, dichas preguntas, producto de la revisión teórica emprendida serán
desarrolladas con propuestas metodológicas que consideramos que a futuro podrían ampliar la
discusión vigente.
Marco Teórico

Enfoque Formal del Lenguaje


La gramática generativa es una teoría lingüística que se plantea como una hipótesis innata
de la adquisición del lenguaje que a su vez se propone explicar ese conocimiento que el sujeto
tiene de su lengua, siendo le lenguaje una función biológica común de los seres humanos que
viene de una facultad cognitiva que le permite aprender el idioma impuesto por el lugar en el que
vive, esta facultad siendo una de las propiedades bilógicas que heredamos. Una gramática
generativa proporcionaría al sujeto un conjunto de reglas o principios que tienen como función
predecir de una forma eficaz aquellas combinaciones que aparecen en oraciones gramaticalmente
correctas que aparecen en una determinada lengua, tratando de encontrar el tipo de conocimiento
que tiene el sujeto que le permite entender y construir oraciones que no han sido influenciadas
por su experiencia lo que puede ser visto en los niños los cuales aprenden su idioma aun con el
limitado acceso que tiene hacia él. Esto se debe a que el sujeto no se limita al reproducir las
frases ya escuchadas sino que las vamos generando en función de las necesidades cambiantes de
cada sujeto, lo que directamente contradice la teoría plantead por el conductismo en donde el
lenguaje se adquiriría por medio de la interacción constante con el medio es decir, por la
experiencia. Sin embargo no solamente le es posible al sujeto el poder generar oraciones que
nunca ha escuchado sino que también le será fácil comprenderlas cuando vienen de otro
interventor. De esta manera la Gramática Generativa presenta de forma implícita para así mismo
construir o entender las oraciones.
Dentro de la perspectiva Formalista podemos encontrar dos variantes, el Estructuralismo y
el Generativismo. El Estructuralismo en el que el lenguaje debe ser atendiendo a su realidad y no
solo a su evolución por lo que se dejan de lado aspectos como el estudio social referente a las
lenguas. De esta manera el lenguaje se concibe como un sistema de signos y su estudio
considerara en tomar en cuenta una serie de dualidades, dualidades como el de significado y
significante en la que el significante seria la palabra y el conjunto de sonidos que no permitirá
pronunciarla mientras que el significado es el concepto que asociamos al significante. También
está el de lengua y habla, en el que la lengua es el conjunto de signos lingüísticos y reglas de
combinación, mientras que el habla es una por el cual el sujeto cifra un mensaje utilizando un
código lingüístico, está el de sincronía y diacronía en donde la sincronía estudia la lengua en su
estado actual mientras que la diacronía lo hace desde un punto de vista histórico y evolutivo, está
el de relación sintagmática y relación paradigmática en el cual la primera hace referencia a
aquellas relaciones que se encuentran dentro del discurso mientras que la segunda hace referencia
a aquellas que se encuentran fuera de él y por ultimo tenemos a la lingüística interna y la
lingüística externa en donde la una estudia las lenguas en sí mismas mientras que la otra estudia
su componente social. En el Generativismo el cual es un modelo de gramática en el cual se
presentan unas reglas o principios para que el sujeto pueda hablar, acertar y ocasionar todas las
oraciones de su propia lengua.
En lo que concierne al lenguaje Piaget define al lenguaje como: “una forma particular de
la función simbólica, y como el símbolo individual es más simple que el signo colectivo, nos
vemos obligados a concluir que el pensamiento precede al lenguaje, y que este se limita a
transformarlo profundamente ayudándole a alcanzar sus formas de equilibrio mediante una
esquematización más avanzada y una abstracción más móvil” (Piaget ,1991 citado por Cárdenas
2011 pág. 74)
Dado que la fuente de las operaciones mentales no se encuentra allí sino en la acción
tomada como base de la organización de lo vivido o la experiencia el lenguaje para Piaget tendría
dos nociones que serían relativas a este. La primera, la lingüística, en la que podemos resaltar el
signo y la capacidad que este tiene de representarse relativamente en conjunto de la concepción
de la lengua y la segunda, la semiótica, en la que además de aquellos signos verbales se
desarrollaran dispositivos que permitirán construir parte de la realidad por medio de un
significante diferenciado.
En resistencia a lo planteado por Piaget, Chomsky presenta su teoría en la que afirma que
el lenguaje es “... un núcleo formal de reglas sintácticas al que se subordinan los demás
componentes del lenguaje” (Chomsky, 1957 citado por González) proponiendo también que
existe una gramática universal, algo que es innato en el sujeto y le permitirá adoptar formas
distintas en las diferentes lenguas basado en principios formales como lo son la distinción entre
sujeto y verbo, entre verbo y objeto, la presencia de nombres, verbos, adjetivos etc. A esta
corriente cognitiva se le llamo formalismo en la que además de proponer una estructura formal de
las lenguas en la que se le supone a la mente humana una estructura lógica similar al lenguaje, se
reconoce el lenguaje como una facultad autónoma de la cognición, sosteniendo que a partir de
esta estructura es posible conocer reglas que origina el infinito número de expresiones
lingüísticas mejor conocido como “Gramática Generativa”.

Enfoque Funcional del Lenguaje


La aproximación funcionalista del lenguaje, si bien acepta la existencia de universales
lingüísticos, los reconoce de una manera diferente a las concepciones formalistas del lenguaje. La
diferencia radica en que dichos universales provienen del resultado de la estructuración
gramatical del lenguaje en un sentido funcional, como parte de la evolución cultural de la lengua,
más no de la evolución biológica de la especie humana, dando como resultado la gramática
universal innata (Aguilera, 2007). De esta manera, para los funcionalistas las regularidades
gramaticales cambiaran y surgirán del uso de la lengua a lo largo del tiempo, pero siempre en
relación a capacidades cognitivas, es decir, lo que resulta universal no son las categorías
específicamente sino las funciones cognitivas, entre ellas la comunicativa, en general (Aguilera,
2007).
Dado el sentido funcional sobre el que se centra este enfoque, resulta importante
diferenciar, en el surgimiento del lenguaje, la razón por la que se produce el desarrollo del mismo
y los mecanismos de los que se vale. Así, es gracias al descubrimiento de que es posible dirigir la
atención del otro y ejercer una influencia en su conducta, que el infante puede adquirir el lenguaje
reconociendo en sus propias vocalizaciones el medio para tal fin (Fernández, 2014). En otras
palabras, el infante le da sentido al lenguaje en su función comunicativa. De esta manera, el
lenguaje no solo requiere avances formales, como su construcción sintáctica y semántica, sino
también la comprensión del sentido comunicativo que lleva su uso, impulsando y co-
determinando la adquisición del lenguaje (López, 2011).
Tomasello (2003) reconoce dos conjuntos de habilidades cognitivas necesarias para
adquirir el lenguaje, estas son: 1. Habilidades de interpretar la intención, compuesto por 5 tipos
de habilidades innatas (Compartir la atención con otros, seguir la mirada y los gestos de los otros,
dirigir activamente la atención de los otros y aprender culturalmente por imitación), 2.
Habilidades de Hallazgos de Patrones, las cuales permiten encontrar regularidades en el uso de
los signos lingüísticos y en la dimensión gramatical del lenguaje. Es importante mencionar que de
la intención comunicativa a la construcción del lenguaje median otras habilidades fundamentales.
Se estima que la primeras intenciones comunicativas surgen hacia los 10 mese de edad
(Fernández, 2014), donde las emisiones vocales de los infantes ya no solo son interpretadas por
los padres como intencionales, sino que ahora son realmente intencionales, ya que demuestran
cierta persistencia hasta conseguir lo que se busca e incluso pueden cambiar de técnica cuando la
emisión que venían usando para un fin no les funciona (Fernández, 2014). Es importante
mencionar que las expresiones comunicativas tempranas pueden ser de tipo verbal o gestual, sin
embargo, con el tiempo ambas formas de comunicación pueden ir acompañadas, como es el caso
de las pautas de emisión vocal o de acción, donde el infante busca atraer la atención del otro
hacia un objeto o hacia sí mismo (Fernández, 2014). De esta manera, es posible reconocer en
dichos actos pre lingüísticos, pero con una clara intención comunicativa, el origen de la
adquisición del lenguaje.
Para delimitar la presencia de dichos actos intencionados en las emisiones de los infantes,
se requiere reconocer la participación de forma conjunta tanto del infante como de su interlocutor
en una actividad compartida (Fernández, 2014). Así, resulta de vital importan la interacción entre
el niño y el adulto, lugar donde el infante encuentra la función del lenguaje. Es por ello, que la
evolución del lenguaje y su adquisición es atribuido al entorno social, donde el infante es un
comunicador efectivo desde el momento mismo del nacimiento, aunque aun no reconozca esta
capacidad y la use intencionalmente, ya que desde un principio su comportamiento afecta a sus
cuidadores, los cuales responden a dicho comportamiento con el objetivo de regularlo, hecho que
logrará enseñar al infantes que sus acciones tienen consecuencias en los otros (Galván y Del Rio,
2009).
Esta interacción, efectuada en repetidas ocasiones, permitirá anticipar elementos de la
rutina al infante, pero sobretodo le permitirá construir supuestos del mundo interior del otro,
como sus intenciones, extrayendo significados y combinando acciones y vocalizaciones para
conseguir lo que se proponga (Narbona, 2013).

Cognición Corporizada
La postura que engloba a la teoría de la mente corporizada, la mente distribuida y la mente
extendida, se puede denominar como Corporización o Embodiment, esta perspectiva de la mente
se aleja de la propuesta tradicional de lo mental que se desarrolló en filosofía, a partir de la tesis
cartesiana de una mente inmaterial, alejada de lo físico y que opera por leyes distintas a las que
puede, por ejemplo, subsumirse la materia. Esta tesis cartesiana implica varias cosas, sobre todo
en psicología, pues si bien no se comparte el dualismo substancial (considerar que la mente es
una substancia distinta al cuerpo) radicalmente, siguen habiendo indicios de su influencia en la
forma de entender el fenómeno mental, dichas implicaciones son, que la mente se abstrae de lo
físico, o sea, de lo concreto, que la mente es estática o tiende hacia una estabilidad que supone
leyes fijas, leyes formales. Las implicaciones en psicología son también varias, la principal quizá,
es que el desarrollo (cognitivo) se entiende como una progresión desde lo concreto hacia lo
abstracto, de los casos particulares a las leyes universales, o como diría Piaget (1971) de las
operaciones concretas a las operaciones formales, de allí que la lógica formal sea el modelo sobre
el que se concibe el conocimiento (racional), entre otras cosas, porque permite hablar de una
mente que no está sujeta a un cuerpo y no depende enteramente de él, siguiendo con Piaget, el
niño en el curso del desarrollo, para este autor, se va alejando de su cuerpo, es decir, cada vez
necesita menos de éste gracias a la capacidad de representación.
La representación para Merleau Ponty tiene una significación diferente ya que es expuesta
en relación a la imagen corporal, pues es en el cuerpo donde concurren todas las experiencias del
sujeto, la relación del cuerpo con su entorno considera este autor que se generan en un primer
momento en lo emocional que es expresado por el niño en concordancia a las demandas del
mundo; este autor plantea el concepto de esquema corporal como “un sistema en el que los
aspectos interoceptivos como los exteroceptivos se expresan a sí mismos de forma recíproca”
(Garavito & Yañez-Canal, 2010, p. 59), de manera más explícita propone que la experiencia
propia impregna a los otros y a su vez se ve afectada por ellos de manera tal que en un principio
el niño no tiene una diferenciación con los otros que junto a él son un todo en el mundo (Garavito
& Yañez-Canal, 2010, p. 59),.
El no diferenciarse de los otros lleva a una comunicación que carece de objetivos pero que
sin embargo permite en el niño la capacidad de identificar estados tales como emociones o
actitudes en los otros, diferenciándose y concibiéndose como un sujeto en el mundo; el
reconocerse diferente de los otros permite en el niño la relación significativa con su cuerpo,
relación que posibilita conocer el mundo, “adaptarse de manera flexible a las condiciones
cambiantes del contexto” (Garavito & Yañez-Canal, 2010, p. 66), y es esta búsqueda de
adaptación lo que genera la necesidad de apropiarse del sistema de significar el mundo propios de
la cultura en la que está embebido.
Para la cognición corporizada, la mente no puede entenderse separada del cuerpo, ni
separada del ambiente en el que se extiende o con el que se relaciona, la mente humana,
específicamente ha de ser lo que es en función del cuerpo que poseemos y de la relación que
guarda éste con su entorno, esto quiere decir que las formas de conocimiento y desarrollo están
constituidas por las particularidades de nuestro cuerpo, el tener brazos y piernas, y no alas, por
ejemplo, la propiedad de los pulgares, la postura, etc., y las relaciones con los objetos del mundo
y con las demás personas que son posibles, gracias a esta constitución física, tanto como sus
limitaciones e imposibilidades. Para la cognición corporizada, entonces, lo cognitivo no se halla
restringido a un correlato neuronal o al sistema nervioso central, lo cognitivo es “un producto que
emerge de la acción del cuerpo como totalidad” (Garavito & Yañez-Canal, 2010, p. 182). La
cognición entonces no se caracteriza por una estabilidad producto del proceso de abstracción,
sino por una variabilidad que proviene de contenidos particulares que a su vez el sujeto posee de
situaciones particulares y que le permiten afrontar situaciones novedosas de forma similar a las
anteriormente vividas. La estabilidad no es, pues, una formalización de lo concreto, no es la
posibilidad de establecer leyes universales, o la capacidad representacional sin contenido, sino
una sumatoria de variadas interacciones que el sujeto significa y le permiten adquirir una
cognición corporizada, situada y extendida en el mundo.
La cognición corporizada supone que la cognición (humana específicamente) es un
producto del cuerpo, el entorno y las posibles relaciones que se presentan entre estos, por tanto,
no está separada y puede entenderse su desarrollo en función de la diada cuerpo-ambiente, no es
la estabilidad (fija y rígida) su característica principal ni el culmen de su desarrollo sino la
variabilidad y la posibilidad de una especialización (o expertización) en ciertos campos lo que
dota al sujeto de una cantidad de contenidos que le son útiles en posteriores situaciones y
contextos.

Discusión

Cuando apreciamos en el desarrollo humano la convergencia de múltiples facultades


cognitivas, donde la condición situada y contextual del ser humano adscribe el aprendizaje en el
devenir de la acción, la cual esta mediada no solo por factores de tipo cognitivo sino también por
factores corporales, reconocemos la importancia de entender a los sujetos de una manera
dinámica. Si bien reconocemos el determinante cognitivo en el comportamiento, no encontramos
necesario dejar de lado la influencia corporal en el desarrollo del sujeto, aun en su desarrollo
cognitivo. Es por ello que consideramos al cuerpo un factor primordial en el desarrollo del
lenguaje, facultad cognitiva que surge gracias a su función comunicativa. Es en la interacción
social donde es posible comenzar a construir el lenguaje, interacción que es posible debido a la
presencia corporal de los participantes, los cuales perciben dicha interacción y actúan en
concordancia a sus deseos o intenciones, utilizando al cuerpo como medio para llegarla a tal fin.
De esta manera, la comprensión de las intenciones son un hito fundamental para el
desarrollo, ya que permiten constreñir múltiples funciones cognitivas en un solo momento. Por
un lado, es posible comenzar a reconocerse como sujeto cognoscente, con una subjetividad
propia, al procurar tanto intenciones propias como en los demás. Así mismo, permite emplear el
propio cuerpo con un objetivo, es decir guiar la conducta, y además resulta el comienzo de las
interacciones sociales, donde se encontrara el acceso al mundo cultural.
Dejar de lado la experiencia sensorial en el desarrollo, o limitarla a un primer momento en
la espiral o escala del mismo, como un estado inferior del desarrollo si entendemos en este una
progresión de lo concreto a lo abstracto, convertiría al aprendizaje en un proceso estático y
concluyente, sin posibilidad de evolución. La cognición corporizada y el enfoque funcional del
lenguaje, entienden que el conocimiento y el aprendizaje se dan de manera situada, en un tiempo
y un espacio real, hecho que permite renovar constantemente construcciones previas, haciendo
del desarrollo un proceso que no puede concluir en representaciones estáticas del mundo. La idea
de las representaciones pareciera estar pensada para sujetos que tienen un primer encuentro con el
mundo y no lo vuelven a tener.
En esta medida, nos es posible percatarnos del carácter situado y social del desarrollo en
el surgimiento del lenguaje. Este, tiene su génesis mucho antes de que la facultad cognitiva
madure lo suficiente como para poder representar al mundo y adquirir el conocimiento simbólico.
Es en las primeras interacciones con el otro, donde el bebe comienza a reconocer que tiene la
capacidad de influir en el mundo, gracias a su actuar corpóreo, utilizando funcionalmente su
cuerpo, los gestos que produce y las emisiones vocales como medio para comunicarse.
Consideramos que esta es una muestra de la importancia del papel del cuerpo en la cognición y el
papel de la interacción social en el desarrollo, corroborando la idea de la necesaria concepción
dinámica del aprendizaje.
También se podría ver el origen del lenguaje, en tanto no exista todavía una
manifestación fonológica de él, por medio de los infantes con discapacidad auditiva y del habla
ya q en ellos se vería evidenciado la forma en la cual se activan aquellos factores que hacen que
se genere esa gramática universal de donde se establecerán las normas que le permitan al infante
generar un lenguaje que le permita comunicarse en su ambiente social.

Metodología

Para corroborar el origen del lenguaje y su desarrollo sobre una concepción situada, social
y corpórea, proponemos al surgimiento de las intenciones como evidencia de estas condiciones.
Para ello, en base a los estudios realizados por Fernández (2014) y Galván y Del Rio (2009),
formulamos como metodología el estudio de los patrones interactivos, comunicativos y pre
lingüísticos que tienen lugar entre la madre y su bebe.
Evaluando las vocalizaciones producidas por infantes, de entre 16 y 24 meses de edad,
emitidas durante el acto comunicativo efectuado en la interacción entre madre y bebe, nos
proponemos buscar si efectivamente la intención comunicativa precede y empuja al desarrollo
lingüístico de manera formal. Los aspectos que se podrían evaluar son, por un lado el tipo de
sonidos que presentas dichas vocalizaciones, ya que se ha encontrado que los sonidos del
balbuceo aparecen, después, también en las primeras palabras (Fernández, 2014), además de
reconocen a los sonidos descendentes como los propios en las emisiones de los bebe por el tipo
de respiración que realizan, atribuyendo, de esta manera, al registro tonal de los imperativos más
alto que el de las denominaciones.
De esta manera, los rasgos prosódicos parecen susceptibles de manipulación voluntaria en
la producción temprana (Fernández, 2014). Para ser más específicos en su evaluación, Fernández
(2014) clasifica las funciones de las vocalizaciones comunicativas de la siguiente manera,
adaptando ciertos elementos taxonómicos de algunos autores: 1. Declarativas, 2. Imperativas, 3.
Expresivas, 4. Mímica, 5. Guía de acción y 6. Relleno conversacional.
Por otro lado, para evaluar las funciones comunicativas de las emisiones, se deben
considerar los siguientes indicios: “el niño orienta su mirada hacia el adulto interlocutor, actual o
potencial, mientras vocaliza; el niño brinda al adulto un “tiempo” para intervenir verbalmente
después de haber vocalizado; el adulto se siente interpelado por la vocalización infantil y, en esa
medida, comenta o responde a lo “dicho” por el niño; el niño manifiesta su frustración cuando,
aparentemente, la reacción del interlocutor no lo satisface y modifica su emisión vocal en
consecuencia.” (Fernández, 2014, p. 15).

Referencias

Aguilera, B. (2007). Origen y evolución de las facultades del lenguaje desde una perspectiva
dinámica. (Tesis para optar al grado de Magister en Estudios Cognitivos). Universidad de
Chile.

Cardenas, A. (2011) Piaget: lenguaje, conocimiento y Educación. Revista Colombiana DE


educación. Bogotá, Colombia, pp 71-91.

Fernández, M. (2014). La adquisición de las relaciones entre prosodia e intención comunicativa:


primeras asociaciones entre forma y función. Lexis Vol. XXXVIII (1) pp. 5-33.
Galván, M. y Del Rio, M. (2009). El desarrollo del lenguaje y la identificación de patrones
interactivos comunicativos y lingüísticos madre – bebe. International Journal of
Developmental and Educational Psychology, Nº1, pp. 67-76.
López, S. (2011). La adquisición del lenguaje del lenguaje, un resumen en 2011. Revista de
investigación en Logopedia, pp. 1-11.
Narbona, J. (2013). Precursores del lenguaje. Estadios preverbales y protoverbales. En Curso de
Postgrado en línea sobre: Neurodesarrollo Infantil-juvenil. Universidad San Carlos,
Guatemala.
Yañez-Canal, J., Garavito, M. C., Quesada, E. (2010) Serie “Cognición, Moral y Desarrollo
Psicológico”, Tomo II: Cognición y Embodiment. Texto producto del convenio entre el
grupo de investigación "Estudios en desarrollo socio-moral" y el Departamento de
Psicología de la Corporación Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO. El documento
publicado es parte del informe de un proyecto financiado por la Universidad Nacional de
Colombia. Bogotá, Colombia.

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