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Trabajo Final (Marco Teórico, Corporización) - Infancia y Niñez.-1
Trabajo Final (Marco Teórico, Corporización) - Infancia y Niñez.-1
Introducción
Cognición Corporizada
La postura que engloba a la teoría de la mente corporizada, la mente distribuida y la mente
extendida, se puede denominar como Corporización o Embodiment, esta perspectiva de la mente
se aleja de la propuesta tradicional de lo mental que se desarrolló en filosofía, a partir de la tesis
cartesiana de una mente inmaterial, alejada de lo físico y que opera por leyes distintas a las que
puede, por ejemplo, subsumirse la materia. Esta tesis cartesiana implica varias cosas, sobre todo
en psicología, pues si bien no se comparte el dualismo substancial (considerar que la mente es
una substancia distinta al cuerpo) radicalmente, siguen habiendo indicios de su influencia en la
forma de entender el fenómeno mental, dichas implicaciones son, que la mente se abstrae de lo
físico, o sea, de lo concreto, que la mente es estática o tiende hacia una estabilidad que supone
leyes fijas, leyes formales. Las implicaciones en psicología son también varias, la principal quizá,
es que el desarrollo (cognitivo) se entiende como una progresión desde lo concreto hacia lo
abstracto, de los casos particulares a las leyes universales, o como diría Piaget (1971) de las
operaciones concretas a las operaciones formales, de allí que la lógica formal sea el modelo sobre
el que se concibe el conocimiento (racional), entre otras cosas, porque permite hablar de una
mente que no está sujeta a un cuerpo y no depende enteramente de él, siguiendo con Piaget, el
niño en el curso del desarrollo, para este autor, se va alejando de su cuerpo, es decir, cada vez
necesita menos de éste gracias a la capacidad de representación.
La representación para Merleau Ponty tiene una significación diferente ya que es expuesta
en relación a la imagen corporal, pues es en el cuerpo donde concurren todas las experiencias del
sujeto, la relación del cuerpo con su entorno considera este autor que se generan en un primer
momento en lo emocional que es expresado por el niño en concordancia a las demandas del
mundo; este autor plantea el concepto de esquema corporal como “un sistema en el que los
aspectos interoceptivos como los exteroceptivos se expresan a sí mismos de forma recíproca”
(Garavito & Yañez-Canal, 2010, p. 59), de manera más explícita propone que la experiencia
propia impregna a los otros y a su vez se ve afectada por ellos de manera tal que en un principio
el niño no tiene una diferenciación con los otros que junto a él son un todo en el mundo (Garavito
& Yañez-Canal, 2010, p. 59),.
El no diferenciarse de los otros lleva a una comunicación que carece de objetivos pero que
sin embargo permite en el niño la capacidad de identificar estados tales como emociones o
actitudes en los otros, diferenciándose y concibiéndose como un sujeto en el mundo; el
reconocerse diferente de los otros permite en el niño la relación significativa con su cuerpo,
relación que posibilita conocer el mundo, “adaptarse de manera flexible a las condiciones
cambiantes del contexto” (Garavito & Yañez-Canal, 2010, p. 66), y es esta búsqueda de
adaptación lo que genera la necesidad de apropiarse del sistema de significar el mundo propios de
la cultura en la que está embebido.
Para la cognición corporizada, la mente no puede entenderse separada del cuerpo, ni
separada del ambiente en el que se extiende o con el que se relaciona, la mente humana,
específicamente ha de ser lo que es en función del cuerpo que poseemos y de la relación que
guarda éste con su entorno, esto quiere decir que las formas de conocimiento y desarrollo están
constituidas por las particularidades de nuestro cuerpo, el tener brazos y piernas, y no alas, por
ejemplo, la propiedad de los pulgares, la postura, etc., y las relaciones con los objetos del mundo
y con las demás personas que son posibles, gracias a esta constitución física, tanto como sus
limitaciones e imposibilidades. Para la cognición corporizada, entonces, lo cognitivo no se halla
restringido a un correlato neuronal o al sistema nervioso central, lo cognitivo es “un producto que
emerge de la acción del cuerpo como totalidad” (Garavito & Yañez-Canal, 2010, p. 182). La
cognición entonces no se caracteriza por una estabilidad producto del proceso de abstracción,
sino por una variabilidad que proviene de contenidos particulares que a su vez el sujeto posee de
situaciones particulares y que le permiten afrontar situaciones novedosas de forma similar a las
anteriormente vividas. La estabilidad no es, pues, una formalización de lo concreto, no es la
posibilidad de establecer leyes universales, o la capacidad representacional sin contenido, sino
una sumatoria de variadas interacciones que el sujeto significa y le permiten adquirir una
cognición corporizada, situada y extendida en el mundo.
La cognición corporizada supone que la cognición (humana específicamente) es un
producto del cuerpo, el entorno y las posibles relaciones que se presentan entre estos, por tanto,
no está separada y puede entenderse su desarrollo en función de la diada cuerpo-ambiente, no es
la estabilidad (fija y rígida) su característica principal ni el culmen de su desarrollo sino la
variabilidad y la posibilidad de una especialización (o expertización) en ciertos campos lo que
dota al sujeto de una cantidad de contenidos que le son útiles en posteriores situaciones y
contextos.
Discusión
Metodología
Para corroborar el origen del lenguaje y su desarrollo sobre una concepción situada, social
y corpórea, proponemos al surgimiento de las intenciones como evidencia de estas condiciones.
Para ello, en base a los estudios realizados por Fernández (2014) y Galván y Del Rio (2009),
formulamos como metodología el estudio de los patrones interactivos, comunicativos y pre
lingüísticos que tienen lugar entre la madre y su bebe.
Evaluando las vocalizaciones producidas por infantes, de entre 16 y 24 meses de edad,
emitidas durante el acto comunicativo efectuado en la interacción entre madre y bebe, nos
proponemos buscar si efectivamente la intención comunicativa precede y empuja al desarrollo
lingüístico de manera formal. Los aspectos que se podrían evaluar son, por un lado el tipo de
sonidos que presentas dichas vocalizaciones, ya que se ha encontrado que los sonidos del
balbuceo aparecen, después, también en las primeras palabras (Fernández, 2014), además de
reconocen a los sonidos descendentes como los propios en las emisiones de los bebe por el tipo
de respiración que realizan, atribuyendo, de esta manera, al registro tonal de los imperativos más
alto que el de las denominaciones.
De esta manera, los rasgos prosódicos parecen susceptibles de manipulación voluntaria en
la producción temprana (Fernández, 2014). Para ser más específicos en su evaluación, Fernández
(2014) clasifica las funciones de las vocalizaciones comunicativas de la siguiente manera,
adaptando ciertos elementos taxonómicos de algunos autores: 1. Declarativas, 2. Imperativas, 3.
Expresivas, 4. Mímica, 5. Guía de acción y 6. Relleno conversacional.
Por otro lado, para evaluar las funciones comunicativas de las emisiones, se deben
considerar los siguientes indicios: “el niño orienta su mirada hacia el adulto interlocutor, actual o
potencial, mientras vocaliza; el niño brinda al adulto un “tiempo” para intervenir verbalmente
después de haber vocalizado; el adulto se siente interpelado por la vocalización infantil y, en esa
medida, comenta o responde a lo “dicho” por el niño; el niño manifiesta su frustración cuando,
aparentemente, la reacción del interlocutor no lo satisface y modifica su emisión vocal en
consecuencia.” (Fernández, 2014, p. 15).
Referencias
Aguilera, B. (2007). Origen y evolución de las facultades del lenguaje desde una perspectiva
dinámica. (Tesis para optar al grado de Magister en Estudios Cognitivos). Universidad de
Chile.