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Puerto Salvador Allende

En el principio de su historia, el puerto que


hoy conocemos como “Puerto Salvador
Allende” era mejor conocido como
“Malecón de Managua”. En sus inicios lo
que hoy conocemos como el famoso puerto
de la capital no contaba más que con unas
cuantas edificaciones que funcionaban
como bares, “night clubs”, principalmente.
Pero las construcciones no abarcaban todo
lo que hoy se conoce como el puerto, era
solamente el sector que queda enfrente al
Palacio Nacional y el sector por donde solía estar la concha acústica, el resto del malecón.
Los demás lugares en los que hoy se pueden apreciar edificaciones abiertas al público
solían ser terrenos baldíos.
En 1933, con la primera crecida del lago de Managua o Xolotlán, managua perdió su
afinidad con el lago y el malecón, con su famoso restaurante night club "Copacabana". La
capital perdió total interés con el seguir mejorando el malecón, agregando a esto que las
pocas construcciones existentes sufrieron daños, lo cual con el paso del tiempo esto vino
trayendo una serie de consecuencias, entre las cuales principalmente destacan la
contaminación y la inseguridad. Después del terremoto de 1972, la costa del Lago Xolotlán,
sirvió para que se depositaran en él los vestigios de la ciudad de Managua demolida por el
terremoto y posteriormente con ellos se hizo un enorme relleno artificial en sus costas.
Como se mencionó anteriormente, la
contaminación era uno de los problemas con
los que el lugar se encontraba debido a que la
mayoría del tiempo se mantenía sucio,
producto de los desechos que arrojaban las
personas que pasaban por el lugar, y al estar la
mayor parte del terreno con lotes baldíos no
habían nadie que se encargara de la limpieza
tanto de las calles como de los lotes en sí,
agregando a esto que la alcaldía de la ciudad,
que debía de ser la encargada de la limpieza del
lugar solo se encargaba de limpiar la zona
cuando había presentaciones gubernamentales, dando de esta manera lugar a contaminación
visual por la cantidad de basura que se acumulaba en las aceras, calles y hasta en los
terrenos vacíos, además de esto los malos olores que se podía sentir en un radio
considerable, de igual manera la acumulación de basura generaba un degradable estilo de
vida para los habitantes que residían cerca de esa zona y además de soportar los malos
olores que desprendían los basureros ilegales, las personas estaban propensas a
enfermedades gracias a las toxinas que liberaba la basura las cuales de dispersaban por el
aire, agua, etc.
De igual manera, otras de las consecuencias de las que se hablo fue la inseguridad que se
podía vivir en las calles de este puerto o malecón debido a que gracias al sin número de
terrenos vacíos que había, solía ser un lugar sumamente oscuro como consecuencia a esto
solían haber muchos asaltos en la zona dando así una mala imagen al lugar y haciendo que
de esta forma un muy poco flujo de turistas.
No fue hasta en el año 2002/2007 con el
gobierno del presidente Bolaños y con la
cooperación alemana que se inicia con el
establecimiento de plantas de tratamiento
de las aguas servidas de la ciudad, que
inicia, indirectamente la renovación del
Malecón de Managua. En el año 2010
inician directamente las construcciones de
las diferentes edificaciones que
conformarían el conjunto del Puerto
Salvador Allende. Actualmente el puerto está constituido por cuatro grandes etapas, las
cuales están conformadas por bares, restaurantes, miradores, museos y demás atracciones
que están abiertas al público, generando de esta manera un leve levantamiento en las
estadísticas del porcentaje de turismo en la ciudad capital.
Esta inversión considerable en un puerto y una serie de atractivos turísticos para todas las
edades y bolsillos, ha hecho que la población de Managua le pierda el temor al contacto
cercano con el Xolotlán, ha dotado a la ciudad con un centro turístico cercano al centro
histórico, tanto así que ya se ha convertido en un destino turístico para los tours que ofrecen
las distintas operadoras de turismo marítimo, aéreo y terrestre establecidas en el país.
EI Puerto Salvador Allende ofrece ante todo un ambiente familiar, espacio para niños,
seguridad, una amplia oferta culinaria, paseos por el barco 'Novia del Xolotlán" a precios
razonables para todo público. Como una mágica mezcla de naturaleza y modernidad, el
Puerto constituye uno de los espacios más visitados por las familias para disfrutar los ratos
libres y compartir en tranquilidad.
Miles son las personas que cada semana
hacen suyo este espacio a orillas del lago
Xolotlán, desde el cual se tiene una vista
única de la ciudad, además de contar entre
sus propuestas con atractivas ofertas
culturales, gastronómicas e históricas. En
sus diferentes instalaciones tienen la
oportunidad de acercarse a nuestras raíces
e identidad, además de conocer las
primeras embarcaciones que surcaron el
Xolotlán, considerado la segunda fuente
hídrica del país. En las plazas, imágenes y esculturas rinden homenaje al expresidente
chileno Salvador Allende, en cuyo honor recibió su nombre el Puerto, y también se
recuerda al General de Hombres y Mujeres Libres Augusto C. Sandino, además de próceres
de la independencia latinoamericana como Simón Bolívar y José Martí.
Este lugar ha adquirido distintos tipos de simbolismo a través de la historia. Inicialmente
fue considerado el Basurero de la Capital, era sinónimo de inseguridad, mal olor, mal estilo
de vida, etc. Por lo tanto, la población no se acercaba al lugar ya que se sentían de alguna
forma inseguros. Las viviendas y los establecimientos cercanos al lago no estaban
construidos con las mejores técnicas de construcción y diseño, lo cual no ayudaba a una
buena imagen urbana. Para Managua, el lago era una forma de recordar los distintos
desastres naturales que han ocurrido en la ciudad, ya que lo habían afectado de muchas
maneras. Todo esto sumado a que el centro histórico de la capital esta casi a orillas del
lago, creo la sensación de que el malecón era un lugar de escombros, de basura, de
desechos y de desastres.
Poco a poco se fueron haciendo esfuerzos para quitar esa imagen del lago, y el Puerto
Salvador Allende impulso el simbolismo Histórico y en cierto tipo portuario que tienen los
nicaragüenses de la zona pacífica. Nicaragua es llamada “Tierra de Lagos y Volcanes”,
pero nunca se le tomaba atención realmente a los lagos. Hasta la construcción de este
puerto, los lagos y puertos no se veían como un potencial turístico en el país, solo se veían
como un lugar de intercambio económico.
Actualmente el Puerto
Salvador Allende dio
paso a que la sociedad
nicaragüense viera los
puertos como un lugar
para relajarse, para
compartir en familia,
independientemente de
nuestra edad o ingreso
mensual. En el resto del territorio nacional se han construido puertos similares a este en las
zonas costeras más concurridas, con el objetivo de que toda la población pudiera vivir esta
experiencia y no solo la gente de la capital. Podemos notar rehabilitaciones de malecones
como el de Masaya, Granada, San Juan del Sur, San Jorge, Corinto, etc. Todos estos como
resultado de la revitalización de un espacio que por mucho tiempo permaneció olvidado.
Los malecones en general y puertos tienen mucho simbolismo en los nicaragüenses, ya que
estos siempre se han asentado en zonas cercanas a cuerpos de agua, por la obvia necesidad
de este liquido vital. Y en Nicaragua estamos cercados por dos grandes lagos, de los cuales
mucha población obtiene trabajo, comida, donde lavar su ropa, trastes, etc.
Entonces no es raro ver la aceptación que ha tenido la población en cuanto a proyectos de
este tipo, los cuales también han incrementado la creación de empleos en zonas costeras –
portuarias, por la necesidad de mano de obra que requieren estos establecimientos. Del
mismo modo se incrementa la circulación tanto vehicular como peatonal por la zona, ya
que generalmente también se rehabilitan las calles para mejor accesibilidad. En el caso de
la capital la calle hacia el malecón estaba bien distribuida, ya que se encuentra la plaza Juan
Pablo II y se encontraba la Famosa Concha Acústica, pero se perdía en el punto donde esta
la entrada actual al estacionamiento del Salvador Allende, con el inicio del proyecto de
casas para el pueblo.
Como conclusión, el Puerto Salvador Allende ha sido un proyecto innovador para los
capitalinos, el cual dio paso a muchos nuevos proyectos en el país, impulsando un
simbolismo ligado al territorio y a sus características físicas. Es un ejemplo del como la
transformación de un espacio logra cambiar la percepción de la población, al punto de ver
como bello y agradable, algo que antes no era muy apreciado por ellos, bien sea por razones
sociales, políticas, etc.

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