Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para entender un poco más sobre la temática, debemos dejar en claro que implica
la globalización como tema en sí y en nuestro país, tal es así que Stiglitz (2002)
señala que uno de los rasgos fundamentales de la globalización es la aceptación
del capitalismo triunfante norteamericano como única vía posible al progreso.
Pues en esa perspectiva, la globalización es también el nuevo escenario histórico
y político, posterior a la guerra fría, en el cual los intereses de las grandes
corporaciones se colocan por encima de los intereses de la población e incluso de
la misma protección a la naturaleza.
La seguridad humana, es deber de los Estados, pero en el sentido más amplio del
término, implica mucho más que la ausencia de conflictos violentos. Engloba los
derechos humanos, la buena gobernanza, el acceso a la educación y a la
atención médica y el hecho de que los individuos puedan contar con las
oportunidades y las opciones que les permitan realizar su potencial. Cada paso en
esta dirección es también un paso en la lucha contra la pobreza, hacia el
crecimiento económico y la prevención de los conflictos. Estar al resguardo de la
pobreza y del miedo, dejar a las generaciones futuras un medio ambiente natural
salubre, son elementos que, relacionados, contribuyen a la seguridad humana y,
por lo tanto, a la seguridad nacional.
Como se había manifestado, somos un país rico en diversidad ecológica, las Islas
Galápagos, las cuáles sin duda alguna es uno de los lugares más maravillosos de
Ecuador, que incluso atrae turistas de otros países, posee diversos biomas y
contiene especies que están en peligro de extinción y/o que solo existen en esa
región tales como Pingüinos de Galápagos, Iguana terrestre de la isla Santa Fe,
Pepinos de mar, Tortugas gigantes de la Isla Pinta, Ratas endémicas de
Galápagos, entre otros y la Amazonía Ecuatoriana, que también conforma una
gran parte del país y es el hogar de un inmenso número de especies de plantas,
flores, insectos y animales que se desarrollan en éste lugar único, son un buen
ejemplo de ello.
Todo ello se va perdiendo poco a poco con los ejes problemáticos mencionados,
por falta de aplicación, de principios y de las debidas medidas por parte del
Estado para preservar la naturaleza y por el aprovechamiento de los recursos
naturales y ecológicos para fines económicos. Consiguientemente vamos a
analizar los problemas y deudas del Estado con la naturaleza.
La deforestación
En éste sentido parece claro que el tema ambiental más preocupante en Ecuador
es la deforestación, ya que la tasa de pérdida de bosque anual es casi del 2% y si
bien este porcentaje puede parecer pequeño, esta destrucción es inmensa porque
se lleva a cabo año tras año. A pesar de que el país accede al Pago por
Resultados del programa piloto del Fondo Verde para el Clima, el cual
reconoce el logro del país en reducir la deforestación, no es suficiente, porque
el Estado no hace mayores esfuerzos por la forestación y la reforestación, sin
embargo, se tiene entendido que en el año 2013 se creó el Plan Nacional de
Forestación y Reforestación, que incluye la siembra de árboles con fines
productivos para reducir la presión sobre los bosques nativos. Sin embargo, la
tala del follaje primario no se ha detenido. En 2018 Ecuador registró 12,5 millones
de hectáreas (ha) de bosque nativo, lo que demuestra una disminución constante
desde la década del 90 cuando había 14,5 millones de hectáreas.
A pesar de que otros países de América Latina han tenido éxito en el aumento de
la sostenibilidad de su tierra, en Ecuador vemos que grandes extensiones de
bosques han sido convertidas en tierras de cultivo y en pastos para el ganado, en
lugar de preservar los bosques naturales. Con la llegada de la globalización, la
tecnología y la modernidad, los ecuatorianos se enfrentaron a la elección de
la preservación de la Amazonía o aprovechar los recursos para trabajar la tierra y
de esa manera mantener a sus familias, por lo que muchos de los ciudadanos
eligen el camino económicamente beneficioso y convierten sus tierras en granjas
que pueden producirles ganancias.
La falencia del Estado es hacerse el de la vista gorda con respecto a las aguas
residuales, no darles un debido mantenimiento en el tiempo adecuado y no
imponer control con respecto a las industrias que las producen, muchas veces, los
materiales pesado son botados “lejos de las costas” pero que sucede cuando las
corrientes los arrastran, pues éstos erosionan los suelos de las costas, en éste
caso debe de existir un estricto control o aplicarse mecanismos que logren
mantener las aguas limpias como propiedades hidráulica y de filtración de
geotextiles, puesto que éstas aguas son para los hogares y esa contaminación
produciría daños a la salud.
El 03 de marzo de 2008 debido a las intensas lluvias caídas en el país, un alud arrasó un
tramo del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) en el sector de El
Reventador, a unos 60 kilómetros al este de Quito. El vertido de unos 4.000 barriles de
crudo produjo la rotura del SOTE y de un "poliducto" paralelo, por el que se transportan
gasolinas, contaminó un pantano y el río Quijos, afluente del Coca que atraviesa la
población de Francisco de Orellana. Este derrame contaminó todo el río Coca y
sobrepasó los 500 Km. de contaminación al continuar por el río Napo Por este desastre,
el cantón Coca estuvo algunos días sin agua potable, ya que se provee del caudal de
este río, el abastecimiento tuvo que hacerse a través de un sistema opcional dispuesto
por el Ministerio de Minas y Petróleos, que consistía en tomar agua del río Payamino, de
por sí contaminado por desechos de petróleo de la compañía Perenco. Algunas
canecas de agua dulce se llevaron desde el cantón Loreto.
Estos impactos que se generan tanto en los elementos bióticos como abióticos del
ecosistema pueden prevenirse, pero su precaución y control ha sido ineficiente debido a
la frágil regulación ambiental y una débil presencia del Estado a través de instituciones
controladoras de la gestión ambiental. Al no funcionar de manera correcta esta labor, la
extracción petrolera queda a merced de las políticas ambientales de cada empresa,
que en teoría son muy pertinentes, pero en la práctica son contaminadoras e
irresponsables.
La cuenca del río Puyango está siendo afectada por el proceso de amalgamación
con mercurio como resultado de la extracción del oro, esto contamina el suelo y el
agua que pasa a través de los sedimentos al seguir su curso, lleva la toxicidad río
abajo. A pesar de que cada vez hay más conciencia de que la minería de oro y el
petróleo están impactando de manera muy negativa en el medio ambiente, la
mayoría de los ecuatorianos no tienen una mentalidad "verde" y se niegan en
redondo a perder los beneficios potenciales de la industria minera y petrolera.
¿Hay esperanzas?
Sin duda las hay, aún se puede recompensar todos éstos desperfectos, para ello
el estado debe implementar ideas y fijarse en padrones que otros países
destacados por menor incidencia en contaminación han aplicado, un cambio
hacia fuentes de energía más sostenibles y renovables, que no se basen en la
extracción y por ende corran el riesgo de generar posibles fugas de combustibles
fósiles como el petróleo y no contaminen con su detritus.
Hay muchos recursos tales como el sol y el agua, que se pueden utilizar
para generar energía de manera más ecológica y sostenible en comparación con
la extracción y el consumo de combustibles fósiles. El uso de sistemas de paneles
solares, la energía hidroeléctrica, los mecanismos para capturar la energía del
viento y las fuentes de energía geotérmica, permitirían al Ecuador avanzar
hacia un futuro más sostenible, pero son necesarias la acción humana y la
responsabilidad para que se produzca cualquier cambio significativo.
Para Finalizar el estado tiene falencias con respecto a la manera de resolver éstos casos
y por falta de cortes especializadas, con juzgadores que conozcan acerca de éste tema,
en la historia petrolera del Ecuador tenemos como ejemplo, dos casos paradigmáticos
de justiciabilidad ambiental que han causado conmoción por el nivel de visibilizarían que
han tenido y que han logrado un espacio de reparación a sus pretensiones (caso
Texaco y caso Incendio de la Refinería Esmeraldas), estos casos sin embargo
pertenecen al área civil por lo que sus tratamientos han sido estrictamente legal, sin
embargo para fundamentar el contexto se ha tenido que recurrir a los principios
generales del derecho ambiental, trabajo que ha sido dirigido y fundamentado por los
abogados de los accionantes que tienen vinculación ambientalista, no así por los jueces
que han administrado justicia, que han tenido una pobre argumentación jurídica para
resolver, no se sabe si por intereses políticos o por el desconocimiento de la normativa
ambiental.