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Cuerpo de luz o alma

Nos referimos al vehículo, al soporte que utiliza el espíritu para iniciar su "viaje de
experimentación" y que se manifestará en algún momento en este planeta gracias a un
cuerpo físico, un cuerpo mental y un cuerpo emocional.

Fundamentos
Nuestro espíritu no posee la capacidad de experimentar en esta densidad, así que decide,
en algún momento del "no tiempo", encarnar. Su evolución en un sentido nos parece
demasiado abstracto como para describirlo en palabras humanas. Hay quien dice que el
espíritu no evoluciona porque es espíritu, lo que vendría a significar que "una gota de
agua en el mar no es gota porque ya es mar". Pero también hay quien cree que el mar
consintió, en su infinita o en su fugazmente alocada sabiduría, crear gotas para poder
llegar a "ser consciente de su propia grandeza" (siempre metáfóricamente).

Para nosotros sí hay un espíritu "individual", que denominaremos el "Yo", conectado


con el todo, conectado con la Fuente (que dio origen al mar), que, por así decirlo, es una
gota de energía en estado puro, sin forma ni tiempo, que tiene consciencia de su origen,
que no tiene un propósito que no sea el de volver a la Fuente (quizás para recorrer de
nuevo el camino que le llevó al mar).

El cuerpo de luz es un cuerpo de plena consciencia, que nuestro espíritu utiliza para
viajar hacia las dimensiones de menor vibración. La luz se utiliza para simbolizar ambas
cosas, conocimiento y conciencia. Utilizamos los dos términos, conciencia y
conocimiento, a sabiendas de que nuestro concepto mental de ambos es bastante
limitado.

Desde esta perspectiva es difícil pensar que el alma pueda venderse, o que pueda ser
propiedad o tomado por la fuerza de o por alguien que no sea el mismo espíritu. Y así
es. La mente no tiene poder para comerciar, ceder o maltratar el cuerpo de Luz.

No obstante el cuerpo de luz sí puede enfermar. La enfermedad del alma no es


degenerativa, ni limitativa, y poco o nada tiene que ver con la enfermedad física, mental
o emocional. La dolencia de un alma es la desconexión de la mente del humano con su
Ser espiritual. El espíritu no sufre nunca, el alma tampoco. "La enfermedad del alma" se
manifiesta muy rápidamente en el plano de la materia porque los tres cuerpos más
densos han sido creados para dar soporte al alma.

El camino del alma


La frecuencia vibracional del cuerpo de Luz "desciende" para entrar en un cuerpo físico,
creando a su paso un cuerpo mental y un cuerpo emocional. En nuestra realidad terrenal,
el alma "desciende", atraviesa el velo, entra en la "cueva de la creación" donde recoge
todo el material de experimentación resultado de su existencia o existencias en este
planeta, y, por fin, se encarna. La cueva de la creación es el sistema que permite
mantener un registro de quién está en el planeta (el registro akáshico), y ésto es así
porque cada alma humana que viene a este lugar llamado Tierra marca una diferencia
energética que modifica la fuerza de vida de Gaia.

El Yo encarnado puede, a partir de ese momento, interactuar con sus semejantes, que
son a su vez espejos de si mismo, puede vivir, sentir, jugar, y, en algún momento, podrá
morir. La muerte es sólo el cierre de un capítulo. Al partir, el alma visita de nuevo la
cueva de la creación y agrega a su propia estructura cristalina la energía de todo lo que
ha hecho en esa vida.

Si reencarna de nuevo, antes de llegar al canal de parto, se agrega otra franja a la


estructura cristalina, al akasha de esa alma. La misma alma, con una única estructura
cristalina (para cada alma) pero un franja diferente para cada vida.

La muerte del cuerpo físico permite la reintegración de la materia del ser humano con la
materia del planeta (en sentido general), sin embargo la energía del cuerpo mental y
emocional no se reintegra hasta que hay una toma de conciencia de la propia muerte y
su correspondiente aceptación. Es lo que se denomina el proceso de "ir hacia la Luz".

Los espiritistas no conectan con los espíritus de los muertos sino con los "restos
energéticos" de los seres humanos tras la muerte. Huelga decir que utilizamos el
término "restos" para diferenciarlo de la energía del alma. Esto explica por qué un
"desencarnado" sigue teniendo miedo, bloqueos mentales, ansiedad, ... tras la muerte, y
aunque también es capaz de los mejores sentimientos (amor, compasión, ..) es incapaz
de producir su propia energía y para evitar su degradación acaba "robando" energía a
sus seres queridos o de otros seres vivos.

El Yo y el plan álmico
Desde el punto de vista de la psiquis humana el Yo es a la vez continente y contenido de
la persona completa; el Yo es a la vez aquello de lo que venimos y aquello que
anhelamos. El Yo está oculto pero ama ser descubierto; el Yo tiene un valor supremo,
pero se halla en medio de la vida ordinaria, "en la paja y el estiércol", como decían los
alquimistas.

El Yo dentro del ego contiene polaridades como el bien y el mal, el femenino y el


masculino, el punto y el círculo, la armonía y la disonancia, el orden y el caos, la
complejidad y la simplicidad.

El Yo provoca una trayectoria de vida, que equivale a un movimiento activo, creativo y


"urgente". El movimiento de la personalidad hacia el Yo acaba con la disolución del
ego.

El proceso al que nos avoca el Yo, se le denomina "individuación" y significa ponernos


de acuerdo con nuestra verdadera naturaleza. La individuación desafía al ego a entrar en
una condición desconocida en vez de permanecer cautivo de lo habitual y lo familiar.
Una vida que se aísla de esta llamada corre el riesgo de estancarse. Cuando el Yo
desafía nuestra vida personal, generalmente experimentamos al menos al principio una
sensación de incomodidad y de pérdida. Pero poco a poco nuestro centro de gravedad y
nuestra forma de vivir cambia para incluir realidades transpersonales (que trascienden la
mente, que van más allá, no la niegan ni la reprimen) e inconscientes.

A veces el Yo parece un destructor de nuestras identidades acostumbradas. Pero visto a


través de la lente de sus propósitos, actúa para que nuestro compromiso sea más
completo. Para los alquimistas el verdadero trabajo transformador requería el conjunto
de la persona; en la individuación el Yo exige lo mismo. Generalmente esta exigencia
recae sobre todo en nuestros aspectos menos desarrollados, aquellos que habíamos
ignorado, consciente o inconscientemente, durante "la primera etapa de nuestras vidas".
Y en ello necesitaremos romper los grilletes que nos impiden seguir nuestro camino.

No hay ningún límite excepto los que nos imponemos nosotros mismos. Debemos ir
más allá de esos límites y darnos cuenta de lo que ocultan, porque precisamente esa vida
que nos está destinada está allí esperándonos.

El cuerpo de conciencia
La base de la experimentación es un ser que tiene un alma que le dirige hacia un
objetivo marcado por el espíritu. Pero el alma en su proceso de encarnación se ha ido
fragmentando.

En los niveles de más baja vibración el espacio entre las


partículas es diferente y las partículas están mucho más juntas,
impidiendo que "descienda" una forma mayor o una serie de
partículas mayores. Este obstáculo es superado a través de una
serie de divisiones del alma, formando aspectos más pequeños.
En cada división aparece una nueva alma en el sentido que hay
suficientes partículas para actuar y reaccionar en forma diferente
al alma original, pero a su vez cada parte contiene todas las
"habilidades" de la original. Como si fueran diferentes
segmentos del alma original, con las habilidades intactas, pero
en cada división la memoria de algunas de ellas se ha ido
perdiendo.

Cuando el alma fragmentada vuelve "hacia arriba", hacia las


dimensiones superiores, la memoria se reintegra nuevamente. Es
decir que cuanto más baja y densa es la dimensión, más difícil se
hace recordar todo lo que somos como alma.

Cuando uno empieza a recordar lo que se perdió, a tomar


conciencia de su verdadera identidad, las habilidades se vuelven
a reintegrar al alma. Este proceso depende de la vibración del
ser. Las vibraciones del alma pueden aumentar aunque el cuerpo
físico permanezca en una dimensión más baja.

En la monografía del cuerpo físico utilizamos la imagen del triángulo con el ojo en el
centro para referirnos al estado de conciencia, del que los tres pilares (esquinas del
triángulo) que lo sostenían eran en realidad nuestro cuerpo físico (acción), nuestro
cuerpo mental (pensamiento) y nuestro cuerpo emocional (emoción). Pedagógicamente
el símil que se utiliza para definir el nivel de consciencia es el de un trípode (el ojo que
todo lo ve sería la cámara de fotos y las tres patas serían los tres cuerpos), significando
que nuestro nivel real no es sino el nivel que alcanza la pata más corta.

El "ojo que todo lo ve" es nuestra alma, conciente de nuestros


progresos y de nuestras limitaciones. Es el punto angular que al
alzarse nos permite dibujar una pirámide.

Daremos un paso adelante, y a efectos puramente didácticos, nos


tomaremos la libertad de imaginar una línea entre el vértice
superior de la pirámide (que sería el nivel de vibración más
elevado del alma) y la base de la pirámide (compuesta por nuestros
tres cuerpos más densos). Esa línea sería nuestro nivel de
vibración, nuestro nivel de "crecimiento espiritual" como seres
encarnados, o, lo que es lo mismo, nuestro nivel de integración con
el cuerpo de Luz o cuerpo de conciencia.

Nuestra experiencia clínica


Todo lo antes descrito forma parte de un intento de explicar nuestra visión de "las
cosas". Hemos recurrido frecuentemente a bibliografía, publicaciones, .. de varias
escuelas, espirituales o religiosas, científicas o paracientíficas, y a veces nos hemos
apoyado en canalizaciones propias y ajenas que nos explicaban no pocas características
del mundo tangible e intangible.

Invitamos a cada lector a usar su intelecto y capacidad de discernimiento para evaluar el


interés de cada sección y afirmación. Podríamos proseguir incluyendo aseveraciones
que sólo vendrían a respaldar, o quizás a volver más difuso, lo expuesto en las líneas
anteriores. Pero tenemos un objetivo bien diferente para la presente monografía.

Citaremos algunos casos clínicos (sin nombres ni características identificativas) que nos
hablan de por qué es tan difícil cerrar capítulo con las creencias que hemos heredado de
edades de oscurantismo y limitación, y que tienen mucho que ver con la idea de que
nuestra alma parece habernos castigado con una experiencia terrenal, que el destino
podría ser el capricho de los dioses o que nuestro poder y potencial como seres humanos
sigue oculto para la mayoría de nosotros. Los pocos consejos son simples libertades
intelectuales, pues no hay dos caminos de vida ni "dos manuales de uso" idénticos.

¿Tenemos una misión en la vida? Esta pregunta es muy recurrente entre nosotros, y es
aún más frecuente que la respuesta sea tan sorprendente que nos parece hasta
extravagante. No hay otro objetivo que "ser uno mismo, en integridad, en coherencia, en
totalidad, de forma soberana, para vivir plenamente".

Casos clínicos:
 Ser femenino de 60 años, "castigada" por la vida, con dolores generalizados,
desmoralizada, con un discurso derrotista, "se está pudriendo por dentro"
(literalmente).
 Ser masculino de 40 años, triste, perdido, tendencia a la sumisión, "se está
dejando morir".
 Ser femenino de 20 años, "deprimida", sin energía, intolerancia hacia la vida,
rabia contenida, "se está envenenando y no tan poco a poco". ...

Todos comparten una situación de vida "difícil". ¿Qué más comparten?

1. han olvidado quienes son realmente ...


2. cumplen compromisos adquiridos que no reflejan su naturaleza real, ser madre,
o ser hijo, o ser esposa, o ser novia, no es sino un papel, definido normalmente
por unas reglas sociales que buscan "estabilidad" (social) pero en ningún caso
persiguen la realización del ser (aunque algunos aún así lo consiguen y son
afortunados) ...
3. han iniciado un proceso de autodestrucción y son incapaces de ver que la causa
original de su malestar está dentro de si mismos, ...
4. sus flujos energéticos están bloqueados: abundancia, o amor de pareja, o
realización profesional, o ...
5. culpan a la vida de las dificultades y se sienten incapaces de sustraerse de las
leyes del "qué se espera de mi", "qué dirán", "qué será de mi", ...
6. están distraídos por el mundo que les rodea, buscan una ayuda externa milagrosa
y ya no recuerdan en qué momento "se perdieron", ...
7. no se creen capaces, o merecedores, o auténticos, piensan que son simplemente
"del montón", "otro igual", "un número a la izquierda", ...
8. han olvidado la magia, y frecuentemente recurren a los tóxicos (fármacos,
drogas, ...) para salvar la cara frente a la vida, ...
9. se dejan conducir por estímulos externos sin saber ni siquiera qué resorte interno
provoca esas acciones/reacciones, forman parte dócilmente del colectivo que no
los quiere más que ellos a él, ...

Todos han olvidado que ellos tomaron un decisión, por la que son honrados, que les
trajo a este planeta para ser seres humanos, para compartir el devenir del planeta y
formar parte de la experiencia más grandiosa jamás diseñada en un entorno de "libre
albedrío".

Han olvidado que son seres de luz, hermosos, grandiosos y maravillosos. Y que sus
potenciales son brutalmente fantásticos, porque son esencia divina materializada.

Los tres cuerpos densos


Los tres cuerpos de "experimentación" de la vida terrenal más densos ...

Fundamentos
En recientes monografías hemos esbozado ciertos elementos que nos permiten
comprender o intentar ver el mundo que nos rodea de una forma diferente a la de la
doctrina académica general.

Hemos intentado abrir una puerta a la curiosidad, primero, y al discernimiento, después.


Sabiendo que no somos poseedores de la verdad, ni pretendemos aportar una nueva
versión de la realidad, se nos antoja pausible hacer esta aproximación que intenta abrir
puertas en nuestra mente. El mundo es mucho más complejo de que lo que pensamos y
sabemos más bien poco.

En nuestra experiencia vital articulamos emociones, sentimos los pensamientos ajenos y


propios, actuamos racional o visceralmente, y emitimos juicios de valor sin saber
realmente dónde acaba lo real y empieza lo ficticio, pero irremediablemente estamos
vivos. Esto que nos permite ver, oír, sentir, ..., es la vida (aunque haya días en que nos
resulta, sinceramente, abrumadora, difícil y/o desafiante).

Hemos resumido a tres, por simplicidad y practicidad, el análisis de "los cuerpos de


experimentación" (que llamamos cuerpos densos) basándonos en los patrones
electromagnéticos más importantes para los seres humanos: Físico, Mental y
Emocional. El cuarto cuerpo, que llamaremos "el cuerpo de Luz o cuerpo álmico" lo
consideramos un trampolín hacia y desde nuestra esencia espiritual.

Algunos autores definen incluso como Personalidad al conjunto de los tres cuerpos
densos.

El orden (en las Monografías) tampoco no ha sido aleatorio. Aunque hay literatura que
nos contradice, hemos preferido hacer hincapié en lo que hemos considerado esencial.
La densidad del cuerpo físico, la ligereza del cuerpo mental, la sutilidad del cuerpo
emocional.

El cuerpo Físico nos permite pasear siguiendo el margen derecho o izquierdo de un río
(una metáfora de la dualidad), nos permite trepar a un árbol para recoger su fruta más
dulce, o nos permite acariciar el cuerpo tierno de un bebé mientras su abdomen sube y
baja absorto del mundo que le rodea.

El cuerpo Mental nos permite entender qué es eso que produce placer en al paladar y
por qué "todo lo que se mueve" no es sinónimo de amigo, ni de enemigo. Nos permite
descifrar los signos del cielo o alcanzar una cima evitando en lo posible caer al vacío en
el intento. Este cuerpo nos dota, entre otras cosas, de la capacidad para intercambiar
sonidos, de producir ruido (harmónico o no), de construir refugios y de proteger nuestra
manada.

El cuerpo Emocional nos hace ver las cosas con colores (es, de nuevo, una metáfora)
más o menos intensos, independientemente de la etiqueta que lleve, o de los fonemas
que se hayan utilizado para señalarlo. Nos permite ser humanos, capaces de amar y de
actuar sin lógica. Nos brinda la capacidad de sentir la vida. Y lo más importante, nos
abre las puertas de "lo insondable", pues el "mundo espiritual" escapa en 2/3 a la
capacidad de la mente que no puede enteder de aquello que no es etiquetable.
Sabemos que los tres cuerpos tienen necesidades (que deben ser cubiertas), enferman
(cuando entran en desharmonía), y, efectivamente, pueden regenerarse. Sabemos que
mientras sean tres, diferenciados y separados, no seremos uno, no seremos soberanos en
y para nuestro cuerpo de consciencia, pero éso ya será otro paso en este apasionante
camino.

Si cabe, podemos recalcar que tú no eres ninguno de esos cuerpos por separado, ni la
suma de todos ellos; eres mucho más. Bienvenido a este planeta.

El universo de experimentación
Cuando nace una "necesidad espiritual" el mundo físico (en sentido amplio) reacciona
creando aquello que se necesita para que pueda ser "experimentado".

Los conocimientos no aportan consciencia. La información puede aportar "patrones de


diseño", reglas del juego, variables y datos. Pero sólo la experimentación nos permite
interiorizar.

Todo "Ser de Luz" anhela crecer, pero no puede hacerlo simplemente absorbiendo
información, necesita experimentar. En cada nivel de consciencia existe una "realidad"
que permite seguir "creciendo", y creando . Es un camino que conduce a la fuente de
todas las cosas.

El universo que conocemos fue creado para permitirnos crecer, experimentar, ascender,
y a cada nivel de experimentación le corresponden unas reglas de funcionamiento
específicas. Aunque no existe nada inmutable, sí hay grandes líneas directrices.

Así, un escenario de experimentación es creado a partir de unas necesidades específicas,


se colocan los "actores" y empieza la gran obra (la vida). Nuestras vidas se configuran y
reconfiguran gracias a nuestros pensamientos, a nuestros actos, y gracias a nuestras
fantasías, sueños y a las complejas respuestas emocionales que nos hacen sentir vivos.
Es un gran juego, en el que nos descubrimos a nosotros mismos.

Geometría sagrada
El universo de experimentación se creó utilizando patrones de coherencia y harmonía.
La Geometría Sagrada nos permite comprender cómo la consciencia se manifiesta en el
universo físico. La proporcionalidad como elemento básico, las relaciones armónicas
del cuerpo humano, la estructura de los animales y las plantas, las formas de los
cristales y de todas las manifestaciones.

La creación juega transformándose de una forma geométrica a otra, intercambiando el


masculino con el femenino. Las formas geométricas nos hablan de "belleza". Una
belleza que no sólo se conoce intuitivamente, sino también con la lógica. Las figuras y
formas nos recuerdan nuestro lugar en este universo y cómo podemos percibir,
movernos y crear en armonía.
Dentro de las infinitas formas poliédricas que existen hay unas que, por sus simetrías,
han ejercido siempre una gran atracción sobre los hombres. Se trata de los poliedros
regulares, cuyas caras son polígonos regulares iguales entre sí y en cuyos vértices
concurren el mismo número de caras. Platón asoció a cada poliedro con uno de los cinco
elementos (también conocidos como los "sólidos platónicos") que según los griegos
formaban el Universo: fuego al tetraedro, tierra al hexaedro o cubo, aire al octaedro,
agua al icosaedro y, por último, ether al dodecaedro.  

Es sorprendente cómo se materializan las espirales en


la naturaleza. Los mantras que se recitan en Yoga
tienen una estructura interna con forma de espiral.
Algunos autores apuntan que la espiral de Fibonacci
está más estrechamente relacionada con la energía
cuántica clasificada en partículas (átomos) y la espiral
Aurea con la energía en vibraciones (forma de onda);
mencionando al pasar que el cuerpo mental y el
emocional son cuerpos cuánticos.

Arquetipos
Arquetipo significa "el modelo a partir del cual se configuran las copias", el patrón
subyacente, el punto inicial a partir del cual el Ser se despliega. Los arquetipos son algo
parecido a las imágenes, no son ideas traducidas, son el lenguaje natural del alma y nos
ayudan a liberarnos de la tiranía de los modos verbal y racional. Nos permiten acceder
de nuevo a las facultades humanas "inconscientes".

Así, los Arquetipos son al Psiquis humano, lo que la Geometría Sagrada es al Universo
físico, entendiendo que las imágenes arquetípicas no son absolutas ni inmutables.

Un arquetipo, por ejemplo, nos conecta con la esencia femenina en el ser humano de
sexo masculino. Otro arquetipo representa la máscara que nos ponemos para obtener
aceptación social. Otro nos permite ver todo aquello que hemos relegado a la "sombra"
(aspectos de nosotros mismos que hemos ignorado o rechazado) precisamente para
poder adaptarnos a las necesidades sociales. De este último, denominado casualmente
"la sombra" se dice que podemos encontrarlo en nuestros sueños, pero que es más
probable que la encontremos proyectada en alguien del mundo exterior hacia quien
tenemos sentimientos exageradamente negativos. No cabe duda de que los reflejos de
nuestro ser nos ayudan a conocernos.
Nos sorprendió descubrir que en el campo de la psicología existía un arquetipo llamado
"Yo", que se corresponde en todo lo que nosotros conocemos como el "Ser superior" en
el mundo de la conciencia (y al que nos referiremos en la próxima monografía).

El trabajo de "conocerse a sí mismo" incluye aprender a reconocer que todo lo que hay
en ti;, también, forma parte de ti. Dándole su justo lugar e importancia todas esas
imágenes nos pueden aportar energías y perspectivas continuamente renovadas.

El tercer lenguaje
El "tercer lenguaje" es el lenguaje del ADN, es el lenguaje del amor, no precisa de
idiomas, de gestos, de miradas, precisa simplemente de percepción, de sentir. La
percepción es apertura, es dejarse impregnar energéticamente por la música del
multiverso, sabiendo que al impregnarte, puedes impregnar a los que te rodean, y, sin
embargo, ser tú mismo, ser auténticamente tú.

Se trata de "hablar a las células". Es una maestría que se perdió en lo más profundo de
los tiempos y que ahora debemos reclamar para nuestra nueva realidad. Se le denomina
"tercer" (de la numerología, el "3" es símbolo de la comunicación, la interacción y la
neutralidad) porque será el catalizador de un nivel insospechado de conexión y
comunicación entre los humanos. Sabiendo que el lenguaje del Espíritu no es lineal, la
comprensión de la información simbólica tal como los arquetipos, las metáforas, las
parábolas y los símbolos nos sirve de trampolín hacia el "tercer lenguaje".

Lo más curioso sea quizás saber que "el Silencio" invoca al tercer lenguaje. Es el
silencio al que hacíamos referencia en la Monografía del Cuerpo Mental, donde
exponíamos que éste se alcanza cuando hay un verdadero "abandono", a una "realidad
superior", o "conciencia superior", a través de un camino que es propio a cada individuo
y que da su fruto sin previo aviso, cuando las condiciones son las adecuadas. Nuestros
más preciados compañeros de viaje son la confianza, en que todo tiene un propósito y
en que somos uno entre todos y con todos (tanto en el exterior como en el interior), y la
paciencia (que no es "un tiempo de espera" sino un "estado de ser").

Uno de los atributos del "tercer lenguaje" es que no es posible la mentira, ni el engaño,
no puedes escapar de tus verdaderos sentimientos.

Un camino apasionante
Ser un ser humano no es algo fácil, o debería decir que no ha sido tarea fácil. Hoy
sabemos que la tarea principal de un ser humano no es sobrevivir, perpetuar la especie y
consumir recursos.

Nuestra visión de la cosas es que el ser humano es el resultado de algo que llamaremos
el "juego del espíritu con la materia". Sabemos que la historia es como la realidad,
mucho más compleja de lo que somos capaces de asimilar y comprender, y allí donde
hay consciencia, vemos planes dentro de los planes.

La clave es ser auténticos y soberanos: si estás cabreado, permítete estar cabreado; si


estás feliz, permítete reír; si estás triste, permítete estar con esa tristeza. Siente cualquier
cosa que estés sintiendo, sin tratar de crear ningún tipo de plantilla artificial, ningún tipo
de temple que en realidad no es real.

Así, en nuestra vida, nos ocuparemos de las facturas pendientes, del alquiler, de lo que
vaya surgiendo, y nos preocuparemos de poco o casi nada. La próxima vez que te
despiertes a las cuatro de la mañana y empieces a preocuparte, toma tu parte divina y
dejes de lado a tu cerebro sináptico. ¡Eres demasiado magnífico como para preocuparte!

Seguimos siendo humanos. Accederemos a niveles de consciencia cada vez más


elevados.

Sentiremos el gozo de estar vivos por el simple hecho de estar vivos, y remplazaremos
la crítica y el drama por las palabras de ánimo y consuelo.

Nos abriremos al cambio, desterrando todo lo que nos paraliza, nos invalida o nos hace
sentir pequeños. Dejaremos de lado nuestro intento desesperado de controlarlo todo,
para dar paso a la energía que nos conduce hacia la unidad con todas las cosas.

Nos sentiremos uno, desde el interior, para abrazar la creación en todas sus
manifestaciones. Y si erramos en el intento, nos perdonaremos y proseguiremos en el
camino ...

¿No resulta apasionante?

El cuerpo mental
El cuerpo Mental es otro de nuestros vehículos de "experimentación" en este plano
terrenal. El campo electromagnético que rodea al Cuerpo Físico se denomina Cuerpo
Mental, porque recibe su energía de los pensamientos conscientes, subconscientes o
inconscientes que se generan en su interior.

Fundamentos
¿Qué energía se crea con cada uno de nuestros pensamientos?
¿Cuán libres somos de pensar?
¿Dónde se crean nuestros pensamientos y quién los controla?
¿Dónde "mueren" los pensamientos?

Comulgues o no con la fórmula "pienso luego existo" (un gato existe porque "es gato",
y no necesita de una mente que le diga que lo es) tu cuerpo Mental irradia energía. Esa
energía es captada por lo que nos rodea, y lo creas o no, nuestro entorno reacciona ante
nuestros pensamientos. La telepatía no es la capacidad de "emitir" pensamientos sino la
capacidad de "leerlos".
Los pensamientos tienen una vibración específica (generalmente asociada a la carga
emocional que llevan asociados) y su frecuencia puede alcanzar niveles insospechados,
capaces de "producir materia" o de destruirla. Aún así, la Mente por si misma sólo
permite hilvanar ideas. Conseguir que "las cosas sucedan" no depende de la Mente, ni
del exterior, sino de la consciencia.

Nuestra "herramienta de generación de pensamientos" no es únicamente nuestro


Cerebro, pues las "células pensantes" están distribuidas por todo nuestro cuerpo, y,
aunque la ciencia no lo valide, desarrollamos procesos cognitivos en "soportes etéricos".
También cometemos el error de asociar a la "Mente parlante" con los pensamientos,
algo así como creer que un pensamiento para existir debe haber sido "verbalizado" (que
no "expresado"). Como veremos, los pensamientos no necesitan sujeto, verbo y
complementos; además los pensamientos son más libres e independientes de lo que
nosotros creemos, tienen conciencia y evolucionan con o sin nuestra ayuda.

Mente y Ego
Tradicionalmente la mente es considerada como la parte de la psique humana
responsable del entendimiento, la capacidad de crear pensamientos, la creatividad, ... y
donde tienen lugar los procesos de la conciencia. Al ego es entonces la parte de la mente
que se encarga de generar una identidad y a través de la cual el individuo es consciente
de si mismo.

En nuestra exposición, cuando hablemos de Mente y de Ego estaremos hablando, no


obstante, de lo mismo, es decir de un conjunto de "conductas aprendidas", un gran
"Sistema Operativo" que tenemos todos diseñado para asegurar nuestra supervivencia
en el plano físico.

Desde lo "No manifestado" a lo "Manifestado" la energía de la consciencia interactuó


con la materia, y de esa interacción surgió la vida. En sus primeras formas, las
"expresiones de la vida" eran muy primitivas y la supervivencia dependía únicamente de
adquirir la energía necesaria del exterior. Ese fue el escenario en el que se originó el
núcleo básico del Ego, cuyo principal objetivo es sobrevivir a través de la adquisición,
la conquista y la rivalidad. A medida que la vida evolucionaba y adquiría formas cada
vez más "avanzadas", la Mente adquiría elementos más benignos y armoniosos, tales
como la preocupación por los demás, la lealtad al grupo, la capacidad de empatía, y ésto
permitió asegurar la supervivencia a través de las actividades de una comunidad.
También fue el principio del establecimiento de las "reglas sociales", aunque a menudo
sólo cumplen con una necesidad "egóica".

Con la progresiva incorporación de funciones más "elevadas" (nuevas versiones del


Sistema Operativo) llegamos a la cúspide de la evolución de la "Mente Lineal" cuando
el imperio de la "Razón" se expande sobre las emociones y las "neutraliza" a base de
grandes dosis de racionalidad y de conceptualización. Es aquí cuando la Mente "pierde
de vista el bosque" al focalizar sobre los árboles, se enamora de los conceptos y de la
teoría, y pierde de nuevo el "punto esencial de la vida" (que no es sobrevivir sino crecer
espiritualmente).
El Ego está enamorado de su propia historia de vida y de su carácter central. Representa
en todo momento una gran herramienta (que no debe ser combatida) y, al mismo
tiempo, un serio obstáculo para el crecimiento espiritual (de ahí la necesidad de
"disciplinarla"). El Ego es como un "niño sin reglas", que constantemente busca
atención. La Mente intenta, por otro lado, que nos identifiquemos con muchas cosas
(papeles, figuras, retos, posiciones, penas, ...), todas ellas externas, con el objeto de
mantenernos entretenidos y ajenos a nuestra verdadera identidad.

La noche oscura del Alma y los mecanismos del Ego


Esa sensación o estado en la que nos sentimos "abandonados de la mano de Dios", sin
ninguna esperanza, es curiosamente un signo de "progreso espiritual latente", pues no es
el Alma sino el Ego el que está en la oscuridad. Nos acercamos a un punto de inflexión
en el que deberemos decidir "abandonarnos" a una realidad que nos supera o seguir
anclados en la "gran ilusión" de la Mente. En el camino espiritual, todo miedo es
ilusión; el miedo surgió como requisito a la supervivencia animal.

Las circunstancias personales son, a los ojos de la Mente, accidentales o caprichosas.


Pero la Mente es incapaz de discernir entre verdad y falacia, tanto de lo que nos viene
del exterior (juicios, puntos de vista, contenidos, ...) como de lo que sentimos en nuestro
interior. Nuestros mecanismos mentales tienden más a "protegernos" que a "permitir
nuestro propio descubrimiento".

Curiosamente, los obstáculos o resistencias de la Mente son el resultado del apego que
tenemos a los beneficios que obtenemos de nuestras propias limitaciones. El Ego busca
secretamente recompensa en las propias emociones que le causan malestar. Por ejemplo
la "renuncia a perdonar" no es sólo renunciar al "licor del ego" que obtiene de la
"injusticia percibida", sino también la reacción ante la ilusión de que otros "merecen ser
castigos". Cuando en realidad es el que perdona y no el perdonado quién más se
beneficia.

El Ego es envidioso de lo que intuye superior y por lo tanto aborrece fácilmente y


denuncia lo que no puede entender. La autohonestidad requiere coraje, humildad,
paciencia y compasión por los aspectos inmaduros de uno mismo. Trascender la
programación del Ego en virtud de la "Luz del Ser" recontextualiza la vida, la vuelve
más benigna, y nos permite experimentar compasión por todas las manifestaciones de la
vida.

Sobre todo al principio, es difícil deshacerse de los apegos y de los sistemas de


creencias que tanto han sido reforzados socialmente (riqueza, éxito, fama, belleza, ...)
pero en el proceso de "evolución cognitiva" (la forma de "ver y entender el mundo que
nos rodea") la fisiología el cerebro nos presta una ayuda inapreciable.

El Cerebro
El Cuerpo Físico nos dota de varias estructuras capaces de generar respuestas
neuronales. Desde el prisma de la evolución como especie, el Ser humano, cuenta con
una primera dotación que representa su estado más primitivo, el tronco encefálico, o
"Cerebro Reptil", encargado de "reflejos instintivos" vinculados a la supervivencia y a
la reproducción. Más adelante, en la evolución, adquirimos la Corteza Cerebral (diez
mil millones de neuronas) y el Cerebro Límbico. A nivel del cerebro límbico actuamos
y reaccionamos de acuerdo a nuestras experiencias más tempranas. Las emociones son
clave para aprender. Cuanto más fuerte es la emoción, más claramente se aprende. Los
"códigos culturales" se fijan durante la primera niñez y son difíciles de cambiar.

Además contamos con el llamado Cerebro digestivo o "Cerebro


Entérico" (que no "etérico"), localizado en la zona de los intestinos,
compuesto por 100 millones de neuronas, y que se encarga de
controlar directamente el aparato digestivo para que las funciones
digestivas mantengan un funcionamiento coordinado, integrado e
independiente. Se relaciona con este Cerebro una parte importante de
la gestión de las emociones (sensación de tener "mariposas en el
estómago", náuseas... ) y cierta participación en nuestro estado
mental en el día a día al producir sustancias psicoactivas que influyen
en el estado de ánimo (serotonina u dopamina, y otras sustancias que
modulan el dolor).

Sea como fuere que esté diseñado biológicamente nuestro Cerebro, o Sistema Nervioso
en general, lo importante a destacar es que el peso o importancia que recibe cada parte
de este entramado cambia con nosotros a medida que ascendemos en conciencia. El
camino que siguen los estímulos (flujo de datos) en nuestro Cerebro cambia, se aceleran
y al mismo tiempo el circuito se vuelve cada vez más "independiente" de las emociones
más primitivas o básicas. Por ejemplo, el Flujo Tálamo-Amígdala va a menos, el flujo
Cortex-Amígdala se incrementa, e incluso se crea un flujo "Cerebro Etérico"-Amígdala
que permite la entrada de energía espiritual en los "procesos de toma de decisiones".

No obstante, no debemos perder de vista que lo que guardamos en nuestro


subconsciente puede jugar una papel determinante en nuestras vidas.

El Subconsciente
La Mente subconsciente se encarga de controlar las funciones vitales del Cuerpo Físico,
es atemporal (sólo concibe el Presente) y su capacidad de procesamiento alcanza los
40.000.000 Hz (contra los 40 Hz de la Mente consciente y pensante).

El diálogo Mente consciente - Mente subconsciente no puede realizarse a menos que


ambos alcancen un intervalo de frecuencias "compatible". Las creencias aprendidas, los
instintos de supervivencia, se almacenan en la Mente subconsciente y ésta tiene, por su
poder de procesamiento, el "bastón de mando" en situaciones de crisis, o en situaciones
cotidianas en base a una serie de "disparadores" emocionales.

Numerosos comportamientos están influenciados por nuestro subconsciente y es en gran


parte responsable de las "limitaciones" autoinfligidas, patrones mentales, que
pretendiendo protegernos del exterior, nos obligan a permanecer en situaciones de
mediocridad o en situaciones simplemente insatisfactorias.

El "valor propio", la capacidad para "dejar ir", la "confianza" en las propias decisiones,
la capacidad para el "no-apego", nuestro entendimiento sobre "la vida armónica" o
nuestro "compromiso" con el "amor incondicional", son algunos ejemplos de lo que se
guarda en el subconsciente. Cuando no está bien polarizado, el subconsciente nos puede
estar generando situaciones de auto-sabotaje. En nuestra experiencia clínica hemos
podido comprobar cómo una creencia subconsciente puede estar emitiendo señales tan
desgarradoras como "quiero morir", y en esos casos no nos es difícil intuir lo
complicado que resulta para esa persona crear para él/ella una vida plena, placentera y
fructífera, cuando una parte de si está pulsando por dejar de vivir.

"Conocerse a si mismo" es indagar en la propia realidad interna para reconocerse y


liberarse de las ataduras del subconsciente. La Terapia de Liberación, el Reset, Pschy-K,
la reprogramación con el Reiki, nacen como herramientas para superar las barreras en la
comunicación con el subconsciente.

La Mente Parlante y el Silencio Interno


En nuestro camino iniciático, llegamos a entender que para alcanzar la Paz interior,
necesitamos de la búsqueda del "Silencio Interno". Es ese "espacio" anterior al
pensamiento; pero al mismo tiempo es donde se generan los pensamientos.

La Mente parlante sólo representa un 1% de nuestra actividad Cerebral, ubicada en


nuestro hemisferio izquierdo, la parte racional. Los pensamientos son vanidosos por
naturaleza, pues nacen de una necesidad de controlar, etiquetar y clasificar cada
acontecimiento, cada objeto, cada persona. El intelecto busca comprender a través de la
lógica (aunque sea falseada en beneficio propio), adquirir datos, y escucharse hablar, le
encanta escucharse hablar.

Por lo general tratar de "bloquear el pensamiento" resulta infructuoso e incluso


pretencioso. El adiestramiento a través de técnicas como el Yoga, o la visualización
creativa, permite abrir puertas hacia el interior, hacia el "Silencio" que todo lo crea.
Aunque en realidad suele ser el mismo Ego el que controla el proceso y se permite el
engaño de "Ser libre de si mismo". Podríamos atrevernos a decir que la verdadera
libertad se alcanza cuando hay un verdadero "abandono", a una "realidad superior", o
"conciencia superior", y ésto se alcanza a través de un camino que es propio a cada
individuo y que da su fruto sin previo aviso, cuando las condiciones son las adecuadas.

Control mental y Ataque mental


Nos referiremos aquí al Control Mental, no a la capacidad de "disciplinar" nuestra
Mente o de hacer que realice de forma consciente cuantas tareas le encomendemos, sino
a los mecanismos externos e internos que nos impiden "pensar libremente".
El ejercicio del "libre pensamiento" es un derecho "robado" a la humanidad, como
consecuencia de nuestra desconexión de la "conciencia universal", y así nuestro
obligado pago al Ego para discernir sobre el mundo interior o exterior.

Tras la "desconexión" (antes mencionada), no han sido


pocos los intentos por aturdir nuestro libre pensamiento,
para crear escenarios ficticios, representaciones
distorsionadas que pretenden condicionar nuestra
conducta. Siempre hay la voluntad de entretenernos y
distraernos, para que no "busquemos la verdad en
nuestro interior".

Mientras no cedamos este poder a otros, nuestra


capacidad de raciocinio debería ser suficiente para evitar
caer en estos "juego mentales".

Otro elemento que puede afectarnos, son los "seres


desencarnados" y los "seres astrales" que se adhieren
oportunístamente a nuestros cuerpos mentales y/o emocionales y que nos inoculan sus
propios pensamientos y/o emociones.

Nuestra propia consciencia y nuestra frecuencia vibracional deberían ser suficientes


para "deshacernos de estos parásitos".

Por otro lado, el Ataque mental es todo tipo de pensamiento que nos separa de alguien o
de algo, su objetivo es dañar, menospreciar, limitar o debilitar el objeto del ataque. El
sentimiento de "culpa", por ejemplo, genera un ataque mental hacia nosotros mismos,
que generalmente se verá retroalimentado por los acontecimientos externos. Cuando la
culpa se proyecta hacia el exterior nacerá el sentimiento de odio. En ambos casos el Ego
es el juez y el verdugo, el que da la orden de ataque (sin darse cuenta de que realmente
se convierte en su propia victima).

En un Ataque mental se proyecta una gran cantidad de energía mental "negativa" que se
vierte en el cosmos y que llegará a su destino en forma de "paquetes de información" de
muy baja densidad.

Nadie está al abrigo de recibir un ataque psíquico, pero todos tenemos la capacidad de
"trasformar" esa energía, son nuestra simple 'intención', para que aquello que "podría
ofendernos o dañarnos" se revierta en el universo en forma de Luz.

El Pensamiento y su propia conciencia


Un pensamiento nace con una energía que la Mente le atribuye, puede ser un
pensamiento mundano o repetitivo, sin trascendencia, o puede ser un "proto-ser", es
decir un pensamiento que tendrá tanta energía como para generar "un campo" que le dé
independencia y conciencia.
Los pensamientos también pueden "cobrar vida" fuera de nuestro campo energético,
sumando la energía de más de una persona. Hablamos entonces de un "ser psíquico" de
carácter colectivo; un campo de influencia común, sutil, invisible y elástico que ocupa
espacios y que transmite energías creadas por un modo de pensar, de sentir o de actuar
común. A este tipo de ser se les denomina "Egregor", y por lo general, no suelen tener
una energía muy elevada.

En nuestro "fuero interior" también contamos con pensamientos que sobreviven a


nuestra voluntad consciente, que tienen "vida propia", pues se "reproducen", se
alimentan de la energía de otros pensamientos menores, y se perpetúan en nuestra
psiquis. Este tipo de pensamientos tienen consciencia, y pueden llegar a tener una
influencia notoria, a veces positiva, a veces destructiva, en el desarrollo de nuestra
existencia por la propia vibración que emiten.

Todo pensamiento, por mínio que parezca, forma parte de nuestra existencia y se
conserva en nuestra memoria viva (en el sentido amplio), y más tarde en la memoria del
planeta.

Registros Akashicos y Campos Morfogenéticos


Los Registros Akáshicos (de akasha, en sánscrito: éter) son una memoria planetaria
donde se almacenan todo acontecimiento, conocimiento y experiencia (pensamientos,
emociones, ...) que haya tenido lugar en Gaia. Gaia es una energía, la del planeta Tierra.
Gaia es sensible y consciente; tiene una conciencia inteligente que "sabe" de todos sus
"hijos". Además Gaia es capaz de conversar y comunicar, y una de las formas que tiene
para hablar es a través del Akasha.

Así el Akasha es el soporte electromagnético de la memoria de la vida, de lo


Manifestado, de la evolución de la conciencia, en este planeta. Existe un ubicación
física-etérica que se denomina la "cueva de la creación", donde cada alma pasa antes de
encarnar para recoger la información de todas sus existencias previas, y también pasa a
depositar la energía de todo lo experimentado en esa vida al desencarnar.

Otro soporte de memoria grupal son los Campos Morfogenéticos. Estos campos
permiten la transmisión de información entre organismos de la "misma especie".
Experimentos con ratas, monos, seres humanos, y cristales, han concluido que los
campos Morfogenéticos permiten que los conocimientos y pensamientos, se propaguen
sin que el espacio y el tiempo que medie entre los sujetos tenga la menor importancia.
Cuando un "número crítico" de "individuos" adquieren un "saber" toda su especie se ve
beneficiada de inmediato.

En las Constelaciones Familiares el grupo se conecta a este tipo de campo para resolver
las "perturbaciones" sistémicas (irregularidades, disfunciones, conflictos, bloqueos, ...)
del campo que les atañe, y ésto es así porque los campos morfogenéticos tienen
subcampos (como capas de una cebolla), que se relacionan con países, etnias, tribus o
grupos, familias, ....
Ni que decir que existe un campo que engloba todos los campos, el "Campo de la
Creación", y que para la ascensión planetaria en conciencia este campo juega un papel
determinante.

Sentir un Pensamiento
Hemos visto que los pensamientos están estrechamente vinculados a las emociones. Un
pensamiento neutro no es un pensamiento sin emoción, sino un pensamiento
"balanceado", equilibrado.

Muchas veces intentamos controlar nuestros pensamientos pensando que es el camino


para liberarnos de su yugo, pero no tardamos en descubrir que es una meta imposible.
No se puede controlar la mente con la mente.

La mente no sabe del momento presente. Siempre se balancea entre el pasado (fuente de
sufrimiento) y el futuro (generador de miedos). El dominio de la mente es cada
momento que pasamos fuera del presente, dormidos en la inconsciencia de nuestras
propias creaciones mentales o en la inconsciencia colectiva.

Tu verdadera identidad está en tu interior, no es tu mente. La mente es una excelente


herramienta, pero cuando te identificas con tus pensamientos dejas de Ser para ser "tu
mente".

"- Yo conozco al ser que hay en ti. Bienvenido a este espacio." Núria (coach espiritual)

El cuerpo Emocional
El cuerpo Emocional es otro de nuestros cuerpos de experimentación, su origen está en
el campo electromagnético generado por nuestras emociones.

Fundamentos
¿Son nuestras emociones independientes de nuestros pensamientos?
¿Qué me hace sentir y cómo me condiciona eso en la vida?
¿Cómo gestiono mis emociones y cómo consigo trascenderlas?

Las emociones son lo que hacen "palpitante" a nuestra vida terrenal. La Lógica nos
ayuda a gestionar la información, nos permite experimentar un mundo ordenado y
clasificado. Las emociones nos permiten disfrutar de la vida y hacerla "humana". Como
vimos en la Monografía del Cuerpo Mental, el proceso de pensar está indisociablemente
ligado a las emociones, por muy racional que llegue a ser.

La asociación entre las emociones y esa carga pesada, opresora y limitante en la que se
convierten, es sólo la versión "oscura" de "sentir la vida". Esta versión es parcial y, en
consecuencia, ficticia, se genera en nuestra Mente tan proclive al "sufrimiento" y al
"miedo".

Los emociones vibran con una frecuencia característica y, a pesar de lo antes


mencionado, nos acercan a nuestra esencia Divina. Cuando nuestras emociones están
equilibradas, tenemos acceso directo a nuestra fuente interior, muchas veces sin ni
siquiera buscarlo, simplemente "siendo", "sintiendo".

La Medicina Tradicional China


desarrolló técnicas de sanación
basándose en 5 fases de la energía (más
conocido como la "Teoría de los 5
elementos") asociándolas con 5
emociones principales. Para los chinos
no había en ninguna de ellas el
concepto de "negativo" o "positivo";
por ejemplo, la deficiencia de "ira"
sería tan perjudicial como el exceso de
"alegría", ambos casos fuente de serios
problemas de salud. Así pues lo que se busca no es otra cosa que el equilibrio
perdurable, y, por tanto, saludable, de las emociones.

El Corazón
Recientes descubrimientos avalan que entre el 60 y el 65% de las células del corazón
son en realidad células neuronales.

Los ganglios del Corazón están vinculados a todos los órganos importantes en el cuerpo,
y a todo el sistema muscular. El Corazón produce y libera la hormona ANF (péptido
natriurético auricular) que afecta profundamente al funcionamiento del sistema límbico,
es decir el "cerebro emocional", el área del hipocampo responsable de la memoria y del
aprendizaje, y los centros de control de todo el sistema hormonal.

Alrededor de la mitad de las células nerviosas del corazón sirven para tratar la
información enviada por todo el cuerpo; y su objeto es mantener el cuerpo funcionando
como un "todo armónico". La otra mitad de las células nerviosas representan una gran
conexión neuronal que media con el "cerebro emocional".

El proceso de "Pensar con el Corazón" es proyectar la energía de los pensamientos no


desde la Mente sino desde el Corazón. Esto requiere dejar de lado la "dualidad" del Ego.
No se trata de proyectar sin "emociones", sino proyectar desde un centro energético que
no conoce "malo o bueno", "perdedor o vencedor", "víctima o verdugo", "luz u
oscuridad", todos ellos "juicios de la Mente". Los sentimientos nos guían en este
proceso.

Las ondas electromagnéticas cardíacas son "no ionizantes" (no causan ionización en el
medio que atraviesan). El Corazón emite un campo magnético que en algunas personas
alcanza los cinco metros de diámetro.

El trenzado del ADN y la regeneración del Timo


Ciertos experimentos han demostrado que la gratitud, el amor y el aprecio, provoca una
relajación del ADN (los filamentos se estiran), y al contrario, la rabia, el miedo o el
estrés, provoca una contracción del ADN.

Pero ésto no acaba ahí, pues las ondas fonón u ondas de sonido del Corazón, es decir los
armónicos del Corazón, afectan el trenzado del ADN, y ésta es la primera evidencia
sobre el hecho de que tus emociones te permiten crear tu "realidad física".

Teniendo en cuenta los plazos de renovación de las células en el cuerpo humano (todas
sus células al completo cada siete años, aunque cada tipo de célula tiene un período de
renovación diferente) podemos decir que si cambiamos las emociones que emanamos
podemos reconstruirnos genéticamente y ser Seres "diferentes" en un período de tiempo
no muy largo.

El Timo es el encargado que controlar y regular la corriente energética del cuerpo, y


mantener el equilibrio armónico de la energía vital. El Timo es donde reside nuestra
"chispa divina".

El Timo captura el sonido del Corazón y resuena con él. Aunque se dice que el Timo se
encoge con la edad, lo que realmente sucede es que el Timo deja de vibrar a causa de las
emociones emitidas por el Corazón. De ahí que el amor y la felicidad sean tan
importantes para reactivar el Timo, y técnicas como la Risoterapia den tan buenos
resultados.

Emoción versus Sentimiento


En el mundo académico se definen las emociones como la respuesta de nuestro Sistema
Nervioso a ciertos estímulos externos o al resultado de mecanismos internos de
reflexión o procesamiento de datos. Se suele incluso diferenciar entre emociones
primarias, cuando son innatas, y emociones secundarias, cuando han sido objeto de
aprendizaje.

Existe bibliografía contradictoria sobre qué es un sentimiento y qué es una emoción. La


versión académica más comúnmente aceptada dice que un sentimiento sería el resultado
de mezclar emoción y pensamiento. Nosotros pensamos, al contrario, que un
sentimiento es algo puro, una semilla que crece en el corazón, y que viene directamente
de nuestra alma. La emoción es entonces el resultado de la intervención de la mente, es
decir un sentimiento "filtrado" (o incluso "contaminado") por el prisma del ego.

La pureza de nuestras emociones dependerá de cómo son "tratados" nuestros


sentimientos en su paso por nuestra mente. Como hemos visto previamente nuestra
mente genera emociones, en un intento de suplantar al corazón, pero la mente es y
siempre será incapaz de sentir.

La toma de conciencia de nuestra realidad emocional es el primer paso hacia la


"madurez emocional". Debemos intentar "no identificarnos" con las emociones aunque
formen parte indisociable de nuestra existencia y "dejarlas fluir" sin estorbos, sin
bloqueos, para que florezcan y se marchiten por su propia naturaleza. Es así como
podremos mantenernos equilibrados en todo momento. El equilibrio es siempre interno.
Los eventos externos "desestabilizantes" no desaparecen (al menos no en un primer
momento), lo que cambia realmente "somos nosotros".

A medida que conocemos mejor nuestras emociones, nos conocemos mejor a nosotros
mismos.

Jerarquía emocional y conciencia


Todo el abanico de emociones, que forman parte de
nuestra dotación como seres humanos, nos permiten ser
lo que somos. No hay emociones "malas" y otras
"buenas", pues cada una en su momento jugó un papel
decisivo en nuestro crecimiento, en lo que somos hoy.
Como ya hemos dicho antes, "sin importar lo que las
apariencias puedan parecer, cada persona nace en las
condiciones más óptimas para su evolución espiritual".

Si bien, es cierto que la vibración de cada emoción nos


permite ubicarlas en un escalón superior o inferior,
respecto al grado de conciencia que nos permite
alcanzar.

En lo más bajo de la jerarquía vibracional encontramos


"Vergüenza", "Culpa" y "Apatía". Estas tres emociones
tienen en común que imprimen un "velo de oscuridad"
sobre la identidad misma del Ser. Nadie puede sentirse
como el "Ser de Luz" que es si siente vergüenza,
culpabilidad o "ha renunciado a ser". En la base de estas
emociones encontramos la ignorancia de la Mente, la no
aceptación de nuestras propias limitaciones y la
desesperanza ante un mundo que intenta hacernos "sentir
pequeños e incapaces".

Al problema que representa el "malestar" interno


provocado por emociones de baja vibración, se le añade
el campo atractor de energía que generan las propias emociones, de forma que en el
mundo exterior, los acontecimientos y personas que son atraídos hacia nosotros vibran
con la misma frecuencia.

Frecuentemente, los seres humanos echamos mano de medicamentos o drogas para


encontrar un alivio temporal, pero ésto sólo recrudece la sensación de malestar cuando
los efectos inducidos se disipan, y resulta entonces en una mayor motivación para
repetir o perpetuar la "intoxicación". Afortunadamente, en el lado opuesto encontramos
los grupos de Apoyo conocidos como los "grupos de los 12 pasos" (Alcohólicos
Anónimos, ...) que han demostrado su eficacia en millones de personas que ya habían
alcanzado el grado de "caso perdido o sin salida". Cabe destacar que uno de los pilares
de estos grupos es la "aceptación" de las propias limitaciones y la "total entrega" a una
conciencia superior para que les conduzca por el camino de la superación personal.

Cuando nuestra conciencia alcanza a superar estas tres emociones "más bajas" (no
porque desaparezcan sino porque se recontextualizan y se suavizan), tendremos aún que
lidiar con emociones tan poderosas como el "Sufrimiento", el "Miedo", el "Deseo", la
"Ira", o el "Orgullo".

Para contrarrestar las emociones de baja densidad contamos emociones de mayor


calibre, como el "Coraje", la "Confianza", el "Optimismo", el "Perdón", la
"Comprensión", el "Amor", la "Serenidad" y la "Paz". Estas últimas emociones, son
nuestro bagaje más elevado. Son herramientas para el camino, son también una meta
transitoria, pero cuidado, por el funcionamiento propio del Ego, se pueden convertir
también en "callejones sin salida" si se lo permitimos.

Conocer las dinámicas del Ego es importante para trascender cada uno de esos
escalones.

Cada vez que te identificas con una de tus emociones, o con las emociones de las
personas que te rodean, le haces el juego a la mente. El ego (mente) te expulsa del
momento presente y te conduce a su terreno, al pasado (fuente de sufrimiento) y al
futuro (generador de miedos). Cada vez que te identificas con una de tus emociones,
dejas de lado tu verdadera identidad, las emociones dejan de ser "la salsa de la vida"
para convertirse en ti, y tu mente toma en el control de tu vida.

Evidentemente, nuestra realidad emocional cotidiana es un caldero con todas las


emociones en proporciones variables. Cada día es un nuevo día, una nueva oportunidad
de conciliarnos con nuestros más bajos instintos, si no lo hemos hecho todavía, y hacer
de nosotros seres "libres" y "perfectos". Contrariamente a lo que se piensa, ser libre de
las emociones no es "no sentir nada", sino todo lo contrario, es decir "ser conciente de
todo lo que se siente" y dar a cada cosa su valor, su importancia, para que no nos
condicione y nos permita ser "seres equilibrados".

Chantaje emocional
Nadie necesita una definición de lo que es chantaje emocional, porque todos hemos sido
victimas o hemos sido perpetradores en algún momento de nuestra vida. Sigue siendo
"de manual" que los progenitores opten por el chantaje emocional a pequeñas dosis para
conseguir comportamientos "aceptables" de los hijos cuando no son capaces de imponer
disciplina desde una posición adulta y responsable. Un niño es fácilmente manipulable
pues necesita "ser aceptado" en su manada para sobrevivir; no se puede permitir "no ser
querido" (aunque no sea una opción "real").

El chantaje emocional a veces es tan sutil que puede parecer ser el fruto de emociones
elevadas, como el amor, y la búsqueda del bien común. Sea como fuere, en todos los
chantajes hay un patrón de acción común: un deseo unilateral, una resistencia (abierta o
encubierta), presión con o sin amenazas, claudicación, y lo que es peor, reiteración en el
tiempo.

Es frecuente que la persona que no cede al chantaje se vea tildada de "egoísta" en un


último intento de socavar su resistencia. Mas sería un error confundir "amor propio" con
"egoísmo". El "amor propio" te hace libre, el "egoísmo" te encadena a los caprichos del
ego. No deja de ser curioso y contradictorio que el propio Ego a veces acepte "ser
esclavo de otros" porque es simplemente "lo que se espera, lo que otros esperan de mi".

La persona que es víctima puede estar tan inmersa en el "juego emocional" que
difícilmente se percatará de lo que acontece. Normalmente hay un "campo de cultivo"
que facilita la perpetración del chantaje: excesiva necesidad de aprobación, profundo
miedo al rechazo/enfado/ira, vulnerabilidad ante la presión externa ("que haya paz a
cualquier precio"), alto nivel de inseguridad, o tendencia a asumir demasiada
responsabilidad por la vida de los demás.

Responsabilidad ajena y responsabilidad desviada


Nos referimos a "Responsabilidad ajena" cuando nos hacemos responsables de lo que
sucede en la vida de los demás, de nuestro entorno más cercano o del mundo en general.
Esto sucede cuando perdemos de vista que la vida es un campo de experimentación,
para nosotros mismos y para los demás. Adquirir o asumir la responsabilidad de los
actos de los demás o por lo que sucede en la vida ajena, nos amarga la vida, porque no
hay nada más frustrante que intentar controlar lo que es incontrolable, y, además,
estamos privando a los demás de su propio mérito, camino y resultado.

Por "Responsabilidad desviada" nos referimos a la capacidad que tenemos para echar
"pelotas fuera", es decir, no asumir la responsabilidad de nuestras propias decisiones.
Culpamos a otros por lo que sucede o deja de suceder en nuestra vida. Nuestro camino
está escrito por "nuestros propios pasos", existen condicionantes, guías y
desorientadores, pero al final de cuentas, los pasos son nuestros y sólo nuestros.
Perpetuar comportamientos, respetar votos o compromisos caducos, desobedecer el
anhelo de nuestro corazón, es sólo una "decisión personal". "Dejar de vivir" o vivir la
vida que otros quieren para nosotros, "Dejar de hacer", básicamente por miedo, es
nuestra responsabilidad, no la de otros.

Posiblemente nuestra capacidad para considerarnos "víctimas de las circunstancias" sea


uno de los obstáculos más difíciles de superar para ser personas plenas. Pero
independientemente de que decidamos o no dar el paso que nos hace libres y
responsables, la realidad de ahí fuera, seguirá siendo sólo el reflejo de lo que hay en
nuestro interior.

Emociones atrapadas, heredadas, o emociones de vidas


pasadas
¿Qué hay realmente en nuestro bagaje emocional? Las emociones son energía. Esta
energía puede ser muy sutil o estar muy condensada.

Compartimos pensamientos y emociones con nuestro entorno. El lenguaje verbal y el no


verbal, las "ondas" que se transmiten desde nuestros cuerpos emocionales, los campos
morfogenéticos, ... pero lo que no debemos olvidar es que nuestras células almacenan
emociones, nuestro ADN lleva impresas emociones vividas.

Las "emociones atrapadas" son emociones "no digeridas", son el


resultado de experiencias extremas que no han podido ser liberadas por
el pasar del tiempo. La mayoría de nosotros prefiere olvidar estos
desafíos, pero desafortunadamente, la influencia de estos
acontecimientos puede permanecer dentro de nuestro cuerpo causando
un significativo estrés físico y emocional.

La "herencia emocional" o las "emociones atrapadas de vidas pasadas"


son una realidad constatable en la práctica clínica, que desafía la visión
de los neurólogos, pediatras y psiquiatras, como los casos de depresión
en niños.

Cuando se libera una emoción atrapada de una vida pasada, se abre


una oportunidad nueva en el presente. Aunque la "Regresión a vidas pasadas" suele ser
una técnica de liberación ampliamente utilizada, resulta innecesario revivir situaciones
traumáticas cuando el objeto primero es permitir una vida libre en el presente, y existen
terapias más sencillas e igual de eficaces, como el "Código de la emoción atrapada", las
Constelaciones Familiares o incluso el Biomagnetismo.

El Muro del Corazón


El Muro del Corazón es un "muro energético" que, a veces, construye nuestro
subconsciente para evitar "sufrir". Es evidente que las experiencias que lo provocaron
causaron más dolor de lo que nuestro cuerpo pensó que podría soportar sentir
nuevamente. El muro está construido con la energía de las propias emociones, pero el
subconsciente ya no las reconoce como tal. Para el Subconsciente el muro es tan real
que no dudará en condicionar nuestra conducta, pudiendo alterar el funcionamiento
normal de nuestros órganos.
Es, como su nombre indica, una barrera, que nos impedirá trabajar con las emociones
atrapadas, pero el mero hecho de que nuestro cuerpo Mental tome consciencia de su
existencia nos devuelve una oportunidad para liberarnos de ellas.

Pero el mayor problema del Muro del Corazón no radica en las emociones atrapadas
sino en lo que nos impide sentir. El Amor es la emoción más poderosa de todas. Se
genera y se recibe por el Corazón. Si tenemos un muro que nos impide dar y recibir
Amor estamos totalmente desconectados del mundo para la frecuencia vibracional más
elevada. No obstante lo antes mencionado, hay que decir que uno puede aprender a
amar, amándose a si mismo, y ese amor es capaz de romper todas las barreras ...

Liberación emocional e Inteligencia emocional


Liberación emocional no es "desensibilización", es eliminar los bloqueos energéticos de
emociones experimentadas en el pasado, es desprenderse de "esa mochila de
sufrimiento o penas" fruto de nuestra limitación, ignorancia o ingenuidad. Crecer
espiritualmente nos permite hacer las paces con nuestras emociones, con nuestros
pensamientos, con el pasado y con el futuro, y ser libres de experimentar el presente.

A veces no somos concientes del anclaje físico de las emociones hasta que sobreviene
una enfermedad. La manifestación más común es el dolor, provocado en la mayoría de
los casos por la tensión muscular.

La "Inteligencia emocional" es a las emociones lo que la capacidad de adaptación de


nuestro vestuario es a los cambios de la climatología. Debemos aprender a aprovechar
las señales emocionales del mismo modo en que aprendimos a saber qué hacer cada vez
que se siente frío o calor, hambre o sed, .. La inteligencia emocional nos permite
navegar en la vida sin dejarnos atrapar por tormentas externas o por motines internos,
navegar sin perder el rumbo y disfrutar del viaje sin perdernos lo más interesante.

La generación, que siempre es espontánea, de emociones de "bajo calibrado" (culpa,


celos, ...), no implica que tenga que identificarme con ellas. Yo decido en todo momento
cómo reaccionar, qué energía darle a cada emoción, hasta dónde voy a permitir que una
emoción arraigue en mi interior. Cuando una emoción no me repercute positivamente,
tengo el derecho inalienable de "reconocerla" y "dejarla ir". También tengo el derecho
de "alimentarla" y "hacerla crecer", pero ésa siempre será "mi decisión".

Sentir
Sentir es algo de lo que no entiende la "Mente Lineal", racional y controladora. Sentir es
permitir que nuestro Corazón se ponga por delante de nuestro Cerebro, no para
abocarnos en un océano tormentoso de emociones, sino para, equilibradamente,
permitirnos "Ser", un solo cuerpo, vibrando al unísono, entero, equilibrado. Sentir nos
abre las puertas del Alma, pues la Mente no puede alcanzar lo "No manifestado". Todo
intento por racionalizar lo espiritual es un mero ensayo (es como querer contener el
infinito).

El estudio en el campo de lo espiritual puede hacerse en una profunda observación y


contemplación del propio yo, de la naturaleza y del movimiento de la vida como un
todo.

Sentir forma parte de nuestra esencia como seres humanos. Podemos utilizar nuestra
mente para racionalizar y contextualizar lo que nos pasa, y no es dejar de sentir, sino
aprender a "sentir de otra forma", menos agitada y más serana. Pero sentir siempre se
hace desde el corazón.

Invalidar nuestra capacidad para sentir es invalidarnos como "seres sensibles".


Analógicamente "creer siempre en lo que otros dicen que es la verdad" es invalidarnos
como "seres pensantes". Actuar según las premisas que otros han establecido según sus
propios baremos es invalidarnos como "seres autores y actores de nuestra vida".

A menudo nuestra propia mente nos engaña, pero afortunadamente podemos sentir,
sentir en el cuerpo qué es lo que está realmente pasando en nuestro interior.
Desafortunadamente cuando nos mantenemos desconectados de nuestro propio cuerpo,
con nuestras emociones, llegamos a enfermar.

"- Yo conozco al ser que hay en ti. Bienvenido a este espacio." Núria (coach espiritual)

El cuerpo Físico
Somos seres multidimensionales y nuestro cuerpo Físico es sólo el escalón más denso
en esta dimensión. Es en este plano que actuamos y experimentamos gracias a nuestro
cuerpo Físico, con una conciencia y percepción independiente del resto de nuestros
cuerpos (mental, emocional y álmico).

Fundamentos
¿Es "nuestro cuerpo Físico" un vehículo, una herramienta, un medio de comunicación
con realidades no físicas?

En nuestro proceso de apertura de conciencia tomamos contacto con fuentes de


información que rompen, cada vez con mayor frecuencia, los paradigmas establecidos
sobre lo que es nuestra realidad y lo que se oculta tras nuestra limitada capacidad de
observación (sirva para ilustrar nuestra limitación el espectro tan reducido de las
frecuencias de la luz que son visibles para el ojo físico humano: "tan solo el tramo del
arcoíris").

Según la mayoría de las religiones conocidas, el cuerpo Físico es un templo ... ya que en
él reside la "chispa" divina, aunque realmente en el día a día: lo usamos, lo utilizamos,
lo intoxicamos, lo hacemos enfermar, lo cuidamos, lo mimamos, o, simplemente, lo
ignoramos.

Seres electromagnéticos
Tal y como reconoce la ciencia oficial, nuestros cuerpos Físicos son entidades
electromagnéticas dentro de un entorno electromagnético.

Cuando nos interesamos sobre la composición de nuestro cuerpo Físico topamos muy
pronto con esas "entidades" llamadas células, nuestras células dan paso a las moléculas,
que a su vez dan paso a los átomos, y la relación entre los átomos es mayoritariamente
electromagnética. Lo que impide que mi mano atraviese un muro no son los átomos del
muro sino el campo electromagnético que producen los átomos de mi mano y el campo
electromagnético que producen los átomos del muro (ambos campos se repelen).

El electromagnetismo rige las relaciones entre las diferentes partes de mi cuerpo físico y
su entorno.

Debemos ser conscientes de que nuestro vehículo más denso, a pesar de sus apariencias,
es energía y necesita de la energía para seguir existiendo. Pero la energía es también
información, pues el universo nos está informando y "normando" a través de una
insospechada red electromagnética.

Es ampliamente conocido que nuestro cerebro funciona a una frecuencia que va desde
los 0,5 Hz, en estado de sueño profundo, hasta los 30 Hz, en estado de vigilia. Pero no
lo es tanto que el punto 8 del meridiano maestro corazón (Iao Gong) emite frecuencias
del rango de entre 6 y 9 Hz, aún cuando su funcionamiento óptimo genera frecuencias
que van de 7,5 a 8 Hz. O que, por poner otro ejemplo, un hueso en proceso de
regeneración vibra a 7 Hz. O incluso que el Sistema Nervioso Simpático emite una
vibración a 0,1 Hz y el Parasimpático a 0,25 Hz.

Hoy se conocen las frecuencias vibracionales de una amplia gama de patógenos, tales
como las bacterias (conocidas) que tienen una frecuencia que va desde los 320 Kh a los
450 Kh aprox., y ya existe la tecnología que permite identificar esas frecuencias para
establecer un diagnóstico a partir de los "patrones de información" de los patógenos.
El "entramado energético" de nuestro cuerpo Físico abarca chakras, meridianos, cuerpos
no tangibles (cuerpo astral, ..), y cuántos otros elementos "vagamente conocidos", por el
momento.

Incluso se ha comprobado que cuando recibimos energía por imposición de manos,


reiki, sanción zen, ... esta energía canalizada tiene una frecuencia que varia entre 0,3 y
30 Hz (según el canal).

Organos y Sistemas con conciencia


El funcionamiento óptimo de todo sistema biológico se puede calibrar. Hoy sabemos
que el Hígado, por ejemplo, vibra normalmente a 40 Hz y que a medida que enferma su
frecuencia sube hasta alcanzar los 58-60 Hz (en estado cirrótico).

La frecuencia a la que vibra cada Organo depende de su estado de salud y éste depende
a su vez de una serie de variables que se autocomplementan: oxígeno, flujo sanguíneo,
Ph de la sangre, ...

Nuestros Organos internos poseen patrones energéticos bien determinados. Se sabe que
la actividad de los Organos se ve alterada por ciertas emociones (tristeza, ansiedad, ...),
que no dejan de ser "entidades energéticas", siguiendo un patrón de afectación
vibracional.

No nos cabe duda de que nuestros órganos tienen consciencia, y que bien podrían ser
una "consciencia colectiva" de unas entidades aún más pequeñas: las células.

Inteligencia celular
Las células son algo más que entidades unidimensionales que solo realizan tareas
mundanas y repetitivas; y ésto se deduce a partir del momento en que una célula
muestra "comportamientos adaptativos", y en que es capaz de recoger e integrar una
variedad de señales físicas diferentes e imprevisibles como base de toma de decisiones
para resolver problemas. Las células pueden "medir" los ángulos y los intervalos de
tiempo, pueden leer o modificar a voluntad su "programa interno de movimiento" y se
pueden comunicar entre sí sobre los "programas de movimiento" (migración en grupo).

Las células utilizan la luz (infrarrojos y ultravioleta


cercano) para comunicarse entre ellas y esta luz es
transmitida tanto a células contiguas como a células
distantes. Así, la comunicación entre las células se
realiza por un sistema de ondas electromagnéticas.
Pero ésta comunicación intercelular no está limitada al
interior de un organismo, sino que incluye la
comunicación a distancia (telesomatización) y ésto es
lo que permite a su vez la sanación a distancia (con más de 1.000 casos documentados
por la Escuela de Biomagnética).

Sabemos también que cuando se altera el funcionamiento natural de un sistema vivo, los
campos magnéticos del mismo emiten ondas irregulares.

Recientes investigaciones corroboran que las células almacenan información en


estructuras moleculares similares a la del H2O37 (agua con 37 moléculas de Oxígeno),
en lo que se denomina clatratos, que por sus estructuras internas crean campos
electromagnéticos pulsantes. Así pues la información acumulada en las células no está
limitada al ADN.

El mundo intangible de las células y el diálogo


kinesiológico
Al acercarnos a nuestra realidad celular descubrimos que estamos formados por billones
de entidades que administran y adaptan información que nuestra mente pensante no
podría llegar a imaginar.

El diálogo con el cuerpo Físico a través de la respuesta muscular (kinesiológica) es un


verdadero avance en nuestra comprensión de la magnitud de información que manejan
nuestras "pequeñas células". Unido al hecho de que estas "pequeñas conciencias" no
están desconectadas del "mundo espiritual" tal y como sí lo está nuestra "mente
pensante".

Aunque no hace mucho se pensaba que la técnica del diálogo kinesiológico se debía a
una respuesta local del sistema de acupuntura o del sistema inmunitario, y aunque
ciertos estudios apuntan a una relación con la "Inducción Miofascial", hoy sabemos que
es una respuesta de la consciencia de nuestras células y de la supraconsciencia (a través
de los campos morfogenéticos) a la que nuestras células están conectadas.

Utilizado para el diagnóstico y diseño terapéutico en numerosas escuelas holísticas, el


"dialogo celular" (kinesiológia), tiene un potencial ilimitado en numerosos ámbitos de la
vida, pues permite calibrar la validez de cualquier estado, o acontecimiento actual o
histórico. Será así una herramienta muy valiosa mientras no recuperemos "la conexión"
con nuestro "Ser Superior".

Entorno electromagnético
¿Cuáles son los efectos reales de los patrones electromagnéticos naturales que nos
rodean? la Luz solar (aprox. 50 Mil billones de Hz), las Ondas solares (aprox. 250
millones de Hz), las Ondas Shuman (aprox. 7,8 Hz; e "in crescendo") y otras ondas
Geomagnéticas como las Curry, Hartmann, ... (aprox. 10 mil Hz), o los Ritmos Lunares
(recordemos que nuestro cuerpo está compuesto por 70% de agua, la sangre por un 90%
de agua - de ahí la influencia de la Luna en el ciclo reproductor femenino -, y nuestro
cerebro en un 75%).

¿Qué decir de toda la contaminación electromagnética provocada por nuestra era


industrial-tecnológica? Excepto que sin duda tenemos un complejo cóctel para el que
toda nuestra capacidad de adaptación será requerida.

Nuevos patrones se están estableciendo en esta "Nueva Era" a nivel planetario. Por un
lado el magnetismo está descendiendo simultáneamente en el planeta y en nuestros
cuerpos físicos. Y por otro lado las frecuencias de la Tierra están subiendo. La caída del
magnetismo introduce cambios a nivel del cuerpo mental y del cuerpo emocional en
cada individuo, y ésto es una buena señal (como veremos en las próximas monografías:
cuerpo mental, cuerpo emocional, cuerpo de luz).

Cuanto más queremos saber sobre el funcionamiento del cosmos más nos damos cuenta
de lo "poco que sabemos". Vivimos en sociedades que se llaman "evolucionadas", que
han establecido grandes "paradigmas" científicos, pero poco a poco volvemos la vista y
nos damos cuenta de que hemos avanzado poco en comprensión y mucho en dogmas, y
que a fin de cuentas, más importante que "saber cómo funciona" es "saber cómo
desarrollarse en el medio". El medio es "un reflejo" de nuestro interior y la forma en que
nos desenvolvemos está en consonancia con nuestro "grado de conciencia".

Cuerpo Físico y Conciencia


Nuestro cuerpo Físico es un pilar de nuestro estado de conciencia. Sin un vehículo físico
en condiciones nos privamos de nuestra máxima expresión de "acción". Los tiempos en
que la Iluminación era sinónimo de aislamiento, de abandono del plano terrenal, son
tiempos consumados. La nueva Era requiere de seres iluminados activos, vivos.

Llevamos miles de vidas a nuestras espaldas intentando alcanzar niveles de conciencia


elevados. En alguna ocasión hemos alcanzado la Iluminación y sin embargo hemos
vuelto a esta existencia para seguir experimentando. Algunos
dicen que somos tan piadosos que volvemos para ayudar a los
demás, pero esa hipótesis olvida claramente el hecho que no hay
mejor manera de ayudarse a uno mismo que ayudando a los que
más necesitan. En el plano de la evolución espiritual, como en el
plano de la enseñanza, se cumple la máxima "el maestro aprende
enseñando".

Hemos invertido mucho tiempo hasta darnos cuenta de que


"actuamos (cuerpo Físico) de una forma", "pensamos (cuerpo
Mental) de otra" y "sentimos (cuerpo Emocional) otra cosa".
Nuestro nivel de consciencia depende de nuestra capacidad para
integrar nuestros tres cuerpos más densos en una única vía.

En la imagen adjunta, cada esquina representa cada uno de


nuestros cuerpos: físico, mental, emocional. El ojo que "todo lo
ve", representaría nuestro nivel de conciencia (más adelante
utilizaremos ese centro para erigir un nuevo vértice, que representará nuestro cuarto
cuerpo, el cuerpo de luz o cuerpo álmico). Nuestra capacidad para crecer en conciencia
es nuestra capacidad para mantener los tres cuerpos al mismo nivel (el nivel más bajo es
el nivel real de consciencia).

Ascensión y Adaptación
La ascensión en conciencia, en vibración, es un proceso que se acompaña de la
necesidad de adaptación de nuestro cuerpo Físico a las nuevas frecuencias (menor
densidad, mayor vibración) en las que nos movemos. Por el principio de atracción (de
nuevo, leyes de electromagnetismo), nuevas personas y eventos, llegarán a nuestra vida
y otras desaparecerán. Este proceso es algo que nos acompaña en nuestro quehacer
evolutivo, pero aunque no todos los seres humanos están inmersos en la búsqueda o el
crecimiento espiritual, todos, sin excepción, forman parte del actual escenario de
ascensión planetaria.

Estamos viviendo una época sin igual. Todo Ser que vive en Gaia está evolucionando
con ella (evolución o desaparición). No es un proceso voluntario.

El sistema óseo debe asimilar frecuencias más altas y en este proceso de readaptación la
médula juega un papel clave. El dolor y el agotamiento van de la mano.

El sistema nervioso de los seres vivos está siendo destruido y reconstruido de forma
simultánea, y ésto equivale a sentir dolor, incomodidad y/o calor interno. La glándula
pineal y la glándula pituitaria se están activando para adaptarse a las nuevas conexiones,
que nos permitirán recibir y descodificar un volumen de información hasta el momento
desconocido. Se produce igualmente la bio-reestructuración de los circuitos que
permiten el funcionamiento del cerebro.

Nuestros cinco sentidos pasan por "períodos alterados" de corta duración (quizás días,
pero no es indefinido en el tiempo) pero que aparecen sin previo aviso; por ejemplo
visión borrosa, mareos y pitidos muy característicos en el oído.

Es hora de ser coherentes con nuestras necesidades, de darnos "nuestro tiempo", de ser
amables con nuestro cuerpo. De reconocer la emergencia de emociones "olvidadas"
pero ancladas en nuestro subconsciente. De la necesidad de "dejar ir" todo aquello que
no nos es útil. De crecer en el "no apego" (muy diferente del "desapego"). Todo esto nos
hará el camino más fácil. Y en cualquiera de los casos, lo mejor es "No asumir nada".
Todo lo que tuvo su valor en algún momento, puede ya no ser verdadero: por ejemplo,
ya no es cierto que el dolor sea sinónimo de resistencia o apego a algo.

El cuerpo y la mente (UCDM)


El cuerpo es un recurso de aprendizaje al servicio de la mente.
El cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico. Se puede
exagerar elvalor de sus capacidades y con frecuencia se hace. Sin embargo, es casi
imposible negar su existencia en este mundo.

El cuerpo como recurso de aprendizaje no comete errores porque no puede crear. El


cuerpo es el hogar que el ego ha elegido para sí. Esta es la única identificación con la
que se siente seguro, ya que la vulnerabilidad del cuerpo es su mejor argumento de que
tú no puedes proceder de Dios.

El cuerpo es el símbolo de lo que crees ser. Es a todas luces un mecanismo de


separación de tu Fuente, es algo separado, y , por lo tanto, no puede ser parte de ti.

La enfermedad
A menudo nos han dicho que "estar enfermo" era algo normal, que nuestro desarrollo
como seres vivos nos imponía la "enfermedad" como "paso obligado", "un peaje del que
no se salva nadie", pero ¿Qué nos han explicado sobre ella?

Fundamentos
¿Qué es "estar enfermo"?
¿Es lo mismo "estar" que "sentirse enfermo"?
¿Tengo alguna "factura kármica" pendiente?

A menudo nos han dicho que "estar enfermo" era algo normal, que nuestro desarrollo
como seres vivos nos imponía la "enfermedad" como "paso obligado", "un peaje del que
no se salva nadie", pero nunca se nos explicó por qué.

Nuestro cuerpo está dotado de millones de células especializadas en la defensa y en el


mantenimiento del "orden" ¿Por qué "caemos enfermos"?

Una visión "abierta" a otras realidades ...

La enfermedad en la teoría de la evolución


No nos queremos hacer eco de la teoría que explica el fenómeno evolutivo de las
especies en el reino natural, sus mutaciones y el régimen de selección natural.

Es nuestro deseo enfatizar en el motivo primario que nos hace reencarnar vida tras vida
y "abandonar nuestro hogar" para tomar un vehículo físico llamado cuerpo. La vida es
un escenario de experimentación y, sin importar lo que las apariencias puedan parecer,
cada persona nace en las condiciones más óptimas para su evolución espiritual.
¿Qué es entonces la enfermedad? Responder que la enfermedad es una experiencia más
sería muy reduccionista, pero no sería descabellado pensar que con la enfermedad nos
rendimos a un decorado donde todos los cuerpos se "resienten" y nos da la oportunidad
de manifestar nuestra capacidad de superación, de aprendizaje.

La enfermedad como "medio de compensación"


Aunque el significado del karma es "rendir cuentas" no es un proceso vengativo ni
punitivo, sino un mecanismo cósmico que persigue el "equilibrio". Es una "energía
interminable" o un contrato para el autocrecimiento. Cada entidad es responsable ante el
universo de sus decisiones y de las consecuencias que éstas provocan. Aún así no
estamos compensando a nadie, estamos siguiendo un camino que nos conduce hacia
nuestra plenitud como seres espirituales y en nuestro trayecto hemos podido ocasionar
desviaciones (sufrimiento, muerte, ...), y así, gracias al karma, podremos experimentar
las consecuencias de esas desviaciones y completar nuestro crecimiento.

Aunque nuestra tendencia natural sea la de ver la enfermedad como algo "negativo", y
con mayor razón si ésta viene acompañada de dolor físico, no reconocemos un vínculo
entre "sufrir una enfermedad" y "saldar karma", excepto el creado por nuestra mente,
que compara "el bienestar" y/o "el placer" con los "malestares" propios de una dolencia.

Así deberíamos hablar más de "pasar por una enfermedad" que de "sufrir una
enfermedad", porque pensar que el dolor o la enfermedad es un método para pagar
deudas no es sino una enorme distorsión creada en nuestra conciencia colectiva.

Para entender mejor el concepto del karma valga un ejemplo: Si en una vida mato a una
persona, en la siguiente vida puedo ser su madre. Otro ejemplo: si en una vida dirijo una
explotación minera que contamina los ríos del lugar y como consecuencia de mi
negligencia sus habitantes enferman; en la siguiente vida puedo nacer como uno de los
lugareños que beben de ese agua contaminada, con el único objetivo de experimentar las
consecuencias de mis actos (NO es un castigo).

El compromiso social y el pago secreto a la mente


Existen procesos donde el doliente cumple con un patrón social establecido, entendido
como la "necesidad de padecer" (la enfermedad) para "formar parte" de la comunidad.
Tener una enfermedad también puede ser vehículo de "sociabilización".

La mente (ego) es un conjunto de conductas aprendidas, una programación, y el


sufrimiento es un producto de la mente pero además es una herramienta que permite
mantener un status/seguridad/control. Así el sufrimiento quiere perpetuarse pues paga
un "tributo" a la propia mente en forma de "falsa felicidad".
A veces "dejar de sufrir" supone o puede ser experimentado como un sacrificio, aunque
en realidad sea una liberación. Se trata entonces de no sólo vencer al proceso
degenerativo o dañino de la enfermedad sino de hacer frente al apego a la misma.

Así pues será importante plantearse ¿Qué beneficios ocultos (o no tan ocultos) obtienes
de la enfermedad?
Sin una verdadera toma de conciencia sobre esta pregunta el proceso curativo es una
mera distracción.

Desconexión u "oídos sordos"


Cuando nuestra consciencia más elevada, "Ser superior", nos insta a realizar un cambio
en nuestra vida, al ver desde su posición "aventajada", la desviación de nuestra vida con
el proyecto álmico que nos habíamos marcado antes de reencarnar, nos envía señales de
varias formas.

El primer nivel de comunicación es "la intuición". Sobra decir que este canal suele estar
"abandonado" por creencias limitantes (familiares o culturales) o por desuso. Otro canal
o vía de comunicación son "los sueños", pero aquí, de nuevo, puede haber un bloqueo
(basado en la racionalidad) que nos impida descifrar el mensaje.

Y por último, pero no menos frecuente, nuestro "Ser superior" nos hace enfrentarnos a
la enfermedad: "un parón obligado" (igual que un accidente o evento que rompa nuestra
inercia "destructiva").

La enfermedad es así una herramienta de "comunicación" y se convierte en una


oportunidad para "mirar" hacia el interior. La enfermedad física debilita las barreras
mentales que oprimen la manifestación de la sensibilidad interior, y esto es lo que nos
sirve realmente para evolucionar.

Desajuste existencial
En el trascurso de nuestras vidas, hay fenómenos, eventos, interferentes (imagina
solamente el número de elementos tóxicos con los que entramos en contacto
cotidianamente), e interacciones (a niveles insospechados), que tienen un efecto
"negativo" sobre nuestro equilibrio sistémico.

Es bastante frecuente que nos limitemos a "culpar" al entorno para justificar el episodio
de una enfermedad, pero más cierto es que experimentamos en propia carne los
desequilibrios que hemos ocasionado a nosotros mismos y a nuestros compañeros de
camino, en esta vida o en anteriores.

De hecho la enfermedad acaba siendo un camino lógico cuando estamos y nos


mantenemos desconectados de nuestro interior, donde reside la conexión con lo divino,
y tenemos, incluso en compañía del éxito financiero o profesional, una sensación de
falta de sentido, y nos sentimos a la merced de la casualidad, navegando en un entorno
desordenado, y alejados de la conciencia de lo que realmente somos.

Más información en nuestro blog

Desencriptando la enfermedad

Cierre de capítulo
No olvidemos que una enfermedad puede ser también una "puerta da salida", cuando
nuestro objetivo álmico se "ha cumplido" y nuestro cuerpo físico es más una "carga"
que un vehículo de exploración. En tal caso lo más propicio para el ser que se está
despidiendo es cerrar el capítulo "sin drama".

Ascensión y procesos de limpieza


En nuestro "quehacer" espiritual solemos llamar "ascensión" a un cambio de
consciencia o de nivel vibracional, y este paso no está exento de "malestares físicos":
dolores musculares, cefaleas, vértigos, nauseas, ...

Se han descrito hasta medio centenar de "síntomas" de la ascensión, más parecido al


fenómeno de una "represurización" (tras un largo período de buceo) que a un
"reequilibrado" (aunque sea realmente esto último).

Nuestro cuerpo físico requiere de reajustes para sincronizarse con nuestros otros
cuerpos, especialmente cuando "se está alineando con el cuerpo de luz".

No menos molestos son los "Procesos de Limpieza" que se realizan periódicamente, que
nos suelen obligar a permanecer en cama por períodos cortos de tiempo, y en los que el
cuerpo expulsa de la forma más idónea (aunque no suela coincidir con nuestra
apreciación mental) elementos sobrantes: emociones "solidificadas", residuos
energéticos de toda índole, ...

La enfermedad y el ego (un curso de milagros)


La enfermedad permanece como uno de los más apremiantes testigos del ego. Sirve
efectivamente el propósito del ego de dirigir nuestra atención hacia el efecto y no hacia
la causa y hace que el cuerpo parezca real, autónomo a la mente y, por lo tanto, fuera de
tu control.
Independientemente de los muchos conflictos aparentes que te acosan, en realidad sólo
hay uno: el conflicto entre el ego y tu creador. En verdad, no existe tal conflicto, pues
Dios ni siquiera reconoce la existencia de lo que es inherentemente ilusorio. Pero para el
ego, no obstante, esta guerra, en contra de Dios, es muy real y mientras más te
identifique con su sistema de pensamiento, más te identificarás con la creencia de que tu
mente es un campo de batalla.

Este conflicto básico descansa sobre la creencia en la separación (entre Dios y su hijo
único - tú y toda la filiación -), la cual te recuerda a través de tu culpa. La enfermedad,
por lo tanto, es la proyección de esta culpa. Es la misma dinámica que observamos en la
ira donde la culpa en tu mente se proyecta sobre los cuerpos de otras personas. En la
enfermedad esta culpa se proyecta sobre tu propio cuerpo. Para el ego, no existe
diferencia acerca de quién es el objeto de su proyección, mientras alguien pueda servir
para distraerte del verdadero hogar de la culpa en tu mente.

La enfermedad es entonces una decisión. No es algo que te suceda sin tú mismo haberlo
pedido, y que te debilita y te hace sufrir. Es una decisión que tú mismo tomas, un plan
que trazas, cuando por un instante la verdad alborea en tu mente engañada y todo tu
mundo parece dar tumbos y estar a punto de derrumbarse. Ahora enfermas, para que la
verdad se marche y deje de ser una amenaza para tus falsos castillos.

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