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19 Inyecciones por fracturamiento

hidráulico
Enrique Santoyo Villa
Efraín Ovando Shelley

19.1 Introducción

La inyección de suelos arcillosos blandos es una técnica que tiene como objetivo
fundamental reducir las deformaciones de la masa de suelo ante las cargas aplicadas, el
proceso de ejecución se inicia con la inducción del fracturamiento hidráulico mediante la
inyección a presión de fluidos, lechadas o morteros, que al endurecer forman una estructura
intercalada al suelo, compuesta de delgadas placas de mayor rigidez que éste; esas láminas
son predominantemente radiales al eje de inyección, semiverticales y ocasionalmente
producen lentes horizontales en los estratos permeables; a todo este complejo arreglo de
láminas duras se podría denominar como una "estructura de naipes", cuyos huecos ocupa la
arcilla blanda.

Es paradójico que la inyección de morteros en suelos arcillosos sea una antigua práctica
utilizada en el edificio de la terminal de ferrocarriles Buenavista de ciudad de México en
1875, después aplicada a partir de 1910 a 1925 en lo que fue el Teatro Nacional, actual
Palacio de las Bellas Artes; posteriormente, entre los años 1920 y 1940 se realizó la
inyección del subsuelo para varios edificios; incluso el Ing. Roberto Gayol propuso en 1929
inyectar el subsuelo de la Catedral para mejorar el comportamiento del subsuelo pero la
inestabilidad política de la época impidió que se realizara. Sin embargo, la documentación
sobre todos esos casos es muy escasa; la técnica nunca fue comprendida racionalmente y
terminó por caer en el olvido.

Sobre la efectividad de la inyección del subsuelo del Teatro Nacional hubo mucha polémica,
la información técnica fue archivada y sólo predominó el injusto juicio de que "la inyección
no había servido".

En los últimos 30 años se ha usado ocasionalmente la inyección en los tramos inicial y final
de nuevos túneles en suelos arcillosos como técnica de endurecimiento local de los suelos
junto a las lumbreras, pero sin cuidar los detalles de inyección y por ellos se generan
estructuras desordenadas que tienden a formar bloques de arcilla envueltos en mortero.

La inyección que aquí se describe tiene como objetivo injertar una estructura de geometría
ordenada que refuerza al suelo y sobre todo reduce su deformabilidad. El proceso empieza
con el análisis del estado de esfuerzo en la masa de suelo del sitio y luego, mediante modelos
numéricos se diseña el refuerzo de mortero que puede mejorar su comportamiento.

Esta técnica de inyección sin duda tendrá en las arcillas blandas del valle de México un
vasto campo de aplicación y por ello se complementa con la descripción de tres casos, el del

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Palacio de las Bellas Artes en 1910 y dos recientes, uno experimental en un edificio ubicado
en la orilla del lago y el de la Catedral y Sagrario de la ciudad de México, los cuales podrán
estimular que se utilice esta inyección en el futuro.

19.2 Conceptos básicos

19.2.1 Fracturamiento hidráulico

El concepto de fracturamiento hidráulico nació en el campo de la ingeniería petrolera, como


la técnica para incrementar la permeabilidad de la roca mediante la inyección de agua a
presión para inducir fisuras en la roca (van Poollen 1957). El mismo concepto se adaptó en
la ingeniería civil para la inyección de rocas pero, en ese caso se emplean lechadas
cementantes, que a presión amplían la fisura y al endurecer la cementan o
impermeabilizan; la teoría que usualmente se aplica en ambos campos la desarrolló Griffith
para explicar la propagación de grietas en materiales frágiles (Lee, 1968). En Europa la
inyección se empieza a aplicar en suelos que hace unos pocos años no se hubiera considerado
como inyectables, las experiencias son tan sugestivas, (Pototschnik 1992 e Iagolnitzer et al,
1996), que estimulan investigar su aplicación en los suelos blandos de la ciudad de México.

En cuanto el fenómeno de fisuramiento de las arcillas blandas es tan fácil de inducir que
frecuentemente ocurre involuntariamente durante el proceso del muestreo de suelos (Tamez
et al 1987). Esa capacidad de fisuración de las arcillas blandas hace factible que mediante la
inyección de morteros se pueda injertar la estructura que reduce su compresibilidad. En
este capítulo se presenta el marco teórico que explica el mecanismo de fracturamiento e
inyección para la formación de la estructura de láminas insertadas y las presiones para
llevar a cabo la inyección.

En el texto se emplean abundantemente los términos fisura, fractura y grieta; los tres
implican una discontinuidad en el suelo; en general pueden usarse indistintamente, pero
guardan diferencias sutiles: a) la fisura es tan pequeña que pasa inadvertida a simple vista,
b) por fractura hidráulica se entiende una discontinuidad inducida artificialmente, donde
había o no una fisura, y c) la grieta es una discontinuidad de dimensión mayor, natural o
inducida.

19.2.2 Estado de esfuerzos en la masa de suelo

El estado general de esfuerzos que gobierna al subsuelo se puede descomponer en dos


partes; una es la componente hidrostática que depende de los tres esfuerzos principales
normales σ´1, σ´2 y σ´3; la otra es la componente distorsional, que depende de los esfuerzos
cortantes.

La contribución de los esfuerzos normales σ´1, σ´2 y σ´3 al estado de esfuerzos de un


elemento de suelo se simplifica cuantificándola con el esfuerzo efectivo normal octaédrico,
σ´oct y el esfuerzo cortante octaédrico τoct. El primero también se conoce como la componente
volumétrica de esfuerzos.

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Inyecciones por fracturamiento hidráulico

1
σ′oct = ( σ1′ + σ′2 + σ′3 ) (ec.19.1)
3

τoct = ( σ1′ − σ′2 )2 + ( σ1′ − σ′3 )2 + ( σ′2 − σ′3′ )2 (ec. 19.2)

Fig. 19.1 Definiciones para la representación gráfica de los estados de esfuerzos

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σ´oct y τoct son invariantes de esfuerzo, porque son independientes del sistema de
coordenadas de referencia que se adopte.

Así, cualquier estado de esfuerzos se puede representar con sólo esos dos parámetros.
Haciendo referencia a la Fig. 19.1a, el vector OP representa el estado de esfuerzos en el
punto P. La proyección de OP sobre la línea hidrostática es la componente volumétrica de
esfuerzos σ´oct y su proyección en el eje ortogonal, τoct, representa a la componente
distorsional. Consecuentemente, los estados generalizados de esfuerzo se pueden
representar como puntos en el espacio (σ´oct, τoct) como se muestra en la misma figura. Si en
un elemento de suelo ocurren cambios de esfuerzo, por ejemplo de P a Q y después a R y S
como se ilustra en la Fig. 19.2.1b, se pueden trazar líneas como las ahí mostradas que
representan estos cambios en los estados de esfuerzo entre los puntos P, Q, R y S. Estas
líneas son las llamadas “trayectorias de esfuerzo”.

Con el fin de simplificar, en este trabajo se utilizan trayectorias de esfuerzo referidas a un


plano en donde las abscisas son los esfuerzos efectivos normales octaédricos, p´ = σ´oct, y las
ordenadas, los esfuerzos desviadores, q = τoct. Se considera que inicialmente el elemento de
suelo es una arcilla normalmente consolidada y que el esfuerzo principal mayor es el
vertical efectivo, σ´v, mientras que el esfuerzo principal menor, es el horizontal efectivo, σ´h
es igual al esfuerzo principal intermedio (σ´2= σ´3= σ´h). Consecuentemente, p´ y q están
dadas por:

1
p′ = σ′oct = ( σ′v + 2σ′h ) y q = τoct = σ′v − σ′h (ec. 19.3)
3

para el caso en que σ´2 = σ´3= σ´h

τoct
q= (ec. 19.4)
2

Otro parámetro complementario es la relación de vacíos, e, que se relaciona con los cambios
de volumen debidos a variaciones de los esfuerzos efectivos p´, empleando para ello el plano
p´-e. La deformación volumétrica unitaria, εv se puede expresar como función del incremento
o decremento relativo de la relación de vacíos.

∆e
εV = (ec. 19.5)
1 + ei

ei es la relación de vacíos al inicio del intervalo de esfuerzos considerado y ∆e es el cambio


que sufre la relación de vacíos en este intervalo.

19.2.3 Cambio histórico de los esfuerzos

La inyección de mortero fluido en una masa de arcilla blanda modifica el estado de esfuerzos
del suelo circundante al punto de inyección, efecto que es necesario tomar en cuenta para
interpretar el comportamiento de la masa tratada, después de la inyección. Las condiciones

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de esfuerzo de un elemento de suelo son el resultado de un complejo proceso que


esquemáticamente se puede dividir en las siguientes etapas:

a) Proceso de sedimentación o depositación natural de las partículas de arcilla.


b) Cambios de esfuerzos aplicados a la masa de arcilla, incrementos y decrementos
inducidos por el hombre.
c) Efectos del hundimiento regional por la extracción de agua.

Estos conceptos se ejemplifican para un edificio en el centro histórico de la ciudad de


México.

Trayectorias típicas de esfuerzo de un elemento de suelo. La gráfica de la Fig. 19.2


ilustra conceptualmente los cambios de esfuerzo y de volumen sufridos por un elemento de
suelo localizado bajo un edificio colonial, desde que se depositó la arcilla hasta la actualidad,
cuyos aspectos más relevantes de este complejo proceso se describen a continuación.

Etapa de depositación y consolidación por peso propio (tramo 01). Inicialmente un


elemento del suelo sólo soporta los esfuerzos aplicados debidos al peso propio de los
materiales que quedan por arriba del elemento analizado. El suelo depositado en un
ambiente lacustre, como el de la ciudad de México, implica que un elemento superficial de
suelo inicialmente está sometido a esfuerzos nulos y conforme aumenta el espesor de las
capas suprayacentes, las cargas aplicadas por el peso propio de los materiales depositados
posteriormente induce un proceso de compresión en donde los decrementos de volumen
ocurren prácticamente sin deformaciones laterales. Este proceso produce una trayectoria
rectilínea en el espacio p´-q, pasando por el origen. El cociente de esfuerzos efectivos
horizontales y verticales se mantiene constante e igual al coeficiente de empuje de tierras en
reposo, K0:

σ′h
K0 = (ec. 19.6)
σ′v

En el espacio p´- e, la trayectoria del elemento de suelo viaja desde su condición inicial con
esfuerzo efectivo nulo y relación de vacíos inicial, e0, hasta el punto 1, a lo largo de la línea
de consolidación virgen.

Consolidación secundaria (tramo 1-2). Al final de la depositación el elemento de suelo


llega al punto 1 de la Fig. 19.2. En esa etapa los esfuerzos verticales efectivos se mantienen
constantes pero los horizontales crecen ligeramente. Consecuentemente, se reducen los
esfuerzos cortantes y la relación K0 aumenta. El elemento analizado continúa
experimentando decrementos de volumen debido a las deformaciones diferidas inducidas por
la consolidación secundaria. En el espacio p´-e, el estado del elemento se trasladará desde el
punto 1 hasta el 2.

Aplicación de cargas externas (tramos 2-3 y 3-4). Los esfuerzos externos aplicados al
subsuelo inherentes a la construcción de las plataformas y estructuras aztecas (tramo 1-2) y
los edificios coloniales, dieron lugar a otras modificaciones en la distribución de esfuerzos en
el subsuelo, (tramo 3-4), y se estima que la fase primaria del proceso de consolidación que
indujeron terminó a mediados del siglo XIX.

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Fig. 19.2, Trayectorias típicas de esfuerzos y cambios volumétricos en un elemento localizado dentro
de un suelo sometido a inyecciones de mortero

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Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Considerando por simplicidad que los aumentos de esfuerzos cortantes que indujeron los
templos prehispánicos y los coloniales se deben únicamente a incrementos de esfuerzos
verticales, se deduce que el valor del cociente σ´h/σ´v disminuye aún más. Estas cargas se
aplicaron durante un periodo muy largo, desde el siglo XIV hasta principios del XIX por lo
que se puede considerar que se aplicaron bajo condiciones de drenaje libre. Al avanzar a lo
largo de esta trayectoria de esfuerzos, el elemento de suelo se acerca a la envolvente de falla.
Los cambios de volumen que indujeron en el subsuelo redujeron la relación de vacíos del
elemento estudiado, como se observa en el diagrama p´-e.

Influencia del bombeo profundo (tramo 4-5). Los abatimientos de los niveles
piezométricos producidos por el bombeo regional profundo, que comenzó a mediados del siglo
XIX, han producido aumentos en los esfuerzos efectivos sin que cambien significativamente
los esfuerzos cortantes dentro de la masa de suelo. Así, el estado del elemento analizado
pasa de 4 a 5 y continuará avanzando a lo largo de esa trayectoria, en la que los esfuerzos
desviadores permanecen aproximadamente constantes. El cociente de esfuerzos efectivos, K
= σ´h/σ´v, es mayor en el punto 5 que en el 4; es decir K5 > K4. Los cambios volumétricos
correspondientes a esta etapa se muestran en la parte inferior de la Fig. 19.2. La
consolidación inducida por bombeo profundo aumenta los valores de la carga aplicada pero
disminuye los del coeficiente de preconsolidación (OCR) lo que significa que en el recorrido
del tramo 4-5, el suelo se acerca a la condición de consolidación normal.

19.2.4 Efectos de la inyección a corto y largo plazo

A corto plazo. Al penetrar un fluido fraguante dentro del suelo, como en el caso de un
núcleo o el de una lámina de mortero, el suelo a su alrededor se desplaza lateralmente con lo
que los esfuerzos horizontales se incrementan. Aceptando que los esfuerzos verticales no se
modifican, este incremento de esfuerzo horizontal implica que los esfuerzos cortantes
disminuirán de valor. Como la inyección de morteros se lleva a cabo rápidamente la
trayectoria que sigue al elemento de suelo es la del tramo 5-6 y corresponde a un proceso de
descarga no drenada que incrementa la presión de poro ∆u, que en la Fig. 19.2 es la
distancia horizontal entre los tramos 5-6 y se puede evaluar aproximadamente con la
expresión:

∆u ≈B[∆σh + A (∆σv − σh )] (ec. 19.7)

En donde A y B son los parámetros de presión de poro de Skempton y ∆σv y ∆σh son
incrementos de esfuerzos totales. Si se considera que el suelo está saturado, B = 1; además,
para la inyección ∆σv = 0. Con esto:

∆u = ∆σh (1 − A ) (ec. 19.8)

El valor de A se obtiene experimentalmente y en general es menor que la unidad (para un


material elástico poroso en donde los esfuerzos principales totales intermedio y menor son
iguales, A =1/3); según los resultados de algunos experimentos obtenidos recientemente,
puede esperarse que en la arcilla de la ciudad de México A < 1 para esta trayectoria de
descarga. Nótese que si los esfuerzos cortantes continúan disminuyendo al aumentar los
esfuerzos horizontales a lo largo de la trayectoria 5-7, eventualmente se alcanza una

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condición en la que estos últimos superan en magnitud a los esfuerzos verticales. Si los
esfuerzos horizontales se incrementan todavía más, eventualmente se podría alcanzar un
estado de falla pasiva.

El incremento de la presión de poro dado por las ecuaciones (19.2.7) y (19.2.8) tiene el efecto
inmediato de detener el hundimiento regional en virtud de la disminución de esfuerzos
efectivos que la acompaña lo cual también puede incluir ligeras expansiones durante
algunas semanas.

A mediano y largo plazo. La trayectoria en el tramo 6-7 representa cualitativamente los


cambios que produce la inyección de mortero cuando, después de la inyección de morteros, el
suelo se consolida. Durante este proceso de consolidación, el suelo alrededor de una zona
inyectada sufrirá reducciones de volumen, es decir, asentamientos. Conforme fraguan los
morteros inyectados y estos asentamientos aumentan, el suelo empezará a “colgarse” del
mortero inyectado, generando esfuerzos cortantes entre ambos materiales.

19.2.5 Efecto futuro del hundimiento regional

Una vez que se ha disipado la presión de poro producida por la inyección, la masa de suelo
sometida a ese tratamiento nuevamente estará sometida a los efectos del hundimiento
regional. Su trayectoria de esfuerzos será horizontal pues sólo aumenta el esfuerzo efectivo
medio y el desviador es prácticamente constante. Los cambios de volumen que se producen
estarán regidos por la disminución de compresibilidad inducida por la inyección de
morteros. De acuerdo con los resultados de las pruebas de campo y laboratorio que
fundamentan estas inyecciones, no sólo se reduce la compresibilidad del suelo sino que
también incrementa su carga aparente de preconsolidación (TGC, 1998; Ovando y Vega
Muñoz, 1997). Los estados del material inyectado en el diagrama e-p´, representado por el
punto 8, del tramo 7-8 de la Fig. 19.2, que queda a la derecha de la línea de consolidación
virgen del suelo original. En suma el suelo se comporta como endurecido a causa de la
presencia de las láminas inyectadas.

19.2.6 Efecto teórico de la inyección

El efecto de la inyección de núcleos de mortero en una arcilla se puede estudiar empleando


la teoría de expansión de cavidades cilíndricas dentro de medios elasto-plásticos. Por
ejemplo, las soluciones de Hill (1936), entre otros, se han aplicado al estudio de los cambios
de esfuerzo que se producen en materiales elasto-plásticos en la vecindad de un pilote. Estas
soluciones permiten determinar la presión necesaria para expandir una cavidad bajo
condiciones no drenadas, en función de la resistencia del terreno; también se han utilizado
para cuantificar el volumen del suelo que se remoldea alrededor de la cavidad durante su
expansión. Sin embargo, estos desarrollos teóricos no permiten definir los cambios de
esfuerzos efectivos que se producen en el entorno de la cavidad expandida, por tratarse de
análisis en términos de esfuerzos totales.

Verificación experimental. Los diagramas de la Fig. 19.2 representan un marco de


referencia con el cual se puede interpretar la inyección de morteros. Sin embargo, para
aplicarlo, debe verificarse experimentalmente y para ello se decidió la ejecución de pruebas

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Inyecciones por fracturamiento hidráulico

con el dilatómetro de Marchetti y con el piezocono. Las pruebas con el primero de estos
instrumentos permiten conocer la magnitud del esfuerzo horizontal antes y después de las
inyecciones, mientras que los ensayes de piezocono permitieron conocer los cambios de
presiones de poro que induce la inyección. En la Fig. 19.3a se presenta un perfil que
muestra la variación con la profundidad del esfuerzo vertical efectivo así como la forma en
que varía un parámetro, KD, obtenido con el dilatómetro. El esfuerzo horizontal es
proporcional al parámetro KD (Marchetti, 1980). En la Fig. 19.3b se presentan las
distribuciones de presión de poro medidas con piezómetros abiertos y con un piezocono,
antes y después de la inyección experimental de morteros que se llevó a cabo ahí, entre
noviembre de 1997 y enero de 1998. La zona inyectada abarcó toda la longitud de la
Formación Arcillosa Superior, entre los 12 y 37 m de profundidad aproximadamente. Es
evidente que, de acuerdo con el marco conceptual propuesto aquí, la inyección de morteros
incrementó la presión de poro, a todo lo largo de la zona inyectada. Como referencias
comparativas se presentan la distribución hidrostática en el sitio así como mediciones
efectuadas fuera de la zona inyectada.

Fig. 19.3a, Resultados del ensaye con dilatómetro de Marchetti

19.2.7 Inducción del fracturamiento hidráulico en suelos

Esta manifestación se induce por la penetración de fluidos a presión en suelos arcillosos y se


puede desarrollar a partir de un solo pozo de inyección; cuando son varios pozos con
inyección simultánea las fisuras individuales producidas en cada uno de ellos tienden a
unirse en una fisura común. Cuando se inyectan morteros viscosos, forman planos
predominantemente verticales congruentes con el estado de esfuerzos, también se forman
algunos planos inclinados y muy ocasionalmente horizontales. Gabriel Auvinet, ha
investigado los aspectos teóricos más relevantes de este fenómeno (Auvinet, 1998 y 2000).

A una cierta profundidad z de la masa de suelo, razonablemente homogéneo, el estado de


esfuerzos debido al peso propio del material en las direcciones vertical y horizontal definidas
por las siguientes expresiones:

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Fig. 19.2.3b, Condiciones piezométricas

 ν 
σ x = σ y =  γz
1 − ν 
(ec. 19.9)
σ z =γ z

donde

γ peso volumétrico del suelo


ν relación de Poisson del material
z profundidad.

La activación de fisuras se observa con frecuencia durante la ejecución de sondeos (Tamez et


al, 1987) y se ha podido comprobar que este mecanismo ocurre espontáneamente en las
grietas estacionales que se desarrollan después de las lluvias. La simple apertura de una
perforación vertical cambia el estado de esfuerzos del suelo alrededor de la misma, porque el
fluido de perforación modifica el estado de esfuerzos inicial; este cambio se puede estimar
según dos criterios: (a) con la teoría de la elasticidad plana se puede definir el nuevo estado
de esfuerzos y advertir que el esfuerzo desviador máximo se presenta en la pared de la
perforación y (b) cuando las deformaciones salen del intervalo elástico, lo anterior deja de
ser correcto y se tienen que definir los esfuerzos radiales para la zona plastificada que se
genera alrededor de la perforación.

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Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Cuando el cambio de esfuerzos en una distribución radial pasa de compresión a tensión, se


inicia la fractura y la presión de fracturamiento estará dada por la siguiente expresión,
debida a Cambefort (1964).

 ν 
p0 = γz+cu (ec. 19.10)
 ν −1 

onde
cu cohesión del medio o su resistencia no drenada

Es importante señalar que en esta expresión no influyen el radio de la perforación, la


permeabilidad del medio ni la naturaleza del fluido. Además implica que el fracturamiento
de un suelo cohesivo se presenta aún con presiones relativamente bajas.
Experimentalmente se ha observado que la presión necesaria para provocar el
fracturamiento tiende a ser algo mayor que el valor teórico anterior

19.2.8 Orientación y propagación de las fracturas

El análisis del fracturamiento hidráulico de Matthews y Russell (1967), demuestra que las
fracturas inducidas son perpendiculares a la dirección esfuerzo principal menor existente en
el terreno y la orientación de las fracturas hidráulicas inducidas depende de la distribución
de esfuerzos en la zona próxima a los pozos de inyección, Fig. 19.4.

Fig. 19.4, Orientación del fracturamiento, siempre perpendicular al esfuerzo principal menor

Por lo tanto, para predecir la orientación de las fracturas inducidas, en general, es necesario
conocer o al menos estimar las direcciones y magnitudes de los esfuerzos principales en la
zona que se proyecta inyectar. Esto adquiere mayor importancia cuando se pretende hacerlo
debajo o en la periferia de una construcción existente.

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Manual de Construcción Geotécnica

Teoría de Griffith. Originalmente se estableció para estudiar la propagación de fisuras en


materiales frágiles como el vidrio, posteriormente se adoptó para interpretar el mecanismo
de fracturamiento de una masa de suelo plástico fisurable (Griffith, 1920).

La hipótesis básica de esta teoría es que el material tiene un gran número de fisuras
orientadas aleatoriamente y que la falla se presenta cuando el esfuerzo local en la fisura
más grande o de orientación más susceptible alcanza un valor crítico. Griffith introdujo el
concepto de “microfisuras” (grietas pequeñas en gran número) y demostró que en sus
vértices existe una elevada concentración de esfuerzos que pueden conducir al desarrollo de
una grieta. Además, supuso que las microfisuras tenían la forma de una elipse muy estrecha
cuyo eje mayor es normal a la dirección del esfuerzo de tensión.

Los trabajos de Griffith detallan la manera en que el estado de esfuerzos tiene


concentraciones locales así como los criterios para que se propague una fractura ya
existente, también expresados en términos del estado de esfuerzos. La relativa simplicidad
de esta teoría permitió su difusión amplia en el campo de la Mecánica de Materiales y en la
actualidad existen reinterpretaciones que han superado algunas de sus limitaciones
iniciales.

Conforme a esta teoría, el máximo esfuerzo de tensión está dado por:

1  1 2
σmax =2σ  (ec. 19.11)
ρ

donde

ρ radio de curvatura en el extremo del eje mayor de la elipse

De lo anterior, si los esfuerzos alcanzan su valor máximo, σmax, la fisura crecerá. En el caso
de condiciones biaxiales de esfuerzo, el criterio de falla es el siguiente:

σ1 =T0 si σ1 +3σ2 <0 (ec. 19.12)

(σ1 − σ2 )2+ 8T0 (σ1 + σ2 ) = 0 si 3 σ1 + σ 2 >0

donde

T0 resistencia a la tensión uniaxial


σ1 y σ2 esfuerzos principales

Estado de esfuerzos. Si se considera una fisura horizontal en una placa elástica de ancho
unitario, fija en sus bordes horizontales superior e inferior, con geometría a > H y b > H,
(Fig. 19.5), existirá un valor crítico del desplazamiento u que hará que la fisura se propague.

Arriba y abajo de la fisura el material está libre de esfuerzos, mientras que a la derecha,
actúan esfuerzos constantes producidos por la deformación vertical unitaria ε = u/H. Dichos
esfuerzos están dados por:

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Inyecciones por fracturamiento hidráulico

ηEu
σ= (ec. 19.13)
H

donde

E módulo de Young
η factor que depende de la relación de Poisson y la geometría considerada

Fig. 19.5, Crecimiento de una grieta dentro de un cuerpo sólido

Si la fisura o grieta crece de su longitud inicial, ao, hasta la orilla de la placa y lo hace casi
estáticamente, sin producir energía cinética, la energía potencial se aproxima gradualmente
a cero y las partes quedan libres de esfuerzos. La energía potencial se consume durante la
propagación de la grieta y el trabajo se aplica a lo largo del incremento de superficie de la
grieta. En 1920 Griffith definió este trabajo (físico), como el necesario para vencer las
fuerzas de atracción de la estructura atómica del material. De acuerdo con esto, la fuerza de
propagación de la grieta, denominada G*, es:

ηE 2
G* = u (ec. 19.14)
2H

El valor de la fuerza de propagación de la grieta debe ser igual al trabajo 2γ, necesario para
propagar el frente de la grieta en el estado crítico.

ηE 2
G * = 2γ = u (ec. 19.15)
2H

por lo tanto, el desplazamiento crítico de la grieta es:

γH
u=2 (ec. 19.16)
ηE

Criterio de propagación de fisuras o grietas. Para que una fisura se propague, basta
que se cumpla alguna de las siguientes condiciones:

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Manual de Construcción Geotécnica

G * = Gc o K I = K IC (ec. 19.17)

donde KIC es la resistencia a la propagación de la grieta y GC es el valor límite de G*, antes


del inicio de la propagación de la grieta. Este criterio es aplicable sólo cuando la grieta ya
existe, de lo contrario el material se considera continuo y por ello no ocurre la concentración
de esfuerzos necesaria para que ocurra la fisuración. Los parámetros involucrados en la
teoría de Griffith se determinan mediante pruebas de laboratorio diseñadas para ese
objetivo.

Propagación de fisuras por presión hidráulica. Gabriel Auvinet extendió los


razonamientos de Griffith a los medios térreos y les sumó las condiciones ambientales que
influyen en la ampliación de fisuras hasta transformarse en las grandes grietas que suelen
abrirse en las orillas y centro del lago de Texcoco. Su teoría considera las siguientes
condiciones:

a) Durante el estiaje se generan fisuras poco profundas en las capas superficiales del
suelo, debido a la desecación solar de la superficie, con la correspondiente contracción
volumétrica.

b) Durante las lluvias las fisuras se llenan de agua y se genera una presión hidrostática
local, que incluso puede tener un cierto tirante por encharcamiento; esta presión es
independiente de la correspondiente a las aguas freáticas. Cuando ambas aguas se
comunican, la presión se suma.

c) La presión hidrostática en la fisura aumenta cuando ésta se propaga hacia abajo,


esta propagación suele ser brusca y provocar el fracturamiento de la arcilla blanda,
hasta generar grietas profundas que llegan a dañar las construcciones que se ubican
cerca de ellas.

Esta teoría postula que la propagación de grietas en las arcillas del valle de México ocurre a
consecuencia de la generación de tensiones en el vértice de fisuras preexistentes y que se
amplían por el fracturamiento hidráulico causado por la presión del agua que se les
introduce, particularmente durante las lluvias. La inyección de lechadas y morteros a
presión activa fisuras preexistentes según el mecanismo descrito.

La condición para que se propague una grieta en la cual se aplica una presión interna p, es
que se cumpla en la punta de la grieta:

p > σ2 + T0 (ec. 19.18)

donde

P presión interna
σ2 esfuerzo principal menor
T0 resistencia a la tensión del material

En la Formación Arcillosa Superior el esfuerzo principal menor σ’h es siempre el horizontal


y se expresa como:

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Inyecciones por fracturamiento hidráulico

σ′2 = σ′h = K 0 σ′h

Donde K0 es el coeficiente de empuje horizontal en reposo; las primas indican que los
esfuerzos considerados son efectivos. La presión interna en la punta de una grieta llena de
agua y de profundidad z es:

p = γw z (ec. 19.19)

Sustituyendo valores se llega a:

γ w z > K 0 σ′h + T0 (ec. 19.20)

Finalmente, una grieta aumentará de tamaño si la altura del agua dentro de ella excede un
valor crítico zcrit , dado por:

K 0 σ′z + T0
zcrit = (ec. 19.21)
γw

Esta expresión se simplifica, porque en general puede despreciarse la resistencia a la


tensión de los materiales térreos.

Comentarios adicionales. La interpretación de Auvinet demuestra que la propagación de


grietas en las arcillas del valle de México ocurre conforme a la teoría de Griffith, a
consecuencia de la generación de tensiones, en la punta de fisuras preexistentes y que se
amplían por el fracturamiento hidráulico causado por la presión del agua que se les
introduce, particularmente durante las lluvias. De ella también se concluye que la inyección
de lechadas y morteros a presión activa fisuras preexistentes según el mecanismo descrito.

El análisis de diversos casos de propagación de grietas en el subsuelo de la ciudad de


México, hecho por Arias y Auvinet (1989), demuestra que el llenado de grietas superficiales
con agua arriba del NAF es suficiente para provocar su propagación. Ellos establecen que si
el valor del parámetro KI es mayor que KIC, del orden de 20 kN/m3/2, la propagación se
produce.

Presión de fracturamiento hidráulico. Para diseñar la inyección de suelos cohesivos, es


indispensable estimar la presión de su fracturamiento hidráulico, la cual se puede calcular
conociendo el estado de esfuerzos dentro del suelo, su resistencia al esfuerzo cortante y la
presión del agua dentro de los poros del suelo, a la profundidad de interés (Cambefort,
1964). Las expresiones resultantes son sencillas pero la dificultad práctica de aplicarlas
estriba en la necesidad de determinar los esfuerzos totales y efectivos dentro del subsuelo.

Por esa razón, se dedicó un gran esfuerzo a la medición in situ de los estados de esfuerzo así
como de las propiedades mecánicas de las arcillas que subyacen a edificios históricos en el
centro de la ciudad de México. A continuación se presenta una expresión que permite
estimar la presión de fracturamiento hidráulico en el subsuelo a partir de la resistencia de
punta del cono eléctrico y de la presión de poro real.

601
Manual de Construcción Geotécnica

La presión de fracturamiento hidráulico se puede estimar con la ecuación 19.10, propuesta


por Cambefort, expresada de la siguiente manera:

p0 = K 0 σ′ν + u + cu (19.22)

donde

K0 σ´v + u esfuerzo horizontal total


K0 coeficiente de empuje de tierras en reposo
σ´v esfuerzo vertical efectivo del punto
u presión de poro a la profundidad de interés

El término cu se identifica como la cohesión y corresponde a la resistencia no drenada del


suelo, obtenida de ensayes triaxiales. Esta ecuación permite determinar el orden de
magnitud de la presión que fractura al suelo.

De acuerdo con la experiencia en el empleo del cono en los suelos blandos del valle de México
(Santoyo et al 1989), se tienen las siguientes correlaciones:

qc q
cu = y σ′v = c (ec. 19.23)
Nk Nσ

Donde qc es la resistencia de punta medida con el cono eléctrico; NK y Nσ son factores de


correlación. Por tanto:

K 1 
p0 = qc  0 + +u (ec. 19.24)
 Nσ N K 

En las arcillas del centro histórico de la ciudad de México los valores medios de los factores
de correlación son: NK = 12.5 y Nσ = 5. En investigaciones recientes se ha encontrado que
para la arcilla de la ciudad de México, el valor de K0 es ligeramente superior a 0.35 (Ovando
y López, 1999). Aceptando que este valor se incrementa por el efecto de envejecimiento
(Mesri, 1993), se puede asumir que el valor de K0 en el campo es cercano a 0.5. Haciendo las
sustituciones necesarias se llega a una expresión simple para determinar aproximadamente
la presión de fracturamiento hidráulico de estas arcillas:

qc
p0 ≅0.18qc +u ≈ +u (ec. 19.25)
5

Patrón de fisuramiento de las arcillas. La teoría de Griffith, como se mencionó antes,


demuestra que el fracturamiento hidráulico se desarrolla en el plano del esfuerzo principal
mayor, y que la presión hidrostática vence al esfuerzo principal menor; esto implicaría la
existencia de una sola grieta con longitud condicionada por el volumen de mortero inyectado
cuyo ancho es función del gasto y de la viscosidad del mortero inyectado, Fig. 19.6.
Considerando además las fisuras preexistentes en la masa de arcilla, producidas por los
secados solares antes mencionados, parece factible que algunas de ellas se activen por la

602
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

presión del mortero y se produzcan láminas de mortero en los antiguos planos de los
prismas de arcilla.

Fig. 19.6, Geometría de las láminas de mortero inyectado

Lo anterior implica que en una retícula horizontal de inyección de mortero, en el que cada
crucero define una vertical con puntos de inyección a diferentes profundidades, se pueden
inducir cuatro patrones de fisuramiento hidráulico y por ello de familias de láminas de
mortero:

a) La familia principal de láminas paralelas entre sí, en el plano del esfuerzo principal
mayor del sitio. La separación entre ellas depende de la separación entre las
verticales de inyección. Además las láminas en un punto de inyección podrán
empatarse con las de otra vertical coplanar de inyección, cuando queden en un mismo
plano de fisuramiento (Fig. 19.7a).

b) Una familia con láminas de mortero en un arreglo de planos radiales (Fig. 19.7b). Se
puede originar por dos causas: (1) por la existencia de fisuras prismáticas
preexistentes debidas al secado solar, o (2) que ambos esfuerzos horizontales sean
iguales.

c) Si se sigue inyectando el esfuerzo horizontal se incrementa y provoca que las


direcciones de fisuramiento cambien. En estos patrones la dirección de las fisuras

603
Manual de Construcción Geotécnica

también estará influenciada por el estado de esfuerzos que induzca la estructura en


el subsuelo.

Fig. 19.7, Geometría de la inyección de mortero

En general, podría también ocurrir que la dirección de fisuramiento cambie en algún estrato
e incluso que no se desarrolle, y que por ello no se forme la lámina y que sólo se genere un
campo semiesférico. Otra peculiaridad de la inyección es que en estratos permeables se
podrán desarrollar también ocasionales lentes horizontales de mortero.

19.2.9 Endurecimiento de la masa de arcilla

El comportamiento de la masa de arcilla expresado a través de las relaciones esfuerzo-


deformación–tiempo es el fundamento del conocimiento actual de la Mecánica de Suelos,
cuyo enfoque tradicional ha sido considerar al suelo como un medio continuo. La inyección
de suelos abre un nuevo campo experimental y teórico, al transformar a la masa de suelo en
un medio con inclusiones discontinuas, ver fotografías de la Fig. 19.7. La evolución de este
concepto, como casi todo lo nuevo, empezará por lo experimental y se podrá controlar sólo
con el apoyo del Método Observacional.

Con base en estudios experimentales sobre el comportamiento de muestras de suelo


reforzado con láminas de mortero o lodos fraguantes, ensayadas en pruebas de laboratorio
de compresión unidimensional, se advierte que la reducción de la compresibilidad inicial o
endurecimiento del suelo se puede alcanzar según dos posibles mecanismos:

Modificando la inclinación de la línea de consolidación virgen. En este tipo de


comportamiento el suelo conservaría constante la carga de crítica o de preconsolidación del
suelo pero se reduciría la pendiente de la línea virgen esfuerzo-deformación, Fig. 19.8.

604
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.8, Reducción de la deformabilidad de la arcilla por inyección de un lodo


fraguante o mortero blando

605
Manual de Construcción Geotécnica

Fig. 19.9, Inducción de preconsolidación diferencial aparente

606
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Incrementando la carga de preconsolidación. En este caso se el suelo conserva


constante la pendiente de la línea virgen e incrementa su carga de preconsolidación
aparente, Fig. 19.9.

Ensayes de laboratorio. Para evaluar de manera simplificada los dos mecanismos


descritos se desarrolló una técnica de laboratorio que permitió estimar de manera
preliminar la deformabilidad de un suelo arcilloso inyectado, conforme al porcentaje de
mortero o lodo fraguante que se introduzca al subsuelo. Los morteros que se estudiaron
inicialmente fueron de cemento con arenas andesíticas y pumíticas, después se extendió a
los morteros de cal. En resumen se llegó a dos tipos de mortero.

a) Morteros de fraguado “rápido” obtenidos con cemento, arena pumítica y algo de cal o
bentonita para controlar que su fraguado no ocurra durante la inyección, además de
aumentar su manejabilidad. Estos morteros tienen fraguado inicial en 10 horas y
endurecen significativamente después de unos 5 días.

b) Mortero de fraguado “lento” obtenidos con cal y algo de cemento, arena pumítica y
aditivos; el tiempo que tardan en endurecer estos morteros endurecen es de 100 a 150
días y conservan siempre la importante característica de la propiedad puzolánica de
la mezcla cal pómez.

El programa experimental de laboratorio se hizo con equipos de consolidación


unidimensional; en el Instituto de Ingeniería complementó y amplió esa investigación
(Muñoz, 1999).

Modelo de láminas radiales. En la Fig. 19.10 se muestra la geometría de especimenes de


laboratorio con láminas de mortero radiales, que representan a escala la geometría de la
inyección, considerando que se puede generar una fisura principal y dos secundarias a 60°.
Se impuso que el espesor de la lámina principal fuera el triple de las secundarias. Haciendo
referencia al marco teórico expuesto anteriormente, la fisura principal representa a las que
se orientan según las direcciones de los esfuerzos principales; las secundarias a las que se
formarían en inyecciones sucesivas, cuando el estado de esfuerzos se ha modificado por
inyecciones previas. Durante los ensayes los extremos de las láminas se apoyan en los
materiales rígidos de la tapa y la base, condición que representa aproximadamente a la de
campo donde las láminas se apoyan en materiales notoriamente más rígidos que las arcillas
lacustres, es decir, la Costra Superficial Natural y la primera Capa Dura.

En el laboratorio también se ensayó otro modelo con pequeñas columnas de mortero Fig.
19.10, pero se abandonó, porque fue menos consistente.

En la Fig. 19.11 se muestra el resultado de seis pruebas de consolidación, mediante gráficas


de la deformación volumétrica contra los esfuerzos efectivos aplicados; el primer espécimen
de referencia se ensayó en condiciones naturales, sin inyección alguna, las otras muestras
tienen el 1, 3, 5 y 6% de mortero en forma de láminas verticales; estos porcentajes
corresponden al volumen de mortero inyectado respecto al del suelo ensayado. La
observación de esa figura demuestra que la inclusión de las láminas verticales de mortero
genera un notable efecto estructural, porque a pesar de que la arcilla conserva su estado
natural, el comportamiento de los especimenes inyectados los exhibe como menos

607
Manual de Construcción Geotécnica

deformables, con una carga de preconsolidación que crece a medida que se incrementa el
espesor de las láminas.

Fig. 19.10, Preparación de especímenes para prueba de consolidación

Modelo de rigidez ponderada. El Prof. Enrique Tamez desarrolló un modelo para


establecer la relación entre las rigideces de los materiales involucrados: la arcilla natural, el
mortero y el conjunto arcilla inyectada con cierto volumen de mortero. La rigidez
conceptualmente se define como el inverso del módulo de compresibilidad volumétrica,
obtenido en pruebas de deformabilidad; físicamente, la rigidez representa la resistencia a la
deformación originada con cierto esfuerzo aplicado.

608
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.11, Curvas de deformabilidad a distintos porcentajes de inyección

En la Fig. 19.12 se presenta el modelo de rigidez ponderada, con base en el cual la rigidez
necesaria del mortero de inyección se obtiene conociendo la compresibilidad de la arcilla
natural y la de la arcilla inyectada, obtenidas de ensayes de laboratorio. Asimismo, debe
especificarse la relación entre el volumen de mortero y el volumen de la arcilla inyectada. El
módulo de compresibilidad del mortero se define por aproximaciones experimentales de
dicha relación de volúmenes.

K p (1+R )−K s
Km= (ec. 19.26)
R

609
Manual de Construcción Geotécnica

donde

Kp 1/mvp = rigidez ponderada de la arcilla inyectada


Kvp módulo de compresibilidad volumétrica de la arcilla inyectada
Ks 1/mvs = rigidez de la arcilla natural
mvs módulo de compresibilidad volumétrica de la arcilla natural
Km 1/mvm = rigidez del mortero
mvm módulo de compresibilidad volumétrica del mortero
R relación entre el volumen de mortero y el volumen de la arcilla inyectada

Fig. 19.12, Modelo de rigidez ponderada

610
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

19.10 Información sobre la inyección de suelos

La inyección de suelos arcillosos induciendo el fracturamiento hidráulico de la masa de


suelo es un tema de investigación de los últimos años, cuyos aspectos experimentales
básicos han sido estudiados por Ayres (1992), Bell et al (1992) y Mori et al (1992). Sobre la
metodología de los procedimientos de inyección se pueden citar las contribuciones de Zuomei
et al (1982), Bruce (1992), Xanthacos (1994) y muy especialmente la de Iagolnitzer et al
(1996).

En cuanto a la aplicación de inyección de suelos para el control de hundimientos se está


transformando en una reciente práctica aceptada en varios países. Con frecuencia creciente
se ha empleado para lo que se conoce como inyección de compensación de los hundimientos
causados por la excavación de túneles, los trabajos destacados en ese campo se deben a
Gallavresi (1992) y Pototschink, M.J. (1992), Drooff et al. (1995).

Finalmente, las investigaciones experimentales sobre endurecimiento del suelo por


fracturamiento hidráulico apenas empiezan a surgir como tema de interés; en el Imperial
College lo estudian bajo la dirección del Dr. David Hight (1997) y en el Instituto de
Ingeniería de la UNAM, se realizan experimentos de laboratorio con arcilla de la ciudad de
México (Ovando, 1998). Es interesante mencionar que en China se viene aplicando esta
técnica desde hace varios años para incrementar la eficiencia de los pilotes de cimentación
de edificios, Zuomei et al (1997) y Jin-li et al (1997); la empresa alemana Bauer también
aplica una técnica similar. Los trabajos más recientes son de Bally et al (2001) y de De
(2001).

19.11 Comentarios finales

Se presentaron los conceptos teóricos que explican el fracturamiento de los suelos sometidos
a presión de fluidos. La aparición de fracturas o discontinuidades en el suelo depende del
estado de esfuerzos efectivos de campo así como de la orientación de los esfuerzos
principales efectivos.

Del análisis del cambio de esfuerzos dentro del subsuelo producido por las inyecciones
efectuadas en el subsuelo del Centro Histórico de la ciudad de México, se concluye que:

a) La inyección de morteros para formar núcleos o láminas incrementa los esfuerzos


horizontales totales en el suelo circundante.

b) Las sobrecargas aplicadas por las estructuras prehispánicas y coloniales reducen la


relación de esfuerzos efectivos K = σ´h/σ´v y por ello el subsuelo bajo las áreas bajo las
estructuras serán más susceptibles al fracturamiento hidráulico que produce la
inyección de morteros, que las zonas en donde no existen estas sobrecargas externas.

c) Considerando que se mantienen constantes los esfuerzos verticales, el aumento de


esfuerzos horizontales totales también implica una disminución de esfuerzos
cortantes, por lo que el estado del suelo se aleja de la envolvente de falla, es decir, la
inyección de morteros incrementa el factor de seguridad de las cimentaciones.

611
Manual de Construcción Geotécnica

d) Los incrementos de esfuerzo horizontal aumentan la presión de poro dentro del suelo,
comportamiento que inicialmente contrarresta el efecto de la reducción del nivel
piezométrico que da lugar al hundimiento regional.

e) La disipación de este exceso de presión de poro también retarda el desarrollo de la


fricción negativa entre el suelo y los núcleos y láminas los cuales comenzarán a
tomar esfuerzos cortantes significativos cuando termine la consolidación inducida por
la inyección. Después de este tiempo podrán apreciarse paulatinamente los efectos de
los morteros inyectados como reductores de la compresibilidad del suelo.

f) El comportamiento de las láminas de mortero varía con el tiempo, en función de la


evolución de sus propiedades y de las presiones de poro inducidas durante la
inyección. Esto obliga a observar instrumentalmente la respuesta del suelo y de la
estructura. Es previsible que el proceso de endurecimiento del suelo requiera ajustes,
algunos de ellos en el largo plazo.

En suelos cohesivos como las arcillas de la ciudad de México la presión de fracturamiento se


puede estimar con la fórmula de Cambefort o con las expresiones aproximadas que se
presentan en este capítulo, en las que esta presión se expresa en términos de la resistencia a
la penetración medida con un cono eléctrico.

Los desarrollos teóricos presentados coinciden en señalar que las grietas producidas por el
fracturamiento hidráulico de las arcillas se orientan a lo largo de direcciones
perpendiculares a las de los esfuerzos principales menores. En zonas sometidas a
hundimientos bruscos, estas direcciones resultan ser paralelas a las curvas de igual
elevación o hundimiento que se obtienen en nivelaciones topográficas.

19.3 Técnicas de inyección de suelos blandos

19.3.1 Modelos geométricos usuales

Cuando se aplica una inyección puntual de cierta viscosidad en los suelos finos, éstos
pueden reaccionar de cuatro maneras en función de su permeabilidad, textura, estructura y
estado de esfuerzos de la masa del suelo, de tal forma que puede inducirse: (a)
fracturamiento hidráulico radial al punto de inyección, (b) fracturamiento en un plano, con
una componente principal, (c) desplazamiento volumétrico esferoide y (d) impregnación del
suelo, aunque este último sólo ocurre en suelos muy permeables, Fig. 19.13.

Fracturamiento radial. Se le identifica también como encapsulado o de estructura de


naipes aleatoria; en suelos blandos, este modelo siempre se manifiesta y, para que su
geometría se conserve, el volumen de cada etapa de inyección debe ser controlado, ya que el
exceso causa que la geometría del flujo de inyección se pudiere concentrar en un plano y
transformar la estructura de mortero en una del segundo tipo.

Fracturamiento plano. Consiste en la generación de láminas de mortero cuyo arreglo es


función del estado de esfuerzos de la masa de suelo; la orientación de los planos a lo largo de
los cuales penetra el mortero coincide con la que guarda el plano principal del esfuerzo
menor.

612
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.13, Tipos de inyección en suelos

Inyección de compactación. Se trata de generar esferoides por desplazamiento radial del


suelo inducido por la presión aplicada, lo cual se logra sólo con morteros muy viscosos; lo
contrario produce fracturamiento hidráulico. Un caso especial de este tipo de inyección es la
denominada inyección de compensación que genera el levantamiento de una cierta área,
técnica que se está utilizando en varios países para contrarrestar los hundimientos que
genera la construcción de túneles en suelos blandos.

Inyección de impregnación. Este modelo sólo se puede aplicar en suelos muy permeables
como arenas y gravas, en las que el mortero puede penetrar entre las partículas y se puede
hasta saturar a la masa de suelo.

19.3.2 Modelo geométrico TGC

Es importante aclarar que la inyección de morteros fluidos para crear por fracturamiento
hidráulico en la masa de suelo las láminas de mortero rígido o semirígido es un
procedimiento que se puede aplicar sin restricciones. En México se utilizó desde 1875 y en
1910 se adoptó para el actual Palacio de Bellas Artes, aunque sin comprender que lograron
ese efecto. Actualmente en varios países europeos investigan ese tipo de inyección e incluso
han generado procedimientos protegidos con patentes.

TGC ha desarrollado una patente para la peculiar geometría de núcleos y láminas que se
describe más adelante, así como un procedimiento para inducirla en la masa de suelo.

613
Manual de Construcción Geotécnica

Descripción. Se trata de una estructura más compleja que las anteriores compuesta por
familias de láminas paralelas de mortero con espesor de milímetros a centímetros,
complementadas o reforzadas con núcleos cilíndricos de mortero cuyo diámetro es de unos
10 cm a 30 cm y cuyo eje vertical coincide con el de inyección, Fig. 19.14. La fabricación de
los núcleos se hace dentro de una perforación previa de diámetro menor, el mortero se
introduce a presión dentro de una funda geotextil permeable de poliéster, la cual al inflarse
contra las paredes de la perforación se conforma condicionada por la rigidez lateral de cada
estrato del subsuelo, Fig. 19.14.

Estos Núcleos Reductores de la Deformabilidad pueden ser discontinuos en congruencia con


la estratigrafía. Conviene aclarar que los micropilotes se diferencian de estos núcleos,
porque los primeros están conectados a la base de la estructura, son continuos y siempre
tienen acero de refuerzo (Santoyo y Ovando, 2001).

Fig. 19.14, Núcleo con láminas laterales de mortero inyectado (geometría TGC)

19.3.3 Pruebas preliminares de inyección

Para inyectar el subsuelo arcillosos de un cierto sitio se debe empezar por verificar que se
puede injertar en el subsuelo una estructura de láminas de mortero mediante el
fracturamiento hidráulico en los estratos de arcilla; dado que cada caso es
fundamentalmente diferente y por ello siempre se debe iniciar con una etapa experimental.

Variables por evaluar. Las metas específicas de la etapa experimental se enfocan a


determinar la influencia de las cuatro variables más significativas de la inyección: (a)

614
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

volumen requerido para formar la estructura de mortero; (b) viscosidad del mortero; (c)
presión que se debe aplicar a las distintas profundidades y (d) tiempo de operación. La etapa
inyección preliminar debe servir para evaluar los siguientes parámetros:

a) Penetración horizontal de los morteros.


b) Influencia del volumen y viscosidad del mortero.
c) Control del volumen y tiempo.

La evaluación se realiza mediante muestreo para comprobar la dirección y espesor de las


láminas de mortero.

Penetración horizontal de morteros. Para verificarla se colocan 2 tubos para inyección


en perforaciones separados unos 5 a 10 m, con la intención de que las láminas de ambos se
unan. Colocada la mezcla se deja reposar un tiempo mínimo de 72 horas para alcanzar el
75% de su resistencia y se procede a hacer un muestreo en el punto medio.

Influencia de la viscosidad del mortero y control del volumen inyectado. Esta


prueba permite verificar el controlar de los porcentajes de inyección, así como el efecto de la
viscosidad de los morteros. Los valores de la viscosidad que se recomienda ensayar son: 45 a
100 seg Marsh; de estas pruebas se determinó que la viscosidad óptima de los morteros, en
términos de la facilidad de bombeo.

Control del volumen, viscosidad y tiempo. En esta prueba se miden los tiempos para
inyectar un cierto volumen de mortero dentro del subsuelo, a una profundidad dada, lo que
constituye un dato muy importante en la planeación de un proyecto de inyección.

19.4. Características de los morteros

19.4.1 Conceptos básicos

Los morteros para la inyección de arcillas blandas deben ser estables y su compresibilidad y
resistencia al corte controlables, también deben tener un sangrado mínimo y además deben
ser bombeables. Los materiales que los integran son: Cemento Portland Ordinario (CPO-
NMX-C-414) o bien Puzolánico (CPP), cal hidráulica, arenas de distintas rocas,
preferentemente pumíticas por su capacidad puzolánica y por que su baja densidad facilita
la estabilidad de los morteros durante la preparación, bombeo e inyección.

Investigación experimental. Los trabajos de inyección se apoyaron en pruebas


experimentales que incluyeron un análisis de la influencia de los diversos componentes de
los morteros en sus propiedades físicas y mecánicas. Las primeras, las propiedades físicas
definen el grado de manejabilidad o fluidez de los morteros para ser bombeados e
inyectables; también permiten determinar los tiempos óptimos de mezclado y los lapsos de
tiempo requeridos entre las diferentes etapas de inyección. De las segundas se analizaron
las relevantes a su resistencia a la compresión así como su compresibilidad bajo condiciones
de deformación unidimensional.

Las mezclas ensayadas fueron: (a) tres tipos de morteros agua-cemento con: arena pómez,
arena andesítica y arena pómez mas bentonita; (b) morteros de cal con arena pómez y

615
Manual de Construcción Geotécnica

bentonita y lodos fraguantes de agua cemento y bentonita. En los ensayes se varió la


dosificación de sus componentes para valorar la influencia de cada una de ellas en los
siguientes parámetros:

Viscosidad. Este parámetro controla la fluidez de los morteros para asegurarse que sean
bombeables. Las viscosidades se midieron con el cono de Marsh con el cual se determinó que
las mezclas con viscosidades superiores a 120 segundos no pueden bombearse, lo cual
confirma las conclusiones de Jones
(1963). También se encontró que las
viscosidades óptimas se encuentran
entre 60 y 80 seg. Con respecto a las
mezclas que contienen bentonita, se
estableció como regla práctica que el
contenido máximo de ésta para
obtener mezclas manejables en
campo, es de 6 %.

Tiempo de fraguado. Este


parámetro determinado haciendo
pruebas con la aguja de Vicat,
permite programar los lapsos de
tiempo en el cual se deben efectuar
las diferentes etapas de inyección en
campo. Se examinó la influencia de
este parámetro en las propiedades
mecánicas de las mezclas, es decir en
su resistencia y compresibilidad. En
particular, se analizó la influencia
del contenido de cal de las mezclas
que la contenían contra el tiempo de
fraguado.

Sangrado. Esta característica de los


morteros de inyección se define como
la cantidad de agua que expulsan al
fraguar expresada en porcentaje
como el cociente del volumen de
sangrado entre el volumen inicial de
mortero. El sangrado es una medida
física del grado de contracción que
experimenta la mezcla después de
fraguar, por ello los morteros deben
presentar reducciones mínimas de
volumen después del fraguado.

Fig. 19.15, Correlación entre sangrado y


contracción de morteros

616
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Un mortero con un porcentaje de sangrado admisible es aquel, que además de tener un


sangrado pequeño (menor al 10%), también tiene una viscosidad comprendida entre 60 y 80
seg. Con base en los resultados de los ensayes se encontraron correlaciones lineales entre el
sangrado y la contracción volumétrica. En las gráficas de la Fig. 19.15 se ilustran estas
correlaciones, para diferentes contenidos de arena.

19.4.2 Propiedades mecánicas de los morteros

Resistencia a la compresión simple. Se determinó en especímenes colados en moldes de


5.6 cm de diámetro y 11 cm de altura; las muestras se curaron en ambiente húmedo y
sumergidas en agua y se probaron a 7, 14 y 28 días de edad. En estos ensayes se examinó la
influencia de los siguientes parámetros en la resistencia: la relación agua/ cemento, el
contenido de cal o bentonita y los contenidos de arena y de cemento. En la Fig. 19.16 se
ilustran algunos de los resultados que se obtuvieron expresando gráficamente la resistencia
a la compresión simple en términos de las relaciones cemento/arena y cemento/agua, para
morteros con diferentes componentes.

Deformabilidad. Estas pruebas se realizaron en el consolidómetro para suelos, con un


anillo de consolidación típico de 8 cm de diámetro y 2 cm de altura; los especimenes, después
de elaborados, fueron conservados en un ambiente húmedo para no alterar su proceso de
curado normal y se ensayaron cuando tenían dos semanas de edad, la resistencia de los
morteros era del orden del 85% de la máxima, aplicando presiones de consolidación entre 8 y
9 kg/cm2.

Los resultados de los primeros ensayes permitieron concluir que la edad de las mezclas es
un factor importante que influye en los resultados obtenidos, los cuales variarán en cada
caso, si la misma mezcla se prueba a 7, 14 ó 28 días después de elaborada.

A partir de las curvas de deformación, presentados en escala aritmética se determina la


rigidez (Km) de las mezclas, definida como el inverso del módulo de compresibilidad
volumétrica mv:

1
Km = (ec. 19.27)
mv

Estos ensayes se realizaron con la finalidad de establecer una correlación entre la


resistencia de los morteros (qu) y la rigidez del mismo (Km), definida ésta última como el
inverso del módulo de deformación volumétrica

Elección de los morteros para inyección. El diseño de los morteros de inyección


empieza con la definición de su deformabilidad y su resistencia; el primer parámetro es
inversamente proporcional a su rigidez y se determina con las ecuaciones del modelo de
rigidez ponderada presentado en el inciso 19.2.9; las curvas de deformabilidad obtenidas al
ensayar los morteros se utilizaron como guía.

617
Manual de Construcción Geotécnica

Con respecto a la resistencia de los morteros se deberá considerar que los que contienen
cemento y cal alcanzan su máxima resistencia a los 6 meses mientras los de cemento y
bentonita la alcanzan a los 28 días.

Fig. 19.16, Resistencia en función de la relación cemento/arena y


cemento/agua en morteros de inyección

Como la resistencia de los morteros es función de la relación cemento/agua y cemento/arena,


en la Fig. 19.17 aparece la relación entre estos tres factores y con ésta se puede realizar el
diseño de los morteros más usuales, con rangos de resistencias entre 7 y 45 kg/cm2.

618
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.17, Ensayes de compresibilidad de arcilla natural e inyectada con mortero

Conclusiones. Por sus características físicas y propiedades mecánicas, los morteros que se
recomienda utilizar en la inyección de las arcillas blandas, con la finalidad de reducir su
compresibilidad, pueden ser elaboradas con cemento, cal, arena pómez y cemento, bentonita
y arena pómez. Los primeros tienen ventaja sobre los segundos debido a su propiedad
puzolánica que les permite aceptar mayores deformaciones sin disminuir su resistencia. En
cuanto a su resistencia máxima, se alcanza a edades del orden de 6 meses que en algunos
casos puede ser compatible con el objetivo de reducir la compresibilidad a largo plazo. Los
morteros a base de cemento, bentonita y arena pómez adquiere su resistencia máxima a 28
días de edad.

19.5 Modelo numérico de la inyección

19.5.1 Alcance

El análisis numérico de un caso en el Centro Histórico de la ciudad de México, presentado


aquí a manera de ejemplo, se llevó a cabo con el programa de computadora Plaxis 6.1
(PLAXIS, 1995), el cual permitió modelar separadamente los núcleos y las láminas con
rigideces variables respecto de las del suelo circundante, así como las condiciones de apoyo;

619
Manual de Construcción Geotécnica

el asentamiento en la masa de suelo se originó mediante una sobrecarga en la superficie y


como consecuencia del abatimiento del nivel freático, siendo este último el de mayor interés.
Por su parte Auvinet (1998) analizó el efecto de los núcleos cilíndricos, que denominó
inclusiones rígidas, sin incluir la presencia de las láminas laterales, que consideró poco
eficientes.

19.5.2 Modelos analizados

Modelo del suelo. Está constituido por un estrato de 38 m de espesor, 15 m de ancho, con
frontera inferior fija y fronteras laterales deslizantes, Fig. 19.18; la resistencia al corte del
suelo se modeló con un valor de 0.5 kg/cm2 en la superficie y el cual se incrementa
linealmente con la profundidad a razón de 0.05 kg/cm2 por metro, con un módulo de rigidez
constante de 10 kg/cm2 correspondiente a un módulo de compresibilidad de 0.1 cm2/kg.

Modelo con núcleos de mortero flotantes. La primera parte de la modelación se realizó


simulando un núcleo aislado de mortero, éste se modeló como un elemento viga con simetría
radial sobre su eje (modelo axisimétrico); las dimensiones fueron 20 cm de radio y 30 m de
longitud. Con esta longitud el núcleo resulta flotante en el subsuelo, Fig. 19.19.

En el modelo se estableció como variable la relación entre el módulo de elasticidad del


núcleo de mortero y el módulo de rigidez del suelo, En/Es; se realizaron análisis para valores
de la relación paramétrica de módulos iguales a 10, 100 y 1000. En el modelo se empleó una
sobrecarga superficial de 10 t/m2, del mismo orden de magnitud del abatimiento existente
en la zona del Centro Histórico, Fig. 19.19.

En la Fig. 19.19 se presentan los resultados obtenidos; las abscisas representan la distancia
horizontal entre el centro del núcleo y cualquier punto X ubicado a lo largo de la superficie
de la malla, normalizada respecto del radio del núcleo. En las ordenadas se presenta el
asentamiento resultante para cada En/Es normalizado respecto del asentamiento máximo
que sufriría el depósito sin el núcleo de mortero.

Se observa que la reducción del asentamiento es máxima en el núcleo (X/r ≤ 2): para la
relación En/Es = 10 el asentamiento total se reduce en un 4%; en la de En/Es = 100 el
asentamiento se reduce en 14% y para En/Es = 1000 el asentamiento se reduce en un 34%.
Asimismo, el modelo permite establecer que la influencia del núcleo cilíndrico decrece
rápidamente con la distancia; a dos veces el radio del pilote, la reducción inducida es del
orden de 1, 6 y 16% para las relaciones En/Es mostradas. La limitación del análisis
axisimétrico en un programa bidimensional es que solo se puede analizar rigurosamente un
núcleo.

Modelo con láminas flotantes de mortero. La segunda modelación se realizó con


elementos viga simulando láminas de mortero de 7.5 cm de espesor sin apoyarse en la capa
dura; se consideró simetría sobre un eje central, con un estado de deformación plana
(modelo bidimensional de deformación plana); la separación entre las láminas fue de 1.5 y
3.0 m, con una longitud de 30 m. La geometría de las láminas representa dentro del modelo
el 4 y 2% del volumen inyectado, respectivamente.

620
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.18, Modelo del subsuelo analizado

621
Manual de Construcción Geotécnica

Fig. 19.19, Núcleo flotante de 40 cm de diámetro axisimétrico con sobrecargas en la superficie

622
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.20, Restricción de asentamientos debida a núcleos flotantes (sobrecarga en la superficie)

El modelo se sometió a dos condiciones de carga: la primera con una sobrecarga superficial
de 10 t/m2, del mismo orden de magnitud del abatimiento piezométrico, Fig. 19.21, y la
segunda se realizó aprovechando la capacidad del programa empleado para considerar un
abatimiento de nivel freático dentro de la masa de suelo equivalente a 10 m de columna de
agua, Fig. 19.22.

Caso a. Restricción de asentamientos por sobrecarga en la superficie. En la Fig. 19.23 se


presentan los resultados del modelo; en las abscisas se muestran la relación normalizada
entre la distancia X/(b/2) medida desde el centro de la malla al eje de las láminas respecto
de su semiespesor; en las ordenadas se presenta el asentamiento resultante para cada En/Es
normalizado respecto del asentamiento máximo del depósito sin láminas.

Se observa que para láminas separadas 3 m y con sobrecarga en superficie, el asentamiento


que se obtiene es del 50% del total cuando En/Es = 10; para la misma separación y con En/Es
= 1000 el asentamiento se reduce al 65%. Por otra parte, la Fig. 19.23 muestra que para
láminas separadas 1.5 m, el asentamiento se reduce al 82% del total cuando En/Es = 10;
para la misma separación y con En/Es = 1000 el asentamiento se reduce al 85%.

623
Manual de Construcción Geotécnica

Fig. 19.21, Láminas bidimensionales de 7.5 cm de espesor con sobrecarga en la superficie

624
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.22, Láminas bidimensionales de 7.5 cm de espesor con abatimiento del nivel freático

625
Manual de Construcción Geotécnica

Fig. 19.23, Restricción de asentamientos debida a láminas flotantes (sobrecarga en la superficie)

Caso b. Restricción de asentamientos por abatimiento del nivel freático. En la Fig. 19.24 se
observa que en el modelo con abatimiento del nivel freático de 10 m, para láminas
separadas 3 m con una relación de En/Es = 10 el asentamiento sólo se reduce en un 4%,
mientras que cuando En/Es = 1000 el asentamiento se reduce en promedio del orden del
40%. Asimismo, la figura muestra que para láminas separadas 1.5 m, el asentamiento se
reduce al 7% del total cuando En/Es = 10; para la misma separación y con En/Es = 1000 el
asentamiento se reduce al 45 %.

Comparación de los casos. Se advierte una diferencia importante, así para la sobrecarga
superficial es mayor el gradiente de la pendiente de la deformación en la zona de suelo entre
láminas, que la que resulta con el abatimiento del nivel freático, la cual se observa más
suave.

Modelo con láminas de mortero apoyadas en un estrato rígido. La tercera modelación se


realizó con cuatro láminas de mortero de 7.5 cm de espesor, con separación de 1.5 m entre
ellas. Las láminas se apoyaron en un estrato duro que simula la Capa Dura, Fig. 19.25. Se
consideró el modelo bidimensional. La geometría de las láminas representa dentro del
modelo el 4% del volumen de suelo. En el modelo se empleó un abatimiento de 10 m de
columna de agua. En la Fig. 19.26, se presentan los resultados para separación entre
láminas de 1.5 m y 3 m, sin apoyo (láminas flotantes) y apoyadas en la Capa Dura; en las
abscisas se muestra la relación normalizada entre la distancia X/(b/2), medida desde el
centro de la malla al eje de las láminas respecto de su semiespesor; en las ordenadas se
presenta el asentamiento resultante respecto del asentamiento máximo para la relación de
módulos En/Es = 100.

626
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.5.7 Restricción de asentamientos debida a láminas flotantes (abatimiento del NAF)

Comparación de los modelos. Para las láminas flotantes, el asentamiento se reduce entre 22
y 30% dependiendo del porcentaje de inyección; para las apoyadas en la Capa Dura se
observa en una reducción del 25 al 36% dependiendo del volumen inyectado.

19.5.3 Influencia de la rigidez de las láminas

Para evaluar la disminución que se puede lograr del asentamiento debido al abatimiento del
nivel freático, en la Fig. 19.27 se recopilan los resultados de las reducciones de deformación
logradas con láminas apoyadas y flotantes, para las relaciones de módulos de rigidez de 10,
100 y 1000 y con porcentajes de inyección igual al 4%. Para la relación de módulos de 10, la
influencia teórica es poco significativa, mientras que la eficiencia mejora notablemente para
relaciones de módulos hasta de 300, con los cuales se logran reducciones de deformación del
40 %; asimismo, en esta gráfica se observa que las láminas mejoran su trabajo al estar
apoyadas en la Capa Dura.

627
Manual de Construcción Geotécnica

Fig. 19.25, Láminas bidimensionales de 7.5 cm de espesor con abatimiento del NAF
apoyadas en la capa dura

628
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.26, Restricción de asentamientos debida a láminas flotantes y apoyadas


(abatimiento del NAF; En/Es = 100)

19.5.4 Conclusiones

Comparando las Figs. 19.20 y 19.23 se deriva que las láminas de mortero pueden ser más
eficientes que los núcleos de mortero para reducir las deformaciones.

Tanto para los núcleos como para las láminas con las separaciones consideradas, el
parámetro fundamental para la reducción de asentamientos es la relación de módulos
En/Es.

De la Fig. 19.27 se deduce tentativamente que la rigidez del mortero de las láminas
incrementa la capacidad de reducir las deformaciones del suelo; con relaciones de módulos
hasta del orden de 300 y que morteros más rígidos parecen innecesarios. Esta conclusión
teórica coincide razonablemente con el concepto de rigidez ponderada que se describe en el
inciso 19.2.9.

El programa Plaxis es una poderosa herramienta para el análisis numérico, sin embargo
carece de la capacidad de simular la presencia conjunta de núcleos y láminas en la masa de
suelo, por lo que la suma de sus efectos no puede ser por ahora demostrada teóricamente y
queda a la espera de estudios posteriores con técnicas de análisis tridimensional de
esfuerzos.

Aunque este análisis no es concluyente, permite inferir que las láminas de mortero pueden
reducir hasta el 40 % del hundimiento y que los núcleos, como lo demostró Auvinet, pueden
conducir a reducir significativamente los hundimientos diferenciales; se puede entonces
imaginar que el conjunto de láminas y morteros tengan mayor potencialidad para mejorar el

629
Manual de Construcción Geotécnica

comportamiento de subsuelos blandos para conseguir que sus hundimientos sean más
uniformes.

Fig. 19.27, Efecto de la rigidez de las láminas en la restricción de asentamientos


(abatimiento del NAF)

Las limitaciones de estas herramientas teóricas orillaron a reconocer que únicamente casos
de inyección experimental seguidos con el Método Observacional son la única manera de
demostrar la eficiencia conjunta de láminas y núcleos en la reducción de la deformabilidad
del subsuelo.

19.6 Experiencias en casos

19.6.1 Palacio de las Bellas Artes

Antecedentes. El Teatro Nacional diseñado por Adamo Boari, actual Palacio de las Bellas
Artes, desde el inicio de su construcción en 1904 se advirtió que se hundía; se sabe que
construida la plataforma de cimentación, se asentó diferencialmente 7.3 cm. Para el año de
1907 estaba casi concluida la estructura metálica, las mediciones mostraron que ya tenía
inclinación al Poniente, “lo que hizo necesario reforzar los cimientos de ese lado”. Boari dió
la siguiente explicación: "En ese año la plataforma se inclinó hacia el Suroeste; algunos
meses después varió la inclinación hacia el Noroeste y desde entonces sigue esa dirección".

630
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

1ª Campaña de inyección de 1910. El problema de los asentamientos del Teatro hizo


crisis a finales de 1908, por ello a partir de ese año las mediciones topográficas fueron más
meticulosas; el hundimiento diferencial medido durante 1909 alcanzó la alarmante cifra de
27.2 cm/año entre las esquinas Sureste y Noroeste.

En septiembre de 1910 se inician las inyecciones en el lado Oriente de la plataforma.


Primero se intentó con una lechada simple de cemento Pórtland; después, para retardar el
fraguado inicial se decidió agregar cal. La dosificación fue 100 kg de cemento, 20 litros de cal
grasa 150 litros de agua, se inyectó con un tubo de acero en punta de 9 m de largo y 2 1/2
pulgadas de diámetro, que se ilustra en la Fig. 19.21 elaborada por Boari.

Fig. 19.21, Dibujo original de Adamo Boari elaborado en junio de 1915

631
Manual de Construcción Geotécnica

El tubo de inyección se hincaba con un martillo de 300 kg de peso hasta 9.5 m de


profundidad y se iba subiendo hasta los 5 m, introduciendo la lechada. El tanque mezclador
de la lechada tenía 0.7 m de diámetro y 1.2 m de altura, la operación se efectuaba con una
manivela manual con paletas de madera. La presión de penetración (algo mayor de 2
kg/cm2), se inducía colocando el tanque en la azotea del edificio. Esa campaña de inyección
se completó en septiembre de 1911, el volumen inyectado se anota más adelante.

2ª Campaña de inyección de 1912. Se llevó a cabo entre mayo y agosto de 1912, esta vez
los puntos tratados se ubicaron en ambos lados oriente y poniente, se utilizaron 908 t de
cemento. En cuanto a la evolución de la construcción del Teatro, a partir de 1912 y hasta
1916 casi no progresa por problemas políticos, pero afortunadamente se siguieron las
nivelaciones topográficas.

3ª Campaña de inyección de 1913. Entre julio y agosto se hicieron las últimas


inyecciones, posiblemente se utilizaron 616 t de cemento.

Comentarios sobre estas inyecciones. El total de cemento inyectado hasta 1913 fue de
2,475 t y 535 m3 de lechada de cal grasa (Barocio y Alvarez 1921), posiblemente se usaron
3712 m3 de agua, lo cual implica que el volumen de lechada de cal fuera 21.6 l/m3, en vez de
los 20 proyectados. En la Fig. 19.29 se define que el total de sacos de cemento fue de 60,649
unidades, es decir, 3,032 t de cemento, valor que supera en 457 t al consignado en los
informes.

Fig. 19.29, Campañas de inyección 1910, 12 y 13

632
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

La distribución de las inyecciones realizada en los años 1910 a 13 se aclara en la Fig. 19.30,
copiada de una original de Boari de abril de 1911, en donde se advierte que hubo 48 puntos
de inyección, lo cual difiere de los 39 que se cita en varios de los documentos.

Fig. 19.30, Campañas de inyección 1924-25

Inyección experimental de 1921. Los ingenieros Alberto Barocio y Luis Alvarez Varela
elaboraron un excelente informe técnico, que empieza por una revisión de los efectos de las
primeras inyecciones con cemento desleído, del cual obtuvieron muestras con un tubo
dentado (Barocio y Alvarez 1921). La dosificación de la mezcla experimental inyectada al
subsuelo fue 100 l de arena de las minas de Tacubaya, menor de la malla Nº 20, 50 l de
arcilla de "lama de río", 50 l de pasta de cal grasa apagada y 75 l de agua.

Realizaron pruebas de inyección en dos sitios, del lado Oriente y del Poniente, empleando
los inyectores Canniff; desgraciadamente, no describen su funcionamiento. Fueron colocados
a percusión entre 3.5 a 12 m de profundidad, se aplicaron presiones de hasta 120 lb/pulg2;
llama la atención que, para demostrar la influencia del trabajo, recurrieron a hacer pruebas
de penetración dinámica hincando pilotes de madera con una masa de 669 kg, con altura de
caída de 3 m.

Su análisis de esfuerzos los lleva a concluir que las cargas generan asentamientos en la
"capa líquida de 12 m de espesor”; de sus pruebas de laboratorio deducen que es
indispensable inyectar 3802 m3 para "consolidar" cada metro superficial. La superficie la

633
Manual de Construcción Geotécnica

dividen en dos partes: la comprendida entre la ataguía y la plataforma del cimiento, con
ancho medio de 3 m, la estiman en 5127 m2 y la faja perimetral, externa a la ataguía, de 10
m de ancho, la estiman en 9224 m2 (con las dimensiones del entorno no se confirman estos
valores). En cuanto a la dosificación de la lechada que proponen se utilice, mantienen los
100 kg de arena, los 50 l de arcilla, para la cal proponen 50 l en polvo, sobre el agua no dan
ninguna indicación.

4ª Campaña de inyección de 1924-25. En la Fig. 19.30 se consignan las fechas y


volúmenes de inyección en la banda externa de la ataguía de 10 m de ancho; esta campaña
de inyección se efectuó del 14 de mayo de 1924 al 5 de junio de 1925; se inyectó un total de
3499 m3 de mortero. El proceso se inició por el lado oriente inyectándose 1561 m3 en una
secuencia, en cambio en el lado poniente se inyectó cada punto en dos ocasiones. El volumen
introducido en ese lado fue de 1938 m3, la información disponible no precisa la dosificación
de la lechada empleada, aunque precisa que se utilizó cemento en vez de la cal propuesta
por Barocio-Alvarez.

Inyección interior a la ataguía. Hasta ahora no se ha localizado información sobre los


puntos de inyección ni del volumen introducido en la banda interna; considerando que
conservaran la misma relación de las áreas exterior e interior, el volumen de mortero pudo
ser del orden de 1900 m3.

Características de los morteros. Se hizo una reproducción aproximada de los morteros


utilizados para inferir sus parámetros significativos, sus resistencias a la compresión simple
fueron de 25 y 60 kg/cm2 para los morteros de cemento-cal y de cal-arcilla-arena
respectivamente. En cuanto a las sangrías, fueron de 5.6 y 10% respectivamente.

Volumen total inyectado. Es interesante revisar el volumen de mortero inyectado para


modificar el comportamiento del subsuelo, considerando que penetró bajo toda la
plataforma, para incrementar el espesor y reforzar la resistencia de la capa dura superficial.
En la Fig. 19.6.2 se anotan los números de sacos de cemento empleados en las inyección
entre 1910 y 1913 y los volúmenes de morteros deducidos y en la Fig. 19.30 los volúmenes
de morteros inyectados entre 1914 a 25 (todos estos valores están consignados en el
Archivos de la Nación); el único valor supuesto es el del mortero inyectado en la banda
interior de la tablestaca. Las áreas de suelo tratado son: bajo la plataforma 7450 m2, a la
banda interior de 3 m corresponden unos 2760 m2 y unos 3690 m2 a la exterior de 10 m de
ancho, lo cual define que el área de suelo inyectado es de 13,900 m2, valor menor al
calculado por Barocio. Con estas áreas el volumen de suelo hasta 12 m de profundidad es de
166,800 m3.

La relación del volumen inyectado, corregido por la pérdida de volumen del mortero
(sangría), al volumen de suelo modificado es del orden de 5.6%. Este aspecto deberá ser
investigado para definir el porcentaje óptimo de mortero que modifica el comportamiento de
los suelo del Valle de México.

En cuanto al peso del mortero inyectado con relación al del edificio de 87,450 t, resulta del
15% de la magnitud de la masa de suelo, que indudablemente generó algún incremento en
los hundimientos, considerando que se incrementaron los esfuerzos aplicados en 0.8 t/m2.

634
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Comportamiento logrado. En la Fig. 19.31 se muestran los hundimientos hasta 1925, así
como las fechas en que se realizaron las campañas de inyección. Desafortunadamente, la
información de los años de 1925 a 1930 no se ha localizado, fechas en que se incrementaran
nuevamente las cargas que se aplican al suelo. En esa figura se destaca que en 1909 la
columna Suroriente Nº 14 tenía la menor velocidad de hundimiento, de 15.7 cm/año,
mientras que la Norponiente Nº 191 lo hacía a 42.9 cm/año, el diferencial de 27.2 cm/año
causó la alarma que motivó la decisión de inyectar el subsuelo del Teatro.

Fig. 19.31, Evolución de los asentamientos del Teatro Nacional

En el comportamiento observado en la Fig. 19.31, se advierte que la evolución de los


hundimientos se modificó a consecuencia de las inyecciones, porque las columnas del lado
poniente del Teatro dejaron de hundirse a mayor velocidad que las del lado oriente; la más
notable es la columna Nº 13 que siendo de gran velocidad inicial se uniformiza con las
demás. Se puede decir que esta figura demuestra que la inyección del subsuelo, aunque no
detuvo el hundimiento, indujo uniformidad en los asentamientos. En esos años este logro
fue incomprendido por ingenieros y arquitectos, pero hoy lo podemos juzgar como un logro
notable.

19.6.2 Un edificio en la orilla del lago

Antecedentes. Se trata de un edificio de la UNAM ubicado en la ladera Sur del Peñón del
Marqués, volcán que emerge al oriente de la Ciudad de México; este edificio de dos pisos con
largo de 44.2 m y ancho de 7.2 m sufrió un proceso de hundimiento diferencial, acumulando
en algo menos de 20 años un asentamiento diferencial de 101 cm como se ilustra en la Fig.

635
Manual de Construcción Geotécnica

19.32.a; su desplome en el eje corto era de 4.2% y en el largo de 1.8%, valores tan altos que
se había tomado la decisión de demolerlo. Sin embargo, el Dr. Fernando López Carmona
propuso tomarlo como un proyecto experimental que empezó por devolverlo a la vertical.
Mediante la subexcavación de su cimentación, se corrigió hasta dejarlo en la condición de la
Fig. 19.32.b. Después se procedió a inyectar su subsuelo para demostrar la validez de la
inyección del subsuelo.

Fig. 19.32, Desplomes corrección geométrica y estratigrafía

636
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Fig. 19.33.a, Ubicación de los núcleos reductores de deformación

Fig. 19.33.b, Endurecimiento del suelo con núcleos de mortero de inyección

637
Manual de Construcción Geotécnica

Fig. 19.34, Hundimientos en la FES Zaragoza antes y después de la inyección de morteros


(1720 días transcurridos)

Problemática general. La FES Zaragoza se encuentra en una zona de transición abrupta


localizada en las faldas del Cerro del Peñón y la zona del lago, donde los espesores de los
suelos blandos varían en cortas distancias, como se ilustra en la Fig. 19.32c, lo que ocasiona
que se desarrolle un proceso continuo y gradual de hundimiento regional diferencial,
producto del abatimiento piezométrico inducido por el bombeo profundo para el suministro
de agua potable.

Inyección del subsuelo. En la Fig. 19.33a y b se ilustra de manera esquemática los


puntos de localización de los núcleos de inyección y la posición teórica de las láminas de
mortero inyectado.

Comportamiento anterior. Se tomó a la esquina A-2 como la referencia de velocidad de


hundimiento cero, ya que era la de menor velocidad; en la Fig. 19.34 con líneas discontinuas
se precisan las velocidades de hundimiento diferencial de las tres esquinas, se advierte que
la Suroriente M-1 lo hacía con mayor rapidez, se hundía a 4.8 cm/año y la Surponiente A-1
lo hacía con 1.4 cm/año.

Comportamiento logrado. En la misma Fig. 19.34 se anotan las curvas de hundimiento


determinadas respecto a la esquina A-2; después de la inyección y posterior a que las

638
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

láminas alcanzaran su rigidez y se hubieran ajustado, la esquina M-1 redujo su velocidad de


hundimiento a 0.87 cm/año; por su parte la esquina A-1 ahora se hunde a 0.65 cm/año.

Conclusión. La reducción alcanzada con la inyección aplicada es del 54 al 82%, está


pendiente decidir otra etapa de inyección. En cualquier caso este ejemplo demuestra la
notable capacidad de reducir la velocidad de los hundimientos diferenciales que tiene la
inyección de morteros.

19.6.3 Catedral Metropolitana y Sagrario

Objetivos. La suma de los hundimientos diferenciales de la Catedral y del Sagrario y los


futuros que les inducirá el abatimiento de la presión del agua del subsuelo, originada por el
bombeo profundo, eran suficientes para dejar a esos templos en condiciones de riesgo ante
un sismo y por ello justificaron practicar la Corrección Geométrica de esos templos para
reducir el asentamiento diferencial acumulado que se ilustra con las configuraciones de
1907 y 1989 de la Fig. 19.35 del. El propósito fue darles la capacidad para soportar los
hundimientos diferenciales futuros; así, entre junio de 1998 y septiembre de 1999, se indujo
una corrección del hundimiento diferencial de 92 cm, mediante el proceso de subexcavación
y el efecto del bombeo local. Esa corrección se redujo a 88 cm al suspender esas actividades
el hundimiento regional comenzó a ejercer nuevamente su influencia nociva.

Fig. 19.35, Configuraciones topográficas en 1907 y 1989

Posteriormente, por la importancia de este monumento, se decidió identificar un


tratamiento del subsuelo capaz de reducir la velocidad de los futuros hundimientos
diferenciales; después de analizar diversas técnicas, la única que resultó factible de aplicar
fue la inyección de morteros para el endurecimiento de las arcillas blandas en las orillas de
los templos, donde se encuentran los suelos más blandos.

639
Manual de Construcción Geotécnica

Fig. 19.36, Inyección del subsuelo de Catedral, Etapa 1ª, sep 98 a sep 99,
Etapa 2ª, mayo a julio 2000

Se empezó por verificar la funcionalidad de la inyección en una zona experimental ubicada


en el atrio, a un lado de la torre Poniente. El tratamiento se realizó entre noviembre de 1997
y enero de 1998 inyectándose en la Formación Arcillosa Superior 179.5 m3 de mortero en 18
núcleos. El beneficio de esa inyección se comprobó con las mediciones de una plomada
electrónica de precisión de 1/34,000 instalada en la torre, las cuales indicaron una ligera
reducción de la velocidad de inclinación y por ello de los hundimientos, con esa prueba se
decidió proceder a la inyección. El reto fue complejo, porque las áreas son enormes. La
Catedral cubre 9000 m2 incluyendo el pedraplén de su cimentación que sobresale en
promedio 5.5 m del perímetro de los muros. El Sagrario ocupa 3000 m2 y el Museo 800 m2, lo
que da un total de 12 800 m2.

640
Inyecciones por fracturamiento hidráulico

Endurecimiento del subsuelo de la Catedral y Sagrario. En la Fig. 19.36 se muestran


las áreas donde resultó necesario endurecer la Formación Arcillosa Superior. En la Catedral
fue de 5348 m2, en el Sagrario de 1000 m2 y en el Museo de 785 m2, el total fue de 7 133 m2.
En esta figura se observa que los porcentajes de inyección varían de 1 a 7% en la Catedral y
de 1 a 5% en Sagrario. La inyección se realizó mediante 585 núcleos de mortero deformable
con sus respectivas familias de láminas laterales, 421 se ubicaron en la Catedral, 111 en el
Sagrario y 53 en el Museo.

El mortero de inyección adoptado para reducir la compresibilidad del subsuelo de la


Catedral está dosificado a base de cemento, bentonita y arena pómez con una resistencia a
la compresión simple a 28 días de 44 kg/cm2 y con módulo de compresibilidad volumétrica,
mvm de 0.004 cm2/kg. El volumen total de mortero inyectado fue de 5189 m3.

Las perforaciones necesarias para realizar la inyección implicaron atravesar los espesores
del pedraplén, de los rellenos arqueológicos y de la costra superficial, para después
profundizar en las arcillas de la Formación Arcillosa Superior hasta encontrar la Capa
Dura; esas perforaciones se practicaron desde la superficie en los atrios y desde sótanos y
criptas. En cuanto a las técnicas de perforación e inyección, se aplicaron las más adecuadas
a las condiciones que imponen las estructuras y su subsuelo. En la Fig. 19.37 se muestra un
núcleo y sus láminas laterales y también un esquema de una familia de láminas con sus
núcleos laterales.

Fig. 19.37, Estructura de mortero con la geometría TGC

641
Manual de Construcción Geotécnica

Nivelaciones topográficas. Se llevan a cabo con nivel de precisión en los 337 puntos de
control distribuidos en toda el área del monumento; en la Catedral y Sagrario se nivelaron
los plintos de las columnas, las pilastras o muros de las capillas y también los muros
exteriores. En las nivelaciones siempre se hace coincidir la curva cero con la referencia
histórica punto C-3 localizado en el Ábside ubicado al costado poniente del Altar Mayor,
obteniendo así movimientos diferenciales con respecto a este punto. Todas se refieren al
banco de nivel profundo instalado 100.4 m bajo la superficie, BNP-100; por ello, los
movimientos registrados son la combinación de los provocados por el hundimiento regional y
los inducidos por las acciones antes mencionadas.

Efectividad de la inyección. Se puede evaluar este efecto comparando las configuraciones


topográficas de los hundimientos anuales efectuadas en la Catedral y Sagrario antes de la
intervención de la subexcavación en 1989 y como lo hacen después de las inyecciones, para
comprobar el efecto uniformador de los hundimientos que induce la inyección del subsuelo.

a) Antes de la inyección. En la Fig. 19.38a se presenta una imagen del comportamiento


inicial, mediante la configuración anualizada de velocidades de hundimiento
deducida con nivelaciones de precisión entre el 7 de enero de 1991 y el 2 de
septiembre de ese año. Se aprecia que la parte central de la Catedral emergía con
respecto a su esquina nororiente, a razón de 16 mm/año y que la Torre Poniente se
asentaba diferencialmente a razón de 12 mm/año. Por su parte el Sagrario
presentaba una velocidad máxima de hundimiento en su esquina suroriente de 20
mm/año, con respecto a su punto más alto.

b) Después de la inyección. El primer indicador del beneficio de la inyección es que se ha


mantenido el diferencial máximo de hundimiento de 88 cm desde septiembre de 1999
hasta julio de 2002. En cuanto a los diferenciales de hundimiento acumulados
durante un año, entre el 10 de septiembre de 2001 y el 9 de septiembre de 2002 se
presentan en la Fig. 19.38b. Del análisis de esta figura se deduce que la zona central
de la Catedral también emerge con respecto a su perímetro pero ahora lo hace con
una velocidad máxima de hundimiento, que se presenta en la esquina nororiente, de
5 mm/año y en el surponiente con 2.5 mm/año. El diferencial máximo de velocidades
de hundimiento para este periodo es de 9.mm/año, entre la zona del crucero y la
esquina nororiente de la Catedral.

Conclusión. De la comparación de las Figs. 19.37a y 19.37b, se puede decir que la inyección
de morteros en el subsuelo ha modificado el patrón de velocidades de hundimiento y que el
cambio ha sido benéfico para las estructuras ya que se logró que dicha velocidad
disminuyera hasta en un 70% en la esquina Nororiente y en 85% en la esquina Surponiente.
Por otro lado, el diferencial máximo entre el centro y la esquina nororiente de la Catedral
bajó de 19 a 7mm/año lo que equivale a una disminución del 73%. En el Sagrario se aprecia
que los efectos benéficos de la inyección son aún más notorios ya que de los 16 mm/año que
presentaba la esquina suroriente en 1991, pasó a 8 mm/año en este año lo cual equivale a
una reducción del 50%.

642
Fig. 19.38, Comparación de velocidades de Hundimiento anual

643
Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Manual de Construcción Geotécnica

Reconocimientos

En la elaboración de este trabajo se aprovecharon las entusiastas colaboraciones de los


ingenieros Óscar Cuanalo, Alejandro González, Rocío Bailón, Julio Hernández, Gerardo
Miranda, Ernesto Holguín, José A. Segovia, David Calderón, René Contreras, Ricardo
Martínez y del historiador Xavier Guzmán. Los dibujos los realizaron Rubén Torres, Luis
Miguel Zúñiga y Luis Carlos Sánchez. Finalmente, Lourdes Cervantes y Cristina Aldama
transcribieron varios de los escritos.

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