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Inyecciones Fracturamiento PDF
Inyecciones Fracturamiento PDF
hidráulico
Enrique Santoyo Villa
Efraín Ovando Shelley
19.1 Introducción
La inyección de suelos arcillosos blandos es una técnica que tiene como objetivo
fundamental reducir las deformaciones de la masa de suelo ante las cargas aplicadas, el
proceso de ejecución se inicia con la inducción del fracturamiento hidráulico mediante la
inyección a presión de fluidos, lechadas o morteros, que al endurecer forman una estructura
intercalada al suelo, compuesta de delgadas placas de mayor rigidez que éste; esas láminas
son predominantemente radiales al eje de inyección, semiverticales y ocasionalmente
producen lentes horizontales en los estratos permeables; a todo este complejo arreglo de
láminas duras se podría denominar como una "estructura de naipes", cuyos huecos ocupa la
arcilla blanda.
Es paradójico que la inyección de morteros en suelos arcillosos sea una antigua práctica
utilizada en el edificio de la terminal de ferrocarriles Buenavista de ciudad de México en
1875, después aplicada a partir de 1910 a 1925 en lo que fue el Teatro Nacional, actual
Palacio de las Bellas Artes; posteriormente, entre los años 1920 y 1940 se realizó la
inyección del subsuelo para varios edificios; incluso el Ing. Roberto Gayol propuso en 1929
inyectar el subsuelo de la Catedral para mejorar el comportamiento del subsuelo pero la
inestabilidad política de la época impidió que se realizara. Sin embargo, la documentación
sobre todos esos casos es muy escasa; la técnica nunca fue comprendida racionalmente y
terminó por caer en el olvido.
Sobre la efectividad de la inyección del subsuelo del Teatro Nacional hubo mucha polémica,
la información técnica fue archivada y sólo predominó el injusto juicio de que "la inyección
no había servido".
En los últimos 30 años se ha usado ocasionalmente la inyección en los tramos inicial y final
de nuevos túneles en suelos arcillosos como técnica de endurecimiento local de los suelos
junto a las lumbreras, pero sin cuidar los detalles de inyección y por ellos se generan
estructuras desordenadas que tienden a formar bloques de arcilla envueltos en mortero.
La inyección que aquí se describe tiene como objetivo injertar una estructura de geometría
ordenada que refuerza al suelo y sobre todo reduce su deformabilidad. El proceso empieza
con el análisis del estado de esfuerzo en la masa de suelo del sitio y luego, mediante modelos
numéricos se diseña el refuerzo de mortero que puede mejorar su comportamiento.
Esta técnica de inyección sin duda tendrá en las arcillas blandas del valle de México un
vasto campo de aplicación y por ello se complementa con la descripción de tres casos, el del
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Manual de Construcción Geotécnica
Palacio de las Bellas Artes en 1910 y dos recientes, uno experimental en un edificio ubicado
en la orilla del lago y el de la Catedral y Sagrario de la ciudad de México, los cuales podrán
estimular que se utilice esta inyección en el futuro.
En cuanto el fenómeno de fisuramiento de las arcillas blandas es tan fácil de inducir que
frecuentemente ocurre involuntariamente durante el proceso del muestreo de suelos (Tamez
et al 1987). Esa capacidad de fisuración de las arcillas blandas hace factible que mediante la
inyección de morteros se pueda injertar la estructura que reduce su compresibilidad. En
este capítulo se presenta el marco teórico que explica el mecanismo de fracturamiento e
inyección para la formación de la estructura de láminas insertadas y las presiones para
llevar a cabo la inyección.
En el texto se emplean abundantemente los términos fisura, fractura y grieta; los tres
implican una discontinuidad en el suelo; en general pueden usarse indistintamente, pero
guardan diferencias sutiles: a) la fisura es tan pequeña que pasa inadvertida a simple vista,
b) por fractura hidráulica se entiende una discontinuidad inducida artificialmente, donde
había o no una fisura, y c) la grieta es una discontinuidad de dimensión mayor, natural o
inducida.
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
1
σ′oct = ( σ1′ + σ′2 + σ′3 ) (ec.19.1)
3
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Manual de Construcción Geotécnica
σ´oct y τoct son invariantes de esfuerzo, porque son independientes del sistema de
coordenadas de referencia que se adopte.
Así, cualquier estado de esfuerzos se puede representar con sólo esos dos parámetros.
Haciendo referencia a la Fig. 19.1a, el vector OP representa el estado de esfuerzos en el
punto P. La proyección de OP sobre la línea hidrostática es la componente volumétrica de
esfuerzos σ´oct y su proyección en el eje ortogonal, τoct, representa a la componente
distorsional. Consecuentemente, los estados generalizados de esfuerzo se pueden
representar como puntos en el espacio (σ´oct, τoct) como se muestra en la misma figura. Si en
un elemento de suelo ocurren cambios de esfuerzo, por ejemplo de P a Q y después a R y S
como se ilustra en la Fig. 19.2.1b, se pueden trazar líneas como las ahí mostradas que
representan estos cambios en los estados de esfuerzo entre los puntos P, Q, R y S. Estas
líneas son las llamadas “trayectorias de esfuerzo”.
1
p′ = σ′oct = ( σ′v + 2σ′h ) y q = τoct = σ′v − σ′h (ec. 19.3)
3
τoct
q= (ec. 19.4)
2
Otro parámetro complementario es la relación de vacíos, e, que se relaciona con los cambios
de volumen debidos a variaciones de los esfuerzos efectivos p´, empleando para ello el plano
p´-e. La deformación volumétrica unitaria, εv se puede expresar como función del incremento
o decremento relativo de la relación de vacíos.
∆e
εV = (ec. 19.5)
1 + ei
La inyección de mortero fluido en una masa de arcilla blanda modifica el estado de esfuerzos
del suelo circundante al punto de inyección, efecto que es necesario tomar en cuenta para
interpretar el comportamiento de la masa tratada, después de la inyección. Las condiciones
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
σ′h
K0 = (ec. 19.6)
σ′v
En el espacio p´- e, la trayectoria del elemento de suelo viaja desde su condición inicial con
esfuerzo efectivo nulo y relación de vacíos inicial, e0, hasta el punto 1, a lo largo de la línea
de consolidación virgen.
Aplicación de cargas externas (tramos 2-3 y 3-4). Los esfuerzos externos aplicados al
subsuelo inherentes a la construcción de las plataformas y estructuras aztecas (tramo 1-2) y
los edificios coloniales, dieron lugar a otras modificaciones en la distribución de esfuerzos en
el subsuelo, (tramo 3-4), y se estima que la fase primaria del proceso de consolidación que
indujeron terminó a mediados del siglo XIX.
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Manual de Construcción Geotécnica
Fig. 19.2, Trayectorias típicas de esfuerzos y cambios volumétricos en un elemento localizado dentro
de un suelo sometido a inyecciones de mortero
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Considerando por simplicidad que los aumentos de esfuerzos cortantes que indujeron los
templos prehispánicos y los coloniales se deben únicamente a incrementos de esfuerzos
verticales, se deduce que el valor del cociente σ´h/σ´v disminuye aún más. Estas cargas se
aplicaron durante un periodo muy largo, desde el siglo XIV hasta principios del XIX por lo
que se puede considerar que se aplicaron bajo condiciones de drenaje libre. Al avanzar a lo
largo de esta trayectoria de esfuerzos, el elemento de suelo se acerca a la envolvente de falla.
Los cambios de volumen que indujeron en el subsuelo redujeron la relación de vacíos del
elemento estudiado, como se observa en el diagrama p´-e.
Influencia del bombeo profundo (tramo 4-5). Los abatimientos de los niveles
piezométricos producidos por el bombeo regional profundo, que comenzó a mediados del siglo
XIX, han producido aumentos en los esfuerzos efectivos sin que cambien significativamente
los esfuerzos cortantes dentro de la masa de suelo. Así, el estado del elemento analizado
pasa de 4 a 5 y continuará avanzando a lo largo de esa trayectoria, en la que los esfuerzos
desviadores permanecen aproximadamente constantes. El cociente de esfuerzos efectivos, K
= σ´h/σ´v, es mayor en el punto 5 que en el 4; es decir K5 > K4. Los cambios volumétricos
correspondientes a esta etapa se muestran en la parte inferior de la Fig. 19.2. La
consolidación inducida por bombeo profundo aumenta los valores de la carga aplicada pero
disminuye los del coeficiente de preconsolidación (OCR) lo que significa que en el recorrido
del tramo 4-5, el suelo se acerca a la condición de consolidación normal.
A corto plazo. Al penetrar un fluido fraguante dentro del suelo, como en el caso de un
núcleo o el de una lámina de mortero, el suelo a su alrededor se desplaza lateralmente con lo
que los esfuerzos horizontales se incrementan. Aceptando que los esfuerzos verticales no se
modifican, este incremento de esfuerzo horizontal implica que los esfuerzos cortantes
disminuirán de valor. Como la inyección de morteros se lleva a cabo rápidamente la
trayectoria que sigue al elemento de suelo es la del tramo 5-6 y corresponde a un proceso de
descarga no drenada que incrementa la presión de poro ∆u, que en la Fig. 19.2 es la
distancia horizontal entre los tramos 5-6 y se puede evaluar aproximadamente con la
expresión:
En donde A y B son los parámetros de presión de poro de Skempton y ∆σv y ∆σh son
incrementos de esfuerzos totales. Si se considera que el suelo está saturado, B = 1; además,
para la inyección ∆σv = 0. Con esto:
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Manual de Construcción Geotécnica
condición en la que estos últimos superan en magnitud a los esfuerzos verticales. Si los
esfuerzos horizontales se incrementan todavía más, eventualmente se podría alcanzar un
estado de falla pasiva.
El incremento de la presión de poro dado por las ecuaciones (19.2.7) y (19.2.8) tiene el efecto
inmediato de detener el hundimiento regional en virtud de la disminución de esfuerzos
efectivos que la acompaña lo cual también puede incluir ligeras expansiones durante
algunas semanas.
Una vez que se ha disipado la presión de poro producida por la inyección, la masa de suelo
sometida a ese tratamiento nuevamente estará sometida a los efectos del hundimiento
regional. Su trayectoria de esfuerzos será horizontal pues sólo aumenta el esfuerzo efectivo
medio y el desviador es prácticamente constante. Los cambios de volumen que se producen
estarán regidos por la disminución de compresibilidad inducida por la inyección de
morteros. De acuerdo con los resultados de las pruebas de campo y laboratorio que
fundamentan estas inyecciones, no sólo se reduce la compresibilidad del suelo sino que
también incrementa su carga aparente de preconsolidación (TGC, 1998; Ovando y Vega
Muñoz, 1997). Los estados del material inyectado en el diagrama e-p´, representado por el
punto 8, del tramo 7-8 de la Fig. 19.2, que queda a la derecha de la línea de consolidación
virgen del suelo original. En suma el suelo se comporta como endurecido a causa de la
presencia de las láminas inyectadas.
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
con el dilatómetro de Marchetti y con el piezocono. Las pruebas con el primero de estos
instrumentos permiten conocer la magnitud del esfuerzo horizontal antes y después de las
inyecciones, mientras que los ensayes de piezocono permitieron conocer los cambios de
presiones de poro que induce la inyección. En la Fig. 19.3a se presenta un perfil que
muestra la variación con la profundidad del esfuerzo vertical efectivo así como la forma en
que varía un parámetro, KD, obtenido con el dilatómetro. El esfuerzo horizontal es
proporcional al parámetro KD (Marchetti, 1980). En la Fig. 19.3b se presentan las
distribuciones de presión de poro medidas con piezómetros abiertos y con un piezocono,
antes y después de la inyección experimental de morteros que se llevó a cabo ahí, entre
noviembre de 1997 y enero de 1998. La zona inyectada abarcó toda la longitud de la
Formación Arcillosa Superior, entre los 12 y 37 m de profundidad aproximadamente. Es
evidente que, de acuerdo con el marco conceptual propuesto aquí, la inyección de morteros
incrementó la presión de poro, a todo lo largo de la zona inyectada. Como referencias
comparativas se presentan la distribución hidrostática en el sitio así como mediciones
efectuadas fuera de la zona inyectada.
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Manual de Construcción Geotécnica
ν
σ x = σ y = γz
1 − ν
(ec. 19.9)
σ z =γ z
donde
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
ν
p0 = γz+cu (ec. 19.10)
ν −1
onde
cu cohesión del medio o su resistencia no drenada
El análisis del fracturamiento hidráulico de Matthews y Russell (1967), demuestra que las
fracturas inducidas son perpendiculares a la dirección esfuerzo principal menor existente en
el terreno y la orientación de las fracturas hidráulicas inducidas depende de la distribución
de esfuerzos en la zona próxima a los pozos de inyección, Fig. 19.4.
Fig. 19.4, Orientación del fracturamiento, siempre perpendicular al esfuerzo principal menor
Por lo tanto, para predecir la orientación de las fracturas inducidas, en general, es necesario
conocer o al menos estimar las direcciones y magnitudes de los esfuerzos principales en la
zona que se proyecta inyectar. Esto adquiere mayor importancia cuando se pretende hacerlo
debajo o en la periferia de una construcción existente.
597
Manual de Construcción Geotécnica
La hipótesis básica de esta teoría es que el material tiene un gran número de fisuras
orientadas aleatoriamente y que la falla se presenta cuando el esfuerzo local en la fisura
más grande o de orientación más susceptible alcanza un valor crítico. Griffith introdujo el
concepto de “microfisuras” (grietas pequeñas en gran número) y demostró que en sus
vértices existe una elevada concentración de esfuerzos que pueden conducir al desarrollo de
una grieta. Además, supuso que las microfisuras tenían la forma de una elipse muy estrecha
cuyo eje mayor es normal a la dirección del esfuerzo de tensión.
1 1 2
σmax =2σ (ec. 19.11)
ρ
donde
De lo anterior, si los esfuerzos alcanzan su valor máximo, σmax, la fisura crecerá. En el caso
de condiciones biaxiales de esfuerzo, el criterio de falla es el siguiente:
donde
Estado de esfuerzos. Si se considera una fisura horizontal en una placa elástica de ancho
unitario, fija en sus bordes horizontales superior e inferior, con geometría a > H y b > H,
(Fig. 19.5), existirá un valor crítico del desplazamiento u que hará que la fisura se propague.
Arriba y abajo de la fisura el material está libre de esfuerzos, mientras que a la derecha,
actúan esfuerzos constantes producidos por la deformación vertical unitaria ε = u/H. Dichos
esfuerzos están dados por:
598
Inyecciones por fracturamiento hidráulico
ηEu
σ= (ec. 19.13)
H
donde
E módulo de Young
η factor que depende de la relación de Poisson y la geometría considerada
Si la fisura o grieta crece de su longitud inicial, ao, hasta la orilla de la placa y lo hace casi
estáticamente, sin producir energía cinética, la energía potencial se aproxima gradualmente
a cero y las partes quedan libres de esfuerzos. La energía potencial se consume durante la
propagación de la grieta y el trabajo se aplica a lo largo del incremento de superficie de la
grieta. En 1920 Griffith definió este trabajo (físico), como el necesario para vencer las
fuerzas de atracción de la estructura atómica del material. De acuerdo con esto, la fuerza de
propagación de la grieta, denominada G*, es:
ηE 2
G* = u (ec. 19.14)
2H
El valor de la fuerza de propagación de la grieta debe ser igual al trabajo 2γ, necesario para
propagar el frente de la grieta en el estado crítico.
ηE 2
G * = 2γ = u (ec. 19.15)
2H
γH
u=2 (ec. 19.16)
ηE
Criterio de propagación de fisuras o grietas. Para que una fisura se propague, basta
que se cumpla alguna de las siguientes condiciones:
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Manual de Construcción Geotécnica
G * = Gc o K I = K IC (ec. 19.17)
a) Durante el estiaje se generan fisuras poco profundas en las capas superficiales del
suelo, debido a la desecación solar de la superficie, con la correspondiente contracción
volumétrica.
b) Durante las lluvias las fisuras se llenan de agua y se genera una presión hidrostática
local, que incluso puede tener un cierto tirante por encharcamiento; esta presión es
independiente de la correspondiente a las aguas freáticas. Cuando ambas aguas se
comunican, la presión se suma.
Esta teoría postula que la propagación de grietas en las arcillas del valle de México ocurre a
consecuencia de la generación de tensiones en el vértice de fisuras preexistentes y que se
amplían por el fracturamiento hidráulico causado por la presión del agua que se les
introduce, particularmente durante las lluvias. La inyección de lechadas y morteros a
presión activa fisuras preexistentes según el mecanismo descrito.
La condición para que se propague una grieta en la cual se aplica una presión interna p, es
que se cumpla en la punta de la grieta:
donde
P presión interna
σ2 esfuerzo principal menor
T0 resistencia a la tensión del material
600
Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Donde K0 es el coeficiente de empuje horizontal en reposo; las primas indican que los
esfuerzos considerados son efectivos. La presión interna en la punta de una grieta llena de
agua y de profundidad z es:
p = γw z (ec. 19.19)
Finalmente, una grieta aumentará de tamaño si la altura del agua dentro de ella excede un
valor crítico zcrit , dado por:
K 0 σ′z + T0
zcrit = (ec. 19.21)
γw
Por esa razón, se dedicó un gran esfuerzo a la medición in situ de los estados de esfuerzo así
como de las propiedades mecánicas de las arcillas que subyacen a edificios históricos en el
centro de la ciudad de México. A continuación se presenta una expresión que permite
estimar la presión de fracturamiento hidráulico en el subsuelo a partir de la resistencia de
punta del cono eléctrico y de la presión de poro real.
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Manual de Construcción Geotécnica
p0 = K 0 σ′ν + u + cu (19.22)
donde
De acuerdo con la experiencia en el empleo del cono en los suelos blandos del valle de México
(Santoyo et al 1989), se tienen las siguientes correlaciones:
qc q
cu = y σ′v = c (ec. 19.23)
Nk Nσ
K 1
p0 = qc 0 + +u (ec. 19.24)
Nσ N K
En las arcillas del centro histórico de la ciudad de México los valores medios de los factores
de correlación son: NK = 12.5 y Nσ = 5. En investigaciones recientes se ha encontrado que
para la arcilla de la ciudad de México, el valor de K0 es ligeramente superior a 0.35 (Ovando
y López, 1999). Aceptando que este valor se incrementa por el efecto de envejecimiento
(Mesri, 1993), se puede asumir que el valor de K0 en el campo es cercano a 0.5. Haciendo las
sustituciones necesarias se llega a una expresión simple para determinar aproximadamente
la presión de fracturamiento hidráulico de estas arcillas:
qc
p0 ≅0.18qc +u ≈ +u (ec. 19.25)
5
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
presión del mortero y se produzcan láminas de mortero en los antiguos planos de los
prismas de arcilla.
Lo anterior implica que en una retícula horizontal de inyección de mortero, en el que cada
crucero define una vertical con puntos de inyección a diferentes profundidades, se pueden
inducir cuatro patrones de fisuramiento hidráulico y por ello de familias de láminas de
mortero:
a) La familia principal de láminas paralelas entre sí, en el plano del esfuerzo principal
mayor del sitio. La separación entre ellas depende de la separación entre las
verticales de inyección. Además las láminas en un punto de inyección podrán
empatarse con las de otra vertical coplanar de inyección, cuando queden en un mismo
plano de fisuramiento (Fig. 19.7a).
b) Una familia con láminas de mortero en un arreglo de planos radiales (Fig. 19.7b). Se
puede originar por dos causas: (1) por la existencia de fisuras prismáticas
preexistentes debidas al secado solar, o (2) que ambos esfuerzos horizontales sean
iguales.
603
Manual de Construcción Geotécnica
En general, podría también ocurrir que la dirección de fisuramiento cambie en algún estrato
e incluso que no se desarrolle, y que por ello no se forme la lámina y que sólo se genere un
campo semiesférico. Otra peculiaridad de la inyección es que en estratos permeables se
podrán desarrollar también ocasionales lentes horizontales de mortero.
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
605
Manual de Construcción Geotécnica
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
a) Morteros de fraguado “rápido” obtenidos con cemento, arena pumítica y algo de cal o
bentonita para controlar que su fraguado no ocurra durante la inyección, además de
aumentar su manejabilidad. Estos morteros tienen fraguado inicial en 10 horas y
endurecen significativamente después de unos 5 días.
b) Mortero de fraguado “lento” obtenidos con cal y algo de cemento, arena pumítica y
aditivos; el tiempo que tardan en endurecer estos morteros endurecen es de 100 a 150
días y conservan siempre la importante característica de la propiedad puzolánica de
la mezcla cal pómez.
En el laboratorio también se ensayó otro modelo con pequeñas columnas de mortero Fig.
19.10, pero se abandonó, porque fue menos consistente.
607
Manual de Construcción Geotécnica
deformables, con una carga de preconsolidación que crece a medida que se incrementa el
espesor de las láminas.
608
Inyecciones por fracturamiento hidráulico
En la Fig. 19.12 se presenta el modelo de rigidez ponderada, con base en el cual la rigidez
necesaria del mortero de inyección se obtiene conociendo la compresibilidad de la arcilla
natural y la de la arcilla inyectada, obtenidas de ensayes de laboratorio. Asimismo, debe
especificarse la relación entre el volumen de mortero y el volumen de la arcilla inyectada. El
módulo de compresibilidad del mortero se define por aproximaciones experimentales de
dicha relación de volúmenes.
K p (1+R )−K s
Km= (ec. 19.26)
R
609
Manual de Construcción Geotécnica
donde
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Se presentaron los conceptos teóricos que explican el fracturamiento de los suelos sometidos
a presión de fluidos. La aparición de fracturas o discontinuidades en el suelo depende del
estado de esfuerzos efectivos de campo así como de la orientación de los esfuerzos
principales efectivos.
Del análisis del cambio de esfuerzos dentro del subsuelo producido por las inyecciones
efectuadas en el subsuelo del Centro Histórico de la ciudad de México, se concluye que:
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Manual de Construcción Geotécnica
d) Los incrementos de esfuerzo horizontal aumentan la presión de poro dentro del suelo,
comportamiento que inicialmente contrarresta el efecto de la reducción del nivel
piezométrico que da lugar al hundimiento regional.
Los desarrollos teóricos presentados coinciden en señalar que las grietas producidas por el
fracturamiento hidráulico de las arcillas se orientan a lo largo de direcciones
perpendiculares a las de los esfuerzos principales menores. En zonas sometidas a
hundimientos bruscos, estas direcciones resultan ser paralelas a las curvas de igual
elevación o hundimiento que se obtienen en nivelaciones topográficas.
Cuando se aplica una inyección puntual de cierta viscosidad en los suelos finos, éstos
pueden reaccionar de cuatro maneras en función de su permeabilidad, textura, estructura y
estado de esfuerzos de la masa del suelo, de tal forma que puede inducirse: (a)
fracturamiento hidráulico radial al punto de inyección, (b) fracturamiento en un plano, con
una componente principal, (c) desplazamiento volumétrico esferoide y (d) impregnación del
suelo, aunque este último sólo ocurre en suelos muy permeables, Fig. 19.13.
612
Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Inyección de impregnación. Este modelo sólo se puede aplicar en suelos muy permeables
como arenas y gravas, en las que el mortero puede penetrar entre las partículas y se puede
hasta saturar a la masa de suelo.
Es importante aclarar que la inyección de morteros fluidos para crear por fracturamiento
hidráulico en la masa de suelo las láminas de mortero rígido o semirígido es un
procedimiento que se puede aplicar sin restricciones. En México se utilizó desde 1875 y en
1910 se adoptó para el actual Palacio de Bellas Artes, aunque sin comprender que lograron
ese efecto. Actualmente en varios países europeos investigan ese tipo de inyección e incluso
han generado procedimientos protegidos con patentes.
TGC ha desarrollado una patente para la peculiar geometría de núcleos y láminas que se
describe más adelante, así como un procedimiento para inducirla en la masa de suelo.
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Manual de Construcción Geotécnica
Descripción. Se trata de una estructura más compleja que las anteriores compuesta por
familias de láminas paralelas de mortero con espesor de milímetros a centímetros,
complementadas o reforzadas con núcleos cilíndricos de mortero cuyo diámetro es de unos
10 cm a 30 cm y cuyo eje vertical coincide con el de inyección, Fig. 19.14. La fabricación de
los núcleos se hace dentro de una perforación previa de diámetro menor, el mortero se
introduce a presión dentro de una funda geotextil permeable de poliéster, la cual al inflarse
contra las paredes de la perforación se conforma condicionada por la rigidez lateral de cada
estrato del subsuelo, Fig. 19.14.
Fig. 19.14, Núcleo con láminas laterales de mortero inyectado (geometría TGC)
Para inyectar el subsuelo arcillosos de un cierto sitio se debe empezar por verificar que se
puede injertar en el subsuelo una estructura de láminas de mortero mediante el
fracturamiento hidráulico en los estratos de arcilla; dado que cada caso es
fundamentalmente diferente y por ello siempre se debe iniciar con una etapa experimental.
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
volumen requerido para formar la estructura de mortero; (b) viscosidad del mortero; (c)
presión que se debe aplicar a las distintas profundidades y (d) tiempo de operación. La etapa
inyección preliminar debe servir para evaluar los siguientes parámetros:
Control del volumen, viscosidad y tiempo. En esta prueba se miden los tiempos para
inyectar un cierto volumen de mortero dentro del subsuelo, a una profundidad dada, lo que
constituye un dato muy importante en la planeación de un proyecto de inyección.
Los morteros para la inyección de arcillas blandas deben ser estables y su compresibilidad y
resistencia al corte controlables, también deben tener un sangrado mínimo y además deben
ser bombeables. Los materiales que los integran son: Cemento Portland Ordinario (CPO-
NMX-C-414) o bien Puzolánico (CPP), cal hidráulica, arenas de distintas rocas,
preferentemente pumíticas por su capacidad puzolánica y por que su baja densidad facilita
la estabilidad de los morteros durante la preparación, bombeo e inyección.
Las mezclas ensayadas fueron: (a) tres tipos de morteros agua-cemento con: arena pómez,
arena andesítica y arena pómez mas bentonita; (b) morteros de cal con arena pómez y
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Manual de Construcción Geotécnica
Viscosidad. Este parámetro controla la fluidez de los morteros para asegurarse que sean
bombeables. Las viscosidades se midieron con el cono de Marsh con el cual se determinó que
las mezclas con viscosidades superiores a 120 segundos no pueden bombearse, lo cual
confirma las conclusiones de Jones
(1963). También se encontró que las
viscosidades óptimas se encuentran
entre 60 y 80 seg. Con respecto a las
mezclas que contienen bentonita, se
estableció como regla práctica que el
contenido máximo de ésta para
obtener mezclas manejables en
campo, es de 6 %.
616
Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Los resultados de los primeros ensayes permitieron concluir que la edad de las mezclas es
un factor importante que influye en los resultados obtenidos, los cuales variarán en cada
caso, si la misma mezcla se prueba a 7, 14 ó 28 días después de elaborada.
1
Km = (ec. 19.27)
mv
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Manual de Construcción Geotécnica
Con respecto a la resistencia de los morteros se deberá considerar que los que contienen
cemento y cal alcanzan su máxima resistencia a los 6 meses mientras los de cemento y
bentonita la alcanzan a los 28 días.
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Conclusiones. Por sus características físicas y propiedades mecánicas, los morteros que se
recomienda utilizar en la inyección de las arcillas blandas, con la finalidad de reducir su
compresibilidad, pueden ser elaboradas con cemento, cal, arena pómez y cemento, bentonita
y arena pómez. Los primeros tienen ventaja sobre los segundos debido a su propiedad
puzolánica que les permite aceptar mayores deformaciones sin disminuir su resistencia. En
cuanto a su resistencia máxima, se alcanza a edades del orden de 6 meses que en algunos
casos puede ser compatible con el objetivo de reducir la compresibilidad a largo plazo. Los
morteros a base de cemento, bentonita y arena pómez adquiere su resistencia máxima a 28
días de edad.
19.5.1 Alcance
619
Manual de Construcción Geotécnica
Modelo del suelo. Está constituido por un estrato de 38 m de espesor, 15 m de ancho, con
frontera inferior fija y fronteras laterales deslizantes, Fig. 19.18; la resistencia al corte del
suelo se modeló con un valor de 0.5 kg/cm2 en la superficie y el cual se incrementa
linealmente con la profundidad a razón de 0.05 kg/cm2 por metro, con un módulo de rigidez
constante de 10 kg/cm2 correspondiente a un módulo de compresibilidad de 0.1 cm2/kg.
En la Fig. 19.19 se presentan los resultados obtenidos; las abscisas representan la distancia
horizontal entre el centro del núcleo y cualquier punto X ubicado a lo largo de la superficie
de la malla, normalizada respecto del radio del núcleo. En las ordenadas se presenta el
asentamiento resultante para cada En/Es normalizado respecto del asentamiento máximo
que sufriría el depósito sin el núcleo de mortero.
Se observa que la reducción del asentamiento es máxima en el núcleo (X/r ≤ 2): para la
relación En/Es = 10 el asentamiento total se reduce en un 4%; en la de En/Es = 100 el
asentamiento se reduce en 14% y para En/Es = 1000 el asentamiento se reduce en un 34%.
Asimismo, el modelo permite establecer que la influencia del núcleo cilíndrico decrece
rápidamente con la distancia; a dos veces el radio del pilote, la reducción inducida es del
orden de 1, 6 y 16% para las relaciones En/Es mostradas. La limitación del análisis
axisimétrico en un programa bidimensional es que solo se puede analizar rigurosamente un
núcleo.
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
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El modelo se sometió a dos condiciones de carga: la primera con una sobrecarga superficial
de 10 t/m2, del mismo orden de magnitud del abatimiento piezométrico, Fig. 19.21, y la
segunda se realizó aprovechando la capacidad del programa empleado para considerar un
abatimiento de nivel freático dentro de la masa de suelo equivalente a 10 m de columna de
agua, Fig. 19.22.
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Fig. 19.22, Láminas bidimensionales de 7.5 cm de espesor con abatimiento del nivel freático
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Caso b. Restricción de asentamientos por abatimiento del nivel freático. En la Fig. 19.24 se
observa que en el modelo con abatimiento del nivel freático de 10 m, para láminas
separadas 3 m con una relación de En/Es = 10 el asentamiento sólo se reduce en un 4%,
mientras que cuando En/Es = 1000 el asentamiento se reduce en promedio del orden del
40%. Asimismo, la figura muestra que para láminas separadas 1.5 m, el asentamiento se
reduce al 7% del total cuando En/Es = 10; para la misma separación y con En/Es = 1000 el
asentamiento se reduce al 45 %.
Comparación de los casos. Se advierte una diferencia importante, así para la sobrecarga
superficial es mayor el gradiente de la pendiente de la deformación en la zona de suelo entre
láminas, que la que resulta con el abatimiento del nivel freático, la cual se observa más
suave.
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Fig. 19.5.7 Restricción de asentamientos debida a láminas flotantes (abatimiento del NAF)
Comparación de los modelos. Para las láminas flotantes, el asentamiento se reduce entre 22
y 30% dependiendo del porcentaje de inyección; para las apoyadas en la Capa Dura se
observa en una reducción del 25 al 36% dependiendo del volumen inyectado.
Para evaluar la disminución que se puede lograr del asentamiento debido al abatimiento del
nivel freático, en la Fig. 19.27 se recopilan los resultados de las reducciones de deformación
logradas con láminas apoyadas y flotantes, para las relaciones de módulos de rigidez de 10,
100 y 1000 y con porcentajes de inyección igual al 4%. Para la relación de módulos de 10, la
influencia teórica es poco significativa, mientras que la eficiencia mejora notablemente para
relaciones de módulos hasta de 300, con los cuales se logran reducciones de deformación del
40 %; asimismo, en esta gráfica se observa que las láminas mejoran su trabajo al estar
apoyadas en la Capa Dura.
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Fig. 19.25, Láminas bidimensionales de 7.5 cm de espesor con abatimiento del NAF
apoyadas en la capa dura
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19.5.4 Conclusiones
Comparando las Figs. 19.20 y 19.23 se deriva que las láminas de mortero pueden ser más
eficientes que los núcleos de mortero para reducir las deformaciones.
Tanto para los núcleos como para las láminas con las separaciones consideradas, el
parámetro fundamental para la reducción de asentamientos es la relación de módulos
En/Es.
De la Fig. 19.27 se deduce tentativamente que la rigidez del mortero de las láminas
incrementa la capacidad de reducir las deformaciones del suelo; con relaciones de módulos
hasta del orden de 300 y que morteros más rígidos parecen innecesarios. Esta conclusión
teórica coincide razonablemente con el concepto de rigidez ponderada que se describe en el
inciso 19.2.9.
El programa Plaxis es una poderosa herramienta para el análisis numérico, sin embargo
carece de la capacidad de simular la presencia conjunta de núcleos y láminas en la masa de
suelo, por lo que la suma de sus efectos no puede ser por ahora demostrada teóricamente y
queda a la espera de estudios posteriores con técnicas de análisis tridimensional de
esfuerzos.
Aunque este análisis no es concluyente, permite inferir que las láminas de mortero pueden
reducir hasta el 40 % del hundimiento y que los núcleos, como lo demostró Auvinet, pueden
conducir a reducir significativamente los hundimientos diferenciales; se puede entonces
imaginar que el conjunto de láminas y morteros tengan mayor potencialidad para mejorar el
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Manual de Construcción Geotécnica
comportamiento de subsuelos blandos para conseguir que sus hundimientos sean más
uniformes.
Las limitaciones de estas herramientas teóricas orillaron a reconocer que únicamente casos
de inyección experimental seguidos con el Método Observacional son la única manera de
demostrar la eficiencia conjunta de láminas y núcleos en la reducción de la deformabilidad
del subsuelo.
Antecedentes. El Teatro Nacional diseñado por Adamo Boari, actual Palacio de las Bellas
Artes, desde el inicio de su construcción en 1904 se advirtió que se hundía; se sabe que
construida la plataforma de cimentación, se asentó diferencialmente 7.3 cm. Para el año de
1907 estaba casi concluida la estructura metálica, las mediciones mostraron que ya tenía
inclinación al Poniente, “lo que hizo necesario reforzar los cimientos de ese lado”. Boari dió
la siguiente explicación: "En ese año la plataforma se inclinó hacia el Suroeste; algunos
meses después varió la inclinación hacia el Noroeste y desde entonces sigue esa dirección".
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2ª Campaña de inyección de 1912. Se llevó a cabo entre mayo y agosto de 1912, esta vez
los puntos tratados se ubicaron en ambos lados oriente y poniente, se utilizaron 908 t de
cemento. En cuanto a la evolución de la construcción del Teatro, a partir de 1912 y hasta
1916 casi no progresa por problemas políticos, pero afortunadamente se siguieron las
nivelaciones topográficas.
Comentarios sobre estas inyecciones. El total de cemento inyectado hasta 1913 fue de
2,475 t y 535 m3 de lechada de cal grasa (Barocio y Alvarez 1921), posiblemente se usaron
3712 m3 de agua, lo cual implica que el volumen de lechada de cal fuera 21.6 l/m3, en vez de
los 20 proyectados. En la Fig. 19.29 se define que el total de sacos de cemento fue de 60,649
unidades, es decir, 3,032 t de cemento, valor que supera en 457 t al consignado en los
informes.
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La distribución de las inyecciones realizada en los años 1910 a 13 se aclara en la Fig. 19.30,
copiada de una original de Boari de abril de 1911, en donde se advierte que hubo 48 puntos
de inyección, lo cual difiere de los 39 que se cita en varios de los documentos.
Inyección experimental de 1921. Los ingenieros Alberto Barocio y Luis Alvarez Varela
elaboraron un excelente informe técnico, que empieza por una revisión de los efectos de las
primeras inyecciones con cemento desleído, del cual obtuvieron muestras con un tubo
dentado (Barocio y Alvarez 1921). La dosificación de la mezcla experimental inyectada al
subsuelo fue 100 l de arena de las minas de Tacubaya, menor de la malla Nº 20, 50 l de
arcilla de "lama de río", 50 l de pasta de cal grasa apagada y 75 l de agua.
Realizaron pruebas de inyección en dos sitios, del lado Oriente y del Poniente, empleando
los inyectores Canniff; desgraciadamente, no describen su funcionamiento. Fueron colocados
a percusión entre 3.5 a 12 m de profundidad, se aplicaron presiones de hasta 120 lb/pulg2;
llama la atención que, para demostrar la influencia del trabajo, recurrieron a hacer pruebas
de penetración dinámica hincando pilotes de madera con una masa de 669 kg, con altura de
caída de 3 m.
Su análisis de esfuerzos los lleva a concluir que las cargas generan asentamientos en la
"capa líquida de 12 m de espesor”; de sus pruebas de laboratorio deducen que es
indispensable inyectar 3802 m3 para "consolidar" cada metro superficial. La superficie la
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dividen en dos partes: la comprendida entre la ataguía y la plataforma del cimiento, con
ancho medio de 3 m, la estiman en 5127 m2 y la faja perimetral, externa a la ataguía, de 10
m de ancho, la estiman en 9224 m2 (con las dimensiones del entorno no se confirman estos
valores). En cuanto a la dosificación de la lechada que proponen se utilice, mantienen los
100 kg de arena, los 50 l de arcilla, para la cal proponen 50 l en polvo, sobre el agua no dan
ninguna indicación.
La relación del volumen inyectado, corregido por la pérdida de volumen del mortero
(sangría), al volumen de suelo modificado es del orden de 5.6%. Este aspecto deberá ser
investigado para definir el porcentaje óptimo de mortero que modifica el comportamiento de
los suelo del Valle de México.
En cuanto al peso del mortero inyectado con relación al del edificio de 87,450 t, resulta del
15% de la magnitud de la masa de suelo, que indudablemente generó algún incremento en
los hundimientos, considerando que se incrementaron los esfuerzos aplicados en 0.8 t/m2.
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Comportamiento logrado. En la Fig. 19.31 se muestran los hundimientos hasta 1925, así
como las fechas en que se realizaron las campañas de inyección. Desafortunadamente, la
información de los años de 1925 a 1930 no se ha localizado, fechas en que se incrementaran
nuevamente las cargas que se aplican al suelo. En esa figura se destaca que en 1909 la
columna Suroriente Nº 14 tenía la menor velocidad de hundimiento, de 15.7 cm/año,
mientras que la Norponiente Nº 191 lo hacía a 42.9 cm/año, el diferencial de 27.2 cm/año
causó la alarma que motivó la decisión de inyectar el subsuelo del Teatro.
Antecedentes. Se trata de un edificio de la UNAM ubicado en la ladera Sur del Peñón del
Marqués, volcán que emerge al oriente de la Ciudad de México; este edificio de dos pisos con
largo de 44.2 m y ancho de 7.2 m sufrió un proceso de hundimiento diferencial, acumulando
en algo menos de 20 años un asentamiento diferencial de 101 cm como se ilustra en la Fig.
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19.32.a; su desplome en el eje corto era de 4.2% y en el largo de 1.8%, valores tan altos que
se había tomado la decisión de demolerlo. Sin embargo, el Dr. Fernando López Carmona
propuso tomarlo como un proyecto experimental que empezó por devolverlo a la vertical.
Mediante la subexcavación de su cimentación, se corrigió hasta dejarlo en la condición de la
Fig. 19.32.b. Después se procedió a inyectar su subsuelo para demostrar la validez de la
inyección del subsuelo.
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Fig. 19.36, Inyección del subsuelo de Catedral, Etapa 1ª, sep 98 a sep 99,
Etapa 2ª, mayo a julio 2000
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Las perforaciones necesarias para realizar la inyección implicaron atravesar los espesores
del pedraplén, de los rellenos arqueológicos y de la costra superficial, para después
profundizar en las arcillas de la Formación Arcillosa Superior hasta encontrar la Capa
Dura; esas perforaciones se practicaron desde la superficie en los atrios y desde sótanos y
criptas. En cuanto a las técnicas de perforación e inyección, se aplicaron las más adecuadas
a las condiciones que imponen las estructuras y su subsuelo. En la Fig. 19.37 se muestra un
núcleo y sus láminas laterales y también un esquema de una familia de láminas con sus
núcleos laterales.
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Nivelaciones topográficas. Se llevan a cabo con nivel de precisión en los 337 puntos de
control distribuidos en toda el área del monumento; en la Catedral y Sagrario se nivelaron
los plintos de las columnas, las pilastras o muros de las capillas y también los muros
exteriores. En las nivelaciones siempre se hace coincidir la curva cero con la referencia
histórica punto C-3 localizado en el Ábside ubicado al costado poniente del Altar Mayor,
obteniendo así movimientos diferenciales con respecto a este punto. Todas se refieren al
banco de nivel profundo instalado 100.4 m bajo la superficie, BNP-100; por ello, los
movimientos registrados son la combinación de los provocados por el hundimiento regional y
los inducidos por las acciones antes mencionadas.
Conclusión. De la comparación de las Figs. 19.37a y 19.37b, se puede decir que la inyección
de morteros en el subsuelo ha modificado el patrón de velocidades de hundimiento y que el
cambio ha sido benéfico para las estructuras ya que se logró que dicha velocidad
disminuyera hasta en un 70% en la esquina Nororiente y en 85% en la esquina Surponiente.
Por otro lado, el diferencial máximo entre el centro y la esquina nororiente de la Catedral
bajó de 19 a 7mm/año lo que equivale a una disminución del 73%. En el Sagrario se aprecia
que los efectos benéficos de la inyección son aún más notorios ya que de los 16 mm/año que
presentaba la esquina suroriente en 1991, pasó a 8 mm/año en este año lo cual equivale a
una reducción del 50%.
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Fig. 19.38, Comparación de velocidades de Hundimiento anual
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Inyecciones por fracturamiento hidráulico
Manual de Construcción Geotécnica
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