Daniel Santiago Guavita Rodríguez - 20201181053

el recinto de la cuarentena

Era aquel recinto, donde cada habitación fue hecha prisión, donde las personas que habitaban allí
mantenían disgustados unos con otros. Era aquella familia de siempre, pero era seguía siendo la
misma de nunca ¿cómo se puede conocer y desconocer al mismo tiempo? ¿Como el estar
encerrado con los seres que amas produce ira? Esto solo se responde con la palabra cuarentena.
La cuarentena que para algunos ha traído solo problemas para esta familia trajo una oportunidad,
¿oportunidad de qué? se preguntarán, oportunidad de conocerse, de saber la naturaleza de cada
uno, y aparte tomando como intercesor el tiempo el cual los hará sucumbir hasta que se den
cuenta que cada referencia que tenían uno del otro deberán cambiarla, aceptarla o reforzarla
cosas que no habrían pasado sin el recinto de la cuarentena.

Ya transcurrido cierto tiempo sin ni siquiera saber lo afligido que estaban todos por la cuarentena,
el padre tomo la decisión de cambiar el sufrimiento diversión “aprender a descansar en la guerra”
por lo cual empezándose a desahogar con todos dio una especie de alivio ya que todos mantenían
una sensación rara cabe mencionar que ninguno era de estar en casa así que la sensación de
encierro era más difícil para ellos.

Aunque a veces el mayor extraña salir con todas sus fuerzas, regresar a esos espacios donde se
sentía libre sin problemas, donde se desahogaba con los pies en la cadena, el recuerda todo eso,
pero como resentimiento con el que juega su cabeza. Ahora en un nuevo ambiente se esfuerza
para disfrutar a lo máximo de este encierro viviendo, aprendiendo y lo mejor de todo rompiendo
su mayor miedo… el miedo al estar encerrado (LA UNICA MANERA DE ROMPER UN MIEDO ES
ENFRENTANDOLO)

Como familia ponen un ambiente diferente a la cuarentena, ya que lo aprendido del otro es como
un pastel y la cereza dando un toque diferente a quien la vea y en este caso el de no sentirse en el
encierro del recinto de la cuarentena.