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Lo maravilloso de A.A.

es que sólo cuento lo que me sucedió a


mí.  No pierdo el tiempo ofreciendo consejo a posibles
principiantes porque si el consejo diera buenos resultados nadie
llegaría a A.A. 
Todo lo que tengo que hacer es mostrar lo que me ha traído la
sobriedad y lo que ha cambiado mi vida. Si dejo de hacer hincapié
en el aspecto espiritual del programa de A.A., soy deshonesto. No
se le debe causar al recién llegado una falsa impresión de la
sobriedad. 
Yo estoy sobrio solamente por la gracia de mi Poder
Superior y esto hace posible que yo comparta con
otros.    

  
 

Libro Voces de Recuperación

Diciembre  18
“Si vamos a experimentar la recuperación
permanente de comer en forma compulsiva
deberemos repetir cada día las acciones que ya han
contribuido a nuestra recuperación”
Los Doce Pasos y las Doce Tradiciones, p. 83
 
Hay días grises en los que no tengo ganas de    hacer nada de lo
que necesito hacer para recuperarme. Estoy cansado del esfuerzo.
Quiero abandonar pero me detengo y reflexiono. Si dejo de hacer
esfuerzos retrocederé. Retroceder para mí significa solo una cosa:
el infierno de comer compulsivamente y toda la angustia mental,
física y espiritual que acarrea.
Así que rezo por el    deseo    de hacer lo que mi Poder Superior
juzgue necesario. Luego hago mover mi cuerpo y lo hago. Puede
que yo necesite corregir algo, pasar algún tiempo con mis hijos,
ser honesto con alguien, cumplir con una responsabilidad, asistir
a una reunión, hacer una llamada, leer,    escribir o dar servicio. 
Y luego, una vez más experimento la curación y
recuperación que siempre me brinda el trabajar los
Doce Pasos.

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