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INDICE

Página
PRIMERA PARTE.
Nuevas metodologías para nuevos derechos. 5
INTRODUCCION.
Cambiando la mirada, o la revolución del ojo. 6

CAPITULO PRIMERO.
La promesa incumplida del sujeto, la ciencia y el
derecho. (modernidad fallida y paradigma quebrado). 11

CAPITULO SEGUNDO.
Pasos para la emancipación y Nuevos Paradigmas. 54

1) Hacer visible lo real. 57


2) Cambiar la mirada. 61
3) Pensar de otro modo. 63
4) Cambiar de emocionalidad. 84
5) Modificar las interacciones 86

CAPITULO TERCERO.
DERECHO, INNOVACIÓN Y TRANSFORMACIÓN 90

La relación entre el derecho y la ciencia. 92


Una concepción materialista y finalista del derecho. 96
Derecho, derechos y necesidades humanas. 99
Sujetos en el derecho y de los derechos. 109
El desplazamiento de los elementos del derecho desde el
individuo, el patrimonio y el contrato a las relaciones
sociales. 115
Operadores jurídicos y mecanismos de resolución de
conflicto. 120
Estado, derecho y poder: fundamentos para un estado de
derechos 128
Relación e integración del derecho. 138
Derechos humanos, acción constituyente y justicia. De
okupas a comunidad jurídica. 151

SEGUNDA PARTE.
EL JUEGO DE LOS DERECHOS. 158

1
CAPITULO CUARTO.
RECONOCER ESPACIOS, CONSTRUIR
SUBJETIVIDADES 159

MONITOREO DE DERECHOS. 163

EL JUEGO DE LOS DERECHOS. 170


Instrumento Procesal 170
Construir Modelos Lúdicos 173
Un Instrumento Esencialmente Dialógico 176

MODELO DE MONITOREO DE DERECHOS.


Derecho a la participación, libertad de expresión e
información. 184
INTRODUCCION. 184
I. MARCO DE ORIGEN Y DESARROLLO. 185
II. OBJETIVO DEL TRABAJO. 185
Objetivos Internos. 186
Espacio geográfico y temporal a monitorear: 187
MARCO TEORICO, CONCEPTOS ORIENTADORES
E INDICADORES. 188
a) Marco Teórico Metodológico. 188
Primer paso: hacer visible lo real. 189
Segundo paso: Cambiar la mirada. 190
Tercer paso: pensar de otro modo: 191
Cuarto paso: cambiar la emocionalidad. 192
Quinto paso: Cambiar la interacción: 193
b) El Concepto de Participación. 193
c) Instrumentos de medición y Técnicas de recopilación
de Información. 196
Criterios de aplicación y grupos objetivos 196
Los instrumentos propuestos. 198
Cuestionario Para Servicios Estatales
198
Cuestionario para Tribunales de Menores. 200
Cuestionario para Aplicar en niños y niñas de 10 a 18
años 201

2
IV. TABLAS DE FRECUENCIA 205
V. ANALISIS GRAFICO DEL TRABAJO. 223
Resultados Cuestionario Semi-Estructurado Para
Servicios Estatales. 223
Cuestionario Semi-Estructurado Para Tribunales de
Menores. 223
Resultados Cuestionario Aplicado en niños y niñas de
10 a 18 años. 224
Respuesta a preguntas. 225
Interpretación de resultados y análisis teórico. 237
Conclusión y sugerencias. 246

SEGUNDO MODELO.
EL JUEGO DE LOS DERECHOS.
(El dignómetro: instrumentos para medir la dignidad y la
indignación humana). 249
Explicación General. 249
Elementos del diamante. 250
Los conceptos del diamante. 253
Eje Material 253
Eje Conceptual 254
Descripción del Trabajo. 256
Instrucciones al facilitador 258
Cuadro numero uno.
Grafica del diamante reproducido en forma extendida 259
Cuadro numero dos.
Síntesis del trabajo. 261
Instrumentos adicionales de trabajo. 263

3
Tarjetas a repartir entre los participantes. 263
Tarjetas de intercambio 266
Instrucciones graficas para jugar “digno o indignados”. 268

ELEMENTOS PARA UNA CONCLUSION POSIBLE


Del juego del derecho a los derechos en juego. 271

Bibliografía. 274

4
PRIMERA PARTE
NUEVAS METODOLOGÍAS PARA NUEVOS DERECHOS.

5
INTRODUCCION.
Cambiando la mirada, o la revolución del ojo.

La palabra Derecho es luminosa y oscura a la vez. Probablemente en eso radican sus


aporías, sus contradicciones, sus zonas grises. Nos coloca en la intención luminosa de
tener derechos, de ser poseedores de derechos destinados a hacernos socialmente plenos;
en una perspectiva de aspiración y sentido común de justicia. Pero a su vez, esos mismos
derechos se nos presentan como inalcanzables, difíciles de concretar, presos entre la
definición sustantiva y la ritualidad procesal, a la espera permanente de nuevas
modificaciones legales que cumplan con la posibilidad de tenerlos, de acceder a ellos.
Quedan permanentemente sujetos y entregados a las capacidades patrimoniales
individuales y a las posibilidades procedimentales formales. De manera constante, en el
derecho, los derechos se nos vuelven difusos, inaprensibles, oscuros a veces.

La cuestión entonces es como lograr romper con esa bipolaridad que tensiona la
construcción y la concreción efectiva de una situación de juridicidad plena para los
sujetos (individuales y colectivos), que resuelva o al menos aproxime a la solución de
sus necesidades sociales y les permita realizar su horizonte de dignidad. Esa ha sido una
preocupación de los movimientos de crítica jurídica y derecho alternativo que hasta aquí
hemos conocido y cuyas preguntas siguen vigentes. Nuestra apuesta teórica y práctica es
que ello es posible, pero bajo otros supuestos que los formalismos de la legalidad
abstracta, en un ejercicio procesal y substancial distinto de los derechos; pero también en
una discusión de mayor alcance que los límites de la legalidad, que dice relación con la
naturaleza y alcances del paradigma moderno y sus promesas. No obstante la amplitud
de esas preguntas para ser tratadas en éste trabajo de manera acabada, resulta necesario
situarse al menos mínimamente en esa perspectiva.

6
El presente trabajo pretende indagar precisamente en la respuesta a esa aproximación
inconclusa entre derecho y derechos; no para buscar una respuesta puramente teórica, de
carácter abstracta, universal y definitiva de esa cuestión, sino elaborando una
metodología que, combinando principios teóricos y prácticos; jurídicos y vivénciales
permitan colaborar en esa actividad de construcción de derechos y de satisfacción de
necesidades. Se trata de una propuesta jurídica y procesal, pero que se centra no en el
procedimiento legal formal, sino en un “procedimiento participativo en el que los actores
puedan discutir tanto sobre el mismo como sobre los bienes a los que se debe tener un
acceso igual”1 como mecanismo y fin de construcción de la dignidad humana.

Frente a los procedimientos formales cerrados de suma cero, o de mediación hacia


resultados que dejan indemnes las causas, intentaremos proponer procedimientos
incluyentes y abiertos, que se “abran” y cierren” en torno a las causas de los problemas
y la remoción de los obstáculos de solución, enfatizando la retórica antes que la
burocracia y la fuerza simbólica del derecho estatal como principales elementos de
resolución del conflicto jurídico2 .

La propuesta que desarrollaremos tiene fundamentos teóricos que la sustentan, tanto en


la crítica de la situación actual frente a la que pretende reaccionar y oponerse en un
sentido afirmativo, como en los aspectos de una juridicidad no puramente estatal en que
se sustenta. Pero tiene además una historia, una genealogía de la cual somos hijos
inevitablemente. Tiene sus raíces en el paradigma moderna, en el ascenso y
consolidación de las ciencias, el derecho estatal y el pensamiento racional iluminista,
cargado hacia el liberalismo, que es preciso desentrañar, conocer y asumir para desatar
los nudos de esa apisteme que, alguna vez liberadora, nos aprisiona y limita. Pero sobre
todo, tiene un sentido de construcción de nuevos paradigmas, nuevos modos de pensar y

1
Herrera Flores, Joaquin. El Proceso Cultural Materiales para la creatividad humana. Aconcagua Libros.
Sevilla (Andalucía). 2005, Pag. 77.
2
Sobre la constitución del fenómeno jurídico por tres elementos: retórica, burocracia y violencia; ver De
Sousa Santos, Boaventura. La Globalización del Derecho. Los nuevos caminos de la regulación y la
emancipación. Bogota. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y
Sociales. ILSA. 1998.

7
hacer, de nuevas prácticas sociales y científicas, en definitiva políticas, que abran paso a
otras metodologías, otras acciones y otras relaciones sociales y culturales.

Esa es la línea que intentaré desarrollar en éste trabajo, desde la revisión del proyecto
moderno y sus promesas ( pendientes, cumplidas o fallidas) de felicidad, igualdad y
libertad, hacia las bases de un nuevo paradigma que, recogiendo la experiencia de las
resistencias y las luchas de emancipación, se proyecte en un sentido nuevo, plural,
múltiple y diverso. Un camino que actualizado a la era de la globalización permita,
como señala Martín Hopenhayn, una “Apertura horizontal de la cultura dominante a
muchas otras culturas, y apertura del sujeto “de una sola pieza” a muchas otras piezas” 3.

Intentaré hacer una reconstrucción del sentido de ese paradigma dominante y


hegemónico en la modernidad, para intentar posteriormente una construcción de los
esbozos de un nuevo paradigma no liberal, no individualista, monista, occidental ni
racionalista, sobre una propuesta metodológica de cinco pasos de ejercicio y tránsito
para esa construcción en proceso (hacer visible, lo real, cambiar la mirada, pensar de
otro modo, cambiar la emocionalidad y modificar las interacciones). A partir de allí,
intentaré esbozar lo que creo son las bases de un otro derecho posible que supere el
formalismo y el normativismo para constituirse en un círculo gestáltico pluralista,
participativo, finalista y materialista, que se concrete en sucesivos intercambios
relacionales.

Los nuevos marcos planteados por la globalización y la sociedad bipolar de la exclusión


social y la inclusión neo-tecnológica obliga a plantearse estas preguntas, a pesar que sus
respuestas puedan ser, por ahora, meros esbozos y aproximaciones. Intentando situarse
en una nueva posibilidad paradigmática, una ética de la inclusión y la responsabilidad
obliga a pensar distinto y a aplicar esos marcos a los instrumentos que poseemos y
usamos, en mi caso el derecho como instrumento, los derechos humanos como discurso

3
Hopenhayn Martín. América Latina desigual y descentrada. Buenos Aires. Grupo Editorial Norma.
2005. Pág. 68.

8
de sentido, las necesidades humanas como indicadores de civilización y la dignidad
como horizonte ético.

Pero conciente de los límites de intentar construir pensamiento que se afirme propio,
autónomo, nuevo y emancipador, me propongo trabajar instrumentos que hagan
aplicable esa metodología de pensar, que permitan hacer ejercicio de y con ella para
construir en colectivo, para mirar en redondo y avanzar en conjunto, no individualmente
pero si potenciando la sinergia del encuentro de la individualidad y la comunidad.

Los Derechos se encuentran en juego no sólo en el hecho real y lamentable de existir a


cada instante actos de vulneración por parte de quienes ejercen el poder en sus más
distintas facetas. Se encuentran en juego también en las acciones que dejamos de hacer
para permitir que, como en el fútbol, la pelota se vaya a los pies del otro equipo o fuera
de la cancha por nuestra inercia o por nuestra falta de asociatividad. Se juega con ellos y
se ponen en juego cada vez que miramos y hacemos, y en los instrumentos y criterios
que usamos para trabajar con y para ellos.

Intentaré entonces proponer una crítica de nuestras reglas teóricas y espacio-temporales,


avanzar un proyecto, pero también proponer una metodología de monitoreo de derechos
y una metodología de conocimiento, reflexión, acción y evaluación de nuestros derechos
y las acciones sobre ellos, para incidir y decidir sobre estos, retomando y aumentando el
capital simbólico de los Derechos Humanos, pero también aumentando la potencia del
intercambio con los otros y la calidad de nuestros juegos para traspasar las reglas
mecánicas de juego que hasta ahora nos encajonan en una repetición de mecánicas
dibujadas hace ya mucho tiempo. Metodologías e instrumentos para si y para los otros y
con los otros. Artefactos para armar diría Cortazar. Intentos para recuperar o sino
inventar el carácter lúdico y poético extraviado del derecho y los derechos.

Si se logró o no dependerá del viaje que emprendo, pero también de la capacidad de


replicar estos esfuerzos más allá del papel y la tinta, con otros. Un intento exagerado,

9
difícil y de incierto resultado. En absoluto ingenuo, pero que tiene como principio, y
afortunadamente, un final no pre-escrito. En la certeza que es mejor pecar de acción que
de omisión, y que en ese ejercicio se justifica y vale la pena por si mismo el intento. Un
trabajo que emprendo convencido en que hay que hacerlo pro que si, por que como diría
Joaquín Sabina, no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.

10
CAPITULO PRIMERO.
LA PROMESA INCUMPLIDA DEL SUJETO, LA CIENCIA Y EL DERECHO.
( MODERNIDAD FALLIDA Y PARADIGMA QUEBRADO)

Así fue como se le disolvió el subgrupo, y del resto


no hablemos porque los demás sujetos habían
pasado del mazagrán a la caña quemada, y en lo
único que se parecían a esa altura de las cosas era
en su firme voluntad de seguir bebiendo a
expensas de la esperanza.
JULIO CORTAZAR

Tal como ocurre en la película Casablanca, vivimos en un tiempo confuso, peligroso, en


que debemos tomar decisiones distintas a las que hasta ahora hemos enfrentado, que
incidirán en nosotros, pero también en los demás, pendiente de antiguas promesas y sus
fantasmas, a las que debemos someternos o dejarlas ir para enfrentar la incertidumbre de
lo nuevo. En la película, Rick (Humphrey Bogart) había conocido a Ilse (Ingrid
Bergman) en Paris, en momentos en que ella venía de sufrir, eso se creía, la perdida de
su enamorado, el héroe de la resistencia contra el nazismo Víctor Laszlo. En esas duras
circunstancias de tránsito se conocen y enamoran y, al separarse por la guerra, se
prometen Paris: “siempre tendremos Paris”. Tiempo después se desarrolla la acción y
todo lo que en ella ocurre tiene que ver con aquello que ocurrió en ese momento
fundacional, aunque no quede inmediatamente en evidencia: las razones, los
argumentos, las acciones de los personajes, las tensiones que subyacen entre lo que cada
uno puede y debe hacer tiene que ver con ese momento originario en Paris; y con las
promesas que se desenvuelven y amenazan con bloquear o cambiar la historia y sus
historias. Algo similar pienso que está ocurriendo.

11
Cuando en 1636 René Descartes editaba en forma anónima “El Discurso del Método” y
expresaba que se movía por “un extremado deseo de aprender a distinguir lo verdadero
de lo falso para ver en claro mis acciones y caminar con seguridad por esta vida”4 y
señalaba como algo apodíctico el que “no habiendo más que una verdad en cada cosa,
quien la encuentra sabe tanto como se puede saber” 5, para lo cual debía seguirse un
método de cuatro pasos ciertos que permitiera conocer y establecer las cosas objeto de
conocimiento “como muy verdaderas y muy seguras, debido a que la razón que nos ha
hecho decidirnos por ellas lo es”6, y a su vez configuraba el actor de ésta historia, el
individuo diferenciado y superior a las masas, creador y hacedor privilegiado, ya que
como demostraba la razón “no hay tanta perfección en las obras formadas de varias
piezas y hechas por mano de diversos maestros, como en aquellas trabajadas por uno
solo”7, que se desprendía naturalmente del principio primero de su filosofía, el “pienso,
luego soy”8 y lo investía de la calidad y capacidad de sujeto dominante llamado,
mediante su acción cognitiva racional a “convertirnos como en dueños y poseedores de
la naturaleza”9 en un orden social distinto al de “los pueblos que siendo en otro tiempo
semisalvajes y no habiéndose civilizado sino paulatinamente, han hecho sus leyes a
medida que la incomodidad de los crímenes y las querellas les han forzado a ello no
pueden estar tan bien organizados como aquellos que desde el comienzo de su reunión
han observado las constituciones de un prudente legislador”10, lo que estaba haciendo,
siguiendo nuestra metáfora cinematográfica, era instituir esa promesa fundante,
recogiendo y lanzando a su vez todo ese proceso fundador de la modernidad que va, por
decirlo de alguna manera, desde Galileo hasta los revolucionarios burgueses y el
nacimiento del liberalismo. Lo que Descartes está haciendo entonces, es enunciar desde
allí los pilares de la modernidad, que serán desarrollados y complementados a su vez por
otros teóricos de ese proceso: la necesidad de establecer verdades absolutas y

4
Descartes René. El Discurso del Método. Madrid. Ediciones Akal S.A. 1989. Pág. 25.
5
Descartes René. Obra citada. Pág. 36.
6
Descartes René. Obra citada. Pág. 41.
7
Descartes René. Obra citada. Pág. 27.
8
Descartes René. Obra citada. Pág. 50.
9
Descartes René. Obra citada. Pág. 79.
10
Descartes René. Obra citada. Pág. 28.

12
universales; la primacía de la razón como esencia e instrumento del cojito; el yo
escindido de la razón por sobre la naturaleza; la ciencia como método preciso de
conocimiento, como develadora de esa verdad y como instrumento de apropiación y
aprovechamiento de la naturaleza; la acción del sujeto en tanto individuo eje de la acción
humana, autónomo e individual, más un gobierno sustentado por y en la ley, guardián y
gestor de los principios de la posesión y el individuo.

Como señalaba Nietzche en La Gaya Ciencia, de Newton a Voltaire, de Inglaterra a


Francia (o de Galileo a Kant y de Bacon a Hegel e Inglaterra a Alemania podría ser más
abarcador y también más completo) lo que se estaba construyendo, a pesar de las
diferencias de partida, era todo un cuerpo coincidente y a la larga complementario de
ideas que sustentarían el paradigma del tiempo por venir, la modernidad. Se creía “en la
necesidad absoluta del conocimiento, sobre todo en la más íntima relación entre la
moral, la ciencia y la felicidad”11 como fundamentos del orden a construir y que se iría
imponiendo en las ciencias, en el derecho, en la política, en la economía, etc. Las nueva
física que inauguraban Galileo y Newton era la correspondencia práctica de lo sostenido
por Bacon cuando señaló “que uno tenía que preguntarle directamente a la naturaleza,
colocándola en una situación en que se viera forzada a suministrarnos sus respuestas”12.

Así como “El Discurso del Método” era un ataque directo, aunque disfrazado de
perfeccionamiento personal, a la episteme medieval13 también lo era el New Organon de
Francis Bacon que, atacando la lógica Aristotélica que se había adoptado por la razón
teológica del mundo medieval, señalaba el carácter fundante de ésta nueva perspectiva

11
Nietzche Friedrich. La Gaya Ciencia. Buenos Aires. Gradifco. 2004. Pág. 52.
12
Berman, Morris. El reencantamiento del mundo. Santiago. Editorial Cuatro Vientos. 1999. Pág. 28.
13
Lo que aparece claro en las numerosas ocasiones en que descartes menciona que no quiere romper ni
con Dios ni con las leyes establecidas sino establecer principios solo para él que lo lleven a esa
conclusiones de verdad, como cuando expone: “no es mi porosito enseñar aquí el método que cada cual
debe seguir para dirigir bien su razón, sino solo mostrar de que forma he tratado de dirigir la mía” o
cuando agrega que “también he observado ciertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza, y cuyas
nociones ha impreso en nuestras almas” (59). Descartes estaba conciente de la reciente condena a Galileo
y la necesidad de morigerar los dichos en beneficio de la razón científica que debía imponerse a la razón
teologal contra la cual actuaba. Ver: Descartes René. El Discurso del Método. Madrid. Ediciones Akal
S.A. 1989. Pág. 19 y 59.

13
científica bajo el argumento de “Tenemos que comenzar otra vez desde los fundamentos
mismos, a menos que queramos estar para siempre dando círculos con un escaso e
insignificante progreso”14 pero indicaba además la necesidad de la ciencia y la
tecnología como instrumentos de esa conquista del mundo que había que emprender:
“Las ciencias están donde estaban y permanecen casi en la misma condición; sin recibir
un incremento notable... Mientras que en las artes mecánicas, que están fundadas en la
naturaleza y a la luz de la experiencia, vemos que ocurre lo contrario, por que ellas...
están continuamente prosperado y creciendo, como si tuvieran ellas un hálito de vida” 15.
Basta detenerse en las palabras usadas por ambos para establecer como el lenguaje
tecnológico del pensamiento científico-político actual es heredero directo de ese orden
teórico que emergía: verdad, razón, técnica, progreso, prosperidad, crecimiento. Todo
ese arsenal lingüístico no es casual y ha servido para inspirar a unos y para modelas a
otros en esto que hemos llamado el paradigma moderno, formando una suerte de
inconsciente paradigmático, del que da cuenta Lacán cuando avanzando en las tesis de
Freud elabora la tesis e hipótesos de que “el inconciente esta estructurado como un
lenguaje”16

Conviene detenerse en ésta genealogía de los dichos de esa etapa fundante del
paradigma moderno para no dar lugar a dudas acerca de la importancia de revisar lo
dicho y de decir lo distinto a la hora del desenlace de los guiones que he propuesto como
metáfora. Y lo hago precisamente desde ésta óptica que me parece imprescindible a la
hora de revisar las promesas de ésta modernidad, puesto que la historia carece de esa
asepsia que los discursos oficiales pretenden darle. Vale la pena detenerse en los
discursos para develar sus intenciones, sus relaciones, sus proximidades a un proyecto
que, aunque parezca perder su origen en el pasado, es de incidencia directa en el proceso
globalizador actual. Esta perspectiva genealógica que asumo no es causal, toda vez que

14
Citado por Berman, Morris. El reencantamiento del mundo. Santiago. Editorial Cuatro Vientos. 1999.
Pág. 29.
15
Berman Morris, Obra citada. Pág. 30.
16
Dor Joël. Introducción a la lectura de Lacan. El inconsciente estructurado como lenguaje. Barcelona.
Editorial Gedisa S.A. 2000. Pág. 19.

14
“Pone en evidencia las valoraciones últimas que llevan a interpretar de tal o cual modo,
y que mueven a manipular un discurso en una u otra dirección” 17 y se aproxima a la
historia de una manera no solo crítica sino inflexiva, “Rompe también con la imagen de
una interpretación incuestionable de la historia, y con la confianza de un sustrato
incondicionado que subyace a la secuencia de acontecimientos”18.El análisis de las
promesas del paradigma moderno y de sus resultados por los síntomas de su capacidad
para haberle dado cumplimiento hace necesaria esa tarea.

Siguiendo a Lacán, podemos entonces hablar de la necesidad de desenterrar y liberar


todo ese lenguaje que subyace en el producto que es éste, nuestro tiempo, de ese
momento fundacional: “El síntoma se resuelve completamente en un análisis del
lenguaje, por que el mismo está estructurado como un lenguaje, por que es un lenguaje
cuya palabra debe ser liberada”19. Conviene tener presente que si el lenguaje pretende
reflejar una realidad y además la construye, la pregunta “¿de que manera refleja el
lenguaje la realidad?, ¿que sentido tienen la noción de “reflejo” y la noción de
“realidad”?”20, más allá de la posibilidad o imposibilidad lógica de plena realización de
ese esfuerzo que pretendió poner en discusión la lingüística de Saussure y Wittgenstein,
adquiere connotación al revisar lo dicho por los teóricos de la modernidad emergente;
“los hombres de estos siglos, animados por una profunda confianza en las facultades de
la inteligencia humana para descubrir las leyes de la naturaleza mediante la observación
y la razón, fueron poniendo en duda, poco a poco, la gran mayoría de las creencias
sostenidas hasta entonces”21, pero también convirtiéndolas en nuevas verdades, sabéres
y poderes, como diría Foucault.

17
Hopenhayn, Martín. Después del nihilismo de nietzche a Focucault. Santiago de Chile. Editorial Andrés
Bello. 1997. Pág.32.
18
Hopenhayn, Martín. Obra citada. Pág. 33.
19
Jacques Lacan. Citado en Door Joel. Introducción a la lectura de Lacan. El inconsciente estructurado
como lenguaje. Barcelona. Editorial Gedisa S.A. 2000. Pág. 77.
20
Martínez Miguélez, Miguel. Un Nuevo Paradigma Para La Ciencia Del Tercer Milenio. En Las
Nuevas Utopías de la Diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible. Santiago. Universidad Bolivariana.
2003. Pág. 242.
21
Martínez Miguélez, Miguel. Obra citada. Pág. 230.

15
Hay nexos evidentes entre los dichos de Descartes en 1636, a los de David Hume en
1739 y 1740, los de Hobbes y el gobierno del Leviatán (1648); con los de John Locke al
publicar sus “Ensayo sobre el entendimiento humano” y el “Segundo Tratado sobre el
gobierno civil” (1690), o, de Rousseau en “El Contrato Social” de 1762; los principios
de economía política de Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823), la
filosofía total de Kant y Hegel, hasta llegar a Kelsen, Hayek o Luhmann, por citar solo
algunos, probablemente los más influyentes. En todos ellos, independientes de su
ideología, hay una razón cuantifica, técnica y política coincidente. Voy a permitirme,
dado lo basto que significaría poder hacer una revisión exhaustiva de todos estos
autores, citar solo algunos ejemplos muy puntuales de cada uno, resaltando ésta
“conectividad” de pensamientos, exponiendo sus hablas, verdaderos links para entender
la modernidad y su carácter hegemónicamente liberal.22

En una época de choque de pensamientos, entre la teología inquisitorial y la nueva


ciencia liberadora y emergente, Descartes anunciaba su confianza en la razón al sostener
en 1636 respecto de ésta nueva búsqueda científica de verdades, que al discernir sobre
las opiniones vigentes y las que emergen, “debemos seguir las más probables; e incluso
que aunque no encontremos mayor probabilidad en unas que en otras debemos, no
obstante, decidirnos por algunas”23, avanzando que esas nuevas ideas avaladas por una
razón de lógica propia y autónoma desligadas de la voz divina, ya que “no podía negar
que las ideas no estuvieran realmente en mi pensamiento”24 eran la clave de la
constitución de un nuevo sujeto separado de la comunidad bajo la dirección de la
iglesia, sumido en opiniones externas y ajenas, predicadas desde un pensamiento que no
por masivo era verdadero, ya que a pesar de ser asumidas por esas mayorías “ordenadas”
no era un argumento irrebatible el que “esa pluralidad de opiniones sea una prueba de
algún valor para las verdades algo difíciles de descubrir, por ser mucha mas verosímil

22
Aun cuando resultaría muy interesante hacer la genealogía de la modernidad siguiendo otra línea de
autores como Proudon (1809-1865), Marx (1818-1883), Stuart Mill (1806-1873), Lenin (1870-1924) o
Sartre (1905-1980); lo que ciertamente escapa al alcance y sentido de éste trabajo.
23
Descartes René. El Discurso del Método. Madrid. Ediciones Akal S.A. 1989. Pág 41.
24
Descartes René. Obra citada. Pág. 53.

16
que las encuentre un hombre solo que todo un pueblo” 25, un individuo que armado de la
razón, la técnica y la ciencia aplicadas, permitiese a la humanidad “convertirnos como
en dueños y poseedores de la naturaleza”26.

Un siglo más tarde esa disputa, que comenzaría a decidirse en los esfuerzos
revolucionarios en Inglaterra y Francia que culminaron con la “Revolución Americana
(1781)“ y la “Revolución Francesa” (1789), David Hume publicaba su “Tratado de la
Naturaleza Humana” en que reafirmaba esas ideas y las expandía, señalándolas no ya en
el frágil equilibrio de ser sometidas a que estuvo sujeto descartes, sino afirmándolas
como ideas naturales y universales. Frente a la filosofía natural y la religión existía una
lógica superior conectada más estrechamente con misma la naturaleza humana, una
lógica cuyo único fin es “explicar los principios y operaciones de nuestra facultad de
razonamiento y la naturaleza de nuestras ideas”27, principios que debían convertirse en
universales “llevando nuestros experimentos lo más lejos posible y explicando todos los
efectos por las causas más reducidas y simples” 28, fundándose en la experimentación y
el razonamiento y no en los sentimientos o creencias, ya que resulta evidente que “Cada
uno por si mismo podrá percibir fácilmente la diferencia entre sentir y pensar” 29, de
manera que debía buscarse las causas y efectos razonables en vez de la imaginación,
causalidad que gobierna todas las leyes, las naturales y las sociales. “Podemos observar
(decía Hume) que esto es la fuente de todas las relaciones de interés y deber por los que
los hombres se influyen los unos a los otros en la sociedad y se hallan sometidos a los
lazos del gobierno y la subordinación”30. En ese orden en que los principios de
semejanza e identidad borraban las diferencias dentro de su universalismo, donde las
relaciones eran de espacio y tiempo, de cantidad o número y de grados de distinción
entre objetos de similar cualidad, donde incluso las oposiciones obedecen a las leyes
finales que gobiernan los objetos, ya que “todos los objetos diferentes son distinguibles

25
Descartes René. Obra citada. Pág. 32.
26
Descartes René. Obra citada. Pág. 79.
27
Hume, David. Tratado de la naturaleza humana. Tomo 1. (escaneado) Madrid. Calpe. 1923. Pág. 4.
28
Hume David. Obra citada. Pág. 5.
29
Hume David. Obra citada. Pág. 6.
30
Hume David. Obra citada. Pág. 11.

17
y que todos los objetos distinguibles son separables por el pensamiento y la
imaginación”31 no solo el ser humano, sino la sociedad misma alcanza su carácter
natural en sus relaciones, donde “Un juez es un individuo que en todos los casos en
litigio puede fijar por su opinión la posesión o propiedad de algo entre los miembros de
la sociedad ... (dado su carácter de autoridad) ...donde la obediencia del súbdito es un
placer y una ventaja para el superior” 32. Se trataba de fundar un nuevo orden que
superase al antiguo régimen, era un imperativo político lógico y universal al que llamaba
Hume: “Debemos buscar, ciertamente, algún sistema nuevo en éste asunto, y no existe
claramente ninguno más que el que yo he propuesto”33.

La sociedad moderna (científica y jurídica) había echado sus raíces para quedarse. Las
razones en la economía y el gobierno nacional e internacional y su esencia filosófica
serían completadas en el mismo periodo.

Hobbes por ejemplo introdujo en su Leviatán el concepto de contractualismo que


después sería seguido por Locke y Rousseau hasta incorporarse como el instrumento de
intercambio privilegiado en el derecho moderno. El contractualismo no tiene sin
embargo un origen democrático, y esto conviene tenerlo presente, ya que en el Leviatán
lo que Hobbes elaboró fue una teoría sobre la soberanía en la que se muestra como un
defensor implacable del absolutismo. Sin embargo y a pesar de ésta aparente diferencia
con el liberalismo, Hobbes era ideológicamente cercano a todo éste grupo. "El universo
es corpóreo. Todo lo que es real es material y lo que no es material no es real" 34 escribió
en el Leviatán y se basaba en el método analítico-sintético que ya había sido anunciado
por Descartes. A pesar de las diferencias sobre el cojito y su autonomía respecto del
maquinismo aristotélico que mantuvo con el francés, la cercanía es innegable: hay un
intento de construir una antropología y una teoría social originada en la razón humana y

31
Hume David. Obra citada. Pág. 14.
32
Hume David. Obra citada. Pág. 11.
33
Hume David. Obra citada. Pág. 17.
34
Diez de la Cortina, Elena. La filosofía de Thomas Hobbes. En
www.cibermouse.com/autores/hobbes/teoria/biografia.html

18
no en designios divinos, a pesar de las menciones a Dios: “La propia naturaleza nos
otorga una razón que nos provee de ciertas "leyes naturales" que son como "dictados de
la recta razón sobre cosas que tienen que ser hechas o evitadas para preservar nuestra
vida y miembros en el mismo estado que gozamos"35. Sin embargo esa diferencia que se
inclina hacia un cierto maquinismo no es casual sino el argumento para inventar un
orden artificial que se imponga al orden natural. “El Estado es un "artificio" que surge
para remediar un hipotético estado de naturaleza en el que los hombres, guiados por el
instinto de supervivencia, el egoísmo y por la ley del más fuerte (la ley de la selva), se
hallarían inmersos en una guerra de todos contra todos que haría imposible el
establecimiento de sociedades (y una cultura) organizadas en las que reinara la paz y la
armonía. Sin un Estado o autoridad fuerte sobrevendría el caos y la destrucción (la
anarquía), convirtiéndose el hombre en un lobo para los otros hombres, según la célebre
frase de Hobbes: "homo hominis, lupus"36. Esto permite explicar, por ejemplo, la tensión
permanente en la sociedad moderna y su expresión jurídica, entre control y libertad,
entre razón de estado y derechos humanos: hay una impureza antidemocrática de origen.

El argumento contractualista sufriría entonces un giro hacia el mercantilismo con los


argumentos de John Locke. Como lo resume Asier Martínez de Bringas, en el Segundo
Tratado del Gobierno Civil cuatro son las ideas fuerza a considerar: “1) Locke afirma
con severidad y firmeza que todos los hombres sin iguales por naturaleza; 2) existe una
ley de la naturaleza que exige el respeto a la integridad física del ser humano y el
absoluto respeto de sus propiedades, por tanto, no resulta admisible en un principio en el
esquema lockeano la esclavitud; 3) no existen distinciones ni gradaciones entre los
hombres, de donde se deriva la ilegitimidad de cualquier poder despótico; 4) Dios dio la
37
tierra y la puso a disposición común de todos los hombres.” . Puede apreciarse
entonces, al igual que en el resto, la perspectiva dicotómica del mundo, la separación
entre sociedad y naturaleza que importa toda una jerarquía de las relaciones y de la

35
Diez de la Cortina, Elena. Obra citada
36
Diez de la Cortina, Elena. Obra citada.
37
Martínez de Bringas, Asier. Los pueblos indígenas y el discurso de los derechos. Documento de trabajo
Doctorado Derechos Humanos y Desarrollo, Universidad Pablo de Olavide.. 2005. Pág. 3.

19
forma de apropiarse de la naturaleza y controlar a los demás. Cuando Locke une razón y
naturaleza como argumento para establecer las leyes que rigen la sociedad, lo que de
verdad hacía era establecer ese orden de jerarquías que permite decidir al poder a quien
incluir y a quien excluir, a quien someter y que bienes y derechos defender. Contra el
orden que impone, para aquel que no se someta a él, Locke declara el estado de guerra
legítima y racional. “Esa clase de hombres no se somete a los lazos de la ley común de
la razón ni tienen otra regla que la de al fuerza y la violencia; por ello pueden ser
tratados como fieras, es decir, como criaturas peligrosas y dañinas que acabarán
seguramente con nosotros, si caemos en su poder”38. A pesar de la supuesta oposición al
absolutismo la argumentación de dominación de Locke se acerca peligrosamente a él.
Sin embargo la explicación de toda esa racionalidad la entrega el propio texto que
seguimos cuando en el apartado 124 explica el motivo de pasar de la naturaleza a un
orden social como el que describe: “Por consiguiente, el grande y principal fin que lleva
a los hombres a unirse en estados y a ponerse bajo un gobierno, es la preservación de su
propiedad”39. El siguiente ladrillo de la modernidad liberal estaba en su sitio.

Por su parte Rousseau se inserta en el centro mismo del proyecto iluminista al intentar
unir razón, ciencia, derecho, libertad y ley, en su propio concepto del “Contrato Social”,
de hecho, su principal obra. De hecho el mismo inicio de esa obra es un ejemplo de sus
modelo de pensamiento cuando señala que "Quiero averiguar si puede haber en el orden
civil alguna regla de administración legitima y segura tomando a los hombres tal como
son y las leyes tales como pueden ser. Procuraré unir siempre, en esta indagación, lo que
la ley permite con lo que el interés prescribe, a fin de que la justicia y la utilidad no se
encuentren separadas."40. Razón, orden, legalidad, utilidad. Sin embargo no se trata de
un orden distinto al de los demás contemporáneos, sino del mimso énfasis en una

38
Locke John. Citado por Hinkelammert, Franz enLa inversión de los Derechos Humanos. El caso de
John Locke. El vuelo de Anteo. Derechos Humanos y Crítica de la razón liberal. Editorial Desclée de
Brouwer, S.A. Bilbao. 2000. Pág.88.
39
Locke John. Segundo tratado sobre el gobierno civil, capítulo 9. Apartado 124.
www.terra.es/personal/ofernandez/tratado.html
40
Rousseau, Jean Jacques. El Contrato Social. www.monografias.com/trabajos13/el contr/elcontr.shtml

20
libertad sometida, regulada, ordenada a los fines de la sociedad emergente: “Todo ser
humano nace libre, solo que unos nacen para gobernar y otros para ser gobernados, y
que los libres pierden su libertad en aras de su utilidad.” 41 Solo que a diferencia de los
anteriores, éste incorpora ahora la voluntad ficticia del sujeto, tan cara a la soberanía
jurídica, al pacto social como un sometimiento voluntario. "Cada uno de nosotros pone
en común su persona a todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, y
recibimos a cada miembro como parte indivisible del todo."42 dice en el Capítulo IV
“Del Pacto Social” de su libro. Y nuevamente el fundamento de esa perdida es el mismo
de sus antecesores, la protección del bien jurídico esencial para la burguesía como clase
en ascenso: la propiedad. “Lo que pierde el hombre por el contrato social es su libertad
natural y un derecho ilimitado a todo lo que intenta y puede alcanzar; lo que gana en él
mismo es la libertad civil y la propiedad a todo lo que posee." Precisa en el capítulo
VIII. Y se encarga de instaurar el nuevo gobierno civil y sus instrumentos, consolidando
el planteamiento de la sociedad moderna como sociedad jurídica: "Es, pues necesario
que haya contratos y leyes para unir los derechos a los deberes y conducir la justicia a su
objeto."43. La sociedad contractualista, construida a partir de la libertad individual y el
derecho de propiedad, se consagra en la ley y se entrega al soberano común al que ha
cedido cada individuo sus facultades.

El complemento a éste orden, que de emergente y en lucha por imponer la razón y la


ciencia al régimen teologal y monárquico anterior, paso a presentarse como natural y
único, o cuando menos hegemónico, fue puesto por los economistas padres del
capitalismo: Adam Smith y David Ricardo.

Smith, siguiendo la perspectiva de razón y naturaleza, consideraba el capitalismo como


el estadio natural de las relaciones sociales y así lo planteó en su principal texto:
Investigaciones sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones.

41
Rousseau, Jean Jacques. Obra citada. . www.monografias.com/trabajos13/el contr/elcontr.shtml
42
Rousseau, Jean Jacques. Obra citada. . www.monografias.com/trabajos13/el contr/elcontr.shtml
43
Rousseau, Jean Jacques. Obra citada. Capítulo VI. Libro Segundo. www.monografias.com/trabajos13/el
contr/elcontr.shtml

21
Exaltando la maravilla del orden de las naciones “civilizadas”, opuestas al salvajismo lo
expone de una manera que sirve de fundamento y permite entender todo el proceso de
acumulación global posterior. Confrontando a la flojera y salvajismo de esas otras
naciones, las a conquistar, establece que “en las naciones civilizadas y prósperas,
numerosas personas no trabajan en absoluto y muchas consumen la producción de diez
veces y frecuentemente cien veces más trabajo que la mayoría de los ocupados; y sin
embargo, la producción del trabajo total de la sociedad es tan grande que todos están a
menudo provistos con abundancia, y un trabajador, incluso de la clase más baja y pobre,
si es frugal y laborioso, puede disfrutar de una cantidad de cosas necesarias y cómodas
para la vida mucho mayor de la que pueda conseguir cualquier salvaje.” 44. Fundaba de
ésta forma, al centrarse en el trabajo asalariado y en una perspectiva de uso técnico, el
capitalismo gobernado por una “mano invisible” que emana y gobierna naturalmente las
relaciones entre trabajo y riqueza. “Los productores intentan obtener el máximo
beneficio pero, para lograrlo, deben producir los bienes que desea la comunidad.
Además, deben producirlos en las cantidades adecuadas, de lo contrario, un exceso daría
lugar a un beneficio y precio bajo, mientras que una oferta demasiado pequeña originaría
un aumento del precio y finalmente un aumento de la oferta.... El delicado mecanismo
de la "mano invisible" entraba en juego también en el mercado de los factores de
producción, asegurando la armonía siempre que los factores buscaran las rentas
máximas posibles. Se producirían los bienes adecuados a los precios adecuados y el
conjunto de la comunidad obtendría la máxima riqueza posible mientras rigiera la libre
competencia; sin embargo, si se restringiese la libre competencia, la "mano invisible"
dejaría de funcionar y la sociedad cargaría con las consecuencias” 45. Pero con ello
proponía no solo un orden económico, sino una antropología individualista centrada en
la sumatoria de egoísmos privados. Basta dejarlo hablar al respecto: No esperamos
nuestra cena de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero, sino del
cuidado que pongan en sus propios intereses. No apelamos a su humanidad sino a su

44
Smith, Adam. Investigaciones sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones.
www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/smith-introlrdn.htm
45
Smith Adam. www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/smith.htm

22
egoísmo y nunca les hablamos de nuestras necesidades sino de sus beneficios.” 46. Su
amistad con John Locke ayuda a entender su perspectiva y colaboración.

David Ricardo a su vez, seguidor directo de Smith pero también de Malthus, inserta a
éste orden económico los conceptos de precio y valor, que más tarde se recogerán en el
Código Civil de Napoleón y los que de allí se originaron, incorporándose como
principios esenciales del contrato de compraventa y las obligaciones que de allí se
deducen. “Para Ricardo el precio "normal" o, si se prefiere, el valor de una mercancía,
está determinada por la cantidad de trabajo que contiene. Por tanto, el valor de una
mercancía aumenta cuando aumenta la cantidad de trabajo necesaria para su fabricación
y disminuye en caso contrario.”47.

Estaban allí, al igual que en Adam Smnith las bases para la diferenciación, dicotómica
como en todo este sistema de pensamiento burgués, entre capital y trabajo y la primacía
del primero. “Ahora bien, el precio "natural" del trabajo, que considera una mercancía al
igual que Smith, es equivalente al que proporciona al obrero los medios de subsistir y
perpetuar la especie.”48 Pero se establecían además los fundamentos del sistema de
intercambio internacional que gobierna el comercio entre países desde entonces. “La
lucha de la burguesía inglesa se centró en esta época en la abolición de las leyes del
cereal que recién llegó en 1844. Pero en realidad, la lucha fue mucho más profunda que
eso, pues buscó rediseñar la economía británica en función de una nueva división
internacional del trabajo. Gran Bretaña - de acuerdo a Ricardo - sería un centro
productor de manufacturas que cambiaría por alimentos producidos en ultramar.”49

El fundamento de cierre de toda ésta episteme en consolidación lo pusieron los filósofos


Emmanuel Kant y George Hegel, las cumbres del idealismo alemán, pero también de

46
Smith Adam. Investigaciones sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las
naciones. www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/smith-introlrdn.htm
47
David Ricardo . Revista Proceso Económico. www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/ricardo.htm
48
David Ricardo. Revista Proceso Económico. Obra citada.
49
David Ricardo. Revista Proceso Económico. Obra citada.

23
ésta red entretejida a lo largo de dos siglos de aparición, lucha y consolidación del nuevo
régimen de la razón, el estado, el capitalismo y el individuo.

En Crítica de la Razón Pura las palabras iniciales de Kant en dicha obra no dejan lugar a
dudas. Comienza diciendo que “Si la elaboración de los conocimientos que pertenecen a
la obra de la razón, lleva o no la marcha segura de una ciencia, es cosa que puede pronto
juzgarse por el éxito”50 para insistir en el camino de la ciencia sosteniendo “Que la
lógica ha llevado ya esa marcha segura desde los tiempos más remotos puede colegirse
por el hecho de que, desde Aristóteles, no ha tenido que dar un paso atrás, a no ser que
se cuenten como correcciones la supresión de algunas sutilezas inútiles o la
determinación más clara de lo expuesto, cosa empero que pertenece más a la elegancia
que ala certeza de la ciencia”51. Kant sin embargo, manteniendo el orden dual de la
lógica binaria, da un paso adelante al separar moral de naturaleza y sustentar en la
primera el orden social: “resulta, pues, que la teoría de la moralidad mantiene su puesto
y la teoría de la naturaleza el suyo, cosa que no hubiera podido ocurrir si la crítica no nos
hubiera previamente enseñado nuestra inevitable ignorancia respecto de las cosas en sí
mismas y no hubiera limitado a meros fenómenos lo que podemos conocer
teóricamente”52, pero para reafirmar el reino de la razón y sus consecuencias. “Basta
comparar lo que es la cultura de la razón mediante la marcha segura de una ciencia, con
el tanteo sin fundamento y el vagabundeo superficial de la misma sin crítica” 53 escribía,
buscando ciertamente radicalizar el sistema de pensamiento de la lógica moderna. EL
orden que propone no se basa ya en experiencias o costumbres, ni siquiera tradiciones
filosóficas o morales, sino en una moral universal y uniformante, a pesar de su libertad
aparente, surgida desde la lógica absoluta, ordenada en la formalidad también lógica y
justificada y articulada y aprobada en torno a esas mismas deducciones lógicas. Como
bien lo describe Hopenhayn, “Kant quiere vaciar de contenido las proposiciones de la
moral y restringirla a un único mandato universal de validez para todos, y cuya

50
Kant, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura. www.monografias.com/trabajos/kant/kant/shtml
51
Kant, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura. Obra citada.
52
Kant, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura. Obra citada.
53
Kant, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura. Obra citada.

24
formulación sea tan formal que permita aplicarse universalmente. Solo por ésta
motivación puede entenderse la tremenda generalidad en que se resume su imperativo
moral: “obra de tal modo que la máxima de voluntad pueda convertirse en ley
universal”... La pura forma en la moral kantiana fundamenta su validez universal al
“limpiar” la voluntad de todo prejuicio, interés y contingencia personal” 54.

De allí emanará no solo un orden filosófico más complejo en lo moral y científico que él
hasta entonces, sino además mucho más preciso también respecto de la forma de como
organizar el sentido de funcionamiento de lo social. La exposición que hace Kant de la
moral autónoma y heterónoma y las conductas que de allí se esperan, tendrá incidencia
directa en la organización del capitalismo como sistema económico que requiere se le
deje actuar y un sistema jurídico creador de normas heterónomas que resguarden ese
sistema, limitando la intervención de lo público y dejando horizontes abiertos a la
iniciativa privada.

Será Hegel quien va a perfilar mucho más claramente la opción moderna del Estado, el
derecho y la iniciativa individual y privada como ejes de un sistema ya, en su tiempo,
consolidado, pero en disputa con sus propios fantasmas, Marx dixit.

En efecto, por más que incluso parezca lo contrario, ante las constantes menciones del
espíritu supremo que efectúa, Hegel con su filosofía establece un cierre aún más
lógicamente perfecto al modelo que nos ocupa. Y tendrá especial incidencia en la
ocupación de dos espacios estratégicos muy prácticos y decisivos: la lucha ideológica y
el orden jurídico burgués traspasado al Código Civil.

En el primero de los campos al instaurar la dialéctica como método lógico de


construcción de pensamiento y realidad, le otorgó a la modernidad una característica
propia, el que la contradicción fuese parte de su propio interior. Ya volveré mas tarde a

54
Hopenhayn, Martín. Después del nihilismo de nietzche a Focucault. Santiago de Chile. Editorial Andrés
Bello. 1997. Pág. 106.

25
referirme al carácter crítico y contradictorio de la modernidad. Sin embargo, basta leer
las expresiones que el autor usa para ubicarlo en el corazón del paradigma moderno que
hasta aquí hemos descrito: "Llamo dialéctica al principio motor del concepto, que
disuelve pero también produce las particularidades de lo universal. (...) La más elevada
dialéctica del concepto consiste en no considerar la determinación meramente como
límite y opuesto, sino en producir a partir de ella el contenido positivo y el resultado,
único procedimiento mediante el cual la dialéctica es desarrollo y progreso inmamente.
No es por lo tanto la acción exterior de un pensar subjetivo, sino el alma propia del
contenido lo que hace crecer orgánicamente sus ramas y sus frutos"55.

Sin embargo es en el campo de la Filosofía del Derecho (1821) donde introduce los
elementos que vienen a complementar el carácter jurídico y mercantil de la sociedad
moderna como proyecto. Para Hegel el papel de la libertad, en tanto principio de
autodeterminación es esencial, ya que el papel que se confiere al estado y a las leyes es
el de guardianes de esa ética. “Esta idea de la libertad, constituye un papel fundamental
en el desarrollo del derecho individual, y el hombre, como sustancia ética de la sociedad
civil, solo desarrolla todo su devenir, en base a la libertad.”56 Pero esa libertad no es
cualquiera, sino la autonomía de la voluntad que es el motor de la plena libertad en la
sociedad civil para la realización de las actividades. “El campo del derecho es, en
general, el campo de la espiritualidad, y su proximo lugar y punto de partida es la
voluntad, que es libre. Puesto que para Hegel, el sistema del derecho es el reino de la
libertad realizada en el mundo del espiritu, voluntad y libertad, seran los dos conceptos
fundamentales del desarrollo de la ciencia del derecho, como ciencia del desarrollo de
los ideales del estado y de cada uno de sus habitantes en particular.”57

Pero hay un paso más central para comprender el por que el derecho moderno ha
adquirido un carácter liberal no solo en lo económico, sino también en lo conceptual.

55
Hegel Frederich. Fundamentos de la filosofía del derecho, parágrafo 31. Citado en
www.brujula.net/wiki/Dialectica.html
56
www.monografias.com/trabajos14/hegel/hegel.shtml
57
www.monografias.com/trabajos14/hegel/hegel.shtml

26
Además de la libertad y del Estado, el ente llamado a ocupar esos espacios en su propio
beneficio es la parte central del andamiaje moderno, el sujeto no como actor sino como
sustancia. “Esta expresión significa que las cosas, cuya realidad se halla contenida
íntegramente en los conceptos (idealismo), evolucionan constantemente por el juego de
las negaciones y oposiciones, por lo cual hay que concebir las cosas (y los conceptos)
como seres con vida propia. El despliegue de esta vida o evolución de las cosas es lo
mismo que el desarrollo de sus respectivos conceptos. Por tanto, los conceptos tienen
vida real y la comprensión de esa vida o evolución es la tarea de la razón por medio de la
lógica. Racionalidad y realidad, lógica e historia se confunden. La sustancia, que es el
sustrato y objeto de los cambios y del conocimiento de esos cambios, es al mismo
tiempo sujeto, o sea, es el agente que realiza los cambios y el sujeto que los conoce.”58

La filosofía es para Hegel no una abstracción, no un mero razonamiento oponible al


empirismo o a la moral religiosa o kantiana, sino ante todo un campo de lucha de un
carácter práctico innegable en pos de los fundamentos que defiende. Una vez más
dejemos al propio autor hablar: “nada puede ser más aplicable a la realidad efectiva y
nada se justifica más ante el modo universal de representación, es decir, de lo
auténticamente universal..., que lo que proviene de la filosofía" 59.

Situados entonces en ese línea progresiva de la modernidad, que va desde el


posicionamiento de la razón lógica por sobre la razón teologal, hasta el liberalismo
económico, filosófico, político y jurídico del contractualismo y el derechop privado,
podemos hacer el salto hasta Hanz Kelsen o Friedrich von Hayek, para entender que hay
de común en éste paradigma.

58
López Hernández José, La actualidad de la Filosofía del derecho de Hegel. Cuadernos Electrónicos de
Filosofía del Derecho. núm. 1. www.uv.es/CEFD/1/Lopez.html
59
Hegel Friedrich. Sobre las maneras de tratar científicamente el derecho natural. Citado por López
Hernández José. La actualidad de la Filosofía del derecho de Hegel. Cuadernos Electrónicos de Filosofía
del Derecho. núm. 1. www.uv.es/CEFD/1/Lopez.html

27
Si uno considera que el modelo de ciencia empiricista y deduccionista están en el
corazón de la producción de verdad aceptada en la modernidad, puede llegara entender
el papel que ha jugado el positivismo en ese desarrollo y el porque el positivismo
jurídico logró hegemonizar en el campo del derecho, contribuyendo a ocultar aún más
las experiencias sociales en la subsunción a la norma. Si el positivismo, en tanto
empiricismo máximo y reducción de la realidad a leyes universales y excluyentes de
todo otro sentido no científico fue el pensamiento central de la segunda mitad del siglo
diecinueve, el nexo queda completo, más aún cuando de Augusto Comte puede leerse
que “toda proporción que no pueda, finalmente reducirse a un hecho particular o ley
general, debe considerarse ininteligible"60.

Así es posible citar a Kelsen y comprender como más allá de sus posiciones
socialdemócratas o sus querellas con Karl Scmidth su pensamiento termina siendo
linealmente coincidente con el paradigma moderno y funcional al mismo. En efecto,
cuando postulaba que “Una ciencia del derecho o una ética científica solo pueden tener
por objeto el derecho positivo o una moral positiva. Dichas disciplinas describen normas
positivas que prescriben o autorizan una conducta determinada y afirman que en tales
condiciones tal individuo debe conducirse conforme a una norma dada” 61 no hacía sino
inscribirse en la idea que solo la ciencia objetiva y abstractas podían dar cuenta de la
verdad, y que los individuos debían entenderse con ella, para lo cual se requería la
creación de una modalidad objetiva del derecho que fuera coincidente con esa tradición
epistemológica. Conciente de las diferencias entre los “objetos” humanos y los de
conocimiento de las demás ciencias, sustituye la causalidad por la imputación, que no es
otra cosa que un causalismo restringido y limitado: “La diferencia fundamental entre la
causalidad y la imputación consiste, en que la imputación tiene un punto final, mientras
que la causalidad no lo tiene.”62.

60
Comte, Augusto. Citado por Cifuentes Díaz, Ignacio y Galeano Camacho Sandra en Cuestiones
Fundamentales de Filosofía, Epistemología e Historia de la Ciencia.
www.psicologiacientifica.com/publicaciones/biblioteca/articulos/ar-nacho01.htm
61
Kelsen, Hans. Teoría Pura del derecho. Buenos Aires. Eudeba. 1999. Pág. 21.
62
Kelsen, Hans. Obra citada. Pág. 26.

28
Sin embargo los principios paradigmáticos que hemos descritos están allí, presentes y
obrantes. Frente a la razón el mundo está allá fuera y es preciso conocerlo y apropiarlo,
o imputarlo. “Por ello es indispensable distinguir entre el sentido subjetivo y el sentido
objetivo de un acto”63 diría Kelsen, ya que solo así es posible enfrentarse lógicamente al
mundo y darle funcionalidad científica a las normas jurídicas que “expresan la
significación de ciertos hechos y éstos son determinados a su vez por otras normas
jurídicas”. 64. Así como la razón y la filosofía no dejaban lugar a dudas respecto de su
comprensión “objetiva” del mundo y marcaban el único camino posible y “lógico” a
seguir el derecho es a su vez instrumento social esencial de esa tarea y contiene la
misma singularidad de universalidad, efectividad técnica y completud. La legitimidad
formal de Kelsen fluye directamente de la moral formal de Kant, en tanto pretensión
ontológica y axiológica; la obligatoriedad de la imputación permite el funcionamiento
“objetivo” de las sociedad y el desenvolvimiento de las conductas con prescindencia de
las morales particulares de los sujetos; la característica de que “un orden jurídico no
puede tener lagunas”65 satisface la máxima de totalidad de la razón.

Pero además, ese orden es, no sólo coherente y continuador del péndulo moderno, sino
funcional al modelo de liberalismo social, político y económico que fue trazado por sus
antecesores. Consciente o inconscientemente, cuando Kelsen señala que “Una conducta
que no está jurídicamente prohibida está jurídicamente permitida y en este sentido está
indirectamente determinada por el derecho”66, estaba repitiendo la supremacía del
derecho privado y el mercantilismo antes “formateado” por Hegel. Cuando expresaba
que “Los únicos juicios de valor de la ciencia del derecho podría pronunciar
teóricamente son aquellos que comprueban la conformidad u oposición entre un hecho y
una norma jurídica”67 estaba revalidando la imposición universalista y uniformante de
Kant, que prescinde de toda diferencia y toda particularidad.

63
Kelsen, Hans. Obra citada. Pág. 33.
64
Kelsen, Hans. Obra citada. Pág. 35.
65
Kelsen, Hans. Obra citada. Pág. 37.
66
Kelsen, Hans. Obra citada. Pág. 36.
67
Kelsen, Hans. Obra citada. Pág. 46.

29
Cuando reduce la sanción al incumplimiento de una obligación a la contravención de
una imputación ratifica la forma jurídica del capital y su reproducción por la
formalización de las diferencias entre sus actores que planteaba Adam Smith. Al reducir
el derecho a una “ciencia” que “No se ocupa en un hecho sino en la medida en que está
determinado por una norma jurídica”68 colabora al falseamiento de las relaciones
sociales y a la perdida del bien jurídico de la libertad en el de la voluntad de la posesión
protegida por los ordenamientos jurídicos reales. Con el monismo jurídico elevó el
Estado al carácter de sujeto absoluto que somete y despersonaliza a los otros sujetos, ya
que acaba siendo el único sujeto formal con esencia propia, como había querido Hegel,
dejando el resto del campo a los únicos otros sujetos reconocidos y articulables en la
esfera de la voluntad jurídica institucionalizada, el individuo propietario. Con la
extensión de sus principios al derecho internacional y a la insuficiencia de éste por falta
de cohercibilidad, se sumaba al campo libre de la guerra justa lockeana ejercida por los
intereses de aquellos que pueden desarrollar; si “las normas jurídicas, está formada por
dos elementos constitutivos y, por consiguiente, indefectibles: el sujeto a quien se dirige
la norma, o sea el destinatario, y el objeto de la prescripción, o sea de la acción
prescrita”69, ante la falta de sujetos reconocidos formalmente en un orden incompleto y
por lo tanto no científico ni validable “razonablemente”, en éste no derecho para las
relaciones internacionales todo derecho en tanto pretensión particular desaparece y los
intereses con capacidad para imponer imputación al resto se hacen totales y globales,
como lo ha demostrado el neoliberalismo económico y el neo-imperialismo post guerra
fría de los Estados Unidos de Norteamérica.

Solo dos ejemplos más para establecer el linaje del paradigma moderno que constituye la
promesa a evaluar.

Primero Friedrich von Hayek: “Una sociedad libre requiere de ciertas morales que en
última instancia se reducen al mantenimiento de vidas: no al mantenimiento de todas las

68
Kelsen, Hans. Obra citada. Pág. 83.
69
Bobbio, Norberto. Teoría General del Derecho. Madrid. Editorial Debate S.A. 1999. Pág. 142.

30
vidas por que podría ser necesario sacrificar vidas individuales para preservar un número
mayor de otras vidas. Por lo tanto las únicas reglas morales son las que llevan al cálculo
de vida: la propiedad y el contrato”70.

Segundo, Niklas Luhmann, quien - nuevamente ampliando el uso de la razón lógica


como impulso de voluntad para la construcción de sociedad - , señala que “por sistema
no entendemos un particular tipo de objetos sino una particular distinción: a saber, la
distinción entre sistemas y entorno”71 y que en la operatividad de esos sistemas, el cierre
del sistema “excluye tanto a los seres humanos como a los países del sistema de la
sociedad... ellos no se encuentran en la sociedad, sino en su entorno”72.

Así, si se tuviese que resumir ésta construcción paradigmática, atendiendo a su punto de


origen y a su llamamiento al futuro como lugar de concreción de sus discursos,
podríamos decir que razón, ciencia, sujeto, posesión y derecho son el contenido de esa
promesa moderna. Parece necesario entonces revisar cual era ésta, hasta que punto ha
cumplido con su empeño y cuales son sus resultados.

Mirar la modernidad desde la genealogía propuesta, a pesar de las contradicciones que


parece existir entre los autores, esto es desde la metáfora de la promesa como suspenso
al futuro no es casual, ya que tal como dijimos ambos son rasgos esenciales en su
conformación. Hegel comprendió muy bien esa características al pensar en la dialéctica
tanto como forma de construcción de su proyecto como al constituirla en una forma de
disolución de la crítica y los conflictos. “La modernidad comienza como una crítica de la
religión, la filosofía, la moral, el derecho, la historia, la economía y la política. La crítica
es su rasgo distintivo, su señal de nacimiento. Todo lo que ha sido la Edad Moderna ha
sido obra de la crítica, entendida ésta como un método de investigación, creación y

70
Heyec, Friedrich von. Citado por por Hinkelammert, Franz en La inversión de los Derechos Humanos.
El caso de John Locke. El vuelo de Anteo. Derechos Humanos y Crítica de la razón liberal. Editorial
Desclée de Brouwer, S.A. Bilbao. 2000. Pág. 107.
71
Luhmann, Niklas. Complejidad y modernidad: De la unidad a la diferencia. Madrid. Editorial Trotta.
1998. Pág. 54.
72
Luhmann, Niklas. Obra citada. Pág. 55.

31
acción. Los conceptos e ideas cardinales de la Edad Moderna –progreso, evolución,
revolución, libertad, democracia, ciencia, técnica, nacieron de la crítica” 73, por lo que
revisar el periodo desde esa óptica metodológica la razón en tanto crítica es la forma de
descubrir sus promesas y al servicio de que fueron puestas. Pero analizarla en tanto
promesa de un futuro a resolver es también indispensable. “Cada época se identifica con
una visión del tiempo y en la nuestra la presencia constante de las utopías
revolucionarias delata el lugar privilegiado que tiene el futuro para nosotros”74 y que ha
significado un olvido de las necesidades imperiosas de los presentes concretos.

Si se revisa esta misma historia de la modernidad no ya desde los discursos que la


formatearon sino desde la historia de las aplicaciones prácticas de ésta, podemos
observar no solo la coincidencia de los procesos, sino como en esas “ejecuciones del
programa”, sus actores depositaron su confianza en la ciencia y en la técnica como
medios/fines para alcanzar un futuro lleno de esplendor, en que la ejecución racional de
los procesos lograría sociedades totales y perfectas de felicidad humana, liberando al fin
al hombre de las inseguridades frente a los despotismos de los monarcas, la naturaleza y
los caprichos divinos. Si hasta entonces la naturaleza y el poder, la economía y las
guerras habían sido destinos bárbaros para el avance de la prehistoria a la civilización, la
superación de las épocas oscuras a través de la razón y sus productos iba a permitir un
buen gobierno, la dominación y apropiación de la naturaleza, el control de la inseguridad
y la conquista de la vida y el mundo. Y si bien es cierto la ciencia y la técnica trajeron un
avance impresionante en nuevos medios de comunicación, producción, relacionamiento,
intervención en los sujetos y en las comunidades, la promesa de conquista del futuro no
ha sido tal. “Los beneficios que esperamos están estrechamente unidos a sus efectos
nefastos o a sus contraefectos perversos”75.

73
Paz, Octavio. La otra voz. Poesía y fin de siglo. Barcelona. Editorial Seix barral S.A. 1990. Pág.32.
74
Paz, Octavio. Obra citada. Pág. 34.
75
Baudrillard. Jean. El Intercambio Imposible. Ediciones Cátedra (Grupo Anaya S.A.). Madrid. 2000.
Pag. 37.

32
Tal como sostiene Boaventura de Sousa Santos, “La promesa de la dominación de la
naturaleza y de su uso para el beneficio común de la humanidad, condujo a una
explotación excesiva y despreocupada de los recursos naturales, a la catástrofe
ecológica, a la amenaza nuclear, a la destrucción de la capa de ozono, y a la emergencia
de la biotecnología, de la ingeniería genética y de la consiguiente conversión del cuerpo
humano en una mercancía última. La promesa de una paz perpetua, basada en el
comercio, en la racionalización científica de los procesos de decisión y de las
instituciones, condujo al desarrollo tecnológico de la guerra y al aumento sin
precedentes de su poder destructivo. La promesa de una sociedad más justa y libre,
sustentada en la creación de riqueza fue hecha posible por la conversión de la ciencia en
fuerza productiva, condujo a la expoliación del llamado Tercer Mundo y a un abismo
cada vez mayor entre el Norte y el Sur. En el siglo XX murió más gente de hambre que
en cualquiera de los siglos anteriores, e, incluso en los países más desarrollados,
continúa subiendo el índice de los socialmente excluidos, aquellos que viven por debajo
del nivel de pobreza (el llamado “Tercer Mundo Interior”)”. 76

La pregunta entonces es por qué esa razón liberadora y constituyente, la ciencia que de
ella surge, el sujeto llamado a producir y dirigir ese proceso, así como el tipo de
sociedades que de allí resultaron, no han permitido cerrar el círculo de la promesa
moderna, a pesar de los saltos cada vez más exponenciales de la tecnología y su razón.
La respuesta se encuentra en sus propias falencias estructurales que al parcelar y separar
lo humano en razón y emoción, en ciencia y naturaleza, en verdad y mentira ocultó bajo
su égida la diversidad de la potencialidad humana, falseando su propio destino al querer
ignorar el hemisferio derecho del cerebro lo que el izquierdo hacía.

Si uno revisa lo que se postuló debía ser la ciencia, desde el New Organon de Bacon y el
Discurso del Método de Descartes, uno puede trazarse claramente el perfil de éste
método científico que acaba funcionalizando(se) y fusionándose con los proyectos

76
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pag. 60.

33
políticos económicos de la modernidad77, conformando una cultura de la cientificidad
como de la verdad y de la eficiencia como el fin de uso y cambio de la naturaleza y el
propio ser humano. “A nivel de la cultura dominante, se supone que debemos creer que
el conocimiento científico es el único conocimiento real o que vale la pena; que el
conocimiento análogo es no-existente o inferior; y que hecho y valor no tienen nada que
ver entre sí.”78. Así, desde los cuatro pasos para el conocimiento del pensamiento
cartesiano, hasta el positivismo des-subjetivizado del positivismo o el funcionalismo
sistémico, en que se enfatiza la objetividad en la separación razón-emoción, hombre-
mundo y sujeto-objeto, se conforma el modelo científico de la razón moderna en que
merece la pena detenerse un momento. El siguiente resumen planteado por Morris
Berman en su libro “El Reencantamiento del Mundo” parece un buen resumen del
mismo 79:

77
Al respecto, Richard Sennet en su libro “El declive del hombre público” (Barcelona. Ediciones
Península.2002) hace un excelente análisis del surgimiento y desarrollo de las ciudades de las urbes
modernas y como en ellas la tecnologización de las funciones fue incidiendo y asumiendo el papel de
agente de desarrollo de las economías urbanas, no solo en el desarrollo industrial, sino desde aquellos
aspectos mercantiles que moldearon la cotidianeidad. Al respecto expresa por ejemplo, refiriéndose a los
cambios en el mercado urbano del siglo XVIII que “Cuando la economía y las modalidades de crédito se
expandieron, la contabilidad y la inversión se volvieron más racionalizadas y los negocios se llevaron a
cabo en oficinas y almacenes y sobre una base crecientemente impersonal”. (Pág. 50-51).
78
Berman, Morris. El reencantamiento del mundo. Santiago. Editorial Cuatro Vientos. 1999. Pág. 230.
79
Berman Morris. Obra citada. Pág. 236.

34
Visión del mundo de la ciencia moderna.
No hay relación entre hecho y valor.
La naturaleza se conoce desde afuera, y los fenómenos se examinan
en abstracción de su contexto (el experimento).
El objetivo es el control consciente, empírico de la naturaleza.
Las descripciones son abstractas, matemáticas, únicamente aquello
que puede ser medido es real.
La Mente es algo separado del cuerpo; el sujeto es algo separado del
objeto.
El tiempo es lineal, en una progresión infinita; en principio podemos
llegar a conocer toda la realidad.
La lógica es esto/aquello; las emociones son epifenoménicas.
Atomismo:
1. Únicamente la materia y el movimiento son reales.
2. El todo es nada más que la suma de sus partes.
3. Los sistemas vivientes son en principio reducibles a materia
inorgánica; a final de cuentas la naturaleza está muerta.

Así entonces, se creó una verdadera práctica de la fragmentación y el desapego,


estableciéndose “un dualismo absoluto entre la mente (res cogitans) y la materia (res
extensa), que condujo a la creencia según el cual el mundo material puede ser descrito
objetivamente sin referencia alguna al sujeto observador”80, de manera que la ciencia no
se encuentra en el mundo sino fuera de ella para descubrirlo y expresarlo; el sujeto es un
aséptico observador y constructor en un mundo que no habita como parte del mismo
pero del cual dispone, posee, usa y somete a transacción; la realidad es reducida a la

80
Martínez Miguélez, Miguel. Un Nuevo Paradigma Para La Ciencia Del Tercer Milenio. En Las
Nuevas Utopías de la Diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible. Santiago. Universidad Bolivariana.
2003. Pág. 231.

35
abstracción y a la comprensión unilineal y monocausal de los fenómenos, “que confía
ciegamente en la interpretación del mundo derivada de relaciones de causalidad y más
aún de relaciones monocausales, de las cuales deriva el concepto de eficiencia” 81 sin
importar los costos colaterales, que en realidad son parte de un mismo proceso
holísticamente activado y conectado. Una tecnología que se centra en su desarrollo
autopiético antes que en los destinatarios; una epistemología que opta por la erudición de
los lenguajes cerrados y optimiza las discusiones especializadas desconociendo los
sabéres no oficiales; un forma de economía que considera que todo lo que obstaculiza su
progresión de crecimiento es una externalidad a remover; un tipo de política
profesionalizada hasta la exclusión de los votantes representados; un derecho centrado
en la aplicación formal de la normatividad y no en los sujetos de derecho y sus
necesidades; una lógica de la alienación que divide al sujeto entre el discurso de la
objetividad y la vivencia de la subjetividad.

“La ciencia tradicional o positivista ha intentado colocar a la ciencia y por lo tanto al


conocimiento fuera de la historia, de la cultura y del lenguaje”82 y ha obtenido una
descentralización del ser humano y una exclusión de sus campos de conocimiento y
acción de todo aquello que, por ser considerado no abstraíble ni cuantificable, opera
como entorno a ser intervenido con posterioridad. El aislamiento de los polos de lo
técnico y lo ético, de lo moral y experiencial más allá de la técnica, de la naturaleza y el
entorno bio-socio-diverso de los costos económicamente proyectábles, representa una
duda en la ecuación moderna que todo el avance científico no logra cerrar, una gestalt
permanente y reiteradamente incompleta, que acumula costes y efectos no considerados
por la lógica del crecimiento y la acumulación. “La ciencia moderna existe en un
equilibrio delicado: entre la ignorancia relativa del objeto del conocimiento y la
ignorancia relativa de las condiciones del conocimiento que pueden obtenerse del

81
Elizalde, Antonio. Desarrollo Humano y Ética para la sustentabilidad”. Santiago. PNUMA-
Universidad Bolivariana. 2003. Pag. 148.
82
Inayatullah, Sohail. Repensando la Ciencia. La reconstrucción de la ciencia y de la sociedad En Polis,
Revista de la Universidad Bolivariana. Volumen 1, Nº 3. Santiago. Universidad Bolivariana. 2002. Pag.
469.

36
mismo”83 y es un vacío que, al traducirlo a la práctica parece imposible de llenar dentro
de sus propios límites.

A la luz de las promesas de la razón, de la elevación de la ciencia y la verdad


técnicamente argumentada como bastones absolutos del progreso, como claves y llaves
del desarrollo unidireccional humano, que deberían bastar por si mismas para dar con las
respuestas necesarias a los problemas de la humanidad, si no se recurre a las
“subjetividades” de la política y la voluntad de regulación y control de sujetos concretos
simplemente no existe explicación para los problemas de pobreza global, inseguridad
ciudadana, social y ecosistémica, amenaza militarizada y financiera sobre los eslabones
débiles o irreductibles del sistema mundo. A menos que esa promesa de la modernidad
como futuro esplendor haya sido falsa, o falseada. Habría entonces que preguntarse
seriamente si el programa de conquista del mundo, de apropiación de la naturaleza, de
asalto al futuro que propiciaba la razón moderna, correspondía efectivamente a lo que se
deseaba obtener, y si sus efectos no deseados y las desviaciones fácticas son eso, efectos
no contemplados en el programa original, desviaciones o mutaciones defectuosas; o si
por el contrario, se trata de degeneraciones incoadas en su propio ADN. En ambos casos
la respuesta es frustrante y obliga a plantearse alternativas más allá de la lógica binaria
cerrada de la modernidad materialista.

Sin embargo, es preciso incorporar otros dos elementos al momento de analizar


adecuadamente la trama de desarrollo y construcción de alternativas a éste paradigma de
la fragmentación y la exclusión. Incorporar al análisis las nociones de sujeto y
subjetividad y el concepto del derecho, ya que la sociedad moderna ha sido, sobre el
telón de fondo de su paradigma, una sociedad jurídica de sujeto abstraído, alienado y
separado de su entorno.

83
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pag. 91.

37
Hay que detenerse en esto de la subjetividad. “Subjetividad es aquella trama de
percepciones, aspiraciones, memorias, saberes y sentimientos que nos impulsa y nos da
una orientación para actuar en el mundo. Subjetividad social es esa misma trama cuando
es compartida por un colectivo. Ella le permite construir sus relaciones, percibirse como
un nosotros y actuar colectivamente. La subjetividad es parte de la cultura, pero es
aquella parte que es inseparable de las personas concretas”84. En consecuencia, si es
aquello que nos pone en contacto de acción con el mundo, parece simplemente
imposible prescindir de ella.

No obstante la centralidad del concepto de sujeto en la retórica moderna, que se


encuentra en cada giro de los discursos de pretensión técnica, la omnipresente noción del
sujeto acaba siendo siempre parcial, limitada por la perspectiva y los márgenes también
parciales de cada disciplina. La razón fragmentada de la ciencia moderna “consagró al
hombre como sujeto epistémico pero lo expulsó en tanto que sujeto empírico”85,
construyendo una abstracción de pensamiento y de acción disociada sobre los objetos.
Por decirlo en un juego de palabras, al centrar la actitud epistemológica y experiencial
racionalmente validada en el “pienso luego existo”, disoció en el sujeto el “siento luego
existo”, provocando no solo la fragmentación epistemológica, sino que, reforzando la
tradición de separación de cuerpo y espíritu impulsada por el cristianismo, construida a
la larga como una verdadera maquinaria de poder inquisitiva y dogmática, tradujo la
confluencia entre esa tradición religiosa, que imputaba el deber de abandonar lo
corporal, y el pensamiento racionalista, que aspiraba a apropiarse de la razón por la
ciencia y no la teología, en una restricción de la prácticas científicas, jurídicas y sociales.

Si como señala Richard Sennett, en la actividad científica “La plausibilidad empírica es


una cuestión de demostración de las conexiones lógicas entre fenómenos que pueden ser

84
Güell, Pedro. Subjetividad social: desafío para el nuevo siglo. En Polis, Revista de la Universidad
Bolivariana. Volumen 1, Nº 2. Santiago. Universidad Bolivariana. 2001. Pag. 112.
85
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pag. 90.

38
concretamente descritos”86, la verdadera situación de los sujetos en relación consigo
mismo y los otros, más allá de esas conexiones lógicas, carece de importancia en
aquellas esferas no reductibles a lo lógico, de manera que todo aquello que no es la
actividad racional puede y debe ser excluido de la convivencia acertada. De allí entonces
que la teoría sistémica, reasumiendo la tradición más enfáticamente pura de la ortodoxia
científica, pueda expulsar al entorno de lo social a todas aquellas esferas no reductibles a
la conexión lógica del lenguaje y la comunicación, expulsando el propio sujeto de su
concreción integral fuera de la lógica discursiva y conectable que determina la sociedad.

Despojado de aquella parte “subjetiva” de su subjetividad, reducido a interacciones


objetivas y desapegadas de si mismo, de los otros y de su entornó bio-psico.social, el
concepto de sujeto moderno es parcial y, por contradictorio que parezca, desubjetivado,
constituyéndose en un obstáculo para observar, analizar, relacionar y solucionar
problemas fuera de los marcos estrictos de la técnica y la disciplina particular de
enfoque. Esta ceguera, parcial y autoprovocada, permite explicar, aunque solo
parcialmente, la verdadera contradicción entre el avance de la técnica y su separación
cada vez mayor de las necesidades humanas y su solución equitativa para todos. La otra
explicación es política, pero requiere referirse a su forma de construcción como relación
puramente formal, el derecho, y a la formación de la sociedad jurídica que regula los
intercambios entre los sujetos de derecho como intercambistas, a la vez que los propone
como ciudadanos esencialmente destinados al consumo y siempre mediados en sus
expectativas por/para sus representantes y despojados de su carácter constituyente.

El sujeto entonces no solo fue fragmentado y transformado en un ente abstracto en las


ciencias duras, también, en la medida que el derecho pretendió convertirse en expresión
del proceso de constitución de la sociedad liberal primero, pero sobre todo a partir de los
intentos de cientificidad pura con el positivismo y después con la teoría de sistemas, “El
derecho se ha convertido en el paradigma constitutivo del sistema social y de la

86
Sennet, Richard.El declive del hombre público. Barcelona. Ediciones Península. 2002. Pág. 106.

39
planificación tecnológica”87, de manera que también lo jurídico se inserta en ésta
genealogía.

Pero el proceso ocurrido en el área del derecho me interesa especialmente, no solo por
que el derecho ha sido la forma de la política del liberalismo, o por que desde éste
instrumento de poder se definió las posibilidades de intercambio social y el instrumento
y la lógica contractual como vía de relacionamiento, sino esencialmente por dos razones:
primero por que desde allí se ha levantado a su vez, en forma paralela y no hegemónica,
un discurso de dignidad de carácter político asociado a los derechos humanos, y
segundo, por que desde allí pretendemos construir instrumentos de resolución de
conflictos y de interrelación social diferentes a la judicialización y al contrato. Por eso
entonces me parece necesario avanzar algunas cosas sobre este carácter formal del sujeto
desubjetivado.

En el derecho, la noción del Sujeto ocupa un lugar central, describiéndosele como el


gran articulador de toda la trama jurídica, depositario de las facultades que se proponen
en la institucionalidad, ocupante del espacio abierto dejado para la voluntad subjetiva,
destinatario de las normas, fines y funciones del derecho. Sin embargo, un análisis más
profundo deja al descubierto, nuevamente, la restricción del sujeto a las abstracciones de
la ciudadanía formal, a su papel de objeto de la institucionalidad y su carácter de
articulador solo en cuanto favorece el intercambio contractual.

Durante la modernidad el papel del derecho ha sido central; basta recordar destellos de
momentos históricos para darse cuenta de ello: la Revolución Francesa se consolidó
ideológicamente con la Carta de derechos del Hombre y del Ciudadano, el ascenso de
Napoleón y la constitución del estado central está ligado a la historia del Código Civil; la
elevación del Estado como totalidad, concepto central del idealismo alemán tiene
presente a la Filosofía del Derecho de Hégel, la absolutización de la ciencia como

87
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pág. 35.

40
discurso de verdad su correlato en le hegemonía continental del positivismo kelseniano,
el empate táctico del capital y el trabajo en el Estado de Bienestar, la disolución del
sujeto sistémico en la destrucción del orden jurídico estatal y la globalización en la “lex
mercatoria” del derecho de las transnacionales.

Tal como ya hemos señalado, todo ese desarrollo es parte de la tradición epistemológica
y paradigmática de la modernidad y han marcado su devenir y los encubrimientos del
proyecto ideológico que en verdad se alojaba en su interior. Confundido el derecho
moderno en su origen con la irrupción de la burguesía y la derrota del absolutismo, la
Declaración de derechos del Hombre y el Ciudadano puso en escena la carta de
principios política de esa burguesía, pero también el lado optimista del derecho,
ocultando las perdidas del ejercicio, como proyecto de futuro y posibilidad de alcanzar
la felicidad a través de él, lo que resulta absolutamente coincidente con la promesa de
bienestar moderna. “La idea moderna sobre los derechos humanos proviene de una
oposición entre naturaleza y cultura”88, en que la violación de sus derechos que le
pertenecen naturalmente le facultan para obtener una modificación de la situación que
debiera constituirse en un orden que en definitiva, liberándolo, le permita ser feliz. “La
noción de que los seres humanos tienen derecho a ser felices es una idea particularmente
moderna, occidental”89 y refleja ese lado optimista, que sin embargo se verá subsumido,
o mejor dicho sometido y disuelto en la noción de control social que ese mismo derecho
construyó. Dos almas para un solo proyecto. Una ecuación difícil de resolver, ya que
éste verdadero “instrumento de ingeniería social” a que estaba llamado a convertirse el
derecho encierra una aporía y una tensión no resuelta. Como bien lo expresa Boaventura
de Sousa Santos, “la complejidad del paradigma de la modernidad reside en el hecho de
que el derecho sea, potencial y simultáneamente, voluntad del soberano, manifestación
de consentimiento y auto-prescripción”90, de manera que se habla en nombre de la
libertad en tanto se construye una estructura destinada a la regulación y al control.

88
Sennet, Richard. Obra citada. Pág. 206.
89
Sennet, Richard. Obra citada. Pág. 207.
90
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pág.155.

41
Resulta necesario entonces revisar brevemente esa relación entre derecho, modernidad,
orden, racionalismo y liberalismos que, debiendo haber potenciado al sujeto como actor,
termina coartándolo y recluyéndolo a su definición formal.

El derecho que conocemos y que es a su vez origen, parte y resultado del proceso de
desarrollo moderno, ha cumplido con tres macro funciones que determinan el carácter de
éste derecho formal, normativo, institucionalizado y liberal:

a) ser un instrumento de vinculación entre sujetos, con instrumentos que determinan


una cierta forma de intercambio y una cierta restricción de otros;
b) ser una fuente de definiciones simbólicas, que actúa como forma de vehicular
contenidos ideológicos, definiendo el tipo y rol de sujetos y la prefiguración y
conformación del tipo de sociedad buscada; y finalmente
c) una estructura de producción de orden y sentido y de reordenamiento de los
elementos que lo mantenga y perpetúe.

Voy a usar una gráfica que permita representarlo para explicar e punto:

Configurante
Instrumento simbólico

Estructura
reproductiva

42
El derecho fue concebido en una doble perspectiva, de la cual prontamente una
subsumió a la otra, ocultándola hasta hacerla desaparecer, al plantearse desde la exégesis
y la formalidad como única forma natural de comprender lo jurídico. Con el
advenimiento del liberalismo y su hegemonía en el pensamiento post absolutista, el
derecho burgués dejó de reclamar los valores esenciales que levantaba frente a la
monarquía –libertad y propiedad- para hacer un doble juego de vincularlos como si
fuesen uno solo y establecerlos como esenciales y naturales en el derecho de propiedad.
Bajo la hegemonía de un solo pensamiento político integrado e integrado de la forma, la
potencialidad política del derecho fue extraviada. Así, en el mejor ejemplo de lo que
acabo de sostener, el derecho de propiedad pasó a ser no solo el principal derecho sino la
representación de la libertad y la individualidad 91. La lógica de la posesión pasó a ser la
lógica del individuo ( asimilándose, fundiéndose) de manera que el derecho de la
persona es esencialmente el que recae sobre las cosas. “Justamente en la propiedad la
libertad se expresa como voluntad de una persona individual que está en relación sólo
consigo misma”92, y dado su carácter absoluto, de alguna forma ensimismada. En una
sociedad caracterizada por la libertad de mercado y la igualdad jurídica, donde en
definitiva todo deviene en propiedad, construir un orden social que la favorezca y la
conserve, que la reproduzca y la atribuya requería establecer los instrumentos que
permitiesen la relación de los individuos poseedores entre sí, con los poderes públicos
llamados a garantizar la propiedad y con aquellos a quienes había que excluir o controlar
por ser un peligro para esta propiedad que era el individuo y en definitiva la
representación de la libertad misma.

Si el individuo propietario es un absoluto, si la sociedad civil en donde se desenvuelve


en el intercambio, está diferenciada y separada del estado, si todo atentado a la
propiedad es una actuación declarada ilegal y criminal, era indispensable articular

91
Lo anterior resulta evidente cuando uno analiza los manuales de derecho civil en que se señalan los
atributos de la personalidad y se subsumen en el patrimonio todos los demás como el nombre, la
nacionalidad y, por supuesto, la propiedad.
92
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pág. 122.

43
instrumentos que permitiesen la interrelación y comunicación entre ellos, como la
mantención general del sistema: entre el estado como marco de protección de la
sociedad civil entendida como sociedad económica, la ley, como instrumento de
imputación y de control resultó ser vehículo y estructura de ésta institucionalidad
destinada a promover, proteger y adjudicar la propiedad como característica y esencia.
Así, cuando los Códigos Civiles señalaron, por ejemplo, que “La ley es obligatoria para
todos los habitantes de la república, inclusos los extranjeros”93, que existe un derecho
mayor denominado derecho real que “es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a
determinada persona”94, afirmando por tanto la autonomía económica como base del
poder individual; y que “El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real
en una cosa corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra la
ley o contra derecho ajeno”95 establecía como instrumento de relación entre el estado
guardián y los individuos a la ley, bajo amenaza de obligatoriedad y sanción contra
cualquiera que vulnerase el derecho ajeno esencial y real. Una tautología convincente y
afirmada.

Sin embargo y dado que el Estado fue concebido por el liberalismo como el custodio de
sus fundamentos, debemos poner la mirada en el espacio privilegiado por ésta doctrina
eje de la modernidad, en el espacio de lo privado del intercambio económico, donde el
instrumento de toda relación social entre los individuos es el contrato. No es casual que
además de ser la forma de interactuar entre los individuos, ya sea para adquirir bienes o
en el matrimonio, las formas de actuar colectivamente permitidas y propiciadas por el
modelo, ficcionando a un sujeto individual, como lo son las sociedades, debiesen
también constituirse contractualmente. Toda otra forma de asociatividad, de
colectividad, de comunidad, de solidaridad o de intercambio que no estuviese ajustada a

93
Código Civil Chileno, Artículo 14.
94
Código Civil Chileno, Artículo 567.
95
Código Civil Chileno, Artículo 582.

44
ésta matriz fue mirada y tratada con sospecha e incluso , como lo muestra la historia del
movimiento obrero, criminalizada por contradecir la razón contractual.96

El espacio privado que se vincula con otros iguales a través de las formas, es donde
debemos atender para comprender el sentido, las aporías y los límites del derecho
occidental moderno. Si el individuo es propietario y autónomo, en relación consigo
mismo antes que con el resto, es a través de éste vínculo estratégico que es posible
relacionarlos, obligarlas y articularlos en torno a la facultad de intercambiar, es decir, de
poner en comunicación su esencia, la calidad de propietarios con capacidad de
intercambiar sus bienes por que son poseedores de los mismos y por que los define en
cuanto tal. Entre ellos, iguales, en caso de incumplimiento indemnización, es decir,
compromiso y transferencia de sus bienes que son, en verdad, a la vez, ellos y parte de sí
mismos.

Fijados estos límites, delimitada la sociedad civil al intercambio de bienes entre


propietarios, era necesario establecer para aquellos que quedaban fuera como principal
efecto del acatamiento o en abierta violación de esa obligación de respeto del individuo
y su patrimonio, no la responsabilidad en su patrimonio sino la sanción, esencialmente
penal y disciplinante. Garantizar el orden social es garantizar el patrimonio que es el
fundamento de la libertad, mantener los mecanismos de articulación y comunicación
abiertos y disponibles es, desde esta perspectiva, mantener la libertad. Esto es lo que

96
Si se revisan los textos jurídicos clásicos del liberalismo jurídico, léase Códigos Civiles o
Constituciones, podrá apreciarse con toda claridad como todas las formas sociales y las relaciones entre
individuos están mediadas y formalizadas bajo la lógica del contrato. Desde el matrimonio ( El
matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente,
y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente. Artículo 102 Código
Civil Chileno) , las relaciones entre los cónyuges e hijos, apuntadas sobre el patrimonio de cada cual (Se
conocen con el nombre de capitulaciones matrimoniales las convenciones de carácter patrimonial que
celebren los esposos antes de contraer matrimonio o en el acto de su celebración. Artículo 1715, Código
Civil Chileno), hasta las sociedades ( La sociedad o compañía es un contrato en que dos o más personas
estipulan poner algo en común con la mira de repartir entre sí los beneficios que de ello provengan.
Artículo 2053 Código Civil Chileno), la lógica del contrato es la lógica dominante y necesaria de
construcción de relaciones sociales: partes definidas formalmente iguales, un vínculo de intercambio
patrimonial, prestaciones que reflejen dicho intercambio, contraprestaciones de obligatoriedad, sanción
pecuniaria en caso de incumplimiento.

45
distingue en tanto época a la modernidad y al derecho moderno. Si antes de la era del
mercado, garantizar la circulación de los bienes era una necesidad para la existencia de
los reinos, ahora la libertad de circulación y apropiación de los bienes se hizo sinónimo
de la libertad de los individuos, la sociedad en proyecto en su forma pura y básica, y
por lo tanto esa libertad que es propiedad se transformó en la esencia del sujeto
moderno: libre en tanto poseedor, sujeto en tanto contratador: “el sujeto que se presenta
como protagonista construye una gran objetividad, una estrategia de objetivaciones sin
precedentes, y al final se restituye como sujeto negado, como puro individuo de
consumo”97

Pero a la vez que el derecho sirve como instrumento de comunicación entre los sujetos,
además de su carácter instrumental éste determina las características de constitución de
éstos mismo sujetos actores del derecho: si el sujeto que el derecho declara como sujeto
de derecho es libre y lo que le confiere esa libertad es la capacidad e obrar con
independencia de otros y dentro del marco legal por ser poseedor y propietario, y si el
vínculo es primero entre sujeto y sus cosas propias, personales, es decir consigo mismo,
éste individuo que es el sujeto es entonces individual, propietario y soberano sobre su
patrimonio. Al ser la relación social una vinculación contractual uno a uno y el objeto de
ese intercambio una prestación pecuniaria que consiste en cosas o servicios reducibles a
cosas y valor, al ser el sujeto legitimado un sujeto real o ficticiamente formalmente igual
a sus pares, abstracto y des-subjetivado psicológicamente y solo identificable en tanto
propietario, el sujeto de derecho y actor de la sociedad jurídica queda definido y
delimitado: el individuo propietario formalmente igual a sus pares en la esfera de la
abstracción jurídica.

Al sumar los elementos anteriores, la tercera gran función del derecho entonces es, a
pesar de su carácter intangible y de omnipresente in-ubicuidad, extraordinariamente
palpable y esencial para cerrar éste espacio de intercambio en que se ha convertido el
derecho y a la sociedad moderna misma. La reunión de todos esos elementos no está

97
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pág. 97.

46
sólo en ellos mismos sino sobre todo en la relación que forman sus partes como un todo
cerrado para auto-reproducirse y reposicionarse permanentemente en tanto concepto
supuestamente natural de lo jurídico, del individuo y sus derechos. El sistema jurídico
moderno propone un actor (el individuo propietario), un modelo de sociedad (liberal
contractualista), de historia (la del liberalismo) y una forma de alcanzar la felicidad y de
satisfacer las necesidades de los individuos (el intercambio comercial capitalista y la
acumulación de bienes) y como todo sistema, requiere mecanismos que aseguren la
mantención de sus supuestos y de sus relaciones. Nuevamente es el derecho quien
satisface ésta necesidad a través de su vocación arquitectónica, de su carácter normativo
de imputación y sanción, de su carácter lógico y científico de control, disciplinamiento y
garante del orden, por la forma y la amenaza del uso de la fuerza. “La dominación
jurídica racional está legitimada por el sistema racional de leyes, universales y
abstractas, emanadas del Estado, que presiden una administración burocratizada y
profesional, y que son aplicadas a toda la sociedad por un tipo de justicia basado en una
racionalidad lógica formal.”98. Todos aquellos que no se ajusten al sistema propietario, a
sus lógicas internas, que no sean capaces de cumplir con su eficacia y sus designios o
bien quedan fuera del sistema que no los necesita o bien se exponen a ser criminalizados
por atentar contra el orden. El número de los incluidos o excluidos es una cuestión sin
importancia en tanto no afecte la continuidad de la producción y el consumo que
permite la subsistencia del sistema.

Si uno revisa entonces, mirando desde el presente hacia atrás, puede apreciar que, a
pesar de las inmensas contradicciones y lagunas existentes, el proyecto jurídico de la
modernidad liberal ha sido extraordinariamente coherente a la hora de construir y
constituirse en el sustento institucional y simbólico del sistema mundo hoy regido por la
globalización neoliberal, que ha llevado a los extremos la racionalidad moderna
individualista y de mercado. En todos los espacios de aplicación del derecho 99 ha

98
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pág. 160.
99
En lo sucesivo sigo la división espacial que desarrolla Boaventura de Sousa Santos en su libro “La
Globalización del Derecho. Los nuevos caminos de la regulación y la emancipación. Universidad

47
existido una notable correspondencia de principios y de medios. Tanto en el espacio
local, nacional o global pueden apreciarse las líneas de continuidad del paradigma que la
globalización neoliberal ha llevado a su extremo. Del evidente contenido patrimonial del
espacio domestico del pater familia y el matrimonio como comunión de bienes, pasando
por la comunidad local como espacio de asentamiento productivo cuyas utilidades y
tributaciones son llevadas por el capitalista o el estado central, dejando allí las perdidas
ambientales y los costos sociales/laborales; hasta llegar al espacio de imposición de
lógicas institucionales que excluyen o ponen como objeto de inversiones capitalizadas
por otros en el estado nacional, sobre todo en la lógica de maximizar las utilidades hacia
los privados y desviar las perdidas hacia lo público; y traspasando el espacio histórico
del estadio nación hacia el espacio transnacional global, donde el sentido de apropiación,
disponibilidad de las cosas y los costes e imposición de los intereses privados a gran
escala contra todo intento de control, la lógica es la misma: la supremacía del interés
particular sobre su patrimonio, con exclusión de toda persona y el control de la
realidad por contratación o la fuerza. Toda oposición, todo derecho social que
disminuya la tasa de ganancias, los derechos sociales, la protección del ecosistema, los
reclamos de derechos humanos son obstáculos a la inversión privada que deben ser
removidos.

Al derecho le ha correspondido en la modernidad realizar la articulación más compleja


en toda esta arquitectura social: unir, articular y construir un orden colectivo a partir
cimientos atomizados, formar colectividades que no se comporten como tal, identidades
múltiples a partir del individuo abstracto. Y lo logra en apariencia, en parte por su gran
carga discursiva y contenido simbólico pero también por que la amenaza del uso de la
fuerza se ha confundido con los usos legales e ilegales con que se ha impuesto la
modernidad occidental capitalista a todo el globo, desde la conquista de América, la
colonización de Asia y África hasta la guerra por el control del petróleo.

Nacional de Colombia – ILSA. Bogotá. 1998”, que se refieren a los espacios y a los elementos
constitutivos del derecho. Para mayor profundidad en el tema ver especialmente el Capítulo Primero. La
pluralidad de los campos sociojurídicos.

48
Pese a todos los efectos de sometimiento, empobrecimiento y destrucción, el modelo de
democracia liberal y de mercado ha imperado en una forma u otra y, salvo excepciones,
con sus propias variantes de adaptación, a lo largo de los últimos siglos. Y no solo eso,
ha logrado, y esto debe reconocérsele como un éxito, el lograr una buena cuota de
adhesión, de legitimidad formal de si mismo y de legitimación de los intereses instalados
como derechos y estados naturales en el sentido común. Como bien lo indica Pietro
Barcellona “lo que el derecho realiza en su configuración moderna parece casi un evento
milagroso en el desarrollo de las sociedades humanas: unir y separar a la vez, mantener
como posible la división la atomización de la sociedad concebida como sociedad de
individuos independientes y, al mismo tiempo, realizar su unificación, alcanzar esa
unidad que permite identificar la sociedad como código.100

La adhesión y capacidad de moldear pensamientos, imponer sentidos y construir


maquetas sociales articulables, controlables y ordenables que el derecho logra, solo
encuentra parangón en la hegemonía que ha logrado el pensamiento científico moderno.
En ambos casos, como diría Foucault, logran articular a la perfección su capacidad de
constituirse al mismo tiempo en verdad, saber y poder. Y la explicación se encuentra en
su arqueología, su linaje y su genealogía. La matriz paradigmática común del derecho y
la ciencia, la confluencia en configurar y sustentarse a partir de un sujeto abstracto,
desapegado, autodefinido en la exclusividad de sus posesiones (conocimiento y bienes)
y con capacidad de reproducir y ampliar sus propios límites permiten comprenderlo: “La
ciencia moderna y el derecho moderno son las dos caras del conocimiento-regulación”101

Habiendo completado el periplo, podemos volver entonces a la metáfora que usamos


para comenzar esta discusión, a las promesas iniciales de este proyecto moderno que
auguraba felicidad, la dominación de la naturaleza en beneficio de la humanidad, el fin
del miedo a verse superado por ella, la formación de espacios sociales institucionales
100
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pag. 25.
101
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pág. 159.

49
que, debidamente regulados y protegidos garantizasen a todos el ejercicio de la libertad
y la autonomía fundada en la disponibilidad por cada uno de sus propios bienes para su
subsistencia; en el uso de la razón, de la lógica binaria, de la ciencia y de la técnica para
lograr un mundo perfecto, en permanente progreso, ampliación y desarrollo.

Puedo volver a plantear entonces la pregunta de si la modernidad, con su ciencia, su


sujeto y su derecho, han logrado cumplir o no con lo que prometían. Y la respuesta en
estadísticas parece evidente.

Por más que los discursos dominantes quieran atribuirlo a una aplicación insuficiente del
modelo, que requiere como solución más de lo mismo, la pobreza, la crisis energética y
su círculo perverso de guerras de control y destrucción; los cambos climáticos que
inciden en las poblaciones de manera vertiginosa y devastadora102, las crisis
alimentarias, los problemas de seguridad y salubridad urbana, incluidas las obesidades
mórbidas del proyecto globalizado de Mac Donald, nos dan una respuesta tajante y
negativa. Ni la ciencia y la lógica fría de la tecnocracia que hace que incluso la política
sea asumida y ejercida como una verdad incuestionable, la objetividad neutral del
derecho como instrumento de paz y justicia, el vacío de un sujeto que se disuelve en su
carácter de desechable o en su inoperancia nos ponen al final de ruta de esa promesa.

Si alguna vez el sueño moderno fue el de un sujeto autónomo, plenamente conciente de


si mismo, con voluntad de creación y construcción del mundo, en un proceso de
progresivo avance hacia el bien futuro asegurado de la historia, armado de la razón y la
técnica, ese sujeto parece no existir más; o mejor dicho, haberse demostrado
exactamente sus límites, a quienes se refería y podían efectivamente alcanzar ese estatus:
los únicos que hoy podrían llamarse efectivamente sujetos son el selecto grupo de
dueños del sistema-mundo; aquellos que toman las decisiones de qué, cuando, como y
donde invertir y lucrar, clausurar o destruir. Para los demás, aquellos que son, en verdad
102
Se asiste al momento de redactar éste trabajo, segundo semestre del 2005, a las alarmantes noticias de
los huracanes y tormentas que azotan el centro y norte de América y a la expansión del agujero en la capa
de ozono en el sur.

50
no más que objeto de esas políticas, el sueño del sujeto se encuentra demasiado lejos,
asfixiados por el hambre diaria, o la alienación masiva del trabajo y la televisión, la
mantención del espacio privado de la familia como lugar de la felicidad cercada por el
pago de las deudas y el consumo; la desesperanza de la no visibilización de espacios de
creación y vida que no se encuentren mediados por el dinero, el sentido mismo de por
qué y para que existir. Para todos nosotros, invitados alguna vez a enamorarnos del
sujeto moderno, hemos despertado como quién lo hace tras una noche de borrachera y
consumo de sexo como reemplazo de los afectos. Vacíos y más pobres.

Las consecuencias de lo anterior son por lo demás graves, en muchos aspectos, pero
destaco en especial lo que acontece en lo psicológico y en lo jurídico privado. La
dominación y alienación sobre el hombre unidimensional que nos profetizara Marcuse
parece haberse maximizado como las ganancias. En el sin sentido del devenir urbano
colapsado o en la subsistencia pura y dura de la marginación geográfica y económica
¿Cómo seguir siendo eso que denominábamos persona, más allá de una mera
enunciación a priori y abstracta?. Pero aún más, si en el mundo de la igualdad formal del
derecho la persona tenía un lugar con su contrato bajo el brazo, en un mundo donde el
comercio real se realiza básicamente a puertas cerradas, entre las filiales de las
transnacionales, y el mercado minorista es solo la llave para mantener encendido el
deseo de las muchedumbres a incorporarse al consumo, además de mantenerlas
biológicamente vivas, de nada sirve la persona jurídica con capacidad para celebrar actos
y contratos. El neoliberalismo ha matado a su padre, la ganancia a cualquier costo deja
incluso a Freud cesante.

Disminuidos los Estados Nacionales en sus soberanías regulatorias, ya sea por las
decisiones monetarias tomadas fuera de sus fronteras como por su propia ineficacia para
llegar con su promesa de futuro a todo su territorio, entregado a sus habitantes
individualmente perdidos o agrupados en redes de maras o narcotraficantes, en tribus
urbanas vacías y cansadas a los quince años; perdida la esperanza política en las
decisiones tecnocráticas de ajustar todo a las políticas de ajuste, sometidos a la farsa

51
pornográfica de la lucha fingida por el espacio electoral, la democracia representativa no
seduce ni convoca: El ciudadano que decide sobre el colectivo, el colectivo mismo
parece declarado en quiebra.

Por paradójico que parezca, incluso la esfera del mercado nos ha sido arrebatada. ¿Puede
efectivamente alguno de nosotros erigirse como éste nuevo sujeto y ciudadano de la
patria del neón que es el consumidor, como para nombrase a si mismo como un
consumidor pleno, informado, con capacidad de decidir efectivamente que, como,
cuando, cuanto y donde consumir?. Incluso ésta esfera semi sagrada del consumo parece
escarpársenos y no darnos sino una cabida aparente en la nueva caverna del
neoplatonismo imperial y economicista.

Ese y no otro es el mundo del capitalismo real, uno donde el uso y la maximización de
los resultados es la forma usual de ejercicio de todas las prácticas sociales, y en que se
somete a la naturaleza, a la “fuerza de trabajo”, a los espacios geográficos, simbólicos y
humanos, a las relaciones políticas, comunitarias, familiares y personales y al propio
cuerpo a ese criterio de producción. Una sobreproducción por exceso de uso de todo lo
existente es, a la vez el fundamento y programa de la globalización neoliberal. Un poder,
una economía, una política militar y social, un biopoder ya no constitutivo de una nueva
forma de producción basada en la maquina y el trabajo proletario de la revolución
industrial, sino en definitiva disolvente por la especulación y la depreciación acelerada
de todo capital tecnológico y la desvalorización de los insumos fundamentales (los
humanos y la naturaleza); se trata de una acción de producción global verdaderamente
disolutiva de todo aquello que servía de fundamento a la ecumene moderna: una
producción que ha perdido el sentido mismo de progreso histórico cambiándolo por uno
solo de acumulación.

Se trata a mi juicio de una modernidad fallida y un paradigma quebrado, por


mucho que se nos impute que no tenemos las respuestas para superar y resolver éste
puzzle. Esa es otra discusión diferente a la constatación de lo real y evidente.

52
En Casablanca, Bogart podía creer en la promesa inicial, no solo por que Ingrid
Bergman lo miraba con los mismos ojos de enamoramiento y duda que en Paris, no solo
por que ella al final duda entre quedarse o partir, no solo por que incluso los esbirros, los
truhanes, los héroes inventados y reinventados, y él mismo, el cínico amante de los bares
y la bohemia, se mueven en una época oscura con una aún suficiente dosis de ética
centrada en el otro para resolver acerca de sus acciones. Puede hacerlo por que esa
trama, lo que va ocurriendo con todas sus contradicciones, es la prueba que las promesas
originales eran verdaderas, voluntaristas quizá, pero capaces de actualizarse.

Con el paradigma de la modernidad occidental, liberal, capitalista, cientifista,


tecnocrática e individualista no ocurre lo mismo. Las promesas no logran actualizarse ni
desapegarse de las falsas objetividades y neutralidades que son consumidas en las
lógicas del egoísmo individualista de mercado. En lenguaje cinematográfico era un buen
guión, pero que entre el desvarío de los directores, como con las películas de Ed Wood,
el ansia de lucro a toda costa de los productores, las carencias de los extras para comprar
un puesto en un trabajo en que deberían haberles contratado y pagado y no al revés, el
film acabó por naufragar. Casablanca, es una historia de amor, coraje y humanidad; esta
modernidad una película que comenzó en eso y devino en pornografía mecánica y banal,
que al intentar actualizarla con nuevos llamados a la pasión y a la razón, deviene en
melodrama.

El punto es precisamente ese, si seguir intentando reflotar éste proyecto de tecno


culebrón porno o arriesgarse a escribir otro guión, a producir nuevos escenarios e
intervenir con nuevos y viejos sujetos en una nueva obra. En éste segundo camino es por
donde nos adentraremos en adelante.

53
CAPITULO SEGUNDO
PASOS PARA LA EMANCIPACION Y NUEVOS
PARADIGMAS.

¿Cómo pensar de otro modo?, ¿Cómo encontrar o construir respuestas, alternativas,


opciones al sistema mundo que se nos impone?.

La fuerza brutal con la que se ha impuesto la globalización y el neoliberalismo, la


agresividad del despliegue neoimperial, el vértigo de las decisiones políticas y
económicas ejecutadas en tiempo real a través del ciberespacio, la insuficiencia de los
parámetros para analizar adecuada y a la vez críticamente, y responder a su vez con una
velocidad suficiente a las acciones de dominación. La manifiesta inoperancia de los
instrumentos para construir una alternativa total y global al sistema llegan a
apesadumbrar. Incluso a producir confusión. Acostumbrados a transitar en el paradigma
del cual provenimos, llenos de conceptos, prejuicios, nociones y sentidos propios de la
modernidad, enredados en las discusiones acerca de las denominaciones del tiempo que
nos toca habitar, la confusión se expande, la discusión se manifiesta acerca de la validez
de nuestras aprehensiones fragmentadas de nuestra propia realidad y nuestra capacidad
de respuesta. ¿Usar metáforas en vez de certezas apodícticas y catalogables de
científicas y exactas para no solo explicarnos el mundo, sino para movernos en él, y aún
más, para cambiarlo?. El desafío parece demasiado enorme, a pesar que sabemos que
existen otros en el mismo intento.

Los partidarios del modelo hegemónico que llamamos neoliberalismo, sistema de


mercado, economía global o con cualquier otra denominación, pero que comparten su
raíz liberal, contractual y capitalista, aunque la hayan expandido e intensificado a límites
antes inimaginados, pueden diferir en las medidas concretas, en la mayor o menor
velocidad y extensión de éstas, sin embargo coinciden en lo básico, en un sentido común

54
que es a la vez fin y práctica de sus presupuestos: comercialización, acumulación y
apropiación contra todo límite y obstáculo que no sea la voluntad del propietario. La
extensión del mercado, no ya como sistema de (auto)regulación del intercambio de
bienes entre los sujetos, sino como lógica total de la compra y venta de todo lo que
existe y lo por inventar, se impone con una solidez aparente tan manifiesta que parece no
dejar lugar a alternativas, máxime cuando el desplome del socialismo real da pie para la
argumentación falaz de un modelo inaplicable frente a otro aplicable, único y triunfante.

Pensar de otro modo requiere ser capaz de salir de esa trampa, de esa especie de clausura
de mirada y posibilidad en que por momentos los pensamientos críticos sufren. Se
requiere una voluntad no solo para resistir y luchar, sino sobre todo para imaginar, para
inventar, para combinar y recombinar los instrumentos, las experiencias y los ensayos de
que disponemos.

Sostengo, con otros, como más adelante lo explicaré, que adolecemos de una crisis que
es, sobre todo, de percepción, de incapacidad para salir de esa trampa que califica ciertos
topoi y descalifica otros desde una “neutralidad interesada”. La cuestión no es fácil si
pretende abordarse desde las impugnaciones que se hacen desde la ideología neoliberal o
desde aquellos que se han sumado a ese modelo como el único posible y en el cual se
debe actuar para corregir con ajustes técnicos sus desniveles. Denunciar y deconstruir
esas trampas es la primera forma de romper el círculo. Se trata de dos falacias
argumentativas: la de la totalidad y la de la imposibilidad. La primera cuestiona y
desacredita a cada intento de crítica imputándole como obligación el dar una respuesta
global a la sustitución del modelo. La segunda señalando que las alternativas que se
ofrecen carecen de validez, bien por que los modelos a los que se parecen en la crítica
del capital, fracasaron tras la caída de la Unión Soviética, o bien por que no se han
aplicada en ninguna parte. Ambas son falsas en cuanto a su posibilidad teórica y fáctica
y es necesario actuar en contra de ellas.

55
La primera es ahistórica, ya que se fundamenta en una suerte de designio natural del
capitalismo moderno, como si en la nada se hubiese manifestado para llenar un vacío
que hubiesen dejado las antiguas formas políticas, sociales y económicas que alguna vez
existieron en la historia. Olvida dicho argumento que el ascenso del paradigma moderno
fue producto de un largo proceso de rompimiento con el monismo teológico y las ideas
políticas del absolutismo monárquico, que requirió una acumulación de pensamientos y
practicas que se expresaron en revoluciones fracasadas y triunfantes, y que aún después
de ellas requirieron otras largos periodos para consolidarse y hegemonizar. La segunda
es igualmente falsa al instalarse fuera de la historia, pero además alienante, en tanto que
plantea la clausura de la cultura humana, que el pensamiento nada más es capaz de dar,
de inventar y de consolidar, planteando la misma hoguera de la inquisición de la que
escapaba el racionalismo ascendente en los siglos dieciséis y diecisiete, a toda idea
nueva: lo que es debe ser, lo que no ha sido no puede ser jamás, ni total ni parcialmente.

Romper con ellas, superándolas, trascendiéndolas, o traspasándolas como propone la


meditación zen respecto del muro, requiere no solo voluntad e imaginación sino un
ejercicio, una acción que movilice las energías que se despliegan en el intento de pensar
lo diferente y que permitan encontrar las fisuras, los pliegues de ese muro e instalarse
paulatina, sostenida y positivamente no solo al otro lado de éste muro, sino que en ese
proceso de constitución. Esa actitud intelectual es a su vez una actitud práctica, fáctica,
la cual no puede hacerse desde la abstracción sino que requiere de una materialidad y
una finalidad, lo que se consigue teniendo como principio algo más urgente que una
teoría: una metodología.

Para obtener entonces un acercamiento a un paradigma distinto al de la modernidad,


propongo hacerlo a partir de una metodología acumulativa e integrativa de cinco pasos,
que permitan ir comprendiendo, aprehendiendo y constituyendo ese pensar de otro
modo, y que son los siguientes:

56
1. Hacer visible lo real.
2. Cambiar la mirada.
3. Pensar de otro modo.
4. Cambiar la emocionalidad.
5. Cambiar la interacción.

1) Hacer visible lo real.

La realidad es un enunciado, pero no una definición. No es un momento ni un hecho


dado, sino que podemos describirla como un estado-situación-proceso en mutación y
construcción permanente, constante, pero no lineal, múltiple, incluso contradictoria.
De hecho, cada vez que nos enfrentamos a un problema no puramente teorético, nuestra
principal dificultad sobre la realidad es determinarla.

Se trata de un problema no menor, que informa el objetivo formal mismo de las ciencias:
la determinación de la realidad, de la existencia como algo material o a lo menos
perceptible y que pueda ser establecido como un objeto “preciso” y estable sobre el cual
observar, analizar, discutir. Se trata de un problema mayor en las ciencias, en el
conocimiento y en la acción. “El principio de incertidumbre según el cual es imposible
calcular simultáneamente la velocidad y la posición de una partícula no es privativa de la
física. Lo mismo ocurre con la imposibilidad de evaluar a un tiempo la realidad y el
significado del acontecimiento en la información, de diferenciar las causas de los
efectos en un proceso complejo”103. Este problema se ha transformado en una dificultad
cotidiana y esencial sobre nuestras posibilidades de construirnos socialmente en la
inclusión y no en la inclusión.

103
Baudrillard. Jean. El Intercambio Imposible. Ediciones Cátedra (Grupo Anaya S.A.). Madrid. 2000.
Pag. 26.

57
Sostengo, al igual que otros, que para actuar sobre nuestro entorno, sobre nuestras
carencias/necesidades y sus soluciones posibles, para construirnos como sujetos activos
e instituyentes nos enfrentamos a esa misma dificultad. Nuestro principal problema para
pensar y actuar en una perspectiva de construir calidad y dignidad de vida próxima,
local, nacional y global es que sufrimos una verdadera crisis de percepción que nos
impide ver las causas precisas, los responsables y los caminos de solución de nuestros
problemas. El asunto es doble: por un lado nuestra propia ceguera y límites y/o carencias
de instrumentos y mecanismos de mirada; por el otro la invisibilización de las causas de
los problemas sociales por parte de quienes originan, se apropian y reproducen las
causas de las necesidades y cortes/conflictos que afectan nuestras perspectivas de
desarrollo.

Por una parte estamos parados en medio de una crisis de paradigmas que contribuyen a
enceguecernos frente al modelo de desarrollo hegemónico, a la apisteme que marca la
trama social, a una crisis de sentido común para situarnos y movernos en lo que
llamamos realidad. Adoctrinados sobre la idea de una verdad que solo es aprensible
mediante los instrumentos y procedimientos formales de la ciencia ejecutada por
“especialistas” (de las ciencias, las técnicas, la política, el derecho), perdemos de vista
nuestro entorno, pendientes de la verdad que se encuentra en otro lado, al alcance y
dicha por otros. Si quienes saben y observan son otros, degradamos y trivializamos
nuestra propia capacidad de mirar y en consecuencia actuar y cambiar aquellos que
entorpece o impide nuestro desarrollo. Como señala Antonio Elizalde “Nuestra Mirada
sobre la realidad se constituye a partir de mapas que describen un tipo de territorio, que
si bien no se corresponden totalmente con el tipo de vivencias que constituyen nuestro
operar en el mundo, sin embargo nos resultan extremadamente seductores, por el escaso
nivel de exigencia y rigor que nos demanda su aceptación.” 104. De ésta forma, el
paradigma de la cientificidad y la verdad única y formal nos aísla, nos quita

104
Elizalde, Antonio. Desarrollo Humano y Ética para la sustentabilidad”. Santiago. PNUMA-
Universidad Bolivariana. 2003. Pag. 34.

58
protagonismo y nos impide ver las cosas de otra forma que la que está dada. Perdemos
no solo enfoque sino apertura hacia lo múltiple, lo local, lo diverso, lo otro.

Por otro lado, se nos coloca en un punto ciego que refuerza esa crisis general en una
suerte de victimización secundaria. El sistema global y expansivo del capital, la
información y el pensamiento único propiciado por el neoliberalismo se impone
reforzando la lógica de la abstracción universal, de la verdad global como construcción
de todos los espacios de actuación, que gravan nuestra realidad como si esta fuese un
desfase frente al modelo de sistema mundo que se nos propone y no al reves. Se trata de
un verdadero secuestro de la realidad que nos descentra en nuestra posibilidad de
conocimiento y acción. “Tendemos a reflexionar sobre los diferentes absolutos que
predican un ser al margen de lo que realmente somos”105 enajenándonos,
expropiándonos de nuestra subjetividad posible. La afirmación permanente de ese
discurso del pensamiento único obscurece las redes de construcción de las situaciones
sociales e institucionales que producen y albergan y las carencias y necesidades de esos
otros fuera o alejados de esa verdad de progreso global que somos. Se nos repite tanto y
permanente una verdad de imputación106 sobre como es el mundo óptimo que se
pregona, que acabamos creyendo y aceptando que así es, y adaptando nuestros
comportamientos a ese parámetro dado, aún a costa de un malestar vivencial
permanente. El tamaño y la fuerza de esa imposición por abstracción de la realidad
desde y hacia un discurso de uniformidad, termina afectando nuestra propia estructura de
construcción neurológica107, ritualizando nuestros comportamientos, sometiéndonos a

105
Herrera Flores Joaquin. Hacia una visión compleja de los Derechos Humanos. En El vuelo de Anteo.
Derechos Humanos y Crítica de la razón liberal. Editorial desclée de Brouwer, S.A. Bilbao. 2000. Pag.31.
106
En el sentido dado por Kelsen a la norma como imputación de un deber ser que termine por constituir
por amenaza de sanción la realidad.
107
Resulta muy interesante mirar, desde la óptica de la biología del conocimiento y la conformación de
nosotros como especie que se desenvuelve como lo que Humberto Maturana y Francisco Varela llaman
“Unidades de Tercer Orden”. (Al respecto ver: El árbol del Conocimiento. Las bases biológicas del
entendimiento humano. Buenos Aires. Edittorialñ Lummen. 2003), los efectos que el discurso y el poder
dominante en la era de la globalización neoliberal provocan sobre la comprensión y los comportamientos
de los humanos, en tanto seres sociales. Al respecto, en su libro “Desde la biología a las Psicología”,
Humberto Maturana escribe que “El desarrollo de la neocorteza como un centro generalizado de
integración y correlación sensorial, al que se subordinó el conplejo sistema de coordinación motora
(estrío-talámico), libero a mi juicio, a los mamiferos de la extrema ritualización del comportamiento que

59
una repetición de las conductas y la forma de mirar que nos enceguece respecto de
nuestra posición y disposición en las estructuras y narraciones de lo real.

La primera acción entonces para actuar sobre la realidad, para transformarla, para hacer
una cotidianeidad en que los derechos sean una realidad más allá de los enunciados
formales, para realizar un acto instituyente de los sujetos como sujetos constituyentes de
sus propios derechos y de su propia realidad, es precisamente romper ese doble bloqueo
de que hemos hablado. Se requiere pasar por sobre nuestras propias limitaciones de
percepción y ser capaces de observar y no solo de mirar; pero también se requiere
desbloquear esa situación de opacidad de nuestro entorno a la que se nos somete. Se
trata de sacar a la luz las situaciones en que nos encontramos, las tramas en que nos
desenvolvemos y envuelven. No se trata solo de exponer un estado, una situación, un
proceso, con pretensión de objetividad, como en una fotografia en la mesa de un
cientista social, sino que de una acción más profunda y generadora de sentido. Se trata
en verdad de develar las situaciones, de hacer visibles las causas y los causantes de
ellas, sus nudos de mantención y perpetuación para actuar sobre ellos. A eso llamaremos
hacer visible lo real.108

se observa en reptiles y aves e introdujo, tanto a través del olfato (Esterland y Cols., 1963), como de la
visión, la relativización del proceso de integración sensorial” (pag. 154). Sin embargo, en la contradicción
planteada entre discurso abstracto y generalizante de las elites dominantes y la conducta diaria de
sumisión de grandes masas de seres humanas a un proyecto que cultiva la aporía entre el malestar
vivencial de carecer de lo necesario y la supuesta bonanza de participar del sistema global, perece
pertinente preguntarse si al imponer y convencer a éstas unidadeds de tercer orden que somos hacia la
ritualización del consumo, no se estará en presencia de una verdadera forma de ruptura de la evolución
neurológica específica de los seres humanos.
108
El origen de éste planteamiento se encuentra en dos ejercicios prácticos que me ha tocado realizar, en
un doble acto de deconstrucción y construcción a su vez, y que me llevó a teorizar sobre los resultados
prácticos de enfrentar la crisis de percepción. El primero dice relación con mis asesorías como abogado de
diversos sindicatos, en que la principal dificultad a la hora de formular reclamos por incumplimiento de
derechos laborales por el empleador consistía en saber exactamente que y quién los vulneraba. Para
trabajar sobre ello se propuso “cruzar” el organigrama de producción de la empresa con su estructura
funcional de mando, de lo que se obtuvo una precisión acerca de cual era la el incumplimiento, la causa y
el responsable, lo que permitía efectuar una denuncia ante el organismo administrativo con una precisión
que mejoraba el acceso del fiscalizador a las fuentes de información para corregir y/o sancionar el
incumplimiento. La segunda situación forma parte de una discusión “valórica cultural” de la sociedad
chilena, en que a los jovenes se les imputa la obligación de permanecer inactivos sexualmente antes del
matrimonio por un discurso religioso conservador que “se hace carne” en la operación de la paternidad por
los adultos a su cargo. Estos los instan a la inactividad sexual sin mayor explicación y sin hablar de
sexualidad abiertamente, trocando el tema en un asunto sucio y oscuro. En mis discusiones con jóvenes

60
2) Cambiar la mirada.

No basta sin embargo con hacer visible lo real para provocar cambios. La sola mirada de
la realidad no garantiza una mejor posición respecto de ella, sino incluso puede
significar una ceguera de distinto tipo. Como señalaba Gregory Bateson “Los órganos
humanos únicamente pueden recibir noticias sobre diferencias, y esas diferencias para
ser perceptibles, deben estar codificadas en sucesos que acontecen en el tiempo (o sea,
deben estar codificadas en cambios)”109, y sin embargo dada la tendencia a la ritualidad
y al acomodamiento, resulta fácil volver a perderse en esa trama “debido a que los
organismos se habitúan”110

En consecuencia, no basta mirar el todo o solo la diferencia, se requiere de una mirada


que indague en los límites y vértices de esa realidad, que se infiltre en ella, esforzándose
por situarse no en la totalidad sino más bien en una acción de integración de los todos y
las partes. Se trata de pasar de lo uno a lo múltiple, pero también de lo dado a lo
deseable, de lo posible a lo querible, de lo formal a lo contextual. Desbloquear el
proceso racional, cultural, antropológico y político de ceguera de percepción requiere
iniciar el acto, pero también continuar e inmiscuirse en ese devenir. A mi juicio ello
entraña tres procesos simultáneos que explican esto que he denominado cambiar la
mirada:

En primer lugar, hay que aprender a observar los fenómenos desde una perspectiva de la
pluralidad, pasar de lo uno a lo múltiple. Se hace imprescindible reeducar la mirada,
disponer el pensamiento desde una perspectiva que acoja la pluralidad y no la unicidad.

expongo a sus padres develando el hecho de la virtual virginidad de éstos, haciéndolos contar los meses de
gestación entre la fecha del matrimonio y la de nacimiento del hijo primogénito; como resultado,
generalmente éstos parecen haber nacido con sorprendentes 3 a 5 meses de gestación. El mito de la
inactividad sexual cae por si solo y la discusión se situa en torno a la ruptura de la imposición moral y la
culpa orientándola hacia el asunto de la responsabilidad en el cuidado propio y del otro.
109
Bateson, Gregory. Espíritu y Naturaleza. Buenos Aires. Amorrortu Editores. 1990. Pag. 64.
110
Ibíd. Pág. 86.

61
Pasar de la realidad como instante y objeto a los fenómenos como procesos y
entrecruzamientos; de las fuentes únicas a la pluri-producción de lo real; de las verdades
completas, reveladas y totales a la constatación del acierto/error/experiencia como
ejercicio de producción del yo, el otro y lo social; de la monocausalidad a la
complejidad. Se trata de un proceso de deconstrucción/construcción político,
antropológico, científico, contracultural y vivencial para resituarse en el entorno. Como
señalaba Edgard Morin “La ontología de occidente estaba fundada sobre entidades
cerradas, como ser la sustancia, la identidad, la causalidad (linear), el sujeto, el
objeto”111 y de lo que se trata es de romper precisamente con esa construcción de lo
unívoco y lineal para observar las cosas en su pluralidad y complejidad. Lo que
queremos ocurra muchas veces ya está ocurriendo, solo que es nuestro prisma el que no
logra captar esa totalidad ni integrarla. No hay transformación en lo lineal, solo montaje.

En segundo lugar, se requiere mover la mirada desde lo individual a lo colectivo.


Aprender a observar ya no los espacios, las situaciones y los procesos sociales desde el
individuo sino desde el colectivo, desde el entrecruzamiento sinérgico de los individuos
y la sumatoria de sus posibilidades. La idea de individualidad, los resultados de construir
una sociedad en base a ésta idea, de la domesticación de la mirada para observar y
analizar todo desde éste prisma individual se encuentra poderosamente arraigada. El
individuo, como concepto y como dispositivo es la clave de todo el edificio de la
modernidad liberal y su forma de enfrentar la satisfacción (o no satisfacción) las
necesidades sociales y de organizar la acción y reproducción del modelo social, aún a
costa de la dignidad y necesidades de los/las sujetos/as. Dividir, fragmentar, ordenar,
controlar, clasificar, burocratizar y estandarizar es la forma de la construcción social y la
práctica sistémico-política: “El sistema produce individualización, pero no
individualidad, pues su referente es el comportamiento y no la acciòn, el obrar
intencional”112. Una practica jurídica y social que pretenda plantearse como distinta a

111
Morin Edgar. Introducción al pensamiento complejo. Barcelona. Editorial Gedisa S.A. Séptima
Edición. 2004.
112
Barcellona Pietro. Postmodernidad y Comunidad. El regreso de la vinculación social. Madrid.
Editorial Trotta S.A. 1992. Pag. 33.

62
una tradicional, que sea un instrumento de satisfacción de las necesidades más allá de la
formalidad, requiere necesariamente plantearse desde un principio en una observación y
acción colectiva y no formal de construcción de los sujetos. “Entre la forma del sujeto y
la realidad del individuo se abre un abismo” 113, de manera que cerrar ese abismo implica
mirar, tener presente en la mirada inicial la necesidad de lo colectivo como punto de
inicio, de proceso y de llegada. No es posible imaginar nuevas prácticas si no se
trasciende de los parámetros individuales, como necesidad y como opción.
Contrariamente a la disociación que produce la concepción liberal, se trata de religar
socialmente los sujetos: “No tenemos libertad para existir meramente en la vertiente de
nuestro yo, de nuestra identidad, ni tampoco solo en la vertiente del mundo llamado real.
Todo nos viene de esta adversidad, de esta complicidad gemelar. El destino se com-
parte, como el pensamiento, que nos viene del otro. Cada cual es el destino del otro. No
existe el destino individual.”114

En tercer lugar, al pasar de lo univoco a lo plural y de lo individual a lo colectivo,


necesariamente esa mirada debe descubrir parámetros también distintos, adoptando otra
finalidad a la formal liberal, que desde su mirada hasta los razonamientos y acciones
posteriores se verifiquen siempre en lo plural y en lo colectivo.

3) Pensar de otro modo.

Pero además de las consecuencias cognitivas de adoptar otra mirada, plantearse el


desafío de propuestas alternativas a los modelos existentes requiere superar, trascender y
replantearse el paradigma moderno de la individualidad, de la separación, de la
fragmentación, del progreso y acumulación lineal.

113
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pag. 139.
114
Baudrillard. Jean. El Intercambio Imposible. Ediciones Cátedra (Grupo Anaya S.A.). Madrid. 2000.
Pag. 87.

63
Las opciones de más o de mejor de lo mismo han demostrado ya sus límites en los
modelos de desarrollo sustentados en las nociones clásicas de la ciencia, la política, la
economía, la administración y construcción de entornos sociales, diluidos en la esfera
centrífuga del intercambio neoliberal, que ha acelerado hasta la desarticulización los
fundamentos mismos de la modernidad, desdibujando a su principal creación: el sujeto
autofundante y formalmente constituyente.

En la esfera del derecho ha ocurrido, y como no, si el modelo jurídico desarrollado es la


forma y base misma del modelo social liberal, una cuestión similar: la lógica y los
procedimientos formales, las estructura de los derechos como cartas o estatutos de
derechos operables solo dentro las instituciones descritas han demostrado ya largamente
sus límites. Los procesos de judicialización frustrada, incluso aquellos que han dado
resultados efectivos como el caso de “Manos Limpias” vivido en Italia, no han resuelto
los problemas de fondo del modelo de desarrollo y de la calidad de los entornos y las
relaciones sociales y de poder que las reproducen. A pesar del uso de ésta última ratio de
la vía judicial como recurso ético frente a los abusos del poder, esa vía no ha logrado
enfrentar las causas de cada asunto más allá de sus monocausalidades inmediatas y en
que las responsabilidades quedan limitadas a obligaciones civiles, administrativas o
patrimoniales. Sin embargo los obstáculos al desarrollo y a la satisfacción de las
necesidades de los individuos y las comunidades no logran removerse. La mayoría de las
veces ni siquiera se plantea el problema de las causas constitutivas de los fenómenos,
permaneciéndose en el enunciado de sus detonantes inmediatos.

Enfrentar el problema de los derechos humanos como un hecho no restringido a la


individualidad, incluso como una necesidad de renovación técnica respecto de las vías
formales de resolución, requiere pensar el asunto de formas distintas a las hasta ahora
admitidas, legitimadas y potenciadas desde las instituciones. Pensar de otro modo
requiere un cambio no solo de métodos sino de paradigmas.

64
Si entendemos un paradigma como un sistema, un modo y condiciones del pensar “que
da origen a una Weltanschauung o cosmovisión, a una mentalidad e ideología
específicas, a un Zeitgeist o espíritu del tiempo, a un paradigma científico, a cierto grupo
de teorías y, en último término, también a un método y a unas técnicas o estrategias
adecuadas para investigar la naturaleza de una realidad natural o social.” 115, podemos
entonces decir enfáticamente que no es posible traspasar el muro de realidad que hemos
concebido y/o se nos impone y en el que nos desenvolvemos, sin superar, sin cambiar a
su vez de paradigmas. Es decir, pensar las cosas de otro modo impone superar esa
fragmentación, acumulación y sentido individual de la modernidad liberal.

Se trata de ejecutar “la inversión del paradigma clásico que se identificaba con la
entropía y la evolución degradante, donde la relación causa efecto, en sentido
unidireccional, constituiría su ley fundamental”116 adoptando posiciones y disposiciones
teóricas y prácticas distintas, radicalmente, de los presupuestos que se establecen como
“normales” por el modelo liberal, que propicia una forma de acumulación por arriba los
vínculos sociales, de la riqueza, del tiempo, del conocimiento, de la administración y del
orden. Frente a una concepción de un orden social en que la vinculación entre sujetos se
realiza por vía contractual; en que la riqueza se acumula en excedentes que no se
reparten sino tienden a la concentración de los capitales y sus mecanismos de
intercambio; con una noción del tiempo lineal hacia el futuro, que desecha la vivencia
del presente por una promesa de futuro (o la administra como culpa, salvo el consumo) y
a su vez descuida los efectos ecológicos y sociales de futuro por la gestión actual de
expansión de los negocios; erigida sobre una idea de ciencia y experticia que se centra
en la técnica y en el saber erudito y oficializado y desecha, esconde o funcionaliza los
saberes locales; ejercida en una concepción de lo público centrado en la administración
burocrática de las instituciones y de los ciudadanos como usuarios; más una noción y

115
Martínez Miguélez, Miguel. Un Nuevo Paradigma Para La Ciencia Del Tercer Milenio. En Las
Nuevas Utopías de la Diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible. Santiago. Universidad Bolivariana.
2003. Pág. 228
116
Martínez Miguélez, Miguel. Obra citada. . Pag. 236.

65
gestión del orden como ausencia y/o control de la disidencia y el conflicto social, resulta
necesario imaginar una inversión de ese orden para su reconstrucción.

Pensar en otro modelo de desarrollo en el cual construir los derechos, la dignidad y una
satisfacción integral de las necesidades humanas mediante instrumentos, fines y redes
distintas a las del consumo y el mercado, significa adoptar una idea de la sociedad en
sentido absolutamente contrario. No se trata solo oponer lo colectivo a lo individual
como una fractura definitiva, que aliene toda subjetividad, sino que de afirmar una
estructura de valores, conceptos y relaciones sinérgicas, entrópicas y nega entrópicas
distintas en su lógica y en su mecánica. Así como la construcción de la modernidad
liberal en base a la configuración de un sistema de ideas y estructuras diferentes al
antiguo régimen demuestra que, frente a un sistema social no capitalista como el
premoderno, un “sistema de satisfacción de las necesidades, fundado sobre las libertades
individuales, presupone y comporta un nuevo ordenamiento de la reproducción
social”117, un imaginario distinto requiere a su ves no solo una inversión, sino que una
verdadera subversión de los elementos.

A la manera de la física quántica respecto de la mecánica newtoniana, que significó


adoptar una otra y nueva concepción de la materia y la naturaleza, se requiere adoptar
una nueva disposición de pensamiento, un nuevo paradigma que se replantee la relación
entre materia, naturaleza y las relaciones sociales subjetivas, ínter subjetivas y
colectivas; con una gestión de la administración, de la economía, de los procesos y del
tiempo distintos. “En vez de eternidad, tenemos la historia; en vez de determinismo, la
imprevisibilidad; en vez de reversibilidad, la irreversibilidad y la evolución; en vez del
orden, el desorden; en vez de la necesidad, la creatividad y el accidente”118, lo que
significa adoptar perspectivas, definiciones y decisiones que, aun cuando parezcan un
matiz diferentes, son en su agregación y multiplicación radicalmente distintas.

117
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial TrottaS.A. 1996. Pag. 45
118
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pág. 77.

66
No basta con retomar las viejas teorías e intentar su adaptación por tratarse de
requerimientos de necesidades similares, sino que se requiere, rescatando lo esencial de
ellas, des-pensarlas, repensarlas y reconstruirlas en un contexto no solo estructuralmente
diferente sino con un sentido también distinto. El contexto y el patrón moderno y, de
alguna forma entrelazado socio culturalmente, de las ideas e ideologías del orden o
emancipadoras que hemos conocido hasta acá, obligan a re visitarlas pero en una
perspectiva necesariamente de sentido y giro diferente. Como señala Miguel Martínez
Miguélez “Un nuevo paradigma exige el derrocamiento del viejo, y no precisamente una
adición a las teorías precedentes”119, de manera que la sumatoria de las partes viejas de
la experiencia y la evolución y la creatividad de los nuevos intentos constituyan una
verdadera nueva gestalt, con condiciones, características, posibilidades de acierto y error
y sentido propio.

Pero a la vez, de manera completamente novedosa e incierta, de manera no


completamente asegurada hay pistas y claves de lo nuevo que aparecen. Parte de éste
nuevo paradigma que está emergiendo radica precisamente en su emergencia, en su
incompletud, en la falta de pretensión de totalidad como diferencia esencial con el
paradigma moderno. Se trata de un proceso aún no hegemónico y por lo mismo contra-
hegemónico, que en algún momento podrá señalarse como constituido, pero que ya se
encuentra en inicio y que parte de su relato es precisamente un proceso de delimitación
constituyente a la vez actual, a la vez por venir. Con las características no del anhelo
sino del deseo. Como lo señala Baudrillard a la manera del relato de los sueños: “En
general, las cosas se hacen y después se organizan retrospectivamente en una idea de
proyecto, en una idea de voluntad que sanciona a posteriori el acontecimiento de la
misma forma que se construye el relato del sueño en el momento de despertar”120. A la
emergencia de éste nuevo paradigma, a sus pistas y formas de constitución es que

119
Martínez Miguélez, Miguel. Un Nuevo Paradigma Para La Ciencia Del Tercer Milenio. En Las
Nuevas Utopías de la Diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible. Santiago. Universidad Bolivariana.
2003. Pag. 246.
120
Baudrillard Jean. . El Intercambio Imposible. Ediciones Cátedra (Grupo Anaya S.A.). Madrid. 2000.
Pag. 88.

67
debemos estar atentos para capturar su emergencia y producir en él sentido. Lo que
queremos pase ya esta ocurriendo, pero se requiere individualizar, reconocer, asumir,
activar y potenciar estas pistas.

Conscientes de esa conformación frágil y en proceso de éste nuevo paradigma


emergente e imprescindible de promover y captura en nuestros relatos y acciones, es que
me atrevo a enunciar de él al menos las siguientes características, señalizadoras y aún
provisorias en su integración.

El carácter de proceso en construcción es la primera y esencial característica de


éste paradigma que ésta emergiendo. Diríamos que puede apreciarse por las señales de
agotamiento o crisis del paradigma actual más que por su nitidez de conformación. Un
proceso que opera entre esa denotación de crisis, una cierta reconstrucción de las teorías
y experiencias emancipatorias pasadas, pero integrándolas no desde la búsqueda de una
totalidad opuesta, como intentó ser la “solución” de raíz marxista, para superponerse
total y evolucionistamente al liberalismo, extremando su racionalidad, sino como una
experiencia de construcción permanente basada en la emancipación como un ensayo de
construcción de subjetividad, individual y colectiva, actual y constante. A ésta altura
puede apreciarse, creo que con cierta claridad, que entre marxismo y liberalismo existe
una suerte de continuidad histórico-cultural y oposición dialéctica que fue subsumida
por el paradigma de la modernidad y la resolución política de los años noventa del siglo
veinte. Sin embargo, desde esa misma crisis se desprenden posibilidades de retomar esos
conceptos y esas experiencias emancipatorias para dotarlos de un signo distinto, no ya
desde la unificación en la verdad única sino en su articulación en la pluralidad y la
diversidad de las propuestas y sujetos que concurren a los esfuerzos de emancipación. Se
trata de un proceso complejo, inestable e incompleto a la vez, en producción dinámica y
por lo mismo fuerte y posible 121, que por una parte deja atrás la pretensión de totalidad

121
AL respecto, frente a la pretensión de producir modelos sociales completos, totales y cerrados del
paradigma científico (social) del paradigma moderno, la características de sistemas abiertos y complejos
es la apuesta misma de un nuevo “orden” centrado más en la coherencia del juego entre entropía y nega
entropía que en una basado solo en el orden. Como lo señala “Miguel Martínez Míguélez, se trata de

68
racionalista y científica para resolver los asuntos de todas las esferas sociales, pero
también que se aleja de la pretensión de totalidad cultural que la mirada occidental ha
pretendido imponer a todo el mundo y a todas las culturas, minimizándolas y
colonizándolas, para construirse en una perspectiva de diversidad, fragmentación y
reconstrucción que le otorgue su sentido y coherencia en ese movimiento.

A su vez, y por ese mismo “estado” de proceso (y no de progreso) incompleto y en


transformación y conformación permanente, éste paradigma emergente está aún, más
allá de las denominaciones simplificadoras y definitorias. Sobre la ruptura o continuidad
de la modernidad, más como época histórico política que como discusión acerca del
paradigma moderno, se ha planteado en las ciencias sociales y en la filosofía del último
cuarto del siglo veinte lo que denominaré como “disputa por el tiempo y la era”, que
plantea la discusión en términos de si estamos en la modernidad o la posmodernidad,
volviendo a encerrarnos en la lógica binominal de la superación y proyección lineal de
la organización social, en una reanimada pretensión de imposición colonial de un
modelo social, a ésta altura el neoliberal, global y sistémico.

Cuando se habla de posmodernidad como sinónimo de fin de la historia, fin de las


ideologías, de los meta-relatos, de las utopías y, en definitiva, triunfo del capitalismo, lo
que en verdad se hace es imponer, también a través del lenguaje una “realidad” que se
construye, entre otros “materiales”, con el lenguaje. El problema no es menor y no puede
soslayarse, para, precisamente, evitar caer en el juego de la lógica cerrada de la razón
moderna y repetir el pensamiento binominal y la dialéctica de oposición de suma cero.
Asumir el problema del lenguaje también en la perspectiva de la creación y no de la
imposición, implica hacerse cargo de su carácter de instrumento que, según su uso,
oscila entre la imposición de un discurso o la recreación de la metáfora como uso para el

construir sistemas interconectados pero con la energía fluyendo permanentemente: “Cuando más
coherente o intrincadamente conectada esté una estructura, más inestable es. Así al aumentar la coherencia
se aumenta la inestabilidad. Pero, esta inestabilidad es la clave de la transformación. La disipación de la
energía, como demostró Prigogine con refinados procedimientos matemáticos, crea el potencial para un
repentino ordenamiento”. Martínez Miguélez, Miguel. Un Nuevo Paradigma Para La Ciencia Del Tercer
Milenio. Ob. Citada. Pag. 236.

69
diálogo y la reconstrucción de los debates, de las opciones y de la realidad en definitiva.
Si “todo lo que es dicho es dicho por alguien” 122, esos discursos de cierre de procesos
son interesados y parciales. Evitarlos y asumir el hacer social en una perspectiva retórica
y no impositiva resulta esencial.

“El problema que plantea el lenguaje es el siguiente: ¿de que manera refleja el lenguaje
la realidad?, ¿que sentido tienen la noción de “reflejo” y la noción de realidad”? Una
descripción del mundo implica al observador que, a su vez, es parte del mundo.”123.
Asumir que se trata de un paradigma de carácter emergente, hay que señalar la
existencia de éste nuevo paradigma como un dato de REALIDAD” que no puede
soslayarse ni encubrirse solo en las discusiones explicativas e impositivas acerca de los
tiempos y las eras. Nombrar, decir, hacerlo hablar y no solo “denominar” éste
paradigma es una acción estratégica y de creación. “Por esto, el lenguaje es también
nuestro punto de partida, nuestro instrumento cognitivo y nuestro problema”124 a asumir,
en una perspectiva de uso, de apertura, de afirmación de construcción de realidad en una
perspectiva no lógico-racional sino de juego y de metáfora. En el lenguaje “jugamos
juegos con palabras” decía Wittgenstein125, por lo que se trata de afirmar la emergencia
y existencia neoparadigmática para afirmar lo propio, construyendo también desde las
palabras escenarios para nuevas y nuestras declamaciones y campos de juego para otros
juegos emancipatorios y no cerrados, racionalistas, individualistas y patrimoniales. La
retórica del y en el lenguaje, como campo y posibilidad de reconstrucción de la realidad,
de las opciones y de las soluciones, es parte esencial de éste hacer “mas allá de las
denominaciones de los expertos” para abrir nuevos campos de realidad, de trabajo, de
acción. “En general, la retórica científica tiene en vista utilizar apenas la prueba lógica y,

122
Maturana Humberto, Varela Francisco. El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del
entendimiento humano. Buenos Aires. Editorial Lumen. 2003. Pag. 13.
123
Martínez Miguélez, Miguel. Un Nuevo Paradigma Para La Ciencia Del Tercer Milenio. En Las
Nuevas Utopías de la Diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible. Santiago. Universidad Bolivariana.
2003. Pag. 242.
124
Maturana Humberto, Varela Francisco. El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del
entendimiento humano. Buenos Aires. Editorial Lumen. 2003. Pag. 13.
125
Citado por: Martínez Miguélez, Miguel. Un Nuevo Paradigma Para La Ciencia Del Tercer Milenio.
En Las Nuevas Utopías de la Diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible. Santiago. Universidad
Bolivariana. 2003. Pag. 234.

70
por consiguiente, su principal característica es negar que sea retórica” 126,
transformándola en “verdadera”, en un saber impuesto por el poder de quienes controlan
el debate y la emisión del discurso.

Una característica esencial del nuevo paradigma no es negarse a las


denominaciones sino abrir la posibilidad de llamarlas de maneras nuevas y
múltiples, en un juego no frío y lógico sino lúdico y emotivo. La realidad no se
conoce ni se construye solo por medio de metodologías cuantitativas y cualitativas 127
sino en y por medio de procesos participativos, abiertos y argumentativos. Hay entonces
que asumir, desarrollar, ejercer y construir(se) en un discurso no impositivo sino
argumentativo.“Es inherente al discurso argumentativo el hecho de que esa invención
nunca será completa y nunca alcanzará un punto de irreversibilidad” 128, lo que
precisamente es la base para la reinvención constante de la realidad y no la repetición de
una realidad global impuesta. Si como sostenía Wittgenstein “Los límites de mi lenguaje
significan los límites de mi mundo”129, nombrar y usar los nombres lúdica y
metafóricamente en la afirmación de éste nuevo paradigma implica reapropiarse del
mundo, desde la cotidianeidad y vecindad hasta la globalidad, reinstalándose en él
soberanamente para participar en su construcción y reordenamiento.

Pero además, éste paradigma emergente no es ni moderno ni liberal. No es moderno


en el sentido que busca superar los límites de la razón moderna, ubicarse no desde un
saber monista sino en una perspectiva pluralista, que rompa con la lógica binaria y
antinómica que ordena al mundo en pares opuestos (naturaleza/sociedad,
126
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pag. 113.
127
Para decir las cosas inequívocamente, en una perspectiva de hacer visible lo real, debo señalar que me
resulta extremadamente sospechoso como en la época del capital financiero, de las cifras como forma de
aproximarse a las necesidades sociales para evaluar su costo y factibilidad, las ciencias sociales, y en
particular sectores completos de la sociología, han devenido en verdaderos adoradores de las metodologías
cuantitativas y su supuesta validez científica a toda prueba. Hablar sobre números no es hablar de la
sociedad, hablar de encuestas no es hablar de política.
128
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pag. 125.
129
Citado en Van Peursen C.A. Ludwig Wittgenstein. Introducción a su filosofía. Buenos Aires. Ediciones
Carlos Lohlé. 1973. Pag. 59

71
civilizado/salvaje, bueno/malo, riqueza/probreza, estado/sociedad, sujeto/objeto,
razón/emoción, etc). Pero además lo es en el sentido que no pretende ser, como ya dije,
ni totalizante ni de una verdad universalista y única, centrada en al ciencia y en la
ingeniería social de los expertos, sino que pretende construirse reconociendo los saberes
locales, diversos, no formalizados; de la misma forma que no pretende ser capitalista al
no centrar la producción de lo social en la economía ni en el intercambio lucrativo de
bienes, a través del contrato como exclusivo y privilegiado vínculo social; ni liberal en el
sentido de no sustentarse en una perspectiva antropológica individualista.

Así como es posible establecer que fue la conjunción de todos esos factores y ordenes,
que se fueron superponiendo hasta configurar la matriz sociocultural de la modernidad
occidental dominante, es posible visualizar una perspectiva distinta si deja de pensarse
en forma binominal y dicotómica. A la larga, y a pesar que modernidad y capitalismo
fueron procesos paralelos que solo en la era “global” de éste último parecen hacerse uno
solo, su impronta es tal que requiere despensarse tanto la forma dicotómica cultural
como la estructuración social que emerge de ella, abriéndola hacia terceros puntos de
inflexión. La confluencia de ciencia, técnica, lógica dicotómica y universalista,
capitalismo y estado como forma “ideal” e “instrumental” de configurar un orden que
hoy, a pesar de la disminución del eje Estado como seguro del sistema, permite entender
muy claramente como hemos llegado a existir en el centro mismo de un modelo de crisis
que se presenta como estado natural pero que muestra rasgos de agotamiento que pos si
solos no aseguran su quiebre, pero que por lo mismo parece indispensable superar por
otro paradigma no lineal ni acumulativo ni tensionante hacia la ruptura. En esa
convergencia histórica, el hecho que “nuestra sociedad capitalista y burguesa se erija
sobre la piedra fundamental del derecho de propiedad como dominio irrestricto sobre la
tierra y los medios de producción por parte de individuos, explica por que no puede
imperar en ella otra forma de organización societaria que no sea la gubernamental: al
dualismo propietario-proletario le corresponde el dualismo gobernante-gobernado”130
que sin embargo nos mantiene presos de esa tensión, al punto que disuelve la posibilidad

130
Cappelletti, Angel. La Ideología Anarquista. Santiago. Ediciones Espíritu Libertario. 2004. Pag. 81.

72
del gobernado como sujeto ciudadano y obliga a replantearse al sujeto constituyente y su
soberanía no solo dentro de las relaciones económicas y políticas tradicionales.

Por lo anterior es que es tan importante pensar éste paradigma despensando esos
componentes de modernidad, en un proceso de revisión de aquellas partes que provocan
tensión, recatando las experiencias que han resistido el efecto centrifugo de la
modernidad capitalista, pero sobre todo instituyendo otras formas de relaciones sociales
no contractuales, en espacios distintos a los del mercado y la burocracia, generando una
nueva antropología de sujetos/as en comunidades vinculadas.

En los orígenes de la modernidad liberal, “asumir una antropología individualista para


poner en marcha una nueva constitución social” 131 fue el motor y tarea de los principales
teóricos de éste nueva orden en construcción, de forma que constituir al sujeto como la
piedra angular de un sistema permitiera construir un tipo de sociedad donde un supuesto
contrato social servía de forma de desafectar a todos los súbditos, sobre todos a los
comerciantes y propietarios, de los soberanos de las monarquías; en que la igualdad
formal constituyó un presupuesto de las relaciones económicas, con la forma jurídica
contrato reafirmando y articulando esa individualidad que a su vez, al separarse de los
objetos que conocía y aprehendía, permitía también la desafectación de los miembros de
la comunidad de la naturaleza y su entorno y de la comunidad misma. La sociedad paso
de ser comunidad a individuos en tramas jurídicas y económicas. “El contrato social,
como base legitimadora de la separación entre la economía y la política, aparece siempre
como una fase posterior al establecimiento de las relaciones económicas” 132 y construye
esta realidad social en que el sujeto es individuo y el individuo en su abstracción el
sistema mismo, donde “El sistema es quien es propiedad; es el sistema el que produce
ilimitadamente para el consumo y fuera de esto no conoce ningún otro criterio de
organización de las relaciones humanas”133, de manera que en una verdad espectral, el

131
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pag. 43.
132
Herrera Flores, Joaquin. Las Lagunas de la Ideología Liberal. En El vuelo de Anteo. Derechos
Humanos y Crítica de la razón liberal. Editorial desclée de Brouwer, S.A. Bilbao. 2000. Pag.139.
133
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pag. 134.

73
individuo se vuelve consumidor expuesto a su capacidad económica de compra y por lo
tanto debilitado en su supuesta función soberana. De manera incluso mucho más extensa
y decisiva que afectar solo a individuos aislados, esta antropología performativa afecta y
determina las relaciones de toda la sociedad, toda vez que “La abstracción destruye al
sujeto, por que lo transforma en un producto de la relación jurídico-económica del
contrato de intercambio monetario. La sociedad y la socialización se han hecho
invisibles”.134

Pensar en un nuevo paradigma ni moderno ni liberal, implica entonces crear, recrear y


hacer visibles las redes y relaciones sociales distintas a las de las adhesiones a macro
pactos sociales no suscritos y las de contratantes y consumidores. Se trata de establecer
sujetos y sujetas no universales ni abstractos sino concretos y por construir y
reconstruirse de forma permanente en relaciones múltiples con su comunidad, no solo
las de intercambio de bienes; no formales sino experienciales y relacionales, que
vinculen a éstos sujetos con la naturaleza, con sus objetos de conocimiento, con sus
entornos geográficos, con sus acciones económicas y con sus congéneres con quien
establece relaciones. Se trata de construir imaginarios y técnicas de intercambio de
bienes no en la lógica del valor de cambio sino del valor de uso; de vínculos incluso
formales que apelen no a la igualdad formal sino a la igualdad real, sus necesidades de
complementación, de equilibrio y de responsabilidad mutua, cooperativa y colectiva;
con una percepción, una conciencia y una acción responsable hacia ellos mismos y su
entorno natural y social; con una fuerte actitud relacional, flexible, sinérgica y
constructiva.

La racionalidad moderna de que hablamos vuelve abstractas y funcionales todas las


relaciones, entrega la construcción, los problemas éticos y políticos a soluciones técnicas
y sin embargo politizadas por imposición de un estado de cosas y por ausencia de sujetos
reales. Ha colocado a las personas en calidad de objetos y no de sujetos de su desarrollo.
Trabajar en un sentido antropológico no individual implica imaginar un sentido de

134
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Ob. Citada. Pag. 150.

74
acción constructor de relaciones y no de aislamientos intersubjetivos a vincular formal e
institucionalmente en una ciudadanía por mera representación pasiva y además inmersa
económicamente en tramas de actos de consumo alienados. Más que reconstruir lazos de
sociabilidad se trata de construir esos lazos en perspectivas colaboracionistas distintas a
las fragmentarias del intercambio contractual económico o político, reforzando no la
individualidad sino una subjetividad que sea identidad compartida y que conjugue lo
público, lo privado y lo íntimo, desarrollada en redes de lenguaje y prácticas colectivas,
tiempo social y espacio público. “Lo que parece requerirse es un fortalecimiento de los
procesos estrictamente sociales que permiten transformar la diversidad de subjetividades
en acción colectiva”135

Esta visión y acción plural, no universalizante sino valorizadora de las identidades


locales en sus componentes propios y en sus relaciones nacionales y globales,
constituyente y democratizadora impone necesariamente que ésta otra visión
sociocultural sea una mirada también diversa e integradora, no solo multicultural
sino esencialmente intercultural.

Como lo ha dicho Joaquín Herrera, “Cuando hablamos de “lo cultural”, pues, nos
referimos al proceso que permite justificar, criticar, legitimar o rechazar el conjunto de
relaciones dadas entre los seres humanos y la naturaleza, -tanto externa (naturaleza
física) como interna (naturaleza psíquica)- y entre los diferentes grupos sociales que
existen en un momento histórico determinado (naturaleza social)” 136. Clarificar entonces
las posibilidades del concepto permite precisamente dibujar un horizonte paradigmático
diferente del paradigma moderno. La modernidad, como paradigma, es una construcción
occidental que sin embargo se pretende universal y ha actuado en consecuencia,
utilizando el instrumento Estado para imponerse hacia adentro y hacia afuera, mediante
procesos imperialistas y colonizadores que tienen en común, hasta el día de hoy,

135
Foerster, Rolf. Sociedad Mapuche y Sociedad chilena. En Polis, Revista de la Universidad Bolivariana.
Volumen 1, Nº 2. Santiago. Universidad Bolivariana. 2001. Pag. 115.
136
Herrera Flores, Joaquin. El Proceso Cultural. Materiales para la creatividad humana. Aconcagua
Libros. Sevilla (Andalucía). 2005, Pag. 37.

75
imponer como único proceso racional de civilización una razón occidental monista,
capitalista excluyente y militarista que es presentada como estado natural de la sociedad
global en la era del fin de la historia. “Esa violencia cultural que divide al mundo entre
los cultos y los incultos, entre los racionales y los irracionales, entre civilizados y
bárbaros”137 es a la vez elementos constituyente de la forma dominante de mirar y
dominar el mundo como de reproducirlo, ya que esa “desigualdad en el acceso a lo
cultural deriva, tanto de las diferenciaciones en el proceso de división social, sexual,
étnica y territorial del trabajo y de acceso a los bienes entre las clases y grupos sociales,
como de los intereses estratégicos de poder y de dominación política y económica que
nos sitúa a unos en posiciones de privilegios y a otros en situaciones de
subordinación”138.

Pensar de otra forma implica entonces deconstruir y repensar la forma de esas


relaciones, no solo para reconocer las culturas en una muestra de las expresiones
disímiles o para hacerlas operar conjuntamente, como hasta ahora, en espacios físicos,
políticos, mentales, ideológicos y psicosociales paralelos, pero que mantienen las
divisiones relacionales de dominio y exclusión y/o las enfrentan o confrontan solo en el
reconocimiento de la diversidad, sino que se trata de pensar nuevas y distintas formas de
relaciones que asuman que la cultura es un punto de partida para una co-construcción de
la realidad que establezca posibilidades de posición equitativas y cooperativas, de
reconocimiento efectivo y no meramente formal, que provoque redes y relaciones
efectivas y no coloniales, no dominantes ni excluyentes, sin privilegiar una forma
cultural por otra sino que intentando articular puntos de consenso en la construcción de
realidades con excluyentes y en procesos que permitan remover las estructuras
materiales y culturales que impidan la satisfacción de las necesidades. Pensar de oto
modo no es pensar una mega cultura que las integre a todas sino metodologías que sean
puentes de construcción en el sentido antes señalados.

137
Herrera Flores, Joaquin. El Proceso Cultural. Materiales para la creatividad humana. Obra citada.
Pag. 65.
138
Herrera Flores, Joaquin. El Proceso Cultural. Materiales para la creatividad humana. Obra citada.
Pag.65.

76
Pero además de reconocer el corte de la integración o exclusión cultural y las
dominaciones que de allí emanan, este paradigma emergente debe ser una paradigma
no sexista, es decir que asuma la pluralidad de la existencia desde la igualdad más
radical de la conformación biológica y en una perspectiva del rescate y potenciación de
lo que las feministas denotaron como “ética del cuidado ajeno”. Los aportes del
movimiento feminista por la integración dicen relación con la superación de los
binomios masculino/femenino y público/privado como formas de dominación
transversales que atraviesan la totalidad de los ordenes sociales, de manera que se trata
de un punto clave de pensamiento y acción.

Esta definición como no sexista se refiere no solo a una redefinición de los roles y la
redistribución de las responsabilidades privadas y del trabajo doméstico o una
valorización de los trabajos de cuidado y protección que la economía capitalista,
centrada en la acumulación de capital esconde y desconoce, no obstante le sirve de base
para su reproducción. De lo que se trata es de construir una perspectiva políticamente
distinta al orden patriarcal de dominación, posesión y disposición de los más débiles; de
construir un ejercicio del poder centrado en una ética finalista de dignidad, en que los
fines y los medios sean respetuosos, cooperativos, emancipadores; “una ética que tiene
como principio que lo privado merece el mismo respeto que lo público o, mejor, que lo
público no puede ejercerse sobre el desprecio de lo privado”139. De ésta forma,
rompiendo con la lógica binaria que al polarizar las posibilidades esconde lo real, se
trata de redibujar el mapa de las relaciones humanas centrándose en la cooperación y el
cuidado del otro en todos los espacios sociales y no solo entregando éste cuidado a la
familia o a las cada vez más difusas instituciones de seguridad social. Se trata de formar
una conciencia de interdependencia en el cuidado y de autocuidado para la
interdependencia, en un proceso de reaprendizaje relacional a partir de uno mismo.
Como señaló Focucault al final de su historia personal, un énfasis en la perspectiva
139
Sendón de León, Victoria. ¿Que es el feminismo de la diferencia?. En
www.nodo50.org/mujeres/victoria_sendon-feminismo_de_la_diferencia.html

77
social del ocúpate de ti mismo antes que el individualismo autoreferente del conócete a
ti mismo, desvinculado de los intercambios en que nos encontramos, “por que al
enseñara a la gente a ocuparse de sí misma, le enseña a ocuparse de si misma con la
ciudad”140.

Trabajar en un paradigma no moderno ni liberal implica poner la participación, la


solidaridad y la colaboración en el “corazón” de éste pensar hacer.

La participación es presentada como un valor de la democracia, sin embargo el carácter


formal y representativo de ésta en definitiva no produce el efecto requerido, ya que se
limita el concepto a una arista que le quita su carácter productivo. Contrariamente a ser
vista como un fin en si mismo la participación se reduce a un mecanismo que conduzca
a la toma de decisiones por otros, excluyendo a los afectados de su espacio vital (local,
nacional, global). “El enfoque del concepto de participación y de la forma como nos
hemos acostumbrado a referirnos a él en el fenómeno social y político del desarrollo de
la sociedad, responde precisamente a una instalación de una manera de leer la
participación en base a la lógica dominadora formal perteneciente al paradigma del
patrón cultural individualista.”141 Y sin embargo un nuevo paradigma requiere
establecerla como un fin en si mismo, que al construirse produzca nuevos resultados
hacia el interior y al exterior de quienes realizan el acto de participación, y entre
diversos grupos o entidades abocadas a la construcción de sus derechos y satisfacción
de necesidades humanas. Como señala Manuel Jacques se ha reducido el concepto a
falsos satisfactores de participación, designando a la organización, la información o la
movilización social como espacios y acciones participativas. Si bien es cierto lo son,
poner a la participación como un fin en si mismo implica un proceso de pensamiento
también diferente, en que se construye un espacio distinto para éste concepto en el
paradigma que emerge. “La construcción de este espacio del paradigma de inter-
dependencia, que instituye la cultura del nosotros, importa el desarrollo de categorías
140
Foucault Michel. Tecnologías del Yo. Barcelona. Ediciones Paidos Ibérica S.A. 1995. Pág. 52.
141
Jacques Parraguez, Manuel. Modelo de participación por afección: un modelo para el desarrollo de la
ciudadanía local. www.revistapolis.cl/5/jac.htm

78
éticas coherentes y correspondientes a este diseño inter-dependiente.”142. Entendiendo
entonces la participación como un proceso en construcción, fin en si mismo y que
requiere articular categorías, medios y diseños propios, debemos entenderla como un
proceso esencialmente relacional y posicional, que se constituye en la medida que
contiene esfuerzos parciales de información, opinión, expresión, movilización y
decisión, articulado siempre en torno al criterio de decisión como elemento de
cierre y completud del proceso. Sin ésta integración, articulación y orientación de ella
misma como un proceso finalista, no hay otro pensamiento.

La solidaridad es otra clave de éste nuevo paradigma. Pero no hablamos de solidaridad


en términos de filantropía o caridad sino de “acciones de solidaridad” que se entienden
en el sentido de construir espacios sociales en donde se remueven los obstáculos
materiales, políticos, ideológicos y culturales que obstaculizan la satisfacción de las
necesidades. Fuera de la antropología individualista, no hay solidaridad sin interacción y
sin interconexión solidaria para generar un estadio nuevo entre los sujetos que
intervienen, distinto al estatus quo que origina la acción. La solidaridad no es un acto
individual bancario de depósito de bienes en otros, ni una conmiseración o un apoyo
moral a otro, sino que acciones que permiten promover y obtener situaciones nuevas y
distintas a las que hacen el punto de partida del acto. Como lo demostró la historia del
mutualismo y el sindicalismo obrero, las luchas feministas o por los derechos civiles
interraciales, la verdadera solidaridad es aquella que sirve para transformar relaciones de
injusticias y para crear una cultura de integración y co-implicación.

Pero ésta construcción paradigmática se traduce en toda una disposición epistémica no


solo retórica ni excepcional de integración, interculturalidad, participación y solidaridad,
sino en una práctica permanente, funcional y fundante, instituyente y constituyente de
colaboración y cooperación. Una nueva antropología no individualista supone el valor y
la práctica de la cooperación como un elemento esencial. “El ser humano puede asumir

142
Jacques Parraguez, Manuel. Modelo de participación por afección: un modelo para el desarrollo de la
ciudadanía local Obra citada.

79
distintos comportamientos: tiene la posibilidad de enriquecer o de destruir, no sólo a si
mismo sino también al ambiente en el que se encuentra; puede ser agresivo o no; puede
ser competitivo o solidario, sin dejar de ser competente. El comportamiento es producto
de los valores que socialmente recibimos desde los inicios de la vida, de los modelos que
vemos y de los refuerzos o estímulos que recibimos por hacer o no ciertas cosas, somos
producto de un proceso de socialización en el cual se nos enseña a valorar
comportamientos constructivos o destructivos.”143. La opción es por una socialización
no acumulativa, competitiva ni individualista sino cooperante. Las prácticas que hasta
aquí conocemos de cooperación, que se han resumido extraordinariamente bien en todo
el material sobre los denominados “Juegos Cooperativos” enuncian una cultura que es
ajena al individualismo, a la competitividad destructiva, a la apropiación del entorno y
de los otros, al militarismo. Hay allí ciertamente no solo un enfoque cultural que emerge
en contraposición con el paradigma moderno y la confusión entre éste y capitalismo,
sino esencialmente una afirmación de otra cultura posible. 144

143
Pérez Olivera, Enrique. Juegos cooperativos: juegos para el encuentro. En
http://www.efdeportes.com/efd9/jue9.htm
144
Así por ejemplo, cuando se enumeran los principios que los orientan y los objetivos que se plantean en
la educación con los niños, puede apreciarse toda una lógica distinta a la liberal individualista. El siguiente
listado lo demuestra:
Principios que se desarrollan en los juegos cooperativos:
- En estos juegos los participantes ganan juntos o bien pierden todos contra un enemigo común.
- Los más hábiles aprenden a dejar espacio a los demás.
- Algunos de estos juegos pueden dar paso a un debate sobre el tema del juego.
- Se fomenta el aprendizaje de la percepción del bien común.
- Sirven para comprender que el bien común aunque haya que hacer algunas renuncias a deseos
particulares, es un bien mas valioso y más estable que el bien individual, del que se beneficiara cada uno
después.
- Ofrecen la capacitación para integrar a las diferentes personas.
- Dejar de vivir al otro como amenaza y centrar la atención en la suma de esfuerzos sin perder energías en
la competencia y medida de los otros.
- El combate y la energía de la agresividad se utilizan para afrontar los problemas en lugar de competir
entre sí.
- Son juegos para imaginar y crear soluciones de cooperación mas que para ganar solos.
Los juegos cooperativos pueden ayudar a los niños a:
- tener más confianza en sus capacidades
- tener más confianza en los demás
- desarrollar sentimiento, expresarlos, aceptarlos, transformarlos y a aceptar los demás
- vivír a los demás como seres complementarios
- permite espacio a los débiles y sentirse valorados como los demás
- sentirse responsable de sí mismo y de los demás
- superar miedos

80
Participación, solidaridad, cooperación significan además dos cosas que alteran la forma
de organización jurídica y económica con que se han moldeado hasta ahora nuestras
sociedades modernas:

En primer lugar, una organización social basada en la participación, la solidaridad y la


cooperación implica concebir lo político y el poder de una manera distinta a la
centralización y formalidad del control de las sociedades estatales modernas. No basta
solo con discutir acerca del papel del estado frente a las políticas y necesidades públicas,
sus posibilidades de acción frente a los flujos globales políticos y económicos o la forma
de organización territorial y administrativa del Estado. Esas discusiones son, a pesar de
la trascendencia administrativa, secundarias frente a las decisiones acerca de que es lo
político, para que hacer política y como usar y producir flujos de poder en el sentido
deseado. Frente a la lógica centralista y acumuladora de lo político en esferas
profesionalizantes, en instituciones acentuadas hacia la burocracia y la toma de
decisiones pospuestas, se requieren pensamientos descentralizados y descentralizantes
en sus perspectivas y metodologías. Pensar organizaciones y acciones políticas en un
nuevo patrón sociocultural implica optar por la descentralización y agregación de
energías hacia los espacios locales, para privilegiar la construcción de los entornos desde
allí, promoviendo y trasfiriendo recursos y la toma de decisiones a esos espacios,
abandonando la lógica centro periferia para hacer experiencias locales con proyección.
De la misma forma, eso implica transferir real y efectivamente el poder hacia los
ciudadanos, cambiando la perspectiva del control por la de la producción de canales para
los flujos de participación y decisión. La administración no puede ser solo una
definición cerrada de formas aprobadas centralizadamente, sino que debe flexibilizarse
para producir permanentemente nuevos espacios de poder decisorio y concurrencia

- comunicarse positivamente con los demás


- gestionar los conflictos
- comprenderse a si mismo y a los demás.
En: http://www.terra.org/html/s/producto/juego/magatzem/sprj0000i.html

81
ciudadana. La administración no puede seguir pensándose en términos de lo público
versus lo privado sino en espacios de afección.

En segundo lugar, pensar de otro modo lo social y las relaciones entre sujetos significa a
su vez despensar el orden como cerrado y bajo control y revalorizar el caos y el
conflicto. A diferencia de la sociedad panóptica que nos habló Foucault, que hoy más
que nunca desconfía de todo aquello que vaya en contra de una cierta forma del orden
público puesta al servicio de la organización económica capitalista global y financiera,
hay que revalorizar el caos y el desorden como parte integrante de las relaciones
sociales. A su vez y si bien es cierto generalmente el conflicto importa crítica y dosis de
tensión e incluso violencia, el otro extremo es una ilusión imposible, de modo que de lo
que se trata es de vivenciar y asumir el conflicto como posibilidad de reconstrucción del
momento social que lo genera. Todo conflicto tiene causas, más allá de lo que se puede
ver a simple vista o de las que se está dispuesto a aceptar, por lo que cabe más que nunca
aquello de hacer visible lo real para involucrarse en las causas de los conflictos, atender
a ellas y remover efectivamente los obstáculos que obstaculizan la satisfacción de
necesidades, aún cuando ello prive o disminuya la ganancia monetaria.

Una visión no individualista ni economicista entonces se plantea no solo recuperar las


relaciones sociales como una fuente de responsabilidad hacia uno mismo y hacia los
demás, sino que alejándose de un sentido de control y deber traducible o en culpa o
sanción, plantea reponerle concepto del placer. Fuera del consumo, en un sentido de
apropiación de uno mismo, con el trabajo y el ocio no como opuestos sino como
complementos, en espacios sociales construidos a escala humana, que privilegien el
encuentro antes que el desarraigo hay que reponer el placer de lo simple más allá de las
separaciones a que desde la economía se le somete como fuente permanente de lucro
alienado bajo satisfactores sustitutos como el consumo, la prostitución o la pornografía.

82
Pensar una sociedad humanizada implica “sustituir el principio del lucro por el del
placer y la meta del dominio por el de la creación”145

Por sobre todo, en consecuencia, para pensar otra ordenación la discusión debe
trasladarse desde la cultura de los costes a la de las necesidades, de las estrategias y
parámetros tecnocráticos a la discusión de los conceptos que constituyen las necesidades
y los caminos para su concreción. Pensar otro paradigma social implica no solo invertir
las cargas tributarias y de acumulación, sino invertir el sentido mismo de la discusión
sobre necesidades y economía, colocando el acento en los satisfactores y su articulación
para recrear alternativas y no en los bienes, pasando de la idea de una economía de la
escasez a una de la sinergia.146 Pensar de otro modo implica no solo imaginar o inventar
nuevas alternativas técnicas para la redistribución de los bienes, sino que desplazar y
reorientar la lógica de control de la naturaleza y disposición de los otros para hacer
economía y sociedad. De alguna forma hay que des-occidentalizar también la lucha y
concreción de las necesidades: “Debemos ir a la raíz misma de los fundamentos de la
vida. Porque toda superficialidad en la ordenación de la vida que deja insatisfechas las
más profundas necesidades, es insuficiente; equivale a no haber tratado siquiera de poner
orden”.147

Pensar de otro modo entonces significa no solo un uso de los conocimientos y la


experiencia puesta a disposición de las comunidades y los seres humanos concretos en
su lucha de dignidad y satisfacción de necesidades, sino abrir un nuevo imaginario para
el presente y el porvenir. A diferencia del paradigma occidental moderno de apropiación
y disposición, no se trata de destruir sino de crear. “¡Solo Podemos aniquilar siendo
creadores¡ Pero no olvidemos tampoco esto: que basta crear nuevos nombres, nuevas
valoraciones y verosimilitudes para crear, a la larga, “cosas” nuevas” 148

145
Cappelletti, Angel. La Ideología Anarquista. Santiago. Ediciones Espíritu Libertario. 2004. Pag. 59.
146
Al respecto sigo las nociones y conceptos DESARROLLADAS POR Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn
en Desarrollo a Escala Humana: una opción para el futuro. 1986. CEPAUR.
147
I Ching. Citado en Berman, Morris. El reencantamiento del mundo. Santiago. Editorial Cuatro Vientos.
1999. Pág. 277
148
Nietzsche Friedrich. La Gaya Ciencia. Buenos Aires. Gradifco SRL. 2004. Pag. 66

83
4) Cambiar de emocionalidad.

Pero hacer visible, mirar y pensar de otro modo resultarán ejercicios pueriles y carentes
de sentido si, al igual que en el paradigma que muestra su agotamiento, se reduce a un
acto de razón para ese cambio, a una enunciación de laboratorio o de reflexión y
compromiso mental y no de práctica y relacionamiento personal y colectivo a la vez.
Pero también es insuficiente un mero compromiso afectivo de “buenos sentimientos” por
las causas nobles o una “ira justificada” en contra de los abusos del sistema global. Las
posiciones que se ubican en una u otra posición, incluso en una combinación de ambas
sin integrarlas en un nuevo sentido, adolecen del mismo defecto: se ubican dentro del
paradigma moderno de la separación, de la escisión, de la división mente/cuerpo,
razón/sentimientos.

Abrir camino a nuevos paradigmas implica sustituir no sólo pensamiento, sentimientos o


comportamientos por adecuación a las normas, sino cambiar la emocionalidad para
modificar la conducta en una nueva ontogenia creativa 149 en relación con el entorno
bio-social. Hay una diferencia esencial entre el comportamiento como parte de un orden
dado150 y una conducta creadora de un orden distinto. Como señala Humberto Maturana
“Se llama conducta a los cambios de postura o posición de un ser vivo, que un
observador describe como movimientos o acciones en relación con un ambiente
determinado”151 y que a diferencia de meras repeticiones, su articulación en un sentido

149
“Ontogenia es la historia de cambio estructural de una unidad sin que ésta pierda su organización”.
Maturana Humberto, Varela Francisco. El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del entendimiento
humano. Buenos Aires. Editorial Lumen. 2003. Pag. 49.
150
Uso la expresión comportamiento en el sentido lato dado por la Real Academia Española de la Lengua
en el sentido de definirlo como “manera de portarse”, en relación con el concepto de “Comporta” en
cuanto canasto a llenar o molde para contener, que ciertamente hacen referencia a una forma ya
establecido, a diferencia de la conducta que, además de la definición que se usa en el texto de ésta tesina
en sentido de la biología del conocimiento, la misma institución la define como “Gobierno, mando, guía,
dirección”, que implica una idea de creación y no de repetición. Se han usado las definiciones contendidas
en: Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Madrid. Editorial Espasa-Calpe, S.A.
1970. Pag. 333 y 339.
151
Maturana Humberto, Varela Francisco. El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del
entendimiento humano. Buenos Aires. Editorial Lumen. 2003. Pag. 92.

84
de adaptación por creación es lo que genera fenómenos sociales y no meros hábitos
repetitivos de comportamiento. Si “Vamos a entender como fenómenos sociales a los
fenómenos asociados a la participación de los organismos en la constitución de unidades
de tercer orden”152 podemos observar que precisamente el carácter de lo humano radica
en realizar esos acoplamientos estructurales con su entorno produciendo interacción y
ontogenia en ese proceso de relación y no de repetición aislada y subordinada al orden.
Un emocionar creativo significa entonces implicación y relación adaptativo/creativa y
no reiteración mecánica, diferenciándose de mecanismos, por decirlo en términos
cibernéticos, triviales de segundo orden, recuperando lo humano, humanizando la vida
no en un sentido moderno sino en un sentido radical, en un nuevo proceso cultural que
abre los bloqueos dominantes de la modernidad capitalista y mecanicista hoy global,
provocando una “tendencia hacia la ampliación constante de lo humano más allá de los
límites en los que los procesos ideológicos pretenden encerrarnos” 153.

Los procesos de construcción de nuevos espacios, de nuevas metodologías y de nuevas


relaciones sociales que logren romper y trascender los límites del paradigma
hegemónico, requieren de un cambio de noción, de posición y de disposición frente a los
conflictos, que signifiquen una comprensión vivencial y finalista, y no solo racional de
los procesos. Sin un involucramiento más allá de los discursos y prácticas
“consecuentes” con ese razonamiento de inicio, sin producir sentidos no lineales sino de
coherencia, permaneceremos presos dentro de la lógica lineal y binominal en que es
posible disociar público de privado, personal de colectivo, sin nunca religar las esferas
de existencia del humano.

Se trata de una apuesta por cambiar la realidad no desde la enunciación de nuevas


promesas, de otras normas programáticas, sino de cambiar la acción para esa
construcción, lo que requiere síntesis, expansión y reorientación de razón y emoción.

152
Maturana Humberto, Varela Francisco. El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del
entendimiento humano. Obra citada. Pag. 129.
153
Herrera Flores, Joaquin. El Proceso Cultural. Materiales para la creatividad humana. Aconcágua
Libros. Sevilla (Andalucía). 2005, Pag. 25.

85
“Los conflictos humanos jamás se resuelven desde la razón, y en los casos en que parece
haber sucedido así, lo que sin duda ha ocurrido es que en una u otra de las partes
involucradas en el conflicto ha cambiado su emocionar, ya sea de manera consciente o
inconsciente”154. Cambiar la emocionalidad es entonces la necesaria puesta y
propuesta para transformar la cotidianeidad.

5) Modificar las interacciones.

Parte esencial entonces de una nueva formulación social que se situé en una perspectiva
distinta a la de la antropología individualista moderna, superando el mito de la obtención
del bien común por simple agregación de individualidades, radica en la formulación de
formas de relación e intercambios diferentes, no solo denotativamente colectivas o
comunitarias sino esencialmente interrelacionantes e interactuantes.

Atrapados en medio de la tensión inmovilizante que divide el accionar social y político


entre lo público y lo privado, la política profesional separada de los ciudadanos y la
polis, la economía desvinculada de las necesidades humanas y su satisfacción fuera de
las redes del mercado, resulta indispensable plantearse la necesidad de la interacción
entre sujetos individuales y colectivos y las redes en que éstos se desenvuelven,
apostando porbuscando construir mecanismos, prácticas, metodologías de integración,
intercambio y sinergia que produzcan, reproduzcan, refuercen y/o reactiven el principio
de comunidad, reducido ante la combinación histórica de poderes mutuamente
funcionales del mercado y el estado155.

En los procesos históricos de construcción de los estado-nación del último par de siglos
(19 y 20), estas dos esferas, la del estado y la del mercado, se apropiaron de la soberanía

154
Elizalde, Antonio. Desarrollo Humano y Ética para la sustentabilidad”. Santiago. PNUMA-
Universidad Bolivariana. 2003. Pag. 18.
155
Sobre los principios de comunidad, estado y mercado ver “De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la
Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia. Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A.
2003.

86
de la comunidad, estableciendo mecanismos de decisiones sobre sus espacios cotidianos
y sus necesidades, generando un sistema político que genera expectativas al respecto
pero que, además de posponerlas por una promesa futura o por razones de conveniencia
sistémica, invisibiliza los obstáculos a su solución: las limitaciones de los instrumentos
con que se trabaja y de las voluntades políticas para alcanzarlas y/o remover los
obstáculos al efecto son el lado oscuro de las sociedades modernas. La pretensión de
asentar toda la obligación por las necesidades sociales en el estado sin tocar al mercado,
entregándole cada vez más espacios de lo que se entendía por lo público, en detrimento
de los ciudadanos ponen en jaque la resolución de esas crisis de soberanía y de opacidad
de responsabilidad. “Por éstas razones el sistema político no solo está sobrecargado de
problemas para los que ya no tiene la competencia y la información necesarios para
solucionarlos, sino que llega a encontrarse en una auténtica situación de bloqueo, puesto
que los instrumentos tradicionales de control del ambiente, se decir, el derecho y el
dinero, se vuelven insuficientes para la sociedad, que ya no los asume como
instrumentos eficaces de compensación y comunicación.”156

Sin embargo la pregunta por la construcción de formas sociales que permitan satisfacer
las necesidades humanas en la inmanencia del ahora y no en las promesas del mañana
(chorreo o revolución) continua allí y es el centro del desafío para nuevos paradigmas
científico-éticos que construir.

Si durante la modernidad la primacía de las esferas del estado y del mercado, portadoras
de la promesa de la ciencia, la razón y la técnica en y sus formas jurídicas y monetarias
no han logrado resolver el dilema, que contrariamente a lo planteado por los neoliberales
no es más o menos estado para más o menos mercado, sino los problemas de la
comunidad ignorada sobre la cual juegan sus actores, la apuesta por desarrollar
comunidad puede ser la llave de un nudo que debe desatarse en el presente inmanente de
lo político y social contingente. “El espacio de la comunidad está constituido por las
relaciones sociales desarrolladas en torno a la producción y reproducción de territorios

156
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pág.104.

87
físicos y simbólicos y de identidades e identificaciones con respecto a orígenes y
destinos comunes”157 y es allí donde se requiere desplegar esfuerzos de construcción de
formas relacionales diferentes a las del contrato, del consumo, de la representación
política, de la cooptación de las organizaciones sociales. La generación de espacios de
realidad invisibilizados o por construir y articular, miradas nuevas y revisitadas,
pensamientos creadores no modernos, ni individualistas ni cercenadoras de las
subjetividades, con actores sociales emocionalmente competentes y articulados en el
ahora, es parte de la base de un principio tópico, u-tópico pero esencialmente hasta ahora
a-tópico pero posible.

Cambiar la interacción produce cambios de estadios continuos en una línea del tiempo
distinto del progreso lineal. La actualidad y la inmanencia de la interacción requiere
atención, voluntad de poder y producción de mecanismos adecuados, complejos en la
incertidumbre del ensayo y error, pero con certidumbre en las posibilidades de
interactuar. El discurso único del monismo moderno, acentuado por los discursos
postmodernos conservadores del fin de la historia, han ocultado por falseamiento de que
todo caos es terror y daño, que es el cambio lo que genera la subsistencia vital y no la
inmovilidad. La aplicación que hacen de la tecnología a la producción y consumo es la
mejor muestra de ello y es tiempo de aplicarlo también a la comunidad.

La interacción del encuentro en la esfera de la comunidad es el camino coherente con la


superación de la crisis del paradigma moderno. Es una regla de la biodiversidad que
entre los organismos “Cada encuentro va a gatillar un cambio estructural y, al mismo
tiempo, el medio va a cambiar según las incidencias del organismo en él. Ambos van a
cambiar y la estructura del medio también”158 y en una perspectiva por la bio-socio-

157
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pág. 316.
158
Maturana, Humberto; citado en Elizalde, Antonio. Desarrollo Humano y Ética para la
sustentabilidad”. Santiago. PNUMA- Universidad Bolivariana. 2003. Pág. 93. De hecho resulta muy
interesante reproducir el texto que sigue a dicha cita, que menciona respecto a la interacción que “si este
es un momento inicial que llamaremos “to” (tiempo cero) y hay un momento posterior que llamaremos “tn”
(tiempo..., muchas interacciones después), veremos que el ser vivo y sus circunstancias cambian juntos”.

88
diversidad ello debe tenerse en cuenta. Se trata de generar nuevas realidades levantando
“los topoi de la democracia, de la cooperación y de la comunidad efectivas” 159
generando no sólo discursos de cambio sino prácticas y metodologías para ese encuentro
y para la interacción creativa, “produciendo una convergencia de las prácticas
liberadoras como momentos constituyentes, buscando en ellas la realización de un
modelo de democracia, y por tanto de ciudadanía, de educación y formación
permanente, que reconozca el papel constituyente de la división y el conflicto”.160

En esa producción de modelos y metodologías que permitan hacer visibles las causas de
las insatisfacciones y conflictos, darles a éstos un sentido de aprendizaje, de
construcción de experiencias, de rescate de saberes que se reconstruyen y constituyen en
nuevas experiencias de aprendizaje y creación colectiva, que permitan hacer visible la
realidad, sus causas, responsabilidades y posibles cursos de salida hay que abocarse,
despensando y repensando las juridicidades y economías de lo social desde, en y para la
comunidad. Se trata de un horizonte de neoparadigma que no solo vale la pena sino que
se hace indispensable para un nuevo sentido común de la dignidad y de la
sustentabilidad de la vida humana y su riqueza frente a los sistemas que pretenden
reducir a los sujetos a una interfase del entorno de las comunicaciones del poder y las
finanzas.

159
De Sousa Santos, Boaventura. Crítica de la Razón Indolente. Contra el desperdicio de la experiencia.
Bilbao. Editorial Descleé de Brouwer, S.A. 2003. Pág. 383.
160
Aparicio Guadas, Pep. El camino de re/invención de la ciudadanía y la educación popular. En Polis,
Revista de la Universidad Bolivariana. Volumen 1, Nº 2. Santiago. Universidad Bolivariana. 2001. Pág.
33.

89
CAPITULO TERCERO.
DERECHO, INNOVACIÓN Y TRANSFORMACIÓN.

Ciencia, derecho y sujeto, vinculados por la razón, han sido los elementos centrales de la
sociedad moderna que occidente ha terminado, literalmente, imponiendo en todo el orbe
con la globalización. Ellos configuraron los modos de concebir, comprender y actuar de
los últimos siglos y por lo tanto, como pretendí ilustrar, es imposible imaginar nuevos
caminos de emancipación sin referirse al paradigma que ellas constituyeron. A su vez,
así como señalé que era posible esbozar datos de un nuevo paradigma emergente y en
pugna por su espacio de desarrollo, e intenté mostrar a través de un discurrir
metodológico cuales podrían ser algunos de sus elementos de constitución, señalé
igualmente que éste nuevo paradigma requería de enunciados y de prácticas que fueran
coherentes y productoras del mismo. Si es posible definir a la sociedad moderna como
una sociedad científica y jurídica, el cambio de paradigma pasa entonces por desatar
también el nudo que une a los elementos constitutivos y a sus representaciones y que
constituyen al paradigma en lo que Foucault denomina como episteme: deshacer el
juego de saber, verdad y poder de carácter monista que éstas constituyen. Mencioné
además que en ese proceso, en el concepto formal de lo jurídico había quedado oculto,
sumergido y desplazado el contenido político del derecho que se había mostrado en las
cartas de derechos de las revoluciones burguesas, que era necesario rescatarlo,
reasumirlo, incluso reinventarlo, de manera que la justicia, que corresponde a esa idea
retórico política del derecho adquiera preeminencia sobre el contenido formal de la
legitimidad; toda ves que la justicia, “en tanto que no es solo un co0ncepto jurídico o
político, abre al porvenir la transformación, el cambio o la refundación del derecho y de
la política”161

161
Derridá, Jacques. Fuerza de Ley. “El fundamento místico de la autoridad”. Madrid. Editorial Tecnos
(Gupo Anaya, S.A). 2002. Pág. 64.

90
De aquí en adelante abordaré específicamente el tema de lo jurídico, intentando
demostrar como las bases del nuevo paradigma emergente constituyen a su vez bases
para imaginar un derecho de nuevo tipo que supere el carácter normativo y formal del
derecho moderno, que se desplaza hacia la retórica, la justicia como noción política, las
necesidades humanas como indicadores y los sujetos concretos como actores. Se trata no
de una elaboración completa, pues esa es precisamente una de las pretensiones falaces
del derecho y la ciencia moderna, sino por el contrario, de elementos, conceptos,
nociones e instrumentos de construcción de un nuevo y distinto paradigma jurídico, que
parte precisamente por cuestionar el monismo y la pretensión de escribir una teoría
general y totalizante del derecho. Posteriormente, en los capítulos finales y retomando
todo lo anterior, propondré dos modelos de trabajo práctico, elaborados a partir de éstos
fundamentos jurídicos neoparadigmáticos, que buscan permitir obtener una mirada no
formal de los derechos y una apropiación y/o construcción efectiva de éstos más allá de
la formalidad.

Lo anterior adquiere, a mi entender, una importancia central incluso en una sociedad que
no pueda designarse como jurídica, ya que aun a pesar de la sustitución del Estado como
ocupante de tiempo completo del campo del derecho, por su especial carácter de política,
sentido y forma, lo jurídico continuará siendo un instrumento central en los espacios de
la retórica, la burocracia y el uso condicionado de la fuerza en su relación con los sujetos
sociales y sus derechos en tanto necesidades. Como bien lo señala Jesús de la Torre
Rangel “El Derecho constituye un saber y una práctica; como saber requiere de una
teoría del conocimiento, y como práctica una ética. Como creo y conozco actúo; como
concibo el Derecho, lo aplico”162, por lo que no es posible abandonar el campo del
derecho sin intentar pensarlo, emocionarlo y relacionarlo de una forma, a su vez,
diferente a como lo ha hecho el pensamiento jurídico moderno.

162
De la Torre Rangel, Jesús. Iusnaturalismo, Personalismo y Filosofía de la Liberación. Una visión
integradora. Sevilla. Editorial Mad. 2005. Pág. 39.

91
Siguiendo una misma línea de razonamiento con la hasta aquí usada para aproximarme a
los temas del paradigma moderno y el paradigma emergente, voy a abordar las
posibilidades de un nuevo derecho desde los siguientes tópicos que me parecen las líneas
gruesas de un debate en desarrollo incipiente pero indispensable, haciéndolo desde la
razón de la incertidumbre como fundamento epistemológico y de la acción; de allí
probablemente la falta de referencia a bibliografía suficiente que sustente en terceros
éstas propuestas:

a) La relación entre el Derecho y la ciencia.


b) Una concepción materialista y finalista del derecho.
c) Derecho, derechos y necesidades humanas.
d) Sujetos en el derecho y de los derechos.
e) El desplazamiento de los elementos del derecho desde el individuo, el patrimonio
y el contrato a las relaciones sociales
f) Operadores jurídicos y mecanismos de resolución de conflicto.
g) Estado, Derecho y Poder: fundamentos para un Estado de Derechos.
h) Relación e integración del derecho.
i) Derechos Humanos, acción constituyente y Justicia. De okupas a comunidad
jurídica.

La relación entre el derecho y la ciencia.

Aún a riesgo de no ser absolutamente riguroso en la terminología, pero con el objeto


de plantear una cuestión central, diré que no es lo mismo ciencia que conocimiento o
epistemología. Jugando todas en el ámbito de la percepción, la aprehensión y
acción/decisión sobre el entorno, la ciencia, es sobre todo, una forma de política en
tanto es una forma de producir verdad, imponerlo como saber, constituirlo en un
poder con capacidad de reproducción y de control de recursos. De esta forma
entonces, podemos decir que todo derecho y toda ciencia son una economía, es decir,

92
una forma de controlar, administrar y distribuir recursos. Si entendemos el derecho de
ésta forma, podemos considerarlo una ciencia, y decir entonces que la ciencia jurídica
es una forma específica de articular discursiva e instrumentalmente topois, recursos,
instituciones y sujetos sociales desde su propio centro discursivo. En ese sentido el
derecho, siguiendo los lineamientos del positivismo se ha constituido o
autodenominado como ciencia, en tanto se ha propuesto como productora de verdad y
de saber: verdad formal, que es, en la lógica interna de los juristas “el acuerdo o
conformidad del pensamiento consigo mismo, y que se expresa en la resolución de
los jueces como cosa juzgada, la cual dice Carnelutti que si no es verdad, vale como
si fuese verdad: res iudicata pro veritate habetur no quiere decir solamente que no es
verdad sino que vale como verdad”163

Sin embargo, desde el punto de vista de su relación con la sociedad el derecho ha sido
antes un instrumento de ingeniería social que una ciencia social o de interacción
social en perspectiva humanista, como han pretendido ser la antropología, la
sociología o la sicología, por nombrar algunas. Basta recordar al efecto la vocación
autoreferente y desconectada del entorno social que llevó a Kelsen a señalar que
entendía debía constituirse al derecho como una “ciencia que tenga por único objeto
al derecho e ignore todo lo que no responda estrictamente a su definición. El
principio fundamental de su método es, pues, eliminar de la ciencia del derecho todos
los elementos que le son extraños”164

A diferencia de ese modelo que establece como parámetro de perfección una


introspección cada vez mayor, una desafectación, una desvinculación total de la
materialidad, de las estructuras y de los factores de la subjetividad que construyen al
sujeto real, un nuevo concepto de ciencia jurídica debe apuntar no a la “pureza”
sino a la impureza, al diálogo, a la mixtura con puntos de vista múltiples y

163
De la Torre Rangel, Jesús. Obra citada. Pág. 32.
164
Kelsen, Hanz. Teoría pura del derecho. Buenos Aires. Eudeba. 1999. Pág. 19.

93
diferentes, a la integración con otras disciplinas, otros discursos, otros actores y
despliegues de subjetividad.

En un modelo de neo-ciencia que supere la lógica binaria, la fragmentación


disciplinar y que abandona la separación sujeto/objeto y razón/emoción, que sin
prescindir del rigor de la verificación se abra a una experimentación no totalmente
controlada, sino que postule y acepte navegar entre la complejidad y la incertidumbre,
un derecho de nuevo tipo tiene una posibilidad de jugar en el campo de esas ciencias
de un modo también distinto, en sus demarcaciones y en sus reglas. Así como
planteamos para la ciencia la superación de las ataduras de la concepción binaria y
fragmentada moderna, incorporando las subjetividades y experiencias no
sistematizadas a su acervo de conocimientos, el nuevo Derecho debe recoger también
esas perspectivas de superación de la modernidad, abriendo el sistema cerrado de
reglas que hasta ahora ha sido a una ampliación de la juridicidad más allá de la
normatividad y su aplicación institucional.

Esta nueva ciencia del derecho, reforzando el carácter esencialmente instrumental del
mismo, en vez de cerrarse a los discursos iniciados y sistematizados de los
especialistas debe abrirse a los saberes locales y populares, incorporándolos en una
doble perspectiva: primero, incorporando el sentido político y ético del derecho que
éstos sujetos portan, ya que se centran no en los aspectos formales del derecho sino
en la concreción de derechos como aspiraciones de dignidad, de manera que otorgan
al aspecto retórico y al discurso de justicia un sentido esencialmente social y de
redistribución de bienes y recursos, además de la búsqueda de reconocimiento de
éstos sujetos como sujetos de derechos efectivo. En segundo lugar, incorporando las
formas de producción de juridicidad por éstos actores a las formas tradicionales de lo
jurídico institucional, de manera de establecer no fuentes del derecho y actores únicos
sino un circuito de formas de producción y aplicación del derecho que deben
combinarse y articularse en torno a los conflictos que surgen y sus estrategias y

94
medios de resolución. Esta incorporación destruye el muro de separación entre sujeto
y objeto, vinculando holísticamente y religando al sujeto jurídico consigo mismo,
aceptando e incorporando la subjetividad en forma plena.

Abandonar el monismo discursivo y de fuentes y espacios jurídicos, pero también


abandonando la lógica binaria de razonamiento que se traduce en el derecho en el
principio de imputación. En efecto, un nuevo derecho debe intentar construir su
razonamiento y su legitimidad formal no solo sobre el principio de deber ser y la
obligatoriedad de cumplir con la misma por la amenaza del uso de la fuerza, sino que
debe ser capaz de crear un marco de convicción, imputación y legitimidad complejo,
que incorpore al juego de imputación obligación no la perspectiva ciega del
intercambio cerrado y trivial de la unidireccionalidad, sino ampliar las
consideraciones de obligatoriedad, responsabilidad y resolución de los asuntos. Una
perspectiva compleja del derecho debiera incorporar, al menos, a la imputación-
obligación, las nociones de responsabilidad y precaución, ampliando los momentos
de acción a un cuadrante de actuación que enmarque la conducta en una perspectiva
de tiempo más compleja que la acción puntual de cumplimiento, sino que prevea
responsabilidad y cuidado durante tiempos largos de contacto jurídico entre partes,
entorno, institucionalidad y recursos propios.

Las gráficas que a continuación acompaño pretenden mostrar el tipo de salto de


pensamiento complejo a que hago referencia. La primera refleja el tipo lineal simple
del principio de imputación, la segunda el tipo de pensamiento complejo que
imagino:
Principio de imputación.

Norma/deber ser. Conducta

95
Relación Compleja

Sujeto A Institucionalidad

Imputación responsabilidad

Precaución conducta
Entorno Sujeto B

De ésta forma, una nueva ciencia del derecho debe ser pluralista y dialogante, tanto en el
sentido interno de su disciplina como en el proceso de intercambio con los sujetos que
son, discursivamente usados como destinatarios de la operación jurídica. Como diría
Boaventura de Sousa Santos, habría que ampliar el espacio retórico, y agrego,
superponiéndolo tanto en el uso de topois en los campos de estrategias decisorios como
hacia el interior de los momentos de burocracia en cada uno de los espacios de
aplicación del derecho.

Una ciencia del derecho en éste sentido alberga un espacio inmenso de re-escrituración,
reinversión y redistribución.

Una concepción materialista y finalista del derecho.

Un nuevo derecho requiere a su vez transformar su carácter normativo y formalista a una


concepción materialista y finalista del derecho.

96
Producto de la evolución histórica que culmina con Kelsen y posteriormente los neo-
positivistas, el derecho fue concebido y reproducido esencialmente como norma, es decir
como juego de imputación producto de la forma histórica del Estado como uniproductor
del derecho y los ciudadanos como sujetos a quienes se les somete a una lógica de
obediencia obligatoria sustentada en el carácter formal de la institucionalidad jurídica.
Para poder obtener ese tratamiento, el derecho moderno se ha construido sobre una
doble abstracción, la de establecer sujetos formalmente iguales sin reconocer y resolver
acerca de las diferencias de situación social y de poder entre ellos; sustentando a su vez
la estructura burocrática en una legitimidad igualmente formal de validez de la norma y
sus efectos por adecuación a otra jerárquicamente superior y una aplicación también
formal de la misma, que cumple con la aplicación del derecho en tanto aplica la norma y
resuelve en base a los criterios procesales y sustantivos que ésta misma contiene, que al
no diferenciar convierte a la normatividad en formalidad y así sucesivamente en un
cierre tautológico de mensajes que excluye a los destinatarios del juego como de la
posibilidad de incorporar criterios distintos a esa razón a la que están obligados. Lo
anterior se traduce entonces en que el origen, proceso y fin del derecho encuentra
justificación en si mismo en tanto subsistema, excluyendo todo otro proceso
diferenciador en base a su especialización sistémica. Las preguntas acerca del contenido
ético, social y político del derecho entonces son dejadas fuera, naturalizando el tipo de
relaciones sociales que se encubren en la forma y en la norma.

Otras relaciones jurídicas en la sociedad requiere bases de planteamiento distintas, que


reduzca la forma a estructura discursiva sometida al uso de topois en una producción de
sentido no tautológica y que asigne a la norma el carácter de parámetros de asignación o
discusión según su espacio social y/o institucional de uso.

El derecho, en tanto que escenario de poder y de saber continuará siendo una forma de
producción de verdad, esa mirada compleja abarcará también nuevas formas de
producción de verdades complejas y múltiples. “La ideología legalista como expresión

97
del formalismo y de la concepción formal de justicia en cuanto creencia de que la verdad
se encuentra en la ley, plantea en el fondo un falso criterio de construcción de
verdades”165, toda vez que excluye a los actores y destinatarios del proceso jurídico
transformándolos de sujetos de derecho en objetos de norma. “La comunidad como
sujeto de construcción de verdad, a partir de sus propias prácticas y saberes queda por
una parte substituida por este modelo de representación legal, y por la otra, desprovista
de capacidad para reconocerle validez de verdad a sus propias realidades.”166

Si el derecho pretende servir de instrumento social a la construcción de derechos y


responder a su aspecto político retórico y no formal naturalista centrado en el derecho de
propiedad como fin orientador de la normatividad y la formalidad, debe mutar no solo de
formas e instrumentalidades, sino esencialmente de sentido. Ello lleva a señalar a un
nuevo derecho en una perspectiva materialista y finalista.

El carácter materialista del derecho que denoto, queda representado por el abandono del
formalismo como criterio de entrada y salida del procesamiento del fenómeno jurídico y
el requerimiento a éste instrumento por la comunidad, y su substitución por una
consideración radical y permanente de la situación material de posesión o carencia de los
derechos que están en disputa y sometidos a discusión. Lo anterior, es cierto, que es
complejo, pero obliga a transformar los derechos que se enuncian en un producto no
formal sino medible, para lo cual deben considerarse indicadores de concreción para
cada uno de ellos, cosa que ya se hace en otras disciplinas de intervención social. El
reconocer que el derecho y los derechos que éste contiene se traducen en condiciones
concretas y apreciables, medibles, cognoscibles en cuanto a la posición y dispocisión
social a su respecto de los sujetos y de los bienes y relaciones que los permiten u

165
Jacques Parraguez, Manuel. Derechos y necesidades humanas fundamentales: un nuevo enfoque de lo
jurídico. En “Las Nuevas utopías de la diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible.”. Santiago de Chile.
Editorial Universidad Bolivariana. 2003. Pág. 258.
166
Jacques Parraguez, Manuel. Obra citada. Pág. 258.

98
obstaculizan, significa transformar al derecho en una ciencia de contenido real y material
y no en enunciados inmodificables.

De la misma forma, superar la formalidad implica dotar al derecho de un sentido


finalista más allá de la reproducción de la forma y con ella del criterio de posesión como
definición de cada sujeto y sus relaciones sociales. “Una concepción finalista de
entender el derecho como instrumento que tiene por fin último y bien jurídico proteger
al hombre y la satisfacción de sus necesidades fundamentales, comprendidas éstas en un
sentido amplio y alternativo del otro desarrollo. Orientando su aplicación a posibilitar su
cumplimiento, generando estados de conflicto con el sistema político institucional
jurídico, social, económico y normativo vigente de insatisfacción” 167 en tanto significa
mantener posiciones de distribución negativa o inmovilizadas para capas completas de la
población.

Derecho, derechos y necesidades humanas.

En esta concepción materialista y finalista del Derecho, el papel de éste muta de un


carácter conservador a uno integrador y transformador de los vínculos sociales,
replanteando permanentemente la relación entre medios y fines, entre derechos y
necesidades. “Desde éste punto de vista de valoración del derecho, la satisfacción de las
necesidades humanas fundamentales pasan a constituirse en el supremo bien jurídico
protegido, al cual deben ordenarse los sistemas jurídicos y el conjunto de normas” 168.

Sin embargo, habiendo definido el derecho como una economía, habiendo planteado el
problema de la finalidad en la esfera de la materialidad, pensar un otro derecho posible

167
Jacques Parraguez, Manuel. Una concepción metodológica del uso alternativo del derecho. En “El
Otro Derecho”. Nº 1. Bogotá. ILSA. 1988. Pág. 32.
168
Jacques Parraguez, Manuel. Derechos y necesidades humanas fundamentales: un nuevo enfoque de lo
jurídico. En “Las Nuevas utopías de la diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible.”. Santiago de Chile.
Editorial Universidad Bolivariana. 2003. Pág. 268.

99
implica plantearse el problema de las necesidades humanas como eje de orden de ésta
discusión y de la afectación del derecho a ese fin descrito, su satisfacción, a lo menos
respecto de las necesidades humanas fundamentales.

Para el modelo liberal-normativo-formal, en tanto perspectiva mecanicista y positivista


de los bienes, la economía es una disposición y control de recursos específica: una
economía como una política de administración de la escasez de los bienes y una forma
de circulación de éstos basada en su apropiación exclusiva y su intercambio comercial a
partir de un valor de cambio. Las necesidades entonces son infinitas y los satisfactores
escasos. Todo resulta así coherente a su propio discurso y a su política de poder centrada
en el patrimonio. La relación entre necesidades múltiples y bienes restringidos construye
un régimen de atribución y distribución de bienes y recursos a partir del mínimo común
múltiple que produce y reproduce ese orden en una agregación lineal, el individuo; a
éste es necesario asegurar posesión y apropiación de los bienes y del lucro en la
circulación de los bienes. Todo el sistema de satisfacción se orienta a éste individuo y su
propiedad sobre las cosas “sin respecto a determinada persona” 169. De ésta forma, toda
necesidad es una necesidad individual que debe satisfacerse de igual forma, que se
superpone a otras de idéntico sentido, que se satisfacen en el espacio del mercado
mediante el acceso a bienes cuyo intercambio se accede a través del contrato como
forma de intercambio y relación. Toda necesidad requiere entonces de un bien a su vez
individualizado, determinado o determinable, escaso y sometido a oferta y demanda
entre sujetos teóricamente iguales en su capacidad de acceso al mismo. Desde el punto
de vista formal del derecho, el instrumento de pacto entre iguales que es el contrato
aparentemente satisface esa necesidad de intercambio; sin embargo al ser intercambiadas
bajo la forma dinero se pierde esa igualdad y somete la adquisición de los bienes, y por
lo tanto la satisfacción de las necesidades, a la pre-existencia de éste otro bien que es la
moneda, ordenando y reordenando los tiempos de satisfacción de las necesidades hasta
la obtención del dinero suficiente para cubrir su adquisición en el mercado; el contarto

169
Artículo 577 del Código Civil Chileno: “Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a
determinada persona”

100
pospone su actualidad formal a la eventualidad material. Como puede verse entonces, el
sistema de normas y formalidad no solo sirve a ese propósito, sino que lo construye y
constituye.

Pensar otro derecho implica entonces plantearse una forma de lo jurídico que contemple
otra relación entre sujetos, bienes, recursos y necesidades humanas, lo que significa a su
vez preguntarse sobre éstas en un sentido distinto, más amplio que los sistemas
monetaristas de intercambio como única expresión de acceso. Conviene entonces revisar
como se forma ese proceso de las necesidades, cuales son los bienes y satisfactores y
cual es el tipo de relación que puede proponerse como diferente a la forma contrato para
intentar construir un sistema jurídico que, recogiendo las formas, adquiera expresiones
distintas.

El problema de las necesidades entonces dice directa relación con la carencia de objetos
que respondan a esa necesidad, pero también con la forma con que es percibida esa
carencia y con la forma de lograr cubrir esa carencia. Al respecto resulta exremadamente
útil tener presente lo que desde el psicoanálisis señalaba Lacán al respecto, que si bien
está referido al significante del falo, al ser propuesto a las carencias de objeto materiales,
permite entender el proceso de esa carencia y a las formas de enfrentar el asunto.

La carencia que podemos denominar necesidad dice relación, aunque en diferente


relación, con la falta de objeto, que puede manifestarse de tres modos específicos: la
frustración, la privación y la castración.

“La frustración es el campo por excelencia de la reivindicación, .... en la frustración la


falta es un daño imaginario”170 que tiene como fin un objeto absolutamente real que no
se concretiza ni llega a hacerlo, “el objeto de la frustración es absolutamente real” 171.
Esto es lo que a ocurrido con una concepción en que los derechos son discursivamente
170
Dor Joël. Introducción a la lectura de Lacan. El inconsciente estructurado como lenguaje. Barcelona.
Editorial Gedisa S.A. 2000. Pág. 96.
171
Dor, Joel. Obra citada. Pág. 96.

101
reivindicables y deseables, la función simbólica del derecho, pero que al estar mediados
y alienados por y en la formalidad, pero sujetos a una concreción en que el acceso o no
es igual o simplemente es imposible al objeto por falta de otro objeto previo, el dinero,
provoca ese estado de insatisfacción frustrante.

En la privación en cambio, “lo real es la falta... Pero el objeto de la privación es un


objeto simbólico”172, que es lo que ocurre con la otra faceta del derecho y los bienes;
siendo la carencia de bienes un hecho real, lo que se manifiesta como problema para su
acceso es precisamente eso, la forma como se reclaman y se logra, procesalmente
hablando, una vía eficaz para garantizar la satisfacción de los derechos. En esta faceta
procesal e instrumental a la vez, se produce un desplazamiento de la carencia efectiva
hacia una suerte de doble privación, ya que en el enunciado formal del derecho, la falta
de vía instrumental de satisfacción significa no solo la falta de esa vía sino además la
imposibilidad de establecer una vía institucional de obtención del derecho.

La castración en cambio, en la formula lacaniana, una deuda simbólica, “el objeto


faltante es absolutamente imaginario y en ningún caso puede tratarse de un objeto
real”173, que dicho en breve corresponde a la enunciación misma de los derechos como
parte del sistema jurídico, que ideológica y simbólicamente parecen presentes y que sin
embargo quedan sometidos a meros enunciados que generan la ilusión de algo que se
pretende pero que sin embargo no queda al alcance. Normalmente se piensa que los
tribunales aplican justicia cuando en realidad administran procesos y generan dolorosos
procesos de ausencia de satisfacción y sensación de perdida a pesar de haber
“ganado”174.

172
Dor, Joel. Obra citada. Pág.96.
173
Dor, Joel. Obra citada. Pág.96.
174
Pensemos derechamente en lo que sucede con los trabajadores que han sido despedidos
injustificadamente de sus trabajos. Aun cuando en definitiva obtengan una indemnización por sus años de
trabajo, la sensación de injusticia es irrecuperable a pesar de haber “obtenido en juicio”.

102
Miremos el siguiente esquema, basado en lo que los psicoanalistas denominan “esquema
mnemotécnico de Jean Oury” de como juegan estas situaciones, tal como lo acabamos
de señalar, frente a la relación necesidad-carencia-objeto, para comprenderlo de mejor
manera:

P: privación S: simbólico
C: castración I: Imaginario
F: frustración R: real

S
fa l
ta

P C

objeto objeto
falta

I
R objeto
a
falt

Tener presente ese juego de relaciones puede significar la formulación de expresiones


distintas de las funciones que hemos mencionado para el derecho: simbólica,
instrumental, procesal e ideológica.

Pero hay que detenerse además en lo que hemos denominado “objeto” y que en el
esquema liberal de relaciones objeto/necesidad es asociado inmediatamente a bienes. La
noción de objeto del modelo psicoanalítico que parafraseo corresponde, en verdad, a lo

103
que conocemos como “satisfactores de las necesidades” y que en la época de la
reificación de los derechos corresponde a los bienes, pero que pueden ser bienes,
relaciones de intercambio, de sentido, de significado o de interacción, u otros recursos
no necesaria, o al menos no esencialmente patrimoniales.

Requerimos entonces de la misma forma que atender al objeto y las carencias, atender al
problema de los satisfactores de las necesidades.

Una perspectiva de éste tipo, y a la que en términos generales adhiero, es la planteada


por Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martín Openhayn en sus textos de fines de
los años ochenta del siglo veinte, sobre Desarrollo a Escala Humana175, en donde
intentaban pensar esa relación desde una lógica contraria a aquella que señala que las
necesidades son infinitas, diciendo que en verdad son determinadas y acotadas en
número, y que lo que se multiplica y varía son los satisfactores. Según una doble
ordenación de los criterios existenciales y ontológicos, las necesidades pueden reducirse
a las necesidades de ser, tener, hacer y estar por una parte y a las de subsistencia,
176
protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad . De ésta
forma, en la articulación de ambos criterios son los diversos tipos de satisfactores los
que varían cultural e históricamente, y no las necesidades, de manera que teniendo
presente la constancia de las necesidades, hay que atender a la forma de relacionar y
construir satisfactores en cada momento, ya que la forma de ellos dará por resultado una
determinada forma de enfrentar las necesidades humanas y un cierto modelo de
desarrollo. La atención a los satisfactores es esencial, toda vez que no todos tienen ni la
misma magnitud, ni el mismo efecto. No todos los satisfactores producen el mismo
resultado, ya que unos son satisfactores sinérgicos177, como la democracia formal o la

175
Desarrollo a Escala Humana. Ediciones Cepaur. Santiago. 1988. (En lo sucesivo se citará la edición de
1993. Editorial Nordan-Comunidad., obtenida de www.userena.cl/contenido/fh/manfred/htlm).
176
Ibid. Pagina 27.
177
“Los satisfactores sinérgicos son aquellos que por la forma como satisfacen una necesidad
determinada, estimulan y contribuyen a la satisfacción simultánea de otras necesidades. Su principal
atributo es el de ser contrahegemónicos en el sentido de que se revierten racionalidades dominantes tales
como las de competencia y coacción.”. Obra citada. Pagina. 31.

104
organización, que inciden de manera activa en la necesidad de participación, y otros solo
producen una pseudos satisfacción (como la prostitución respecto del afecto por
ejemplo 178) o generan efectos destructivos y no reproductivos, y que se deben preferir
aquellos que generen solución coherente y sinérgica, es decir que permitan un desarrollo
coherente y reproductivo de las condiciones de vida.

Tenemos entonces que en el esquema propuesto podría conceptualizarse en vez de


objeto los satisfactores, para intentar de esa forma rearticular el juego de necesidades y
derechos, creando ante que objetos y bienes, relaciones e interdependencias que
movilicen la carencia desde la castración, al constituirse un derecho de carácter material
y no simbólico, hacia la resolución de las situaciones de privación, evitando la
frustración. Así, modificando el esquema mnemotécnico seguido, podemos entender que
el verdadero problema está en la solución de la privación, lo que profundizado por la
aporía vivencial que provoca la esperanza en la “justicia formal” coloca como un
segundo problema presente a la par que la privación el de la frustración, obligando
entonces a pensar en instrumentos y procedimientos que no creen falsas expectativas
sino que indiquen que lo que está en juego es una determinada posibilidad de solución,
en una determinada orientación, y no un esquema imaginario previo que, bajo la forma
del liberalismo, resulta ser en verdad no imaginario sino ideología de propiedad.

Modifiquemos un poco entonces el esquema para presentar esto que estoy diciendo y la
forma como pueden ordenarse y reemplazarse los vectores en juego:

P: privación S: simbólico
C: castración I: Imaginario
F: frustración R: real

178
Ibid. Pag. 30.

105
S

P C
satisfactor
satisfactor
n
participació

necesidades

I
R satisfactor
n
ció
ica
ind
rev

El contendido de ideológico del derecho que propongo, no puede ser únicamente la


propiedad privada como relación privilegiada, sino el contenido en una era post-
moderna179, debe ser necesariamente la satisfacción de las necesidades. El contenido
simbólico entonces debe ser la materialidad de los bienes jurídicos y no su formalidad.
El contenido instrumental debe orientarse a construir esa materialidad y a privilegiar la
protección de los bienes jurídicos colectivos por sobre los individuales, sin perjuicio de
adoptar mecanismos para evitar que estos sean subsumidos a la inversa que en el modelo
actual; pero a su vez abriendo espacios comunitarios y globales que rompan la tensión
colectivo individual. La función procesal se constituye entonces a su vez en una función
en que el conflicto se centra no ya en el conflicto legal sino en uno mucho más amplio.

Como bien señala Manuel Jacques, lo anterior incide en el tipo de conflictos a resolver
en cada escenario, ya que resultan distintos en un sistema normativo formal que en uno
finalista orientado a la satisfacción de las necesidades humanas en su concreción
material. “Visualizado el Derechos desde este enfoque abierto a la sociedad real, el

179
En el sentido de estar habitada por un paradigma no moderno, no en el sentido sistémico o lyotardiano
del termino.

106
conflicto jurídico no solamente se establecerá con la estructura legal-institucional, sino
también con las estructuras económicas, políticas y sociales”180. El campo de lo jurídico,
que en la modernidad abarcaba en su función de control y disciplinamiento a toda la
sociedad pero que solo era admitido a discusión e implementación en tanto tuviese por
centro la propiedad privada y la mantención de un régimen que permitiese su
apropiación y circulación entre los propietarios, como símbolo y garantía de su libertad,
se plantea entonces alcanzar ahora a todos los campos, a todos los dispositivos y a todas
las esferas de producción de poder, intercambio, participación y sus economías.

El objetivo de éste derecho que busca la satisfacción de las necesidades no es entonces el


control, la represión o la disolución del conflicto, sino su resolución en procesos
sinérgicos de integración y participación de los actores, que en las estructuras
económicas resuelva la cuestión “de la concepción, control y distribución de los bienes”,
y en el nivel de las estructuras políticas y sociales “en torno al problema de como se
genera y distribuye el poder en la sociedad”.

La pregunta para el derecho entonces no es como deben adjudicarse, protegerse o


revindicarse los bienes, en que medida se tiene “facultad y disposición” sobre ellos y el
acceso a éstos mismos y sus frutos, a cambio de otros que tengan poder liberatorio para
su adquisición, sino que el problema de las necesidades se conceptuará de una forma
mucho más amplia, acerca de quien, como y donde deben satisfacerse estas necesidades.

En consecuencia, un nuevo derecho posible, en la pregunta sobre carencias, necesidades


y objetos, desplaza estos últimos hacia la pregunta por los satisfactores, a lo que me
referiré a su vez en la forma de enfrentar y resolver los conflictos.

Para este nuevo Derecho, las necesidades humanas no son determinables, en cuanto a su
posibilidad y grado de satisfacción, en forma previa, abstracta y universal, así como
180
Jacques Parraguez, Manuel. Derechos y necesidades humanas fundamentales: un nuevo enfoque de lo
jurídico. En “Las Nuevas utopías de la diversidad. Lo deseable vuelve a ser posible.”. Santiago de Chile.
Editorial Universidad Bolivariana. 2003. Pág. 266.

107
tampoco operan exclusivamente en un nivel individual de concurrencia contractual, ni su
agregación de individualidades producirá un bienestar social por deriva natural. La
satisfacción de las necesidades humanas es algo que debe observarse, juzgarse y
construirse a partir de su actualidad inmanente y material, teniendo presente que ellas
dependen esencialmente de la forma de producción y distribución de riqueza a partir del
trabajo humano, como un acto de acoplamiento solidario y no egoísta destructivo. Los
satisfactores de esas necesidades existencial y antológicamente determinadas hacia la
reproducción solidaria requiere generar, reordenar y articular los satisfactores también
de una manera solidaria, que produzca entornos ecológicamente adecuados para los
acoplamientos entre individuos y no la destrucción de los mismos, de manera que su
practica, distribución y redistribución provoque sinergia económica y social y por lo
tanto una satisfacción colectiva potenciadora de nuevos y repetidos encuentros.

Lo anterior implica operar también desde el espacio del lenguaje, reajustando y


resignificando los campos de producción de la vida individual y social. Así, el espacio
de los requerimientos mínimos para la subsistencia no pueden ni deben ser tratados
como fenómenos culturales de la economía y el derecho sino como atribuciones
biológicamente necesarias, en los que la comida, los espacios de habitación o de entorno
de afectividad personal básicas (vivienda, espacios geográficos próximos, etc.)
corresponden a una garantía mínima que debe orientar toda organización social, y solo
los saldos cualitativos posteriores pueden ser objeto de administración o adjudicación.

Solo concibiendo entonces las necesidades desde lo múltiple, lo plural, lo complejo y lo


incierto y posible de construir nuevas relaciones sociales y estructurales es posible llenar
el vacío de la privación, ajustando las expectativas de las respuestas jurídicas a partir de
la pregunta misma, disminuyendo la frustración y generando un sentido ideológico,
simbólico y semiótico del derecho que impida la castración de la dignidad humana y su
alienación en la propiedad.

108
Sujetos en el derecho y de los derechos.

Pero el monismo que llena el derecho surgido en la modernidad no es solo


epistemológico (ciencia igual verdad) e ideológico (derecho igual propiedad) sino
también axiológico, en el sentido que todo el sistema jurídico está concebido a partir de
la existencia y praxis de un solo tipo de sujeto, el individuo, que es en verdad individuo
propietario, toda vez que el derecho personal es esencialmente el derecho de las cosas.
Todo cuadra absolutamente en cuanto a una concepción monista que pone a los sujetos
no en relación entre ellos sino entre ellos y las cosas y respecto de las instituciones,
frente a ellas (principio de imputación). El sujeto todopoderosos de la modernidad queda
en verdad segmentado, parcializado, reducido al uno y sus cosas, lo que es a la vez
plenamente coherente con las bases paradigmáticas, pero paradojal respecto del
protagonismo que le fue conferido: “la potencia del sujeto, que se despliega pensándose
a si mismo como universal, es al mismo tiempo su reducción en cuanto individuo
particular a objeto de la representación; la capacidad de pensar la universalidad como
abstracción, como orden construido, a partir de una concepción del hombre como
individuo privado y aislado”.181

El prisma mismo entonces como se mira y concibe al sujeto constitutivo de la sociedad


impone un sesgo, una determinada forma de concebir esta sociedad como agregación
simple de unidades. Toda colectividad, toda comunidad, toda agregación de intereses, de
necesidades y de formas de relación que no sea ésta base uniconstitutiva de lo jurídico
es, no solo mirada con sospecha y tratada con vocación de transitoriedad y supresión,
sino que en definitiva obviada a partir de la construcción de otras abstracciones aún más
vacías que la noción de sujeto, que mediada en las cosas alcanza al menos algún tipo de
materialidad en determinadas circunstancias. Las nociones de ciudadanía, es decir los
pertenecientes a la ciudad como unidad de agregación sin delimitar, que posibilita

181
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pág. 123.

109
unidad política182 pero no entidad jurídica; al igual que la expresión más actual de
“Sociedad Civil”, ambas constituyen en definitiva una abstracción, valga el juego de
palabras, aun más abstracta, que diluye todo acceso y ejercicio de derechos más allá del
individuo.

En ésta creación de la modernidad liberal, entre el sujeto individual como origen y fin
de lo social y el Estado como guardián de esa libertad, todo intermediario acaba
siendo una ilusión, un banco de niebla en que se difuminan las necesidades, intereses
y derechos colectivos, grupales, identitarios, comunitarios. De hecho, cuando se les
hace un lugar a éstas denominaciones de agregación de individuos, dicen lugar con
fines y funcionalidades para esa lógica individual de reproducción del capital: lo que
se denomina ciudadanía deviene en votantes y la sociedad civil en la externalización a
privados de funciones estatales y en el privilegio de grupos intermedios que son, en
verdad, empresas privadas.

Un nuevo derecho requiere repensar y re fundar estas nociones del sujeto, dando
cabida a los sujetos colectivos, sus necesidades y sus potencialidades, además de
repensar al propio sujeto individual más allá de su individualidad, potenciando y
conectando su subjetividad. “La intersubjetividad es condición para que el ser
humano llegue a ser sujeto”183, por lo que pensar en religar y construir no solo
subjetividad individual sino esa intersubjetividad que conecta, que vincula e identifica
a los sujetos en la relación con los demás, en sus necesidades pero también en sus
responsabilidades comunes, es un desafío de todo proyecto de derecho que se
pretenda distinto al proyecto liberal moderno.

182
Al respecto puede verse “Sennett Richard. El declive del hombre público. Ediciones Península.
Barcelona. 2002. Especialmente el capítulo 10.
183
Hinkelammert, Franz . La vuelta del sujeto humano reprimido frente a la estrategia de la
globalización. El vuelo de Anteo. Derechos Humanos y Crítica de la razón liberal. Editorial Desclée de
Brouwer, S.A. Bilbao. 2000. Pág. 211.

110
La individuación atomizada y autista que se ha impuesto es la que produce esa
paradoja del sujeto de que antes hable, siguiendo a Barcellona, toda vez que en
definitiva la individuación deviene en anulación y disolución en una masa anónima,
no vinculada por identidades, necesidades o responsabilidades colectivas que los
vinculan a pesar de ser “extraños” entre ellos en el espacio social, sino en la lógica
numérica del consumo construido sobre la manipulación de los deseos y las
necesidades. Como lo señala el mismo Barcellona “La lógica de la cantidad, la
prevalencia de los números, la carrera desenfrenada hacia la cantidad: ése es el
mundo del consumo de masas. Pero como las cantidades no identifican, el sistema
nos devuelve un individualismo débil” 184.

La construcción de individualidades capaces de potenciarse pero sobre todo de


encontrarse es una base imprescindible de un nuevo derecho. Ser extraño no es lo
mismo que ser ajenos. Una nueva antropología no individualista, aislada ni egoísta
requiere volver a establecer el centro de la posición inicial de nuestra concepción
antropológica, así como el lugar desde y hacia donde se tejen los nexos de encuentro
social y políticos, y por lo mismo jurídicos. En la antropología liberal el punto de
partida y de llegada es cada individuo, de manera absolutamente independiente entre
sí, privilegiándose formas de relación que mantuviesen ese aislamiento, ese punto de
contacto mínimo que no fuese invasivo de la autonomía; pero que al quedar reducido
a un intercambio simple, binominal y desapegado, provocaba dos efectos que en
definitiva determinan el uso que se da al derecho en la arquitectura social: por un lado
esa libertad garantizada institucionalmente queda reservada a quienes poseen
capacidad de pago con que sustentar su autonomía; segundo, las relaciones uno a uno
determinan un sistema de integración y responsabilidades que queda delimitado en lo
que en derecho civil se conoce como prestaciones mutuas, en que toda
interdependencia implica cumplimiento o morosidad recíproca, sin importar las
consecuencias para el entorno bio-psico-social.

184
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pág. 134.

111
La construcción de una nueva antropología jurídica neoparadigmática requiere pensar
formas no de eliminar sino de mantener la subjetividad individual, pero colocándola
en perspectiva de intersubjetividad, lo que significa privilegiar espacios sociales e
instrumentos que propendan a esa conectividad. Espacios de identificación colectiva a
pesar de la extrañitud, como las comunidades, los barrios, las localidades y lugares de
construcción de satisfactores colectivos para necesidades colectivas deben ser
privilegiados para la adquisición y distribución de bienes y servicios, para la
definición de entornos de precaución y de responsabilidad.

La pertenencia a espacios sociales concretos con explicitación de ser allí y no en el


individuo cerrado con lazos de interdependencia simple donde se satisfacen las
necesidades colectivas que sinergian las individuales. Frente al principio de
imputación simple de lo normativo, de interpelación individual de los sujetos y de
adhesión a marcos cerrados de construcción y resolución de conflictos, hay que
inventar nuevas reglas del juego de agregación simple y potencialidad colectiva, a la
manera de las ya existentes acciones colectivas en materia de derechos del consumo
por ejemplo, pero ampliándolas de la resolución a la prevención y adelantando
también esos mecanismos al momento previo de suscripción del marco jurídico; o a la
manera de la comunicación por messenger (MSM) a través de Internet, que permite
agregarse, a una misma vía de comunicación, de a uno, pero a su vez establecer redes
de comunicación susceptibles de integrar desde un o más centros de acuerdo a los
intereses y necesidades a enfrentar y construir mecanismos de interacción
permanente. Se abre aquí un nuevo campo para pensar la regulación por interacción
para los juristas, las instituciones y los resolutores procesales (jueces, árbitros,
mediadores, comisiones de negociación y formulación de propuestas diferentes a las
barajadas por las partes pero con integración de sus representantes, etc).

112
Se trata de recuperar una potencialidad que el derecho alguna vez tuvo como
integrador y articulador social y que hoy en la sociedad ciberespacial se establecen
ejemplos posibles de adaptar a la sociedad real, aprovechando la calidad instrumental
de lo jurídico a la manera de la web. Cuando Martín Hopenhayn sostiene que
“Resulta curioso que el mismo instrumento _Internet- pueda operar como soporte
técnico del proceso de liberalización económica y como multiplicador del capital
social”185 podemos decir que ese rol ya lo tuvo el derecho, el que ha agotado sus
formas, pero que puede aprender y aprehender de éste espacio para la reconstrucción
de lo social comunitario.

Pero también se requiere pensar en otros sujetos jurídicos distintos al sujeto


puramente individual, reconociéndolos, incentivándolos, privilegiándolos y
levantando el régimen de sospecha y transitoriedad que las legislaciones liberales les
han colocado. ¿Cuales podrían ser éstos nuevos sujetos del derecho que requieren no
más solo enfrentamiento y procesamiento de los conflictos que plantean,
disminuyendo las tensiones al orden del capital, sino dotándolos de subjetividad
jurídica?.

Al contrario de lo que se nos ha dicho hasta ahora, las colectividades no son difusas
ni en sus identidades, ni en sus necesidades ni en sus intereses, sino que pueden
identificarse con tanta o mayor nitidez que la abstracción formal del sujeto
jurídico (¿que diantre186 es un pater familia?). Como lo señaló Antonio Carlos
Wolkmer, al referirse a sujetos colectivos se hace referencia a “aqueles estratos
sociais participativos y geradores de producción jurídica, dando forma e priorizando o
que se convenciona chamar “novos movimientos sociais” (ainda que nâo se reduza

185
Hopenhayn, Martín. América Latina desigual y descentrada. Buenos Aires. Grupo Editorial Norma.
2005. Pág. 119.
186
Uso la expresión en el sentido de sorpresa de la incógnita pero también en su acepción de demonio.

113
única e tâo-somemnte aos mesmos)”187 y esos sujetos colectivos188 no son abstractos
sino “entes” concretos, ubicables, determinables, reconocibles y articulables. Una
comunidad étnica o socio-geográfica, una localidad, villorrio o poblado, un sector
barrial, un grupo de identidad subjetiva (genero, jóvenes, varones, gay, etc), un
movimiento social son grupos absolutamente determinados e incluso posibles de
individualizar miembro a miembro, como ocurre con los Sindicatos en las
negociaciones colectivas, en cuanto a sus delimitaciones, sus necesidades, sus
requerimientos, sus formas internas de gestión, administración, toma de decisiones y
resolución de conflictos. Existen suficientes ejemplos de antropología jurídica, étnica
y de movimientos sociales que, escapando por su especificidad pero también pos su
tratamiento a éste trabajo, permiten dar razón de ello.

El problema entonces no es de existencia o verificación. Es cierto que éstos poseen


una densidad y una complejidad de estructuración y tratamiento mayor que el sujeto
individual, pero no por eso dejan de existir ni de actuar. La lógica con que se les
acoge y trata hace la diferencia. Pensar la sociedad jurídica a la manera del pluralismo
jurídico abre posibilidades para recuperar y potenciar el rol integrador del derecho en
tanto instrumento. La cuestión no es de existencia sino de herramientas acordes, que
requieren pensarlas desde una lógica del pluralismo y no del monismo. Para aumentar
el grado de conocimiento de éstos y su determinación y forma de tratamiento y
procesamiento de sus conflictos e intereses, es posible establecer campos de
visualización para ellos, espacios de concentración espacial y simbólica y de
delimitación de identidades, a la manera que pretende hacerlo la geografía humana o
como lo hace Boaventura de Sousa Santos cuando elabora mapas de estructura-

187
Wolkmer, Antonio Carlos. Pluralismo Jurídico. Fundamentos de uma nova cultura no direito. Brasil.
Editora Alfa-Omega. 1994. Pág. 210. El texto traducido señala: aquellos estratos participativos y
generadores de producción jurídica, dando forma y priorizando lo que se ha convenido en llamar como
“nuevos movimientos sociales” (aun cuando no se reducen únicamente a éstos).
188
Nuevos en tanto portadores de futuro y colectivos en cuanto rompen con la lógica del subjetivismo
kantiano. Ver Wolkmer, Antonio Carlos. Obra citada. Pág. 211 y 212.

114
acción de las sociedades capitalistas a nivel mundial, reconociendo espacios sociales
que van desde el espacio doméstico al espacio mundial. 189

Las posibilidades de percibirlo, mirarlo, pensarlo e interactuar existen. Se requieren a


su vez para ello pensadores de lo plural, herramientas para el pluralismo y operadores
jurídicos ideológica y factualmente a su vez pluralistas.

El desplazamiento de los elementos del derecho desde el individuo, el


patrimonio y el contrato a las relaciones sociales.

¿Como efectuar entonces la relación, el intercambio y el debate retórico en éste


nuevo derecho?

Hasta ahora el derecho se ha construido sobre el criterio de la norma, los derechos


formales de base patrimonial y de atribución exclusiva y excluyente y el individuo
atomizado en relaciones pareadas. De éste modo toda la relación jurídica ha sido
construida, a la manera sistémica, de forma cerrada entre flujos individuales y
patrimoniales conectados por la imputación obligatoria de la norma o del contrato,
excluyendo todo entorno social y/o funcionalizandolo a la misma lógica. De hecho,
en los modelos de seguridad social de aportes compartidos, el esfuerzo queda
sometido a la fragilidad de la insustentabilidad financiera precisamente por que
intenta abrirse a fenómenos colectivos sobre una base, una red de intercambio y un
sentido de funcionamiento absolutamente individual. Mientras todo tiende el ego-yo-
istmo del consumo, la acumulación y la exclusión, los intentos de solidaridad que no
contraponen a su vez lógicas distintas y formas de interacción e intercambio distintas
pero flexibles para controlar el problema de la acumulación del valor capital en el

189
Al respecto puede verse lo trabajado por santos en “Estado Derecho y Luchas Sociales. ILSA. 1991” o
en “Crítica de la Razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia. Volumen I. Desclée. 2000”.

115
exterior del sistema y no en su interior, preservando el valor social, terminan
colapsando por inadecuación.

La construcción de nuevas formas de inter-relación, pero además pro elaborar formas


de interpenetración y de intercambio equivalente, que se formulen en la lógica de lo
colectivo, en el sentido de la comunidad y en la perspectiva de las necesidades
humanas como esfuerzos sociales y no individuales, requiere articular los espacios,
los centros de equilibrio del sistema y las orientaciones de disposición de los recursos
de una manera nueva a la que hasta ahora se ha hecho sobre el centro del individuo, el
espacio de la iniciativa individual y la retirada del estado como espacio de coherencia
comunitario y el patrón de los bienes como indicador de intereses, necesidades y
satisfacción.

Si bien ésta discusión requiere a su vez re-plantear el tema del Estado, la transferencia
y la concentración de poderes y facultades y la noción formal del Estado de Derecho,
me parece que una nueva forma de interrelación entre los sujetos, individuales y
colectivos, más allá del contrato y la apropiación, puede hacerse a lo menos sobre la
siguientes pistas:

A) La construcción de instrumentos jurídicos sobre la base del intercambio entre


espacios jurídicos y no entre individuos.

B) La incorporación de sentidos de precaución y entorno desde el inicio del proceso.

C) La incorporación de la noción de responsabilidad al entorno inmediato y al


tiempo mediato en los procesos.

116
D) La producción de resultados con sentido de reconstrucción del espacio social de
afectación y no de atribución individual.

E) La existencia de prestaciones sinérgicas no exclusivamente patrimoniales y su


priorización y periodización.

Así como es posible establecer la unidad sujeto como base del intercambio
contractual, que puede mantenerse en tanto las bases de integración al régimen
general se desplacen desde la autonomía total a la integración relativa, la
consagración de sujetos colectivos y su fijación tempo/espacial delimitada en torno al
conflicto a resolver, permite la construcción no de un solo orden global estatal o
transnacional que pretende imponerse y fagocitarse al resto, sino que de múltiples
estatutos de similar valoración jurídica que no buscan imponerse sin i superponerse
en articulación material y finalista, como ya lo señalé en otra parte de ése trabajo.
Pasamos así de un derecho de la norma a un derecho de estatutos en relación de
interdependencia y afectación, en que la forma de reorganizar los bienes y recursos
se dan no en el núcleo de cada espacio sino en las fronteras de intercambio y en su
constitución como núcleos temporales de certezas jurídica transitoria. La subjetividad
individual y colectiva se relativizan para incluirse mutuamente en base a la
participación. El nuevo derecho es probablemente un derecho de fronteras.

Pero a su vez no hay integración social sin la consideración de la precaución y la


responsabilidad como puertas de apertura y cierre permanente, en espirales de co-
variación de las relaciones jurídicas. En sociedades partes de entorno en que cada
una y en conjunto son cada vez más interdependientes, en una verdadera
globalización eco-sustentable y no falseada por la globalización financiera que
excluye la preservación de toda bio-socio.psico-diversidad, no puede haber
construcción de ordenes de relación jurídica sin incorporación de éste principio de

117
precaución en el inicio de todo proceso, y en su ejecución. “En el núcleo de dicho
principio se halla la idea intuitivamente sencilla de que frente a la posibilidad de
incurrir en daños a la salud humana, producibles por la aplicación de técnicas y
procedimientos aún no controlados totalmente por la ciencia, las decisiones políticas
deberían tomarse: a) adelantándose a las certidumbres e incertidumbres científicas, b)
ampliando críticamente los principios de elección racional que reducen lo social, lo
económico y lo político al análisis centrado en la oposición coste-beneficio, y c) y
flexibilizando principios jurídicos como el de que todo está permitido si no existe una
prohibición expresa que lo limite.”190.

Sin embargo, no existe precaución de inicio y proceso sin a su vez un concepto de


ética jurídica como criterio de ordenación de los sistemas jurídicos que actúe como
acompañante de esa precaución y cierre de la incumpletud lógico-temporal. El
concepto de precaución requiere a su vez complementarse con el concepto de
responsabilidad de entorno, de interacción, de espacios de afección y de
temporalidad. La responsabilidad jurídica de los actores no puede limitarse solo a las
prestaciones mutuas del intercambio patrimonial, o al daño a posteriori de las
actuaciones. La consagración jurídica del efecto mariposa y del holismo de todas las
actuaciones parece una exigencia de razonabilidad mínima y de seguridad máxima
como polos para la acción, la interpretación y la resolución de las posiciones, los
conflictos y las necesidades en juego. Se trata de un derecho de congruencia con sus
fronteras interiores y exteriores.

Plantearse a su vez mirar el derecho como intercambio, precaución y responsabilidad,


implica declinar la importancia de la certeza jurídica a una seguridad jurídica ajustada
en la integración de los sujetos y sus necesidades en los espacios físicos,

190
Herrera Flores, Joaquín. El proceso cultural. Materiales para la creatividad humana. Sevilla.
Aconcagua Libros. 2005. Pág. 337-338.

118
institucionales, simbólicos y económicos en que confluyen. El derecho entonces no
puede jugar un papel de atribución de derechos permanentes y de defensa de ésta
inmovilidad que se deriva. Debe tratarse entonces al derecho como un agente de
acción de un espacio de reconstrucción social y re-aseguramiento y reordenamiento
permanente de los puntos de conflicto de los contornos internos de lo social. La
producción de resultados con sentido de reconstrucción del espacio social de
afectación y no de atribución individual es la coherencia mínima para la construcción
de una juridicidad materialista y finalista.

En consecuencia, no solo las relaciones inter-normativas cambian y fluyen, sino


también la idea de la sociedad civil no como lugar de reproducción del orden de la
economía sino como un espacio privilegiado de conexión entre la unidad jurídica de
los actores (individuales y colectivos) y la densidad política del Estado y los espacios
de la comuna, la ciudad, la provincia o los bloques de intercambio. EN un actuar de
afectación e interdependencia de los actores, de ejecución de sus conductas en un
sentido de precaución y responsabilidad, las prestaciones a intercambiar y a
relacionar no pueden ser solo patrimoniales, sino que se requiere arbitrar el
despliegue de conflictos y de requerimientos de los actores para obligarlos a
prestaciones mutuas, recíprocas de bienes, pero también de adecuación de
comportamientos. La satisfacción de las necesidades humanas requiere no solo
atender a todas ellas en una escalada sin fin de los deseos, sino a la regulación de una
conciencia de priorización y periodización de las mismas. No pueden atenderse todos
los requerimientos, constitutivos o no de necesidades humanas fundamentales, en un
momento de resolución inmediata, sino que se necesita un control del despliegue de
medios de manera de no provocar nuevos espacios de conflicto entre los actores. La
conciencia de interdependencia y movilidad conjunta debe ser un nuevo y poderoso
criterio de lo jurídico.

119
Operadores jurídicos y mecanismos de resolución de conflicto.

Detras del nuevo papel de los sujetos jurídicos y de las relaciones y puntos de conexión
entre sus necesidades, sus derechos y sus intereses, en relación con los otros sujetos en
una perspectiva de alteridad y no de exclusión, subyace la cuestión enlazar la teoría de
un nuevo derecho que lo piense como abierto, plural, flexible, potenciador y
esencialmente retórico con una práctica posible generada a partir de una forma diferente
de asumir el conflicto jurídico y las estrategias posibles para su resolución.

Si se pretende una lógica de solución no formal sino material para las necesidades
humanas, hay que desde el inicio pensar el conflicto no como un problema sino como
una posibilidad de creación de un escenario diferente y útil, que para evitar su reducción
al conflicto individual caso a caso y la primacía de una lógica colectiva y comunitaria
por sobre la liberal individualista de carácter formal, que desarrolle su procesamiento no
en base a los límites y máximas escritos sino que se oriente a la formulación de
preguntas, argumentos y mensajes que sirvan para ofrecer alternativas de solución
negociables e intercambiables antes que por atribución y adjudicación.

Hay que generar para ello una estrategia en que lo legal es parte de las herramientas de
esa estrategia, pero que es una decisión política el decidir cuando y como se usa, de
manera de no transferir siempre a un tercero relativamente ajeno la decisión; se trata de
una estrategia política, en el sentido que crea ciudadanía, que integra desde un inicio a
los afectados, y que en su transcurso, para tener éxito, va integrando paulatinamente a
funcionarios, tecnócratas, autoridades e incluso la contraparte. En ella el proceso es
más importante que el resultado mismo, por que a diferencia de una estrategia en
que uno gana y otro pierde ahora el mínimo pasa a ser la construcción de una
identidad y el máximo la solución misma del problema.

El paradigma liberal presenta al conflicto como destructivo y lesionador, centrándose en


la preocupación por los daños patrimoniales que de él derivan y en el resguardo de las

120
situaciones de posesión de derechos de igual índole o medición patrimonial. Sin
embargo y al revez de ésta concepción del conflicto como algo exógeno y patológico en
los sistemas sociales, un nuevo derecho debe observar en el conflicto como un estado de
“normalidad social” y establecer que precisamente que , no ya el procesamiento, sino la
resolución interactiva del mismo es una función propia de lo jurídico, por cuanto el roce
de fronteras de necesidades deviene en la habitualidad de sociedades plurales,
interculturales y de contacto y genera en ese encuentro precisamente lo social, es decir,
un estado continuo e ininterrumpido de adecuaciones colectivas e individuales. Este
nuevo paradigma implica reformular a su vez los tópicos de los operadores jurídicos y
de las funciones del derecho.

Lo anterior conlleva una nueva visión de los operadores jurídicos, que son quienes
actualizan, en la práctica, la legitimidad que el derecho reclama; y lo hacen precisamente
a partir de una legitimación material, de efectos cotidianos de asignación de los recursos
disponibles. Hablamos de operadores jurídicos y no solo de abogados, toda vez que el
derecho debe transformarse en una herramienta susceptible de ser aprehendida por todos
y posible de ser usado no solo por quienes poseen la experticia esencial sobre la materia,
sino por todos aquellos que intenten y requieran su ejercicio.

En el campo de la jurisdicción los abogados continuaran desarrollando un papel clave y,


hasta cierto punto, de alta densidad y exclusividad, dado su conocimiento y manejo de la
técnica procesal y de la aplicación exegética y hermeneutica de la ley. Como ya
señalamos, aquí resultará una labor permanente el ampliar el debate jurídico, no solo
actualizando la discusión doctrinaria sino que además permitiendo la incorporación de
lenguajes y saberes multidisciplinarios y populares. Pero existe además toda una
posibilidad de ampliar el espectro de estos mismos, de manera de constituirse en
educadores y facilitadores del uso del saber jurídico a aquellos que normalmente
quedan marginados de lo institucional por ignorancia del saber del derecho; en esta línea
pueden constituirse en verdaderos “integradores sociales”, si se acepta como cierto que
participar de lo jurídico es también ejercer ciudadanía e interactuar socialmente.

121
Aquí es donde puede desarrollarse un amplio espacio de encuentro práctico entre
juristas y otros profesionales trabajadores sociales, en la combinación de saberes y
haceres para la difusión jurídica y la participación social.

Aún más, atendiendo a la profesionalización del derecho por los abogados, puede esta
practica ser combinada con la de otros profesionales en el trabajo comunitario,
aprovechando esas características para “usarlos” como estrategas para la solución de los
conflictos sociales y jurídicos. Señalé en un comienzo que era habitual que los otros
cientístas sociales terminasen excluyendo igualmente, o al menos no mezclándose con
los abogados. Ello es entendible si se considera la rigidez tradicional de estos y que
demoran un poco más en captar y comprender dificultades y procesos comunitarios,
dada su formación; sin embargo es una tarea urgente acercarse y tender nexos entre estos
saberes, y la experiencia indica que es más fácil integrar a los abogados a las practicas
de trabajo social que a otros operadores al área jurídica dura. En esa combinación de
manejo de recursos para desarrollar estrategias de solución de conflicto es donde
puede ampliarse y conformarse un nuevo tipo de operador jurídico, no necesaria ni
exclusivamente abogado.

Pero dado el carácter institucional y normativo del cual el derecho difícilmente puede
prescindir, también la labor de aquellos que ejercen las funciones de aplicación de la
norma debe adecuarse a los procesos de flexibilidad y pluralismo que estos nuevos
desafíos conllevan. Parte importante de esa función la cumplen los Tribunales que
requieren a su vez repensar sus formas, prácticas y finalidades. Hasta ahora hemos
conocido un tipo de Tribunal que bien podemos como monologal, no solo por ser
monista sino además monologador frente a la sociedad a la que impone su criterios, en
que el juez se presenta a la matera de un dios único que genera el mundo en sus
soliloquios formales, a la manera de una demiurgia jurídica. Se trata de un juez
concebido como todopoderosa expresión del ideal Estado, que conoce el derecho con
supremacía y lo aplica de manera que solo sus dictámenes poseen legitimidad y validez.
Con éstos dioses no se comunica la comunidad, o el entorno no discursivo dirían los

122
sistémicos, sino solo aquellos que hablan su mismo idioma y cuya palabra en definitiva
es ley, o mejor dicho Verdad y Poder.

A lo más hemos conocido una versión modificada pero de similar lógica que podemos
denominar como Tribunal Bilogal, que pasa a ser una suerte de dios humanizado, en
que no es un productor de verdad en que toda la existencia dependa de él, sino que tiene
un lugar de intervención y un lugar de arcilla a moldear. Es un modelo bi-logal por que
el sentido de la solución final que éste dictaminará posee dos lugares de disímil
importancia: por una parte el derecho en tanto ley y por la otra la realidad social en tanto
lugar a intervenir. Esta realidad requiere ser conocida, administrada, normalizada en
base a interventores jurídicos no exclusivamente jurisdiccionales que son a su vez
quienes alimentan del conocimiento de ella al sentenciador y agentes disciplinadores de
la sociedad que intermedian. A éste tipo han pertenecido aquellos modelos
jurisdiccionales emergidos al alero del estado de bienestar como idea de intervención y
mediación del conflicto entre la economía y la sociedad como vivenciadores de los
efectos no deseados del choque de intereses, como lo fueron los juzgados de menores o
de familia que cosificaron a sus destinatarios, o los tribunales del trabajo que
formalizaron el conflicto de clase reduciéndolo a una noción de justifica que se satisface
en indemnizaciones pecuniarias.

Frente estos modelos es imprescindible hacer emerger formas distintas de jurisdicción


que optan y median en el conflicto en un sentido declara opción garantista y de
protección en algunos casos o redistributivo en otros. Podemos hablar así de un tipo de
Tribunal Trialogal, que abre y rompe la lógica binaria de imputación-imposición.
Este Tribunal ya no es un dios sino una herramienta de servicio que comparte con los
sujetos, los conoce por interacción y no por petición/respuesta, que se involucra en la red
de lo social con una clara determinación de su rol pero no adquiriendo una jerarquía de
dominio. Se trata no ya de un Tribunal que sabe y conoce sino que además, comprende y
aprehende la realidad más allá de la ley, que toma parte por el más débil y recompone

123
sin desproteger al otro, sin producir siempre resultados de suma cero, y construye un
tipo de justicia redistributiva y de estados de cooperación antes que de sanción.

Como ya habíamos sostenido antes, el pluralismo jurídico “nos coloca frente a la


evidencia – no exenta de contradicciones – de un sujeto productor de normas: la
sociedad en su compela pluralidad; y un sujeto reconocedor – no otorgador – y garante
de las mismas: el Estado de derecho. Solamente así lo jurídico servirá como mecanismo
de cambio social”191 y articulador de nuevas realidades teóricas y prácticas, en definitiva
sociales. De éste modo si en la lógica del pluralismo jurídico también el momento
constituyente se encuentra en el pueblo, la labor de la jurisdicción incluye también su
protección, reconocimiento de sus derechos y sus prácticas y la satisfacción de sus
necesidades materiales removiéndolos los obstáculos a ese estado de conflicto a
resolver.

Para estos nuevos operadores jurídicos ya existen algunas experiencias que pueden
servir de parámetros de discusión, de proposición y de reinvención de los mismos.

Las luchas jurídico populares en América latina aportaron el surgimiento de un nuevo


tipo de juristas y de prácticas jurídico populares que mezclaban la defensa, la educación
jurídica popular y la promoción de prácticas de justicia autónoma y la conquista de
derechos incluso en contra de las institucionalidades. En éstas los abogados y demás
operadores jurídicos construyeron precisamente experiencias de informalización del
derecho, de mediación social, de pluralismo normativo por las comunidades, de
conflictos en que la presencia de la patrimonialidad decía relación con la inequidad de
origen de la distribución de los bienes en las sociedades capitalistas y de consumo.
Como ya lo señaló Manuel Jacques en sus propuestas de construcción de servicios

191
Sánchez Rubio, David y Herera Flores, Joaquín. Aproximación al derecho Alternativo en
Iberoamérica. En Direito Alternativo Brasileiro e Pensamento Jurídico Europeu. Río de Janeiro. Lumen
Juris Editora. 2004. Pág. 14. En portugués en el original.

124
jurídicos populares192 hechas a mediados de la década de los ochenta del siglo veinte, y
que por el cambio de contexto local, nacional y global requieren ciertamente revisión,
sabemos que es posible imaginar no un solo tipo de operador jurídico sino a lo menos
tres tipos de servicios de defensa de derechos: el sistema de defensa lega de derechos
legales, que es individualista, casuístico y formalista; el Servicio Innovador que
incorpora modalidades de practicas populares y de educación popular, y a la comunidad
al menos como ente de diálogo y los servicios legales transformadores que presentaba a
sui vez el carácter de legales, interdisciplinarios y comunitarios, privilegiando la
participación ampliada de la comunidad y los sujetos destinatarios del derecho que se
hacen actores del mismo. A su vez toda la propuesta del Derecho Alternativo Italiano y
Español de los años sesnta pero especialmente de los Jueces del Direito Alternativo
Brasileño que han privilegiado la defensa de los intereses de los más débiles en caso de
conflicto, incorporando a sus interpretaciones y jurisprudencia una amplia gama de
argumentación ética, sociológica y política han abierto flancos en el modelo monista de
judicatura que invitan a revisar sus actuaciones.

Reactivar la memoria, recuperar la experiencia y reinventarla es parte de un ejercicio


permanente en la construcción de modelos paradigmáticos destinados a romper con el
inmovilismo de la tensión binaria de la lógica liberal moderna.

Este nuevo paradigma resulta en consecuencia opuesto e incluso contradictorio al


modelo liberal de derecho vigente en nuestra institucionalidad. El siguiente cuadro
muestra de alguna forma esta dicotomía.

192
Jacques Parraguez, Manuel. Una concepción metodológica del uso alternativo del derecho. En “El
Otro Derecho”. Nº 1. Bogotá. ILSA. 1988. Pág. 33-35.

125
Paradigma jurídico liberal Paradigma jurídico social
El estado es el exclusivo generador de El estado, al encontrarse organizado y
derechos. financiado frente a la sociedad civil, es el
articulador de mayor intensidad del
derecho, pero el elemento esencial es el
entorno social que permite o niega
derechos.
Frente a la ruptura de la ley el Estado es El Estado interviene para nivelar,
gendarme, criminaliza y reprime racionalizar recursos y excepcionalmente
para reprimir.
La ley es el principal y finalmente único Los principios de derechos humanos y las
parámetro de decisión. necesidades sociales concretas y
apremiantes son el sentido de decisión y
resolución del conflicto.
La finalidad del derecho y la intervención La finalidad del derecho es generar
de su burocracia es ordenar y sancionar. diversidad, satisfacción de necesidades y
sentido común de lo jurídico.

Las funciones que la literatura especializada normalmente atribuye a la acción jurídica


quedan aquí expuestas a su reinvención y sinceramiento, fuera del ámbito espectral de la
formalidad normativa que, al naturalizar la propiedad privada y su defensa como
principal y a veces único derecho para la orientación de su aplicación, les confieren un
carácter restringido que llevan incluso a olvidar la altísima importancia y ductivilidad
del derecho como instrumento dotado de flexibilidad retórica antes que monolitismo
institucional para la arquitectura de sociedades orientadas a satisfacer las necesidades y
conquistar la dignidad de su miembros. Así, la función instrumental reaparece en toda su
magnitud y posibilidades emancipatorias y transforma al derecho en facilitador de

126
estados sociales y su intercambio y no solo en un conservador de estructuras bajo
amenaza de sanción. La función se orienta a su vez a resaltar la satisfacción de las
necesidades humanas como contendido finalista principal del derecho. La función
ideológica se centra no en la apropiación de los bienes y el control y defensa de los
estados de atribución original que son la base de las desigualdades, sino que se propone
al derecho en su aspecto abiertamente político, en el sentido común del derecho no
como norma sino como justicia. La función procesal se convierte en un mecanismo de
producción de resoluciones de conflicto más allá de lo legal y en una revisión y
adecuación constante de las fronteras de contacto (roce o choque) de las esferas de
necesidades e intereses de los sujetos.

Ampliando el esquema que usamos para exponer las situaciones de privación,


frustración y carencia en un sistema de cosificación de las necesidades, y ampliando su
complejidad, el siguiente cuadro pretende ilustrar lo antes señalado.

S
Función Función
instrumental simbólica
P C
satisfactor
satisfactor
n
participació

Necesidades

I
R satisfactor
ón
ci
ica
ind
rev

Función
Función F ideológica
procesal

127
Estado, derecho y poder: fundamentos para un estado de derechos.

Los cambios en las concepciones del derecho, de los sujetos y de la sociedad que hemos
esbozado, traen consigo necesariamente la obligación de reconfigurar también las
visiones acerca del Estado y reformular los principios básicos que orientan sus políticas.
Esto es anterior al establecimientos de las estructuras administrativas y las normas
legales, reglamentarias y estatutarias que constituyen y regulan el funcionamiento del
Estado. A diferencia del Constitucionalismo Liberal que plantea al Estado con funciones
y estructuras que parecen ser inamovibles y que comienza por definir formal y
rígidamente los poderes públicos y sus subdivisiones se requiere trazar un sentido de
dirección para ese transito institucional.

Para esa reformulación pienso por ejemplo en los siguientes:

1. Buscar la integración entre lo público y lo privado, entre administración y


administrados, generando decisiones políticas que aumenten los espacios de afección
entre la comunidad y aparato estatal, lo que significa ampliar y crear espacios de
participación efectiva para la comunidad.

2. Articular esos espacios de afección reordenando los conceptos de planificación,


descentralización y desconcentración, generando espacios efectivos de participación
también en la detección y planificación de los planes de desarrollo y de las futuras
decisiones. La planificación y la desconcentración deben constituirse en mecanismos
de implementación de una descentralización real, que implica transferencias de
poder, competencias y recursos a las comunidades y a los propios sujetos.

3. El ejercicio de lo político debe ser concebido como un proceso y no como un fin


en si mismo. La transferencia de recursos significan participación no cuando se

128
establecen los canales y órganos, sino cuando se ejerce esa participación, cuando se
reconstituye permanentemente ese espacio y ese momento.

4. Establecer como objetivo de la practica administrativa no solo la eficiencia, sino


también el ejercicio de una ética y una práctica del cuidado ajeno, de la
precaución y de la responsabilidad en la elaboración, aplicación, ejercicio y
evaluación de las decisiones.

5. Desarrollar mecanismos de control paralelos a la ejecución de esos procesos por los


ciudadanos, y no solo ratificaciones ex-post a la creación administrativa, planificando
desde un principio los momentos y espacios para ese control durante el proceso.

6. Restablecer los lugares de orden entre tecnocracia y político, anteponiendo las


razones éticas a las técnicas, instaurando mecanismos de transparencia
administrativa y de recuperación de la soberanía directa como complemento a la
democracia representativa.

7. Limitar la perpetuación política, generando no solo rotación de los rostros sino que
también limitaciones administrativo temporales de los funcionarios, obligándolos a
reintroducirse en las esferas del mercado laboral privado o público, así como
establecer igual flujo de representantes en la ciudadanía, como una forma de hacer
circular la experiencia a la par con la emergencia de actores nuevos.

8. Aprovechar los espacios regionales, comunales y locales para establecer políticas de


integración entre la ciudadanía y el nivel institucional, transfiriendo prerrogativas a
la comunidad, de manera de fomentar su identidad y un sentido de responsabilidad
colectiva de las decisiones.

9. Establecer políticas y formas de hacer política que no solo busquen imponer


decisiones sino crear escenarios de reordenamiento de los recursos sociales.

129
10. Poner en el centro de las decisiones políticas la reorganización de los derechos,
recursos y bienes en una perspectiva de redistribución del poder social.

11.Generar procesamientos no solo del conflicto o de las experiencias positivas, sino


además de los errores, de manera que los esfuerzos institucionales y colectivos no
signifiquen una perdida de la experiencia. El dotar a los cuerpos políticos y sociales
de personas encargadas oficialmente de recopilar esa experiencia y convertirla en
información para la toma de decisiones resulta una forma de establecer saberes
paralelos a los técnicos, políticos y académicos y elevarlos a la par.

12. Desarrollar políticas permanentes de educación e información de las experiencias así


como de las propuestas en ejecución, los avances reales de las políticas públicas,
transformando a las acciones de información y transparencia en un eje central de la
democracia gubernamental.

13. Transparentar y exponer públicamente toda información acerca de las relaciones


financieras y de recursos entre sujetos sociales, sujetos privados y el estado, de
manera que se produzca un control democrático de las finanzas públicas.

14. Desarrollar mensajes, acciones y planes programáticos destinados a generar un


sentido común de reciprocidad democrática, buscando generalizar la propiedad y el
acceso y control de los mercados.

15. Establecer un sistema constitucional de recepción inmediata de las cartas de


derechos humanos internacionales y de las practicas comunitarias constatadas y
establecidas, de manera de incorporar a la constitucionalidad y a la casación judicial
los Derechos Humanos en toda su extensión, generados en cualesquiera de los
espacios de producción jurídica como criterios de interpretación y reproducción de
sistemas de derechos materiales y finalistas.

130
Lo anterior puede sonar algo abstracto, pero no lo es. El definir políticas y líneas de
acción, desde la institucionalidad o desde la sociedad civil, requiere tener un marco
teórico que señale el rumbo para el mediano y largo plazo, y no solo aplicar métodos,
instrumentos o adaptaciones de experiencias descontextualizadas de los proyectos
conceptuales que ayudaron a crearlas. De hecho ese ha sido el camino del Estado liberal
durante la modernidad: construirse en base a los lineamientos teóricos que sus mentores
plantearon, reformularon y reconstruyeron, hasta llegar al Estado Neoliberal, una suerte
de no estado relativo. Ese defecto de aplicación, de vacío de sustento teórico real ha
ocurrido, por ejemplo, con estrategias de educación jurídica para la población sin criticar
el modelo formalista de solución reduccionista de lo legal, generando a la larga
expectativas y una desformalización sin sustento de cambio; o la aplicación parcial de
mecanismos alternativos de solución de conflictos sin cautelar la ejecución de sus
soluciones en el resto del contexto jurisdiccional.

La construcción de un nuevo Estado, más de sentido que de modelo, implica imaginar


políticas públicas transversales de plena participación y no solo de eficiencia
econometrista y financiera, que permitan actuar en los distintos niveles que al final
incidirán en el desarrollo jurídico de la sociedad.

Para el nivel formativo puede promoverse la creación de Institutos de Investigación


Jurídica de carácter multidisciplinario, que no con su trabajo de investigación no solo
opinen apriorísticamente sobre materias de ley, ayudando a mejorar la técnica
legislativa, sino que basado en estudios de comportamiento, así como en propuestas de
desarrollo jurídico en relación con la comunidad, permitan ampliar el horizonte jurídico
más allá de lo normativo.

Para la esfera jurisdiccional debieran introducirse en las cátedras de pregrado como en


los cursos de especializacióon para miembros del poder judicial, cursos que amplíen el
espectro cognoscitivo de los futuros operadores jurídicos, así como nociones de técnicas

131
interpretativas del derecho desde una matriz distinta al formalismo legalista. De hecho,
en la formación de jueces en Brasil por ejemplo, existe a lo menos una cátedra de
orientación crítica al modelo hegemónico. Pero además se deben iniciar procesos de
debate y redefinición de la función política del poder judicial dentro del Estado, de
manera que este se inserte en horizontes de desarrollo de largo plazo y no solo se
transforme en una burocracia tecnocrática de aplicación de la ley. Un estado garantista
de los derechos humanos requiere de un papel activo del poder judicial.

Paralelo a ello pueden establecerse políticas de parajudicialización activa, como


establecer sistemas integrales de mecanismos alternativos de resolución de conflicto, en
que la intervención de tribunales sea solo una fase de ejecución de acuerdos y un
mecanismo de garantía jurídica de los derechos individuales. A su vez, si se considera
que por razones de coste ya muchas empresas optan por el arbitraje o por tribunales
privados, esa línea puede orientarse mediante una política de fomento de ese tipo de
justicia semiprivada en beneficio del resto de la sociedad, buscando reservar un espacio
cada vez mayor en la actividad de los Tribunales estatales para resolver las cuestiones de
aquellos que no puedan pagar voluntariamente ese mecanismo paralelo, que son en
definitiva la mayoría. Pero además debe ser posible abrir un espacio para la
comunitarización de la justicia, especialmente respecto de aquellos grupos o espacios
sociales o de aquellas comunidades con niveles de autonomía cultural que ya poseen
ciertas prácticas al efecto. El referente étnico puede ser un buen comienzo para el
pluralismo legal.

En la administración pública, en aquellos organismos de fiscalización y control es


posible desarrollar estrategias de protección social cada vez mayores, mediante la
formación de sus integrantes en criterios de uso de la ley diferenciadores respecto de
quienes son objeto de su vigilancia. Para los ficalizadores como para los abogados/as y
parajuristas de esos servicios, es esencial crear estrategias de ampliación de los espacios
retóricos del derecho para ampliar los márgenes de discusión.

132
A nivel de comunas y gobiernos locales es posible crear un nuevo tipo de afección
entre comunidad y estado, redefiniendo los espacios territorial/funcionales de cada lugar
para involucrar a la comunidad cada vez más en procesos de decisión de sus propios
problemas. Hablo no solo de asambleas barriales y mecanismos piramidales de
participación de las organizaciones sectoriales para la opinión, sino de decisión concreta
respecto de materias predefinidas, así como referéndums directos o electrónicos de
carácter microterritorial para definir políticas de desarrollo de mediano y largo plazo.

Tratándose de un neo derecho que hemos definido como materialista, finalista, pero
también de fronteras, estatutos y espacios de afección, la formación de éste respecto de
las relaciones internacionales tampoco pueden elaborarse a partir del modelo cerrado del
estado nación, menos en una etapa de fuerte intercambio inmigrante y de culturas que
conlleva. En la era en que la globalización financiera ha alcanzado escalas de
intercambio globales, los espacios menores no pueden cerrase a las personas y los
derechos y abrirse solo a las mercancías y valores. Un nuevo derecho hacia el espacio
internacional debe relativizar las fronteras construyendo espacios de administración
conjunta y de gestión de flujos antes que de barreras, de manera de garantizar en lo local
y lo nacional al menos los derechos formales de todos los habitantes permanentes o
eventuales, con independencia de su origen y estatus de tránsito, garantizando además
espacios de intermediación para aquellos que realizan tránsitos de baja o media
velocidad de un espacio a otro. Las zonas fronterizas pueden y debe ser usadas como
zonas de armonización de estatutos nacionales y ciudadanos. Pero además, se requiere la
adopción, implementación y construcción de instrumentos conjuntos de control de
carácter supranacional y transnacional de los poderes económicos que afecten la
satisfacción de las necesidades humanas, compartiendo instrumentos jurídicos de control
a partir de criterios comunes y de experiencias de tránsito y armonización. Una
Jurisprudencia de frontera, una política transfrontera, un tratamiento ultra e intra
comunitario de sentido finalista, sobre todo cuando existen movimientos sociales
similares con necesidades confluyentes frente a peligros y desafíos también globales.

133
Definir estos principios de orientación de la función de un Estado acorde a los principios
constituyentes del orden jurídico finalista que venimos planteando es el primer requisito
parta comenzar la reconstrucción del Estado no como supra ratio o espíritu del ideal de
la sociedad individualista, sino como articulador de los sujetos, los espacios y los
estatutos de los niveles local, nacional, regional y global.

Podrán argumentarse las insuficiencias de definir principios y no formular un modelo


alternativo, sin embargo me parece que precisamente en esa pretensión y exigencia de
totalidad de reemplazo está la trampa de conservar un modelo en tanto no exista otro que
lo sustituya. Los procesos sociales, independiente de su escala, son precisamente eso,
procesos, experiencias de avance y retroceso de esquematización, esbozo y relleno de la
superficie a colorear. La propia historia del Estado Liberal es una muestra de ello. Sin
embargo bien se sabe que todos los procesos requieren de formulación y corrección y
que un avance parcial sumado a otro provocan en verdad una mutación de estadio que es
preciso volver a revisar. La puesta en movimiento de nuevos instrumentos provocará un
proceso de mutación, transformación, adaptación y sinergia que, contemplando un
sentido de auto-producción y reproducción permitirán avanzar.

Construir un nuevo modelo y momento del estado en consonancia con una nueva
juridicidad implica por cierto incrementar la presencia del estado, hoy disminuida, en
conjunto con el espacio de la comunidad, restringiendo, disminuyendo y controlando el
espacio del mercado. La actividad del Estado y de la Comunidad, potenciando ambos los
puntos de afectación entre éstos y en relación con el mercado provocará sin duda un
nuevo estado y una forma distinta de interpenetración.

Hasta ahora el Estado se legitimó a si mismo y a su juridicidad por la primacía de la


institucionalidad y la legitimidad formal sumada a la amenaza y al uso de la fuerza. De
ésta forma lo que hemos entendido hasta ahora por Estado de derecho no es más que una
abstracción formal que olvida las diferencias materiales, tanto para disminuirlas como

134
para vehiculizarlas en un sentido de integración y no de disolución de las comunidades,
las colectividades y los sujetos construidos más allá del individuo propietario.

El desafío entonces es, conservando los sentidos y tradiciones de libertad del estado de
derecho, construir un nuevo modelo paradigmático pluralista y participativo que,
apuntando a la materialidad, se constituya en un Estado de Derechos.

Un estado de derechos en una sociedad en movimiento y, por lo tanto, expuesta al


conflicto. La idea de la preexistencia de un estado de paz social eterna y de tranquilidad
productiva es errónea y falsa. El liberalismo que originó los sistemas de derecho
presupone que la sociedad es un estadio de tranquilidad, y que todo aquello que se sale,
atenta o discute el orden consagrado en la ley, encierra una suerte de criminalidad. Para
el liberalismo y su legitimación formal conservadora, la contradicción es entre
gobernabilidad versus ingobernabilidad, y por lo tanto el Estado de Derecho es derecho
formal de iguales abstractos pero siempre en cuanto se adapten y funcionen dentro de la
formalidad que les es propuesta como fundamento de lo social, en que la subjetividad
particular individual y sobre todo colectiva es negada. Los derechos políticos de
igualdad y respeto formal resultan una abstracción sin una sociedad política real y en
movimiento. Hasta ahora los reclamos, movilizaciones y conflictos son mirados como
subversivos y disfuncionales, por lo que frente a ellos se reacciona atomizando el
conflicto, tecnificando sus decisiones apelando a legitimidades formales, reprimiendo lo
que se escape de ellas y excluyendo a sus partícipes, cuando en verdad esos conflictos
son la expresión de la materialidad social y de la necesidad de construir derechos más
allá de las legislaciones formales de manera que estos deban ser resueltos y no disueltos,
re-unidos y no atomizados, eticidados y no disueltos en la tecnocracia de las decisiones,
integrados y no excluidos o recluidos.

Esa construcción requiere actuar desde los dos extremos, desde la sociedad como desde
el Estado, desde la formalidad y desde la materialidad para la construcción de este
paradigma jurídico que he denominado Estado de Derechos. Advierto que me interesa

135
principalmente el espacio político de la sociedad civil como constructor de democracia,
toda vez que la construcción de un nuevo tipo de Estado vinculado a su comunidad
requiere precisamente repoblar ese espacio que el neoliberalismo se ha encargado de
dejar vacío. La discusión no es, a mi juicio, cuanto Estado, o si se prefiere más o menos
fuerte, más o menos regulador. La esencia de la discusión es si existe una sociedad
civil, una población, capaz de integrarse con el Estado, de hacer operar sus
facultades y de expandir sus límites, adquiriendo lógicas distintas a la del capital y
la formalidad.

Para ello, generar un sentido común de la necesidad de la existencia de Movimientos


Sociales y de sentidos comunes de comunidad y colectividad es imprescindible, por que
la práctica ha enseñado que ellos operan en una perspectiva diferente a la del liberalismo
y de su sucesor brutal, la sociedad neoliberal. Los Movimientos Sociales asumen el
conflicto como una parte natural de su existencia, no solo como un problema a
resolver sino como una posibilidad de constituirse, expresarse y redefinir su
situación, haciendo uso de la totalidad de recursos a que es posible echar mano:
negociación/presión, legalidad/ilegalidad, argumentación/fuerza, etc. Al revés de la
lógica liberal que atomiza, tecnifica, reprime y excluye, la lógica de construcción de
ciudadanía de los Movimientos Sociales colectiviza el conflicto, lo ideologiza para
descubrir su calidad y potenciarla argumentativamente en su favor, negocia su solución
y no se atiene solo a soluciones formales pre-escritas, y sobre todo integra a sus
miembros a la discusión, decisión y construcción de la solución

Para construir una nueva legitimación social que se oriente a la satisfacción de las
necesidades humanas fundamentales, además de la sociedad civil, se requiere la acción
del Estado, y no por que el solo hecho de plantearlo signifique ya una confrontación
ideológica del neoliberalismo, sino por que lo social requiere de un nivel de articulación
político más allá de los espacios cotidianos como una forma de equilibrar, aunque sea
muy mínimamente, las diferencias de poder entre clases y grupos.

136
Esto implica reconceptualizar igualmente la democracia, adoptando como
indicador/verificador de su implementación no solo las descripciones formales o las
activaciones electorales, sino esencialmente el parámetro participación. Para los estados
ya sea de tipo liberal o de bienestar, la participación consistía en una cierta forma de
adscripción territorial (nación/territorio), en un método de transferencia de la soberanía a
representantes políticos (democracia censitaria o electoral) y en la constitución de
grupos susceptibles de intervención o protección. Ello llevó a un falseamiento de la
identidad misma del concepto de participación, confundiéndola, no solo desde lo
institucional, sino también desde los actores sociales, con organización, opinión o
movilización como medio de presión. El verdadero significado de la participación está
dado sin embargo por la capacidad de estar y de resolver, como forma de inclusión de
los individuos en lo colectivo para la elaboración de una ecología circular de lo social.
En mayor o menor alcance, participación es sinónimo de decisión.

Superar la noción liberal implica reconocer que la sociedad es más bien lo contrario, un
escenario permanente de intereses contrapuestos o, a lo menos, no todos coincidentes;
reconocer que en ella existen desequilibrios de clase, genero, etnia o cultura que operan
sobre la base de desigualdades reales que no se superan sobre la lógica del mercado, y
que por una diferenciación cada vez mayor entre el tiempo real de la economía y el
tiempo jurídico de la democracia no pueden dejarse para su resolución a una lógica que
no es, como manipuladoramente se repite, el juego positivo de la oferta y la demanda,
sino que una lógica de apropiación y acumulación. Cada uno de esos momentos,
espacios e identidades requiere ser asumidos como potencialidades y por lo tanto
establecidos sobre la base de un derecho de derechos y un derecho a los derechos que
se constituyen en el bien jurídico que, junto con la satisfacción de las necesidades
humanas orientan el debate jurídico.

137
Relación e integración del derecho.

Pensar un derecho de éste tipo, abierto, complejo, plural, integrador, parece más difícil
que pensar en un derecho de tipo normativo, básicamente positivista y sustentado en el
principio de imputación. Y hasta cierto punto lo es, si consideramos que contiene y se
propone el uso de mucha menor cantidad de elementos para producir los resultados que
pretende. Sin embargo no puede dejar de tenerse en cuenta un detalle esencial a la hora
de definir modelos jurídicos: la aparente mayor simpleza que hace que el modelo de
derecho que conocemos nos parezca mucho más factible que otro modelo, radica
precisamente en eso, en que se nos ha inculcado como el único modelo posible, a la par
que está construido y articulado de una manera funcional a si mismo, es decir, que su
arquitectura pretende soportar y reproducir su edificio. De hecho el cierre que hace
Kelsen cuando propone definir la existencia, legitimidad y validez del sistema jurídico
en su estructuración formal es exactamente eso.

La relación e integración del sistema de derecho formalista funciona sobre un enlace de


dos puntas: simplificando y jerarquizando. El derecho formal simplifica la realidad hacia
adentro, creando una relación con la sociedad en que toda la complejidad de las
relaciones sociales es introducida bajo el paraguas de la norma y sus criterios, bajo el
sistema de subsunción que sumerge la realidad en la norma y toma las decisiones en
base a los criterios pre-definidos por ésta y no en una solución que imponga, equilibre o
reordene los puntos en conflicto, pero qu al sustentarse en el derecho de propiedad como
derecho base del sistema, en definitiva impone el criterio de propiedad sobre todo otro.
Pero además el sistema de derecho formal opera por jerarquización de sus componentes,
anteponiendo en lo simbólico-valórico el derecho de propiedad a todo otro derecho, en
lo funcional el criterio ideológico sobre el instrumental y en lo organizacional el
principio de autoridad por sobre el de participación. El resultante es entonces un sistema

138
jurídico patrimonialista, de imputación, control y sanción y no democrático ni
participativo.

Un nuevo derecho requiere cambiar precisamente esos criterios de simplificación y


jerarquía por los de complejidad, integración, priorización y participación.

Es cierto que la jerarquía otorga al derecho un sentido del orden, que permite regular los
flujos de posiciones en el entramado institucional. Sin embargo, llevado al absoluto
como criterio formal de existencia, legitimidad y validez finalmente rigidiza el uso del
derecho privilegiando un sentido del control que priva las relaciones de capacidad de
evolución y movimiento frente a la complejidad de los fenómenos sociales. Pero
aprovechando ese principio y poniéndolo en un plano de sujeción a los principios, es
posible pensar otro derecho,. Es posible mantener un cierto rasgo de jerarquía en el
sistema en cuanto a la existencia y a una legitimidad formal relativa. Sin embargo, al
someter la jerarquía a los principios constitucionales de interpretación y al imponer en
éstos los principios de los derechos humanos se obtiene una priorización de la
integración sobre el orden. Pero si además en materia de principios de derechos
humanos invertimos la pirámide de control de los derechos individuales por una
primacía de los derechos colectivos, que permiten la concreción de las “facultades y
bienes jurídicos” por mayorías antes que por individualidades absolutas o minorías
privilegiadas, obtenemos un sistema de derecho en que la validez y la legitimidad serán
materiales y no formales, otorgando al orden y jerarquía un sentido de subordinación a
las necesidades y al criterio finalista del derecho. Una comparación visual entre ambos
esquemas permite captar mejor esa diferencia paradigmática y la subordinación de la
jerarquía y el orden al contenido finalista del derecho:

139
Derechos colectivos

Derechos individuales

Constitución
Constitución

Leyes
Leyes

Reglamentos Otras normas

Pirámide kelseniana jerarquica Sistema de priorización de derechos

Pero además, al considerar la integración y la participación como criterios esenciales de


un nuevo derecho, la simplificación de la subsumción y de la primacía de los derechos
adquiridos, especialmente del derecho de la propiedad, entran en un orden de
priorización en torno al fin de satisfacción de las necesidades humanas de lo jurídico. Si
se considera que la subsumción, lo que hace es simplificar la realidad disfrazándola de
significado normativo que, en definitiva desaparece en el desplazamiento de ese mismo
significante que es la norma y que la primacía del derecho patrimonial lo que hace es
excluir y destruir en principio de igualdad de las partes, aún cuando sea meramente
formal, ya que todo lo que se tiene en exclusiva en forma inamovible es de por si un
privilegio y no un derecho, veremos que se requiere remover esos elementos por estos
nuevos significantes capaces de articularse en dialogo con la realidad para lograr
preminencia del contenido de integración y participación.

Todo aquello que no solo adjudique derechos, bienes o recursos sino que por su
resultado desintegre un nexo social o excluya de las posibilidades de satisfacción de

140
necesidades debe ser pospuesto a soluciones de formulación, interpretación y aplicación
del derecho pero sin hacerlo desaparecer sino que usándolo como contrapunto para
evitar una disolución completa del sujeto sometido a reordenamiento social en su
posición estructural, macro o micro.

Pero además el derecho, al integrarse en un todo finalista e intencionado en tal sentido,


debe poner la participación de los demás sujetos en la génesis y resultado de los
procesos jurídicos, aun cuando sea para ser informados y orientados acerca del porque
de los efectos. Esto tiene dos elementos: primero la incorporación del otro como un
interlocutor parte de toda relación y no extraño; y segundo una reformulación y una
educación del y en el lenguaje jurídico.

Hasta ahora, con la construcción de los derechos como exclusivos y “sin respecto de
determinada persona” colocan a los demás ni siquiera como contraparte, ya que nadie
me obliga a someter a disposición social mis derechos patrimoniales, que
civilísticamente hablando en definitiva lo cubren todo, sino que en verdad los coloca
como Terceros. La ruptura y ampliación de la lógica conceptual binaria del derecho
moderno, mediante la búsqueda de procesos de incorporación del tercero en realidad
como contraparte permanente aún difusa, como otro legítimo respecto de todo derecho, a
partir de la definición del derecho como juego dinámico de retórica, burocracia y
violencia en que se privilegia la primera, así como de la integración al debate de la ética
y de los pilares psicológicos de superación de la represión binaria, hace posible tensionar
la inercia a la relación conservadora binaria del derecho como juego de facultad/deber
para poner el eje de acción en la incorporación del otro por la vía de la responsabilidad
con éste tercero aun en términos de eventualidad, incorporándolo no solo en cuanto a los
daños directos de que es susceptibles sino también de los futuros y posibles de prever:
existe una multiplicidad de situaciones en que es posible prever y actuar sobre efectos,
como cuando se trata de disposición del medio ambiente, de acciones que lleven a la
concentración económico, de políticas y practicas jurídicas de fomento de la

141
organización, la participación, la información y los derechos, de instancias procesales de
revisión de eventuales ausencias por defecto de forma o comparecencia, aun cuando el
derecho se observe presente, etc

En segundo lugar, es necesario una comprensión, una difusión y un uso del lenguaje
jurídico distinto para producir la integración y relación de los elementos de este nuevo
derecho.

El lenguaje jurídico es de por sí oscuro y altamente tecnificado. Sin embargo, como lo


demuestra la experiencia del lenguaje computacional y del ciberespacio, el uso
permanente de él a pesar de su complejidad es capaz de crear sentidos comunes de su
uso y su apropiación. Es posible observar como los más jóvenes usan el lenguaje, se lo
apropian e incorporan a su jerga diaria y hacen un manejo del instrumento tecnológico
con su dialecto ciberespacial y computacional con una facilidad mayor que los demás
sectores sociales por edad; ello ocurre precisamente por que se ven expuestos y además
se auto exponen a diario a ese lenguaje, y que enfrentados a un técnico, a pesar de su
complejidad, es posible un diálogo a lo menos de comprensión del fenómeno y del
problema. Eso demuestra que comprender el derecho para producir un mayor uso y una
mayor integración implica entregar cada vez más elementos de vocabulario a las
personas en tal sentido, desde antes mejor, para producir ese sentido común de uso de
que hablamos. Un auditorio que escucha y comprende tiene posibilidades de replicar en
forma más equitativa, tanto ante la institucionalidad como frente a los operadores
jurídicos de mayor profesionalización. Existe ya la experiencia de educación jurídico
popular que demuestra a su vez esta posibilidad y como la participación en el lenguaje es
el primer paso a la democratización del espacio jurídico.

142
Peor a su vez los integrantes del espacio institucional, sobre todo jueces, legisladores y
abogados, deben ser capaces de articular su lenguaje con los distintos “coas”193 sociales
que circulan en lo social, de manera de abrir también desde arriba el lenguaje al flujo de
significados susceptibles de apropiación. Un habla que combina saber técnico con
lenguaje popular es capaz de integra, hacer participar y dar legitimidad y validez
fonética y gnoseológica al derecho.

Otro desplazamiento y construcción que requiere explorarse para construir un nuevo


sentido de relacionamiento del derecho y sus partes, entre si y con la sociedad, es el de
la identificación, ubicación y valoración de los elementos comunes a todo sistema
jurídico. Ya Boaventura de Sousa Santos ha señalado como tríada explicativa para el
funcionamiento de los sistemas jurídicos a la retórica, burocracia y violencia y como en
la intersección de estos elementops es donde se produce la situación jurídica completa.

R e tó ric a B u ro c ra c ia

V io le n c ia
E s p a c i o d e a f e c c ió n d e
c o n s tru c c ió n d e l d e re c h o
c o m o fe n ó m e n o .

Sin embargo hay que considerar otras dos esferas de elementos para comprender de
mejor manera que es y que puede ser el derecho.

193
Lenguaje popular, forma de dialectos urbanos que usan libre y liberrimamente el lenguaje para
significar elementos. Por ejemplo, maderos, pacos o yuta, significan policía según el lugar donde se use.

143
Primero, al mirar el derecho desde una relación no solo normativa sino integrante e
integradora de lo social es posible establecer para él los siguientes elemento: sujetos,
subjetividades (intereses y expectativas), institucionalidad, normas, poder (facultad
activa y fuerza), espacios (territoriales y simbólicos), tiempos (reales y burocráticos),
entorno (ecológico y social) y fines (de aplicación instrumental y de discurso). Estos
adquieren un orden constitutivo y de interpenetración mutua, en que el derecho pasa a
ser definido por el juego permanente de todos ellos.

Sujeto

Entorno Poder
Espacio

Institucionalidad DERECHO Norma

Tiempo
Fines

Subjetividad

Este esquema muestra precisamente como estos elementos que buscan constituir al
derecho se ubican en una disposición de interacción a la vez que de tensión entre ellos,
en que el sujeto recorre la acción jurídica en su posibilidad de construir y desplegar su
subjetividad sobre sus expectativas e intereses; en que el derecho se ejecuta en un
espacio determinado acotado por su dimensión temporal y vice versa; pero además
constituye una relación de mutua pertenencia con el sujeto, que no vive en un esapcio
abstracto sino en un entorno ecológico y social determinado por esas coordenadas;
construyéndose lo jurídico en una dimensión parte del sistema, ya no su totalidad, en que

144
la institucionalidad se concreta y a la vez se retroalimenta en la norma (elemento ahora
también parcial); donde la noción finalista del derecho es un predicador de sentido del
poder y del encuentro de las subjetividades.

Segundo, existe a su vez una dimensión que podemos denominar “interna” del derecho,
que se corresponde a la formulación de algunos de éstos mismos elementos con la
conceptualización básica de lo jurídico que definen su núcleo y que al revisar el sistema
desde esta complejidad, todos ellos, a pesar de su centralidad conformativa, pierden su
pretendida “naturalidad” con la que se han presentado y permite sean reordenados y/o
sustituidos.

Si uno revisa la teoría tradicional del derecho, puede apreciarse que todo ese sistema
jurídico puede resumirse no en el sinnúmero de instituciones que lo van conformando,
sino en ciertos elementos matrices. El conjunto de instituciones y de intereses políticos
que se vierten a través de ellas en lo jurídico hace parecer que la construcción del
sistema dependiese de una casi inabarcable matriz, y sin embargo estos elementos son
una cantidad determinada.

En el núcleo de éste sistema del derecho liberal se ubican el sujeto, que en verdad es
personalidad legal que es una reducción del sujeto a individuos patrimoniales; su
voluntad dirigida a crear actos jurídicos como fuente de vínculos, como si fuese un
elemento ajeno a la subjetividad; las obligaciones que surgen de esos actos de voluntad y
las sanciones para el caso de incumplimiento y siempre esta relación es en un solo
sentido unidireccional. En una esfera más externa se encuentra un entorno que sirve de
soporte a ese funcionamiento y que esta constituido por el espacio público, es decir las
relaciones políticas del sistema que se genera entre las instituciones; un espacio
geográfico, un sistema patrimonial construido como intercambio mercantil y un uso del
tiempo como consolidación de éste sistema. A través de ellos se mueve la

145
institucionalidad que se presenta como un Estado de Derecho que es sistema normativo
y principios fundamentales que en verdad son la ideología liberal que se manifiesta en
naturalismo conceptual, principalmente el patrimonio.

Podríamos representarlos de la siguiente forma:

E s p a c io p ú b lic o

S u je to

E s p a c io V o lu n ta d
T ie m p o
f is ic o
O b lig a c ió n

S a n c ió n

b ie n e s P rin c ip io s
In s titu c io n a lid a d id e o ló g ic o s

Sin embargo esos conceptos, a la forma que se presentan los bienes como necesidades y
no como satisfactores en la ideología liberal, en realidad falsean las relaciones sociales y
lo que hacen es imponer todo un paradigma como si no pudiese ser de otra forma. Sin
embargo una modificación y/o re-ordenación permiten una comprensión distinta del
derecho y las relaciones jurídicas. La propuesta, recogiendo todo lo que ya dije para un
nuevo derecho, pasa entonces a ser la siguiente que puede compararse al primero como
un otro orden posible:

146
Precaución
Comunidad
Espacios
de
relacionamiento

Sujeto

Entorno
Uso del
eco-social Respons Participa
abilidad ción
Tiempo

interacción

Bienes y Necesidades
recursos
Institucionalidad humanas

Cuando uno considera que el derecho es entonces una complejidad articulable y que la
formalidad, el patrimonio y la jerarquía quedan relativizados, podemos tener una nueva
y mejor comprensión del derecho y la juridicidad como fenómeno social de construcción
y uso para la emancipación.

Si el esquema de intercambio y satisfacción de las necesidades que al antes presentamos


incorporamos entonces para esta nueva distribución y orden, entonces pasa el sistema de
derecho finalista a su vez a estar ordenado de una forma que podemos exponer de la
siguiente manera:

147
S
Función Función
simbólica
instrumental Responsabilidad
P C
satisfactor
satisfactor

n
participació

Necesidades Responsabilidad
Precaución

I
R satisfactor
n
ció
ica
ind
Precaución rev

Función
Función F ideológica
procesal

Todo el derecho entonces adquiere dimensiones y posibilidades distintas y diferentes.


De un uso rígido, preestablecido, conservador, delineado ideológicamente en torno al
derecho de propiedad y el relacionamiento y la apropiación individual como forma no
de satisfacción de las necesidades sino de construcción de la sociedad y de sus
relaciones y uso de los recursos. Sin embargo es posible imaginar el derecho desde una
forma compleja en que los sujetos no son abstractos sino ubicables y concretos; ni las
necesidades y relaciones jurídicas formales sino materiales; ni la forma de relación
individualista y agotada en el contrato, sino colectiva y finalista; y en que el conflicto
no es nocivo sino parte del juego y la función procesal consiste precisamente en producir
esos nexos, en tejer una red de conexiones en que lo normativo debe funcionar como un
espacio de producción de conexiones e intercambios, como lo realizan las dendritas y
axónes en el proceso neuronal

148
Este nuevo derecho relacionado, relacional, integrado, participativo, materialista y
finalista parece abstracto, sin embargo al concebirlo visualmente podemos apreciar que
cada una de las posiciones y disposiciones de sujetos y elementos adquiere concreción, y
la tarea siguiente es entonces conseguir un soporte simbólico colectivo y un pool de
herramientas para su realización.

Sujeto

Poder

Espacio Entorno

Retórica

Institucionalidad
Norma
DE RE CHO

Burocracia

Tiempo

Fines Violencia

Subjetividad

149
En la sociedad moderna, que hemos definido como sociedad jurídico, el derecho
normativo, formal y patrimonialista ha insistido en el orden, en la conservación y en la
jerarquización de las relaciones sociales. Así el criterio normativo parece omnipresente y
susceptible de abarcar, envolver y producir todas las situaciones sociales,
incorporándolas y/o transformándolas (engulléndolas o subsumiéndolas en verdad) a la
lógica normativa de abstracción y tratamiento forma con independencia de las
igualdades o desigualdades sociales. El derecho parece rodearlo todo y estar a mano para
aplacar todo conflicto, todo disenso, toda inseguridad, toda desviación. Estamos
rodeados por lo jurídico en cuanto técnica, en cuanto tecnocracia, en cuanto ejercicio de
control y disciplinamiento, en cuanto institucionalidad y lazo Inter.-subjetivo, en tanto
poder y coacción. El resultado es que nos encontramos frente aun derecho que voy a
denominar como DERECHO PERIMÉTRICO que nos encierra y vigila, a la manera
de las cercas de una prisión o de una fosa que nos obliga o convence de vivir de una
determinada forma.

¿Es posible pensar el derecho de otra forma, imaginarlo en otra perspectiva social,
espacial, temporal y de sentido distinta de como lo hemos comprendido hasta ahora?.-
Mi respuesta es afirmativa. Probablemente en la lógica de los colonizadores era
necesario levantar cercos en que los de adentro fueran los libres y los de afuera los
presos para vivir (fuertes, ciudades empalizadas, etc) y lugares en que los de dentro
fueran los presos y los de fuera libres (cárceles, manicomios, regimientos, hospitales),
con lo que producían un extraño y complejo juego de inclusión y exclusión en que el
centro es definido pro quien tiene el poder material y simbólico, con independencia de
su ubicación real en el espacio geográfico. La geografía ha sido usada y manipulada para
levantar ciudades o campos de concentración, para actuar conquistándola y apropiándose
de todo o parte de ella estableciendo validez y legitimidad donde es la forma es lo que
determina donde me encuentro y no la situación material.

150
Frente a eso quiero imaginar otro derecho posible, uno que sea inclusivo, participativo,
integrativo, colectivo, perceptivo, precavido y responsable, uno en que ya no estemos
dentro o fuera sino donde los sujetos puedan decidir donde estar, removiendo los
obstáculos que lo impidan. Un derecho no del absoluto sino de la relación. Este nuevo
derecho, que recoge los principios de un nuevo paradigma permite revisar nuestras
propias acciones, conceptos y metodologías. Hablo de un derecho que salta por sobre la
niebla naturalista del derecho liberal moderno y permite hacer visible lo real de éste, de
su saber-verdad-poder intencionada; imaginar éste nuevo derecho implica cambiar la
mirada sobre lo jurídico, sobre lo social y sobre las relaciones que conforman esa
episteme; implica pensar de otro modo lo jurídico, asumir una disposición de
subjetividad distinta desde una emocionalidad distinta para cambiar la interacción entre
los elementos del derecho y entre los sujetos que son parte y entorno de éste a su vez.
Hablo de un sistema jurídico que denomino como DERECHO PARAMETRAL, que
no cerca sino que abre opciones de trabajo permanente.

Derechos humanos, acción constituyente y justicia. De okupas a comunidad


jurídica.

Señalé antes que además de pensar un nuevo derecho, del cual he intentado esbozar
algunos elementos para su formulación, era necesario además conseguir un soporte
simbólico colectivo que, al igual como en su oportunidad lo hizo el proyecto liberal
contra el poder absolutista político, pueda transformarse en un sentido común contra el
absolutismo económico y político que con el liberalismo ha profundizado a su padre
liberal. Esa es precisamente lo que pretendo exponer a continuación, señalando como, al
menos en las sociedades de origen conceptual occidental, el discurso de los Derechos
Humanos puede erigirse, en la dirección material y finalista que mencionamos, en ese
sentido común de civilización que una sociedad neo paradigmática requiere.

151
Los Derechos Humanos, derivados de esa expresión que ya señalamos como claroscura
que es el Derecho, viven ciertamente en una aporía de significado, en una polisemia a
pesar de todo hegemonizada por el individualismo liberal. Desde las Madres de la Plaza
de Mayo a la Asamblea de las Naciones Unidas, de Mario Benedetti escribiendo poemas
por los derechos de los izquierdos humanos a los Bush ordenando invadir Irak o
cualquier otro territorio que se les antoje, de las tesis doctorales al reclamo de una
trabajadora temporera semiesclavizada en Ciudad Juárez, Chile o Tailandia. Todos
hablan de Derechos Humanos de manera contradictoria e incluso opuesta, y sin embargo
me parece que los Derechos Humanos pueden ser la base para un nuevo sentido común
de la dignidad humana, que de sentido político a ese nuevo derecho que he venido
exponiendo, para convertirse “en la horma bajo la cual construir un nuevo concepto de
justicia y de3 equidad que tenga en cuenta la realidad de la exclusión de casi el 80% de
la humanidad de los beneficios”194 del orden global librecambista que se propone como
panacea civilizacional. Y tiene esa posibilidad por su fuerza conceptual pero también por
su tradición.

Los cambios de época, por radicales que sean, no inauguran todo de cero, no nacen de la
nada ni se aparecen del alto cielo. Como intenté mostrarlo en la primera parte de éste
trabajo, el surgimiento de la modernidad como época de reacción al absolutismo
teológico y político monárquico fue todo un proceso de largo aliento que aún está en
curso. Y esos cambios de época traen consigo una carga política y conceptual que se
gesta mucho antes y que emerge y se posiciona no exenta de contradicciones. La ahora
persistente noción de libertad política se aloja en rebeliones abiertas y soterradas a los
abusos monárquicos e inquisitoriales de la Europa católica medieval, el surgimiento de
la clase social que construyó el pensamiento jurídico hegemónico tiene que ver con ese
movimiento, y con ellos, por significar precisamente un grito político de libertad,
también la idea de que existían derechos que incluso en esa oleada entonces tímida del

194
Herrera Flores, Joaquin. Hacia una visión compleja de los Derechos Humanos. En: El vuelo de Anteo.
Derechos Humanos y Crítica de la razón liberal. Editorial Desclée de Brouwer, S.A. Bilbao. 2000. Pág.
44.

152
individuo, constituían un vínculo común de aspiración civilizacional frente al
absolutismo. Por eso es que señalé antes precisamente la necesidad de considerar al
derecho y específicamente a los derechos humanos desde la perspectiva tópico política
de clamor por la justicia y dignidad.

Los Derechos Humanos como concepto transversal y de largo aliento en la aspiración de


civilización, libertad y equidad es un grito político de JUSTICIA que comprende, se
aproxima e incluye al derecho, pero que a su vez lo excede y complementa, en la
“posibilidad de una justicia, es decir de una ley que no solo excede o contradice el
derecho, sino que quizás no tiene ninguna relación con el derecho o que mantiene una
relación tan extraña que lo mismo puede exigir el derecho como excluirlo” 195. Una señal
de libertad y de dignidad con independencia de los discursos , de las cartas de derecho
aprobadas o no, ratificadas o no, y que ha servido para resistir y para movilizar y para
construir espacios de justicia en las realidades más apremiantes, incluso cuando los
guardianes sociales de la libertad se despliegan para coartarla. Se trata de una verdadera
aporía que confronta a la ya contradictoria posibilidad del derecho como instrumento de
emancipación y control, y que a pesar de las dificultades que parecen hacer imposible la
dignidad la construyen incluso en la derrota de la experiencia o en la muerte de sus
portadores. Una noción de lo justo que en su aporía encuentra sin embargo su carácter
apodíctico de “experiencia de lo imposible”196 que permite unir libertad y dignidad en
una experiencia de sentido de pertenencia colectiva a una comunidad de sujetos
construyendo su subjetividad y su entorno bio- psico-social en la individuación o en la
lucha masiva. Esa experiencia de sentir y de sentido político que se expresa en los
Derechos Humanos estalla en la posibilidad de reclamar del derecho un sentido
profundo de justicia, “que no es solo un concepto jurídico o político, (sino que) abre al
porvenir la transformación, el cambio o la refundación del derecho y la política” 197 más

195
Derrida, Jacques. Fuerza de Ley. El fundamento místico de la autoridad”. Madrid. Editorial Tecnos.
2002. Pág. 16.
196
Derrida. Jacques. Obra citada. Pág. 39.
197
Derrida. Jacques. Obra citada. Pág. 64.

153
allá de los cálculos que en el sentido técnico instrumental que estas adquieren los
limitan.

Lo anterior nos obliga, al igual que lo hemos hecho con la ciencia, el sujeto y el derecho,
a reformularnos las preguntas que parecen guiar el concepto de Derechos Humanos.

En las teorías tradicionales del derecho y la ciencia política, la pretensión de totalidad


conceptual de las ciencias modernas se encarna precisamente en el carácter esencialista y
naturalista que pretende darse también a los Derechos Humanos, como si las cosas
requiriesen un significado único que las permita y que prima sobre las posibilidades
simbólicas del significante y la diversidad axiológica que de allí puede resultar. “El
problema el nombre o denominación de los llamados derechos humanos está ligado con
el de su concepto, y este, a su vez con el de su fundamentación” 198 señalan los manuales
de estudio, centrando toda la cuestión en la pregunta por el Que: que son los derechos
humanos, que se entiende por ello, que los constituye, que los fundamenta. Y ésta
pretensión o es intencionalmente puesta para homologar en la abstracción e imponer un
sentido de neutralidad de los conceptos, o bien es un acto académico iluso de lo que
acontece afuera de los salones de discusión, o un poco de ambos. “Los derechos
humanos no son categorías normativas que existen en un mundo ideal que espera ser
puesto en práctica por la acción social” 199 como pretende enseñarse, sino procesos
históricos y culturales concretos, vivenciables y verificables.

La pregunta que debe plantearse no es “que son los derechos humanos” sino otra de
contendido material y finalista: como, cuando y donde tienen lugar esos derechos, ese
sentido de justicia y dignidad a que antes aludíamos. La pregunta por los derechos
humanos no es una cuestión de definiciones, de pura consagración en cartas estatutarias

198
Squella Narducci, Agustín. Introducción al Derecho. Santiago-Chile. Editorial Jurídica de Chile. 2000.
Pág. 157.
199
Herrera Flores, Joaquin. Hacia una visión compleja de los Derechos Humanos. En: El vuelo de Anteo.
Derechos Humanos y Crítica de la razón liberal. Editorial Desclée de Brouwer, S.A. Bilbao. 2000. Pág.
44.

154
que requieran procesabilidad sino una perspectiva de producción social de éstos. Desde
esa actividad de reconstrucción y redefinición constante, la dignidad humana no es una
atribución ontológica predefinida sino una acción, la de su construcción, la de la lucha
permanente por su constitución de dignidad en una lucha por ella misma y su
posibilidad. Un acto cultural de los sujetos constituyentes como animales culturales,
como lo define Joaquín Herrera, esto es “sujetos que tienen la capacidad y posibilidad de
reaccionar creativamente ante las realidades en que viven” 200.

Esta es la perspectiva de los Derechos Humanos que mejor cumple con dos requisitos
que permiten construir un nuevo paradigma jurídico, científico, social y político para las
necesidades humanas:

Primero la de superar el monismo epistemológico y la lógica formal que acaba haciendo


primar la jerarquía y el control (en definitiva dominio) por sobre la integración y
potenciación de los sujetos. De colocar la normativa como un perímetro que no debe
cruzarse para asegurar los valores sociales no explicitados más que genéricamente como
paz, justicia y seguridad; pasamos a desarrollarlo en un actuar acorde con la noción de
derecho parametral que hemos expuesto. Ya no un derecho que señala una sola noción o
un sentido unívoco de desarrollo, interpretación y aplicación, sino uno que permite
pasar de la abstracción a la realidad. Si los derechos son un satisfactor de las necesidades
humanas fundamentales y requieren más que elaboración concreción material, y ese es el
fin que dirige lo jurídico, un sentido constructivista de los Derechos Humanos permite
precisamente poner el acento en la satisfacción concreta de necesidades, lo que debe
dirigir la acción y medirla en indicadores también concretos: como son esos derechos en
relación con la necesidad que debe cubrir y satisfacer, cuando tienen lugar, en que
plazos concretos de un ahora y no de un mañana siempre postergable y un donde, es
decir en que lugar histórico, material, social y simbólico se concretizan mediante la

200
Herrera Flores, Joaquín. El Proceso Cultural, Materiales para la creatividad humana. Sevilla.
Aconcagua Libros. 2005. Pág. 19.

155
satisfacción más efectiva posible de la necesidad que impide la dignidad, coarta la
libertad, vulnera la igualdad, impide la participación y obsta a la integración.

Segundo, por que es precisamente esa noción amplia de los Derechos Humanos, ubicada
en la perspectiva de la pirámide invertida de prioridad de derechos colectivos por sobre
los individuales, sin borrarlos, la que hace eco, se moviliza y juega con el sentido de
justicia que expresan los sujetos. Ese grito de inclusión, de participación y de justicia no
es un grito individual, aunque se exprese a veces “personificándose” a veces
“movimentándose” socialmente.

En el viejo paradigma de lo jurídico, no obstante los cada vez más potentes intentos por
subordinarlos a una noción formal, los Derechos Humanos, a pesar de todo, lograron
subsistir como un sentido de justicia y dignidad. A pesar de eso y de incluso contenerse
en los ordenamientos era difícil concretarlo, toda vez que la perspectiva de construcción
era siempre dándole prioridad a la forma individual, que está construida como
patrimonialista y desde una ciudadanía políticamente derivativa y mediada. Esa
perspectiva termina por colocar a quienes luchan por los derechos humanos más allá de
la individualidad y el patrimonio en una suerte de permanentes vociferadores del
reclamo, que cuando logran un triunfo éste es con gran esfuerzo pero a su vez
susceptible de ser aislado.

Hasta ahora quienes han luchado por los derechos humanos se vuelven unos residentes
no legitimados de la institucionalidad y el modelo jurídico, una suerte de “okupas” de
espacios jurídicos de que se les ha privado y que requieren ser recuperados. De lo que se
trata sin embargo es de dar un paso más allá de la lógica jurídica normativo-formal de la
modernidad y es producir no procesos sólo de ocupación sino de creación de los
derechos y de potenciación de esas experiencias, pasando de la “habitación” de lo
jurídico a la vivenciación y construcción de los mismos en un sentido de comunidad,

156
que se propone hacer de los Derechos Humanos no artefactos legales sino prácticas
jurídicas, sociales y políticas de civilización versus la barbarie patriarcal, cientifista,
librecambista y patrimonialista de la modernidad; que opone a esas estructuras su
indignación por el despojo, pero que luego reconvierte la misma en dignidad que supera
esa indignación.

El nuevo sentido común que se propone es precisamente el que sintoniza, a nivel


material, concreto, histórico, cultural e instrumental con ese anhelo de justicia que es la
parte olvidada del viejo paradigma y necesaria de potenciar en el nuevo. Cuando el
derecho que surge de la sociedad misma, de los sujetos que rompen el individualismo
propietario, de las acciones de éstos por satisfacer sus necesidades, de sus luchas por la
participación y la dignidad, hace sintonía con las luchas y anhelos colectivos de justicia,
a ésta altura necesidad no solo ética y política sino también de verdadera y urgente
necesidad bio-socio-sustentable, y que hacen posible plantear el nuevo paradigma en un
sentido común de un derecho nuevo, pluralista, creativo y creacionista, que logra,
precisamente por eso, pensar en otro mundo posible.

157
SEGUNDA PARTE.
EL JUEGO DE LOS DERECHOS.

158
CAPITULO CUARTO.
RECONOCER ESPACIOS, CONSTRUIR SUBJETIVIDADES.

En la primera parte intenté mostrar los límites de la modernidad y las limitaciones del
derecho moderno para abarcar y dar razón de los derechos sociales; planteando el punto
no desde los limites instrumentales, procedimentales o de funcionamiento institucional,
sino que buscando líneas que en su propia genealogía marcaban dicha insuficiencia. Las
razones del agotamiento del Derecho formal como articulador e integrador social, y de
la limitación para dar respuesta a las necesidades sociales, individuales y colectivas,
radican no solo en problemas de ajuste de herramientas y recursos que dependen del
desarrollo económico, cultural e institucional de cada nación y/o comunidad, sino en la
razón misma que sustenta la formación jurídica moderna. Construida sobre la
individualidad como punto de vista único para mirar, construir y actuar en lo social, en
base a una igualdad formal que disuelve las diferencias produciendo un filtro que se
ubica en la capacidad propietaria de cada individuo para acceder a la forma contractual,
instrumento de comunicabilidad entre ellos, con un sistema de Estado como
condenzación y garante de ese orden del y para el individuo propietario, todo aquello
que requiriese soluciones distintas quedaba limitado a ese modelo paradigmático del
fraccionamiento de la realidad y a una mirada abstracta y cientifista de los contactos de
los sujetos. Lo colectivo y no patrimonial lucrativo queda relegado a planes de
imposibilidad o ilegalidad (criminalización de la pobreza y sus conflictos).

Intenté a su vez mostrar como era posible sintetizar una plataforma desde donde
construir nuevos paradigmas de la complejidad, la pluralidad, la interculturalidad, la
integración, el no sexismo, la responsabilidad, la solidaridad y la dignidad; y como ello
era observable, concebible y luego traducible a una concepción del Derecho que,
sustentada en esos pilares neoparadigmáticos sirviese para construir una teoría y una

159
práctica jurídica distinta. Señalé además como esa práctica requería atender a una nueva
disposición de lo jurídico como un proceso múltiple y abierto, el que requería a su vez
instrumentos que fuesen coherentes con su sentido y razón jurídica plural y colectiva.

En esa línea de herramientas apropiadas, quiero precisamente acompañar dos modelos


prácticos que sirvan para construir esa nueva racionalidad y esa nueva práctica de lo
jurídico, en el sentido materialista y finalista sobre el cual ya me explayé en la primera
parte. Y quiero hacerlo retomando precisamente la perspectiva metodológica trabajada
en la primera parte, como punto de inicio para explicar el por qué y como de éstos
modelos que a continuación reproduzco y que son propuestos como formas de acción
jurídica para un nuevo derecho, poniendo el énfasis en una afirmación que, precisamente
esa genealogía que utilicé en la primera parte expone: que todo modelo o instrumento
debe ser coherente con sus principios para producir sus efectos y reproducir sus
condiciones de construcción y de aplicación. A mi juicio es precisamente esa
incoherencia es la que ha hecho que, por mayor inclusión formal y verbal que se haga de
los derechos sociales en los instrumentos jurídicos modernos, adolecen de limitación y
resultan ineficaces precisamente por ser contradictorias con el núcleo individualista y
patrimonialista que las genera y alberga.

El siguiente esquema reproduce esa metodología de que hablé en la primera parte y que
consistía en cinco pasos: hacer visible lo real, cambiar la mirada, pensar de otro modo,
cambiar la emocionalidad y cambiar la interacción.

160
Hacer visible Cambiar la
lo real mirada

Pensar
de otro modo

Cambiar la Cambiar la
interacción emocionalidad

Quiero mantener a la vista éste esquema precisamente por que, a partir de ésta
metodología, con la substancialidad que para cada nodo ya expuse en su oportunidad, se
han elaborado los modelos que se proponen, como formas de reproducir esa “otra
mirada” y de dialogar con quienes tienen una similar en esfuerzos teórico-prácticos que
pueden conjugarse en pos de un objetivo común en lo jurídico: la construcción de
nuevas subjetividades en juego y despliegue en torno a sus derechos y necesidades, lo
que requiere y se traduce a su vez en nuevos sujetos jurídicos capaz de desarrollar y
sustentar esa acción. Es precisamente la necesidad de nuevos y distintos sujetos al
individuo propietario lo que subyace en la instrumentalidad que se mostrará, como una
necesidad y una propuesta para otro derecho: un sujeto no todopoderoso ni egocéntrico
sino construido en la intersubjetividad colectiva y en la solidaridad e intercambio. “Para
encontrar al otro hay que repensarse a si mismo: la formación del yo, las tensiones, los

161
conflictos que desde que vinimos al mundo, separándonos de la madre, nos impulsan
contradictoriamente hacia la autonomía y la relación”201

Como puede verse en el esquema, el punto central para una acción neoparadigmática
radica precisamente en pensar de otra manera la realidad, para - cambiando nuestras
formas de mirar y de interactuar sobre la misma, provocar una tensión que, bajo el
paradigma del conflicto como negatividad, puede resultar paralizante, ya que tienen a
todo conflicto como punto de ruptura que es preciso disolver básicamente por represión
o control, pero que bajo una nueva mirara puede potenciarse desde otro interactuar que
incorpore, además de razón, emocionalidad como forma de pensar/hacer la realidad.
Esta es entonces una propuesta que no niega ni reprime el conflicto sino que busca
precisamente hacerlo visible en toda su dimensión, para luego trabajar desde él en una
salida en que incluso las rupturas sean no el punto de término sino alternativas de
construcción de un estadio posterior de interacción y de mutación de la realidad.

Los estados de conflicto, que en la tensión entre individualidad y relacionamiento se


producen, y que pretendemos influir desde una perspectiva de la tensión social más
amplia y comprensiva que el solo control o ruptura, se nos presentan siempre como foco
de anormalidad y de destrucción, como si el no conflicto fuese lo anormal y una cierta
“paz abstracta” fuese lo sano y deseable. Se oculta así que “El cambio social, al igual
que el control social, constituye un objetivo de influencia” 202 y que el consenso que se
propone hasta ahora es en realidad control y no potenciación de los escenarios de
conflicto no como puntos de disrupción de la normalidad sino de solución y
reconstrucción del entorno y de las relaciones que en él se producen. Ese escenario de la
negación de los conflictos como posibilidad “los individuos y los grupos actúan según la
hipótesis de que una persona que no es como ellos no es persona. Solo progresivamente
nos damos cuenta que el no yo es otro yo´´.203

201
Barcellona, Pietro. Postmodernidad y Comunidad. El Regreso de la vinculación social. Madrid.
Editorial Trotta S.A. 1992. Pág. 118.
202
Moscovici, Serge. Psicología de las minorías activas. Madrid. Ediciones Morata S.A. 1981. Pág. 122.
203
Moscovici, Serge. Obra citada. Pág. 212.

162
En las propuestas que siguen, precisamente se opera no solo sobre una lógica opuesta a
la lógica binaria que, para evitar rupturas y conflictos reprime, controla y aísla a los
sujetos en tanto individuos, sino se obra en base una propuesta que pretende poner la
tensión del conflicto existente en la realidad en una tensión mayor que tienda a su
inclusión y solución y no a la ruptura/represión, sino que además observe el escenario
como posibilidad de reconstrucción. Así el conflicto no es “mal” que escapa al bien,
sino que “El conflicto conlleva un propósito, por que el protagonista siempre encuentra
alguna forma de solucionarlo”204

Ambas propuestas se construyen además no desde una lógica de la bipolaridad ser-deber


ser, sino desde la triada ver-pensar-actuar.

El primero de los modelos que se desarrollan, y que he denominado como “Monitoreo


de Derechos” pretende ser, metodológicamente hablando, un prisma para mirar entre la
visibilización de la realidad y una aproximación a los derechos no desde la mirada
abstracta y formal de las cartas de derechos, sino desde una perspectiva que los piensa y
materializa en una propuesta tangible, en que el derecho observado se traduce en
conceptos y éstos en indicadores muy concretos de observar, analizar y actuar sobre
ellos para provocar modificaciones respecto de la situación original.

A partir de una petición que me fue formulada para analizar la realidad de los Derechos
de Infancia, centrada en los adolescentes entre 10 a 17 años, sobre la real concreción de
sus derechos por la institucionalidad del Estado Chileno en su cumplimiento de la
Convención de los Derechos del Niño, se construyó un modelo que pretendía encontrar,
repensar y proponer pautas de modificación sobre un espacio de la realidad en que,
aparentemente, los derechos existen por el hecho de encontrarse consagrados, en la
especie en la adopción por el Estado Chileno de dicha convención y su incorporación a
la legislación internar del estado.

204
Monedero, Carmelo. Antropología y Psicología. Madrid. Ediciones Pirámide S.A. 1995. Pág. 136.

163
La construcción de éste modelo se cimienta sobre las siguientes bases teóricas que son
concordantes con el modelo jurídico neo-paradigmático sobre el que se trabaja en ésta
investigación:

Desde una perspectiva general y en relación con la particular situación de los suejtos
sociales, y en especial de la juventud, en las sociedades de consumo, hay dos
fundamentos que sirven de cimiento a la construcción del modelo:

Primero: en las sociedades modernas, especialmente en la urbanidad y las disposiciones


arquitectónicas que se imponen a los sujetos, se ha desarrollado una singular forma de
trasladara las ciudades el binomio inclusión-exclusión, estableciendo cada vez más
barreras aparentemente invisibles de ordenamiento y/o segregación, que resultan sin
embargo extraordinariamente tangibles. En las urbes existen verdaderos güethos con
fronteras definidas y que son ocupados por grupos sociales concretos y ordenados en
torno a alguna característica racial, de origen o de capacidad económica de sus
habitantes (indígenas, negros, emigrantes, poblaciones marginales populares o favelas,
etc). Pero además se han creado otros espacios de delimitación no solo territoriales sino
también simbólicos, en que la “tribu” a la que se pertenece, el genero, la identidad
sexual o la edad que se posee constituyen barreras de segregación en torno a las cuales
funciona el proceso inclusión-exclusión.

Se trata de una arquitectura de fronteras invisibles, en base a una tecnología


denominada como del “muro permeable”, en que lo fundamental es la visibilidad “en el
cual el muro, aunque permeable, aísla también de la vida de la calle las actividades que
se desarrollan en el interior del edificio. En este concepto de diseño se combinan la
estética de la visibilidad y el aislamiento social”205.

205
Sennett, Richard. El declive del hombre público. Barcelona. Ediciones Península . 2002. Pág. 40

164
El modelo que se propone intenta precisamente romper el juego de la arquitectura social
de la vidriera, haciendo visible esas fronteras o límites que constituyen accesos o muros
en los flujos comunicativos y redes de poder social. Hablamos de ésta arquitectura de
vidriera en que a pesar de poner muros transparentes que permiten el intercambio de
miradas lugares aledaños, no significa la existencia de relaciones reales entre los
ocupantes de esos lugares. Se trata entonces de hacer visibles esas paredes transparentes,
proponiendo acercamientos transversales para la integración y no la exclusión y/o
separación entre sujetos y los espacios de la política institucional que los tiene como
destinatarios. Concebido el estado de esa misma forma, las políticas de integración
social para los actores que necesitan solución a sus problemas, donde estos son objeto de
focalización de políticas públicas construidas sobre la lógica neoliberal de la
minimización del coste de los recursos y maximización de las utilidades, con
subordinación del beneficio comunitario de estas decisiones, sin una verdadera inserción
ni participación de los destinatarios, requiere de mecanismos que hagan visibles esas
vidrieras que dejan pasar la luz pero no a los sujetos ni sus ruidos. Romper con ese
aislamiento es romper con la inercia de la no participación de los sujetos en los espacios
de intercambio que deberían ser de afección entre estado y sociedad.

El segundo presupuesto dice relación directa con el lugar de la juventud en la sociedad y


las relaciones de perversidad latente a que se ven sometidas, especialmente en América
Latina. Se trata de una tensión contradicción que no se resuelve fácilmente desde la
formalidad: la del sujeto joven como esperanza del futuro social (en la perspectiva
moderna del tiempo que pone en el futuro lineal toda esperanza) versus su exclusión
actual y creciente de las decisiones y el manejo de recursos, salvo para actualizar sus
deseos de consumo que impliquen actualización del capital y no de sus derechos. Flota
sobre los jóvenes una tensión que resume de alguna forma todas las demás de un sistema
de futuro prometido y presente cada vez mas difuso en cuanto a ciudadanía y derechos.
Por un lado autodeterminación y protagonismo; por el otro precariedad y
desmovilización. No obstante la tecnología y el consumo, los discursos políticos y
morales de fe en la juventud, su inclusión real en los sistemas políticos y económicos es

165
cada vez más débil. Al analizar el segmento infantil y juvenil de la sociedad en base al
derecho de participación, aparece con elocuencia que “de los jóvenes como
protagonistas de proyectos de cambio pasamos, en la esfera del discurso público, a los
jóvenes como objetos de políticas sociales y como sujetos de derechos”206, hipotecando
el presente (y futuro) en base a una promesa de bienestar que no se cumple ni ahora ni
mañana. “La juventud esta entonces atrapada en una doble contradicción: entre la
autonomía moral y la heteronomía material, pero también entre la gratificación
inmediata y la gratificación diferida”207. Romper con esa exclusión etárea de los sujetos
que solo son incluíbles en tanto sean o no funcionales al consumo, parece una
radicalidad exigible a los derechos humanos como apuesta de democracia real, así como
a una juridicidad material y finalista que rompa con la antropología individualista y
propietaria que sirve de pauta a las relaciones sociales.

Desde una perspectiva jurídica amplia entonces, los fundamentos para el modelo de
Monitoreo de Derechos son los siguientes:

1. Los derechos, planteados como formalizaciones abstractas, requieren para su


vigencia efectiva, no solo una institucionalidad procesal a la cual requerir su
reclamación, sino una concreción teórica que traduzca los derechos en conceptos
apropiables, cognoscibles, medibles y modificables; lo que requiere traducirlos a
su vez en una serie de indicadores efectivos que demuestran que los derechos, al
igual que los instrumentos de política social o de política económica, son
susceptibles de actualizaciones extrajudiciales y extra estatutarias más allá de la
decisión de orientar por ellos las políticas públicas.

2. La localización de los derechos es posible colocarlas en otros espacios que no


son ni la de los estatutos, cartas o normas que los contienen ni de la esfera de la
206
Hopenhayn, Martín. América Latina Desigual y descentrada. Buenos Aires- Grupo Editorial Norma.
2005. Pág. 155.
207
Hopenhayn, Martín. Obra citada. Pág.. 204.

166
judiciablidad, sino también en los espacios del despliegue del estado hacia la
sociedad y de los sujetos sociales que son objeto de esas políticas. Es en el
espacio de afección entre ambos polos donde debe buscarse, pensarse y actuar
para modificar la interacción.

3. A su vez esos espacios, que van desde lo íntimo a lo nacional, pueden para ser
analizados, ampliarse incluso a la relación entre estados y bloques si fuese
necesario. Como se verá para el desarrollo de las preguntas que uno de los
cuestionarios incluye, se va desde el espacio del hogar al de la comunidad y la
nación como lugares que son traspasados por el mensaje jurídico y sus efectos
relación

4. A su vez se ha considerado al sujeto “infancia” más allá de un abstracto formal


de ejercicio eventual, sino como sujetos efectivos y actuales de capacidad y
potencialidad jurídica, que poseen juicio, razón y sentido de actuación sobre sus
espacios próximos, medios y lejanos. Su opinión y actuación es “mirada” tal
como se mira al sujeto definido en la normatividad como sujeto pleno, es decir
con capacidad de raciocinio, juzgamiento y capacidad de acción.

5. A su vez se busca distinguir a los sujetos destinatarios y actores de los derechos


de aquellos sujetos que, en orden de priorización, deben ser puestos al servicio de
los primeros. Se considera pues que el sujeto institucional es en verdad una
función o un rol satisfactor de los derechos y no un sujeto de esencia propia con
valoración superior a los destinatarios. El sujeto institucional estatal y
comunitario debe ser en verdad constituido, visualizado y analizado sobre la
lógica de ser un facilitador de la interacción social y de subordinación a la
concreción material de los derechos y en una perspectiva finalista de actuación,
de legitimidad material y no puramente formal.

167
6. La mirada que se ha usado sobre los derechos entonces es material y finalista.
Material en cuanto señala como presupuesto que estos deben concretarse en
lugares individuales, sociales, comunitarios e institucionales (escuela, ciudad,
estado) muy concretos. Finalistas, en tanto busca su concreción no solo
enunciativa sino como fin y satisfactor del propio derecho como de otros
derechos interconjugables entre sí.

7. Se ha actuado a su vez sobre un derecho de contendido al parecer altamente


abstracto, como es el “Derecho de Participación”, el que parece de difícil y
complicada forma de implementar, buscando demostrar que para su trabajo es
más fácil y más difícil de lo que al hablar de él en abstracto se presenta. Al
convertirlo en indicadores que lo expresen es posible pensar en su desarrollo,
formas de implementar vías de concreción y reclamación.

8. Este a su vez es un derecho clave para la democracia, la afección, la


colectivización de la vida social más allá del individuo y su patrimonio. En la
posibilidad de buscar elementos de apertura, desarrollo y cierre de los procesos
democráticos, de base o institucionales, se encuentra la esencia de una
democracia material, finalista y radical frente a una democracia meramente
formal como es la democracia liberal.

9. La forma además de contabilizar el fenómeno es distinta a la numerología de la


sociología cuantitativa generalmente en uso para el análisis de problemas y
fenómenos sociales. En sociología, habitualmente se contraponen las
metodologías cualitativas con las cuantitativas, dando a las primeras un menor
valor que a las de contenido numérico, como si las opiniones fuesen sólo un
indicador complementario. Hay allí una raíz positivista innegable, que repone el
juego de verdad-saber de la modernidad y que no incluye la diversidad, ni da
valor a la mirada particular de los sujetos, que al no colocarla en el centro y al
discriminar entre objeto observable y sujeto que observa y analiza, en definitiva

168
excluye. La metodología cuantitativa denunciada, que analiza en base a pre-
valencia numérica, en base a tendencias que son justificables o atendibles en la
medida que constituyen porcentajes mayores que los menores, excluyendo o
cuando menos subordinando los guarismos menores a los superiores, es la
expresión de ese juego de fronteras que permiten la visibilidad pero no el
encuentro. Nuestra perspectiva es completamente otra. Valorando los polos de la
numeralidad tanto como el de la individualidad cualitativa de la subjetividad, se
señala con toda fuerza y claridad que los derechos no son cuantificables sino que
deben ser medidos no desde la mayoría o desde la minoría no cubierta. Desde
una perspectiva radical de los derechos humanos no se requiere saber el
porcentaje de sujetos por atender o por medir respecto de los cuales se satisface
un derecho, sino que al contrario, es una perspectiva de radicalidad máxima:
basta un solo sujeto en quien el derecho no se concretice para definir el sistema
como fallido y reorientar la sinergia de sus elementos hacia una satisfacción no
individual sino colectiva e inclusiva.

169
El segundo Modelo de trabajo que se propone, y que denominaré como EL JUEGO DE
LOS DERECHOS, es un instrumento que presenta tres características que son a su vez
fundamentos y objetivos. Se trata de un instrumento de trabajo procesal, lúdico y
dialógico que pretende, como objetivos, poner en el centro de la discusión la concreción
y satisfacción de los Derechos Humanos como base de la Dignidad Humana y servir
como método de trabajo para grupos y comunidades que quieran hacer esa evaluación en
torno a sus derechos.

En primer lugar, se trata de un INSTRUMENTO PROCESAL, lo que quiere decir que


se erige a partir de una de las funciones específicas del derecho, como es el carácter de
herramienta de proceso de los conflictos, y que busca establecer un ritual que permita
enfrentar ese problema, definirse y ubicarse a los involucrados partes en sus relaciones
con los otros relacionados, discutir acerca de sus derechos, establecer una estrategia para
su consecución y “obtener por su intermedio” un resultado de concreción de sus
derechos.

En el derecho formal, lo que se denomina “PROCESO” y que es materia de estudio del


Derecho Procesal queda restringido a los mecanismos judiciales por adjudicación de
resolución de conflictos, que suponen una restricción del conflicto solo a su faceta
formal y normativa, subordinando las causas, los efectos y las relaciones sociales a
medios probatorios de fundamentación formal de las pretensiones, de manera que al
final de ese “procedimiento” una de las partes obtenga satisfacción de sus pretensiones
con exclusión de la otra, construyendo una verdad formal de carácter introspectiva y
cerrada, auto-fundada y justificada en si mismo. Se trata de una visión que opera en la
misma lógica binaria y propietaria de todo el derecho estatal moderno. Para ésta
concepción todo proceso “es un ¨processus iudicii¨ como decían las fuentes, es un
proceso que desemboca en el juicio”208 de manera que la pregunta por la verdad “del

208
Ramos Méndez, Francisco. Derecho, Proceso y Procedimiento. El Proceso que debemos enseñar. En
“Seminario sobre la enseñanza del derecho procesal”. Santiago de Chile. Cuadernos de análisis jurídico Nº
23, serie seminarios. Escuela de Derecho, Universidad Diego Portales. 1992. Pág. 70.

170
¨quid est Veritas?¨, se responden con otra pregunta: Quid est iudicium?” 209 y en que
desde lo axiológico se le entiende en un doble sentido: “por una parte como forma de
comportarse por y ante los tribunales según las prescripciones de la ley y, por la otra,
como dogma o formulación científica de esos comportamientos o ritos legales.” 210. Fiel
a su raíz formalista, monista y estatal el único medio de resolución de conflictos
legitimado formalmente es éste procedimiento legal y sus mecanismos propios o
relacionados (mediación, arbitraje). El proceso no se forma entonces por las relaciones
entre las partes y los puntos de contacto, conflicto y situación de las partes y el devenir
de éstas sino por materiales formales y “objetivados”: “Se formará el proceso con los
escritos, documentos y actuaciones de toda especie que se presenten o verifiquen en el
juicio”211.

La pregunta y la apuesta es entonces si es posible construir sistemas procesales no


jurisdiccionales que, a pesar que el someter la realidad social a la burocracia siempre sea
una forma de reducir su complejidad, puedan constituirse en un escenario ampliado más
allá de los diseños formales de subsunción y adjudicación, que den cuenta no solo de
una ampliación de la representación de las partes - como cuando se permite la
participación procesal sin representación de abogados – o de una desrigidización de los
criterios de decisión – como los sistemas de sentencias dictadas en base a la sana crítica
- o de una cierta desformalización del procedimiento – como en la mediación o los
arbitrajes - ; sino que procedimientos que sirvan para incluir la totalidad de los
momentos del conflicto (antes durante y después), la complejidad de las relaciones
sociales en que están inmersos dichos conflictos, la pluralidad de intereses, causas y
efectos de las decisiones y, sobre todo, una ampliación del poder de decisión de los
sujetos respecto de sus instancias, actuaciones y resoluciones, en que la parte que les es
atribuible de éxito o fracaso en sus pretensiones sea efectivamente parte y consecuencia

209
Ramos Méndez, Francisco. Obra citada. Pág. 70.
210
Cerda Fernández, Carlos. Temas trascendentales para la actual teoría del proceso. En “Estudios de
Derecho Procesal”. Cuadernos de análisis jurídico Nº 29, serie seminarios. Santiago de Chile. Escuela de
Derecho, Universidad Diego Portales. 1994. Pág. 25.
211
Artículo 29. Código de Procedimiento Civil Chileno.

171
de sus actuaciones y decisiones y de la forma como construyen mecanismos de control y
seguimiento del conflicto y sus acciones.

Así entonces, he construido un modelo que dé cuenta de una burocracia al servicio de


los espacios retóricos y de su posibilidad de uso por los sujetos participantes, con la
participación de un mediador/facilitador de esa articulación; un proceso en que se les
permita determinar un problema colectivo, compartido y consensuado a partir del cual
comenzar una discusión que se retrotraiga hacia sus efectos, en la gama más amplia
posible de descubrir, que sirva de escenario para una discusión acerca de las
consecuencias cotidianas que éste trae consigo, y que sirva para recoger las diversas
miradas y emociones frente al problema, así como también para reunir la experiencia
que se tiene sobre el mismo y avanzar en un proceso de abstracción y teorización de
éste, “no como un salto a lo teórico sino como un proceso sistemático, ordenado,
progresivo y al ritmo de los participantes, que permita ir descubriendo los elementos
teóricos e ir profundizando de acuerdo al nivel de avance del grupo” 212 a través de
caminos y practicas en que las salidas y posibilidades siempre son más de una, y en todo
caso definidas por los propios sujetos.

Se trata de un procedimiento que en vez de concluir en un cierre adjudicatorio se abre


hacia un abanico de posibilidades de acción en que se prueba, apropia y redistribuye la
experiencia y la situación de poder de los sujetos. Pero se trata además de una
experiencia procedimental que busca por una parte “siempre regresar a la práctica para
transformarla, mejorarla y resolverla; es decir, regresar con nuevos elementos que
permitan que el conocimiento inicial, la situación, el sentir del cual partimos, ahora nos
lo podemos explicar y entender, integral y cientificamente”213 para fundar nuestras
acciones a posteriori; pero que por la otra busca romper con ese cerco de fragmentación
de la existencia en que terminan los procesos judiciales, en que existe una suerte de
irresponsabilidad legitimada formalmente respecto de los efectos ulteriores por parte del
212
Equipo Alforja. Técnicas participativas para la educación popular. Santiago de Chile. Ediciones Cide.
(Centro de investigación y Desarrollo de la Educación). 1987. Pág. 4.
213
Equipo Alforja. Obra citada. Pág. 4.

172
sentenciador pero también por parte de los sujetos procesales a los que se les priva de
una reflexión de su situación modificada; se ha buscado construir además un espacio de
evaluación de las decisiones, resoluciones y actuaciones de los sujetos, de modo que
ellos mismos puedan proponer, actuar, resolver en sus posibilidades y evaluar que se
obtuvo y como, cual es el nuevo escenario post conflicto y post actuación así como
definir que es necesario para ese nuevo escenario.

De ésta forma lo que se busca no es suplantar totalmente a los procedimientos formales,


los que en aquellos aspectos posibles de decidir por adjudicación resultan , aun sujetos a
revisión para acercar la verdad real a la formal, ser una necesidad en el espacio de la
disponibilidad formal de ciertos derechos de carácter esencialmente individual. Lo que
se busca en cambio es construir procedimientos para aquellos derechos no disponibles ni
accesibles de manera individual y para los que en la institucionalidad se carece de
instancia.

En segundo lugar se trata de CONSTRUIR MODELOS LÚDICOS, en que el


concepto de juego expresa una complejidad de interacciones que es mayor, en
significado y en comprensión, que el solo significado de las reglas en que se constituyó
el derecho moderno.

El derecho moderno al elevar las reglas a la máxima y única expresión de lo jurídico


terminó por transformar en un fetiche las relaciones sociales que se expresan a través de
la forma jurídica, cosificando las relaciones, haciendo de las reglas del juego el centro de
la atención e invisibilizando de esa forma todo el resto del escenario donde las
estrategias de resolución de los conflictos se presentan. Así, aparece la sujeción a las
reglas como el centro del debate y no las relaciones e intercambios sociales para los
cuales esas reglas fueron construidas como mediadoras. El conflicto deviene en formal y
no en material y permite aislarlo, particularizarlo, fragmentando, restringirlo a un
escenario que deja abiertos e indiscutidos los escenarios de circulación del poder y de
los bienes donde en verdad se origina el conflicto. De ésta forma el sistema se reproduce

173
minimizando costes de conflicto. De ésta forma “el conflicto queda hoy confinado en los
procesos de adaptación del sistema, como conflicto difuso, privado de centro y de
proyecto”214.

Frente a ese escenario la pregunta y apuesta es entonces si es posible construir un


escenario instrumental comprensivo y no excluyente de esa realidad, que permita
comprenderla, abarcarla y actuar sobre ella desde una lógica distinta a la de la
fragmentación formalista. La cuestión es como producir “un juego distinto al del
mercado, es decir, la producción de un conflicto cualitativo que no pueda ser contenido
dentro del conflicto cuantitativo y que lleve una nueva forma de subjetividad y
objetividad”215

El punto entonces me parece va por construir espacios distintos a los meramente


burocrático formales, que alberguen dentro de si una lógica distinta a la cuantitativa
individual y que permita a las partes transitar en espacios comunicativos también
distintos a los de la adjudicación judicial. Esa lógica no binaria ni formal ni impuesta (en
los juicios nos obligan a participar) es precisamente la lógica del juego, como espacio de
reconstrucción del vacío.

A diferencia de la obligatoriedad por imputación y emplazamiento “El juego es, antes


que nada, una actividad puramente voluntaria... actividad desinteresada. Y finalmente es
una actividad excluida, lo que significa que dispone de lugares y periodos de tiempo
especiales que lo separan de otras actividades”216, de manera que mientras la
adjudicación contenciosa o voluntaria conduce uni-linealmente a un determinado
resultado, el espacio del juego siempre abre posibilidades a la recreación, a una
repetición que en verdad no es tal, que cuando no da en el gusto siempre deja abierta la
posibilidad de una tercera alternativa. A diferencia del uso de las reglas en la burocracia

214
Barcellona Pietro. El individualismo propietario. Madrid. Editorial Trotta S.A. 1996. Pág. 145.
215
Barcellona Pietro. Obra citada. Pág. 144.
216
Sennett Richard. El declive del hombre público. Barcelona. Ediciones Península.. 2002. Pág. 690
* El intercalado es mío.

174
jurídica estatal que nos coloca en la esfera del deber, el juego por su dinámica nos ubica
en la esfera del placer. “El juego implica cierto placer al trabajar sobre la calidad de las
reglas. El narcisismo (como relación cosificada*)por el contrario, constituye una
actividad ascética”217 cercana al control y al deber de obediencia.

Precisamente en esa razón de la incerteza y de la ductibilidad en la construcción de


soluciones es donde radica la diferencia de sentido y lógica que permite construir otros
espacios. A diferencia del proceso judicial o admninistrativo, en que las normas de
procedimiento no solo establecen un marco de desenvolvimiento, sino que dado su
énfasis en el orden, en verdad determinan a su vez el resultado, conformándolo desde el
inicio, “el juego es la búsqueda del método, la construcción grupal o individual de una
forma posible de llegar a lo que se busca” 218 de manera que el orden es relegado a un
segundo lugar, en que la reconstrucción es lo importante. A diferencia del espacio
formal que tiende a la inmovilidad multi-relacional y espacial, encausando las acciones
en una vía monista pre definida, “En el espacio lúdico es imposible permanecer
inmóvil”219 toda vez que “EL juego se despliega entre las reglas y las iniciativas de los
jugadores (sean éstas audaces, estratégicas, agresivas, prudentes), entre el orden y la
libertad”220 y no solo al interior de esas reglas.

A diferencia del sistema normativo que busca constituir un orden un cosmos de acotado
transitar, la perspectiva lúdica se sitúa en las fronteras –que es donde se producen los
encuentros – y privilegia y revaloriza el Caos como lugar de construcción.

Desde la formalidad del orden, del control y el disciplinamiento el Caos es inadmisible,


puesto que no se admite una modificación real de las posiciones y lugares sociales que
no sea en base a la adjudicación por derechos adquiridos previamente. Así, nuevamente
al igual que el conflicto, el desorden es estigmatizado, vilipendiado y excluido o

217
Sennett Richard. Obra citada. Pág. 725.-
218
Scheines, Graciela. Juegos inocentes, juegos terribles. Buenos Aires. Eudeba. 1998. Pág. 22-23.
219
Scheines, Graciela. Obra citada. Pág. 21
220
Scheines, Graciela. Obra citada. Pág. 29.

175
criminalizado. En una propuesta lúdica en cambio no podemos olvidarnos que Caos
proviene del griego “y significa ¨espacio vacío¨. Vacío y caos fueron en su origen una
única palabra”221 que es necesario rescatar no ya en su significado formalizado como
desorden y delito, sino en su mensaje político, es decir como espacio de construcción de
nuevos y distintos ordenes o estadios que aquellos que dan origen y sirven de contexto
al conflicto. Es decir, o permanecemos en ordenes inmovilizados e inalterables o
abrimos el campo del derecho a la construcción de derechos, esto es, de nuevas
relaciones que conformen esa juridicidad.

Se trata precisamente de actos de reapropiación de las soberanías, territoriales,


simbólicas y jurídicas, es decir una reapropiación de las subjetividades; mapas en que
nos desenvolvemos y que a diferencia de las individualidades aisladas y conectadas solo
por la forma contractual, se trata de religar a los individuos con sus colectivos y a estos
con las individuaciones necesarias para religar el tiempo y la existencia en un ahora
poderoso. “Jugar es apropiarse de un territorio y convertirlo en campo de juego”222
donde se reorientan las reglas hacia la libertad de reconstruir no solo los territorios sino
las relaciones espaciales, simbólicas y materiales.

Creo firmemente que contar no solo con teorías sino también con instrumentos que
permitan esas reapropiaciones saca la discusión de la literatura abstracta y se convierte
en acto político (y por lo mismo jurídico de legitimidad material) orientado por un
finalismo de dignidad y una relación de diálogo.

En tercer lugar se trata de UN INSTRUMENTO ESENCIALMENTE DIALÓGICO,


en una doble perspectiva: la de su devenir interno constituida esencialmente en el
espacio retórico del derecho, y la relación de éstas ideas procesales y lúdicas con una
teoría de los Derechos Humanos esbozada por Joaquín Herrera Flores.

221
Scheines, Graciela. Obra citada. Pág. 35.
222
Scheines, Graciela. Obra citada. Pág. 113.

176
La primera de las perspectivas nos reconduce al tema del proceso, pero atendiendo ahora
al habla de los sujetos que intervienen en él.

En los procesos formales los sujetos que intervienen más que sujetos son, como bien lo
señalan los códigos, partes procesales, que representan intereses cerrados y participan de
una dinámica de juego de suma cero, con exclusión de otras opciones que no sean el
sometimiento por declinación voluntaria de sus posiciones cerradas. Solo para renunciar
pretensiones son sujetos, en lo demás son en verdad objeto de decisiones de legitimidad
formal. En éste tipo de procesos las partes en verdad no se comunican ni dialogan, sino
que debaten y fijan posiciones sobre las cuales un tercero debe decidir por ellas, de
modo que son excluidos de la decisión, de la razón de su victoria como de sus derrotas,
así como también de los efectos que de ella se suceden. Si la adjudicación depende de la
fuerza y de la razón de ese tercero que es el sentenciador los sujetos son desubjetivados,
pierden protagonismo y desechan su experiencia, trasladándola a experiencia de
razonamiento formal que se reconstituye como verdad. En verdad no existe
comunicación toda vez que no se reconoce al otro como un legítimo otro, sino como una
contraparte a vencer, que traduce el conflicto en competencia pero que no
necesariamente lo resuelve. Los intervinientes no ejercen personalidad siquiera, ya que
“la ínterpersonalidad existe por la continua comunicación que mantengo con el otro”223
y que en el dialogo real se establece por un uso estratégico de las palabras, pero en
relación de interdependencia y no de subordinación o desplazamiento. La razón es
nuevamente el sentido formal e individualista de la lógica fundante, ya que “Para que las
palabras sean un auténtico medio de comunicación, deben tener un sentido
comunitario”224.

De ésta forma la propuesta que se construye busca establecer un escenario, una


plataforma para el dialogo, la comunicación y la interrelación de los sujetos. Primero
entre aquellos que son los que se definen en un espacio determinado como los afectados,

223
Monedero, Carmelo. Antropología y Psicología. Madrid. Ediciones Pirámide S.A. 1995. Pág. 37.
224
Monedero, Carmelo. Obra citada. Pág. 32.

177
de modo que de una forma lo más amplia y horizontal posible éstos puedan definir el
objeto del conflicto, analizarlo, fijar sus acuerdos y disensos y definir las vías de acción.
En un segundo momento se trata de establecer interacción más allá del grupo con
quiénes son visualizados como responsables o co-instituyentes del punto de conflicto y
co-participantes de la salida eventual. A diferencia de los sistemas formales de
procesamiento, en que el otro es visto como un contrario, acá el otro es parte del
problema y parte de la salida, aun cuando los intereses sean radicalmente opuestos y la
salida requiera incluso de un aumento de la conflictividad y la tensión. El otro no es un
afuera sino una parte del sistema de sujetos-entorno-relaciones en que se desarrollan.

La segunda perspectiva es parte del modelo construido. Precisamente por que para
construirlo se estableció un dialogo con una mirada teórica de los Derechos Humanos
que permitía trabajar en la perspectiva de nuevos paradigmas y nuevas interacciones que
expuse en la primera parte de éste trabajo.

En efecto, dentro del marco de las propuestas de derechos Humanos, la propuesta de


Herrera Flores presenta una novedad, constituye una propuesta particular y diferente a la
mayoría de las demás propuestas sobre Derechos Humanos. A diferencia de las visiones
formalistas de los derechos humanos, en que el centro de la discusión se pone en la
consagración de los derechos en estatutos y cartas de derechos, que con eso agotan su
substancialidad y requieren luego de una judicialización, nacional o internacional, para
su efectivización, la propuesta de Joaquín Herrera lejos de ser una propuesta cerrada en
lo normativo, aun cuando nunca niega dicha dimensión, se abre hacia la complejidad de
las relaciones sociales, materiales y culturales que llevan al cumplimiento o negación y
conculcación de esos derechos. Por otra parte, frente a aquellas visiones simples que
reclaman por los derechos sociales, pero que finalmente se agotan en una perspectiva de
lucha política focalizada o en una reclamación de falta de canales institucionales para
concretar derechos frente a las injusticias, la mirada de Joaquín sobre los Derechos
Humanos posee la suficiente densidad y complejidad intelectual para intentar
transfórmala en un proceso accesible de reflexión para grupos en busca de vías de

178
solución para sus problemas cotidianos que afectan sus necesidades y en definitiva su
dignidad individual y comunitaria.

La propuesta compleja de los Derechos Humanos de Joaquín Herrera presenta como


gran particularidad su impureza y por lo mismo la posibilidad de abrirse a horizontes de
construcción de derechos y no a cerrarse en torno a normatividades formales y
excluyentes. Y la posee precisamente por situarse en el cruce de caminos y perspectivas
que le permiten creer en esa construcción. Si uno lee las obras de éste autor, puede
entenderse con mayor claridad el punto, toda vez que se sitúa en el cruce de una filosofía
centrada en la materialidad y las necesidades humanas, en una teoría de la cultura a
partir de las luchas sociales y en la tradición de la teoría crítica del derecho, que es
donde se encuentran en dialogo la propuesta de una Teoría Compleja de los Derechos
Humanos y la practica del Derecho como teoría crítica y como práctica emancipadora.

En específico el dialogo se ha producido con el texto “Hacia una visión compleja de los
Derechos Humanos”225, en el cual Herrera propone mirar el fenómeno desde la
complejidad de un conocer desde la materialidad y la cultura, propuesta en que “se debe
huir de todo tipo de metafísicas u ontologías trascendentes” 226 y que los sitúe en la
observación de objetos concretos y no de abstractos aparentemente neutros que ocultan
que “Los derechos humanos, como, por lo general, todo fenómeno jurídico y político,
están penetrados por intereses ideológicos y no pueden ser entendidos al margen de su
trasfondo cultural”227 y de su contenido material. Propone acercarse entonces a los
Derechos Humanos rompiendo con el naturalismo con que la ideología liberal presenta
su visión jurídica, que antepone los derechos formales a la lucha por los bienes y que
instala a los sujetos solo en relaciones mercantiles, de manera que cualquier intromisión
en ese “orden natural” constituyen una distorsión del mercado.

225
Herrera Flores, Joaquín. Hacia una visión compleja de los Derechos Humanos. En “El vuelo de Anteo.
Derechos Humanos y Crítica de la Razón Liberal”. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer S.A. 2000.
226
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 21.
227
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 23.

179
A diferencia de la abstracción formalista, Herrera propone analizar el fenómeno
“teniendo en cuenta la posición y los vínculos que se dan en un espacio concreto y
determinado”228, toda vez que los hechos, los procesos, las relaciones sociales no
ocurren en abstracto sino en situaciones concretas, obligándonos a “tener siempre
presente que un proceso singular solo puede ser entendido completamente en términos
del conjunto social del cual forma parte”229, por lo que deben englobarse en interacción
dentro de contextos espacio-temporales concretos. Así señala en definitiva que “Los
Derechos humanos, como cualquier objeto de investigación social vienen determinados
y determinan el conjunto de ideas, instituciones, fuerzas productivas y relaciones
sociales de producción que predominan en un momento histórico, en su contexto espacio
temporal concreto y que justificadas o criticadas por un con junto de discursos y
narraciones que constituyen el universo simbólico de legitimación”230

Para efectuar esa aproximación a la comprensión y a la definición de tareas para la


concreción de los Derechos Humanos, Herrera propone una metodología que consiste en
situarlos en lo que denomina “EL Diamante ético” como marco pedagógico y de
acción231, con el cual pretende “ofrecer una figura útil para la enseñanza de un tema tan
plural, tan híbrido y tan impuro como es el de los derechos humanos. Y al mismo tiempo
plantear las bases que permitan construir una práctica compleja que sepa unir los
diferentes elementos que lo componen”. Así construye una figura en base a la
ordenación de los siguientes elementos de análisis, ordenados en dos capas de trabajo,
primero una constituida por categorías que forman la sociedad a un nivel general: ideas,
relaciones sociales de producción, de género o étnicas, Instituciones, Fuerzas
Productivas que componen los procesos sociales y económicos; y una segunda que dice
relación con el contexto de desenvolvimiento de los mismos: posición disposición,
narración, temporalidad/historicidad.

228
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 33.
229
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 39.
230
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 41.
231
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 54.

180
El cruce de éstos conceptos permite dibujar una figura de trabajo de amplia comprensión
de los derechos humanos, que pasa de la visión abstracta de racionalidad formalista y
prácticas universalistas o de una visión localista estrecha, de racionalidad
material/cultural y prácticas localistas a un tercer vértice constituido sobre una visión
compleja en una racionalidad de resistencia y una práctica intercultural, pasando
de “una concepción representativa del mundo a una concepción democrática en la que
primen la participación y la decisión colectivas”232. En ésta concepción, en definitiva,
“Los derechos humanos no son únicamente declaraciones textuales. Tampoco son
productos de una cultura determinada. Los derechos humanos son los medios
discursivos, expresivos y normativos que pugnan por reinsertar a los seres humanos en
el circuito de reproducción y mantenimiento de la vida, permitiéndonos abrir espacios
de lucha y reivindicación”233.

Puede verse a través de éste resumen, como la visión de los Derechos Humanos que
plantea Joaquín Herrera es, en su pluralidad, en su raíz materialista y en su intención
finalista concuerda con la posición que he planteado para un derecho post liberal en los
capítulos anteriores.

Esto puede apreciarse con mayor claridad cuando se reproduce el esquema gráfico con el
que representa la conjunción de elementos que propone para conformar el universo de
los derechos humanos.

232
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 71.
233
Herrera Flores, Joaquín. Obra citada. Pág. 78.

181
Seméntica de los derechos humanos.
ideas

Posición

Espacio

Fuerzas
Productivas Disposición Desarrollo Prácticas Temporalidad Relaciones sociales
sociales historicidad de producción,.
Genero o étnicas.

Pragmática
de los
Valores Derechos
Humanos

Narración

Instituciones

Así entonces, y de acuerdo a la intención y necesidad de construir instrumentos


procesales que permitan la emergencia de nuevas relaciones jurídicas, a la vez que
instrumentos de conocimiento, apropiación, reivindicación y construcción de derechos,
no en el espacio de la formalidad sino de la interacción creadora, y con el objetivo
adicional de transformar ésta perspectiva de los derechos humanos no solo en una
oportunidad de reflexión teórica para aquellos que tengan acceso al texto del autor, sino
de permitir un uso del mismo, con independencia incluso de él, es que construí un juego,
una dinámica, una metodología de conocimiento, acción y transformación de la realidad
jurídica de los sujetos y sus necesidades-derechos.

En el modelo mismo podrá verse como se han ido ordenando los elementos del
Diamante Ético para una mejor comprensión y manejo de los conceptos que lo
componen, a la vez que se ha ido disponiendo de una formación burocrática y un uso del
tiempo en cuatro momentos:

182
 uno de determinación del problema o conflicto de derechos,
 uno de conocimiento del problema en sus relaciones ideológicas y materiales,
 uno de resolución acerca de como enfrentarlo, decidiendo las medidas necesarios
para superar el estado de conflicto / insatisfacción;
 y un momento de evaluación de las acciones de conocimiento y movilización
para volver a mirar la realidad y reconocer en que media ha mutado el estadio
original del asunto o no.

Además de intentar constituirse en un instrumento de medición de la realidad jurídica de


los sujetos, a partir de una concepción compleja y dinámica de los derechos humanos, se
busca satisfacer aquello de cambiar la mirada, pensar de otro modo y cambiar la
interacción para modificar también el entorno social y personal en que se verifica el
conflicto. Pero sobre todo busca ser un instrumento práctico, susceptible de ser usado,
apropiado, modificado, transformado por quienes puedan tenerlo a su alcance, para
detectar, analizar y sobre todo transformar la realidad de denegación de derechos, de
insatisfacción de sus necesidades humanas fundamentales, de manera de construir un
espacio de dignidad para sujetos que, articulándose, conociendo y actuando, se apropian
de su propia subjetividad y de sus legitimidades jurídicas materiales.

A continuación se presentan ambos modelos.

183
MODELO DE MONITOREO DE DERECHOS

DERECHO A LA PARTICIPACION, LIBERTAD DE EXPRESION E


INFORMACION.

INTRODUCCION.

I. MARCO DE ORIGEN Y DESARROLLO.

El presente trabajo fue realizado para la Fundación Tierra de Esperanza, entidad de


trabajo social especializada en trabajo de infancia, en el marco de su participación en la
Red Regional de ONGs de Infancia de la Octava Región, Chile, que a su vez es parte de
la Red Chilena de ONGs de infancia. Dentro de dicho trabajo de coordinación con otras
instituciones y grupos, la Red Nacional de ONGs de Infancia se planteaba elaborar un
informe alternativo al informe del Estado de Chile respecto de los avances de
cumplimiento en la Convención Internacional de Derechos del Niño suscrito por Chile
en su calidad de parte del Sistema Internacional de Naciones Unidas. En ese trabajo la
Octava Región tenía a su cargo elaborar un informe alternativo respecto del Derecho de
Participación, Libertad de expresión e información.

Dada la carencia de una metodología y finalidad propia de ésta comisión para enfrentar
la tarea se encargó la tarea de desarrollar éste estudio, con los resultados que en adelante
se exponen. Fue ejecutado entre los meses de Julio a Septiembre del 2005, periodo en el
cual se sentaron los criterios teóricos y metodológicos del trabajo, se elaboraron y
aplicaron los instrumentos de investigación, se tabularon sus resultados y finalmente se
practicó el análisis e interpretación de resultados conforme al marco teórico de sustento
del mismo.

184
II. OBJETIVO DEL TRABAJO.

El objetivo original del trabajo que pensaba realizar la Comisión Regional de la Red de
ONGs de Infancia decía relación con la elaboración de una parte del Informe Alternativo
antes mencionado, el que sin embargo, ante la falta de metodología y por la dificultad de
alcanzar el territorio y actividad del Estado Chileno, requería reorientar el trabajo y
fijarle metas y contenidos propios que lo hicieran posible.

En ese sentido se plantearon por éste profesional los siguientes puntos para llevar
adelante el trabajo:

1. Imposibilidad de contrastar la política pública global del estado de Chile en


materia de infancia.
2. Imposibilidad de abarcar la totalidad del territorio nacional, comprobando si los
avances de iniciativas políticas que se mencionan en el Informe Oficial del
Estado Chileno son efectivos y alcanzan materialidad.
3. Necesidad de circunscribir la mirada a espacios abarcables para los actores
involucrados, de manera que puedan obtener un conocimiento de su entorno que
les permita identificar actores, responsables y carencias para posteriormente
organizar actuaciones que permitan enfrentar y resolver las carencias.
4. Necesidad de hacer visibles esos actores, las falencias de las políticas públicas y
proponer vías y acciones de solución.
5. Necesidad de acotar, definir y conceptuar adecuadamente el derecho de
participación e información que carece de concreción y de indicadores,
satisfactores y estándares que permitan su medición.
6. Adopción de un criterio materialista y finalista de los derechos humanos, que
supere el criterio abstracto y formalista de las políticas abstractas y de los
estatutos de derechos como la convención y/o las leyes y se centre en las
necesidades concretas de los individuos y en la obtención de condiciones
efectividad de dignidad cotidiana en sujetos concretos.

185
7. Comprensión de los derechos, las necesidades humanas y las políticas publicas
desde una perspectiva holística, integradora, interdependiente y colectiva.
8. Necesidad de cambiar los criterios de análisis sobre los derechos, la
cuantificación de los fenómenos y la reivindicación de éstos derechos no solo
desde la demanda y el reclamo sino desde un monitoreo para la acción.
9. Posibilidad de generar un instrumento susceptible de replicar en ocasiones
posteriores para medir avances efectivos del derecho monitoreado.
10. Capacidad de generar una perspectiva de trabajo que, replicándose por otros
miembros de la red, comunales y/o locales, permitiese mantener un trabajo hacia
la base social y reorientar el sentido de acción de la Red regional en materia de
derecho de participación.

En esa línea de Monitoreo u Observatorio de Derechos propuesta, para desarrollar la


labor de monitoreo y fiscalización del Informe Gubernamental de Avance de la
Convención Internacional de Derechos del Niño, en lo referido a los Derechos de
Participación, Libertad de expresión e Información, que pueda efectivamente dar
cuenta de su supervisión, detectando coincidencias efectivas u omisiones o errores en lo
informado, para producir contrapartes efectivas para el desarrollo de éstos derechos, se
plantearon las siguientes preguntas y decisiones de trabajo:

1. Objetivos internos del Trabajo.


2. Espacio político-social y geográfico a monitorear.

Objetivos Internos:

 Establecer un monitoreo al alcance de la red no gubernamental de trabajo, en la


materia de participación y libertad de expresión e información.
 Establecer criterios de acción y revisión, para un monitoreo permanente del
punto.

186
 Establecer una metodología e instrumentos de seguimiento que puedan ser
explicitados, distribuidos y aplicados también en el futuro por los interesados,
con independencia de agotarse en el solo informe alternativo de la Convención.

Espacio geográfico y temporal a monitorear:

 A diferencia del informe gubernamental que se sitúa al nivel de la generación e


implementación de políticas públicas, acciones de focalización y líneas de
programas de trabajo gubernamental, el trabajo de monitoreo de derechos
pretende situarse en el espacio intermedio entre dicha enunciación de políticas y
los destinatarios finales, los niños definidos como sujetos de éstos derechos,
priorizando la posición social de éstos.
 Segundo, el espacio de aplicación e implementación efectiva de las políticas y
programas que se anuncian por la autoridad, en un ámbito territorial acotado y
dirigido a ciertos servicios de focalización específica de tareas, diferentes de
macro áreas como la salud o la educación, es un espacio coherente y apropiado
para conocer y visualizar la actuación efectiva del estado y la realización de su
voluntad política informada.
 Dado lo anterior, y teniendo presente que el objetivo es comprobar la efectividad
de la información entregada y no necesariamente la totalidad de su extensión y
supervigilancia, función que en volumen escapa a la escala de trabajo de una red
social, se propone delimitar el espacio territorial a las regiones y comunas de los
participantes de la comisión, en que sus integrantes tengan trabajo efectivo y
posible, esto es la Provincia de Concepción, Octava Región y las comunas donde
se pueda efectuar un trabajo efectivo de conocimiento y vigilancia. Si se
considera que la Red de Infancia mencionada trabaja básicamente en las
comunas de Lota, Coronel, San Pedro de la Paz, Concepción, Chiguayante y
Talcahuano, el total de población y diversidad humana existente aparece como
más que apropiado

187
 La delimitación institucional y geográfica que se propone debiera permitir
precisamente establecer con mayor certeza no la existencia de errores u
omisiones en el informe, sino la aplicación, resultados y percepción efectiva de
las políticas que se propone implementar el Estado. Es en los espacios pequeños
donde debieran probarse la eficacia de la aplicación de las políticas públicas que
se establecen como de cumplimiento de la Convención de los derechos del niño;
de otra forma solo hablamos de enunciados o declaraciones y no de acciones
efectivas.

MARCO TEORICO, CONCEPTOS ORIENTADORES E INDICADORES.

La investigación que se presenta fue elaborada sobre un marco teórico que se despliega
en tres factores que, combinados, permiten construir los indicadores y explican el
análisis final que se entrega: a) una metodología de develación en cinco etapas de
aproximación al proceso de conocimiento y a los derechos; b) la construcción de un
concepto de participación complejo, dinámico e integrador; c) la elaboración de
instrumentos de medición construidos a partir de ideas sobre la realidad infanto-juvenil y
supuestos hipotéticos a verificar al respecto.

a) Marco Teórico Metodologico.

La construcción del trabajo se fundamenta en cinco pasos de elaboración de un modelo


teórico-práctico que permita comprender y enfrentar el fenómeno de la participación y el
derecho de participación y opinión de los niños y niñas, en su periodo infanto-juvenil, a
la luz de la enunciación de la existencia formal de éste derecho. Se intenta sentar bases
teórico-metodológicas para conocer, reflexionar y actuar en el campo de la
participación, los espacios sociales, políticos e institucionales en donde ésta puede darse
y el comportamiento de los actores involucrados en dichos espacios. Estos pasos son los
siguientes:

188
Primer paso: hacer visible lo real.

La realidad no es evidente, sino una relación compleja de actuaciones y procesos, que no


es evidente sino que queda oculta o atrapada en los distintos discursos, enunciaciones y
supuestos que se dan de ella. Escuchamos decir reiteradamente que las instituciones
funcionan, que estamos en un estado de derecho, que existe una población con derechos
y posibilidades de participar, que existen los canales y políticas adecuadas para ello. Sin
embargo, esa es solo parte de la realidad, la de la óptica institucional que requiere, a lo
menos, comprobación de la efectividad de sus enunciados, no solo en la decisión de
adoptar e implementar las políticas públicas sino además en la recepción que ésta tiene
en sus destinatarios.

Aún cuando desde el estado efectivamente se definan políticas de cumplimiento o


implementación de la Convención de Derechos del niño, la óptica que nos interesa es la
de los sujetos y destinatarios de esos derechos, a quienes supuestamente van dirigidos
las políticas y canales de participación. De éste modo se trata de develar cuatro cosas:

1. Si los órganos públicos específicos que pueden ocuparse de aspectos de impacto


en el segmento infanto- juvenil poseen y desarrollan políticas públicas al efecto;
2. Si los órganos que los desarrollan son conocidos, percibidos como efectivos y
valorados los destinatarios.
3. Si los niños/as y adolescentes que tienen cabida dentro de la Convención valoran
la participación como necesaria e importante.
4. Como se comporta la relación entre ellos y los espacios sociales en que se
desenvuelven.

La respuesta a las preguntas que se elaboran al efecto muestran una faceta de la realidad
que no necesariamente corresponde a la definición y enunciación de los discursos
oficiales.

189
Segundo paso: Cambiar la mirada.

Como señalamos antes, la mirada que intentamos colocar sobre el fenómeno es de una
concepción del derecho materialista y finalista, y no la de consagración formal y el
desarrollo institucional de los derechos. Lo anterior quiere decir que para ésta mirada lo
que importa es situarse en el lugar de los sujetos del derecho, concebir al derecho como
un instrumento de satisfacción de necesidades y construcción de dignidad, en que el
cumplimiento del derecho requiere la participación del sujeto y la remoción de todos los
obstáculos fácticos, institucionales y sociales que impidan la concreción del derecho.
Desde éste punto de vista la existencia formal del derecho, o de canales de aplicación es
secundario frente a la percepción y satisfacción de su cumplimiento por el sujeto.

Incluso desde le punto de vista formal el tratamiento de la participación, requisito


esencial para las sociedades democráticas, no tiene un tratamiento sistemático y
adecuado, de manera que queda entre aquellos elementos que son citados a propósitos de
otros derechos o en un marco de posibilidades incompletas.

La Convención de los derechos del Niño no tiene un tratamiento especial del derecho de
participación específico sino disperso en diversos artículos. Se encuentra en el Art. 12
Nº 1 que se refiere al derecho de opinión; en el 13 Nº 1 sobre libertad de expresión; el 15
sobre asociación y reunión; en el 23 Nº 1 sobre participación en su desarrollo y en el Art.
31 Nº 2 sobre participación en la vida cultural. Ello además del articulo 21 sobre interés
superior del niño. De ésta manera tampoco existe una elaboración del Derecho de
participación construido para ser implementado directa y completamente por el estado.

Todo lo anterior implica entonces que debe construirse un concepto de derecho de


participación de carácter múltiple, integral y complejo, no formal y luego situarse en la
posición de los sujetos destinatarios. Esa es la mirada adoptada por éste trabajo.

190
Tercer paso: pensar de otro modo:

Un primer dato entonces para pensar el punto desde un lugar distinto a la propia
Convención es instalarse en el espacio social de los sujetos del derecho y asumir la
perspectiva no formal de éstos; como ya hemos sostenido.

Un segundo dato es considerar que los derechos no se satisfacen individualmente sino


que son un fenómeno colectivo de manifestación, ora particular, ora grupal, pero
asumiendo claramente que no existe desarrollo individual en la concreción de derechos.

Lo tercero es que, desde el punto de vista epistemológico, el tipo de instrumentos usado


no admite una validez positivista de procesamiento de los mismos, sino que tiene un
sustento de cientificidad distinto. A diferencia de los muestreos de opinión o de la
detección de fenómenos sociales más o menos objetivos (comportamientos, opiniones,
intenciones de voto) que requieren de muestreos en que el número de los consultados
para ser aceptables, ya que deben representar a un grupo significativo de población que
de validez científica cuantificable cuantitativamente al estudio, cuando hablamos de
derechos el criterio es absolutamente otro, es el de la validez máxima, es decir que
basta la insatisfacción, violación e incumplimiento de garantías de un sujeto para que el
carácter de satisfactor de los derechos humanos fundamentales del derecho se vea
incumplido. Además, los derechos son siempre a la vez que formales, sociales y
subjetivos, por lo que requieren de un triple esfuerzo, por una parte establecer su
existencia o inexistencia en el campo de la formalidad para evaluar su aprehensibilidad;
segundo de captar la percepción que de su cumplimiento efectivo tienen los sujetos;
tercero, de hacer un esfuerzo de desformalización y materialización, es decir, de sacarlos
del ámbito de los textos para establecerlos en el campo de lo real-material. No importa
en consecuencia que le número de encuestados sea representativo de un cierto número
de población sino que el criterio de validez democrático radical de los derechos implica
establecer que, en tanto en cualquier grupo un cierto número de individuos presenten
insatisfacción de derecho, el carácter absoluto de los derechos humanos como criterio de

191
validez civilizacional y de democrátización obliga a atender la obligatoriedad de realizar
esfuerzos de satisfacción de su desconocimiento y vulneración. La cuestión de lo
cuantitativo y lo cualitativo solo pueden dimensionarse en tanto totalidad y no en cuanto
mensurabilidad.

Cuarto paso: cambiar la emocionalidad.

La forma en como se elaboran las conclusiones y como se pretenden sean aceptadas es a


su vez distinta. Primero, no buscan ser criticas en el sentido de ataque a una política
pública determinada, sino cambiar el eje de orientación de ésta discusión, acogiendo
necesariamente la necesidad de contemplar siempre la posición, concepción y planeos
del otro como válidos. Como una contraparte constituido en legítimo otro que no busca
con sus reclamos atacar la política pública y sus ejecutores sino complementar el
esfuerzo social con una visión del sujeto social activo que debe ser necesariamente
incorporada. Segundo requiere a su vez que los involucrados adopten una mirada de sus
derechos no como algo que es abstracto sino que tiene lugares, espacios, instituciones y
responsables concretos con quienes interlocutar y a quienes exigir, dada su posición y
disposición, para que si no se obtiene respuestas, obtener su responsabilidad política,
administrativa y social por su cargo o facultades institucionales entregadas, pagadas con
dineros obtenidos colectivamente, en el sentido de hacerlo responsable en tanto rol y
cargo, de la calidad y efectiva de sus acciones como gestores institucionales.

Así, lo que vincula a unos y otros no es el criterio político de ciudadanía gobernada, ni el


de autoridad prestadora de servicios, sino el sentido de responsabilidad mutua. Cada
parte debe aceptar, percibir y construir a la otra como un legítimo otro, responsable
colectiva e individualmente de las acciones y concreción de derechos, en que el rol de
gestor institucional entrega a unos instrumentos herramientas y responsabilidades
distintas a la de los sujetos destinatarios de derechos. La lógica binaria cliente-ejecutor,
gobernante-gobernado, sujeto-objeto debe ser llevada, por inflexión, hacia un tercer

192
vértice de responsabilidad y pertenencia colectiva y mutua, en que la resposnsabi9lidad
funcionaria es administrativa pero también de responsabilidad social.

Quinto paso: Cambiar la interacción:

En consecuencia, si cada parte percibe al otro como un legítimo otro de derechos en


perspectiva de dignidad máxima y no mínima, la forma de interactuar entre ambas debe
mutar igualmente. Quienes son creadores, planificadores, ejecutores y/o supervisores de
políticas publica deben aceptar que su rol social institucional necesariamente obliga a
contemplar la visión del otro no como ataque, y a reforzar los canales de diálogo e
inclusión. Pero a su vez los sujetos deben asumir su carácter activo en sus acciones con
la institucionalidad y construir esfuerzos razonables de argumentación social y de
exigibilidad de responsabilidad. La ausencia de compromiso debe, de estar ausente en
los actores sociales, ser un eje central a su vez en toda política pública que se diga
democrática. Nos referiremos a ello en el análisis de los instrumentos y en las
conclusiones.

b) El Concepto De Participacion.

El concepto de participación requiere, para establecer una visión concreta así como
acciones y satisfactores de expresión adecuados, hacer claridad acerca de él, ya que,
normalmente se expresan y comprenden en él las ideas de información como suficientes
para dar por cumplido o satisfecho el derecho. Resulta necesario entonces establecer
ciertas precisiones al respecto:

 El derecho de participación, así como todos los derechos, requiere no solo de


su descripción y enunciación formal, tanto en su tipificación como en su
aplicación, de forma que éstos derechos aparezcan como efectivamente

193
practicados y además en una perspectiva de construcción y apropiación
constante por parte de los sujetos a los que se menciona como sus actores.

 Lo anterior supone que no es el Estado el que debe aparecer como


protagonista y sujeto activo de los mismos, sino que deben ser los sujetos los
que realmente actúen en torno a ellos. De ésta manera junto con analizar la
efectividad de políticas y planes en torno a los derechos, deben analizarse las
posibilidades de uso autónomo efectivo por parte de los sujetos.

 Respecto del Estado, también debe ponerse en discusión su rol y tareas de


cumplimiento. Desde un punto de vista estrictamente liberal institucional la
labor del estado es enunciar y proponer las políticas. Desde un punto de vista
social sin embargo, si se le concibe como un garante de esos derechos en la
realidad y no en la formalidad, su legitimidad se juega en la medida en que
no solo da a conocer los derechos y diseña políticas, sino además en cuanto
remueve efectivamente los obstáculos para su efectivización.

 En torno al concepto de participación circulan otros conceptos que se


relacionan con él, que individualmente lo constituyen pero no lo completan,
en la medida que su definición particular tiene a hacerlos difusos y pone a los
sujetos en calidad de expectantes antes que de sujetos con capacidad real de
apropiarse de su cotidianeidad. Así, circulan en su entorno los conceptos de
información, opinión, expresión, movilización y decisión.

Proponemos entonces definir el concepto de PARTICIPACIÓN como un concepto


esencialmente relacional y posicional, que se constituye en la medida que contiene
esfuerzos parciales de información, opinión, expresión, movilización y decisión,
articulado siempre en torno al criterio de decisión como elemento de cierre y
completud del proceso.

194
De ésta manera resultará más fácil establecer un concepto en movimiento que requiere
de una visualización de todos estos aspectos para su configuración. Proponemos en
consecuencia, como aproximación a su materialidad, la siguiente tabla de conceptos
constitutivos y sus indicadores:

CONCEPTO INDICADORES.
Información  Publicaciones extensivas de divulgación de políticas (revistas,
periódicos, etc).
 Publicaciones breves de información (boletines, folletos,
afiches).
 Publicidad audiovisual.
 Publicidad callejera.
 Charlas o talleres informativos.
Opinión o Talleres participativos de opinión.
o Focus groups.
o Encuestas.
o Cabildos o asambleas.
o Plebiscitos o referendums no vinculantes.
o Parlamentos comunales o regionales de opinión.
Expresión  Boletines autogestionados financiados por el Estado.
 Proyectos autogestionados de comunicación financiados por el
Estado.
 Talleres o encuentros autogestionados financiados por el
Estado.
 Asambleas o cabildos participativos.
 Actividades espontáneas de manifestación en torno a la
autoridad.

195
Movilización  Marchas o mitines autorizados.
 Marchas o mitines no autorizados.
 Acciones colectivas espontáneas.
 Acciones colectivas planificadas.
 Actividades de manifestación y/o movilización reprimidas
y/o disueltas por la autoridad.
Decisión  Comisiones resolutivas con participación de los afectados.
 Asambleas o cabildos con participación de los afectados.
 Plebiscitos o referendums vinculantes.
 Parlamentos locales o regionales decisorios.
 Presupuestos participativos.

La participación es, en definitiva, un elemento esencial de la democracia como sistema


de relaciones sociales y de definición y ejecución de políticas. Se trata no solo de un
derecho sino de un requisito de esencia, es decir de aquellos elementos que son requisito
de existencia, validez y eficacia de todo derecho y toda obligación social y sus
respuestas. Su transversalidad hace que no pueda ser tratada como un derecho más sino
como un eje paradigmático orientador y de sentido de todo el sistema de derechos de una
sociedad democrática. Por ello no admite cuantificación positivista ni basta la
formalización legal sino que se requieren actos de construcción y reconstrucción, de
otorgamiento y de apropiación permanente, sin las cuales ninguna política pública es
realmente democrática.

c) Instrumentos de medición y Técnicas de recopilación de Información.

Criterios de aplicación y grupos objetivos.

Para desarrollar el trabajo se tomaron las siguientes decisiones del campo de estudio que
a continuación se señalan:

196
En primer lugar se decidió medir y trabajar sobre servicios o programas específicos de
política pública que, dada su especificidad y las conductas y necesidades juveniles,
desarrollaban acciones que podían estimarse vinculadas a dicho segmento generacional.
Así se definió solicitar la aplicación del cuestionario que más adelante se reproduce a los
representantes de los servicios estatales de la región del Bío-Bío de CONACE
(Comisión Nacional de consumo de estupefacientes), INJUV (Instituto nacional de la
Juventud), CONASIDA (Comisión nacional de Sida), SENCE (Servicio Nacional de
capacitación y empleo), los que por el tipo de programa público que ejecutan debieran
incidir directamente en destinatarios del mundo juvenil. Parecía necesario medir si
contemplaban políticas para el segmento objetivo y además si estas eran participativas.
Se envió igualmente cuestionario a FOSIS (Fondo de Solidaridad e inversión social) por
cuanto, no siendo un programa específico destinado al mundo juvenil, la integralidad de
alguno de sus planes aconsejaba conocer su trabajo y criterios.

Se elaboró además un cuestionario especial dirigido a los JUZGADOS DE MENORES,


no solo por que son también los niños y jóvenes menores de 18 años protegidos por la
Convención de Derechos del Niño, sino por que se estaba a las puertas de pasar de un
sistema procesal y conceptual de justicia de “Menores” con los criterios proteccionistas
que concebían a los niños/as como objeto de derechos a un sistema nuevo que debía
implementarse en Chile a partir del 1 de Octubre del 2005, como es el comienzo de los
nuevos Tribunales de Familia que debían incorporar en sus criterios la Convención.
Parecía oportuno medir a los antiguos Tribunales en proceso de término de 3 comunas
que poseían Justicia especializada de menores y que además concentraban a un número
muy importante de población como eran las de Concepción (331.027 habitantes
considerando Concepción, San Pedro de la Paz y Chiguayante, a lo que debe agregársele
por jurisdicción la comuna de Penco con 40.359 habitantes); Talcahuano (248.543
habitantes) y Coronel (83.426 habitantes) *. Si se observa el cuestionario pensado al
efecto, resultaba interesante medir los criterios de participación admitidos para en un
futuro contrastarlo con los de los nuevos Juzgados de Familia.

*
Fuente. www.ine.cl

197
Se decidió a su vez elaborar y aplicar un cuestionario especial a niños y niñas de entre
10 a 17 años que, usuarios o no de estos servicios, pudiesen ser potencialmente
afectados. Se estableció en general esa edad por cuanto ya existe, o debiera haberlo, un
sentido de pertenencia o al menos de existencia de un entorno social y de opinión propia
frente a los hechos que se le preguntaron. Pero además por que son los niños y niñas de
esa edad la antesala de la ciudadanía que debiera participar en la vida política,
económica y social adulta del país, de manera que toda experiencia democrática debiera
considerarlos en el tiempo futuro, ya que se integrarán a la vida considerada adulta en un
lapso no mayor de una generación. Además, si se considera que todos los estudios
demuestran que para conductas como el consumo de drogas, conductas sexuales o
hábitos de trabajo éstos se adquieren o inician durante la adolescencia, el rango etareo se
justifica por si solo.

Los instrumentos propuestos.

I. Cuestionario Para Servicios Estatales

1. ¿Contempla su Servicio el criterio de participación como un criterio esencial de


la aplicación de las políticas públicas a su cargo?
2. ¿Cual es el concepto de participación con que trabajan en ese caso?
3. ¿Qué programas de los que desarrollan están dirigidos a menores de 18 años de
edad?
4. ¿En cual de esos programas se contempla la participación de los niños y en que
consiste esa participación?
5. En cuanto a información:
 ¿que publicaciones efectúa el servicio que tengan como destinatarios jóvenes o
niños menores de 18 años?
 ¿Desarrollan publicidad audiovisual dirigida específicamente a menores de 18
años? ¿Cuáles y en que medios?

198
 ¿Desarrollan campañas de publicidad e información callejera dirigida
específicamente a menores de 18 años? ¿Cuáles y cuando tuvieron lugar?
 ¿Desarrollan charlas o talleres informativos de sus políticas dirigidos
específicamente a menores de 18 años? ¿Cuántas en el último año?

6. En cuanto a Opinión:
 ¿Cuantos talleres con niños o jóvenes menores de 18 años han desarrollado en el
último año para recabar opinión sobre las políticas del servicio?
 ¿Cuántas encuestas u otros instrumentos de investigación cuantitativa han
ejecutado en el último año para recabar opinión sobre las políticas del servicio?
 ¿Se han desarrollado cabildos, asambleas, plebiscitos o parlamentos regionales o
comunales para conocer la opinión sobre las políticas del servicio con menores
de 18 años?
 En caso que una persona o grupo de jóvenes o niños concurran a su servicio por
información, reclamos u opinión, cuales son los planes de atención
preestablecidos para ellos.

7. En cuanto a expresión:
 ¿ Fomenta y/o financia su servicio instrumentos de expresión autónoma por parte
de jóvenes o niños menores de 18 años respecto de las políticas de su servicio?
 ¿Ha financiado su servicio proyectos u programas para menores de 18 años en
materia de políticas de su competencia?. En su caso ¿estos son autónomos o
dirigidos y diseccionados por su servicio hacia sus propios intereses sectoriales?
 ¿Ha recibido su servicio actividades espontáneas de manifestaciones de opinión
por grupos de niños o jóvenes, real o virtualmente en el último año, cuales?

8. En cuanto a la movilización social:


 Ha sufrido su servicio protestas en su contra por parte de niños o jóvenes en el
último año?

199
 En caso de críticas directas a su gestión, ¿cuales son los mecanismos establecidos
para canalizarlas?.
 ¿Cuál es su opinión respecto de las movilizaciones callejeras que realizan niños o
jóvenes?
 ¿Como cree Ud. Deberían enfrentarse dichas movilizaciones y reclamos por su
servicio?

9. En cuanto a actos de decisión:


 ¿Existen instancias en que los niños o jóvenes menores de 18 años puedan
participar en la toma de decisiones sobre la implementación de las políticas de su
sector?
 ¿Se han realizado por su servicio, asambleas, cabildos, referéndum o parlamentos
regionales con derecho a discusión y decisión pro parte de beneficiarios de su
servicio? ¿se contemplan tales medidas como parte de su servicios?, ¿en cuantas
han participado en el último año menores de 18 años?
 ¿Existe en su sector o servicio el concepto y la práctica del presupuesto
participativo?

II. Cuestionario para Tribunales de Menores.

1.- ¿Se contempla en materias de juicios o trámites judiciales la intervención y/o


participación de los menores de 18 años?; ¿ en que casos?
2.- ¿Esta considerado en los trámites judiciales sometidos a su decisión la intervención,
opinión o participación de los menores de 18 años como un trámite esencial del
procedimiento?
3.- ¿Considera Ud. Importante la participación de los menores de 18 años en los trámites
y procedimientos que le toca conocer?
4.- ¿Con que concepto de intervención o participación se trabaja en materia de justicia
de menores?.

200
5.- ¿Cree Ud. Que con la nueva ley de familia se mejora la participación de los menores
de 18 años en los procedimientos júdiales y por que?
6.- ¿Si dependiera de Ud., que acciones de intervención o participación incorporaría a
los procedimientos que conoce?

III. Cuestionario para Aplicar en niños y niñas de 10 a 18 años.

1) ¿Te parece importante se escuche y se pida la opinión de los menores de 18 años


por las autoridades?
2) ¿Te parece importante que las personas puedan decidir sobre lo que las
autoridades hacen con ellas?
3) ¿Te interesa participar en las actividades de tu sector, de tu colegio o de tu
ciudad?
4) ¿Conoces formas en que puedas participar en las actividades de tu sector, de tu
colegio o de tu ciudad?
5) ¿Has participado en alguna actividad organizada por adultos de tu sector, de tu
colegio o de tu ciudad?
6) Has organizado alguna actividad para tomar decisiones sobre lo que pasa en tu
sector, colegio o ciudad?
7) ¿En tu casa, puedes participar en la toma de decisiones?
8) ¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu casa?
9) ¿En tu colegio, puedes participar en la toma de decisiones?
10) ¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu colegio?
11) ¿En tu ciudad, puedes participar en la toma de decisiones?
12) ¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu ciudad?
13) ¿Participas en algún grupo social de personas de tu edad?, ¿Cuál? ¿Con que
frecuencia?
14) ¿Has participado en talleres, charlas o cursos en materia de Sida, drogas, trabajo
o derechos juveniles? ¿Quién lo organizaba?

201
15) ¿Has participado en talleres, charlas o cursos en materia de Sida, drogas, trabajo
o derechos juveniles organizados por alguna autoridad?
16) Sabes que son y que hacen las siguientes instituciones: INJUV, CONASIDA,
CONACE, SENCE, JUZGADOS DE MENORES?
17) ¿Crees que es complejo participar?
18) ¿Crees que vale la pena participar?
19) ¿Conoces revistas o publicaciones para niños o jóvenes de tu edad editadas por el
estado?
20) ¿Crees que los niños o jóvenes deben movilizarse y manifestarse en la calle con
marchas, mítines u otra forma?
21) ¿Qué te parece la forma en que reaccionan las autoridades?

Dado que éste es considerado el instrumento esencial del trabajo, es necesario explicitar
la intencionalidad y los por que de cada tipo de preguntas, para así comprender mejor su
tabulación, explicación gráfica de respuestas y los comentarios finales e interpretación
de las mismas.

En primer lugar se incluye un grupo de preguntas destinadas a medir la intención,


voluntad y consideración de importancia de la participación como valor social. Se
encuentran repartidas éstas preguntas a través del cuestionario, de manera que se viesen
enfrentados varias veces y de distinta forma a ésta grupo de preguntas, para detectar
variaciones y/o contradicciones.

En segundo lugar contiene preguntas acerca de las conductas propias de los jóvenes
respecto de la participación, siendo interrogados acerca de su actitud y efectividad de
participación así como su iniciativa en la materia.

En tercer lugar se incorporaron un grupo de preguntas sobre la participación y opinión


en tres espacios sociales en que los jóvenes participan directamente en forma cotidiana y

202
que son a su vez espacios que, según su rango de extensión le son próximos pero se van
ampliando geográfica y simbólicamente. Se les preguntó entonces por su participación y
posibilidad de opinar, ser escuchados, e incidir en su casa, en el colegio o liceo y en la
ciudad.

En cuarto lugar, hay un grupo de preguntas destinadas a conocer directamente su nivel


de conocimiento y participación de las entidades, servicios y programas estatales que
pueden incidir en sus conductas o en su entorno inmediato, así como la percepción de
ellos sobre la cercanía de esos programas y autoridades.

Finalmente se han incluido dos preguntas específicas sobre movilizaciones y


manifestaciones callejeras y conductas de la autoridad. Lo anterior tiene su justificación
en tres motivos:

 Como se sabe, la calle es el lugar preferido de construcción y desenvolvimiento


juvenil, dado que el mundo privado y el público se sobreponen en su actividad
cotidiana. Especial relevancia adquiere esto cundo las viviendas de los grupo
familiares son pequeñas o existe hacinamiento, ya que los jóvenes optan por l
calle.

 Dada la estructura institucional construida para la participación ciudadana


básicamente a través de elecciones, y atendiendo a la falta de canales efectivos
para recoger la opinión y otorgar decisión al segmento juvenil, es la calle el lugar
donde éstos se expresan con movilización, rayados, obras de arte, actividades
lúdicas, etc.

 La relación con la fuerza pública, destinada cada vez más a una vigilancia de los
espacios públicos y al control ciudadano como forma de controlar y/o combatir
delincuencia, y la importancia de analizar la calidad de esa elación entre jóvenes
y fuerza pública de orden, que incide posteriormente en niveles de confianza y

203
diálogo que ayuden a la función policial, es esencial, ya que jóvenes
descontentos o desconfiados no serán un apoyo sino que jugaran en contra de
cualquier medida de control delincuencial por ejemplo, De allí la necesidad de
incorporar una preguntad e éste tipo.

IV. Conocidas las preguntas y hechas estas aclaraciones, se procede a exponer los
resultados del estudio, incorporando primero al reproducción tabulada de las preguntas y
respuestas, acompañadas de una explicación gráfica para cada una y finalmente un
cuadro de interpretación y análisis propuestos.

204
TABLAS DE FRECUENCIA

Total Encuesta

¿Te parecer importante se escuche y se pida la opinión de los menores de 18 años por las
autoridades?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 6 4,9 4,9 4,9
NO RESPONDE 5 4,1 4,1 8,9
NO SABE 2 1,6 1,6 10,6
NO, PORQUE SON MUY
3 2,4 2,4 13,0
CHICOS
SI 74 60,2 60,2 73,2
SI, ES IMPORTANTE
18 14,6 14,6 87,8
NUESTRA OPINIÓN
SI, POR QUE TENEMOS
2 1,6 1,6 89,4
DERECHO
SI, PORQUE NO SE
ESCUCHA LA OPINIÓN 2 1,6 1,6 91,1
DE LOS DEMÁS
SI, PORQUE PUEDO
4 3,3 3,3 94,3
MANIFESTAR MIS IDEAS
SI, TENEMOS DERECHO
1 ,8 ,8 95,1
A SER ESCUCHADOS
SI, TENEMOS DERECHO
1 ,8 ,8 95,9
A OPINAR
SI, TENEMOS
NECESIDADES Y NO NOS 1 ,8 ,8 96,7
TOMAN EN CUENTA
SI, TODO DEBEMOS SER
RESPETADOS Y 4 3,3 3,3 100,0
ESCUCHADOS
Total 123 100,0 100,0

205
¿Te parece importante que las personas puedan decidir sobre lo que las autoridades
hacen con ellas?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 1 ,8 ,8 ,8
DEPENDE DE LA
3 2,4 2,4 3,3
DECISIÓN
NO 14 11,4 11,4 14,6
NO RESPONDE 7 5,7 5,7 20,3
NO SABE 2 1,6 1,6 22,0
SI 77 62,6 62,6 84,6
SI, DE LO CONTRARIO NO
1 ,8 ,8 85,4
SERIA DEMOCRACIA
SI, ES IMPORTANTE 1 ,8 ,8 86,2
SI, ES IMPORTANTE
SABER LO QUE HACEN 4 3,3 3,3 89,4
LAS AUTORIDADES
SI, LA OPINIÓN DE
1 ,8 ,8 90,2
TODOS VALE
SI, LAS AUTORIDADES
REPRESENTAN
1 ,8 ,8 91,1
NUESTRAS OPINIONES E
IDEAS
SI, LAS PERSONAS
TIENEN QUE SER 1 ,8 ,8 91,9
ESCUCHADAS
SI, POR QUE HACEN LO
QUE QUIEREN, LAS
1 ,8 ,8 92,7
DEDICIONES LA TOMAN
LOS RICOS
SI, POR QUE LAS
AUTORIDADES TOMAN 1 ,8 ,8 93,5
DECISIONES POR ELLOS
SI, PORQUE ASÍ SE
PARTICIPA EN COSAS
1 ,8 ,8 94,3
QUE A UNO LE
INTERESAN
SI, PORQUE SE SUPONE
TRABAJAN PARA LAS
1 ,8 ,8 95,1
PERSONAS Y SUS
NECESIDADES
SI, SOLO LAS PERSONAS
4 3,3 3,3 98,4
MAYORES DE 18
SI, TODOS PODEMOS
2 1,6 1,6 100,0
DECIDIR
Total 123 100,0 100,0

206
¿Te interesa participar en las actividades de tu sector, de tu colegio o de tu ciudad?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 2 1,6 1,6 1,6
NO 24 19,5 19,5 21,1
SI 82 66,7 66,7 87,8
SI, APRENDO MAS Y
1 ,8 ,8 88,6
SUBE MI AUTOESTIMA
SI, ES ENTRETENIDO 7 5,7 5,7 94,3
SI, PARA CONOCER MAS 1 ,8 ,8 95,1
SI, PARA CRECER MAS Y
1 ,8 ,8 95,9
SER MEJOR
SI, PARA RECREARSE 1 ,8 ,8 96,7
SI, PARA TENER
AMISTADES,
COMUNICACIÓN, MAS 1 ,8 ,8 97,6
VALORACIÓN Y MENOS
DISCRIMINACIÓN
SI, PORQUE SI NO DOY
MI OPINIÓN YO NADIE 1 ,8 ,8 98,4
LO HARÁ POR MI
SI, PORQUE SOMOS
1 ,8 ,8 99,2
IMPORTANTES
SI, PORQUE UNO SE
COMUNICA Y SE
1 ,8 ,8 100,0
CONOCE CON LAS
PERSONAS
Total 123 100,0 100,0

207
¿Conoces formas en que puedas participar en las actividades de tu sector, de tu colegio o
de tu ciudad?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 40 32,5 32,5 32,5
NO RESPONDE 5 4,1 4,1 36,6
NO, PERO ME GUSTARÍA
1 ,8 ,8 37,4
APRENDER
SI 55 44,7 44,7 82,1
SI, AGRUPACIONES
JUVENILES, CETROS DE
1 ,8 ,8 82,9
ALUMNOS, GRUPOS
SOCIALES
SI, BAILES Y TALLERES 1 ,8 ,8 83,7
SI, BAILES, TEATRO,
1 ,8 ,8 84,6
MURALES
SI, COLEGIO 1 ,8 ,8 85,4
SI, DANDO MI OPINIÓN Y
ESCUCHANDO LAS 1 ,8 ,8 86,2
DEMÁS
SI, DEPORTE 3 2,4 2,4 88,6
SI, EL CENTRO DE
ALUMNOS, JUNTA DE 1 ,8 ,8 89,4
VECINOS
SI, EN EL CIJ, CENTROS
1 ,8 ,8 90,2
DE PADRES
SI, EN EL COLEGIO 5 4,1 4,1 94,3
SI, EN JUEGOS Y FIESTAS 1 ,8 ,8 95,1
SI, EN LAS ACTIVIDADES
1 ,8 ,8 95,9
DEL CENTRO LOIDA
SI, EN LOS TALLERES
1 ,8 ,8 96,7
DEL SECTOR
SI, EN MI SECTOR, EN MI
ESCUELA Y EN LA
CIUDAD COMO 1 ,8 ,8 97,6
CIUDADANO ACTIVO EN
LO POLÍTICO Y SOCIAL
SI, GRUPOS DE HIP HOP,
ENCUENTROS 1 ,8 ,8 98,4
JUVENILES
SI, SOLO EN LA
1 ,8 ,8 99,2
POBLACIÓN
SI, TODAS LAS
PERSONAS TENEMOS
1 ,8 ,8 100,0
IDEAS QUE PUEDEN
RESULTAR
Total 123 100,0 100,0

208
¿Has participado en alguna actividad organizada por los adultos de tu sector, de tu
colegio o ciudad?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 2 1,6 1,6 1,6
NO 36 29,3 29,3 30,9
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 31,7
NO, PORQUE NO HAN
HECHO NADA EN MI 1 ,8 ,8 32,5
COLEGIO O BARRIO
NO, PORQUE SOY MUY
1 ,8 ,8 33,3
CHICO ME DICEN
SI 67 54,5 54,5 87,8
SI, BAILE 1 ,8 ,8 88,6
SI, CAA, CARNAVAL,
ENCUENTROS 1 ,8 ,8 89,4
JUVENILES
SI, COLEGIO, CIJ 1 ,8 ,8 90,2
SI, DEPORTES 2 1,6 1,6 91,9
SI, EN EL COLEGIO 4 3,3 3,3 95,1
SI, EN EL COLEGIO Y EN
1 ,8 ,8 95,9
EL CENTRO LOIDA
SI, EN EL COLEGIO, LA
FUNDACIÓN, JUNTA DE 1 ,8 ,8 96,7
VECINOS
SI, EN ENCUENTROS
DE NIÑOS Y 1 ,8 ,8 97,6
ADOLESCENTES
SI, EN MUCHAS PARTES 1 ,8 ,8 98,4
SI, JUNTA DE VECINOS 1 ,8 ,8 99,2
SI, PREVENCIÓN DE
1 ,8 ,8 100,0
DROGAS
Total 123 100,0 100,0

209
¿Has organizado alguna actividad para tomar decisiones sobre lo que pasa en tu sector,
colegio o ciudad?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 1 ,8 ,8 ,8
A VECES, PORQUE HAY
PERSONAS QUE NO LES
1 ,8 ,8 1,6
IMPORTA LA OPINIÓN DE
LOS JÓVENES
NO 84 68,3 68,3 69,9
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 70,7
NO, NO ME HAN DADO LA
1 ,8 ,8 71,5
OPORTUNIDAD
NO, PERO ME GUSTARÍA 1 ,8 ,8 72,4
SI 29 23,6 23,6 95,9
SI, CENTRO DE
1 ,8 ,8 96,7
ALUMNOS DEL LICEO
SI, EN EL COLEGIO 2 1,6 1,6 98,4
SI, EN EL COLEGIO, LA
1 ,8 ,8 99,2
FUNDACIÓN
SI, MUCHAS ACTIVIDADES
1 ,8 ,8 100,0

Total 123 100,0 100,0

¿En tu casa, puedes participar en la toma de decisiones?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 20 16,3 16,3 16,3
NO 16 13,0 13,0 29,3
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 30,1
SI 82 66,7 66,7 96,7
SI, ALGUNAS VECES 1 ,8 ,8 97,6
SI, EN COSAS PEQUEÑAS 1 ,8 ,8 98,4
SI, TOMAMOS LAS
DECISIONES EN 1 ,8 ,8 99,2
CONJUNTO
SI, Y ES BUENO POR QUE
UNO PUEDE SER MAS 1 ,8 ,8 100,0
RESPONSABLE
Total 123 100,0 100,0

210
¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu casa?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 19 15,4 15,4 15,4
NO 17 13,8 13,8 29,3
NO RESPONDE 2 1,6 1,6 30,9
NO, PORQUE NO HAY
1 ,8 ,8 31,7
CONFIANZA
SI 80 65,0 65,0 96,7
SI, CON LA MAMA 1 ,8 ,8 97,6
SI, ME ESCUCHAN Y
1 ,8 ,8 98,4
APOYAN
SI, TENGO CONFIANZA
1 ,8 ,8 99,2
Y ME ESCUCHAN
SI, Y ME DAN SUS
OPINIONES O TRATAN
1 ,8 ,8 100,0
DE ARREGLAR MIS
PROBLEMAS
Total 123 100,0 100,0

¿En tu colegio, puedes participar en la toma de decisiones?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 18 14,6 14,6 14,6
NO 39 31,7 31,7 46,3
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 47,2
NO, PORQUE NO LES
1 ,8 ,8 48,0
IMPORTA MI OPINIÓN
NO, PORQUE NO ME
1 ,8 ,8 48,8
TOMAN EN CUENTA
SI 57 46,3 46,3 95,1
SI, EN MI CURSO 4 3,3 3,3 98,4
SI, PERO ES
COMPARTIDA Y SIEMPRE
1 ,8 ,8 99,2
ES IMPORTANTE
NUESTRO VOTO
SI, PERO NO SIEMPRE 1 ,8 ,8 100,0
Total 123 100,0 100,0

211
¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu colegio?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 15 12,2 12,2 12,2
NO 52 42,3 42,3 54,5
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 55,3
SI 50 40,7 40,7 95,9
SI, ESCUCHAN PERO
1 ,8 ,8 96,7
NO TOMAN EN CUENTA
SI, LOS PROFESORES
SIEMPRE BRINDAN 3 2,4 2,4 99,2
AYUDA
SI, SOLO PROFESOR
1 ,8 ,8 100,0
JEFE
Total 123 100,0 100,0

¿En tu ciudad, puedes participar en la toma de decisiones?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 5 4,1 4,1 4,1
NO 84 68,3 68,3 72,4
NO RESPONDE 4 3,3 3,3 75,6
NO SABE 1 ,8 ,8 76,4
NO, PORQUE NO
DEJAN QUE LOS 3 2,4 2,4 78,9
JÓVENES OPINEN
NO, PORQUE NO ME
1 ,8 ,8 79,7
IMPORTA
NO, PORQUE NO SERIA
1 ,8 ,8 80,5
CAPAS DE OPINAR
NO, SOLO ESCUCHAN
1 ,8 ,8 81,3
A LOS ADULTOS
SI 23 18,7 18,7 100,0
Total 123 100,0 100,0

212
¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu ciudad?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 11 8,9 8,9 8,9
NO 81 65,9 65,9 74,8
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 75,6
NO SABE 2 1,6 1,6 77,2
NO, SOLO VALEN LAS
OPINIONES DE LOS 1 ,8 ,8 78,0
ADULTOS
SI 24 19,5 19,5 97,6
SI, ALDEAS INFANTILES
1 ,8 ,8 98,4
SOS
SI, COMO ENCARGADO
1 ,8 ,8 99,2
DE JUNTA DE VECINOS
SI, EN EL COLEGIO, EN
1 ,8 ,8 100,0
LA FUNDACIÓN
Total 123 100,0 100,0

213
¿Participas en algún grupo social de personas de tu edad? ¿Cuál? ¿Con que frecuencia?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 41 33,3 33,3 33,3
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 34,1
NO SABE 1 ,8 ,8 35,0
SI 37 30,1 30,1 65,0
SI, ARTISTAS DEL ACERO 1 ,8 ,8 65,9
SI, BAILE 1 ,8 ,8 66,7
SI, DANZA, TEATRO 1 ,8 ,8 67,5
SI, DEPORTES 13 10,6 10,6 78,0
SI, EN EL CENTRO LOIDA 1 ,8 ,8 78,9
SI, EN EL CIJ 3 2,4 2,4 81,3
SI, EN FOLKLORE 2 1,6 1,6 82,9
SI, EN GRUPO INFANTIL 1 ,8 ,8 83,7
SI, EN LA CALETA 1 ,8 ,8 84,6
SI, EN LA COMUNIDAD
3 2,4 2,4 87,0
PADRE HURTADO
SI, EN LA JUNTA DE
VECINOS Y EN LA 1 ,8 ,8 87,8
CALETA
SI, EN VARIOS 1 ,8 ,8 88,6
SI, GRUPO DE DANZA EN
1 ,8 ,8 89,4
LA IGLESIA
SI, GRUPO DE
MONITORES DE
1 ,8 ,8 90,2
INFANCIA, GRUPO DE
MUJERES FEMINISTAS
SI, GRUPO JUVENIL 6 4,9 4,9 95,1
SI, HOGAR COMUNITARIO 2 1,6 1,6 96,7
SI, MÚSICA 1 ,8 ,8 97,6
SI, TEATRO 2 1,6 1,6 99,2
SI, TEATRO, MÚSICA 1 ,8 ,8 100,0
Total 123 100,0 100,0

214
¿Has participado en talleres, charlas o cursos en materia de Sida, drogas, trabajo o
derechos juveniles? ¿Quién organizaba?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 2 1,6 1,6 1,6
NO 40 32,5 32,5 34,1
NO RESPONDE 2 1,6 1,6 35,8
SI 45 36,6 36,6 72,4
SI, CARABINEROS 1 ,8 ,8 73,2
SI, CIJ 1 ,8 ,8 74,0
SI, CIJ, COLEGIO 1 ,8 ,8 74,8
SI, CONACE 3 2,4 2,4 77,2
SI, DEPTO DE JÓVENES
DE CONCEPCIÓN, 1 ,8 ,8 78,0
CONACE
SI, DIFERENTES
1 ,8 ,8 78,9
INSTITUCIONES
SI, EN EL COLEGIO 7 5,7 5,7 84,6
SI, EN EL COLEGIO Y EN
LA COMUNIDAD PADRE 1 ,8 ,8 85,4
HURTADO
SI, EN EL CTD CAPULLO 1 ,8 ,8 86,2
SI, EN LA SEDE 1 ,8 ,8 87,0
SI, EN MUCHAS PARTES 1 ,8 ,8 87,8
SI, IGLESIA, CIJ 1 ,8 ,8 88,6
SI, IGLESIA, JUNTA DE
1 ,8 ,8 89,4
VECINOS
SI, LA CALETA,
1 ,8 ,8 90,2
MONITORES
SI, LA FUNDACIÓN
1 ,8 ,8 91,1
TIERRA DE ESPERANZA
SI, MUNICIPALIDAD 1 ,8 ,8 91,9
SI, ORGANIZABA LA
CALETA, APUVEMU,
FORO RED SALUD Y 1 ,8 ,8 92,7
DERECHOS SEXUALES
Y REPRODUCTIVOS
SI, TALLER DE DROGAS 7 5,7 5,7 98,4
SI, TALLER DE DROGAS
1 ,8 ,8 99,2
Y SEXUALIDAD
SI, TALLERES DE
1 ,8 ,8 100,0
DERECHOS JUVENILES
Total 123 100,0 100,0

215
¿Has participado en talleres, charlas o cursos en materia de Sida, drogas, trabajo o
derechos juveniles organizados por alguna autoridad?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 78 63,4 63,4 63,4
NO RESPONDE 5 4,1 4,1 67,5
NO SABE 1 ,8 ,8 68,3
NO, PORQUE NO LE DAN
OPORTUNIDAD A LOS 1 ,8 ,8 69,1
NIÑOS
SI 24 19,5 19,5 88,6
SI, CARABINEROS 5 4,1 4,1 92,7
SI, CARABINEROS,
1 ,8 ,8 93,5
BRIGADA DEL COLEGIO
SI, EN EL COLEGIO 3 2,4 2,4 95,9
SI, EN EL CONSULTORIO 1 ,8 ,8 96,7
SI, EN LA JUNTA DE
1 ,8 ,8 97,6
VECINOS
SI, MUNICIPALIDAD 2 1,6 1,6 99,2
SI, TALLER DE
1 ,8 ,8 100,0
ARTESANÍA
Total 123 100,0 100,0

¿Sabes que son y que hacen las siguientes instituciones: INJUV?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 78 63,4 63,4 63,4
NO RESPONDE 6 4,9 4,9 68,3
SI 39 31,7 31,7 100,0
Total 123 100,0 100,0

¿Sabes que son y que hacen las siguientes instituciones: CONASIDA?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 70 56,9 56,9 56,9
NO RESPONDE 5 4,1 4,1 61,0
SI 48 39,0 39,0 100,0
Total 123 100,0 100,0

216
¿Sabes que son y que hacen las siguientes instituciones: CONACE?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 73 59,3 59,3 59,3
NO RESPONDE 6 4,9 4,9 64,2
SI 44 35,8 35,8 100,0
Total 123 100,0 100,0

¿Sabes que son y que hacen las siguientes instituciones: SENCE?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 83 67,5 67,5 67,5
NO RESPONDE 6 4,9 4,9 72,4
SI 34 27,6 27,6 100,0
Total 123 100,0 100,0

¿Sabes que son y que hacen las siguientes instituciones: JUZGADOS DE


MENORES?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 62 50,4 50,4 50,4
NO RESPONDE 5 4,1 4,1 54,5
SI 56 45,5 45,5 100,0
Total 123 100,0 100,0

217
¿Crees que es complejo participar?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 6 4,9 4,9 4,9
DEPENDE 1 ,8 ,8 5,7
NO 71 57,7 57,7 63,4
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 64,2
NO SABE 2 1,6 1,6 65,9
NO, HAY BASTANTES
1 ,8 ,8 66,7
POSIBILIDADES
NO, SI UNO TIENE
GANAS DE PARTICIPAR 4 3,3 3,3 69,9
BUSCA LA FORMA
NO, SOLO FALTA
2 1,6 1,6 71,5
INFORMACIÓN
SI 33 26,8 26,8 98,4
SI, DEPENDE DE LA
1 ,8 ,8 99,2
ORGANIZACIÓN
SI, NUNCA PIDEN MI
1 ,8 ,8 100,0
OPINIÓN
Total 123 100,0 100,0

218
¿Crees que vale la pena participar?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES 3 2,4 2,4 2,4
DEPENDE 1 ,8 ,8 3,3
NO 28 22,8 22,8 26,0
NO RESPONDE 1 ,8 ,8 26,8
NO SABE 1 ,8 ,8 27,6
SI 75 61,0 61,0 88,6
SI, ASÍ SE PUEDEN
EVITAR MUCHOS 1 ,8 ,8 89,4
PROBLEMAS
SI, ES DIVERTIDO 2 1,6 1,6 91,1
SI, ES LA ÚNICA FORMA
1 ,8 ,8 91,9
DE SER ESCUCHADO
SI, NECESITAMOS SER
MIEMBROS ACTIVOS Y
CON OPINIÓN EN LOS 1 ,8 ,8 92,7
ESPACIOS EN LOS QUE
ESTAMOS INSERTOS
SI, PARA APRENDER
2 1,6 1,6 94,3
MAS Y CONOCER
SI, PARA DECIR LO QUE
1 ,8 ,8 95,1
SIENTO
SI, PARA QUIENES LES
1 ,8 ,8 95,9
GUSTA
SI, PUEDE SERVIR EN
1 ,8 ,8 96,7
EL FUTUTO
SI, SE APRENDE 3 2,4 2,4 99,2
SI, SOLO LA GENTE QUE
1 ,8 ,8 100,0
LE INTERESA
Total 123 100,0 100,0

219
¿conoces revistas o publicaciones para niños o jóvenes de tu edad editadas por el
Estado?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos NO 95 77,2 77,2 77,2
NO RESPONDE 4 3,3 3,3 80,5
NO SABE 1 ,8 ,8 81,3
NO, NO ESTOY
SEGURA SI DON GRAF 1 ,8 ,8 82,1
ES DEL ESTADO
SI 15 12,2 12,2 94,3
SI, CONACE, QUIERO
3 2,4 2,4 96,7
SER
SI, CONDORITO 1 ,8 ,8 97,6
SI, EL ICARITO 2 1,6 1,6 99,2
SI, LOS LIBROS DE LA
1 ,8 ,8 100,0
ESCUELA, FONDART
Total 123 100,0 100,0

220
¿Crees que os niños o jóvenes deben movilizarse y manifestarse en la calle con marchas,
mítines u otra forma? ¿Que te parece la forma en que reaccionan las autoridades?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos DEPENDE PARA QUE 1 ,8 ,8 ,8
NO 22 17,9 17,9 18,7
NO RESPONDE 6 4,9 4,9 23,6
NO SABE 5 4,1 4,1 27,6
NO, ES MEJOR HABLAR,
SIN PELEAR NI 1 ,8 ,8 28,5
MALTRATARSE
NO, LOS NIÑOS NO
2 1,6 1,6 30,1
DEBEN
NO, PORQUE ALGUNOS
CORREN MUCHO 1 ,8 ,8 30,9
RIESGO
NO, PORQUE DAÑAN LA
1 ,8 ,8 31,7
CIUDAD
NO, PORQUE LAS
AUTORIDADES NO 1 ,8 ,8 32,5
ESCUCHAN
SI 56 45,5 45,5 78,0
SI, CON LAS MARCHAS
PACIFICAS, SIEMPRE
QUE LAS AUTORIDADES
1 ,8 ,8 78,9
NOS RESPETEN Y NO
ABUSEN DEL PODER
QUE TIENEN
SI, CON MARCHAS
PACIFICAS, ASÍ TODOS
APRENDEMOS DE
1 ,8 ,8 79,7
TEMPRANA EDAD A
CONOCER NUESTROS
DERECHOS
SI, CREO QUE LOS
NIÑOS DEBEN 1 ,8 ,8 80,5
MOVILIZARSE
SI, CUANDO LA OCASIÓN
1 ,8 ,8 81,3
LO AMERITA
SI, DEPENDE LA CAUSA 1 ,8 ,8 82,1
SI, EN OCASIONES POR
1 ,8 ,8 82,9
QUE AYUDAN A CRECER
SI, ES LA ÚNICA FORMA
DE QUE LAS
AUTORIDADES 1 ,8 ,8 83,7
ENTIENDAN A LAS
PERSONAS
SI, ES NECESARIO PARA
QUE SE ESCUCHEN LOS
1 ,8 ,8 84,6
PROBLEMAS DE LOS
JÓVENES
SI, ES UNA BUENA
FORMA CUANDO SE 1 ,8 ,8 85,4
ORGANIZA BIEN
SI, ES VALIDO ES
NUESTRO DERECHO A 1 ,8 ,8 86,2
LA LIBRE EXPRESIÓN
SI, ESTA BIEN PORQUE
CONSIGUEN LAS COSAS 2 1,6 1,6 87,8
QUE QUIERES
SI, MARCHA PACIFICA 1 ,8 ,8 88,6
SI, ME PARECE BIEN, ES
BUENO PARA LA 1 ,8 ,8 89,4
COMUNIDAD Y EL PAÍS
SI, ME PARECE BIEN, ES
LA ÚNICA FORMA DE QUE 1 ,8 ,8 90,2
NOS ESCUCHEN
SI, PARA CONSEGUIR LO
1 ,8 ,8 91,1
QUE SE QUIERE
SI, PARA SER
2 1,6 1,6 92,7
ESCUCHADOS
SI, PERO SIN
1 ,8 ,8 93,5
AGRESIONES FÍSICAS
SI, PERO SIN DESORDEN 1 ,8 ,8 94,3
SI, POR QUE NOS
ESCUCHAN Y SOMOS 1 ,8 ,8 95,1
TOMADOS EN CUENTA
SI, POR UNA RAZÓN
2 1,6 1,6 96,7
JUSTA
SI, PORQUE ASÍ
ESCUCHAN LA VOZ DE 1 ,8 ,8 97,6
JÓVENES Y NIÑOS
SI, PORQUE ASÍ
SERIAMOS
ESCUCHADOS Y 1 ,8 ,8 98,4
RESPETADOS EN LOS
DERECHOS
SI, SOLO SI ES
1 ,8 ,8 99,2
NECESARIO
SI, TIENEN DERECHO 1 ,8 ,8 100,0
Total 123 100,0 100,0

221
¿Que te parece la forma en que reaccionan las autoridades?

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válidos A VECES REACCIONAN BIEN Y OTRAS MAL 1 ,8 ,8 ,8
A VECES SON APRETADOS Y NO DAN PERMISO 1 ,8 ,8 1,6
AGRESIVA 1 ,8 ,8 2,4
BUENA 2 1,6 1,6 4,1
CREEN QUE POR SER JÓVENES NO ENTENDEMOS LOS PROBLEMAS QUE 1HAY ,8 ,8 4,9
EN GENERAL CENSURAN Y SOBRE TODO LOS CARABINEROS DE CHILE 1 ,8 ,8 5,7
LA REACCIÓN DE LAS AUTORIDADES NO ES MUY RAZONABLE, NUNCA
1 ,8 ,8 6,5
ESCUCHAN
LA REACCIÓN DE LOS UNIFORMADOS ES NEGATIVA 1 ,8 ,8 7,3
LAS AUTORIDADES ESTÁN BIEN 1 ,8 ,8 8,1
LAS AUTORIDADES NO ACEPTAN QUE UNO DEMUESTRE QUE TIENE OPINION1 ,8 ,8 8,9
LAS AUTORIDADES NO ESCUCHAN A LOS JÓVENES 2 1,6 1,6 10,6
LAS AUTORIDADES NO REACCIONAN DE FORMA CORRECTA, PORQUE DAÑAN A
1 ,8 ,8 11,4
LA GENTE
LAS AUTORIDADES NO TOMAN EN CUENTA A LOS JOVENES 4 3,3 3,3 14,6
LAS AUTORIDADES NOS TRATAN BIEN 1 ,8 ,8 15,4
LAS AUTORIDADES REACCIONAN MAL 2 1,6 1,6 17,1
LAS AUTORIDADES REPRIMEN 2 1,6 1,6 18,7
LAS AUTORIDADES SON MUY VIOLENTAS Y NO RESPETAN LOS DERECHOS
1 ,8 ,8 19,5
HUMANOS
LOS CARABINEROS ACTUAN AGRESIVAMENTE 1 ,8 ,8 20,3
LOS CARABINEROS PEGAN Y TIRAN AGUA CON EL GUANACO 1 ,8 ,8 21,1
LOS CARABINEROS REACCIONAN MAL 1 ,8 ,8 22,0
MAL 8 6,5 6,5 28,5
MAL PORQUE NO NOS ESCUCHAN 1 ,8 ,8 29,3
MAL, CASI NUNCA ESCUCHAN LA PALABRA DE LOS JÓVENES 1 ,8 ,8 30,1
MAL, LA AGRESIVIDAD DE LOS CARABINEROS 1 ,8 ,8 30,9
MAL, PORQUE SACAN LA MUGRE 1 ,8 ,8 31,7
MAL, PORQUE SON AGRESIVOS CUANDO LLEVAN UNIFORMES 1 ,8 ,8 32,5
ME GUSTARÍA QUE LOS ESCUCHARAN 1 ,8 ,8 33,3
ME PARECE BIEN PORQUE MANDAN CARABINEROS QUE EVITAN LA
1 ,8 ,8 34,1
DELINCUENCIA
NO 1 ,8 ,8 35,0
NO DEJAN PARTICIPAR 1 ,8 ,8 35,8
NO ESTOY DE ACUERDO PORQUE LES PEGAN Y NO APOYAN 1 ,8 ,8 36,6
NO PERMITEN A LOS JÓVENES EJERCER SUS DERECHOS 1 ,8 ,8 37,4
NO PORQUE LES PEGAN CON PALOS Y LES TIRAN AGUA 2 1,6 1,6 39,0
NO REACCIONAN DE MANERA JUSTA 1 ,8 ,8 39,8
NO RESPONDE 40 32,5 32,5 72,4
NO SABE 10 8,1 8,1 80,5
NO SON CONSECUENTES CON LO QUE DICEN 1 ,8 ,8 81,3
PÉSIMA 1 ,8 ,8 82,1
REACCIONAN AGRESIVAMENTE, SE ASUSTAN CUANDO VEN GRUPOS DE GENTE
1 ,8 ,8 82,9
QUE RECLAMAN SUS DERECHOS
REACCIONAN CON VIOLENCIA 3 2,4 2,4 85,4
REACCIONAN MAL 13 10,6 10,6 95,9
SI, SON AGRESIVOS 1 ,8 ,8 96,7
SIEMPRE DICEN QUE VAN A SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS PERO DESPUÉS NO
1 ,8 ,8 97,6
LO HACEN
SIEMPRE TERMINA EN CAOS 1 ,8 ,8 98,4
SOLO ASUSTAN PERO NO HACEN NADA 1 ,8 ,8 99,2
SON MUY AGRESIVAS Y PREPOTENTES 1 ,8 ,8 100,0
Total 123 100,0 100,0

222
ANALISIS GRAFICO DEL TRABAJO.

Resultados Cuestionario Semi-Estructurado Para Servicios Estatales.

No obstante que se les envió carta solicitando entrevista para explicarles la


investigación, y que incluso en algunos servicios (CONACE; FOSIS, CONASIDA) se
sostuvo la entrevista, finalmente ninguno de los Servicios y Programas Estatales
contemplados contestaron el cuestionario.

De éste modo y atendiendo a éstos datos, hemos tabulado dicha información de la


siguiente forma:

5
Entrvisa soliciadas
4

3 Entrevistas concedidas

2 Cuestionarios entregados
1
Cuestionarios
0 contestados
Número

Cuestionario Semi-Estructurado Para Tribunales de Menores.

A diferencia de los programas públicos, de 4 Tribunales a quienes se le solicitó


entrevista, solo uno accedió a concederla, el Tribunal de Menores de Talcahuano, del
resto ni siquiera se obtuvo respuesta a la carta enviada y a la solicitud de respuesta. Los
datos tabulados entonces aparecen de la siguiente forma:

223
4
Tribunales invitados a
3 participar
Tribunales que otorgaron
2
entrevista
1 Tribunales que no
respondieron carta
0

Resultados Cuestionario Aplicado en niños y niñas de 10 a 18 años.

El trabajo contempló 150 entrevistas, de las cuales se seleccionaron 123 para ser
tabuladas por contener respuestas a todas las preguntas y ser coherentes y posible de
ordenar cuantitativa y cualitativamente.

150

100 Entrevistas realizadas

Entrevistas consideradas
50 válidas

224
RESPUESTA A PREGUNTAS.

1) ¿Te parece importante se escuche y se pida la opinión de los menores de 18


años por las autoridades?

Porcentajes:
Si: 87 %
No: 7.3%
No sabe: 1.6%
No responde: 4.1%

100

80
Si
60 No
40 No sabe
NO responde
20

2) ¿Te parece importante que las personas puedan decidir sobre lo que las
autoridades hacen con ellas?
Porcentajes:
Si: 78.1 %
A veces: 3.2%
No: 11.4 %
No sabe: 1.6%
No responde: 5.71%

225
80

60 Si
A veces
40 No
No sabe
20
No responde

3) ¿Te interesa participar en las actividades de tu sector, de tu colegio o de tu


ciudad?
Porcentajes:
Si: 78.9 %
A veces: 1.6 %
No: 19.5 %
No sabe: 0 %
No responde: 0 %

80

Si
60
A veces
40 No
No sabe
20
No responde

4) ¿Conoces formas en que puedas participar en las actividades de tu sector, de


tu colegio o de tu ciudad?
Porcentajes:
Si: 66.7 %
No: 33.3 %
No sabe: 0 %
No responde: 4.1%

226
70
60
50 Si
40 No
30 No sabe
20 No responde
10
0

5) ¿Has participado en alguna actividad organizada por adultos de tu sector, de


tu colegio o de tu ciudad?
Porcentajes:
Si: 66.7 %
A veces: 1.6 %
No: 30.9 %
No sabe: 0 %
No responde: 0.8 %

70
60
50 Si
40 No
30 No sabe
20 No responde
10
0

6) Has organizado alguna actividad para tomar decisiones sobre lo que pasa en
tu sector, colegio o ciudad?
Porcentajes:
Si: 30.9 %
A veces: 1.6 %
No: 69.1 %
No sabe: 0 %
No responde: 0.8 %

227
80

60 Si
No
40
No sabe
20 No responde

7) ¿En tu casa, puedes participar en la toma de decisiones?


Porcentajes:
Si: 69.9 %
A veces: 16.3 %
No: 13 %
No sabe: 0 %
No responde: 0.8 %

70
60
Si
50
A veces
40
No
30
No sabe
20
No responde
10
0

8) ¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu casa?


Porcentajes:
Si: 68.4 %
A veces: 15.4 %
No: 14.6 %
No sabe: 0 %
No responde: 1.6 %

228
80
Si
60
A veces
40 No
No sabe
20
No responde
0

9) ¿En tu colegio, puedes participar en la toma de decisiones?


Porcentajes:
Si: 50.5 %
A veces: 15.4 %
No: 33.3 %
No sabe: 0 %
No responde: 0.8 %

60

50
Si
40 A veces
30 No

20 No sabe
No responde
10

10) ¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu colegio?


Porcentajes:
Si: 44.7 %
A veces: 12.2 %
No: 42.3 %
No sabe: 0 %
No responde: 0.8 %

229
50

40 Si
A veces
30
No
20
No sabe
10 No responde

11) ¿En tu ciudad, puedes participar en la toma de decisiones?


Porcentajes:
Si: 18.7 %
A veces: 4.1 %
No: 73.1 %
No sabe: 0.8 %
No responde: 3.3 %

80

Si
60
A veces
40 No
No sabe
20
No responde

12) ¿Eres escuchado en tus problemas por los adultos de tu ciudad?


Porcentajes:
Si: 22 %
A veces: 8.9 %
No: 66.7 %
No sabe: 1.6 %
No responde: 0.8 %

70
60
Si
50
A veces
40
No
30
No sabe
20
No responde
10
0

230
13) ¿Participas en algún grupo social de personas de tu edad?, ¿Cuál? ¿Con que
frecuencia?
Porcentajes:
Si: 65.1 %
No: 33.3 %
No sabe: 0.8 %
No responde: 0.8 %

70
60
50 Si
40 No
30 No sabe
20 No responde
10
0

14) ¿Has participado en talleres, charlas o cursos en materia de Sida, drogas,


trabajo o derechos juveniles? ¿Quién lo organizaba?
Porcentajes:
Si: 64.3 %
A veces: 1.6 %
No: 32.5%
No sabe: 0 %
No responde: 1.6 %

70
60
Si
50
A veces
40
No
30
No sabe
20
No responde
10
0

231
15) ¿Has participado en talleres, charlas o cursos en materia de Sida, drogas,
trabajo o derechos juveniles organizados por alguna autoridad?
Porcentajes:
Si: 30.9 %
No: 64.2 %
No sabe: 0.8 %
No responde: 0 %

70
60
50 Si
40 No
30 No sabe
20 No responde
10
0

16) Sabes que son y que hacen las siguientes instituciones:

INJUV (Instituto Nacional de la Juventud)


Porcentajes:
Si: 31.7 %
No: 63.419.5 %
No responde: 4.9 %

70
60
50
Si
40
No
30
No responde
20
10
0

232
CONASIDA (Comisión Nacional de Sida)
Porcentajes:
Si: 39 %
No: 56.9 %
No responde: 4.1 %

60
50

40 Si
30 No

20 No responde

10

CONACE (Comisión Nacional de Consumo de Estupefacientes)


Porcentajes:
Si: 35.8 %
No: 59.3 %
No responde: 4.9 %

60
50
40 Si
30 No
20 No responde

10
0

SENCE (Servicio Nacional de Capacitación y Empleo)


Porcentajes:
Si: 27.6 %
No: 67.5 %
No responde: 4.9 %

80

60
Si
40 No
No responde
20

233
JUZGADOS DE MENORES
Porcentajes:
Si: 45.5 %
No: 50.4 %
No responde: 4.1 %

60
50
40 Si
30 No
20 No responde
10
0

17) ¿Crees que es complejo participar?


Porcentajes:
Si: 30.9 %
A veces / Depende: 5.7 %
No: 61 %
No sabe: 1.6 %
No responde: 0.8 %

70
60
Si
50
A veces/ Depende
40
No
30
No sabe
20
No responde
10
0

18) ¿Crees que vale la pena participar?


Porcentajes:
Si: 72.4 %
A veces / depende: 3.2 %
No: 22.8 %

234
No sabe: 0.8 %
No responde: 0.8 %

80

Si
60
A veces/ Depende
40 No
No sabe
20
No responde

19) ¿Conoces revistas o publicaciones para niños o jóvenes de tu edad editadas


por el estado?
Porcentajes:
Si: 15.4 %
No: 77.2 %
No sabe: 0.8 %
No responde: 3.3 %
Otras: 3.2 %

80
70
60 Si
50 No
40 No sabe
30 No responde
20 Otras
10
0

235
20) ¿Crees que los niños o jóvenes deben movilizarse y manifestarse en la calle
con marchas, mítines u otra forma?
Porcentajes:
Si: 67.5 %
Depende: 0.8 %
No: 22.7 %
No sabe: 4.1 %
No responde: 4.9 %

80
Si
60
Depende
40 No
No sabe
20
No responde
0

21) ¿Qué te parece la forma en que reaccionan las autoridades?


Porcentajes:
Valoración positiva: 3.2 %
Valoración negativa: 95.2 %
A veces si: 1.6%

100

80
Valoración positiva
60
Valoración negativa
40
A veces si
20

236
INTERPRETACION DE RESULTADOS Y ANALISIS TEORICO.

1) Hay un déficit de atención y/o de valoración y consideración de importancia de la


valoración y evaluación externa de parte de los programas estatales que inciden en las
conductas infanto-juveniles.

En efecto, a la hora del balance, resulta lamentable la actitud y disposición de los


programas estatales contemplados. Como puede apreciarse de los gráficos, de los 5
programas considerados, y a los que se había atendido por su importancia estratégica en
modificar o al menos incidir en conductas presentes y futuras de los jóvenes, no todos
contestaron la solicitud de entrevista ni le dieron importancia. En rigor, de los 5
programas originalmente considerados solo CONACE lo hizo, sosteniendo reunión con
el investigador y miembros de la Red de ONGs. Se sumo a éste el programa Fosis, que
recibió personalmente por al Directora Regional al investigador y mantuvo una larga
conversación en que manifestó le preocupaban especialmente la falta de coordinación de
programas y servicios del estado, la prioridad del Fosis de intentar la integralidad en sus
proyectos y la fragilidad del mundo juvenil frente a los adultos en la ejecución de
proyectos. Los demás servicios no se extendieron sobre sus trabajos.

Lamentablemente hay que agregar que ninguno de los programas contactados contestó
los cuestionarios, de manera que no es posible conocer con que criterios de
participación, opinión y expresión trabajan, o si contemplan el punto siquiera, o si tienen
o desarrollan programas específicos hacia el mundo infanto-juvenil. Esto abre una series
de interrogantes sobre la materia, especialmente si se considera que fenómenos sociales
como la droga o el Sida tienen periodos de incubación de mediano y largo plazo, de
manera que la falta de trabajo o incorporación de los jóvenes a ésta información traerá
resultados negativos en las conductas futuras. Similar cosa pasa con el mundo del
trabajo donde el desempleo juvenil es superior al desempleo adulto.

237
Particularmente grave me resulta el alto grado de desconocimiento que los jóvenes
muestran del Instituto nacional de la Juventud. Un 63,3% de los consultados
desconoce que es y que hace éste organismo creado especialmente para atender el
mundo juvenil. Lo anterior es gravísimo pro que significa que las políticas públicas que
debiera implementar y/o coordinar éste servicio obtienen un muy bajo impacto si 2 de
cada 3 destinatarios ignora siquiera su existencia o sus funciones.

Pero además debe resaltarse con especial acento negativo el hecho que los programas
mencionados no hayan manifestado preocupación por contestar preguntas y abrirse a
opiniones serías como los que pretendía dar éste estudio. Si se compartan así frente a
preguntas más o menos estructuradas, cabe preguntarse cual será su comportamiento
frente a grupos de experticia más dispersa que la ONGs de Infancia. Si no hay
participación de grupos como éste, que al menos pueden interlocutor profesionalmente
con los servicios, se levantan serias dudas acerca de si en el trabajo técnico el derecho de
participación de los destinatarios es asumido como una necesidad o si por el contrario
los programas definen centralmente sus criterios y no abren canales de participación, ya
sea en opinión, expresión y decisión respecto de los destinatarios. El nivel de legitimidad
democrática material es entonces nulo.

2) Igual de lamentable resulta el que la mayoría de los Tribunales de Menores a los que
se les solicitó audiencia por escrito, mediante una carta de solicitud expresa, no se
dignasen siquiera a contestar. Se enviaron cartas a los Tribunales de Menores de
Concepción (2), al de Coronel y al de Talcahuano, pero solo la magistrado de éste último
accedió a una entrevista y se manifestó dispuesta a participar.

Dado que lo que se pretendía era medir la existencia o no de criterios de participación en


el aparato judicial especializado, la falta de respuesta hecha por tierra la posibilidad de
comparar entre los diversos magistrados y avanzar a futuro en un estudio que permitiera
establecer cambios respecto de los nuevos Tribunales de Familia. Dada la imposibilidad

238
de contrastar y por la falta de tiempo se decidió no entrevistar a la Magistrado del
Juzgado de Menores de Talcahuano, a quien agradecemos su interés.

Al igual que respecto de los servicios públicos antes mencionados, quedan pues una
serie de interrogantes planteadas para el debate y que exponemos de la siguiente forma,
con la excepción ya antes mencionado del tribunal de Talcahuano:

a. ¿Considera el poder judicial que no debe responder ni abrirse a la


discusión sobre la vigencia y existencia de derechos fuera del ámbito
formal de interpretación legal?
b. ¿ Se suma a lo anterior entonces que, dentro de los procedimientos y
actuaciones de cada Tribunal no existen canales efectivos que consideren
a los niños y niñas como actores y no como destinatarios?
c. ¿Aparte de las peticiones dentro del marco de sus conflictos que puedan
hacer los padres y demás adultos a cargo de menores y jóvenes, este
sujeto de especial protección jurídica es considerado al menos en su
opinión al momento de tomar decisiones que le afectarán o se resuelve
sin su intervención?
d. ¿Se considera por los Magistrados a cargo de estos Tribunales que no es
su deber abrirse al diálogo con la sociedad civil ni con los usuarios ni
pueden ser evaluados por otros actores que no sean sus superiores? ¿O
consideran una perdida de tiempo éste tipo de análisis?
e. Poseen los Tribunales de Menores un concepto y una actitud que
favorezca la participación, a pesar de encontrarse limitados por
procedimientos escritos?

Lamentablemente todas estas interrogantes quedan sin repuesta y sin posibilidad de


contrastar y trabajar hacia el futuro. El Poder Judicial viene ya desde hace tiempo siendo
cuestionado por los ciudadanos en diversos estudios acerca de su apertura, capacidad de
dar respuesta y/o cabida a sus inquietudes y es un mundo sensible y mayoritariamente

239
desconocido. Se suma entonces éste fracaso en la apertura al conocimiento y a al
evaluación de su legitimidad democrática material al de los estudios efectuados por otras
instancias.

3) En el otro extremo de la balanza se encuentra la actitud de los niños y jóvenes que


participaron respondiendo el cuestionario. Todos ellos se manifestaron satisfechos y
dispuestos a participar y contestar las preguntas, lo que ciertamente coincide con el alto
porcentaje de jóvenes y niños/as que consideran importante participar. Cifras todas
superiores al 65 o 70% para las preguntas respectivas avalan ésta actitud. La primera
pregunta entonces es si existe correlato efectivo entre éste deseo y valoración de al
participación social de los jóvenes con las posibilidades que se les entregan desde el
mundo institucional. A la luz de los resultados obtenidos en éste estudio, parece
indicarse lo contrario, tanto pro falta de atención efectiva o por que dichos programas no
actúan con la especificidad programática y de lenguaje necesaria para llegar al segmento
juvenil. Otra explicación posible es que sus actuaciones estan mediados a espacios
donde ya existe alguna organización pero no se extiende al resto de los jóvenes.

Además, el estudio permite demostrar algo que ya sospechábamos, que los jóvenes no
adolecen de deseos o intencionalidad de participar, sino que lo hacen masivamente en
espacios que para ellos son importantes: grupos musicales, de baile, organizaciones
propia, religiosas, actividades deportivas, etc. Prácticamente no hay referencias en sus
respuestas a organizaciones partidarias, políticas o que se relacionen con el mundo
público. Pero éste dato no puede dejar de analizarse con otros antecedentes que surgen
del mismo: primero, con el altísimo desconocimiento de los programas que uno podría
presumir tienen un interés por el segmento juvenil; dos con que los jóvenes por si
mismos en general no organizan actividades por iniciativa individual, por lo que hay un
déficit de liderazgo manifestándose; tres, que ante la ocupación de la calle por ellos hay
casi unanimidad en valorar negativamente la respuesta de la autoridad.

240
¿Cual puede ser la respuesta a ésta brecha entre ganas de participar, valoración de la
posibilidad y la efectividad con que se hace?. Por un lado es claro que no existen canales
institucionales que recojan la participación, opinión o expresión de los jóvenes, o los que
existen, como los Consejos Escolares, probablemente no están funcionando aún o no lo
hacen adecuadamente (ninguno de los encuestados los mencionó siquiera), lo que si se
suma a que cada vez que la expresión es callejera los jóvenes sienten que son reprimidos
o tratados de mala forma, no puede hablarse de participación real ni de un clima que la
favorezca, ya sea por que se busca cortar su participación o por que no se establecen los
mecanismos idóneos por parte de quienes tienen la misión de hacerlo.

Tal como mencionamos más arriba, habría que preguntarse si es que existen las
instancias para resolver las dudas de los niños, niñas y adolescentes, y en caso de existir,
si esa faceta está bien o mal trabajada por parte de quienes están en el mundo estatal de
las políticas públicas. Si consideramos que hemos definido el derecho de participación
como un proceso complejo y múltiple, del cual la información es la parte más básica y
elemental del mismo, podemos concluir que el derecho de participación es
prácticamente inexistente si ésta etapa del mismo no existe. Si a una contraparte como la
que solicitó la aplicación de éste estudio, que está relacionada temática y
profesionalmente con los temas de la infancia y adolescencia no se le considera para
entregar una información que, como se desprende de los cuestionarios enviados, no esta
pedida en forma vaga sino precisa, ordenada y orientada, ¿que puede esperarse de la
información que requieren los niños, niñas y jóvenes destinatarios?. El magro
conocimiento de los programas y/o instituciones que los realizan parece reforzar ésta
premisa y requiere, por parte de la autoridad medidas correctivas urgentes y efectivas.

Sin información ni canales de expresión adecuados, el derecho de participación


simplemente no existe y es un mero enunciado.

241
4) Interesante resulta a su vez analizar el estudio efectuado, desde el punto de vista de
los espacios sociales y ciudadanos en que los niños, niñas y jóvenes se insertan y
desarrollan sus actividades cotidianas.

En efecto, se preguntó por la posibilidad de opinar, ser escuchado y participar en las


decisiones en tres espacios que se van ampliando desde el punto de vista geográfico,
social y político: la casa, el colegio y la ciudad. En todos ellos los adolescentes se
enfrentan a la toma de decisiones, tienen opinión sobre lo que pasa y se relaciona con el
mundo adulto. Pero además existe una clara diferenciación entre los espacios. El hogar
pertenece al ámbito privado, el colegio si bien es un espacio público claramente se trata
de un subsistema limitado y que absorbe una parte importante del tiempo cotidiano de
los niños/as y jóvenes, sometidos a una estructura de reglas que media entre el espacio
del hogar y el espacio público nítido de la ciudad como lugar de ciudadanía.

Al analizar los resultados se aprecian claramente tres cosas coincidentes:

1. El interés de los jóvenes por participar, entregar opinión y desarrollar acciones


participativas es transversal.
2. Los mayores niveles de participación, desde la información a la decisión,
pasando por la opinión, principal forma de los actos de participación que
describen, se encuentran en el ámbito privado y se van desvaneciendo en la
medida que se sale hacia lo público. Claramente el peor lugar por índice de
participación lo constituye la ciudad, es decir que el ámbito específico de la
ciudadanía es el menos participativo.
3. Paralelo a lo anterior, la forma en como se relacionan con los adultos es
significativa de las posibilidades de concretar su derecho. A si como la
posibilidad de opinar y decidir decrece al ir del hogar a la ciudad, pasando por el
colegio, al consultárseles sobre si se sienten escuchados por los adultos se opera
el mismo fenómeno, es decir son menos escuchado en la ciudad que en la casa.

242
Una explicación simplista pudiera ser el hecho que las relaciones físicas son más
próximas en los dos primeros espacios que en el último, lo que de alguna manera es
cierto. Sin embargo, si hablamos de derechos, a diferencia del concepto de cuidado por
ejemplo, los derechos son necesariamente de carácter social, colectivo y públicos y la
densidad jurídica debiera ser menor en los espacios privados, mediados por formas de
afectividad y conocimiento que dibujan de manera distinta el esquema de juridicidades.
El derecho de participación en tanto derecho debe analizarse a la luz de los espacios
públicos y desde allí su extensión a subsistemas inferiores. La revisión del estudio a éste
respecto es lapidaria: la participación, esencialmente opinión en esta faceta, es menor en
tanto se sale a lo público y por lo tanto el espacio político tiene un claro déficit de éste
derecho. Hay una forma encubierta de vulneración del derecho de participación ante la
falta de actitud y canales de escucha y diálogo.

Sin espacio para la opinión y la decisión no existe el derecho de


participación.

5) Resumiendo entonces lo que hasta aquí se ha expresado, en que confluyen la falta de


espacios para la expresión, información y opinión de los niñas, niños y jóvenes, parece
indispensable avanzar una respuesta sobre las preguntas relacionadas con las
movilizaciones y la reacción de la autoridad.

A mi entender el punto no es menor pues se relaciona con tres áreas sensibles de trabajar
desde el poder político:

a) La falta de instancias efectivas de participación con decisión de los jóvenes.


Institucionalmente no existen “lugares” en que la opinión de los jóvenes se traduzca en
decisión. A falta de ésto, cada vez que deseen manifestarse e incidir, aún cuando sea por
mera imitación de otros sectores similares a ellos (universitarios por ejemplo) es dable
pensar que lo harán con movilizaciones callejeras. Si se quiere cambiar el sentido de
protesta que éstas tienen, debe pensarse seriamente por la autoridad instancias reales y

243
efectivas de decisión ciudadana para los niños y jóvenes. Para estos no existe ni siquiera
la validez de las juntas de vecinos, sindicatos u organizaciones de consumidores. Los
centros de alumnos y federaciones estudiantiles carecen siquiera de reconocimiento
formal, de manera que están aun más desprotegidos que otros sectores de la ciudadanía.
Si representados por sus tutores se les permite a los menores adultos contratar, o si se les
considera aptos para la vida penal simplemente no se entiende la incoherencia y brecha
de participación que se denuncia. Concretar el derecho a la participación implica
igualarlos al menos desde el punto de vista formal. Si no se fomentan procesos de
aprendizaje de participación ciudadana, no habrá experiencia ni riqueza ciudadana en la
cada vez más próxima adultez.

b) La represión que denuncian los jóvenes debiera sumarse al desconocimiento de que


hacen los espacios adultos por ello, a la falta objetiva de información y a que la
intervención de la fuerza pública a que mayoritariamente se refieren. Si el periodo de la
segunda niñez y la adolescencia es la etapa de mayor apropiación simbólica y si las
relaciones que los jóvenes establecen con los adultos son de desinformación, sordera y
represión, no es difícil imaginar que apego a la institucionalidad tendrán en el futuro. Si
como señalan los entrevistados no conocen folletos ni revistas ni información del estado
en porcentajes altísimos (77.2 %) y el conocimiento con quienes representan a la
autoridad es represivo o sordo, se trata o de dineros absolutamente mal invertidos en su
utilización o en caso de no existir esas publicaciones una necesidad a todas luces
urgente.

c) Pero esencial le parece a éste investigador detenerse en esa relación entre jóvenes-
autoridad-represión. Si uno lee entre líneas, la pregunta respectiva se refiere a autoridad
pero mayoritariamente los jóvenes la asocian a represión policial. El porcentaje además
es alarmante en su mala evaluación (95%) de manera que uno puede señalar a todas
luces que la relación entre jóvenes y policía es cuando menos difícil. Lo anterior es
ciertamente preocupante y no bastan explicaciones del tipo “los jóvenes son rebeldes
con la autoridad”. En tiempos en que se habla mucho de la delincuencia, en que se acaba

244
de aprobar una ley de responsabilidad penal juvenil de penas draconianas, habría que
preguntarse por como resolver esa ecuación.

La delincuencia requiere represión, pero también prevención y, a posteriori, inserción


más que reinserción. La persecución de los delincuentes requiere de confianza por la
población en su policía, sin embargo ¿si en la adolescencia se crea un clima de
EXTREMA DESCONFIANZA como puede esperarse una actitud de colaboración
actual y futura entre esa parte de la población y la policía?. Si además se requiere
prevención e inserción y no se han construido experiencias ni sentido común de
participación y de disponibilidad de la autoridad para con los jóvenes, ¿como se espera
que ellos atiendan a los llamados a un orden cívico que no conocen o a llamados futuros
a insertar(se) a quienes alguna relación directa o indirecta, permanente o eventual, han
tenido con el delito?. A su vez, sin articular las políticas

De no trabajarse sobre el cierre de ésta brecha no existirán lazos de comunidad que


vinculen a los individuos con la autoridad y la comunidad.

Sin expresión, opinión, conductos para la protesta ni decisión no existe derecho de


participación.

245
CONCLUSION Y SUGERENCIAS.

Como puede apreciarse, el déficit de participación es alto, en cualquiera de sus facetas


constituyentes que se tomen como ejemplo.

No basta en consecuencia con haber suscrito la Convención de derechos del Niño, con
redactar textos formales en que se mencione, con disponer políticas públicas nominales
si se obtiene resultados como los que apreciamos, de manifiesta vulneración del derecho
de participación de los niños, niñas y jóvenes en la sociedad. Se requieren en
consecuencia tomar algunas iniciativas concretas y sobre todo diferentes a las hasta
aquí empleadas. Las siguientes pretenden ser algunas para dar inicio a ese proceso:

1. Establecer un discurso público que busque construir un sentido de participación y


de vinculación con lo social. Esto implica adoptar discursos y prácticas que
rompan con el individualismo como óptica de conducta y resolución social.

2. Generar un sistema de monitoreo permanente de derechos, de éste derecho


transversal de participación o de otros derechos asociados a áreas de política
pública concreta. La constitución de un Observatorio de Derechos Juveniles sería
un buen indicador. Este puede ser un buen destino para proyectos de desarrollo
del Gobierno Regional.

3. En materia de programas y servicios públicos, parece necesario establecer un


sistema de relaciones públicas e información oficial y directa con el mundo
social y con los grupos intermedios como las ONGs, Redes Sociales,
organizaciones establecidas. La obligatoriedad de recibir y entregar información
debiera contemplarse como parte de toda política pública.

246
4. De parte del poder judicial, debiese instruirse a los magistrados para que entre
sus horas de audiencia contemplen expresamente espacios para recibir y dialogar
con actores sociales que no sean solo los solicitantes en sus causas respectivas.

5. A nivel de colegios y liceos deben implementarse, en el marco de la aplicación e


innovación de programas, nuevos espacios pero sobre todo instancias de dialogo
y participación efectiva de los estudiantes en las decisiones y no solo en
opiniones.

6. Los municipios debieran estudiar y reforzar las vías de información, expresión,


instancias de opinión y decisión por parte de los jóvenes, sobre todo en el uso del
espacio público.

7. Debiera revisarse por los actores públicos los medios de transmisión de


información que se usan para informar a los jóvenes, sobre todo considerando
que el espacio público y el ciber espacio son cada vez los mayores puntos de
conexión de los jóvenes.

8. La Red de Infancia debiera establecer como política permanente el monitorear


determinados derechos, replicar instrumentos hacia sus entidades conformadoras
y propiciar una forma de creación de redes de información sobre los lugares y
organizaciones en que participan los jóvenes en sus entornos más próximos.

9. Las diversas instancias formadoras de opinión y conocimiento, debieran


actualizar seriamente las nociones de lo jurídico con que trabajan. Así, desde las
universidades a los servicios públicos y a las ONG, Fundaciones y
Corporaciones con presencia social, debiera hablarse de derechos humanos y de
derechos en general entorno a su cumplimiento material efectivo y no a su
consagración formal. Establecer indicadores, satisfactores e índices de medición
efectivos de esa materialidad se requieren en forma urgente.

247
10. La policía, especialmente de Carabineros, debiese estudiar formas de recomponer
su percepción por los jóvenes y abrir espacios de relacionamiento por vía del
dialogo hacia estos, como parte de su labor de prevención y represión del delito
pero sobre todo en un concepto de seguridad ciudadana centrada en la confianza
y no en el control represivo. Cambiar la actitud y el discurso es parte de la labor
señalada. Una división especializada en trabajo juvenil es un requerimiento
impostergable para intentar bajar la casi unanimidad de percepción negativa.

248
SEGUNDO MODELO:
EL JUEGO DE LOS DERECHOS.

(EL DIGNÓMETRO: INSTRUMENTOS PARA MEDIR LA DIGNIDAD Y LA

INDIGNACIÓN HUMANA).

Explicación General:

1. El presente método comprende un set de instrumentos teórico-prácticos, basados


en la figura del “Diamante Ético” creado por Joaquín Herrera Flores en su texto
“Hacia una visión compleja de los Derechos Humanos”, publicado en el libro
Vuelo de Anteo. Derechos Humanos y Crítica de la Razón Liberal. Colección
Palimsesto. Derechos Humanos y Desarrollo. Editorial Desclée de Brouwer, S.A.
2000.
2. Los conceptos que se contienen en ducha propuesta fueron reordenados en una
perspectiva de uso lúdico de los mismos, de manera que para los grupos y
movimientos sociales en lucha por sus derechos puedan contar con una
metodología de análisis, sistematización y orientación para la acción de esas
luchas sociales por los derechos. A partir de los conceptos elaborados en dicho
texto se ha desarrollado una dinámica participativa,destinada a medir el grado de
dignidad o de indignación en la concreción de los derechos humanos frente a una
situación o problema concreto, en una relación de cuatro tiempos: ver, juzgar,
actuar, evaluar.
3. Se describen a continuación las categorías usadas por el autor y luego una
explicación de la dinámica y las reglas a seguir para su juego.
4. El diamante que se propone como elemento de análisis está conformado por dos
ejes, uno horizontal que corresponde a los conceptos materiales de análisis de la
situación y uno vertical que contempla los conceptos culturales que inciden en
una determinada situación.

249
Elementos del diamante.

TEORICOS
 Teorías.
 Posición.
 Espacio.
 Valores.
 Narración.
 Instituciones.

MATERIALES.
• Fuerzas Productivas.
• Disposición.
• Desarrollo.
• Prácticas sociales.
• Historicidad.
• Relaciones Sociales.

Estos elementos han sido ordenados en un cruce de coordenadas que permiten identificar
todos los puntos entre los cuales es posible establecer relaciones de análisis para la
situación que se pretende revisar.

250
Teorías

Posición

Espacio

Fuerzas Disposición Desarrollo DIGNIDAD Prácticas Historicidad Relaciones


Productivas HUMANA Sociales sociales de
producción,
Valores

Narración

Instituciones

Posteriormente, al relacionar cada punto con cada uno de los conceptos o elementos que
constituyen el marco de análisis, se articula una figura múltiple que lleva a mirar la
situación desde la pluralidad de sus causas, sus procesos y sus resultados.

El ejercicio anterior busca entonces ser capaz de comprender una situación social, en
que están en juego la satisfacción de unas determinadas necesidades humanas para
determinar su mayor o menor grado de satisfacción y de concreción de los derechos
humanos que entorno a ella se articulan.

A mayor concreción de esos derechos, es decir ante una mejor calidad de satisfacción de
la necesidad, se habrá alcanzado un grado de dignidad humana apreciable.

De lo contrario, de no haberse concretado el derecho humano perseguido, los


participantes y afectados por la situación tendrán el legítimo derecho de sentirse
indignados ante la situación en que han sido colocados.

251
Entonces, la idea de desarrollo de la metodología se basa en la idea que tanto la dignidad
humana como los derechos que la constituyen no son elementos dados con anterioridad
sino que se construyen paso a paso por la propia comunidad o grupo afectado, lo que les
otorga un carácter de derechos en movimiento que se pueden generar y revisar a través
de la metodología que se propone.

El resultado de la vinculación de los distintos puntos del diamante se vería de la


siguiente forma que servirá de base visual para el trabajo de discusión.

Fuerzas productivas

Ideas Instituciones

Disposición

Narraciones

Desarrollo
Dignidad Relaciones
Humana Sociales de
producción

Posición

Historicidad

Espacios Valores

Prácticas sociales

252
Los conceptos del diamante, simplificada su explicación, son los siguientes:

EJE MATERIAL

• Fuerzas Productivas: Las tecnologías, tipos de trabajo y procesos económicos


que llevan a la producción de un bien o servicio.
Ejemplo: producción industrial, producción agrícola, servicios al público, etc

• Relación social de producción: Forma de relacionarse de quienes intervienen en


la producción de bienes y servicios; tanto entre ellos mismos, como con la
naturaleza,. Todo lo cual determinará el modo en que se accede o no a esos
bienes. Forma de trabajar y producir.
Ejemplo: forma cooperativa, empresa privada, empresa pública, taller familiar,
trabajo libre, etc

• Disposiciones: “Conciencia” de la situación que se ocupa en el proceso de


acceso a los bienes, y “conciencia” de cómo se actúa dentro de dicho proceso.
Ejemplo: soy favorecido o desfavorecido con esa forma, explotado o recibo
utilidad, maltratado o tratado como igual, etc.

• Historicidad: Situación de un proceso social según sus causas históricas y a los


grupos que le dieron origen; así como a los efectos y momentos en que se
encuentra dicho proceso al hacer este juego.
Ejemplo: el desempleo: ¿cuándo se originó?; ¿quién tomó la decisión?; ¿ y en
que situación se está al momento del análisis (se sigue sin trabajo, en trabajo
precario, etc)?

253
• Desarrollo: Proceso y situación actual de creación de condiciones sociales,
económicas y culturales que permitan o impidan el acceso a los bienes.
Ejemplo: desarrollados y con pleno acceso a los bienes; con acceso limitado,
excluidos, etc.

• Prácticas sociales: Formas de organización y acción a favor o en contra de la


situación de acceso a los bienes que se pretende.
Ejemplo: grupo organizado en movilización por el acceso; individuos aislados y
en inactividad.

EJE CONCEPTUAL

• Teorías: Formas de mirar un proceso o una cosa y que nos dan una idea de ellas.
Ejemplo: el trabajo es una obligación; los derechos humanos los tenemos todos;
los derechos humanos se conquistan.

• Valores: preferencias individuales o colectivas, mayoritarias y minoritarias,


respecto de alguna cosa, bien o situación social y que permiten la relación con
los otros.
Ejemplo: la cooperación es buena; el trabajo dignifica; el dinero es la medida
de la felicidad.

• Posición: lugar que se ocupa en las relaciones sociales y que determina la forma
de acceder a los bienes.
Ejemplo: pobre, rico, clase media; campesino o urbano; marginal o incluido.

• Espacio: lugares físicos, geográficos, humanos o culturales en que ocurren el


conjunto de relaciones sociales.
Ejemplo: la ciudad, la familia, la clase social, el grupo religioso.

254
• Narraciones: formas como definimos las cosas o situaciones; modos a partir de
los cuales se nos define, y que nos dicen cómo se debe participar en las
relaciones sociales.
Ejemplo: novelas, textos, discursos o imágenes…que nos dicen, por ejemplo, que
el medio ambiente es necesario; la propiedad privada es la mejor forma de
propiedad, tal persona es buena o es mala, culta o inculta, desarrollada o
marginal.

• Instituciones: normas, reglas y procedimientos que articulan jerárquica y


burocráticamente la resolución de un conflicto o satisfacción de una expectativa.
Ejemplo: parlamento, familia.

255
DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO.

1) Existirá una persona que actúe como facilitador y conductor del proceso. ( Se
contienen instrucciones precisas para el facilitador más adelante)

2) Se plantea a los participantes que se trata de identificar un problema o situación


de conflicto que esté siendo vivenciada por el grupo o comunidad y que sea
percibido por ellos como una necesidad o derecho insatisfecho, el cual será
analizado con el método del diamante. Los actores definirán cual es el problema
que deseen enfrentar en una discusión no mayor a 5 minutos en total. Para
efectos de determinar los problemas más comunes y definir con el que se va a
trabajar, se puede complementar éste momento con una técnica de lluvia de
ideas, es decir que cada interviniente va diciendo problemas que cree estan en
juego y que el facilitador anota en un papelografo para elegir entre los más
ferecuentes. Se puede optar de la misma forma por hacerles escribir a cada
particpante un problema en una tarjeta y trabajar sobre ellas. El facilitador podrá
proponer problemas a discutir pero deberá ser el colectivo el que decide sobre
cual trabajar.

3) La dinámica esta construida para que participen, idealmente, un total de 12


jugadores, cada uno de los cuales representará uno de los conceptos contenidos
en la figura del diamante. En caso de superar o no alcanzar ese número, los
jugadores pueden distribuirse libremente hasta ocupar las 12 posiciones (uno por
cada dos, dos personas por concepto, etc). El rol del facilitador es aquí clave para
ordenar estas variaciones.

4) Cada participante recibirá una tarjeta con la definición del concepto a analizar
por él. Se le pedirá que, en relación con esa definición y relacionándola con la
situación de conflicto, anote en una hoja en blanco la manifestación del problema

256
que crea más se adecue a la definición. Este trabajo no debierá demorar más de
(10) diez minutos por persona.

5) El facilitador repartirá entre las personas que representen uno de los dos ejes, una
segunda tarjeta que hará referencia a uno persona del otro eje, con quién deberá
interactuar para hacer una síntesis de ambos conceptos y sus anotaciones. El
trabajo de interacción entre éstas dos personas y sus anotaciones no podrá
demorar más de (10) diez minutos.

6) Los seis resultados de las interacciones descritas en el punto 6 y que deberán


demostrar seis estados de situación del problema, se anotarán en el cuadro
resumen denominado “Síntesis del trabajo” que aparece en el cuadro número
dos, en la primera columna bajo el título de “problema”

7) Una vez anotados los seis problemas, los participantes discutirán, en un lapso no
mayor de diez (10) minutos, si de acuerdo a lo que muestra ese cuadro resumen
se encuentran, en la situación problema, como Sujetos Dignos o Sujetos
Indignados y explicarán el por qué. Para definir una u otra situación se obrará por
mayoría o minoría. Por ejemplo, seis resúmenes negativos darán una situación de
total indignación, seis positivas una de total satisfacción y dignidad; tres y tres
una situación equidistante. Estos resultados se anotan en el cuadro de trabajo en
la segunda columna denominada “situación”.

8) Existirá en el cuadro “Síntesis de trabajo” una tercera columna, denominada


“acción”. Para llenar ésta columna y frente a cada cuadro resumen de la
situación de problemas, los particiopantes intentarán definir acciones concretas
para superarlo, contestando 4 (cuatro) preguntas: Que hacer, con quien hacerlo,
hacia quien (es decir a quien ven ellos como responsable de la solución) y
cuando, de manera de establecer plazos concretos para enfrentarlo.

257
9) En una cuarta columna, denominada “resultado”, que quedará en ese momento
en blanco mientras los actores no realicen las tareas y acciones acordadas, se
anotará el como les fue con la gestión, es decir si permanece igual o fue superado
el problema. La idea de éste espacio en blanco es establecer desde el principio la
necesidad de discutir como le fue al grupo con las tareas y acciones emprendidas.

10) El total de la técnica se espera no sobrepase una hora o una hora y treinta a lo
sumo. Será papel del facilitador controlar los tiempos y preguntar si desean
ampliar el plazo y por cuanto. En todo caso debe tenerse presente que entre el
objetivo de definir tareas y de discutir el asunto debe buscarse un consenso que
permita ambos.

11) En ésta oportunidad posterior a la acción, una vez que los participantes puedan
realizar la evaluación, pueden proponerse a partir de ese resultado definir nuevas
acciones de distinto sentido o mayor intensidad política para conseguir su
objetivo, reiniciando la reflexión.

INSTRUCCIONES AL FACILITADOR.

1.- El facilitador será la persona que deberá conocer y manejar el avance del juego,
promoviendo la participación del grupo, aclarando sus dudas y ordenando las
intervenciones y resumen de cada paso. Deberá en consecuencia ser el encargado de
coordinar el juego y de llevar el material del trabajo: tarjetas, cuadro del diamante,
plantilla de “Seguimiento del Trabajo”.

2.- El trabajo de éste animador es clave para evitar conflictos. El animador ha de verse
como un integrante del grupo, como una figura solidaria al que el grupo va uniéndose
por lazos afectivos. Debe tenerse en cuenta que no obstante su importancia, el buen
animador aspira a ser prescindible y nunca suplanta a los que deben decidir, es decir los
miembros del grupo social.

258
3.- Debe el facilitador o animador tener, antes de empezar, muy claro cuales son los
objetivos del trabajo y de la técnica, así como de las características de los participantes
en cuanto a su identidad grupal. Ningún grupo es igual a otro.

4.- Deberá en todo momento promover la participación de las personas, encontrándose


en disposición de aclarara dudas, ofrecer ayuda y cooperar en el avance del mismo.
Deberá evitar que se provoquen discusiones que no favorezcan el avance.

5.- Deberá obligar a los participantes a ajustarse al máximo a los tiempos de juego
descritos en las instrucciones, con el objeto de no alargar el proceso y aprovechar el
tiempo.

6.- Podrá ser él mismo o designar a la/las personas que efectúen las anotaciones en la
planilla de avance.

7.- Ante cualquier dificultad deberá fomentar discusiones y la toma de decisiones que
favorezcan la continuidad del juego y sus resultados, intentando convencer y no imponer
alternativas.

259
CUADRO NUMERO UNO.
Grafica del diamante reproducido en forma extendida.

Fuerzas productivas

Ideas Instituciones

Disposición

Narraciones

Desarrollo
Dignidad Relaciones
Humana Sociales de
producción

Posición

Historicidad

Espacios Valores

Prácticas sociales

260
Tener a la vista al momento de jugar y debatir sobre el problema ayudará a los jugadores
a comprender la interrelación que existe entre todos los elementos que están en juego en
relación con la dignidad humana.

Debe recordarse la importancia de los elementos gráficos a la vista de los jugadores.


Como cada uno recibirá una tarjeta y una de su contraparte con quien relacionarse,
puede resultar muy útil que pueda ubicare en el espacio simbólico de la discusión.

261
CUADRO NUMERO DOS
SÍNTESIS DEL TRABAJO.

Objetivo:
Este cuadro busca dejar constancia de los avances en la discusión, anotando los
resultados de síntesis que por cada pareja de participantes se obtenga respecto del
problema sometido a análisis, la situación de dignidad o indignación frente al problema,
las tareas a realizar y el proceso de evaluación.

Tenerlo a la vista ayuda además a ubicarse gráficamente y que los participantes puedan
compara el diamante extendido y el cuadro de avance, pudiendo releer las ideas allí
contendidas para mejorar la reflexión y propuesta de acciones.

262
PROBLEMA SITUACION ACCION RESULTADO

1 Qué:
Con quién:
Hacia quién:
Cuándo:
2 Qué:
Con quién:
Hacia quién:
Cuándo:
3 Qué:
Con quién:
Hacia quién:
Cuándo:
4 Qué:
Con quién:
Hacia quién:
Cuándo:
5 Qué:
Con quién:
Hacia quién:
Cuándo:
6 Qué:
Con quién:
Hacia quién:
Cuándo:

263
INSTRUMENTOS ADICIONALES DE TRABAJO.

TARJETAS A REPARTIR ENTRE LOS PARTICIPANTES.

Fuerzas Productivas: Las tecnologías, Teorías: Formas de mirar un proceso o


tipos de trabajo y procesos económicos una cosa y que nos dan una idea de
que llevan a la producción de un bien o ellas.
servicio. Ejemplo: el trabajo es una obligación; los
Ejemplo: producción industrial, derechos humanos los tenemos todos;
producción agrícola, servicios al público, los derechos humanos se conquistan.
etc.

Relación social de producción: Forma de Valores: preferencias individuales o


relacionarse de quienes intervienen en la colectivas, mayoritarias y minoritarias,
producción de bienes y servicios; tanto respecto de alguna cosa, bien o situación
entre ellos mismos, como con la social y que permiten la relación con los
naturaleza,. Todo lo cual determinará el otros.
modo en que se accede a esos bienes. Ejemplo: la cooperación es buena; el
Forma de trabajo y producción de los trabajo dignifica; el dinero es la medida
bienes. de la felicidad
Ejemplo: forma cooperativa, empresa
privada, taller familiar, trabajo libre, etc

264
Disposiciones: “Conciencia” de la Posición: lugar que se ocupa en las
situación que se ocupa en el proceso de relaciones sociales y que determina la
acceso a los bienes, y “conciencia” de forma de acceder a los bienes.
cómo se actúa dentro de dicho proceso. Ejemplo: pobre, rico, clase media;
Ejemplo: soy favorecido o desfavorecido campesino o urbano; marginal o incluido
con esa forma, explotado o recibo
utilidad, maltratado o tratado como igual,
etc.
Historicidad: Situación de un proceso Espacio: lugares físicos, geográficos,
social atendiendo a sus causas históricas y humanos o culturales en que ocurren el
a los grupos que le dieron origen; así conjunto de relaciones sociales.
como a los efectos y momentos en que se Ejemplo: la ciudad, la familia, la clase
encuentra dicho proceso al hacer este social, el grupo religioso.
juego.
Ejemplo: el desempleo: ¿cuándo se
originó?; ¿quién tomó la decisión?; ¿ y en
que situación se está al momento del
análisis (se sigue sin trabajo, en trabajo
precario, etc)?

265
Desarrollo: Proceso y situación actual de Narraciones: formas como definimos las
creación de condiciones sociales, cosas o situaciones; modos a partir de los
económicas y culturales que permitan o cuales se nos define, y que nos dicen
impidan el acceso a los bienes. cómo se debe participar en las relaciones
Ejemplo: desarrollados y con pleno sociales.
acceso a los bienes; con acceso limitado, Ejemplo: novelas, textos, discursos o
excluidos, etc. imágenes…que nos dicen, por ejemplo,
que el medio ambiente es necesario; la
propiedad privada es la mejor forma de
propiedad, tal persona es buena o es
mala, culta o inculta, desarrollada o
marginal.
Prácticas sociales: Formas de Instituciones: normas, reglas y
organización y acción a favor o en contra procedimientos que articulan jerárquica y
de la situación de acceso a los bienes que burocráticamente la resolución de un
se pretende. conflicto o satisfacción de una
Ejemplo: grupo organizado en expectativa.
movilización por el acceso; individuos Ejemplo: parlamento, familia.
aislados y en inactividad

266
TARJETAS DE INTERCAMBIO

Materiales Conceptuales.
Fuerzas Productivas Teorías

Relación social de producción Valores

Disposiciones Posición

Historicidad Espacio

267
Desarrollo Narraciones

Prácticas sociales Instituciones

Las tarjetas sirven para, al azar, procurar la interacción de los participantes entre sí.

268
INSTRUCCIONES GRAFICAS PARA JUGAR “DIGNO O INDIGNADOS”.

1) El grupo se reúne y determina cuál es el


problema que les afecta y que someterán a
análisis mediante este juego.

2) Cada Jugador recibirá una tarjeta con


alguno de los doce conceptos del diamante
y que corresponde al concepto que le toca
representar y desde el cual deberá analizar
el problema propuesto por el grupo. Cada
tarjeta funciona como una especie de
causa del problema que los afecta.

3) Posteriormente a esto, los jugadores se distribuirán en el salón o lugar de trabajo de


manera que puedan dialogar y acordar síntesis entre los conceptos que les ha tocado.

4) El facilitador pedirá a cada participante


que, analizando el contenido de su tarjeta
y respecto del problema que se ha
acordado, haga un análisis del mismo de
acuerdo a la definición y ejemplos que
contiene su tarjeta. Les indicará que tienen

269
un plazo de 10 minutos para realizar dicho
trabajo.

5) Una vez finalizado esto, les repartirá, a


cualquiera de los dos grupos de conceptos
una tarjeta al azar con el nombre de un
concepto del otro grupo. Los jugadores se
juntarán en parejas para intercambiar sus
análisis e intentar una síntesis de ambas
tarjetas como causas del problema. De
ésta manera se busca reducir a seis causas
el origen del problema planteado.

6) El facilitador entonces, con ayuda de


los jugadores, anotará las conclusiones de
cada grupo en el instrumento de Síntesis
de Trabajo. Dichas conclusiones se
anotarán en una cartulina que pueda estar
a la vista de todos los participantes. Una
vez hecho esto y cuando todos puedan
leerlo, el grupo decidirá si frente a la
situación se encuentran dignos o
indignados. LOS INDIGNADOS

270
DECIDIRÁN HACER ALGO

7) Fijarán un plazo para las tareas y


acciones de solución acordadas para
volver a reunirse y discutir una evaluación
del proceso de trabajo.

8) Completado todo, se pondrán de


acuerdo para implementar las acciones y
pueden irse de juerga. Lo lúdico no tiene
lugar solo en el juego.

271
ELEMENTOS PARA UNA CONCLUSION POSIBLE
Del juego del derecho a los derechos en juego.

La modernidad se erigió como una trampa, como un juego de laberintos en el que se


supone el más listo debe encontrar primero la salida, pero que sin embargo nos ha
terminado aislando y perdiendo en su maraña. Lo haya querido o no, las promesas de
felicidad de ese juego no han resultado tales, estamos aun dentro del laberinto, algunos
sonriendo en el mismo por que llevan el equipo suficiente para este juego de intemperie;
otros conformándose con repetir y repetir los caminos, trocando el más de lo mismo al
mejor de lo mismo, pero al fin y al cabo presos de las reglas del juego sin atreverse a
reinventar. Otros, están adoloridos y desconsolados, otros estamos gritando para tratar
de encontrarnos y derribar las murallas que nos mantienen presos del paradigma que
nos aprisiona.

He intentado mostrar como los propios fundamentos de éste paradigma de la


modernidad llevaban en si la falsa promesa espacio temporal de la felicidad y que ha
acabado haciendo sinónimo cosas tan distintas como derechos de normas o crecimiento
y desarrollo. La confusión es máxima. ¿Que hacer entonces?

He propuesto entonces fabricarse un mecano, una metodología para recomponer las


piezas del puzle y, si faltan, inventarlas o redibujarlas n una forma que constituyen una
sombra que nunca alcanza a ver la luz dentro del juego de la modernidad: la libertad de
contratar y de comprar y vender no es la libertad psíquica sino una manifestación que en
la carencia deviene frustración y dolor. Hay que hacer visible lo real oculto en la
modernidad, cambiar la forma como miramos los fenómenos, pensarlos de otro modo,
pero no para ser “socialistas de café” que después del trabajo y al alero de un buen café
importado de alguna zona empobrecida del tercer mundo comentan las editoriales, sino9
para cambiar las emocionalidades de desvinculación en procesos de religación.

272
Solo entones es posible cambiar la interacción y cambiar el entorno bio psico social y las
relaciones de poder que impiden hacer sinónimo dignidad de vida.

Posteriormente intenté más que discutir el derecho moderno (al respecto basta la frase de
Gustav Von Kirchmann sobre la derogación de las bibliotecas) avanzar en una
concepción post liberal de lo jurídico, que recogiendo las experiencias y las luces que la
teoría Crítica del derecho y los movimientos de derecho alternativo, uso alternativo del
derecho y derechos humanos críticos han entregado, para multiplicarlos e integrarlos. De
allí ha surgido la necesidad de construir no solo teoría sino además instrumentos
prácticos que permitan operativizar ese pensar de otro modo. He intentado entonces
plantear dos modelos prácticos al efecto.

Quiero cerrar entonces con una puerta abierta, con una metáfora de juego
necesariamente interminado y eventual en sus resultados.

¿Que es lo que en verdad está en juego cuando hablamos de derechos humanos, de


nacesidades humanas fundamentales, de dignidad?

Lo que está en juego es la capacidad de construir los derechos en un sentido nuevo, que
permita reapropiarse de lo jurídico, reasumir la soberanía constituyente de los sujetos.
Lo que está en juego es la capacidad de soñar y de inventar el presente para reinventar el
futuro sin perder la experiencia acumulada. Religar nuestros tiempos, nuestras miradas y
nuestras acciones en una nueva perspectiva. La metáfora del juego del derecho pone en
el centro del debate la existencia o no de derechos más allá de los derechos del capital.

Afortunadamente este trabajo es incompleto, imposible de cerrar y sometido a la


discusión abierta. A diferencia de las escuelas formalistas y ontologistas, no pretende el
orden sino el juego, la relectura, pero sobre todo la reescritura. Tenemos derecho a errar
y aprender de la experiencia; no todo es eficiencia de costes, lo humano es más que eso.

273
Por curioso que resulte, y que en nada se contradice con el materialismo jurídico tantas
veces propuesto, todo esto se fundamenta en una acción de profunda subjetividad que es
base constituyente de subjetividad jurídica, que es deseo (ya sabemos que el deseo
siempre es deseo de otra cosa), intención y acción constante. Se trata de convicción y
voluntad creadora a la vez, el afirmar, pero también practicar, otro derecho, en una
cadena de encuentros que buscan construir aquello de que OTRO MUNDO ES
POSIBLE.

274
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