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Dentro de este orden de ideas, la teoría general del proceso tiene autonomía
científica a diferencia de las otras disciplinas procesales que tan solo cuentan con
autonomía didáctica para fines de estudio y academia. Se pondera, de igual forma,
que la función esencial del derecho procesal es no tan sólo servir sino el hacer
eficaz el derecho material. Se trata de una autonomía similar a la del derecho
probatorio o la teoría de la acción que no integran, sin embargo, un derecho
procesal independiente.
1
Dr. Héctor Santos Azuela en http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/101/art/art6.htm (consultado al
22 de Octubre de 2014)
2
Alcalá Zamora y Castillo, Niceto, Estudios de teoría general e historia del proceso (1945-1972), México, Universidad
Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1974, t. I, p. 511
1
En una impronta distinta se sostiene que el derecho procesal social 3 ha generado
por fuerza su propia teoría científica, emanada de la realidad y la injusticia
reinante, misma que, por otra parte, resuelta antagónica e irreconciliable con el
derecho procesal burgués. Se trata de una disciplina revolucionaria, inspirada en
la tutela y reivindicación de quienes laboran en la ciudad y en el campo, así como
de los grupos humanos homogéneos económicamente desvalidos. Se habla de un
derecho procesal general de nuevo cuño, inspirado y surgido de las guildas, las
cofradías, los colegios, las corporaciones y los gremios, cuando no de los propios
consejos de prudentes. Vistos los nuevos reclamos y el imperativo de alcanzar la
justicia social, su finalidad propende a la tutela y la reivindicación de la población
trabajadora.
Gran aportación para el estudio de esta nueva disciplina fue la trilogía estructural
del proceso: acción, jurisdicción y proceso, obra de Ramiro J. Podetti, quien la
refirió primero al derecho procesal civil, pero que se ha hecho extensiva a todas
las ramas procesales. Por tal motivo, la acción se estudió como una figura común
a todas las ramas de enjuiciamiento, entendida como el derecho abstracto de
obrar en juicio, cuya naturaleza corresponde al derecho constitucional de petición;
en la especie, de administración de la justicia. Concretado en la pretensión
procesal que es la afirmación del actor de merecer la tutela del derecho, esta
potestad puede invocarse en todos los campos del proceso: civil, penal, mercantil,
administrativo, agrario, laboral o constitucional.
2
otra de las piezas puntales del proceso, la jurisdicción propende a la solución de
los litigios, dando cuerpo y cumplimiento a la función esencial del Estado que es la
administración efectiva de justicia. Su importancia, como otro elemento esencial
dentro de la estructura del proceso, resalta ante la misión de garantizar, con
eficacia, la observancia práctica del derecho objetivo 7. Por lo anterior, apuntó
Couture8 que la función de esta figura es asegurar con la justicia, la subsistencia
pacífica, así como los más altos valores jurídicos "mediante la aplicación,
mentalmente coercible del derecho".
El proceso constituye así, la vía jurídica más desarrollada para dar solución
institucional a los litigios, mediante la aplicación de la voluntad autárquicamente
vinculatoria de la ley, al caso controvertido, por obra del juzgador 9. Por lo mismo,
como cauce de las pretensiones de las partes, el proceso constituye un
instrumento importante para la realización de la justicia y de esta suerte un
baluarte del Estado de derecho.
3
entre los empleados y los funcionarios públicos con las entidades de gobierno, ya
centralizadas o descentralizadas.
Los principios laborales son definidos como «aquellas directrices que informan
algunas normas e inspiran directa o indirectamente una serie de soluciones, por lo
que pueden servir para promover y encauzar la aprobación de nuevas normas,
orientar la interpretación de las existentes y resolver los casos no previstos» 13.
También son concebidas como aquellas líneas directrices o postulados que
inspiran el sentido de las normas laborales y configuran la regulación de las
relaciones de trabajo con arreglo a criterios distintos de los que pueden darse en
otras ramas del derecho14.
Para el Tribunal Constitucional, los principios son aquellas reglas rectoras que
informan la elaboración de las normas de carácter laboral, amén de servir de
fuente de inspiración directa o indirecta en la solución de conflictos, sea mediante
la interpretación, aplicación o integración normativas. La relación laboral se
caracteriza en sí misma por la desigualdad, lo que hace que el empleador
devenga en la parte «fuerte» e «imponente» y el trabajador en la parte «débil» e
«impotente». Asimismo, señala que en el campo jurídico procesal se constata la
capacidad intimidatoria que se puede crear para impedir los reclamos en vía
litigiosa y la extensión de la posición predominante en materia de prueba por parte
del trabajador; por tal motivo, es que frente a ello se afirman los principios
protectores o de igualación compensatoria, por el cual, al reconocerse la
existencia asimétrica de la relación laboral, se promueve por la vía constitucional y
legal la búsqueda de un equilibrio entre los sujetos de dicha relación15.
4
cumplen una función finalista, al «permitir orientar hacia fines más amplios de
política legislativa»; una función de delimitación, al poner «un límite al actuar de la
competencia legislativa, judicial y negocial»; y una función de fundación, al
«ofrecer un valor para fundar internamente al ordenamiento y dar lugar a
creaciones pretorianas»17.
2.1.1. Inmediación
A través de este principio se garantiza que el juez esté en contacto directo con las
partes y las pruebas durante el desarrollo del proceso, a fin de asegurar que el
juez cuente con mayores y mejores elementos de convicción para expedir una
decisión justa y arreglada a lo que realmente ocurrió en los hechos 18. De esta
manera, «la activa y directa participación del juez, le permitirá a este resolver los
juicios con prontitud y eficiencia, apreciando con criterio crítico y de conciencia los
casos concretos»19.
17
Podetti, citado en De Buen Lozano, Néstor (1997). Instituciones de derecho del trabajo y de la seguridad social. México
D. F.: Universidad Nacional Autónoma de México, p. 140.
18
Monroy Gálvez, Juan (2009). Teoría general del proceso. Lima: Communitas, p. 197.
19
Acevedo Mena 1989: 42.
20
Gamarra Vílchez, Leopoldo (2011). «El título preliminar de la nueva Ley Procesal del Trabajo». En Ávalos Jara, Oxal
Víctor (director). Estudios sobre la nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima: Jurista, p. 149.
21
Romero Montes, Francisco Javier (2011). El nuevo proceso laboral. Doctrina, legislación y jurisprudencia. Lima: Editora
Jurídica Grijley, p. 45.
22
Quintero, Beatriz y Eugenio Prieto (2000). Teoría general del proceso. Temis: Bogotá, p. 131.
5
Analizando la norma procesal antecesora, el artículo I de la Ley 26636, en ese
sentido, señaló lo siguiente: «Las audiencias y actuación de los medios
probatorios se realizan ante el juez, siendo indelegables bajo sanción de nulidad».
Esta disposición no ha sido replicada expresamente en la NLPT, pero debe ser
considerada plenamente aplicable, según se desprende de otros artículos de la
propia norma.
2.1.2. Oralidad24
La oralidad y la escritura son las dos formas externas que, de manera general,
pueden adoptar las actuaciones procesales. De ahí que se defina a estos
principios como aquellos en función de los cuales la sentencia debe basarse solo
en el material procesal aportado en forma oral o escrita, respectivamente. Sin
embargo, en la actualidad no existe un sistema puramente oral o escrito, sino
procesos con tendencias a uno u otro sistema. En este horizonte, la oralidad no
significa ausencia absoluta de la escritura, un procedimiento totalmente oral es
imposible jurídicamente, además hay que aceptar que ni la oralidad ni la escritura
sirven por sí solas para garantizar una decisión justa, siendo necesaria una
combinación de ambas. La oralidad (proceso oral) y escrituración (proceso escrito)
no son términos necesariamente antitético o que mutuamente se rechazan, ya que
ninguno de ellos es absoluto25.
Se suele señalar que nos encontramos ante un proceso oral cuando existe un
predominio de la palabra hablada como medio de expresión, aún cuando ello
puede atenuarse a través del uso de escritos de alegaciones y de documentación,
y la existencia de audiencias en las que exista un contacto directo del juez con las
23
Paredes Palacios, Paul (1997). Prueba y presunciones en el proceso laboral. Lima: ARA Editores, p. 443.
24
Principio del proceso laboral introducido con la nueva Ley Procesal del Trabajo.
25
Sagardoy Bengoechea, Juan (2003). Prontuario del derecho del trabajo. Sexta edición. Madrid: Civitas, p. 830.
6
partes tanto para debatir oralmente cuestiones jurídicas o fácticas, como para
apreciar directamente los elementos sobre los que deberá fundamentarse la
sentencia.
Por tal razón, hemos señalado supra que el principio de oralidad se encuentra
íntimamente ligado con el desarrollo de los principios de inmediatez,
concentración, sencillez e, incluso, celeridad, los cuales se encuentran presentes
cuando el juez recibe las declaraciones de las partes, testigos, apreciación de los
medios probatorios de manera directa, por cuanto se desarrollan en una sola
audiencia varias diligencias, lo que permite una apreciación conjunta de los
medios probatorios y convierte al sistema en uno más fluido y preciso. Incluso se
ha sostenido que oralidad en sentido amplio significa «inmediación, concentración,
publicidad, unidad de instancias, libre valoración de la prueba, celeridad y
simplificación de formas»26.
El principio de oralidad es pues «aquel que propicia que el juez en las diligencias
del proceso participe directamente con intervención de las partes y donde las
exposiciones y articulaciones se realicen mediante la palabra hablada” 27. En un
trabajo anterior28, destacamos que son consecuencia del principio de oralidad las
siguientes: a) la concentración, b) el carácter irrecurrible de las resoluciones
interlocutorias, c) predominio de la palabra hablada y d) la inmediación o identidad
física del juez.
Pasco Cosmópolis, señala que lo que caracteriza al proceso oral no es solo que
las cosas, en vez de escriturarse, se verbalicen, sino que todo el trámite se realice
en audiencia, con la presencia indispensable e insustituible del juez, quien se
convierte en verdadero protagonista al dirigir, enrumbar y conducir todas las
actuaciones, en el menor número de actos procesales29. Agrega este autor que
para que el principio de oralidad cumpla sus objetivos de sencillez, celeridad,
concentración e inmediatez, es necesario que se cumplan los siguientes
presupuestos: 1) las actividades centrales del proceso deben ejecutarse en
26
Paredes Palacios 1997: 108.
27
Acevedo Mena 1989: 40. Se destaca como antecedentes de la oralidad la diligencia de comparendo y la inspección
ocular y las de investigación que el juez promovía sobre la base de su atribución inquisitiva prevista en el artículo 48,
inciso a, del Decreto Supremo 03-80-TR.
28
Ibídem.
29
Pasco Cosmópolis 2010: 57.
7
audiencia presencial continua con asistencia forzosa de las partes y bajo la
presencia inexcusable del juez; 2) todas las actuaciones deben ejecutarse en
forma oral (interrogatorios, testimonios, peritajes, etcétera), lo que debe ser
registrado no solo en actas escritas sino a través del uso de las nuevas
tecnologías, y; 3) la sentencia debe ser dictada en la propia audiencia en forma
casi instantánea, cuando el juez está todavía bajo el impacto intransferible de lo
que acaba de vivir.30
30
Ibídem.
31
Toyama Miyagusuku, Jorge y Luis Vinatea Recoba (2010). Comentarios a la nueva Ley Procesal del Trabajo: análisis
informativo. Lima: Gaceta Jurídica, pp. 28 y 29.
8
2.1.3. Concentración
A través de este principio se busca reunir el mayor número de actos procesales en
el mínimo de diligencias, para propiciar así la continuidad y unidad de dichos
actos, a fin de que estos no se vean afectados por dilaciones que alarguen
innecesariamente la duración del proceso. Como he señalado en otro trabajo, «la
concentración, que es un correlato del principio de oralidad, permite que en el
proceso laboral se realicen el máximo de actuaciones en un mínimo de
diligencias»32. Por otro lado, Ciudad Reynaud señala que a través de este principio
«se pretende reunir los actos procesales de una manera tal que en un breve lapso
se cumpla con la sustanciación del procedimiento, realizando la mayor cantidad de
actos procesales en una misma audiencia con el propósito de evitar retardos
innecesarios»33.
2.1.4. Celeridad
Este principio no figura en la Ley 26636. Con la NLPT, la especial naturaleza que
revisten los derechos sociales, que en la mayoría de casos tienen carácter
alimentario, impone que el proceso laboral cuente con plazos cortos y perentorios
a fin de que el proceso sea resuelto a la mayor brevedad posible, sin que eso
implique limitar o desconocer el derecho de defensa y debido proceso que
32
Acevedo Mena 1989: 42.
33
Ciudad Reynaud 2008: 568.
34
Alonso Olea, Manuel y Alonso García, Rosa María (2008). Derecho procesal del trabajo. Décimo quinta edición.
Madrid: Thomson-Civitas, p. 139.
35
Como también señala Adolfo Ciudad Reynaud (2008: 568): «En el proceso laboral, la oralidad, conjuntamente con la
inmediación y la concentración deben contribuir a la celeridad necesaria, y así a la justicia laboral propiamente dicha».
9
corresponde a la parte demandada. El principio de celeridad es el principio en
virtud del cual el proceso laboral debe gozar de la mayor agilidad de plazos y
sencillez en su tramitación36.
A ello debe agregarse que la NLPT busca promover mecanismos alternativos para
la conclusión del proceso, distintos de la emisión de la sentencia, como la
transacción y la conciliación, que contienen una regulación especial en la NLPT e
incorporan el denominado test de disponibilidad de derechos, con el cual se busca
propiciar que trabajadores y empleadores puedan arribar a acuerdos fuera o
dentro del proceso judicial, con los límites que la propia norma impone, lo que
permitirá acuerdos prontos y oportunos, para coadyuvar así a la tan deseada
celeridad procesal.
36
Montoya Melgar, Alfredo (2009). Derecho del trabajo. Trigésima edición. Tecnos: Madrid, p. 762.
37
Principio introducido con la nueva Ley Procesal del Trabajo.
38
Monroy Gálvez, Juan (1996). Introducción al derecho procesal civil. Bogotá: Temis, p. 79.
10
número de actos procesales. En ese sentido, la NLPT contempla procesos con
menores audiencias, como en el caso del proceso abreviado laboral en el que se
contempla una sola audiencia única, que se estructura a partir de las audiencias
de conciliación y juzgamiento del proceso ordinario laboral. Asimismo, en lo que se
refiere a la propia audiencia de juzgamiento, la NLPT subraya expresamente la
necesidad de que esta se realice en acto único, concentrando las etapas de
confrontación de posiciones, actuaciones probatoria, alegatos y sentencia, de
manera tal que el proceso se realice en el menor número de actos procesales y
que representa para las partes del proceso un mayor ahorro de tiempo, gasto y
esfuerzo.
2.1.6. Veracidad
Por el principio de veracidad, también denominado de primacía de la realidad, se
persigue que el juez resuelva sobre la base de la realidad de los hechos,
privilegiando la verdad de estos por encima de la apariencia formal, lo que se
encuentra íntimamente vinculado con el principio de irrenunciabilidad de derechos
en materia laboral. Ello porque los documentos que pretendan eliminar o disminuir
beneficios laborales, aun si estuvieran suscritos por el trabajador, no tendrían
validez ante la evidencia de los hechos, en razón además de que la calificación del
contrato de trabajo y la relación laboral no es una facultad de las partes sujeta a la
autonomía de la voluntad, sino que corresponde efectuarla al juez en cumplimiento
de preceptos constitucionales y leyes que son normas de orden público, de
ineludible cumplimiento. Por ello, este principio tiene como correlato la facultad
inquisitiva del juez laboral, que dirige el proceso en busca de la verdad real 39.
Para tal fin, la NLPT, en el artículo III de su título preliminar, señala expresamente
que los jueces laborales deben evitar que la desigualdad entre las partes afecte el
desarrollo o resultado del proceso, para cuyo efecto procuran alcanzar la igualdad
real de las partes, privilegiando el fondo sobre la forma. Asimismo, para cumplir
con tal cometido, se le reconoce al juez laboral una serie de facultades que le
permitirán recabar la mayor cantidad de información necesaria para alcanzar la
verdad real, de la mano de reglas en materia probatoria que coadyuvan a esta
finalidad del proceso laboral, a lo que debe agregarse el deber del juez de
sancionar la conducta de las partes que resulte contraria a los deberes de
veracidad, probidad, lealtad y buena fe de las partes, sus representantes, sus
abogados e incluso terceros, según el penúltimo párrafo del precitado artículo III,
sin perjuicio de la apreciación negativa por parte del juez de dicha conducta.
39
Acevedo Mena 1989: 39.
11
En todo proceso laboral los jueces deben evitar que la desigualdad entre las partes afecte el
desarrollo o resultado del proceso, para cuyo efecto procuran alcanzar la igualdad real de las
partes, privilegian el fondo sobre la forma, interpretan los requisitos y presupuestos procesales en
sentido favorable a la continuidad del proceso, observan el debido proceso, la tutela jurisdiccional y
el principio de razonabilidad. En particular, acentúan estos deberes frente a la madre gestante, el
menor de edad y la persona con discapacidad.
Los jueces laborales tienen un rol protagónico en el desarrollo e impulso del proceso. Impiden y
sancionan la inconducta contraria a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe de las
partes, sus representantes, sus abogados y terceros.
El proceso laboral es gratuito para el prestador de servicios, en todas las instancias, cuando el
monto total de las pretensiones reclamadas no supere las setenta (70) unidades de referencia
procesal (URP).
En el artículo III del título preliminar se recogen también principios que inspiran
este nuevo esquema procesal laboral, además de los deberes que se le imponen
a las partes. Así, en el primer párrafo pueden identificarse principios como el de
socialización del proceso, al evitar que las desigualdades entre las partes afecte el
resultado del proceso; el de veracidad, cuando se privilegia el fondo sobre la forma
y que se asimila a lo que se conoce como principio de primacía de la realidad;
principio pro actione, que procuran la continuidad del proceso por sobre los
inconvenientes procesales existentes, claro está, siempre que estos no afecten el
debido proceso; pues es precisamente este y la tutela jurisdiccional efectiva los
pilares de este nuevo proceso laboral, según se lee del texto expreso del párrafo
primero del artículo en comento. Por otro lado, alude al principio de razonabilidad,
que es aquel que dirige la actuación del juez en atención a su razón o criterio de
justicia. Estos principios, que a su vez acarrean deberes para con el juez en su
actuación como director del proceso, tienen especial énfasis cuando se ventilan
conflictos en los que se encuentren involucrados madres gestantes, menores de
edad o discapacitados.
12
introduce basándose en el principio protector, instrumentos de carácter procesal
que implementan un conjunto de normas adjetivas a favor del considerado poco
suficiente, a modo de compensación, con la finalidad de que el trabajador pueda,
en igualdad de posibilidades, hacer frente al proceso respecto de su empleador.
En claro ejemplo de ello, es la reciente introducción de la presunción de
laboralidad, mediante la cual, «acreditada la prestación personal de servicios, se
presume la existencia de vínculo laboral a plazo indeterminado, salvo prueba en
contrario» (artículo 23); o la gratuidad para el trabajador cuando su pretensión no
supere las 70 URP, e incluso la posibilidad de que acuda al proceso laboral sin
intervención de un abogado defensor, cuando este monto no supera las 10 URP.
Ello es así, porque la gratuidad procesal es expresión de la acción tuitiva por parte
del Estado a favor del más débil de la relación laboral, el trabajador, cuando surge
un conflicto en el cual la facultad o poder del empleador haría que el trabajador
sea siempre el perdedor, para conseguir así la igualdad real y efectiva de
trabajadores y empleadores40.
Anótese además que, bajo el principio de veracidad se imponen reglas por las que
se impone como obligación de las partes el ayudar al juez a que emita una
decisión que resuelva la litis a través de un juicio de certeza respecto de los
hechos, decisión que debe ser racionalmente contrastable sobre la base de los
medios probatorios actuados, sin que sea posible la expedición de una sentencia
definitiva meramente intuitiva o bajo un juicio de probabilidad 41.
40
Gamarra Vílchez 2011: 156.
41
Priori Posada, Giovanni F. et ál. (2011). Comentarios a la nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima: ARA Editores, p. 42.
13
2.2.3. Principio de favor processum o pro actione
Este principio de favorecimiento del proceso recogido hoy en la NLPT, tiene su
antecedente directo en el artículo III del Código Procesal Constitucional, que
obliga que ante una duda razonable respecto de si el proceso debe declarase
concluido el juez debe preferir su continuación. De la misma manera, en el artículo
2, inciso 3, de la Ley del Procedimiento Contencioso Administrativo. Comprende
también el principio de vinculación y elasticidad, y entiende que las normas
procesales, aun cuando son imperativas, no son necesariamente de orden público,
razón por la que el juez laboral está facultado a adecuar la exigencia de las
formalidades impuestas las normas procesales a los fines del proceso, esto es, la
efectiva resolución de la materia controvertida42.
42
Monroy Gálvez 1996: 104.
14
2.2.5. Principio de razonabilidad
La razonabilidad es un criterio íntimamente vinculado a la justicia y está en la
esencia misma del Estado constitucional de derecho. Se expresa como un
mecanismo de control o interdicción de la arbitrariedad en el uso de las facultades
discrecionales, exigiendo que las decisiones que se tomen en ese contexto
respondan a criterios de racionalidad y que no sean arbitrarias. Así lo ha sostenido
el Tribunal Constitucional, al señalar que la razonabilidad «implica encontrar
justificación lógica en los hechos, conductas y circunstancias que motivan todo
acto discrecional de los poderes públicos»43.
43
Expediente 0006-2003-AI/TC. Sentencia del 1 de diciembre de 2003. Fundamento 9.
44
Plá Rodríguez 1998: 364-365.
45
Picó i Junoy, Joan (2003). El principio de la buena fe procesal. Barcelona: J. M. Bosch Editor, p. 19.
46
Díez-Picazo, Luis y Antonio Gullón (2001). Sistema de derecho civil. Volumen I. Décima edición. Madrid: Tecnos, p. 424.
15
se regulan como deberes de las partes, de sus abogados y apoderados el de
proceder con veracidad, probidad, lealtad y buena fe en todos sus actos e
intervenciones en el proceso; no actuar temerariamente en el ejercicio de sus
derechos procesales; abstenerse de usar expresiones descomedidas o
agraviantes en sus intervenciones; guardar el debido respeto al juez, a las partes y
a los auxiliares de justicia; concurrir ante el juez cuando este los cite y acatar sus
órdenes en las actuaciones judiciales; y prestar al juez su diligente colaboración
para las actuaciones procesales, bajo apercibimiento de ser sancionados por
inconducta con una multa no menor de 3 ni mayor de 5 unidades de referencia
procesal. Asimismo, se regulan los supuestos en los que existe temeridad o mala
fe, lo que posibilita que, en caso de incumplimiento, que el juez imponga las
multas estipuladas.
47
Romero Montes 2011: 36.
48
Priori Posada et ál. 2011: 49.
16
La gratuidad procesal se presenta como una acción tuitiva por parte del Estado a
favor del más débil de la relación laboral, es decir, el trabajador, quién en casi
todos los casos no tiene los medios económicos suficientes para afrontar los
gastos que genera un litigio49. Así, las manifestaciones del principio de gratuidad
son: i) la defensa pública a cargo del Ministerio de Justicia para la madre gestante,
el menor de edad y la persona con discapacidad que trabajan; ii) la posibilidad de
que los prestadores de servicios, cuando reclaman montos no superiores a diez
URP, comparezcan al proceso sin necesidad de abogado. En caso de que lo
reclamado sea lo contrario, menor o igual a setenta URP, es facultad del juez,
atendiendo a las circunstancias del caso, exigir o no la comparecencia con
abogado.
3. Competencia
Antes de entrar a definir lo que se entiende por competencia, primero tenemos que
entender qué es lo que se conceptualiza como jurisdicción, considerando que
muchas veces ambos conceptos son tomados como símiles. Así, la jurisdicción
proviene de dos palabras latinas: ius, derecho y dicere, que significa, decir; en
consecuencia, etimológicamente la jurisdicción es definida como “decir el
derecho”. Doctrinariamente, jurisdicción es aquella potestad dimanada de la
soberanía del Estado, ejercida exclusivamente por tribunales independientes y
predeterminados por la ley, de realizar el derecho en el caso concreto, juzgando
de modo irrevocable y ejecutando lo juzgado para satisfacer pretensiones y
resistencias50. Asimismo, se la define como la facultad que tiene el Estado para
administrar justicia en un caso concreto por medio de los órganos judiciales
instituidos al efecto51. Couture la define como aquella “función pública, realizada
por órganos competentes del Estado, con las formas requeridas por la ley, en
virtud de la cual, por acto de juicio, se determina el derecho de las partes, con el
objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica, mediante
decisiones con autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de
ejecución”52. Néstor de Buen, define a la jurisdicción laboral como aquella potestad
constitucionalmente establecida para que los tribunales laborales, de integración
tripartita, resuelvan los conflictos de trabajo con facultades para ejecutar, por sí
mismos, sus resoluciones53.
Como se aprecia de las definiciones antes reseñadas, es posible advertir algunos
elementos característicos de la jurisdicción. En efecto, esta posee notio (facultad
para conocer una determinada cuestión litigiosa), vocatio (facultad para compeler
a las partes para que comparezcan al proceso), coertio (facultad de emplear la
fuerza pública para el cumplimiento de las medidas ordenadas dentro del
proceso), judicium (facultad de resolver el litigio con efecto de cosa juzgada) y
49
Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 43.
50
Montero Aroca, Juan (1979). El proceso laboral. Tomo I. Barcelona: Bosch, p. 23.
51
Alvarado Velloso, Adolfo (1997). Introducción al estudio del derecho procesal. Primera parte. Buenos Aires: Rubinzal-
Culzoni, p. 136.
52
Couture, Eduardo (1958). Fundamentos del derecho procesal civil. Tercera edición. Buenos Aires: Depalma, p. 40.
53
De Buen Lozano, Néstor (1988). Derecho procesal del trabajo. México D. F.: Porrúa, p. 160.
17
executio (facultad de ejecutar, mediante el uso de la fuerza pública, la sentencia
no acatada espontáneamente por las partes)54.
Una de las novedades que más salta a la vista, es la amplitud con que se regula la
competencia asignada a los jueces especializados, y la modificación efectuada a
la competencia asignada a la justicia de paz letrado “laboral”. Precisamente,
54
Alvarado Velloso 1997: 136.
55
De Buen Lozano 1988: 183.
56
Couture 1958: 29.
57
Carnelutti, Francesco (1944). Sistema de derecho procesal civil. Tomo II. Buenos Aires: Uteha, p. 311. En el mismo
sentido, véase Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 56 y ss.
58
Romero Montes 2011: 92.
18
atendiendo al tipo de pretensiones que son de conocimiento de los juzgados
especializados, se pretende clasificarlos como conflictos laborales propios e
impropios59. Los primeros relacionados con los conflictos provenientes
directamente de la relación laboral básica; y, los segundos, que no teniendo origen
directo en ésta, están relacionados con aspectos conexos a esta como el
incumplimiento de normas de seguridad social en los que el obligado sea el
Estado, una compañía aseguradora, o incluso el empleador.
59
Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 56 y ss.
60
La unidad de referencia procesal para el 2012 es de S/.365,00, conforme a lo aprobado por el Consejo Ejecutivo del
Poder Judicial mediante Resolución Administrativa 009-2012-CE-PJ.
19
letrado como de especialidad “laborales”, pues constituyen la llamada justicia
laboral de base que conoce, en su mayoría, los conflictos laborales más comunes.
a.2. Los procesos con título ejecutivo cuando la cuantía no supere las 50
URP, salvo si se tratara de la cobranza de aportes previsionales del sistema
privado de pensiones retenidos por el empleador
Son dos los supuestos que contiene el inciso 2 del artículo 1 de la NLPT. Así, los
juzgados de paz letrado conocen los procesos con título ejecutivo siempre que la
cuantía no exceda de 50 URP (siguiendo a su homóloga el Código Procesal Civil,
que regula lo similar en el artículo 696); así como los procesos de cobranza de
aportes impagos previsionales del Sistema Privado de Pensiones sin importar la
cuantía.
Sobre el primer supuesto jurídico, la NLPT en su artículo 57 señala cuáles son los
títulos ejecutivos, y se indican: las resoluciones judiciales firmes, acta de
conciliación judicial, laudos arbitrales que resuelven un conflicto jurídico de
naturaleza laboral, resoluciones de la autoridad administrativa de trabajo firmes
que reconocen obligaciones, documento privado de transacción extrajudicial, actas
de conciliación extrajudicial y liquidación para cobranza de aportes previsionales
del Sistema Privado de Pensiones. Todo proceso que pretenda ejecutar estos
títulos se conocerán conforme a las reglas del proceso de ejecución, cuyo análisis
será desarrollado más adelante.
61
Gómez Valdez, Francisco (2011). «La competencia en materia laboral de acuerdo con la nueva Ley Procesal del
Trabajo». En Ávalos Jara, Oxal Víctor (director). Estudios sobre la nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima: Jurista Editores,
pp. 198-199.
20
Relacionados con aquellas pretensiones tramitadas en la vía del proceso no
contencioso, y cuya regulación en la NLPT está dispuesta en el Capítulo VI:
consignación, la autorización judicial para ingreso al centro laboral y la entrega de
documentos. Todas las pretensiones relacionadas con las materias que anteceden
serán tramitadas en la vía del proceso no contencioso.
Los procesos no contenciosos o de jurisdicción voluntaria son aquellos en los que
se ventilan asuntos en los que no existe, al menos en teoría, conflicto de intereses
o litigio, vale decir, no hay sujetos que asuman la calidad, propiamente dicha, de
demandante y demandado sin que ello obste que, dentro de nuestro sistema, se
presente la figura de la oposición. En tales procesos o procedimientos quienes los
promueven solicitan, por lo general, en sede judicial o notarial, que se preste
autorización para llevar a cabo ciertos actos jurídicos, o que se homologuen o
aprueben estos, o que se documenten, certifiquen o declaren determinadas
situaciones también de orden jurídico, o, finalmente se pide que se fijen plazos o
se dispongan medidas de producción62.
Artículo 2.-
Competencia por materia de los juzgados especializados de trabajo
Los juzgados especializados de trabajo conocen de los siguientes
procesos:
1. En proceso ordinario laboral, todas las pretensiones relativas a la
protección de derechos individuales, plurales o colectivos, originadas con
ocasión de la prestación personal de servicios de naturaleza laboral,
formativa o cooperativista, referidas a aspectos sustanciales o conexos,
incluso previos o posteriores a la prestación efectiva de los servicios.
Se consideran incluidas en dicha competencia, sin ser exclusivas, las
pretensiones relacionadas a los siguientes:
a) El nacimiento, desarrollo y extinción de la prestación personal de
servicios; así como a los correspondientes actos jurídicos.
b) La responsabilidad por daño patrimonial o extrapatrimonial, incurrida
por cualquiera de las partes involucradas en la prestación personal de
servicios, o terceros en cuyo favor se presta o prestó el servicio.
c) Los actos de discriminación en el acceso, ejecución y extinción de la
relación laboral.
d) El cese de los actos de hostilidad del empleador, incluidos los actos de
acoso moral y hostigamiento sexual, conforme a la ley de la materia.
e) Las enfermedades profesionales y los accidentes de trabajo.
f) La impugnación de los reglamentos internos de trabajo.
g) Los conflictos vinculados a una organización sindical y entre
organizaciones sindicales, incluida su disolución.
h) El cumplimiento de obligaciones generadas o contraídas con ocasión
de la prestación personal de servicios exigibles a institutos, fondos, cajas
u otros.
i) El cumplimiento de las prestaciones de salud y pensiones de invalidez, a
favor de los asegurados o los beneficiarios, exigibles al empleador, a las
entidades prestadoras de salud o a las aseguradoras.
62
Hinostroza Mínguez, Alberto (2007). Comentarios al Código Procesal Civil. Análisis artículo por artículo. Segunda
edición. Lima: Gaceta Jurídica, p. 1431.
21
j) El Sistema Privado de Pensiones.
k) La nulidad de cosa juzgada fraudulenta laboral; y
l) aquellas materias que, a criterio del juez, en función de su especial
naturaleza, deban ser ventiladas en el proceso ordinario laboral.
Conoce las pretensiones referidas al cumplimiento de obligaciones de dar
superiores a cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP). (...)
22
laboral, por ejemplo, para reconocimiento de contratos no ejecutados por “voluntad
patronal”63.
63
Término utilizado por Gómez Valdez 2011: 200.
64
Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 64-65.
65
Racciatti, citado por Ermida Uriarte, Óscar y Colotuzzo, Natalia (2009). Descentralización, tercerización y
subcontratación. Lima: OIT/Proyecto FSAL, p. 10.
23
públicos, como inter privatos (entre particulares); en el ámbito laboral, la garantía
de igualdad de trato, constituye un principio que informa la disciplina.
Nuestra Constitución, en el ordinal 1 de su artículo 26, prescribe lo siguiente: “En
la relación laboral se respetan los siguientes principios: 1. Igualdad de
oportunidades sin discriminación”; no obstante, la falta de tecnicismo en la
redacción de este aludido precepto podría denotar, en estricto sentido, que el
principio citado solo opera en el acceso al empleo y no propiamente en la fase de
la ejecución del trabajo; empero, una correcta interpretación de este nos indica
que tal principio rige no solo en el momento de la constitución de la relación
laboral (acceso al empleo), sino también a lo largo del desenvolvimiento de ella;
esta comprensión más amplía de sus alcances es adecuada en tanto ofrece la
posibilidad de excluir “todo tipo de discriminación, desde el acceso al puesto de
trabajo a todo aspecto de la relación de trabajo”66. Asimismo, normativamente
encontramos la prohibición de no discriminación en la Ley 26772, modificada por
la Ley 27270 (Ley contra actos de discriminación), y su Reglamento aprobado por
Decreto Supremo 002-98-TR, cuyo artículo 8 que asignaba competencia a los
jueces civiles para que conozcan las pretensiones de indemnización por daños
sufridos productos de la acción discriminatoria, fue derogada por el literal a) de la
Segunda Disposición Derogatoria de la NLPT.
b.1.4. El cese de los actos de hostilidad del empleador, incluidos los actos
de acoso moral y hostigamiento sexual, conforme a la ley de la materia
La competencia asignada a los juzgados laborales en lo referido a los «actos de
hostilidad» tiene directa relación con lo previsto en los artículos 3 y 35 del texto
único ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral (Decreto
Supremo 003-97-TR). Así, en caso de que se den los supuestos previstos en el
artículo 3067, el trabajador puede optar por las alternativas previstas en el artículo
66
Cfr. Neves Mujica, Javier (1993). «Los derechos y principios laborales en la Constitución de 1979 y 1993». En Revista
del Foro. Año LXXXI. Número 1.
67
Artículo 30.- Son actos de hostilidad equiparables al despido los siguientes:
a) La falta de pago de la remuneración en la oportunidad correspondiente, salvo razones de fuerza mayor o caso fortuito
debidamente comprobados por el empleador.
b) La reducción inmotivada de la remuneración o de la categoría.
24
35 de la citada norma. En tal caso podrá acudir a los jueces especializados de
trabajo para solicitar que «cesen los actos de hostilidad» o que se la pague la
respectiva «indemnización por despido arbitrario», siempre que previamente se
cumpla con el procedimiento previo previsto en la norma.
c) El traslado del trabajador a lugar distinto de aquel en el que preste habitualmente servicios, con el propósito de
ocasionarle perjuicio.
d) La inobservancia de medidas de higiene y seguridad que pueda afectar o poner en riesgo la vida y la salud del
trabajador.
e) El acto de violencia o el faltamiento [sic] grave de palabra en agravio del trabajador o de su familia.
f) Los actos de discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión o idioma.
g) Los actos contra la moral y todos aquellos que afecten la dignidad del trabajador.
El trabajador, antes de accionar judicialmente deberá emplazar por escrito a su empleador imputándole el acto de
hostilidad correspondiente, otorgándole un plazo razonable no menor de seis días naturales para que, efectúe su
descargo o enmiende su conducta, según sea el caso.
Los actos de hostigamiento sexual se investigan y sancionan conforme a la ley sobre la materia.
68
Curay Méndez, Frady (2011). «Reglas de competencia en la nueva Ley Procesal del Trabajo». El nuevo proceso laboral.
Manual operativo N° 03. Gaceta Jurídica, Primera Edición, Octubre 2011, p. 49.
69
Chappell y Di Martino 2006: 22 (traducción libre).
70
Curay Méndez 2011.
25
La Ley 26790, Ley de modernización de la Seguridad Social en Salud, aprobada
por Decreto Supremo 009-97-SA, define a la enfermedad profesional como todo
estado patológico permanente o temporal que sobreviene al trabajador como
consecuencia directa de la clase de trabajo que desempeña o del medio en el que
se ha visto trabajar. En los procesos laborales, es común observar que gran
número de demandas interpuestas por indemnización por daños y perjuicios
deriven precisamente de enfermedades profesionales en la actividad minera:
neumoconiosis, silicosis, lumbalgia, hipoacusia, entre otros.
71
Curay Méndez 2011: 51. En el mismo sentido, Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 68.
26
Los conflictos sindicales pueden dividirse en conflictos intrasindicales y conflictos
intersindicales. Los primeros son definidos como aquellos conflictos que se
producen al interno de la organización sindical; mientras que los segundos, son
aquellos que se producen entre dos o más organizaciones sindicales distintas, sea
por ejemplo, las que surgen porque se reclaman tener la legitimidad de
representación del conjunto de trabajadores (ejemplo: si existen sindicatos
minoritarios dentro de una misma empresa, el conflicto podría surgir al momento
de determinarse la organización sindical más representativa.) 72
ii) Conflicto entre la Junta Directiva del sindicato versus sus trabajadores
afiliados, por la aplicación del estatuto o por el incumplimiento del convenio
colectivo y;
72
García Cochagne, Manuela E. (s/f). «Reflexiones sobre el conflicto intra e intersindical». En Ministerio de Trabajo,
<http://www.mintra.gob.pe/archivos/file/difusion_laboral/pub_05.pdf>. Consultado el 22 de abril del 2013.
73
García Cochagne (s/f). En el mismo sentido, vide Curay Méndez 2011: 52.
27
número 011-93-TR, del 21 de julio de 1993, y el segundo —actualmente vigente—
aprobado por el Acuerdo 012-002-2004-CEMR-CBSSP. Sobre la base de estos,
es claro que la entidad emplazada no tiene la condición de empleadora, sino de
administradora y depositaria de los fondos de los beneficios compensatorios y
sociales de los pescadores, hasta el 31 de diciembre de 2004. Así, a partir del 1
de enero de 2005, conforme el artículo 9 del Decreto Supremo 014-2004-TR, el
pago de tales beneficios (compensación por tiempo de servicios, gratificaciones y
vacaciones) corre a cargo de los armadores pesqueros (empleadores).
74
Anacleto Guerrero, Víctor Ruperto (1998). Manual de seguridad social. Lima: Editorial San Marcos, p. 222.
75
Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 70.
76
Romero Montes 2011: 100.
29
antes terceros, en virtud de la fuerza de cosa juzgada que pueda gozar la
sentencia y en los efectos que ella produce frente a estos77.
Este proceso, en principio regulado en el artículo 178 del Código Procesal Civil,
constituye en nuestro sistema procesal un remedio excepcional, de naturaleza
residual y extraordinaria, que permite efectuar un nuevo examen de la sentencia
definitiva, esto es, la que adquirió la autoridad de cosa juzgada, obtenida sobre la
base de un engaño o a una simulación que agravie a tal punto el espíritu de
justicia que mantener la cosa juzgada sería una aberración78.
30
incausado o despido fraudulento, en el proceso abreviado laboral, siempre que la
reposición sea planteada como pretensión principal única.” Líneas seguidas
desarrollaremos esta postura.
31
Económicos, Sociales y Culturales, aprobado mediante Decreto Ley número
22129, del 29 de marzo de 1978 (artículo 8); por tanto, su trasgresión no solo
resiente el ordenamiento jurídico nacional sino también normas de carácter
supranacional.
80
Expediente número 00002-2010-PI/TC, fundamentos jurídicos 31 y 33.
81
Gamarra Vílchez, Leopoldo (2010). «Finalidad del régimen especial de contratación administrativa de servicios». En
Ávalos Jara, Oxal y Edwin López Trigoso (coordinadores). Comentarios al régimen especial de contratación administrativa
de servicios. Lima: Jurista Editores, p. 20.
33
significa una clara orientación al refuerzo por la especialización de los juzgados
laborales en el conocimiento de pretensiones que se pueden tramitar vía proceso
contencioso administrativo.
34
3. Impugnación de laudos arbitrales derivados de una negociación
colectiva, a ser tramitada conforme al procedimiento establecido en la
presente Ley.
4. Contienda de competencia promovida entre juzgados de trabajo y entre
estos y otros juzgados de distinta especialidad del mismo distrito judicial.
5. Conflictos de autoridad entre los juzgados de trabajo y autoridades
administrativas en los casos previstos por la ley.
6. Las demás que señale la ley.
82
Castañeda Otsu, citada por Romero Montes 2011: 108.
83
Blancas Bustamante, Carlos (2011, noviembre). «La naturaleza del arbitraje en la negociación colectiva». Boletín del
Viceministerio de Trabajo. Número 11,
<http://www.trabajo.gob.pe/boletin/documentos/documento_naturaleza_arbitraje_negociacion_colectiva_CB.pdf>.
Recuperado el 22 de abril de 2013.
36
c.3. Impugnación de laudos arbitrales derivados de una negociación
colectiva, a ser tramitada conforme al procedimiento establecido en la
presente ley
El laudo arbitral a que se refiere este inciso de la NLPT, a diferencia de lo
analizado precedentemente, viene dado en el marco de un proceso de
negociación colectiva, de conformidad con el artículo 66 del Decreto Supremo
010-2003-TR, que aprueba el Texto Único Ordenado de la Ley de Relaciones
Colectivas de Trabajo.
84
Ibídem.
85
Couture 1958: 173.
37
en el caso laboral, puede ser el Ministerio de Trabajo. En ese sentido, debe
estarse a lo previsto en el artículo 64 de la Ley del Procedimiento Administrativo
General, Ley 27444.
Se indica que esta competencia tiene directa relación con el principio de doble
instancia. En efecto, “es el medio para evitar en lo posible el error judicial”, ello
debido a que existen magistrados cuya función es revisar las decisiones de
instancias inferiores para confirmarlas o revocarlas86. Adicionalmente, se refiere
que la idea que sustenta este criterio de competencia por la función o grado, es
que resulta difícil que se produzcan resoluciones injustas coincidentes en dos o
más instancias87. Empero, se agrega que, en muchas ocasiones este “doble
conocimiento” de un mismo proceso, “puede producir uno de los más perniciosos
defectos de la administración de justicia. Justicia que se retrasa, no es justicia.” 88
86
Romero Montes 2011: 115.
87
De Buen Lozano 1988: 184.
88
Ibídem.
38
haber sido concedido en efecto distinto al establecido en la ley.
4.2 Las salas laborales de las cortes superiores son competentes para
conocer de los siguientes recursos:
a) Del recurso de apelación contra las resoluciones expedidas por los
juzgados laborales; y
b) del recurso de queja por denegatoria del recurso de apelación o por
haber sido concedido en efecto distinto al establecido en la ley.
4.3 Los juzgados especializados de trabajo son competentes para conocer
de los siguientes recursos:
a) Del recurso de apelación contra las resoluciones expedidas por los
juzgados de paz letrados en materia laboral; y
b) del recurso de queja por denegatoria del recurso de apelación o por
haber sido concedido en efecto distinto al establecido en la ley.
Como se
aprecia, la NLPT
regula la competencia por la función clasificando a los órganos jurisdiccionales de
manera piramidal o vertical. Siendo la Sala de Derecho Constitucional y Social de
la Corte Suprema de la República el órgano que conoce del recurso de casación
(recurso extraordinario y que no origina una tercera instancia), así como del
recurso de apelación de las resoluciones emitidas por las Salas Laborales como
órgano de primera instancia (ejemplo: proceso de acción popular), y del recurso de
queja por denegatoria del recurso de apelación —o haber sido concedido con
efecto distinto—.
3.2.3. Cuantía
Artículo 5.-
Determinación de la cuantía
La cuantía está determinada por la suma de todos los extremos
contenidos en la demanda, tal como hayan sido liquidados por el
39
demandante. Los intereses, las costas, los costos y los conceptos que se
devenguen con posterioridad a la fecha de interposición de la demanda no
se consideran en la determinación de la cuantía.
Pero no solo esta cuantía opera a nivel de juzgados de paz letrado y juzgados
especializados de trabajo. A nivel de Salas Laborales, dependerá del monto de lo
sentenciado en primera instancia —se entiende en juzgados de trabajo—, para
determinar si quien conocerá de la apelación es la Sala Superior o el Tribunal
Unipersonal. Esta disposición se encuentra contenida en Sexta Disposición
Transitoria de la Nueva Ley Procesal de Trabajo 29497, que previó: “El Poder
Judicial dispone el desdoblamiento de las salas laborales en tribunales
unipersonales que resuelvan en segunda y última instancia las causas cuya
cuantía de la sentencia recurrida no supere las setenta (70) Unidades de
Referencia Procesal (URP).”, siendo que, dicho dispositivo fue efectivizado
mediante la Resolución Administrativa 182-2010-CE-PJ del veinte de mayo de dos
mil diez, en la que, ratificando el mandato anterior, el titular del Poder Judicial
dispuso que aquellas causas cuya cuantía no supere las setenta unidades de
referencia procesal, debían ser conocidas por cada uno de los Jueces que
conforman el Colegiado de las Salas Laborales, quienes respectos de aquellas
asumirían el rol de juez unipersonal de segunda y última instancia; sentencias que,
para cuya validez únicamente requerían la conformidad —a través de la rúbrica—
de quien asume la titularidad de dicho Juzgado.
89
Couture 1981: 189.
40
Finalmente, este monto de la cuantía opera también a nivel de Corte Suprema. En
efecto, tratándose de cuantía deben tenerse en cuenta que tratándose de una
demanda con solo pretensiones cuantificables, el monto total reconocido en la
sentencia de segundo grado debe superar las cien Unidades de Referencia
Procesal (100 URP), sea el demandando o demandante quien interponga el
recurso90, y solo cuando la sentencia apelada desestima íntegramente la
demanda, tratándose de obligaciones de dar suma de dinero, debe tenerse
presente el monto del petitorio señalado en la demanda que debe ser superior a
100 URP para que el recurso de casación sea admitido, conforme a la
interpretación sistemática del artículo 35, numeral 1 de la Ley 29497, y artículos I,
III y IV del Título Preliminar de dicha Ley, en atención a los principios de igualdad y
razonabilidad que privilegian los derechos fundamentales a la tutela procesal
efectiva y al debido proceso, más aún en un proceso laboral que establece
principios y garantías de protección laboral.
90
A diferencia de lo que sucedía en la Ley 26636, en la que cuando el recurso casatorio era planteado por el
demandante, solo se admitía este, si su pretensión superaba las 100 URP, sin considerar el monto de lo sentenciado en
primera instancia (artículo 55, inciso b).
91
Ciudad Reynaud, Adolfo (director) (2011). La justicia laboral en América Central, Panamá y República Dominicana.
Organización Internacional del Trabajo.
41
Artículo 6.-
Competencia por territorio
A elección del demandante es competente el juez del lugar del domicilio
principal del demandado o el del último lugar donde se prestaron los
servicios.
Si la demanda está dirigida contra quien prestó los servicios, solo es
competente el juez del domicilio de este.
En la impugnación de laudos arbitrales derivados de una negociación
colectiva es competente la sala laboral del lugar donde se expidió el
laudo.
La competencia por razón de territorio solo puede ser prorrogada cuando
resulta a favor del prestador de servicios.
Se
92
Gimeno Sendra, Vicente (2007). Derecho procesal civil. El proceso de declaración. Parte general I. Volumen 1. Segunda
edición. Madrid: Colex, p. 85.
93
Calamandrei 1962: 172 y 177.
42
Así, la NLPT le permite al trabajador demandante interponer su demanda en:
D. Prórroga de competencia
Inicialmente, los supuestos recogidos por la norma para la determinación de la
competencia, no son de naturaleza dispositiva ni para las partes ni para el juez,
sino por el contrario, son de carácter imperativo, por lo que las partes deben
43
adecuarse a ellos obligatoriamente, debiendo el Juzgador, como director del
proceso, velar por la observancia de tales criterios; lo que debe ser extensivo,
inclusive para los casos de prórroga de la competencia por el territorio (única
procedente en nuestro ordenamiento jurídico-procesal), ya sea expresa o tácita.
4. Admisión y procedencia
94
Couture 1958: 485.
95
Alvarado Velloso 1997: 158.
96
Citado por Hinostroza Mínguez 2007: 85.
44
supletoriamente, los requisitos de admisibilidad de las demandas. Así, el Código
Procesal Civil en sus artículos 424 y 425 establece una serie de requisitos que
debe cumplir la demanda, entre los que se anotan: designación del juez ante quien
se interpone; nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria del demandante o
del representante o apoderado de este; nombre y dirección domiciliaria del
demandado; petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo que
se pide; hechos en los que se funde el petitorio, enumerados y expuestos en
forma precisa, con orden y claridad; fundamentación jurídica del petitorio; etcétera.
Así las cosas, conviene resaltar que mediante Resolución Administrativa 198-
2010-CE-PJ de fecha 02 de junio de 2010, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial
aprobó dos formatos de demandas laborales. La primera, relacionada para
aquellos procesos en los que se pretenda el pago de menos de 50 URP; y, la otra,
para aquellos cuya cuantía oscile entre las 50 URP a 70 URP. En el primer
supuesto, el conocimiento de la causa corresponderá a los juzgados de paz
97
Para Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba (2010: 117), «esta regulación se encuentra acorde con el principio de
oralidad que regula este nuevo proceso laboral, pues el interrogatorio a las partes, testigos y peritos es realizado
directamente por el juez de manera libre, concreta sin seguir ninguna fórmula preconstituida en la misma audiencia,
otorgándole dinamismo al desarrollo del proceso».
45
letrado laborales; mientras que, el segundo, a los juzgados especializados de
trabajo98.
Esta disposición guarda concordancia con los principios que inspiran el nuevo
modelo procesal, entre los que se anotan: el principio pro actione y el de
prevalencia del fondo sobre la forma. Con la NLPT no se prevé la admisión
provisional de la demanda que fuera dispuesta en el artículo 17 de la Ley 26636.
Ahora bien, la norma es clara al limitar los supuestos fácticos en los que procede
dicha liquidación directa de los derechos que fueran reconocidos en un proceso
judicial (constitucional u ordinario) previo. Así, se dispone que la sentencia tenga
la calidad de cosa juzgada, es decir, que contra ella no proceda recurso
impugnatorio alguno; y que esta haya sido emitida por el Tribunal Constitucional o
la Corte Suprema de Justicia de la República.
47
individualmente acuda al órgano jurisdiccional a fin de que se dilucide su
pretensión —y eventualmente— esta se ampare. En el mismo horizonte apunta el
artículo 33 del Código Modelo de Procesos Colectivos para Iberoamérica, al
señalar que “En los procesos colectivos de que trata este Código, la sentencia
hará cosa juzgada erga omnes, excepto cuando la pretensión fuere rechazada por
insuficiencia de pruebas, caso en el cual cualquier legitimado podrá intentar otra
acción, con idéntico fundamento, si se valiere de nueva prueba.”, añadiendo
“Asimismo, en la hipótesis de rechazado basado en las pruebas producidas,
cualquier legitimado podrá intentar otra acción, con idéntico fundamento en el
plazo de 2 (dos) años contados desde el conocimiento de nueva prueba
superveniente, que no hubiera podido ser producida en el proceso, siempre que
ella sea idónea, por sí sola, para modificar el resultado del proceso”.
48
Al igual que en la demanda, en este escrito postulatorio, no es exigible que al
ofrecer declaraciones de parte o testimoniales, se adjunte el pliego interrogatorio
respectivo; reiteramos, debido a la libertad de formas en esta actuación probatoria
prevista como modelo en la NLPT; privilegiando así la oralidad al permitir la
apertura de preguntas libres y espontáneas formuladas por las partes o el juez,
este último en todo momento a lo largo de la realización de las audiencias
respectivas. Asimismo, se exige únicamente que al ofrecer los medios de prueba
que sustenten su defensa, se cumpla con indicar la finalidad de cada uno de ellos.
El
49
Anteproyecto de la Nueva Ley Procesal del Trabajo 100 establecía, en el originario
artículo 20101 el carácter opcional del agotamiento de la vía administrativa.
Siguiendo la misma línea y atemperando el carácter optativo del agotamiento de la
vía previa, el Grupo Revisor del Anteproyecto de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo102, en el que participé como representante titular del Poder Judicial, acogió
el carácter optativo del agotamiento de la vía administrativa previa, salvo que
existiese un procedimiento administrativo previo regulado en el respectivo régimen
laboral aplicable. Esta decisión se sustentó en el hecho que, con fecha 21 de junio
de 2008, mediante la publicación en el Diario Oficial El Peruano, se publicó el
Decreto Legislativo 1023 se creó la Autoridad Nacional del Servicio Civil y con él,
del Tribunal del Servicio Civil.
Esta disposición procesal permite concluir que como regla general no es exigible
el agotamiento de la vía administrativa; y, como excepción, que esta sí resulta
exigible únicamente en aquellos casos en los que exista norma imperativa que
prevea el establecimiento de instancia administrativa previa a la judicial, es decir,
un tribunal específico.
Así las cosas, es evidente que para el caso de los servidores públicos sujetos al
régimen laboral público (Decreto Legislativo 276 y su Reglamento aprobado por
Decreto Supremo 005-90-PCM), sí resulta exigible el agotamiento de la vía
agotamiento de la vía administrativa, conforme al artículo 125 del Decreto
Supremo 005-90-PCM. En el mismo sentido, establece el artículo 32 del Decreto
Legislativo 276; lo mismo sucede con el régimen de contratación administrativa de
servicios, cuyo Decreto Supremo 075-2008-PCM que aprueba el Reglamento del
Decreto Legislativo 1057, con la modificación introducida por el artículo 1 del
Decreto Supremo 065-2011-PCM, publicado el 27 de julio de 2011, prevé que en
segunda instancia administrativa sea el Tribunal del Servicio Civil quien conozca
de la controversia.
Precísese que el supuesto del CAS antes indicado está relacionado con aquellos
trabajadores cuya contratación no se encuentra desnaturalizada al encontrarse
precedida —en la práctica y aplicando el principio de primacía de la realidad— de
un contrato de trabajo a tiempo indeterminado103.
100
Mediante Resolución Ministerial 058-2008-TR, del 20 de febrero del 2008, durante la gestión como ministro de
Trabajo del doctor Mario Pasco Cosmópolis, se designó a la Comisión encargada de elaborar el Anteproyecto de la
Nueva Ley Procesal del Trabajo, la que estuvo conformada por Luis Vinatea Recoba, Giovanni Priori Posadas y Javier
Arévalo Vela, en la que actuó como secretario técnico de esta Paul Paredes Palacios.
101
Artículo 20. Caso especial de procedencia.- En el caso de pretensiones referidas a la prestación personal de servicios
de naturaleza administrativa o de derecho público no será exigible el agotamiento de la vía administrativa establecida
según la legislación general de procedimiento administrativo o según normas especiales.
102
Dispuesto mediante Resolución Ministerial 006-2009-TR de fecha 12 de enero de 2009, que también estuvo
integrado por representantes del Ministerio de Trabajo, Ministerio de Justicia, Asamblea Nacional de Rectores y el
Colegio de Abogados de Lima.
103
Son ilustrativas para el tema en mención sobre desnaturalización del contrato CAS las Casaciones 7-2012, 38-12,
1642-2012, entre otras emitidas por la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de la
República y que han sido sumilladas en el anexo de la presente obra.
50
En sentido contrario, para los servidores públicos sujetos al régimen laboral de la
actividad privada (Decreto Legislativo 728 y su Texto Único Ordenado aprobado
por Decreto Supremo 003-97-TR) no lo es. Ello es así porque la propia norma
procesal únicamente exige como requisito de procedencia el agotamiento de la vía
administrativa para dos grupos diferenciados: i) aquellos trabajadores sujetos al
régimen laboral público; y, ii) aquellos prestadores de servicios sujetos a una
relación de derecho administrativo (como el régimen CAS antes anotado).
5. Actuaciones procesales
Aquí cobra crucial importancia, debido a las consecuencias jurídicas que ello
acarrea (multas), el alegar hechos falsos, obstruir la actividad probatoria (por
ejemplo, negándose a cumplir una exhibicional) y provocar la suspensión de las
audiencias (al no asistir por ejemplo, y luego pedir su reprogramación). Razón por
la que, con toda certeza, el rol de las partes y los abogados de las partes en este
nuevo esquema procesal laboral debe darse en el marco de la buena fe y
probidad.
51
Artículo 12.- Prevalencia de la oralidad en los procesos por
audiencias
12.1 En los procesos laborales por audiencias las exposiciones orales de
las partes y sus abogados prevalecen sobre las escritas sobre la base de
las cuales el juez dirige las actuaciones procesales y pronuncia sentencia.
Las audiencias son sustancialmente un debate oral de posiciones
presididas por el juez, quien puede interrogar a las partes, sus abogados y
terceros participantes en cualquier momento. Las actuaciones realizadas
en audiencia, salvo la etapa de conciliación, son registradas en audio y
vídeo utilizando cualquier medio apto que permita garantizar fidelidad,
conservación y reproducción de su contenido. Las partes tienen derecho a
la obtención de las respectivas copias en soporte electrónico, a su costo.
12.2 La grabación se incorpora al expediente. Adicionalmente, el juez deja
constancia en acta únicamente de lo siguiente: identificación de todas las
personas que participan en la audiencia, de los medios probatorios que se
hubiesen admitido y actuado, la resolución que suspende la audiencia, los
incidentes extraordinarios y el fallo de la sentencia o la decisión de diferir
su expedición.
Si no se dispusiese de medios de grabación electrónicos, el registro de las
exposiciones orales se efectúa haciendo constar, en acta, las ideas
centrales expuestas.
Sin duda alguna la oralidad es el elemento que, por excelencia, permite al
juzgador acercarse a la realidad de lo acontecido; en efecto, en sentido amplio,
oralidad significa inmediación, concentración, publicidad, unidad de instancias,
libre valoración de la prueba, celeridad, simplificación de formas”.104
104
Paredes Palacios 1997: 108.
52
pero no siempre sabe leer, por ello lo convierte en un proceso sencillo, en el
entendido que el juez va a escuchar a las partes (demandante y demandado) de
manera directa, pudiendo verificar en esencia la verdad material, no dejando de
lado el rol importante de los abogados que como hombres de leyes, contribuirán
en una acertada defensa de los derechos en controversia. Asimismo, es necesario
recalcar que en el proceso oral “el mero conocimiento del derecho por sí solo no
es suficiente, requiere la correcta integración del derecho sustantivo, procesal y de
la prueba, mediante la adquisición de destrezas y habilidades en litigación oral,
como la construcción de la teoría del caso, la ejecución de interrogatorios o contra
interrogatorios, la objeción de preguntas, la formulación de alegatos de apertura y
de clausura, así como la introducción de evidencias en el juicio oral” 105; lo cual
plantea nuevos retos tanto al juez como a las partes y sus abogados.
105
Ávalos Cisneros, María (2009, 20 de octubre). «La práctica de la litigación oral». Jurídica. Suplemento de análisis legal
de El Peruano. Año 6. Número 273, p. 2.
53
alegaciones orales de las partes tienen, necesariamente, deben estar ligados a la
litis. De otro lado, la norma procesal también es clara al señalar que, los
formalismos utilizados recurrentemente en la antigua Ley Procesal del Trabajo, ya
no serán utilizados en este nuevo modelo procesal. En este sentido, se plantea la
libertad de forma en el interrogatorio a las partes y testigos y la posibilidad de que
el juez, en todo momento, pueda interrogarlos.
5.3. Notificaciones
54
setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP) las resoluciones son
notificadas por cédula, salvo que se solicite la notificación electrónica. Las
notificaciones por cédula fuera del distrito judicial son realizadas
directamente a la sede judicial de destino.
Las resoluciones dictadas en audiencia se entienden notificadas a las
partes, en el acto.
Con este nuevo sistema procesal, que introduce la oralidad como elemento
distintivo y predominante en los procesos laborales, las partes procesales así
como la defensa letrada de estas están compelidas a asumir una actitud acorde
con los cambios que impone el sistema. En efecto, esta nueva postura requiere,
entre otras cualidades, la especialización en la defensa (considerando que con
este nuevo modelo es en la audiencia de juzgamiento donde son sustentadas las
pretensiones demandadas); asimismo, la diligencia y eficiencia en el patrocinio de
las causas son otras de la cualidades requeridas, ya que con la NLPT se viene
implantando un nuevo sistema de notificación electrónica, que sustituye a la
notificación por cédula que, por años, era utilizada tanto en procesos laborales
como civiles; en este extremo, no solo se necesita que se cuente con aparatos
electrónicos (computadoras) con el debido sistema operativo, sino que también
requiere que este posea una configuración local sin restricciones para elementos
emergentes (que son los anexos de las resoluciones notificadas), pues de este
modo será posible tanto la visualización del correo electrónico emitido con la
cédula de notificación así como de los anexos enviados con esta (resolución
emitida).
6. Comparecencia
Comenzaremos definiendo algunas instituciones que se ven reflejadas en el
artículo 8 de la NLPT, el cual trae como novedad la posibilidad de intervención en
el proceso laboral, a los menores de edad sin necesidad de representante legal;
así como a la participación de los sindicatos en la defensa de sus derechos como
ente jurídico, y de los derechos colectivos y plurindividuales de los trabajadores
afiliados; en este último caso, también sin necesidad de representación especial.
El término “capacidad” en el ordenamiento jurídico, clásicamente, ha dado origen a
dos acepciones. La primera, conocida como “capacidad jurídica”, que es aquel
atributo de las personas que las habilita para constituirse en titulares de derechos
y obligaciones; y, la segunda, “capacidad para obrar”, que es aquella mediante la
cual estas personas pueden realizar válidamente actos jurídicos. Precisamente
estas dos acepciones, en el marco de un proceso judicial, tienen sus correlatos en
lo que se conoce como “capacidad para ser parte” y “capacidad procesal”,
respectivamente.
56
Así, se entiende por capacidad para ser parte, a aquella aptitud para ser titular de
situaciones jurídicas procesales106; o dicho de otro modo, a aquella capacidad
jurídica que facultad a aquel que la posee a ser considerado como sujeto de una
relación jurídico procesal, y por ende, pueda ser titular de derechos, cargas y
obligaciones que se derivan del proceso107.
Artículo 8.-
Reglas especiales de comparecencia
8.1 Los menores de edad pueden comparecer sin necesidad de
representante legal. En el caso de que un menor de catorce (14) años
comparezca al proceso sin representante legal, el juez pone la demanda
en conocimiento del Ministerio Público para que actúe según sus
atribuciones. La falta de comparecencia del Ministerio Público no interfiere
en el avance del proceso.
(...)
57
del Ministerio Público la demanda interpuesta; se entiende a efectos de que en su
calidad de defensor de la legalidad, los derechos ciudadano y los intereses
públicos, así como la representación de la sociedad en juicio, para los efectos de
defender a la familia, a los menores e incapaces y el interés social, así como para
velar por la moral pública (artículo 1 del Decreto Legislativo 52, de fecha 18 de
marzo de 1951), intervenga en el proceso laboral que se hubiese iniciado en
calidad —considero— de tercero con legítimo interés, de conformidad con lo
previsto en el inciso 2 del artículo 113 del Código Procesal Civil. Precisamente,
atendiendo a dicha condición la NLPT no sanciona con nulidad su falta de
intervención en el proceso judicial.
58
esta legitimidad ordinaria de los sindicatos en el artículo 9; y en el mismo sentido
lo ha efectuado la NLPT.
legitimidad para obrar de las organizaciones sindicales en la nueva Ley Procesal del Trabajo». En Retos del derecho del
trabajo peruano: nuevo proceso laboral, regímenes especiales y seguridad y salud en el trabajo. IV Congreso Nacional
SPDTSS. Lima: SPDTSS, p. 287. Solo por citar algunos.
110
Las cláusulas de obligaciones, en contraposición con las cláusulas normativas, son aquellas cláusulas y estipulaciones
que pretenden asegurar la eficacia del convenio, a través de la atribución de derechos y obligaciones a los sujetos o
agentes negociadores, normalmente de carácter negativo. Entre la tipología de estipulaciones se señalan aquellas
cláusulas que contienen un deber de paz, deber de ejecución leal, cláusulas de organización de la actividad contractual y
las de administración del convenio (Palomeque López 1994: 324-325).
111
Palomeque López 1979: 58.
112
Montoya Melgar, citado por Espinoza Escobar 2010: 185.
113
Ibídem: 186.
114
Montero Aroca, Juan (1994). La legitimación en el proceso civil (intento de aclarar un concepto que resulta más
confuso cuando más se escribe sobre él). Madrid: Civitas, p. 36.
59
6.2.3. En defensa de sus dirigentes y afiliados
Es una de las más novedosas modificaciones introducidas con la NLPT. Este
supuesto se encuentra referido a aquellos conflictos plurindividuales en los que,
aún cuando la titularidad del derecho no le corresponda al ente sindical, este se
encuentra facultado para comparecer al proceso en nombre de sus “dirigentes y
afiliados” para la defensa procesal del derecho material discutido. Se trata de una
suerte de representación procesal, quedando entendido que, el titular del derecho
(trabajador) puede en cualquier estadio del proceso incorporarse a este. Esta
disposición encuentra antecedente directo en lo dispuesto en el artículo 8 inciso c)
del Texto Único Ordenado de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, que
regula: “Son fines y funciones de las organizaciones sindicales: (...) c) Representar
o defender a sus miembros en las controversias o reclamaciones de carácter
individual, salvo que el trabajador accione directamente en forma voluntaria o por
mandato de la ley, caso en el cual el sindicato podrá actuar en calidad de asesor.”
Una de las razones por las cuales ahora, y a diferencia de la regulación contenida
en la Ley 26636, su intervención no requerirá la presentación de un poder especial
para litigar; la encontramos en la propia Exposición de Motivos de la NLPT, que en
el apartado quinto precisa que “Se atribuye a los sindicatos capacidad para
comparecer (sic) en defensa de sus dirigentes sin necesidad de poder especial de
representación, exigencia que la vigente Ley Procesal del Trabajo establece y que
limita el cumplimiento de la función de representación y defensa de sus miembros
en las controversias o reclamaciones de carácter individual, que la Ley de
Relaciones Colectivas de Trabajo atribuye a las organizaciones sindicales”.
115
Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 92. En el mismo sentido, vide Priori Posada et ál.: 93.
116
Espinoza Escobar 2010: 200. Y Puntriano Rosas, César (2010). «La representación sindical en la nueva ley procesal del
trabajo». En Retos del derecho del trabajo peruano: nuevo proceso laboral, regímenes especiales y Seguridad y salud en
el trabajo. Lima: SPDTSS, p. 309.
60
es esta última quien prevé la posibilidad de que el trabajador accione directamente
en forma voluntaria, y en ese mismo sentido la NLPT utiliza el verbo “puede” y no
“debe” para describir la intervención del ente sindical. Nosotros consideramos que
se trata de un supuesto de representación legal en tanto el Sindicato interviene en
nombre del trabajador y asume su defensa en juicio por determinación legal, al
presumirse su designación por la sola afiliación al ente colectivo. Esta naturaleza
puede variar al existir la posibilidad de que el trabajador sea quien acuda a juicio
directamente; en tal caso será necesario acudir a las reglas del Código Procesal
Civil.
Antes de desarrollar cada uno de ellos, conviene anotar que, en virtud de esta
legitimidad “extraordinaria” (o “especial”117 como ha preferido denominarla la
NLPT), si bien se permite la intervención de un sujeto que no es el titular de los
derechos en conflicto; sin embargo, ello no impide que el interesado titular se
apersone al proceso y asuma la defensa de sus derechos, apelando a la
legitimidad para obrar ordinaria que posee.
117
Giovanni Priori es de la opinión de que la denominación de legitimidad «especial» no resulta acertada, en tanto en
nuestro ordenamiento nacional existen dos tipos de legitimidad: ordinaria y extraordinaria (Priori Posada et ál. 2011:
94).
61
Artículo.- Legitimación especial
9.1 Las pretensiones derivadas de la afectación al derecho a la no
discriminación en el acceso al empleo o del quebrantamiento de las
prohibiciones de trabajo forzoso e infantil pueden ser formuladas por los
afectados directos, una organización sindical, una asociación o institución
sin fines de lucro dedicada a la protección de derechos fundamentales con
solvencia para afrontar la defensa a criterio del juez, la Defensoría del
Pueblo o el Ministerio Público.
Uno de los requisitos impuestos por la NLPT es que estas instituciones, a criterio
del juez, cuenten con solvencia para afrontar el proceso. Entendemos, se está
refiriendo, no solo a la capacidad económica para solventarlo (por ejemplo, la
contratación de un abogado que asuma su representación en la elaboración de
escritos y participación de audiencias), sino que también —se infiere— este
organismo debe contar con solvencia moral-ética para participar en un proceso en
el que se discuta la existencia de hechos lesivos a derechos fundamentales.
- Trabajo forzoso
En su primer convenio relativo a este tema, Convenio 29 sobre el trabajo forzoso
del año 1930, la OIT define el trabajo forzoso como “todo trabajo o servicio exigido
a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho
individuo no se ofrece voluntariamente” (artículo 2 inciso 1). El otro instrumento
fundamental de la OIT, el Convenio 105 sobre la abolición del trabajo forzoso del
118
Organización Internacional del Trabajo. Informe del director general. La hora de la igualdad en el trabajo. Informe
global con arreglo al seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el
a
trabajo. Conferencia Internacional del Trabajo. 91. Reunión, 2003. Oficina Internacional del Trabajo.
119
OIT: Igualdad en el empleo y en la ocupación, Estudio general de los Informes sobre el Convenio relativo a la
discriminación (empleo y ocupación), 1958 (núm. 111), y la Recomendación sobre discriminación, empleo y ocupación),
1958 (núm. 111), CIT, 75.a Reunión, 1988, Informe III (parte 4B), párrafos 22-29.
63
año 1957, especifica que no se puede recurrir nunca al trabajo forzoso con fines
de fomento económico, como medio de educación política o como medida de
discriminación, de disciplina en el trabajo o de castigo por haber participado en
huelgas (artículo 1). En este Convenio se enuncian explícitamente algunos fines
para los que nunca se puede recurrir al trabajo forzoso, pero no se altera la
definición básica del concepto según el derecho internacional. Asimismo, el
primero de los Convenios mencionados establece ciertas excepciones al trabajo
forzoso, inclusive el servicio militar obligatorio, obligaciones cívicas, el trabajo
necesario para enfrentar una situación de emergencia y el trabajo en las cárceles
bajo ciertas condiciones. El segundo añade una obligación específica para los
Estados que prohíbe la imposición de trabajo forzoso u obligatorio como un medio
de coerción o de educación política, como castigo por expresar determinadas
opiniones políticas o por participar en huelgas, la movilización de la mano de obra
con fines de desarrollo económico, como medida de disciplina en el trabajo o
discriminación racial, social, nacional o religiosa.
Esta realidad, según cifras proporcionadas por la propia OIT en su página web
institucional120, cerca de 20,9 millones de personas son víctimas de trabajo
forzoso; ello quiere decir, que tres de cada 1,000 personas de la población
mundial actual, trabajan en estas condiciones. De estos, un 90 por ciento son
explotados por individuos o empresas privadas, mientras que 10 por ciento son
forzados a trabajar por el Estado, por grupos militares o en las cárceles bajo
condiciones que violan las normas fundamentales de la OIT. La explotación sexual
forzada afecta al 22 por ciento de todas las víctimas, mientras que la explotación
laboral forzada constituye el 68 por ciento del total.
120
OIT, Estimación mundial sobre el trabajo forzoso: Resumen ejecutivo. En
<http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---declaration/documents/publication/wcms_182010.pdf>.
64
- Trabajo infantil
La expresión trabajo infantil suele definirse como todo trabajo que priva a los niños
de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo
físico y psicológico. Así pues, se alude al trabajo que es peligroso y prejudicial
para el bienestar físico, mental o moral del niño; e interfiere con su escolarización
puesto que les priva de la posibilidad de asistir a clases; les obliga a abandonar la
escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo
pesado y que insume mucho tiempo.
Según la definición del Artículo 3 del Convenio 182 de la OIT, la expresión "las
peores formas de trabajo infantil" abarca:
121
Ratificado por el Perú el 13 de noviembre de 2002 y en virtud del cual se determinó la edad mínima para laborar en
14 años.
122
Ratificado por el Perú el 10 de enero de 2002.
65
A nivel nacional, la prohibición de trabajo infantil (entendido este en sus peores
formas), se desprende de lo regulado en los artículos 1, 2 inciso a) y 23 de la
Constitución Política del Perú; en estos se establece, además de la cultura por el
respeto de la dignidad humana, a su vida, identidad, a su integridad moral,
psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar; se establece que en el campo
del trabajo, el Estado protege especialmente a la madre, al menor de edad y al
impedido que trabajan.
Son objetivos del Comité Directivo Nacional, coordinar, evaluar y dar seguimiento
a los esfuerzos a favor de la prevención y erradicación progresiva del trabajo
infantil en el Perú; así como proponer políticas en el tema de trabajo infantil.
66
6.4. Derechos de libertad sindical, negociación colectiva, huelga, a la
seguridad y salud en el trabajo y, en general, cuando se afecte un
derecho que corresponda a un grupo o categoría de prestadores de
servicios
Es oportuno señalar que en el caso de la libertad sindical, este derecho posee dos
aspectos diferenciados; uno individual, que refiere a los derechos que
corresponden a cada trabajador en singular y otro colectivo, que da cuenta de
aquellos derechos que corresponden a la organización sindical 123. En el primero
de los casos la intervención del sindicato se da sobre la base de la legitimidad
para obrar extraordinaria que comentáramos precedentemente, mientras que en el
segundo supuesto su intervención es en ejercicio de la legitimidad para obrar
ordinaria, y se entiende al sindicato como sujeto centro de imputaciones jurídico-
procesales.
123
Palomeque López 1994: 110.
67
En el caso del derecho a la negociación colectiva, es el conjunto de relaciones y
procesos de acercamiento y diálogo en cuyo seno la autonomía colectiva de los
grupos antagonistas sociales (organizaciones de trabajadores y empresarios)
produce el convenio colectivo124. Sin duda alguna, el derecho a la negociación
colectiva forma parte del contenido esencial de la libertad sindical, en cuanto da
cuenta del derecho colectivo de los sindicatos al libre ejercicio de su actividad en
la defensa e los intereses de sus agremiados y los que le son propios.
Por su parte, el ejercicio del derecho a la huelga es concebida como una medida
de conflicto colectivo utilizada como medio de presión unilateral a fin de propiciar
una solución favorable a los intereses económicos o sociales del ente colectivo;
esta acción origina una perturbación en el proceso productivo, es decir, la
cesación en la prestación del trabajo; siendo la más frecuente, aquella que se
produce con abandono del centro de trabajo 125.
En todos los supuestos antes indicados, que refieren casos en donde se discuten
derechos colectivos, pueden ser demandantes el sindicato, los representantes de
los trabajadores, o cualquier trabajador o prestador de servicios del ámbito. Como
se aprecia, lo novedoso de esta disposición es la posibilidad de la participación en
un proceso judicial de “cualquier trabajador” o “prestador de servicios” se
encuentran legitimados para formular pretensiones en defensa de estos derechos
colectivos.
124
Ibídem: 279.
125
Ibídem: 219.
68
intereses supraindividuales (difusos y colectivos) en que aquellos son auténticos
derechos individuales, privativos e indisponibles por terceros, pero que pueden
existir en número plural y tener un origen fáctico común y un contenido sustantivo
homogéneo126». Añade, además, lo siguiente: “La tutela colectiva de los derechos
esencialmente individuales descansa en dos notas básicas: a) su homogeneidad
al tener origen común, es decir, al producirse de una misma fuente o causa; y b)
su divisibilidad, al representar en realidad derechos personales que pueden
ejercerse de manera individual, pero existe la posibilidad y conveniencia de la
acción colectiva, teniendo resultados desiguales para cada participante”127.
En efecto, a partir de esta disposición es que la NLPT en su artículo 18 permite
que este grupo o categoría de prestadores de servicios afectados inicien sobre la
base de una sentencia con calidad de cosa juzgada (emitida por el Tribunal
Constitucional o la Corte Suprema), procesos individuales de liquidación del
derecho reconocido, no siendo posible negar el hecho declarado lesivo, pudiendo
únicamente el demandado demostrar que el demandante no se encuentra en el
ámbito fáctico recogido en la sentencia.
126
Citando a Ferrer Mac-Gregor, en el expediente 04878-2008-AA/TC, fundamento jurídico 32.
127
Ibídem.
69
respecto del empleador. Disposición que además encuentra concordancia en el
artículo 14 de la norma en comento, además de lo dispuesto en el artículo 23 de la
Constitución Política, que señala que «el trabajo, en sus diversas modalidades, es
objeto de atención prioritaria del Estado, el cual protege especialmente a la madre,
al menor de edad y al impedido que trabajan».
7. Litigación Oral
70
c) medios probatorios pertinentes
8.1. Oportunidad
128
Opinión emitida en la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional recaída en el expediente 010-2002-AI/TC.
129
Picó i Junoy, Joan (1996). El derecho a la prueba en el proceso civil. Barcelona: J. M. Bosch, p. 32-33.
130
En el mismo sentido se pronuncia el Tribunal Constitucional en el expediente 06712-2005-HC/TC, fundamento
jurídico 15.
131
Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional recaída en el expediente 4831-2005-PHC/TC, fundamento jurídico 6.
71
Artículo 21.- Oportunidad
Los medios probatorios deben ser ofrecidos por las partes únicamente en
la demanda y en la contestación. Extraordinariamente, pueden ser
ofrecidos hasta el momento previo a la actuación probatoria, siempre y
cuando estén referidos a hechos nuevos o hubiesen sido conocidos u
obtenidos con posterioridad.
Las partes concurren a la audiencia en la que se actúan las pruebas con
todos sus testigos, peritos y documentos que, en dicho momento,
corresponda ofrecer, exhibir o se pretenda hacer valer con relación a las
cuestiones probatorias. Esta actividad de las partes se desarrolla bajo su
responsabilidad y costo, sin necesidad de citación del juzgado y sin
perjuicio de que el juez los admita o rechace en el momento. La
inasistencia de los testigos o peritos, así como la falta de presentación de
documentos, no impide al juez pronunciar sentencia si, sobre la base de
la prueba actuada, los hechos necesitados de prueba quedan
acreditados.
En ningún caso, fuera de las oportunidades señaladas, la presentación
extemporánea de medios probatorios acarrea la nulidad de la sentencia
apelada. Estos medios probatorios no pueden servir de fundamento de la
sentencia.
La NLPT establece como obligación de las partes el de ofrecer todos los medios
de prueba que sustenten sus afirmaciones, con la presentación de sus escritos
postulatorios (demanda y contestación). Ello en concordancia con el principio de
eventualidad, según el cual las partes deben presentar todas las armas
probatorias con las que cuentan en la oportunidad legalmente concedida para ello,
con el propósito de generar un debate probatorio equilibrado y en igualdad de
posibilidades defensivas.
Entre los distintos medios de prueba que pueden presentarse al proceso; resulta
ilustrativa —y por demás interesante— la clasificación que hace Guasp. Así,
identifica a la prueba personal (confesión judicial o interrogatorio de las partes,
testimonio o testifical y pericia); prueba real (documentos, reconocimiento judicial o
inspección ocular); y, prueba actual (presunciones e indicios).
132
«En un sentido amplio, documento es toda representación material destinada e idónea a reproducir una determinada
manifestación de pensamiento; como una voz fijada duramente: vox mortua. Por eso le corresponde la mayor
importancia como medio de prueba; importancia variable por lo demás, según que a) la manifestación de pensamiento
reproducida esté más o menos relacionada con los hechos de la causa, parezca más o menos seria y sincera; b) la
reproducción sea más o menos fiel y atendible» (Chiovenda, Giuseppe (1954). Instituciones de derecho procesal civil.
Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, p. 265).
72
ser ofrecidos los medios probatorios referidos a hechos nuevos y a los
mencionados por la otra parte al contestar la demanda o reconvenir. De
presentarse documentos, el juez concederá traslado a la otra parte para que
dentro de cinco días reconozca o niegue la autenticidad de los documentos que se
le atribuyen”; la NLPT recoge similar disposición, al prever la posibilidad de
presentar medios probatorios, hasta antes de la actuación probatoria, siempre que
estén referidos a “hechos nuevos” o “conocidos u obtenidos con posterioridad”;
ello en función a que en el proceso laboral se busca la verdad real por sobre la
formal.
73
El antecedente directo de esta disposición la encontramos en la regulación
contenida en el artículo 194 del Código Procesal Civil, que a su vez, sirvió de
antecedente para lo dispuesto en el artículo 28 de la antigua Ley Procesal del
Trabajo, Ley 26636.
De otro lado, uno de los presupuestos para su procedencia es que las partes
habiendo aportado pruebas sobre sus afirmaciones, estas resulten insuficientes.
De ahí que se afirme que la facultad de ordenar pruebas de oficio no sustituye la
carencia probatoria de una de las partes de presentar pruebas. En este supuesto,
haciendo uso de esta facultad excepcional, el juez de trabajo dispone de la
realización de pruebas “adicionales”, suspendiendo la audiencia por un lapso no
mayor de 30 días hábiles.
La NLPT dispone como límites para ejercer esta facultad, básicamente, dos: i) la
exigencia de motivación en la resolución que ordena la actuación de pruebas de
oficio; y, ii) la restricción del uso de esta facultad únicamente a las instancias de
mérito.
133
Ariano Deho, citado por Herrera Gonzales-Pratto, Isabel y Elmer Huamán Estrada (2010). Elmer. «La prueba de oficio
en la nueva Ley Procesal del Trabajo». En Ávalos Jara, Oxal y Edwin López Trigoso (coordinadores). Comentarios al
régimen especial de contratación administrativa de servicios. Lima: Jurista Editores, p. 434.
134
Vide Ariano Deho, citado por Herrera Gonzales-Pratto y Huamán Estrada 2010: 436.
74
del recurso, cuya excepcional, impide que se reexaminen los hechos y como
consecuencia de ello, se revaloren los medios probatorios aportados por las
partes.
Quizá una de las más novedosas, y utilizamos este término no para indicar que el
ordenamiento jurídico procesal nacional haya creado esta disposición, sino más
bien adjudicamos este adjetivo por el hecho de su innovación a comparación de
las reglas generales sobre la prueba existentes a nivel civil, tributario o
administrativo; lo constituye el de la “presunción de laboralidad”.
Esta disposición reconoce, nuevamente una regla general del derecho procesal
que atribuye la carga de la prueba a aquella persona que alega la existencia de un
hecho —presupuesto fáctico— fundamento de su pedido y sustento de su
pretensión o petitium.
135
Paredes Palacios 1997: 185.
136
Ibídem.
75
La NLPT indica que corresponde a la parte que afirma un hecho (base de su
pretensión) acreditarlo, mientras que corresponde a la contraparte que contradice
estos hechos, alegando hechos nuevos, también acreditarlos. Hasta aquí no hay
mayor novedad.
137
Loc. cit. Puntriano Rosas, César (2011). «La presunción de laboralidad en la nueva Ley Procesal del Trabajo». En
Doctrina y análisis sobre la nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima: AMAG/ SPDTSS, p. 171.
76
Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por
Decreto Supremo 003-97-TR.
Anótese además que, esta presunción de laboralidad opera en dos ámbitos del
derecho laboral; el primero, como es notorio, en el campo procesal al brindar los
elementos de convicción al juez de trabajo para declarar la existencia de una
relación laboral a tiempo indeterminado; y, a nivel sustantivo, como base para el
reconocimiento de derechos laborales de carácter irrenunciable.
A. Del trabajador
77
primero de estos motivos conviene hacer precisiones138: i) la inexistencia de
restricción respecto a que la “nulidad” esté referida únicamente a los casos de
despido (como se preveía en la Ley 26636); ii) ante esta apertura de redacción
normativa de que el trabajador pueda acreditar la nulidad, por ejemplo, de otras
instituciones jurídicas: convenio colectivo, contrato de trabajo, disposiciones del
reglamento interno de trabajo, de disposiciones de cambio en las condiciones de
trabajo, etcétera, y, iii) una excepción a esta regla la encontramos en lo dispuesto
en el inciso e) del artículo 29 del Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad
y Competitividad Laboral, aprobado por Decreto Supremo 003-97-TR, en tanto
conocido el embarazo por el empleador, si este despide a la trabajadora gestantes
en cualquiera de los meses del periodo de gestación o 90 días posteriores, se
presume la existencia de despido nulo, salvo que se acredite causa justa de
despido.
En tercer término, es nueva la disposición que regula como carga probatoria del
trabajador, la acreditación del “daño alegado”. Sin embargo, encontramos ciertas
imprecisiones en esta regulación. Principalmente porque restringe la carga
probatoria de la eventual existencia de “daño” en el marco de la relación laboral,
únicamente al trabajador, desconociendo así la posibilidad de que —
eventualmente— el empleador también pueda sufrir daños causados por el actuar
de su trabajador; ello además, conforme a la competencia asignada a los juzgados
especializados de trabajo dispuesta en el literal b) del inciso 1 del artículo 2 de la
NLPT, que prevé su competencia para conocer de “la responsabilidad por daño
patrimonial o extrapatrimonial, incurrida por cualquiera de las partes involucradas
en la prestación personal de servicios, o terceros en cuyo favor se presta o se
prestó el servicio”. Creemos, no obstante ello, que esta omisión o yerro queda
salvado —en cuanto al empleador— con la regla general de probanza ya anotada
en el artículo 23.1 de la NLPT.
138
Véase Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 133-134.
78
En este mismo horizonte apunta la conclusión c) y d) del Tema 03 sobre
“Indemnización por daños y perjuicios derivados de enfermedades profesionales”,
abordado en el Primer Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral, realizado
con fecha 4 y 14 de mayo de 2012.
B. Del empleador
Sobre el literal b), la NLPT introduce con mayor detalle y explicitud, la obligación
del empleador de acreditar, en contraposición con lo alegado por el trabajador, la
existencia de un motivo distinto (y razonable) del hecho lesivo causante de
despido nulo o actos calificados como hostiles. En efecto, la norma procesal
anterior no traía disposición en este sentido, empero, en la práctica ante la
invocación de hechos lesivos a los derechos fundamentales del trabajador, ya las
empresas y personas naturales (empleadores), invocaban —y en ese sentido iba
la prueba aportada— de la existencia de hechos distintos como justificación de la
decisión del despido o del cambio en las condiciones de trabajo.
8.3.4. Indicios
79
Artículo 23.- Carga de la prueba
(...)
23.5 En aquellos casos en que de la demanda y de la prueba actuada
aparezcan indicios que permitan presumir la existencia del hecho lesivo
alegado, el juez debe darlo por cierto, salvo que el demandado haya
aportado elementos suficientes para demostrar que existe justificación
objetiva y razonable de las medidas adoptadas y de su proporcionalidad.
Los indicios pueden ser, entre otros, las circunstancias en las que
sucedieron los hechos materia de la controversia y los antecedentes de la
conducta de ambas partes.
Los indicios son aquellos hechos que basados en las reglas de la experiencia,
permiten inferir-presumir la existencia un hecho desconocido. Para la NLPT los
indicios están constituidos, entre otros, por las circunstancias en las que
sucedieron los hechos materia de la controversia así como de los antecedentes en
las conductas de las partes. Y, es qué duda cabe, la conducta de las partes a lo
largo del proceso uno de los elementos importantes que conducen al resultado o
fracaso del proceso.
8.4. Interrogatorios
80
Artículo 24.- Forma de los interrogatorios
El interrogatorio a las partes, testigos, peritos y otros es realizado por el
juez de manera libre, concreta y clara, sin seguir ningún ritualismo o
fórmula preconstituida. Para su actuación no se requiere de la
presentación de pliegos de preguntas. No se permite leer las respuestas,
pero sí consultar documentos de apoyo. Los abogados de las partes
también pueden preguntar o solicitar aclaraciones, bajo las mismas reglas
de apertura y libertad. El juez guía la actuación probatoria con vista a los
principios de oralidad, inmediación, concentración, celeridad y economía
procesal. Impide que esta se desnaturalice sancionando las conductas
temerarias, dilatorias, obstructivas o contrarias al deber de veracidad.
Esta es quizá una de las innovaciones que aleja a la NLPT del modelo procesal
instaurado por el Código Procesal Civil. En este se utilizan fórmulas
preconstituidas para formular las preguntas, como la clásica: ¿Dígase usted si es
verdad que...?, conforme a la exigencia dispuesta por el artículo 213 del cuerpo
adjetivo y que en modo supletorio era aplicado por la Ley 26636. Sin embargo, a
diferencia de aquel, la NLPT permite la informalidad en la actuación de los
interrogatorios a las partes, testigos y peritos; incidiendo en que este se realiza sin
ningún ritualismo y de manera libre, concreta y clara.
La NLPT a fin de garantizan la simplicidad y sencillez con que deben ser llevados
los interrogatorios, y sobre todo veracidad de la información declarada, no permite
que las partes lean las respuestas, pero sí permite que estas consulten
documentos de apoyo. De otro lado, a fin de otorgar la facilitar la participación de
todos los involucrados, admite que los abogados de las partes también pueden
preguntar o solicitar aclaraciones, bajo las mismas reglas de apertura y libertad,
139
Cappelletti, citado por Huerta Rodríguez, Hugo (2010). «La declaración de parte en el nuevo modelo procesal
laboral». En Ávalos Jara, Oxal Víctor (director). Estudios sobre la nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima; Jurista Editores, p.
434.
81
que se le otorga al juez; sin embargo, creemos que siempre respetando dos
límites: el primero, que exige que las preguntas siempre estén relacionadas con
los hechos controvertidos; y, el segundo, que se guarden los límites que el respeto
mutuo exige.
140
Vide Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 137.
141
Elías Mantero, Fernando (2005). “Aportes para la reforma del proceso laboral peruano. Algunas consideraciones
sobre la prueba y la actividad probatoria en el proceso laboral. Lima: Editorial Ali Arte Gráfico Publicaciones, p. 113.
82
La exigencia de concurrir personalmente a declarar, en el caso de las personas
naturales, es un elemento procesal que la diferencia notoriamente de lo previsto
en el proceso civil, que en el artículo 214 del Código Procesal Civil permitía que
las personas naturales puedan declarar a través de representante legal. Esta
disposición se justifica en la búsqueda de la verdad como uno de los fines
principales del proceso laboral; y personifica a la figura del juez laboral como el
encargado de dirigir el proceso y obtener del testimonio directo de los sujetos
involucrados —sin intermediarios—, sobre los hechos ocurridos materia de litis, a
fin de dictar un fallo aproximado que cristalice el valor de justicia.
Anótese además que, para el caso de las personas jurídicas que prestan su
declaración a través de sus representantes legales, la exigencia de concurrir a la
audiencia respectiva con el debido conocimiento de los hechos discutidos en el
proceso resulta no solo un deber primordial como defensores de su empleador,
sino que también constituye una carga procesal que, de no ser cumplida, acarrea
consecuencias jurídicas como el de tener por ciertos los hechos expuestos; por tal
motivo, se hace necesario que dichos representantes conozcan de los hechos
que, por su posición en el interior de la empresa, les sean imputables de
conocimiento.
La declaración de testigos es aquella que “ante el juez efectúa una persona que
no es parte en un proceso sobre hechos que ha presenciado o tiene conocimiento,
83
los cuales resultan de interés para el esclarecimiento de la litis. La declaración del
testigo se limita a hechos y no a conceptos u opiniones”142.
142
Arévalo Vela, Juan (2007). Derecho procesal del trabajo. Comentarios a la Ley Procesal del Trabajo. Lima: Editora
Jurídica Grijley, p. 125.
143
Recordemos que en las etapas de la audiencia de juzgamiento (o audiencia única, según se trate de un proceso
abreviado laboral), esta se inicia con los alegatos de apertura, en donde cada una de las partes expone sucintamente los
hechos materia de litis.
144
Bentham, Jeremías (1971). Tratado de las pruebas judiciales. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, p. 32.
145
Ibídem.
84
actuales de la mentalidad del testigo, sea por un deliberado propósito de
mentir.146.
En tal sentido, atendiendo a que el proceso laboral regulado por la Ley 29497
tiene como eje principal la oralidad, centrando el debate de posiciones en la
audiencia de juzgamiento, ambos aspectos de las declaraciones testimoniales (el
objetivo y la credibilidad), serán determinantes al momento de la actuación de la
prueba misma, debido a que serán quienes produzcan convicción en el juzgador
respecto a la veracidad de la información emitida sobre los hechos.
146
Chiovenda 1954: 244.
85
presentación de copias legalizadas, únicamente —y he aquí la precisión—
respecto de los periodos necesitados de prueba. Asimismo, considerando la
posibilidad de existencia de las planillas electrónicas, será el Ministerio de Trabajo
y Promoción del Empleo quien se encargue de proporcionarle al juez dicha
información. En relación con dichas planillas no existe posibilidad alguna, en el
proceso judicial laboral mismo, de cuestionarlas (u observarlas, como sucedía con
la información recabada por los peritos judiciales), por cuanto existe una
presunción sobre la veracidad de esta al ser emitida por funcionario facultado para
ello. Queda a salvo el derecho de cuestionarlas en la vía correspondiente, y se
establece responsabilidad penal o funcional.
Finalmente, para agilizar aún más este medio de prueba, las partes pueden
presentar copias certificadas expedidas por el Ministerio de Trabajo y Promoción
del Empleo de la información contenida en las planillas electrónicas, en lugar de la
exhibición electrónica.
8.8. Pericia
Artículo 28.- Pericia
Los peritos no presencian el desarrollo de la audiencia y solo ingresan a
ella en el momento que corresponda efectuar su exposición.
Los informes contables practicados por los peritos adscritos a los
juzgados de trabajo y juzgados de paz letrados tienen la finalidad de
facilitar al órgano jurisdiccional la información necesaria para calcular, en
la sentencia, los montos de los derechos que ampara, por lo que esta
pericia no se ofrece ni se actúa como medio probatorio.
Los peritos son personas llamadas a exponer al juez no solo las observaciones de
sus sentidos y sus impresiones personales sobre los hechos observados, sino
también las inducciones que deban sacarse objetivamente de los hechos
observados y de aquellos que se les den por existentes. Esto exige que los peritos
posean determinados conocimientos, teóricos o prácticos, o aptitudes en ramas
especiales, pues cuanta más técnica sea la cuestión de hecho sometida al juez,
tanto mayor será la utilidad de la prueba pericial147.
La NLPT dispone la participación de estos peritos ofrecidos por las partes, quienes
intervendrán en la audiencia al momento de exponer su conocimiento sobre
determinada área científica, tecnológica o profesional. Y, al igual que lo que
sucede con las partes y testigos, el juez del proceso en su calidad de director,
podrá interrogarlos a fin de obtener mayor amplitud de lo informado, siempre con
la fórmula libre de preguntas.
147
Chiovenda 1954: 258.
86
Ahora bien, hay que establecer la diferencia existente entre los peritos antes
anotados (que son aquellos ofrecidos por las partes y que conocen con suficiencia
determinada área) con aquellos peritos adscritos al juzgado de trabajo y juzgados
de paz letrado. En efecto, estos últimos en su calidad de servidores judiciales
únicamente prestan auxilio a los jueces laborales con la información remunerativa
de los trabajadores demandantes, así como de los montos de los derechos
amparados; razón por la que, como es obvio, estos no constituyen medios de
prueba y como tal, contra ellos no procede cuestión probatoria alguna.
Anótese que “el juez para hallar el conocimiento de la verdad en un caso, debe
valerse de cualquier medio que esté a su alcance, por lo que obviamente la
conducta procesal de las partes independientemente de las pruebas ofrecidas
puede y debe servirle para intuir quién está utilizando indebidamente el proceso y
por lo tanto quien tiene no tiene la razón”148; véase pues, que la aludida
presunción judicial opera como una herramienta probatoria de gran trascendencia
en nuestro ordenamiento, en tanto permite al juez (léase órgano jurisdiccional)
alcanzar la finalidad de la prueba cual es el asegurar certeza en la convicción
judicial, de cara a hacer tangibles los derechos sustanciales de los justiciables;
considerando la conducta obstructiva de las partes con relación a su disponibilidad
para la actuación probatoria.
148
Molina Gonzales citado por Hinostroza Mínguez 2007: 528-529.
149
De Buen Lozano 1988: 482.
87
posea, se impida el acceso al juez, peritos o comisionados al material probatorio o
los lugares donde se encuentra, de niegue a declarar o se responda
evasivamente.
88
c) debe haber participado el abogado del prestador de servicios
demandante.
Los acuerdos conciliatorios y transaccionales también pueden darse
independientemente de que exista un proceso en trámite, en cuyo caso
no requieren ser homologados para su cumplimiento o ejecución. La
demanda de nulidad del acuerdo es improcedente si el demandante lo
ejecutó en la vía del proceso ejecutivo habiendo adquirido, de ese modo,
la calidad de cosa juzgada.
El abandono del proceso se produce transcurridos cuatro (4) meses sin
que se realice acto que lo impulse. El juez declara el abandono a pedido
de parte o de tercero legitimado, en la segunda oportunidad que se
solicite, salvo que en la primera vez el demandante no se haya opuesto al
abandono o no haya absuelto el traslado conferido.
9.1. Conciliación
La conciliaciones aquella forma heterocompositiva de solución de conflictos que
“consiste en utilizar los servicios de una tercera parte neutral para que ayude a las
partes en un conflicto a allanar sus diferencias y llegar a una transacción amistosa,
o a una solución adoptada de común acuerdo” 150
150
Organización Internacional de Trabajo (1974). La conciliación en los conflictos de trabajo. Ginebra: OIT, p. 4.
89
fecha del despido), y todos aquellos derechos que provienen de fuente
renunciable” 151
A. Conciliación extrajudicial
151
Toyama Miyagusuku, Jorge (2007). «Los medios extrajudiciales de solución de conflictos». Actualidad Jurídica.
Número 160, Lima, p. 210.
90
Sin embargo, en la práctica ya con la Ley Procesal del Trabajo 26636, esta
exigencia de presentación del acta conciliatoria no era cumplida —menos
exigida— en los procesos laborales; y siguiendo esta práctica, con la
promulgación de la NLPT no exige conciliación previa.
Otro dato importante que aporta la Ley de Conciliación está relacionado con los
requisitos que se imponen para la validez del acuerdo conciliatorio. Así, en su
artículo 7 establece como requisitos:
B. Conciliación judicial
Es aquel acuerdo que se realiza al interior de un proceso judicial, y está dirigido
por el juez del proceso, quien asume un rol activo en el acercamiento de las
partes, propone a estas fórmulas conciliatorias a fin de que se solucione el
conflicto.
9.2. Transacción
El artículo 1302 del Código Civil define a la transacción así:
152
En el punto 2 de la parte resolutivo, se indicó: «Si el demandado opone la transacción extrajudicial, debe hacerlo en
el escrito de contestación de la demanda y en calidad de defensa de fondo, alegando la extinción de la obligación
demandada por efecto de aquella, para que el juez se pronuncie sobre esta defensa material en la sentencia».
92
probarlas; ii) La indemnización por despido arbitrario, cuando la empresa sostiene
que el trabajador no tiene derecho a ella por haberse configurado la notoria mala
conducta; solo por citar algunas.
9.4. El desistimiento
En la antigua Ley Procesal del Trabajo no señalaba al desistimiento como una
forma de extinción del proceso. Ahora, la NLPT sí recoge a esta figura como una
forma especial de conclusión del proceso. Sin embargo, no existe disposición
expresa que regule el trámite del desistimiento, por lo que será de aplicación
supletoria lo dispuesto en los artículos 340 y siguientes del CPC.
93
Ocurre cuando el demandante manifiesta su voluntad de dar por concluido el
proceso iniciado en contra del empleador, en el caso del proceso laboral, dando
así dando por concluido la relación jurídico procesal.
Esta clase de desistimiento puede ser ejercitado tanto por el demandante como
por el emplazado o un tercero legitimado, y en rigor, no constituye una forma de
extinción del proceso. La oportunidad para su formulación es, sin duda alguna,
antes de que la situación procesal a la que se renuncia haya surtido efecto.
c) Desistimiento de la pretensión
En este supuesto, el demandante renuncia al derecho material cuya titularidad se
invoca. Ello implica que, en el futuro, este no podrá volver a demandar la misma
pretensión en otro proceso. De ahí que se afirma que, en el proceso laboral, la
aprobación del desistimiento de la pretensión es aún más delicada en tanto se
discuten derechos de carácter irrenunciable y de naturaleza alimentaria.
94
Si el desistimiento no se refiere a todas las pretensiones o si solo es deducido por
uno de los demandantes, el proceso continuará respecto de las pretensiones y
personas no comprendidas en él. En este último caso, debe tenerse presente lo
dispuesto sobre litisconsorcio necesario.
9.5. El abandono
El abandono es una institución que se desprende del principio de perención o
caducidad de la instancia, a través del cual se decreta la muerte del proceso, o de
un determinado recurso, según sea el caso, ante la inactividad procesal de las
partes durante un plazo determinado153.
El abandono se produce transcurridos cuatro meses sin que se realice acto que lo
impulse. Así, el juez lo declara a petición de parte o de tercero legitimado, en la
segunda oportunidad que se solicite, salvo que en la primera vez el demandante
no se haya opuesto al abandono o no haya absuelto el traslado conferido. Anótese
que, a efectos de interrumpir el plazo previsto para la declaratoria del abandono,
deben realizarse actos de impulso procesal, los que se entienden como aquellos
actos realizados por las partes que originan la prosecución de las etapas
procesales. En tal sentido, no se consideran como tal a los pedidos de copias, la
designación de nuevo abogado, los escritos de variación de domicilio procesal,
etcétera.
153
Morales Godo, citado por Toyama Miyagusuku y Vinatea Recoba 2010: 166.
95
3. En los procesos en [los] que se contiendan pretensiones
imprescriptibles;
4. En los procesos que se encuentran para sentencia, salvo que
estuviera pendiente actuación cuya realización dependiera de una
parte. En este caso, el plazo se cuenta desde notificada la resolución
que la dispuso;
5. En los procesos que se encuentran pendientes de una resolución y
la demora en dictarla fuera imputable al juez, o la continuación del
trámite dependiera de una actividad que la ley le impone a los
Auxiliares jurisdiccionales o al Ministerio Público o a otra autoridad o
funcionario […] que deba cumplir un acto procesal requerido por el
juez; y,
6. En los procesos que la ley señale.
Asimismo, otro aspecto que conviene resaltar en esta figura procesal son los
efectos que ocasiona su declaratoria. Así, su declaración impide al demandante
iniciar otro proceso con la misma pretensión durante un año, contado a partir de la
notificación del auto que lo declare, así como restituye las cosas al estado que
tenían antes de la demanda. Adicionalmente, se prevé que si por segunda vez,
entre las mismas partes y en ejercicio de la misma pretensión, se declara el
abandono, se extingue el derecho pretendido y se ordena la cancelación de los
títulos del demandante, si a ello hubiera lugar (artículo 351). Sin embargo, nada
obsta para que las pruebas actuadas en un proceso extinguido por abandono sean
válidas y pueden ser ofrecidas en otro proceso (artículo 352).
11.1. Apelación
La apelación es aquel medio impugnatorio, por excelencia, que permite a las
partes luego de señalar los vicios procesales y/o errores sustantivos incurridos,
obtener del superior un nuevo pronunciamiento.
Para el caso del proceso ordinario laboral el recurso de apelación es resuelto por
la Sala Laboral; mientras que, en el proceso abreviado conocido por los juzgados
de paz letrado es competente para conocer del recurso de apelación, los juzgados
especializados de trabajo.
- Plazo
Artículo 32.- Apelación de la sentencia en los procesos ordinario,
abreviado y de impugnación de laudos arbitrales económicos
El plazo de apelación de la sentencia es de cinco (5) días hábiles y
empieza a correr desde el día hábil siguiente de la audiencia o de citadas
las partes para su notificación.
97
escrito impugnatorio el plazo de 5 días hábiles desde el día siguiente de la
audiencia o de citadas las partes para su notificación.
Sobre este último punto deben efectuarse ciertas precisiones. Primero, señálese
que con la nueva estructura procesal introducida en el marco legal de la Ley
29497, se verifica que no obstante preverse la posibilidad de notificación por
cédulas (artículo 13 parte in fine), lo cierto es que en el caso específico de las
notificaciones de sentencias, tanto en primera y segunda instancia, estas deben
observar el trámite previsto en el artículo 33 inciso c) que regula: “(...) c) Concluida
la exposición oral, dicta sentencia inmediatamente o luego de sesenta (60)
minutos, expresando el fallo y las razones que lo sustentan, de modo lacónico.
Excepcionalmente, puede diferir su sentencia dentro de los cinco (5) días hábiles
siguientes. En ambos casos, al finalizar la audiencia señala día y hora para que
las partes comparezcan ante el despacho para la notificación de la sentencia, bajo
responsabilidad. La citación debe realizarse dentro de los cinco (5) días hábiles
siguientes de celebrada la audiencia de vista. (...)”; en este sentido, el cómputo del
plazo para interponer recursos impugnatorios y casatorios empieza desde el día
siguiente a este quinto día posterior a la realización de la Audiencia respectiva
(Audiencia única en proceso abreviado laboral o Audiencia de juzgamiento en los
procesos ordinarios); y, segundo: con la asistencia o no a este acto de notificación,
cuyo plazo es perentorio, se tiene indefectiblemente —presunción válida— que las
partes tomaron conocimiento del contenido de la sentencia respectiva, y a partir de
allí plantear los recursos impugnatorios que la ley franquea.
- Trámite
Artículo 33.- Trámite en segunda instancia y audiencia de vista de la
causa en los procesos ordinario, abreviado y de impugnación de
laudos arbitrales económicos
Interpuesta la apelación, el juez remite el expediente a segunda instancia
dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.
El órgano jurisdiccional de segunda instancia realiza las siguientes
actividades:
a) Dentro de los cinco (5) días hábiles de recibido el expediente fija día y
hora para la celebración de la audiencia de vista de la causa. La
audiencia de vista de la causa debe fijarse entre los veinte (20) y treinta
(30) días hábiles siguientes de recibido el expediente.
b) El día de la audiencia de vista, concede el uso de la palabra al
abogado de la parte apelante a fin de que exponga sintéticamente los
extremos apelados y los fundamentos en que se sustentan; a
continuación, cede el uso de la palabra al abogado de la parte contraria.
Puede formular preguntas a las partes y sus abogados a lo largo de las
exposiciones orales.
c) Concluida la exposición oral, dicta sentencia inmediatamente o luego
de sesenta (60) minutos, expresando el fallo y las razones que lo
sustentan, de modo lacónico. Excepcionalmente, puede diferir su
sentencia dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes. En ambos
casos, al finalizar la audiencia señala día y hora para que las partes
comparezcan ante el despacho para la notificación de la sentencia, bajo
responsabilidad. La citación debe realizarse dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes de celebrada la audiencia de vista.
98
d) Si las partes no concurren a la audiencia de vista, la sala, sin
necesidad de citación, notifica la sentencia al quinto día hábil siguiente,
en su despacho.
99
11.2. Casación
El recurso de casación es aquel recurso extraordinario mediante el cual los
justiciables acuden al órgano jurisdiccional máximo (Corte Suprema), a fin de que
esta se pronuncie sobre la aplicación del derecho objetivo al caso en concreto, y
falle según corresponda, declarando la nulidad o revocatoria del sentido de la
sentencia objeto del recurso.
- Fines
Si bien es cierto la Nueva Ley Procesal de Trabajo, Ley 29497 no establece los
fines del recurso de casación como lo hizo la anterior Ley 26636, y como lo
efectúa el Código Procesal Civil, modificado por la Ley 29364, es aceptado a nivel
doctrinario y jurisprudencial que en materia casatoria, los fines clásicos de la
casación son la defensa del derecho objetivo, la unificación de la jurisprudencia
nacional por la Corte Suprema de la República, y la búsqueda de la justicia para el
caso en concreto.
- Causales
Artículo 34.- Causales del recurso de casación
El recurso de casación se sustenta en la infracción normativa que incida
directamente sobre la decisión contenida en la resolución impugnada o en
el apartamiento de los precedentes vinculantes dictados por el Tribunal
Constitucional o la Corte Suprema de Justicia de la República.
100
a. Infracción normativa:
Respecto a la causal de infracción normativa, esta suerte de ampliación en las
causales procedentes de invocación en el recurso de casación laboral, tiene como
antecedente directo la modificatoria que fuera introducida por Ley 29364, al
capítulo de Casación en el Código Procesal Civil; y que, al igual que esta, ahora
permite expresamente denunciar tanto vicios materiales como procesales.
En efecto, ahora con este nuevo modelo de la casación laboral, las partes
recurrentes pueden eventualmente —con la finalidad de dar mayor precisión al
recurso casatorio presentado— ajustar su denuncia a los supuestos que fueran
previstos con anterioridad en la Ley 26636, esto es: a) la aplicación indebida de la
norma, señalando el error incurrido por el juez, con precisión expresa de la norma
que se aplicó indebidamente, y de la que corresponde; b) La interpretación
errónea de la norma, desarrollando esta denuncia, con la precisión de la norma
interpretada erróneamente en sede de instancia, cual sería la correcta
interpretación, y como ello ha incidido en la decisión jurisdiccional cuestionada; c)
La inaplicación de la norma, argumentándose como la norma ha dejado de
aplicarse, asimismo las razones de la aplicación de dicha norma al caso en
concreto; ajustándose todas estas exigencias a la formalidad que destaca al
recurso casatorio, reiterado en la jurisprudencia de la Corte Suprema respecto a la
imposibilidad de reexaminar hechos o pruebas en sede casatoria.
154
Rivera Santiváñez, José Antonio (2007). «La jurisprudencia constitucional y su fuerza vinculante». En Carpio Marcos,
Édgar y Pedro Grández Castro (coordinadores). Estudios al precedente constitucional. Lima: Palestra, pp. 163-164.
101
vinculación obligatoria para los Magistrados del Poder Judicial, respecto de las
decisiones adoptadas por la Corte Suprema.
- Requisitos de admisibilidad
155
Sentencia del Tribunal Constitucional 3741-2004-AA, f. j. 43 (expedida el 14 de noviembre del 2005).
102
sala superior debe remitir el expediente a la Sala Suprema, sin más
trámite, dentro del plazo de tres (3) días hábiles.
3. Dentro del plazo de diez (10) días hábiles siguientes de notificada la
resolución que se impugna.
4. Adjuntando el recibo de la tasa respectiva. Si el recurso no cumple con
este requisito, la Sala Suprema concede al impugnante un plazo de tres
(3) días hábiles para subsanarlo. Vencido el plazo sin que se produzca la
subsanación, se rechaza el recurso.
Este cambio sustancial en las resoluciones objeto del recurso responde, sin duda
alguna, a la inclinación protectora del Derecho del Trabajo, el que actúa tanto en la
relación laboral como fuera de ella. Existiendo la posibilidad de que vulneración a
los derechos de los trabajadores no solo se de con la emisión de una sentencia,
sino que también con la de un auto que pone fin al proceso. Piénsese, por
ejemplo, en los autos que declaran la caducidad de un derecho computando en
días naturales, cuando es criterio a nivel jurisprudencial hacerlo en días hábiles.
b. Cuantía:
Debe tenerse en cuenta que es requisito de admisibilidad, el que la sentencia
reconozca pretensiones cuya cuantificación debe superar las cien Unidades de
Referencia Procesal (100 URP). De ello se desprende que cuando el empleador o
el demandante interponen recurso de casación necesariamente el monto fijado en
la sentencia de vista debe superar dichas cien Unidades de Referencia Procesal
(100 URP) para que el recurso sea admitido.
Precísese que la antigua Ley Procesal del Trabajo no contemplaba un plazo para
la remisión del expediente con el respectivo recurso casatorio (ya calificado); por
lo que consideramos loable el que la NLPT disponga plazos perentorios —se
entiende, bajo responsabilidad funcional y administrativa del responsable—, a
efectos de contribuir con la prosecución de un proceso célere.
d. Plazo
El recurso de casación se presenta dentro del plazo de diez (10) días hábiles
siguientes de notificada la resolución que se impugna.
El empleador debe pagar siempre la tasa judicial salvo que se trate del Estado, por
estar exonerado del pago de gastos judiciales, conforme a lo prescrito en el
artículo 47 de la Constitución; y en el caso de los demás empleadores, estos se
encuentran obligados a presentar en todos los casos la tasa judicial.
Asimismo, de conformidad con el artículo III del título preliminar de la NLPT, los
trabajadores solo pagan tasa judicial en aquellos procesos cuantificables en dinero
que superen las setenta unidades de referencia procesal, concordante con la
Undécima Disposición Complementaria de dicha Ley; y concordado con la
104
Resolución Administrativa 093-2010-CE-PJ, de fecha quince de marzo de dos mil
diez, cuando la pretensión supere las setenta unidades de referencia procesal, el
trabajador pagará el cincuenta por ciento de la tasa judicial correspondiente.
- Requisitos de procedencia
Sobre los requisitos de procedencia del recurso de casación, la NLPT efectúa una
diferenciación entre lo que antes se consideraba como requisitos de admisibilidad
(artículo 57 inciso e) de la Ley 26636), para ahora, encuadrarlo correctamente
como requisitos de admisibilidad. Entre estos tenemos:
- Trámite
Es en este último supuesto que, una vez declarada la procedencia del recurso de
casación, se procede a señalar día y hora para la audiencia de vista de la causa.
Precísese que, aunque la norma procesal no indique el plazo máximo para
efectuar esta diligencia, lo cierto es que atendiendo a los principios de celeridad y
economía procesal, el señalamiento de fecha de vista de causa en Sala Suprema
debe ser la más próxima al auto calificatorio con que se declaró procedente el
recurso de casación.
107
La norma también prevé que en el caso de que no se hubiese solicitado informe o,
aun se haya hecho, no se concurra a la vista de causa, la Sala Suprema sin
necesidad de citación, notifique al quinto día hábil siguiente la sentencia casatoria.
- Efectos
Otra innovación que aporta la NLPT es la posibilidad que posee el trabajador que
tiene trabada a su favor una medida cautelar para decidir, en caso la contraparte
(empleador) interponga recurso de casación, en continuar con conservar la
medida cautelar trabada o sustituirla por el depósito judicial o carta fianza
ofrecidos. Para ello se le otorga un plazo de 5 días hábiles —se entiende— se
presentado el escrito conteniendo el recurso casatorio.
Este plazo es perentorio. Esto es así porque en aras de agilizar la tramitación del
proceso laboral la NLPT ha dispuesto, conforme anotáramos al analizar el artículo
35 inciso 2, que la Sala Superior una vez presentado el recurso y sin más trámite
proceda a remitir el expediente a la Sala Suprema dentro del plazo de 3 días
hábiles.
109
- Consecuencias del recurso de casación declarado fundado
La NLPT recoge dos distintas orientaciones del fallo casatorio. El primero de ellos
conocido como iudicium rescissorium y, el otro como iudicium rescindens.
En el primer supuesto, la Sala de casación al declarar fundado el recurso, “casa”
(anula) la resolución cuestionada y procede a procede a resolver el conflicto sin
devolver el proceso a la instancia inferir; en otras palabras, se sustituye la
resolución casada por otra que también resuelva sobre el fondo. Asimismo,
conviene precisar que este pronunciamiento se encuentra restringido al ámbito del
derecho conculcado y no abarca, como es expreso, la cuantía económica.
Ello es así porque la Corte Casatoria aún cuando actúe en estos supuestos como
“sede de instancia” no se encuentra facultada para liquidar los derechos
amparados, en razón a que para hacer esta operación lógico-matemático, se
requiere la actuación de prueba, como lo sería, por ejemplo: el de la presentación
de las planillas con las que se aprecia la estructura remunerativa del trabajo.
Recuérdese que en sede casatoria no se actúa prueba.
Sin duda alguna, esta posibilidad que se le otorga a la Sala Suprema que conoce
del recurso casatorio en un caso concreto (y de compleja y distinta forma de
resolución), de convocar a su homóloga a fin de sentar los criterios
jurisprudenciales de observancia obligatoria para la solución de casos análogos
implica no solo un notorio avance por lograr la predictibilidad en la resoluciones
judiciales; sino también mejora la calidad del servicio de impartición de justicia en
el ámbito del derecho del trabajo y optimiza la atención eficaz y eficiente en los
procesos judiciales, mediante decisiones predecibles en todas sus etapas.
112
requieren ser demandados. Su cuantía o modo de liquidación es de
expreso pronunciamiento en la sentencia.
Sin embargo, la norma también dispone que el juez laboral precise, si se trata de
prestaciones de dar sumas de dinero, el monto líquido que le corresponde como
adeudo al trabajador; regulando así en sentido distinto a lo que estaba previsto en
la Ley 26636, la que permitía indicar la forma de cálculo de los derechos
adeudados.
114
El fallo ultra petita se presenta cuando el juez, tratándose del pago de sumas
líquidas, puede disponer el pago de sumas mayores a las demandadas si
apareciese error en el cálculo de los derechos demandados o error en la
invocación de las normas aplicables. Así lo dispuso la Ley 26636, y en ese mismo
se recoge en la NLPT.
115