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Es por ello, que los planteamientos como la abolición de la riqueza, el

fortalecimiento de los valores como la igualdad entre los hombres y mujeres, la equidad,
el derecho de todos los seres humanos a disfrutar de los bienes que nos prodiga la
naturaleza, el derecho a la educación y sobre todo el cambio del modo de ser del
hombre mediante la educación, como propone Robert Owen, nos abre una visión
distinta de ver y relacionarnos con el mundo natural y con nosotros, los seres humanos.
A partir del hecho de proclamar la igualdad y equidad entre los humanos, quedaría
descartada a su vez la acumulación capitalista, la competitividad irracional e
individualista y el consumo irracional de los bienes naturales, haciendo por
consiguiente, un mejor uso de los bienes naturales.
Muchos de los planteamientos de los teóricos del socialismo “utópico” que
pusieron en su tiempo, en el ojo del huracán al sistema de producción capitalista, por su
tendencia destructiva del entorno natural y saqueo y apropiación de los bienes
colectivos, siguen teniendo resonancia hoy en día en algunos sectores de la sociedad.
Posturas que van desde el rechazo total de la industrialización hasta otras con un
carácter más conciliador, que proclaman una nueva sociedad que defina
autónomamente su propio destino, donde la brecha entre ricos y pobres sea cada vez
más estrecha y, a su vez se promueva una racionalidad técnica y un desarrollo
económico sustentable.
“No queda duda de que esta concepción del desarrollo pone en jaque al consumismo
del modo de producción capitalista, principal responsable de la degradación del medio
ambiente y del agotamiento de los recursos materiales del planeta. Este modelo de
desarrollo, basado en el lucro y en la exclusión socia, no sólo distancia cada vez más
a ricos y a pobres, a países desarrollados y subdesarrollados, a globalizadores y
globalizados. En la era de la globalización el capitalismo está creando, en escala
mundial, un ambiente favorable al surgimiento de alternativas políticas regresivas y
antidemocráticas que se aproximan a las del fascismo.”113

Por otro lado, una de las vertientes más destacadas del siglo XX y hacia donde
evolucionó el pensamiento crítico dentro del socialismo, a la par que conservó en cierto
sentido sus componentes originarios, fue sin duda la Escuela de Fráncfort, cuyo origen
se remonta a los inicios de los años veintes en Alemania.

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Ibídem, p. 59

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