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ACERCA DE LA OIT

Única agencia 'tripartita' de la ONU, la OIT reúne a gobiernos, empleadores y


trabajadores de 187 Estados miembros  a fin de establecer las normas del trabajo,
formular políticas y elaborar programas promoviendo el trabajo decente de todos,
mujeres y hombres.

Misión e impacto de la OIT


Promover el empleo, proteger a las personas

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) está consagrada a la promoción


de la justicia social, de los derechos humanos y laborales reconocidos
internacionalmente, persiguiendo su misión fundadora: la justicia social es esencial
para la paz universal y permanente.

Única agencia 'tripartita' de la ONU, la OIT reúne a gobiernos, empleadores y


trabajadores de 187 Estados miembros  a fin de establecer las normas del trabajo,
formular políticas y elaborar programas promoviendo el trabajo decente de todos,
mujeres y hombres.

Actualmente, el Programa de trabajo decente de la OIT  contribuye a mejorar la


situación económica y las condiciones de trabajo que permiten que todos los
trabajadores, empleadores y gobiernos participen en el establecimiento de un paz
duradera, de la prosperidad y el progreso.

La misión de la OIT está agrupada en torno a cuatro


objetivos estratégicos
 Promover y cumplir las normas y los principios y derechos fundamentales
en el trabajo 
 Crear mayores oportunidades para que mujeres y hombres puedan tener
empleos e ingresos dignos 
 Mejorar la cobertura y la eficacia de una seguridad social para todos 
 Fortalecer el tripartismo y el diálogo social 

Historia de la OIT
La OIT fue creada en 1919, como parte del Tratado de Versalles que terminó con
la Primera Guerra Mundial, y reflejó la convicción de que la justicia social es
esencial para alcanzar una paz universal y permanente.
Su Constitución fue elaborada entre enero y abril de 1919 por una Comisión del
Trabajo establecida por la Conferencia de Paz, que se reunió por primera vez en
París y luego en Versalles. La Comisión, presidida por Samuel Gompers,
presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo
La fuerza que impulsó la creación de la OIT fue provocada por consideraciones
sobre seguridad, humanitarias, políticas y económicas. Al sintetizarlas, el
Preámbulo de la Constitución de la OIT dice que las Altas Partes Contratantes
estaban “movidas por sentimientos de justicia y humanidad así como por el deseo
de asegurar la paz permanente en el mundo...”

Había un verdadero reconocimiento a la importancia de la justicia social para el


logro de la paz, en contraste con un pasado de explotación de los trabajadores en
los países industrializados de ese momento. Había también una comprensión cada
vez mayor de la interdependencia económica del mundo y de la necesidad de
cooperación para obtener igualdad en las condiciones de trabajo en los países que
competían por mercados. El Preámbulo, al refejar estas ideas establecía:

 Considerando que la paz universal y permanente sólo puede basarse en la


justicia social;
 Considerando que existen condiciones de trabajo que entrañan tal grado de
injusticia, miseria y privaciones para gran número de seres humanos, que el
descontento causado constituye una amenaza para la paz y armonía
universales; y considerando que es urgente mejorar dichas condiciones;
 Considerando que si cualquier nación no adoptare un régimen de trabajo
realmente humano, esta omisión constituiría un obstáculo a los esfuerzos
de otras naciones que deseen mejorar la suerte de los trabajadores en sus
propios países.

Como funciona la OIT


Tripartismo y diálogo social
Un aspecto esencial en las actividades de la OIT es la importancia de la
cooperación entre gobiernos y organizaciones de trabajadores y empleadores en la
promoción del progreso social y económico.

El objetivo de la OIT es responder a las necesidades de los hombres y mujeres


trabajadores al reunir a gobiernos, empleadores y trabajadores para establecer
normas del trabajo, desarrollar políticas y concebir programas. La estructura de la
OIT, en la cual trabajadores y empleadores tienen el mismo derecho a voto que los
gobiernos en sus deliberaciones, es una muestra del diálogo social en acción. De
esta manera se garantiza que las opiniones de los interlocutores sociales queden
fielmente reflejadas en las normas laborales, políticas y programas de la OIT.

La OIT fomenta el tripartismo dentro de sus


mandantes empleadores , trabajadores  y Estados miembros , al promover el
diálogo social entre las organizaciones sindicales y de empleadores en la
formulación – y cuando es pertinente – en la aplicación de las políticas nacionales
en el ámbito social y económico, así como respecto a muchas otras cuestiones.
Principales órganos de gobierno
La OIT realiza su trabajo a través de tres órganos fundamentales, los cuales
cuentan con representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores:

 La Conferencia Internacional del Trabajo  establece las normas


internacionales del trabajo y define las políticas generales de la Organización.
La Conferencia, que con frecuencia es denominada el parlamento
internacional del trabajo, se reúne una vez al año. Es también un foro para la
discusión de cuestiones sociales y laborales fundamentales.
 El Consejo de Administración  es el órgano ejecutivo de la OIT y se reúne
tres veces al año en Ginebra. Toma decisiones sobre la política de la OIT y
establece el programa y el presupuesto, que después es sometido a la
Conferencia para su adopción.
 La Oficina internacional del trabajo  es la secretaría permanente de la
Organización Internacional del Trabajo. Es responsable por el conjunto de
actividades de la OIT, que lleva a cabo bajo la supervisión del Consejo de
Administración y la dirección del Director General .
El Consejo de Administración y la Oficina son asistidos en su labor por comisiones
tripartitas que se ocupan de los principales sectores económicos. Además reciben
apoyo de los comités de expertos en materia de formación profesional, desarrollo
de la capacidad administrativa, seguridad y salud en el trabajo, relaciones
laborales, educación de los trabajadores y problemas específicos que afectan a las
mujeres y a los jóvenes trabajadores.

 La OIT organiza periódicamente reuniones regionales  de los Estados


miembros con el fin de analizar los asuntos que revisten especial interés para
las respectivas regiones.

Sistema de control de las normas de la OIT


Las normas internacionales del trabajo están respaldadas por un sistema de
control que es único en el ámbito internacional y ayuda a garantizar que los países
apliquen los convenios que ratifican. La OIT examina regularmente la aplicación de
las normas en los Estados Miembros y señala áreas en las que se podría mejorar
su aplicación. Si existe algún problema en la implementación de las normas, la OIT
presta colaboración a los países a través del diálogo social y la asistencia técnica.

La OIT ha desarrollado diversos medios de control de la aplicación de los


Convenios y Recomendaciones por ley y en la práctica, tras su aprobación por la
Conferencia Internacional del Trabajo y su ratificación por los Estados. Existen dos
tipos de mecanismos de control .

Asociaciones al servicio del desarrollo


Desde comienzos de los años 1950, la OIT proporciona cooperación técnica a
países de todos los continentes y en todas las etapas de desarrollo económico.
Los proyectos son implementados gracias a una estrecha colaboración entre los
países beneficiarios, los donantes y la OIT, que mantiene una red de oficinas
exteriores en todo el mundo.

La cooperación para el desarrollo  construye puentes entre la función normativa de


la OIT y las mujeres y los hombres en todas partes del mundo. Es esencial para
ofrecer a las personas oportunidades de trabajo decente y para ayudar a nuestros
mandantes – trabajadores, empleadores y gobiernos – a hacer realidad el
Programa de Trabajo Decente. En resumen, la cooperación para el desarrollo
afianza las capacidades técnicas, organizativas e institucionales de los mandantes
de la OIT a fin que puedan poner en práctica una política social coherente y eficaz
y garantizar el desarrollo sostenible.

Sobre la base de más de 50 años de experiencia en cooperación para el desarrollo


en todos los continentes y en todas las etapas de desarrollo, hoy día la OIT opera
más de 600 programas y proyectos en más de 100 países, con el apoyo de 120
socios para el desarrollo.

Programa y presupuesto
El Programa y Presupuesto de la Organización , que establece los objetivos
estratégicos y los resultados esperados del trabajo realizado por la Organización,
es aprobado cada dos años por la Conferencia Internacional del Trabajo

Experiencia y conocimientos sobre el mundo del


trabajo inigualables
Para apoyar la consecución de estos objetivos, la OIT cuenta con un bagaje único
de experiencias y conocimientos sobre el mundo del trabajo, que ha adquirido a lo
largo de casi 100 años de dar  respuestas a las necesidades de trabajo decente,
de medios de vida y de dignidad de personas alrededor del mundo. La OIT está al
servicio de sus mandantes tripartitos – y de la sociedad en general – de diversas
maneras, entre ellas:

 Formulando políticas y programas internacionales para promover los


derechos humanos fundamentales, mejorar las condiciones de trabajo y de
vida, y aumentar las oportunidades de empleo
 Elaborando normas internacionales del trabajo respaldadas por un sistema
singular de control de su aplicación
 Formulando e implementando, en asociación activa con sus mandantes, un
amplio programa de cooperación técnica internacional, para ayudar a los
países a llevar a la práctica dichas políticas
 Llevando a cabo actividades de formación, educación y investigación que
contribuyen al progreso de todos estos esfuerzos
El Trabajo en economía se refiere a las horas que dedican las personas a
la producción de bienes o servicios.

Es uno de los factores de producción de la economía junto con el capital,


la tierra y la tecnología. El trabajo se refiere al esfuerzo humano en la
producción y venta de bienes y servicios. La forma en que se combinará con el
resto de los factores productivos para producir una determinada cantidad de
bien o servicio dependerá de la forma y estructura de la función de
producción.

Comprende todas las horas que las personas dedican a una determinada
actividad económica. Desde las horas que dedica un profesor para enseñar a
sus alumnos a las horas que dedica un albañil en la construcción de un edificio.
Todo el esfuerzo humano detrás de las actividades económicas y su
organización es parte del factor trabajo.

Tipo de trabajo
Se puede dividir en dos grandes categorías: físico o intelectual.

 Trabajo físico: se refiere al aporte de actividades manuales o de fuerza


de los trabajadores. Así por ejemplo, el trabajo de una temporera que recoge
las uvas durante la época de vendimia. Otro ejemplo es el trabajo de un albañil.
 Trabajo intelectual: se refiere al esfuerzo mental y aporte de ideas que
hacen los trabajadores. Así por ejemplo, el trabajo de un diseñador de marca
que viene a presentar una idea innovadora a su cliente. Otro ejemplo es el
trabajo de un escritor.

El trabajo físico y el intelectual presentan diferencias en su medición y control.


En el caso del primero el resultado suele medirse en cantidad producida y
usualmente se tiene un supervisor directo que da instrucciones de las tareas a
realizar. En el caso del segundo en cambio, la medición es más subjetiva ya
que se trata de ideas y la aplicación de conocimientos teóricos y prácticos a la
realidad. Además, el control es más indirecto ya que se desea que el trabajador
tenga la posibilidad de generar un aporte adicional.

División del trabajo


Cabe mencionar que a partir de la época de la revolución industrial, el factor
trabajo ha tendido a una división de tareas con el fin de que los trabajadores se
especialicen en áreas o tareas específicas para luego complementar su trabajo
con el de otros.
LA COYUNTURA ECONÓMICA INTERNACIONAL
Introducción En este documento se identifican los principales rasgos de la actual coyuntura
económica internacional y cuáles serían las consecuencias más importantes que tendrían para
el desempeño macroeconómico de América Latina. Entre los principales rasgos de la actual
coyuntura económica internacional se destacan indicios preliminares de que se ha detenido el
deterioro del crecimiento económico mundial, lo cual se estaría reflejando en cierta
estabilización del crecimiento del comercio internacional, aunque todavía no se vislumbra con
certeza un dinamismo significativo ni del crecimiento del PIB mundial ni del comercio
internacional. Como parte de este panorama internacional potencialmente positivo pero aún
incierto, se combinan dos tendencias: una vinculada a los efectos de las políticas fiscales
aplicadas en los países más afectados por la crisis financiera mundial que estalló en 2008 y otra
relacionada con las repercusiones de las políticas monetarias adoptadas por estos mismos
países. Por una parte, perduran los riesgos y una tendencia a restringir el crecimiento de la
demanda interna en los países desarrollados, debido a los ajustes implementados con el fin de
reducir las persistentes brechas fiscales de Europa, los Estados Unidos y el Japón. Aunque con
diferencias, en la mayoría de los países se restringió el gasto público o se aumentaron los
impuestos. Por otra parte, se impulsaron estímulos monetarios para facilitar una salida de la
recesión. En particular, la Reserva Federal de los Estados Unidos aplicó un programa de
estímulos monetarios que consistió en la compra de activos financieros y no financieros del
sector privado a cambio de liquidez, lo cual se reflejó en el crecimiento de los agregados
monetarios con rezagos variados. Otras economías, como el Japón y el Reino Unido, así como
el Banco Central Europeo, han adoptado políticas similares para impulsar una recuperación del
crédito en estos países o grupos de países. Los efectos de las políticas han sido diferenciados.
El ajuste fiscal realizado en los países desarrollados ha tendido a reforzar la falta de dinamismo
del crecimiento surgida de la crisis financiera mundial, al restringir sensiblemente la expansión
de la demanda interna —incluida la demanda de importaciones—, lo que ha repercutido en el
escaso dinamismo del comercio internacional. Esta situación, con sus correspondientes efectos
multiplicadores en otras economías, como la de China, ha afectado directamente a las
economías de América Latina y el Caribe, al provocar una contracción de sus exportaciones, en
parte por la caída de los precios de las materias primas exportadas. El menor crecimiento de
los países desarrollados también ha perjudicado el flujo del turismo y de las remesas a la
región, y la cuenta corriente de la balanza de pagos de 6 Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) numerosos países de América Latina y el Caribe se ha deteriorado, a
pesar de lo cual se sigue observando cierto dinamismo —y en algunos casos un repunte parcial
— de la actividad económica y del empleo. A su vez, el aumento de la liquidez internacional
resultante de los estímulos monetarios dio lugar a un aumento de los flujos de capitales hacia
distintos mercados emergentes, incluida América Latina y el Caribe. Este aumento obedeció a
los diferenciales de las tasas de rendimiento previsto, afectados por perspectivas de mayores
tasas de interés y de crecimiento económico. En paralelo, la mayor demanda de activos de
mercados emergentes se tradujo en presiones a la apreciación de las monedas de dichos
países, en especial aquellos con mayor integración a los mercados financieros internacionales y
los especializados en productos básicos, que también fueron considerados objeto de inversión
por los inversores internacionales. En mayo de 2013, el presidente de la Reserva Federal de los
Estados Unidos anunció que, según la evolución de la actividad económica del país y, en
particular, del empleo, el programa de compra de activos podría llegar a su fin. Aunque el
anuncio era positivo en la medida en que reflejaba cierta reactivación de la economía
estadounidense, desencadenó una mayor volatilidad en el corto plazo, por los mayores
rendimientos de los bonos de ese país (y de las tasas de interés), las reducciones de los índices
bursátiles mundiales y de América Latina, y la mayor volatilidad cambiaria, incluidas presiones
que favorecían la depreciación cambiaria en los países latinoamericanos —y emergentes, en
general— más integrados a los mercados financieros internacionales. Así, desde mayo de
2013, las primas de riesgo de países emergentes, incluidos los países de la región, se elevaron
significativamente. Este aumento reflejó las expectativas de encarecimiento futuro de los
recursos externos, al percibirse que tal fenómeno podría tener una mayor incidencia en los
países cuyo déficit de la cuenta corriente subiera significativamente, puesto que dependerían
en gran medida del financiamiento externo para cubrir esta brecha. Con el anuncio posterior,
en septiembre, de que el fin de los estímulos monetarios se postergaba, los índices bursátiles
mejoraron, bajó el rendimiento de los bonos de los Estados Unidos y se apreciaron las
monedas en varios países de América Latina con relación al dólar. Persiste el peligro, sin
embargo, de que el anuncio del retiro de los estímulos podría reducir la demanda de los
activos financieros de estas economías, lo que a su vez tendría efectos negativos en los precios
de dichos activos y en la emisión de nuevos instrumentos de mercados emergentes, con el
consiguiente aumento de los costos de los recursos externos requeridos para cubrir el déficit
de la cuenta corriente y financiar la inversión. Además, la incertidumbre sobre la política fiscal
de los Estados Unidos, con la amenaza de que sea más restrictiva en el futuro, junto con el
menor crecimiento observado de la economía china, podría tener efectos moderadores sobre
los precios de algunos productos básicos. Esto implica que, desde la perspectiva de la
necesidad de dinamizar la economía mundial y la de América Latina y el Caribe, el fin de los
estímulos monetarios tendría que coincidir con un claro repunte del comercio, que a su vez
está vinculado a las políticas fiscales de los países desarrollados, para así compensar los
efectos de la volatilidad e incertidumbre financiera generada por el fin —o por el anuncio del
fin— de estos estímulos. Desde la perspectiva de la CEPAL, facilitar el paso de esta transición
de poco dinamismo comercial y de volatilidad financiera internacional justifica implementar
políticas distinguiendo entre las respuestas orientadas al corto plazo y las de largo plazo. En el
corto plazo, el nuevo escenario financiero mundial se caracteriza por las expectativas de mayor
rendimiento de los activos de los Estados Unidos y el posible fin del deterioro de las economías
desarrolladas. En esas condiciones, es previsible que se produzca un 7 La coyuntura económica
internacional y sus consecuencias macroeconómicas para América Latina y el Caribe
reequilibrio de carteras de inversión en favor de activos financieros de esos países, en
particular de los Estados Unidos. Generalmente, ello ocurre en forma rápida y eleva de forma
exagerada las variaciones de corto plazo en precios clave, como el de los productos básicos de
exportación, y en el tipo de cambio. En cierta medida, esta readecuación de carteras ya se ha
producido, como lo reflejan las salidas netas de los componentes más variables y líquidos de la
cuenta financiera de la balanza de pagos en varios países de la región (los pasivos netos de
otras inversiones, que incluyen depósitos transfronterizos y líneas de crédito). Pero no puede
descartarse que durante los próximos meses esa salida de recursos se mantenga, si bien no
con la misma intensidad, puesto que los flujos más volátiles ya habrían salido. En la medida en
que exista credibilidad en el sistema cambiario (es decir, que el nivel del tipo de cambio
nominal observado no se encuentre muy alejado de lo que correspondería según sus
determinantes fundamentales), la respuesta de corto plazo debería tener dos orientaciones: i)
emplear las reservas internacionales, manteniendo las reglas de salidas y entradas de flujos
financieros, para reforzar la confianza en el sistema y prever salidas abruptas ocasionadas por
expectativas de modificaciones del régimen cambiario, y ii) moderar las fluctuaciones más
bruscas del tipo de cambio, por su posible efecto tanto en la inflación como en las
expectativas, muchas veces autoalimentadas, de devaluación. En el mediano a largo plazo, en
la medida en que se materialice el mayor crecimiento en los países desarrollados y su política
monetaria sea menos expansiva, es previsible un fortalecimiento de sus monedas. Ello
representaría una corrección hacia el reequilibrio tras las distorsiones creadas por el aumento
sin precedentes de la liquidez global proveniente de países desarrollados. La recomendación
general sería aceptar gradualmente este nuevo escenario, permitiendo que el tipo de cambio
refleje la tendencia a una depreciación de las monedas de los países menos desarrollados. Si
bien ello puede significar el encarecimiento relativo de ciertos bienes necesarios para el
consumo y la producción interna, en contrapartida permite recuperar parte de la
competitividad perdida por los sectores transables (exportables e importables) de las
economías de América Latina y el Caribe. Esta recomendación de la política cambiaria debería
enmarcarse dentro de una perspectiva de largo plazo centrada en favorecer la inversión en la
diversificación de la producción de los sectores transables, con lo cual se transitaría de una
situación en que el crecimiento está anclado principalmente en la expansión del consumo a
una situación en que la inversión y las exportaciones aumenten su contribución al crecimiento
en un contexto de creciente igualdad. Evaluaciones de la CEPAL sugieren que la productividad
laboral en América Latina y el Caribe depende tanto del monto y destino de la inversión como
de la heterogeneidad estructural que existe en la región. En cuanto al incremento de la
productividad y como base del crecimiento futuro, la CEPAL ha recomendado impulsar la
inversión dirigida a favorecer el aumento de la producción y de la diversificación de bienes y
servicios transables sobre la base de pactos que involucren al Estado, al sector privado y a las
organizaciones sociales, mediante arreglos institucionales y la implementación de políticas de
corto y largo plazo. Como parte de este proceso, sería fundamental aprovechar la demanda
regional surgida de la expansión del consumo que se ha observado en América Latina y el
Caribe en los últimos años, ya que podría ser el punto de partida de un proceso de integración
basado en la expansión dinámica de las inversiones y de las exportaciones intrarregionales.

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/3185/1/S2013777_es.pdf

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