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El vapeo (viene del inglés Vaping, Vapor) es el nombre correcto para el acto de
usar el cigarrillo electrónico, pues este genera vapor en vez de humo debido a la
ausencia de combustión. Siendo así, la industria valorada por más de mil millones
de dólares y predilección de millones alrededor del mundo como alternativa al
cigarrillo convencional, tiene puesto los ojos encima de entidades y gobiernos que,
alarmados, buscan prohibirlo antes que regularlo. Recientemente la
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés),
logró poner en vigor una restricción en la venta a menores de 18 años de estos
dispositivos en Estados Unidos, mientras se logra clasificar debidamente a los
cigarrillos electrónicos, sin embargo la FDA busca hacerlos regular sobre las
normas existentes del tabaquismo. Por otra parte, en el Reino Unido el Royal
College of Physician recientemente publicó un artículo donde recomendaba a los
fumadores que desean cambiar el hábito usar el cigarrillo electrónico, ya que en
sus estudios certificaban que el vapor es hasta un 95% menos dañino que el humo
del cigarrillo regular. Es por esto que los médicos ingleses recomiendan a sus
pacientes el uso de estos para, en mayor medida, evitar los componentes nocivos
del humo por combustión. En Colombia el tema se avivó tras el proyecto de ley
que está en curso, desde 2014, de ser aprobado para la regulación de estos
dispositivos. Sin embargo, el tema sigue siendo materia de discusión debido a la
falta de información por parte de expertos y de la opinión pública.
En cuanto a los dispositivos que se usan para vapear, se ha vivido una evolución
tecnológica en cuanto a materiales, prestaciones y diseños. La primera generación
de esta tecnología se vio fundada en dispositivos simples y con prestaciones que
para hoy en día, son por poco obsoletas; consistía en la batería con una corriente
predeterminada de muy baja capacidad que calienta una resistencia hecha en
alambre de kantal (aleación de hierro, cromo y aluminio) gracias a su gran
resistencia eléctrica y por soportar altísimas temperaturas sin sufrir cambios, hoy
por hoy se sigue usando por su fiabilidad. El contenedor del líquido era presentado
en cartuchos con escasa cabida de almacenamiento, entre 0.2ml y 1ml, de líquido,
lo que era suficiente para un aproximado de 400 caladas y con un precio de
$20000 pesos para 5 cartuchos, equivalente a algo así como 3 o 4 cajetillas del
cigarrillo convencional.
La segunda generación, presentó un aumento considerable en capacidad de
batería y almacenamiento de líquido, entre 1ml y 5ml. El sistema de alimentación
de la resistencia mejoró notablemente proporcionando un drenaje más consistente
y así evitando un problema que traían estos dispositivos, el dry hit o vaporizada en
seco, el cual generaba un olor y sabor bastante desagradables. Esta generación
es la más común y que todavía se sigue usando dentro del nicho de los primeros
fumadores que toman la decisión de cambiarse a vapear. Consta de dispositivos
con forma de largos lapiceros, donde la batería recargable es el objeto de mayor
tamaño y se conecta mediante rosca al atomizador, el cual, cuando cumple su
vida útil (de 2 a 3 semanas de uso) basta con reemplazar la pequeña resistencia
con un valor de cinco mil pesos. El precio de un dispositivo de esta generación se
encuentra entre los $60000 y los $140000, dónde cabe destacar que el único
repuesto a cambiar es la resistencia.
Por otro lado, las baterías usadas en estos dispositivos son especializadas para
entregar una gran potencia sin sufrir cortos circuitos, recalentamiento o incluso
que lleguen a explotar, estas tienen especificaciones técnicas y de prestaciones
muy por encima a las pilas que se consiguen comercialmente, son baterías con
capacidades por encima de los 2600mah, incluso llegan a superar en capacidad y
poder a baterías de muchos celulares de alta gama; tienen medidas específicas y
de allí deriva el estándar para su fabricación y venta: las más comunes, las 18650
deben su nombre a las dimensiones que estas tienen, 18mm de diámetro por
650mm de alto; se encuentran también para casos especiales las 18350 y las
26650, teniendo menos y mucha más capacidad respectivamente, frente a las más
comunes.
Otro gran punto del vapeo son los líquidos utilizados para sustituir al tabaco, una
de sus más grandes ventajas es la ausencia de químicos nocivos que si están
presentes en el cigarrillo convencional: alquitrán, acetona, metanol, monóxido y
dióxido de carbono, amoníaco, ácido acético, cianuros y muchos más no están
presentes en el vapor que si transporta la nicotina. Los líquidos están fabricados,
en general, con cuatro insumos: glicerina vegetal, propilenglicol, saborizantes para
la industria alimentaria y la nicotina; los beneficios y bondades se tornan hacia la
posibilidad de transportar la nicotina sin molestos olores, sin químicos
potencialmente cancerígenos y a un bajo costo si se le compara con el precio y el
rendimiento de una cajetilla de cigarrillos. Las concentraciones de nicotina más
usadas en estos líquidos son 3mg, 6mg, 12mg y 24mg; su predilección depende
de la cantidad de cigarrillos que se fumaban antes y lo ideal es ir bajando su
concentración para así al final, combatir la adicción a la nicotina. Sumado a esto,
los dos componentes principales que se usan como vehículos para el transporte
de los sabores y la nicotina, son regularmente usados en la industria farmacéutica
en medicamentos para el asma, incluso hay doctores que aseguran que el uso de
estos dispositivos contribuye a un ejercicio físico para el diafragma ayudándolo a
mejorar su fuerza y elasticidad. Como punto adicional, los líquidos pueden estar
ausentes de nicotina y solamente tener el sabor y el aroma.
El pasado 14 de mayo, en Bogotá se realizó el primer encuentro de vapeo de la
ciudad, con una asistencia de aproximadamente 130 personas donde buscaban
compartir y socializar temas relacionados al mundo del vapeo. El evento fue
organizado por dos grandes comunidades con presencia en redes sociales:
UnionVape y El Cebú Vapeador, espacios donde se comparten historias, fotos, se
hacen preguntas sobre el funcionamiento de los dispositivos y se piden consejos
referentes al tema. Asovape, Asociación colombiana de Vapeadores, es una
organización sin ánimo de lucro la cual se encarga de agrupar, informar y luchar
por el derecho al vapeo a nivel nacional, su aporte para la reunión fue invaluable
pues los organizadores llevaron a buen término y realización de este encuentro
que premió al mejor líquido fabricado por los asistentes (conocido como alquimia),
un concurso de cloud chasing el cual consiste en ser capaz de generar la nube de
vapor más densa y extensa. Finalmente con un concurso de trucos culminó la
tarde entre nubes y diálogos sobre el vapor.
En una breve charla con Francisco Javier Ordóñez Ospina, socio fundador,
representante y encargado del manejo de las redes sociales de AsoVape, a
trabajado de la mano con los asesores del senador Mauricio Lizcano para dar un
correcto y justo desarrollo legislativo sobre el vapeo en Colombia.