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Décimo - 1Trabajo-IV.P 10-3
Décimo - 1Trabajo-IV.P 10-3
El trabajo que vamos a realizar mientras nos volvamos a ver será de la siguiente manera:
Por ahora envio un documento, para que ustedes lo lean, busquen las palabras desconocidas y su
significado, y por último realicen un mapa conceptual. Si pueden en el cuaderno o en 1/8 de
cartulina.
La idea es cada semana tener un encuentro a través de una video conferencia..les colocaré el link
en el blog:profefranciaere.blogspot.com, pero me gustaría escucharlos, saber como Están…y de
paso pues miramos lo académico.
Este capítulo lo abordaremos en dos partes, en la primera veremos abordaremos lo que aconteció
con la Iglesia en el siglo XX y la segunda sobre la reflexión teológica en América Latina.
A. LA IGLESIA EN EL SIGLO XX
1. La confrontación entre la Iglesia y la ciencia.
2. Las dos guerras mundiales.
3. El Vaticano II.
1. El desarrollo del capitalismo trajo consigo el avance del nacionalismo en Europa, América del
Norte y Asia. En el origen de las dos guerras mundiales estaba una lucha por la hegemonía entre
los países capitalistas. Cada gran potencia industrial elabora toda una ideología nacionalista y trata
de anexionar territorios para expandir sus mercados. Estados Unidos se expande hacia toda
América Latina bajo los principios de la Doctrina Monroe. Los ingleses expanden sus mercados en
Asia y África. Japón se convierte en la gran potencia industrial frente a sus vecinos China y la India.
Pero de todas ellas, la más rápidamente desarrollada será Alemania que logra la formación del
gran Imperio alemán bajo la ideología nacionalista de A. Hitler. La versión política de este proceso
de concentración de poderes será el totalitarismo cuya consecuencia será el estallido de los dos
guerras mundiales: 1914-1918 y 1939-1945.
Para América Latina, el primer desarrollo del capitalismo supuso el fin de lo sistemas federales
latinoamericanos y la integración obligada de sus economías en los sistemas mundiales de
producción y comercio. Sin embargo, con las guerras mundiales, sus economías, abastecedoras de
materias primas experimentaron un pequeño auge pues las demandas del Primer mundo les
favorecían.
2. El triunfo del socialismo comunista en la Unión Soviética en 1917 y su expansión en los países
del Este, tuvo su gran influjo en el mundo a través de la III Internacional producirá nuevas
tensiones bélicas en el mundo: primero se expresan en la forma de la guerra fría de la carrera de
armamentos y después en el estallido de las guerras de baja intensidad en los países del Tercer
Mundo (Corea, Vietnam, Centroamérica...).
3. La gran crisis existencialista que seguirá a la segunda postguerra mundial es el resultado de una
sensación colectiva de fracaso en la humanidad ante el fenómeno catastrófico de la guerra. La
conciencia europea entra en una profunda crisis de identidad: ¿Qué sentido tiene la vida y el
desarrollo si con ellas el hombre se ha convertido en más violento? ¿Qué sentido puede tener la
vida humana?. Primero los pensadores alemanes como M. Heidegger plantean el problema desde
categorías filosóficas; después son los literatos de lengua francesa los que lo divulgan: Sartre,
Camus, Simone de Beauvoir... Por ello, la primera reflexión teológica en la postguerra, buscará
establecer un diálogo con la filosofía existencialista: Rhaner, Copleston, Claudel, Mauriac,
Bernanos...
4. La secularización producida por la ciencia. Desde el siglo XVI las relaciones entre la religión y las
ciencias experimentales estaban en serio conflicto. Las teorías astronómicas de Galileo y
Copérnico parecían contradecir las verdades bíblicas. Y los creyentes optaron por negar las
evidencias de la ciencia. En el siglo XX la crisis que viven los creyentes es mayor porque proviene
de las ciencias humanas:
5. El surgimiento de los organismos internacionales como la ONU, UNESCO, FAO, OTAN, los pactos
regionales como el Mercado Común Europeo, el Comecón, el Mercado común Centroamericano o
el Pacto Andino. Todos estos fenómenos son la expresión de una nueva conciencia en la
humanidad de que sólo la unión de esfuerzos entre las diversas naciones podrá ser una solución
ante los grandes problemas de la humanidad.
Ya en los siglos XVI y XVII apareció el enfrentamiento entre el progreso de las ciencias y las grandes
verdades de la Revelación: la astronomía de Copérnico que se basaba en el heliocentrismo (el sol
centro del Universo), defendida por Galileo parecía poner en cuestión la cosmología bíblica (Ec 1, 4
y Jos 10,12) donde se afirmaba que Josué detuvo al sol en su carrera; el avance de la lingüística y
las nuevas traducciones de la Biblia desde las lenguas originales sometieron a un juicio crítico
muchas de las afirmaciones sobre la Escritura a partir de las cuales se habían edificado los dogmas
de la fe: Moisés no había escrito el Pentateuco, los relatos del Génesis eran sólo figurativos y Adán
y Eva nunca habían existido. Y la historia antigua desveló y desmitificó como falsas muchas de las
leyendas acerca de la vida de los santos. Y la filosofía del racionalismo kantiano afirmaba que Dios
no podía ser alcanzado desde la razón humana.
En el siglo XIX la polémica se expresó:
1. Por una parte el estudio de las ciencias humanas somete a la crítica muchas de las
afirmaciones del dogma cristiano . Algunas ciencias que tuvieron especial influjo en el estudio
científico de la religión fueron la Prehistoria, la sociología de la religión, la lingüística, el estudio de
la historia de los dogmas y el desarrollo del estudio de las religiones comparadas. Resultado de
todo este interés será la publicación de la gran obra de Patrología de Migne, así como el
pensamiento de Newman, cardenal inglés publicado en su Ensayo sobre el desarrollo.
2. Pero además, la polémica se produce a niveles más profundos que en el XIX. Ahora ya no
se trata tanto de conciliar éste o aquel principio de una ciencia con el cristianismo, sino de un
diálogo en profundidad con la ciencia. Esta cuestión dividirá a los católicos. La corriente favorable
a ese diálogo se conoce en la historia de la Iglesia con el término de "modernismo"
Podríamos definir el modernismo como una corriente de pensamiento dentro del cristianismo que
trataba de acercarse al pensamiento de la ciencia tratando de conciliar fe y ciencia. La Iglesia se
dividió en este campo entre "progresistas" y "conservadores". Para los primeros, era necesario
poner en revisión las mismas filosóficas donde se había asentado la religión: la ciencia es lo
primero y el cristianismo debía adaptarse a ella. Esa era la única posibilidad de sobrevivir. Para
unos se trataba de entrar en diálogo con las ciencias sociales como Murri, Sangnier. Para otros, de
dialogar con las confesiones no católicas anglicanas como Portal; otro sector pedía la revisión de
las afirmaciones bíblicas del catolicismo como Tyrell e incluso de los dogmas como el P.
Laberthonnière.
Toda esta corriente de pensamiento produjo un gran revuelo de ideas entre filósofos y teólogos.
La jerarquía finalmente intervino en 1907 mediante dos documentos del Papa Pío X en los que se
condenaba abiertamente el modernismo: El Decreto Lamentabili y la Encíclica Pascendi.
Frente a tanto deseo de dialogar con la ciencia, la Santa Sede invita a los intelectuales cristianos a
volver a la filosofía escolástica de Santo Tomás y pide a los Obispos que estén atentos a las
publicaciones y enseñanza de los clérigos tratando de oponerse a todo tipo de heterodoxia. En
1909 se crea el Instituto Bíblico de Roma que representará el centro del saber oficial de la Iglesia
acerca de la Biblia y los estudios exegéticos. Y en 1910 se impone a todos los candidatos al
sacerdocio la obligación de prestar un juramento antimodernista antes de recibir las Ordenes
mayores. Como resultado de toda esta campaña persecutorio será la excomunión de Loisy y varios
religiosos deberán abandonar sus órdenes.
3. El tercer campo de la polémica es el ecumenismo. Desde los inicios del siglo XX los
cristianos se ven confrontados a convivir en una sociedad pluralista religiosamente. Por una parte
la Iglesia oriental se divide en pequeñas iglesias nacionales, pero además muchos de ellos emigran
desde la Europa Oriental hasta el Occidente y América. Por otra parte, los protestantes se dividen
en multitud de denominaciones: el Ejército de Salvación, el metodismo, el pentecostalismo.
Todo ello hace que, entre los cristianos nazca la idea de la necesidad de un encuentro entre las
diversas confesiones cristianas. Primero fueron las uniones entre ºlos cristianos de una misma
confesión como la Alianza Evangélica mundial. la Alianza Baptista, la Federación Luterana. Todos
estos esfuerzos de unidad culminan en 1948 en la organización del Consejo Mundial de las Iglesias.
Pero estos primeros intentos de diálogo con las demás confesiones religiosas fueron mal vistos por
el Vaticano. La Iglesia católica era la única depositaria de la verdad y por ello no era adecuado
entrar en diálogo en plan de igualdad con las demás iglesias. Benedicto XV rechazó con delicadeza
la participación de los católicos en los movimientos por la unidad. Más adelante Pío XI en su
encíclica Mortalium animos de 1928 prohibió abiertamente a los católico participar en los
movimientos ecuménicos. Para Pío XI la fe pasaba por delante de la caridad.