Está en la página 1de 4

Ejemplos de falacias en contextos concretos

Ejemplo 1:

Durante la fiscalización a las acciones para proteger los procesos de competencia y libre concurrencia, a
cargo de la Comisión Federal de Competencia, el grupo auditor identificó, ente otros, el deber ser siguiente:

En el artículo 24, fracción XVIII bis 2, de la Ley Federal de Competencia Económica, se establece que: “La
Comisión tendrá las siguientes atribuciones: Realizar estudios, trabajos de investigación e informes generales
en materia de competencia económica sobre sectores, en su caso, con propuestas de liberalización,
desregulación o modificación normativa, cuando detecte riesgos de dañar al proceso de competencia y libre
concurrencia o cuando identifique niveles de precios que puedan indicar un problema de competencia o
acciones que resulten en un aumento significativo de precios o cuando así se lo notifiquen otras autoridades”.

Frente a ese deber ser, el grupo auditor solicita al ente que acredite la realización de estudios, trabajos de
investigación e informes generales en materia de competencia económica. Dado que el ente auditado
manifiesta no haber realizado estudios, trabajos de investigación ni informes, el grupo auditor considera
pertinente emitir una recomendación al respecto. Cuando el grupo auditor presenta al ente fiscalizado los
resultados preliminares, éste no acepta dicha recomendación, bajo el argumento de que no identificó riesgos
de daño al proceso de competencia económica que ameritaran la elaboración de estudios.

Lo que sucede en esta situación es que grupo auditor y ente auditado tienen distintas lecturas del deber ser.
He aquí las dos lecturas posibles:

1. Lectura que hizo el grupo auditor:

El ente debe realizar estudios, trabajos de investigación e informes generales en materia de competencia
económica. Si, a partir de estos trabajos, el ente identifica riesgos de daño al proceso de competencia y libre
concurrencia, o riesgos de aumento significativo de precios, entonces deberá emitir propuestas de
liberalización, desregulación o modificación normativa.

2. Lectura que hizo el ente auditado:

El ente afirma que el grupo auditor comete una falacia de accidente, porque ignora la condición establecida en
el deber ser.

Si el ente identifica riesgos de daño al proceso de competencia y libre concurrencia, o riesgos de aumento
significativo de precios, o si sucede que las autoridades le notifiquen esas circunstancias, entonces el ente
deberá realizar estudios, trabajos de investigación e informes generales en materia de competencia
económica. En los casos en los que proceda, y sustentado en dichos estudios, el ente emitirá propuestas de
liberalización, desregulación o modificación a la normativa.

Como vemos, la ambigüedad está en la lectura que se haga de la cláusula condicional “cuando detecte
riesgos”: el grupo auditor lee que condiciona sólo a la emisión de propuestas, mientras que el ente auditado
lee que condiciona a toda la atribución. Desde un punto de vista lógico, ambas lecturas son igualmente
posibles, por lo que el grupo auditor deberá encontrar un criterio distinto al lógico –el jurídico, en este caso-
para sostener que no comete falacia de accidente y que su interpretación debe primar sobre la interpretación
del ente; de lo contrario, no se sostendrá la recomendación.
Ejemplo 2:

Durante la fiscalización de la Cuenta Pública 2010, el grupo auditor revisó al operador del Programa de Apoyo
Alimentario y encontró que toda la operación tuvo fallas severas:

- El operador careció de padrón de beneficiarios

- No pudo dar seguimiento a los beneficiarios, para medir el impacto de sus acciones

- No pudo entregar ni regular ni puntualmente los apoyos a los beneficiarios

- Los apoyos en especie que no fueron entregados, caducaron en las bodegas

- Los gastos de operación fueron del doble de lo programado

Frente a esos hallazgos, el ente operador arguyó, en tono lastimero: “Es el primer año que nos toca operar
este programa; no todo fue nuestra culpa”.

Aquí tenemos un ejemplo completo de apelación a la misericordia: por un lado, el contenido de su discurso
busca disminuir la culpa; por el otro, el tono en el que se profiere el discurso es en sí mismo una apelación a
la piedad del grupo auditor.

De manera semejante, el grupo auditor se puede encontrar con apelaciones a la autoridad que van más allá
del discurso: el tono de voz; la disposición de los asientos para iniciar el diálogo; si en la orden del día el
grupo auditor tiene muy poco tiempo destinado a presentar sus resultados, etcétera. Éstos son mecanismos
mediante los cuales el ente fiscalizado intenta imponer su autoridad e intimidar a los auditores.
Ejemplo 3:

Al terminar una auditoría al desempeño de la Secretaría de la Defensa Nacional, el grupo auditor concluyó:

“La defensa del territorio y espacio aéreo nacionales que realizó la SEDENA contribuyó a preservar la
seguridad nacional, mediante el uso de inteligencia, la implementación de planes orientados a proteger la
seguridad del territorio del país y el establecimiento de las medidas coordinadas con las instancias de
seguridad nacional para contrarrestar los riesgos y las amenazas a la seguridad interior y exterior”.

Análisis:

Podemos simplificar el párrafo anterior, para evidenciar su estructura, de la manera siguiente:

“Las acciones de la SEDENA contribuyeron a preservar la seguridad nacional, mediante:

- Uso de inteligencia

- Planes

- Coordinación con otras instancias

para preservar la seguridad nacional”.

Lo que observamos en la conclusión del grupo auditor es una petición de principio, en la que simplemente se
reitera que el ente hizo P, porque las cosas que hizo, son P.

También podría gustarte