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VIII - Salud y género

Masculinidad y género

Ellen Hardy
Ana Luisa Jiménez

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HARDY, E., and JIMÉNEZ, A. L. Masculinidad y género. In: BRICEÑO-LEÓN, R., MINAYO, M.
C. S., and COIMBRA JR., C. E. A., coord. Salud y equidad: una mirada desde las ciencias sociales
[online]. Rio de Janeiro: Editora FIOCRUZ, 2000, pp. 348-359. ISBN: 978-85-7541-512-2. Available
from: doi: 10.7476/9788575415122. Also available in ePUB from:
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VIII
f

SALUDYGENERO
MASCULINIDAD Y GÉNERO
Ellen Hardy *y Ana Luisa Jiménez**

género y el precio de la masculinidad. Estos aspectos


INTRODUCCIÓN
fueron enfocados desde una perspectiva holística, que
La palabra masculinidad sugiere la idea de incluyó presentar ai varón como una construcción
hombre, y el título de este trabajo podría sugerir que genérica, inserto en una sociedad y en constante
vamos a referimos solamente a los hombres, hadendo interrdación con otras personas.
una apología de ellos o al contrario, que d objetivo es
E1 último tema presentado es llamado
desprestigiarlos. Sin embargo, el título no exduye la
"Camino hacia la democracia de las relaciones de
feminidad, inseparable y complementaria de la
género". Consideramos que este es d punto crucial
masculinidad. Ni todos los hombres tienen las mismas
dei trabajo, porque no sólo Ueva implícito propuestas
actitudes y comportamientos definidos como
de cambio que nos conduzcan a un retacionamiento
masculinos, ni tochs las mujeres earecen de este tipo de
menos desigual y con más equidad de opommidades
rasgos. Como veremos más adelante, la masculinidad
y de responsabilidades, sino que también implica una
parece tener una serie de ventajas, por las cuaies los
rede~nición de los roles que el hombre y la mujer
hombres aceptarían de buen grado cumplir los roles
han desempefiado durante demasiado tiempo.
masculinos ylas mujeres desearían adoptar por lo menos
algunas de las características atribuidas a ellos. Finalmente, se hace necesario recordar lo que
dice Mansfield (1998): que la cualidad llamada
Sin embargo, como la masculinidad, de la
"masculinidad" puede ser elevada a la posición de
misma forma que la feminidad, son construcciones
virtud, en la medida que la hombría se humanice y
sociaies, la adhesión de hombres y mujeres a una o a
permita en ella la participación de las mujeres.
la otra dependerá de la educadón que reciban en la
Actualmente, los varones enfrentan el dilema de
infanda y de las influencias a que sean sometidos a lo
cómo ser "hombres" y ai mismo tiempo ser justos
largo de su vida. Pero nada impide que los hombres
con las mujeres. EI dilema de las mujeres es cómo
adopten aigunas conductas consideradas femeninas
hacer las cosas que los varones hacen y reafirmarse
y las mujeres conductas maseulinas. Cuando esto
como mujeres.
ocurra tendrán que enfrentar conflictos de distinta
gravedad, en la medida en que la sociedad en que
viven acepte o rechace estos desafíos a la norma. SEXOI GÉNERO Y MASCULINIDAD
La aceptación o rechazo de la masculinidad, Se hace necesario definir sexo y género porque
como norma que prevaiece en una sociedad, tiene frecuentemente estos conceptos son considerados
un impacto importante en la caiidad de vida de los sinónimos. Sin embargo, se trata de categorías
hombres y de las mujeres. Esto explica la necesidad diferentes porque las características anatómicas
de anaiizar cómo se construye ésta y qué importancia determinan el sexo ai cuai pertenece el individuo
tiene para la vida en sodedad, por ejemplo. Desde mientras que género es una construcción social que
esta perspectiva, comenzamos abordando la define lo que significa ser de un sexo o del otro en la
construcción de la masculinidad, las relaciones de sociedad (Careaga, 1996).

Socióloga, egresada de la Universidad Católica de Chile, con doctorado en Salud Pública Por la Universidad de Sao Paulo. Profesora-
investigadora dei Departamento de Obstetricia e Ginecologia, Faculdade de Ciências Médicas, Universidade Estadual de Campinas
(UNICAMP), São Paulo.
Investigadora del Centro de Pesquisa das Doenças Materno-Infantis de Campinas (CEMICAMP), Campinas, Sao Paulo.
SALIJD Y GÉNERO

E 1 d i c c i o n a r i o d e fi n e " s e x o " c o m o l a que los hombres nacen con cuaiidades "masculinas"


conformación parucular que distingue el macho de que presuponen habilidades para ejercer d poder en
la hembra, en los animales y en los vegetales, d ámbito público y doméstico.
atribuyéndoles un papel determinado en la
Masculinidad, según el diccionario, es la
procreación y otorgándoles ciertas características
cualidad de masculino, que incluye la virilidad y el ser
distintivas. E1 sexo es definido por las características
varonil, enérgico, fuerte y macho. Se observa que la
biológicas de hombres y mujeres, tanto aquellas
masculinidad se basa en valores físicos que
específicas de la anatomía y funcionamiento del
posteriormente se transforman en valores morales.
aparato feproductivo femenino y masculino, como
Además, la masculinidad se ha sexualizado y es tratada
los caracteres sexuales secundarios determinados por
como sinónimo de virilidad (Barbosa, 1998). La
la acción hormonal específica de cada sexo. Las
sexualización de la palabra masculinidad y sus
personas nacen con un sexo biológico y éste acaba
representaciones simbólicas están asociadas ai falo y
determinando la forma como serán tratadas
a los comportamientos resultantes del hecho de poseerlo
socialmente por los padres, la familia y por la
y de dar pmebas de su funcionamiento (Parker, 1991).
comunidad a la que pertenecen, para llegar a ser
Para muchos hombres, la masculinidad está relacionada
hombres y mujeres con atributos aceptados
con la geometria dei órgano sexual masculino. Este se
socialmente. Este proceso varia de una sociedad a
usa como instrumento para medir la vidlidad y representa
otra y también de acuerdo ai tiempo histórico en que
la masculinidad (Barbosa, 1998).
estas personas están insertas.

Si por un lado, la biología determina las


CONSTRtICCIÓN DE LA MASCHLINIDAD
características funcionales de la reproducción de un
macho y de una hembra, por otro, el ambiente y el La construcción de la masculinidad de un
contexto social determinan las expresiones de los nuevo ser puede comenzar cuando la pareja planifica
comportamientos asociados a lo que se acosmmbra un embarazo o cuando la mujer deficubre que está
llamar de masculinidad y de feminidad (Careaga, 1996). embarazada. Los futuros padres empiezan a
G é n e r o p u e d e s e r d e fi n i d o c o m o u n a imaginarse las características que tendrá el hijo,
categoría dinámica, construida socialmente, que üene incluyendo su sexo. Según se imaginen un nifio o una
como base las diferencias sexuales biológicas. A partir nifia los padres tendrán un comportamiento diferente
de estas diferencias se determinan los papeles sociales que comenzaría antes del parto, incluyendo la
de hombres y mujeres. E1 género es construido en preparación del ajuar. Después del nacimiento, el
un cuerpo que tiene un sexo definido y ai que se le tratamiento diferencial continúa, con la participación
atribuyen características psicológicas, sociales y de todas las personas que se relacionan con el nifio(a).
económicas, lo que resulta en acciones y A partir del nacimiento, el bebé de sexo
comportamientos específicos, que casi siempre se masculino ya comienza a darse cuenta de lo que se
traducen en relaciones de poder unilaterales: espera de él por tener las características de sus órganos
dominación masculina vs. sumisión femenina genitales. Sin embargo, no basta nacer con un pene
(Figueroa & Liendro, 1995; Scott, 1996; Szasz, 1999). para transformarse en hombre, hay un camino por
Si reconocemos que las características de recorrer hasta Hegar a serlo. Los primeros afios de
género de hombres y mujeres son una construcción vida son fundamentales y responsables por las
social y no diferencias "naturales" legitimizadas por características del hombre que va a surgir (Vidra,
la biologia, podemos entender que género es una 1986).
categoría dinámica que puede ser modificada. Esta La familia, la escuela, los medios de
noción de género permite colocar en jaque el discurso comunicación y la sociedad en general le ensefian
que afirma que las mujeres nacen con cualidades explícita e implícitamente la forma en que debe
"femeninas" que determinan que tengan que pensar, sentir y actuar como "hombre". Por ejemplo,
desempefiar tareas domésticas y cuidar de los hijos, y no puede gorar, debe ser fuerte, no debe mostrar
MAS¢IIHNDADYGÉNERO

sus sentimientos, no puede tener miedo, y debe La masculinidad posee un elemento clave, que
ser viril. Estas ensefianzas comienzan a afectar la es el poder; ser hombre significa tener y ejercer poder.
forma como el nifio se relaciona consigo mismo E1 poder asociado a la masculinidad exige poseer
y con los demás. algunas características, tales como ganar, ordenar,
lograr objetivos y ser duro. Por otra parte, las
A1 nacer, el hijo es absolutamente dependiente
características genéricas atribuidas al hombre, tales
de su madre, figura que ocupa el lugar preponderante
como objetividad y racionalidad, le otorgan un
de su vida, especialmente porque satisface sus
necesidades físicas, ejerciendo fimciones que permiten dominio sobre la mujer. Aplicado en un sentido
a m p l i o , p o d e r t a m b i é n s i g n i fi c a c o n t r o l a r
su supervivencia. Durante el primer afio de vida existe
tm alejamiento entre el nifio y la figura masculina, lo sentimientos, emociones y necesidades afectivas, para
evitar la pérdida de dominio y el control sobre los
que puede afectar la personalidad de ese individuo
(Kaufman, 1994; Vidra, 1996). Esta es una primera otros, y también por el temor de que le atribuyan
manifestación de la influencia de los papeles de género características femeninas, que son absolutamente
que atribuyen a la madre el cuidado del hijo y ai padre rechazadas (Kaufman, 1994).
el proveer económicamente a la familia, sin tener De esta forma, la masculinidad se ha
responsabilidades domésticas. transformado en alienación, ya que implica suprimir
E1 fin de la relación de dependencia con la emociones, sentimientos y negar necesidades. E1 varón
madre es un proceso que para la mayoría se da al llega a temer que si experimenta y demuestra
final del periodo infantil. Junto con ocurrir esta sentimientos de ternura y afecto puede transformarse
ruptura, el nifio va asumiendo actitudes que nuevamente en un nifio dependiente. Se siente
corresponden ai rol masculino. La figura paterna obligado a creer que la mujer le pertenece y que las
tendrá una función libertadora, rompiendo el vínculo relaciones con ella deben ser más de poder que
cerrado entre madre e hijo. En ausencia del padre afectivas (Vidra, 1986). Así, el varón se aísla no sólo
otro hombre tomará su lugar (abuelo, tio, hermano de la mujer, sino de otros hombres,'por lo que raras
mayor), y en algtmos casos la propia madre pasa a veces desarrolla una verdadera intimidad con personas
desempefiar funciones y a adoptar actitudes que de su mismo sexo (Kaufman, 1994).
culturalmente se interpretan como masculinas. La En la medida en que la sociedad caracteriza ai
figura paterna se presenta como un conductor que varón como una persona dura, que rechaza los
ensefia orden, disciplina y responsabilidad (Vidra, afectos, principalmente con personas de su mismo
1986). En ese ambiente de patriarcado es que el nifio sexo, es fácil entender que el adolescente que tiene y a
crece y se desarrolla. quien le gustaría expresar sentimientos de ternura
Además de la fãmilia, la escuela (desde la sala comience a tener dudas sobre su masculinidad. Se
cuna hasta la universidad) refuerza los papeles de entiende que cuanto más exigentes son los atributos
género. No sólo los textos escolares reproducen la del macho en una sociedad, más difícil será
sociedad patriarcal, los profesores de ambos sexos identificarse como tal. La respuesta puede ser tanto
aceptan y hasta exigen onductas diferentes de los una ruptura e identificación homosexual como una
nifios y de las nifias, reforzando las relaciones de conducta exageradamente machista para ocuhar y
poder favorables a los varones. disimular las dudas sobre su propia masculinidad.
Casi siempre habrá conflictos y tensiones frente a la
La mayor parte de las religiones también
bisexualidad, a la cual se renuncia inconscientemente
contribuye a reforzar el poder masculino, ya que la
optando por la heterosexualidad, sobre la cual se
jerarquía de todas ellas está absolutarnente dominada
construye la masculinidad (Figueroa, 1998).
por hombres y las mujeres ocupan un lugar de total
subordinación. A pesar de que ha habido algunos Superadas esas crisis de identidad, la cultura
progresos en contadas religiones, otras resisten en que los hombres están imersos les ensefió que la
obstinadamente cualquier aproximación a la igualdad norma supone la imposibilidad de dominar sus
de géneros. impulsos sexuales, sintiéndose, por lo tanto, obrigados
3ALUD Y GÉNERO

a no perder oportunidades y creer que siempre, o hecho de que no recibió una educación en que esas
casi siempre, deben ser satisfechos sexualmente tareas fueran parte de sus actividades (Careaga, 1996;
(Morris, 1999; Gogna, 1998; Villela, 1997). Las Figueroa & Liendro, 1995).
conquistas amorosas, la erección del pene, la
La masculinidad constrnida a lo largo de la
penetración y las proezas sexuales son símbolos de
vida (poder y control sobre los demás,
autoafirmación de la virilidad. De esta forma, la
superioridad, sexo erótico inagotable, por ejemplo)
aftrmación de su identidad masculina exige dei varón
varia de acuerdo a las características sociales,
comportamientos sexuales que se basan en correr
económicas y demográficas del varón, y del
riesgòs y en una falta de cuidados de eUos mismos y
ambiente en que creee y vive. Por otra parte, la
de sus parejas. Esta total indiferencia con relación a
masculinidad es considerada una cualidad que así
actitudes preventivas, así como las relaciones sexuales
como se obtiene se puede perder, de acuerdo a
irresponsables, son conduetas que favorecen las
las circunstancias y a la historia de cada individuo
enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el
(Figueroa & Liendro, 1995).
embarazo no deseado (Bronfman & Minello, 1995;
Paiva, 1996; Barbosa & Uziel, 1996).

En esta culatra patriarcal, la sexualidad erótica RELACIONES DE GÉNERO


que está centrada en su propio placer es una expresión De la misma forma como se construye la
más del poder del varón, en el cual la mujer es el
masculinidad, la feminidad también inicia su
objeto dei deseo sexual y la proveedora de ese placer. construcción desde antes dei nacimiento y con6núa a
La masculinidad, dentro de esa construcción, se mide lo largo de la vida. Los nifios son estimulados a jugar
de acuerdo a la exclusividad y multiplicidad de sus en espacios abiertos, en la calle, a la pelota, con autos
parejas heterosexuales. La satisfacción está centrada
y a la guerra. Las nifias juegan con mufiecas, imitan
en los genitales y en la penetración. Se caracteriza
las tareas domésticas ejercidas por su madre y raras
también por la homofobia y el rechazo a cualquier veces les es permitido jugar fuera de su casa. Desde
feminización de sus conductas (Figueroa, 1998; pequefios los varones comienzan a percibir su fuerza
Kaufman, 1994; Parker, 1991). y las nifias su dependencia. Se le ensefia a cada uno de
Otra funeión atribuida socialmente ai hombre ellos d lugar social que ocupan, en que d varón siempre
es el trabajo remunerado, lo que constituye el centro tiene poder y ventajas. Es común que a las nifias se les
de su respetabilidad en la sociedad. E1 trabajo le mande a lavar los platos o a arreglar la cama (de ella
permite obtener reconocimiento social y le otorga y de su hermano) mientras que ai nifio no se le
seguridad y autonomia (Valdés & Olavarría, 1998). atribwen tareas domésticas.
Por eso mismo, la pérdida dei empleo genera Culturalmente son definidos algunos patrones
tensiones no solamente económicas, sino también
de comportamiento en donde el poder y la
afectivas y de identidad. E1 trabajo remunerado ba desigualdad son elementos que favorecen al hombre
pasado a ser un papel tan arraigado en d varón que y donde la mujer debe postergarse a un segundo
la pérdida dei empleo se traduce en una disminución
plano. La moral se mide con diferente vara si se es
de su masculinidad, tanto desde la percepdón dei hombre o mujer: el hecho de tener deslices fuera dei
propio varón como de su mujer y de sus hijos (Lew- matrimonio en d hombre es permitido y considerado
Starowicz & Wieczorek, 1999). Se ha descrito que
natural mientras que a la mujer se le exige castidad,
hombres que quedan sin trabajo serían más violentos fidelidad y guardar silencio frente a la infidelidad
con las esposas e hijos, deprimidos y hasta más adictos masculina (Paiva, 1996; Gogna, 1998; Villela, 1997;
ai alcohol (Katzman, 1991). Barbosa & Uziel, 1996). En famílias de bajo nivel
Por otro lado, d hombre sin trabajo también económico la mujer tiene menos independencia y
tendría dificultad para asumir las tareas domésticas, menor importancia social. Esta desigualdad crea
pues encuentra que éstas son propias de la mujer y mayor obligación de someterse, por tener menos
por lo tanto despreciables. Esto se explica por el opciones de vida.
MAS~AD Y GÉNERO

En el ámbito público, una de las principales personas próximas y conocidas de la víctima. De


quejas de las mujeres con relación a la masculinidad, acuerdo con d Programa Nacional por Amostra de
es que las excluye. Se trata de hacerlas creer que es Domicilios (PNAD, Brasil) de 1988, las mujeres
mejor ser frágil, sumisa y poco inteligente, cuando en constituían e163% de las víctimas de agresiones físicas
realidad los hombres piensan que es mejor ser fuerte, cometidas por parientes en el espacio doméstico.
agresivo e inteligente. Otra queja es que se apropian Otros autores (Dearwater et ai., 1998; Dickinson et
de las cosas buenas de la vida... (Friedan, 1963). Por ai., 1998) observaron que la violencia física y/o sexual
lo tanto, sería mejor ser hombre. En el ámbito perpetra& por el compafiero o ex compafiero sexual
doméstico el poder no se ejercita solamente a través varió entre menos de 5% y más de 40% de las mujeres
de la violencia, también puede ejercerse considerando estudiadas. Los principales riesgos de la violencia
la mujer y los hijos como una categoria de empleados, sexual son las ETS, incluyendo el SIDA y d embarazo
dependientes y sumisos, lo que resulta en una falta de no deseado. Las primeras pueden nevar a secuelas
autonomía y de autocuidado de éstos (Szasz, 1999). como dolor pélvico crónico, embarazo ectópico y
esterilidad; el SIDA mata, y el embarazo no deseado
La desigualdad de poder entre géneros trae
frecuentemente termina en aborto provocado.
también graves consecuencias para la salud de la mujer
y, en menor grado, también para la del hombre. La Referente a este último, a pesar de que en la
manifestación más clara de la influencia de las mayoría de los países latinoamericanos la ley no
diferencias de poder entre géneros sobre la salud de penaliza la interrupción de un embarazo que es
la mujer es el trauma que resulta de la violencia resultado de una violación, con raras excepciones los
doméstica. Esta violencia, física, psicológica y sexual, hospitales ofrecen estos servicios y las mujeres se ven
es otra manifestación del poder de los hombres sobre obligadas a recurrir a abortos clandestinos, con grave
mujeres y nifios, tanto dentro como fuera dei riesgo de complicación y de muerte. Basta recordar
ambiente familiar (Szasz, 1999). Diversos estudios que alrededor de 15% de todas las muertes maternas
realizados en países desarrollados y subdesarrollados en América Latina son el restiltado de este tipo de
y en poblaciones de diferente nivel socioeconómico, aborto (WHO, 1993).
muestran una alarmante prevalencia de violencia
Aun en casos en que no hay una violencia
contra la mujer. Albuquerque et ai. (1998) estudiaron
manifiesta, otra forma de dominación masculina es
las causas muertes de mujeres entre 10 y 49 afios de
que al hombre le corresponden las decisiones acerca
edad. Encontró que las muertes por violencia
de la relación sexual (Szasz, 1999; Villela, 1997;
fueron la primera causa entre las mujeres de hasta
Goldstein, 1996). En este caso, d poder masculino
2 9 a fi o s . S e g ú n e l M o v i m i e n t o N a c i o n a l d e
se manifiesta por la falta de control de la mujer sobre
Derechos Humanos (MNDH, Brasil), compafieros
cuándo, con quién y en qué condiciones tiene
o ex compafieros fueron responsables por 72,3%
relaciones sexuales, lo que se ilustra claramente en la
de los asesinatos de mujeres en Brasil, en 1996
dificultad o imposibilidad de negociar el uso de
(CFEMEa, 1999).
condom (Villela, 1997).
Además del trauma físico, que es la
Otra forma en que el poder masculino influye
consecuencia más común, la violencia doméstica
en la salud de la mujer es a través de las relaciones
provoca una serie de otras consecuencias para la
intrafamiliares, porque muchas veces se da prioridad
salud de la mujer, que van desde una mayor
a la salud del hombre, sea esposo, abuelo o hijo varón,
frecuencia de uso de cigarrillos y alcohol,
sobre la salud de las mujeres de la misma familia,
alteraciones psicológicas como depresión, hasta
independientemente de la real necesidad de cuidado
manifestaciones somáticas gastrointestinales y
(Szasz, 1999; Careaga, 1996). La diferencia de género
ginecológicas (Dickãnson et ai., 1998).
se manifiesta con relación a la distribución de
Una forma de violencia con consecuencias alimentos y de cuidados en el ámbito doméstico, que
particularmente graves es la violencia sexual, también favorecen ai hombre (Zolla & Carrillo, 1998; Careaga,
de alta prevalencia y frecuentemente causada por 1996). E1 poder masculino también puede afectar la
SALUD Y GÉNERO

salud de la mujer a través de la falta de libertad para saiud masculina es construida de acuerdo al contexto
salir de su casa, aun para buscar cuidados médicos, social y a lo que significa en ella ser hombre. La
ya sea para consulta o para tratamiento. Esa falta de morbimortalidad eu d hombre es mayor que en la
libertad puede deberse ai exceso de trabajo doméstico mujer, debido principalmente ai efecto de la violencia
que la mujer debe asumir sola, a celos o a simple física y psicológica. Considerando que la masculinidad
coerción (Szasz, 1999). es aprendida en la nifiez y está centrada en el modelo
En los servicios de salud también es posible del héroe, es el padre o la figura paterna el que refuerza
observar d poder ejercido por los hombres, porque esa imagen de hombre, el que le dice que "debe ser y
en muchas ocasiones el proveedor decide lo que es debe comportarse como un hombre". Por otro lado,
el cuerpo masculino aparece como aquel que busca
más apropiado para la mujer, sobre todo si ella es de
bajo estatus socioeconómico. Le indica el método o se expone a riesgos y por ende desarrolla la violencia
y el enfrentamiento como una forma de obtener
anticonceptivo que debe usar sin darle la oportunidad
respeto de la mujer y de otros hombres. E1 varón
de elegir de forma libre e informada, lo que debería
necesita que su vida sea ilustrada por hechos heroicos
ser la norma. Este tipo de imposición es afin más
grave en el caso de métodos irreversibles, como la y al mismo tiempo tener historias para contar
(Fagundes, 1995; Gastaldo, 1995).
esterilización femeuina (Hardy et ai., 1996). Todo esto
es resultado de la falta de autonomía de la mujer Se observa que en esta sociedad los hombres
para decidir y de su desvalorización social en los mueren primero que las mujeres y que habitualmente
servicios de salud (Diniz & d'Oliveira, 1998; Fafindes, las causas de muerte reflejan una exposición deliberada
1996). Sin embargo, la relación de poder entre el de enfrentar riesgos y peligros. Las diferencias se
proveedor de servicios y la cliente es menos jerárquico observan eu el mayor número de muertes entre los
cuando d proveedor es mujer y el usuario hombre hombres causadas por violencia y accidentes, y
(Castro & Bronfman, 1998). también en la mayor morbimortalidad por
alcoholismo o sus consecuencia~ (Langer & Lozano,
Otra manifestación de desigualdad en las
1998; Bronfman & Gómez, 1998). Eu el campo
relaciones de género se observa en el mercado de
laborai, existe una división social del trabajo entre d
trabajo. Lo habituai es que se dé preferencia al hombre
hombre y la mujer en que generalmente el varón
tanto en lo que se refiere ai acceso a cargos como ai
asume las actividades más peligrosas, violentas y que
nivel de responsabilidad y a los saiarios que se le
requieren de mayor capacidad física (Langer &
atribuyen. Diversos estudios muestran que los salarios
Lozano, 1998).
pagados a mujeres son inferiores a los recibidos por
hombres que ejercen las mismas funciones (García, E1 hecho de correr riesgo, que se considera
1998; Lara, 1998; Ravelo, 1995; Stemberg & Wai1, parte de la naturaleza masculina, se manifiesta inclusive
1995). Otra diferencia importante es que mientras la en la salud reproducfiva, porque habitualmente los
mujer que trabaja fuera de la casa continfia ejerciendo varones no se protegen, ni tampoco protegen a sus
por lo menos algunas de las tareas domésticas, lo parejas del riesgo de transmisión de enfermedades
que constituye la llamada doble jornada de trabajo, el (Guimarães, 1996; Vi]leia, 1997; Gogna, 1998). Una
hombre que trabaja considera que esto lo libera de manifestación de esta conducta masculina es la
cualquier obligación doméstica (Bronfman & Gómez, sobremortalidad en hombres por HrV/SIDA en todo
1998, García, 1998; Langer & Lozano, 1998). el mundo, con la excepción de África al Sur del Sahara
(ONuSIDA/OMS, 1999).
La necesidad de responder a una norma de
EL PRECIO DE LA MASCHLINIDAD
mascttlinidad también afecta la solicitud de la atención
La identidad genérica masculina influye en la en los servicios de saiud. Para el hombre es muy difícil
saiud dei indivíduo. De acuerdo a la cultura en que él ocupar d papel de paciente y con frecuencia niega la
está inserto, la mascttlinidad se asocia con correr riesgo, posibilidad de estar enfermo y acude a un médico
con someterse a situaciones peligrosas y violentas. La en último momento, ya que lo contrario sería asumir
MASCIIUNIDADYGÉNERO

un papel pasivo, dependiente y de fragilidad (Careaga, en d campo cultural, económico y social; parte de
1996). E1 modelo aceptado de masculinidad hace estos cambios lo constituye la liberación y mayor
también muy difícil que el varón acepte estar enfermo integración de la mujer en et espacio público (Figueroa
dentro de su familia y de su grupo social. & Liendro, 1995). La lucha de las mujeres para hacer
Figueroa (1998) refiere que en asuntos desaparecer el patriarcado ha conseguido disminuir
relacionados a la salud reproductiva, la discusión de la influencia de éste en algunas estmcturas políticas,
la masculinidad se ha centrado en torno a la sociales y económicas.
participación~ masculina en la anticoncepción, o en Actualmente existe un gran número de
asumir d cuidado de los hijos. Pero no se ha discutido hombres que aceptan y apoyan los movimientos
que existe en la sexualidad del varón un componente feministas. Muchos, estando a favor o en contra, ya
de autodestrucción, producto de las relaciones de han percibido que el mundo está cambiando. Algunos
poder que eUos mantiencn. E1 análisis de género en de ellos continúan defendiendo el patriarcado, otros
salud reproductiva se ha limitado a resaltar la Uenos de dudas y temores acompafian el cambio sin
designaldad y la discriminación que sufre la mujer decidir qué actitud tomar y por último, existen
por el hombre, así como la exclusión dei varón de aquellos que entienden que los estereotipos actuales
diferentes responsabilidades. Se ha olvidado discutir deben desaparecer y defienden la igualdad de poder
acerca del sentimiento de aislamiento sufrido por el entre géneros (Kaufman, 1994).
varón, por tener que estar constantemente
La aparición dei feminismo ha afectado el
demostrando y ejerciendo un papel que
desequilibrio de poder que existía entre ambos
históricamente ha creado su identidad (Figueroa &
géneros, con una tendencia a mayor equidad entre
Liendro, 1995).
hombres y mujeres. Algunos hombres han
De la misma manera, la necesidad de ser y comenzado a expresar socialmente el problema que
parecer fuerte, viril, se transforma en un obstáculo significa la mantención de la opresión femenina. Esta
para que los hombres acepten la posibilidad de tener tenue transformación muestra que el género es
problemas de infertilidad, y difícilmente comparten dinámico y requiere de reformulaciones y cambios
con la mujer el proceso diagnóstico en las parejas periódicos dentro de las relaciones entre hombres y
que no consiguen tener hijos. Esta actitud afecta mujeres (Kaufman, 1994).
ciertamente a la mujer, que se somete a exámenes
En los últimos afios la mujer ba conseguido
que no serían necesarios si desde el inicio un simple
conquistar un mayor espacio social, incursionando
espermiograma hubiera diagnosticado un factor
en algunos ambientes que eran de exclusividad
masculino de esterilidad. Sin embargo, también afecta
masculina. De esta forma, el. espacio público está
ai hombre, porque retarda su diagnóstico y
paulatinamente integrando a la mujer y pasando a
tratamiento, que se hace más difícil si la
ser responsabilidad de individuos de ambos sexos.
enfermedad es evolutiva. Asimismo, el concepto
Sin embargo, el espacio doméstico continúa siendo
de que la fertilidad es un componente importante
de responsabilidad femenina y el hombre es
de la virilidad hace que el hombre estéril se sienta
solamente un cooperador cuando quiere y puede
disminuido en su masculinidad, le cueste aceptar
(Careaga, 1996).
la situación, culpe a su mujer y tenga dificultades
en encarar d problema, tanto frente a los servicios Algunas disciplinas, como la demografia y la
de salud como frente a la sociedad. medicina, que tradicionalmente no le habían dado la
debida importancia a los hombres en el proceso
reproductivo, comenzaron a cambiar esta actitud. Las
EL CAMINO HACIA LA DEMOCRACIA DE lAS Encuestas sobre Demografía y Salud, antiguamente
RELACIONES DE GÉNERO Uamadas Encuestas de Ferfilidad, comenzaron a incluir
una muestra de hombres en los últimos afios, después
En este momento se está hablando de una crisis de décadas en que sólo las mujeres eran entrevistadas.
de la masculinidad debido a los cambios ocurridos De la misma forma, no se involucraba al hombre en
SALUD Y GÉNERO

la atención ai embarazo y ai parto, considerándolo e identificación de algunas áreas conflictivas


responsable solamente de provocar la gestación relacionadas con d sexo, como bisexualidad, actividad
(Figueroa, 1998). Actualmente, se observa una y pasividad (Figueroa, 1998).
tendencia cada vez mayor a estimular la
Eu el ámbito doméstico, las funciones que eran
participación del hombre en la atención prenatal,
supremacía dei varón (autoridad, proveedor y
en la preparación para el parto y en su presencia
protector) se han desvaiorizado, porque la mujer ha
durante el nacimiento. Asimismo, los
ido caminando progresivamente hacia la liberación y
investigadores de nuevos métodos anticonceptivos
la igualdad. Estos cambios provocan conflictos
están mostrando una mayor preocupación por el
emocionales eu los varones, ai sentir que su papel
desarrollo de métodos masculinos.
está siendo cuestionado. Se vive una crisis de la
Según Figueroa (1998), la perspectiva de masculinidad en el ámbito público por el surgimiento
género permite repensar lo que verdaderamente de la competencia femenina y en lo privado, porque
significa ser mujer y ser hombre, como una posibilidad paulatinamente se vislumbra la democratizadón de
para resignificarnos como individuos. E1 análisis de ese espacio (Careaga, 1996).
género permite también redefirfir las diferencias entre
hombres y mujeres desde el punto de vista de las
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normas morales, y reconstruirlas con esta nueva
perspectiva. Ese proceso no debe quedar en el En d camino hacia la iguaidad, es fundamentai
discurso, sino traducirse en cambios conductuales en terminar con la separación de los dos espacios en
la vida social y familiar. En saiud reproductiva, llevar masculinos y femeninos, y con los desequilibrios entre
a cabo este proceso es doloroso, porque significa los géneros eu la vida diaria. Se debe aprender a vivir
para el hombre replantearse la propia identidad para sobre una base de iguaidad, y ese aprendizaje debe
poder asumir responsabilidades que no había comenzar a partir del nacimiento. Se hace necesario
aprendido a reconocer como propias. Se hace un cuestionamiento profundo ¿lue lleve a una
necesario favorecer la participación dei hombre en transformación del espacio social, al mismo tiempo
forma efectiva, a través de estrategias que lo ayuden que se discutan las condiciones que favorecerían una
a reconocer sus necesidades, a hablar de sí mismo, a inserción más igualitaria dei hombre en el espacio
analizar las transgresiones de normas y formas de privado. Para que estos cambios ocurran, los hombres
vida, así como a propiciar el autocnidado de su tienen que llegar a entender que las normas actuaies
cuerpo, olvidando estereotipos que lo someten a que aparentemente les dan las ventajas dei poder, ai
riesgos innecesarios. mismo tiempo los hacen prisioneros de estereotipos
que los atan y ahogan en una camisa de fuerza
Según Figueroa & Liendro (1995), algunos
cambios que se han producido en la masculinidad, artificialmente construída por la cultura patriarcal.
más que resultados de transformaciones en las Lo que hemos discutido hasta aquí, no ha
creencias y valores de los varones, se deberían tenido la pretensión de decir la última paiabra sino
principalmente a presiones socioeconómicas que los de contribuir constructivamente eu los esfuerzos para
obligan a aceptar el trabajo de la mujer, escapando aicanzar una sociedad en que el sexo biológico de la
de la norma. Esto resultaría en una cierta crisis vívida mitad de los seres humanos no sea más un motivo
por los hombres ai Verse impedidos de ejercer de discriminación.
ampliamente su domínio, como en el antiguo
referencial de masculinidad.
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Agradedmientos: a nuestros colegas y amigos Anibal Faúndes,


Maria Yolanda Makuch y Frandsco De Oliveira por d apoyo
en la revisión bibliográfica y por sus comentarios.

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