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En términos de políticas públicas, académica y análisis económico, se haría posible lo que hace
unos meses era impensable: La implementación de una renta básica en Colombia.
Si bien, la renta básica ha sido el epicentro de diversos estudios bajo pretensiones de eficiencia
y alcance dentro del territorio colombiano, aunque el término “Renta Básica” es nuevo en el
debate de las políticas públicas actuales, no es una propuesta nueva en los programas de
Gobierno. Pues el Exgobernador del Valle, Ubeimar Delgado Blandón incluyó en su programa de
gobierno cuando fue precandidato presidencial en el año 2016, el cual denominó “Gobierno
para las Regiones”, la propuesta “El mínimo vital” y “El ingreso mínimo familiar”, con el objetivo
de cubrir las necesidades básicas o primarias de la población perteneciente a los estratos 1 y 2.
Diversos sectores apoyan la propuesta, para lo cual es conveniente preguntarnos: ¿Cuál es la
capacidad de pago del Estado y a cuantas personas beneficiaría? ¿A cuáles programas les van a
quitar recursos? ¿Cuál es la agenda de reestructuración de gasto social?
Aunque existe otra dificultad. Alrededor de la mitad de los colombianos vive del trabajo
informal, se conoce exactamente los ingresos de la mitad que laboral formalmente, es decir, de
los que ganan de un salario mínimo en adelante. Esto tiene problemas para un diseño óptimo
del programa de Renta Básica Garantizada.
Una problemática que se opone a la implementación del programa, es que las personas
beneficiarias dejarían de trabajar incluso si recibieran medio salario mínimo, siendo
beneficiarios cada adulto dentro de un hogar. Pero, ¿Qué ocurre si trabaja y gana dinero y a su
vez se otorga el subsidio de acuerdo a ese ingreso generado? Veamos diferentes escenarios:
Si una persona se beneficia con medio salario mínimo ($490.329), este sería su único ingreso.
Pero sí esa persona trabaja y conserva el subsidio a cambio de un impuesto de x cantidad por
cada $100.000 adicionales que gane como salario, ¿qué efectos tendría? ¿Cuál es su alcance?
Esta parte de la simulación parece más prometedora. Si un individuo gana $900.000, lo que es
un poco más del salario mínimo, su ingreso mensual sería de $1’210.329 y su costo anual sería
de:
Otro análisis interesante, estaría dado por un impuesto de $50.000 por cada $100.000 de
ingreso.
Ingreso Subsidio Ingreso más subsidio
$ 0,00 $ 490.329 $ 490.329,0
$ 100.000,00 $ 440.329 $ 540.329,0
$ 200.000,00 $ 390.329 $ 590.329,0
$ 300.000,00 $ 340.329 $ 640.329,0
$ 400.000,00 $ 290.329 $ 690.329,0
$ 500.000,00 $ 240.329 $ 740.329,0
$ 600.000,00 $ 190.329 $ 790.329,0
$ 700.000,00 $ 140.329 $ 840.329,0
$ 800.000,00 $ 90.329 $ 890.329,0
$ 900.000,00 $ 40.329 $ 940.329,0
$ 1.000.000,00 $0 $ 1.000.000,0
Conclusión:
El plan de impuesto de $80.000 por cada $100.000 de ingreso acabaría con la pobreza extrema
con un costo de 4,6 Billones anuales, lo que representaría 0,43% del PIB. Pero sacar a todos los
Colombianos de la pobreza, costaría 30,4 Billones, esto sería el 2,8% del PIB.
Aunque los estudios econométricos no evidencias que las personas dejen de trabajar por tener
subsidios como la Renta Básica, no deja de ser una preocupación. El más adecuado sería el
impuesto de $20.000 por cada $100.000 de ingreso, pero se tendría en cuenta a una población
que “no necesita” el subsidio.
La implementación de una Renta Básica Universal es casi que un sueño inalcanzable, este tendría
un costo del 40% del PIB/anual.
Para que el programa cobije a la población más vulnerable, aún sabiendo que no se tienen datos
exactos de la misma, se debe recurrir a dos opciones: todos los Colombianos deben declarar
renta para saber realmente sus ingresos, o el Sisbén también puede ser una opción, pero hay
gente allí con puntaje realmente bajo y que sus ingresos son bajos, incurrimos en ineficiencia.
Sea cual sea el plan que en el congreso de la República se decida, se van a desfinanciar
programas o incluso algunos podrían desaparecer o en la nueva reforma tributaria (porque
necesariamente tendremos una), habría un alza de impuestos para cubrir este gasto, ya que ni
reduciendo el salario de los congresistas se completaría el presupuesto para tan ambicioso
proyecto.