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Raúl Villaseñor Hernández 1

Apéndice: Un vistazo a un esfuerzo contemporáneo en la literatura danesa

En este apéndice aclara que él es los distintos seudónimos con los que había atribuido su
obra aunque realmente no quedo conforme con su no explicación del para que crear
seudónimos para su obra. Por otro lado, creo que la ganancia de elaborar seudónimos es
hacer creer que hay una corriente de pensamiento homogénea basada en considerar que
muchos autores opinan de manera coherente entre ellos, sin disparidades.

Todo este apéndice es un recorrido de la obra de Kierkegaard, me parece interesante que


haya un momento donde un escritor hace un alto y reflexiona sobre los temas que ha
tratado y la línea de pensamiento que ha seguido, no sé si especulo demasiado pero la
idea que me viene a la cabeza es el de que se recapitula para establecer una especie de
inventario que a su vez le permitiera redirigir su pensamiento hacia otros caminos, o se
recapitula inventariando la obra como una especie de proceso preparación para la muerte,
ya que la obra en el caso de Kierkegaard es indudable que representa el telos de su
existir.

No es posible mencionar todas las obras que menciona aquí, más pertinente es comentar
algunas ideas asociadas a algunas de sus textos, me gustaría comenzar con esta: “sólo la
verdad que edifica es verdad para ti. Éste es un predicado esencial respecto a la verdad
como interioridad, y de ahí que su decisiva cualidad como edificante para ti, es decir, para
el sujeto, sea aquello que le distingue esencialmente de todo conocimiento objetivo, en
cuanto la subjetividad misma se vuelve el signo de la verdad” 1, la verdad para el individuo,
la verdad que produce virtud, la verdad que en lo individual produce esto, esa es la
verdad para el sujeto.

Kierkegaard es a todas luces, un promotor de la interioridad, un rescatador de aquel


“espacio” intocado por el conocimiento objetivo, y de las determinaciones que conlleva el
pensamiento objetivo ya que este en la modernidad y en la posmodernidad es la autoridad
para determinar todo aquello que se pudiera tomar como lo verdadero. El individuo existe,
con objetivad y con subjetividad pero el telos de lo humano está en el sujeto,
particularmente depende de el desarrollo de su interioridad o más bien, del desarrollo en
su interioridad.

Los tópicos de su pensamiento son muchos, pero a diferencia de otros él se ocupa de


aspectos muy prácticos como el hecho de pensar en las condiciones de posibilidad de que
realmente se pueda vivir de acuerdo a lo que se piensa lo cual tiene varias implicaciones.
Pienso que puede encontrarse un afán de coherencia al decir: “pensar es una cosa, y
existir en aquello que se ha pensado es otra” 2, no refiriéndose solamente al hecho simple
de los “habladores”, sino a la condición humana de poder hacer una filosofía que pueda
realizarse, volverse un hecho en los dos terrenos en que se mueve Kierkegaard, el

1
Kierkegaard, Soren. Postscriptum no científico y definitivo a migajas filosóficas. Apéndice. P. 255.
México. Editorial. Universidad Iberoamericana. 2009.
2
Op. Cit. P.257.
Raúl Villaseñor Hernández 2
Apéndice: Un vistazo a un esfuerzo contemporáneo en la literatura danesa

empírico y objetivo y el subjetivo. Así el individuo existente se relaciona ante la vida desde
un enfoque objetivo o subjetivo, la crítica radica me parece, en que el pensamiento
objetivo puede decir cosas como “las estadísticas dicen que los hombres no dejan de
ejercer violencia contra las mujeres en el 80% de los casos”, de tal forma que el hombre
con esa información objetiva se subsume en el efecto estadístico viéndose como un
individuo objetivo y no como un individuo existente con un ámbito subjetivo que puede
determinarlo en su sentido. En el camino objetivo el hombre es un fenómeno más en el
conjunto fenoménico estudiado, en el camino subjetivo está el homo responsable y
autodeterminado en función de su interioridad. Ahora, a mi me parece que es claramente
falso el camino objetivo cuando se trata de hablar del existente, pero también es un error
dejar como acabado al existente en el terreno subjetivo y decir que el único elemento es
la interioridad ya que también en este sentido lo humano es diverso e intercultural aunque
a Kierkegaard le parezca que el Dios cristiano sea la única forma de relación en
interioridad válida.

Otro punto fundamental en torno a la postura del estadio ético es que “el esticista en O
esto o lo otro pudo salvarse en virtud de su desesperación, e hizo a un lado lo oculto en
virtud de su apertura”3, es decir, en el estadio ético el humano se suma a lo general, a lo
que el mundo necesita, según él, lo oculto pertenece a lo estético, los deseos ajenos al
interés general deben ser dejados, la desesperación se da según él en la angustia por el
mal, en el hecho de que el sujeto está prácticamente condenado a la culpa de sólo
atenderse a él mismo.

Sin embargo, lo ético tampoco es el final del movimiento en la interioridad, lo ético no es


el fin del camino, es “con la pasión de lo infinito y en el instante de la desesperación, el
eticista se ha elegido por terror a situarse a sí mismo, a su vida y a su realidad en sueños
estéticos, en melancolía, en lo oculto. En consecuencia, ya no es posible plantear el terror
desde este ángulo; el escenario es la interioridad ética en el individuo existente. El terror
debe ser una nueva cualidad de la interioridad, por lo que el individuo que pertenece a
una más elevada esfera vuelve otra vez al punto en que la apertura, que equivale a la vida
de lo ético, se torna nuevamente imposible, pero de modo que la relación se invierte, de
suerte que lo ético, que anteriormente había impulsado a la apertura (mientras que lo
estético lo impedía), se convierte ahora en el impedimento, y es ya otra cosa la que apoya
al individuo en lograr una mayor apertura más allá de lo ético”. 4 Entonces los deseos no
satisfacen, producen angustia, lo ético aunque seguro y abierto al mundo implica negación
de los deseos individuales, riesgo ante el mal, y vacío de sentido en cuanto al existir, por
lo tanto en ese estado se brinca al estadio religioso, en el cual se vuelve a lo particular en
la interioridad en tanto que es la relación del hombre con Dios.

3
Op. Cit. P.259.
4
Op. Cit. P.260.
Raúl Villaseñor Hernández 3
Apéndice: Un vistazo a un esfuerzo contemporáneo en la literatura danesa

Y de esta manera llegamos a un punto peligroso de la filosofía kierkegaardiana, la forma


en que él valora el estadio religioso y el punto de donde lo sostiene: “lo ético es la
tentación; la relación con Dios ha llegado a la existencia; la inmanencia de la
desesperación ética ha sido rota; se ha introducido el salto; el absurdo es la notificación”. 5
Cabe señalar que lo ético es lo general según Kierkegaard, por lo tanto es necesario para
el bienestar de todos, se puede decir que lo general es lo que nos vuelve sociedad en
tanto que según él, en lo estético no se puede vivir en comunidad y entonces, llega él y
dice que se necesita ir al absurdo, dejar al mundo para ir con Dios, no por egoísmo sino
por Dios el cual además es fuente de lo ético, dado que Él estableció lo central y
fundamental de nuestro proceder ético.

El paradigma de todo esto es el libro de Temor y temblor donde describe su postura ante
el sacrificio de Isaac como prueba que Dios le pone a Abraham y donde efectivamente si
tomamos la historia aceptándola como algo en lo que se cree que sí sucedió,
efectivamente lo ético es tentación, donde si no se deja lo ético no se supera la prueba.
“La suspensión teleológica de lo ético debe tener una más definitiva expresión religiosa. Lo
ético, por tanto, se halla presente en todo momento con su infinito requerimiento, pero el
individuo es incapaz de cumplirlo plenamente”. 6 La disyuntiva requiere dejar lo ético,
aunque así como lo estoy diciendo no coincide con Kierkegaard porque él dice que el
individuo es incapaz de cumplir plenamente con lo ético si quiere cumplir con lo religioso
pero es a fin de cuentas, el hombre el que decide una cosa o la otra.

Por último, hay que introducir un elemento fundamental que ayuda a aclarar en que lugar
queda dentro del terreno de lo religioso: “La terrible exención de realizar lo ético, la
heterogeneidad del individuo respecto a lo ético, esta suspensión de lo ético, es el pecado
como un estado del ser humano”. 7 Lo cual significa que el pecado no corresponde ni a lo
estético, ni a lo ético, el pecado es un problema perteneciente al ámbito religioso, y
denota una estación del hombre, el pecado es una categoría superior a la ética porque ya
no tiene que ver directamente con el mundo sino con Dios.

Me atrevo a decir que no hay estadio religioso sin el concepto de pecado en Kierkegaard,
“el pecado es una crucial expresión para la existencia religiosa. En tanto no se introduzca
el pecado, la suspensión se convierte en un factor transitorio que a su vez se desvanece o
queda fuera de la vida como lo enteramente irregular. El pecado, sin embargo, es el
crucial punto de partida para la existencia religiosa; no representa un factor dentro de
algo más, dentro de otro orden de las cosas, sino que en sí mismo es el comienzo del
orden religioso de las cosas”.8 Es pecado desobedecer a Dios, y, según él, el estadio
religioso adquiere espacio gracias al introducir el pecado en esta relación.

5
Op. Cit. P.264.
6
Op. Cit. P.269.
7
Op. Cit. P.270.
8
Op. Cit. P.270.

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