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El Rey agradecido

Érase una vez, en un lejano lugar, donde reinaba uno de los mejores gobernantes hasta la fecha,
todos eran muy felices, los lugareños se sentían muy a gusto pues con las oportunidades de
trabajo que existían, nunca les hacía falta la comida e incluso los niños contentos, iban a sus
escuelas. Era una época de mucho esplendor en ese pueblo, todo al parecer era mágico, pues
poco a poco iban modernizándose como las grandes ciudades, ya contaban con semáforos, en sus
principales calles y eso hacía que se mantenga viva la esperanza de un futuro mejor. La familia
Real era muy cercana a la población, algo no muy bien visto por un número pequeño de personas,
que pertenecían a la clase alta, lo que hacía despertar la envidia de los mismos.

Es así que, en uno de sus viajes de trabajo, el avión donde se transportaba el Rey se estrelló en el
océano. Todos en el reino se encontraban muy preocupados, la reina y el príncipe perdían las
esperanzas de encontrarlo con vida, pues además de ser una persona de avanzada edad, los días
pasaban sin tener noticias a pesar de los innumerables esfuerzos realizados, les agobiaba la idea
que en dicha zona del mar habitaban muchas ballenas, uno de los cetáceos más peligrosos.

Ya habían pasado casi dos semanas del trágico accidente, y no cesaban los trabajos de rescate; un
buen día los brigadistas divisaron desde el helicóptero, a un hombre muy desmejorado que pedía
ayuda, en un archipiélago cerca al lugar; decidiendo acercarse, dándose con la grata sorpresa que
se trataba del rey, arribaron de inmediato a socorrerlo, sin embrago el pasar de los días habían
causado estragos en su salud.

Finalmente, con el transcurso de los meses, los cuidados de la Reina y las oraciones de todo el
reino; hicieron que de a pocos su salud mejore satisfactoriamente, pero el enorme corazón del Rey
hizo que una de sus primeras ordenes sea, llamar al brigadista que lo rescató, considerado ya
como héroe por todo el pueblo, para agradecerle y ofrecerle su ayuda en todo lo que se pudiera.

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