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MÓDULO 9
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MÓDUL
O9

DERECHO CIVIL V
Unidad ix

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UNIDAD N° 9:

1. VIOLENCIA FAMILIAR. Violencia de género. Maltrato infantil.


Convención Sobre La Eliminación De Todas Las Formas. De Discriminación
Contra La Mujer. Convención de Belem Do para. Ley 26485 de Protección
Integral a las Mujeres. Ley 24417 de protección contra la violencia doméstica.
Leyes Provinciales, 4175,6548, 6864, 6689,7717, 7239,

2. Responsabilidad por daños en el Código Civil y Comercial.


Jurisprudencia de la CIDH. Sistema Interamericano de Protección de los
Derechos Humanos vinculados con la igualdad de género y el derecho de las
mujeres.

10.-Medidas de Protección contra las Violencias.Familiar y de género.

Introducción

Vamos a adentrarnos ahora, a las situaciones familiares dónde el


conflicto entre los integrantes de la pareja requiere del juez de familia, medidas
urgentes de tutela personal y patrimonial a raíz de hechos extraordinarios,
pero no por ello menos frecuentes, como la violencia intrafamiliar o violencia
doméstica.

Así podemos definir a la Violencia familiar o doméstica como toda


acción u omisión dónde se ejerce la fuerza sobre uno de los integrantes del
grupo familiar. Silvia S. Garcia de Ghiglino manifiesta que la Violencia
constituye, entonces, un abuso de poder bajo distintas formas como modo de
resolución de conflictos interpersonales como un intento de someter la voluntad
de otro, de obligarlo, de “hacerse entender” algo que yo quiero. Pero también
puede presentarse como un modo de respuesta a los conflictos vinculares,
haciéndose habitual y cotidiana. Puede ser un intento fallido de lograr un
equilibrio familiar perdido o amenazado frente a alguna situación. En ocasiones
aparece como un mecanismo regresivo que se dispara frente a alguna
problemática presente que no se logra manejar de otro modo, o puede tomar
otras formas como la de descarga emocional por frustraciones y pérdidas, la de
venganza conyugal o de descontrol frente a una crisis de pareja

7.1.- Teorías que explican la Violencia Familiar.

Existen distintas teorías que explican el ejercicio de la Violencia


dentro del grupo familiar, el modelo psiquiátrico que sustenta la hipótesis de
que las personas que maltrataban a familiares sufrían algún tipo de trastorno
mental basado en el positivismo científico, la que no resulta suficiente para
explicar el fenómeno. Otros decían que las personas golpeadoras lo hacían por
el uso excesivo de sustancias psicoactivas (alcohol y drogas) que actúan como
deshinibidores de la conducta facilitando conductas violentas, sin embargo esta

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teoría no explica porqué algunas personas que abusan de éstas sustancias no


ejercen violencia sobre su familia.

La Medicina se ocupó también de estudiar el maltrato familiar a raíz de


los golpes y las lesiones que requieren la atención médica de las víctimas, más
como oposición al paradigma médico, el modelo psicosocial encuentra las
causas de las conductas del sujeto en su medio ambiente, sosteniendo que los
factores psicosociales, son decisivos en las conductas violentas, implicando la
repetición de una conducta del modelo familiar. Así el niño que fue testigo de
violencia en su infancia, imita al adulto y aprende a que esa es la forma de
comunicación interpersonal en las relaciones familiares, y al llegar a la adultez
lo repite en una cadena intergeneracional. Se naturaliza la violencia como un
modelo de educación para sus hijos que se imita al considerarse valiosa y
única y apropiada para resolver los conflictos intrafamiliares.

Destacamos también para explicar la Violencia familiar, el Modelo


sociocultural que sostiene que la sociedad detenta múltiples asimetrías que
generan grandes diferencias y contradicciones que provocan los
comportamientos violentos, la pobreza, la distribución no equitativa de la
riqueza, los actos de injusticia por parte del Estado, los órdenes jerárquicos que
subalternizan a los más vulnerables, el cambio del rol de las mujeres en la
sociedad, los medios de comunicación son situaciones generadoras de
Violencias en las familias.

El modelo ecológico-integrativo intenta ampliar la mirada respecto al


problema y permite intervenir en las distintas variables que incidente directa o
indirectamente en el sujeto. Y comprende el análisis de varios niveles dónde el
individuo se desarrolla, el nivel personal, el microsistema, el exosistema y el
macrosistema.

Más allá de las teorías que explican la violencia en las familias, la legislación,
debe dar una herramienta a las personas que integran el grupo familiar y que
se encuentran padeciendo cualquier tipo de violencia familiar, a fin de proteger
su integridad física y emocional.

7.2.- Marco Legislativo Internacional, Nacional y Provincial.

Así, a partir de la década del 70 se fue incorporando a la agenda


Internacional el tema de la violencia contra la mujer, flagelo cada vez más
extendido en nuestra sociedad y en todo el mundo. Los Organismos
Internacionales de derechos humanos del mundo occidental, consideran que
la desigualdad entre el hombre y la mujer da origen a la discriminación
productora de las violencias, especialmente en relación a los sectores más
vulnerables de la población como las mujeres, los niños y las personas adultas
y con discapacidad, razón por la cual han ido incorporando distintos tratados
Internacionales con la finalidad de disminuir la desigualdad y la discriminación

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con base en el género, a veces en forma generalizada y otras específicamente


refiriéndose al tema, pudiendo mencionar:

La Declaración Universal de Derechos Humanos-1948 articulo 2°


párrafo 1°, La Convención Interamericana de Concesión de Derechos a las
Mujeres (Convención de Bogotá), 1948 Articulo 1°, La convención Americana
sobre Derechos Humanos ( o Pacto de San José de Costa Rica), art. 17° apart.
4), La Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación
contra la Mujer (1979), artículo 15°, La Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, también llamada
Convención de Belém do Pará (1994). Lo importante de todos estos
instrumentos Internacionales de Derechos Humanos es que reconocen
expresamente la violencia de género y que la misma constituye una violación
de los derechos humanos de las mujeres, comprometiéndose los Estados
Partes a “adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de
hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de
cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad.

Nuestro país, suscribió la Convención de Belén do Pará y su


protocolo de actuación, por lo que estaba obligada a “adoptar medidas
proteccionales para evitar eventuales perjuicios”

En el orden Nacional se había sancionado en el año 1994 la ley


24.417 que establecía un procedimiento para proteger a las víctimas de la
violencia doméstica o familiar. Sin perjuicio de ello ante la firma y ratificación de
la Convención de Belén Do Para, en el año 1996 Ley 24.632, y de su
Protocolo de Actuación el país se vió obligado a adecuar su legislación interna
a dicha normativa, sancionándose la ley 26.485 sancionada el 9 de marzo del
año 2009, Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales.

En el orden Provincial, en el año 1995 y como consecuencia de la


modificación de la C.N. y la introducción de los tratados internacionales en el
articulo 75 inc. 22, se sancionó la ley 4175, de Protección contra la Violencia
Familiar, que en su artículo 1° refiere al concepto de violencia familiar: “Toda
persona que sufriese lesiones o maltrato físico o psíquico por parte de algunos
de los integrantes del grupo familiar, podrá denunciar estos hechos en forma
verbal o escrita ante el Juez con competencia en la materia que entiende en
asuntos de familia y solicitar medidas cautelares conexas. A los efectos de esta
ley y de acuerdo a lo establecido en el artículo 35 de la Constitución Provincial
1957-1994, se entiende por grupo familiar el originado en el matrimonio o en
las uniones de hecho”.

Esta ley tuvo un gran significado, ya que fue la primera ley que
abordó la temática estableciendo un procedimiento especial para las víctimas
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de la violencia familiar, ante el juez civil o penal, creando un ámbito dónde las
víctimas pueden concurrir a denunciar los hechos de violencia que sufrieran, la
intervención del equipo interdisciplinario y la adopción de medidas de tutela
personal, y luego con su modificación, decretar conjuntamente con las
medidas referidas en los incisos a); b) y/o c) del articulo 4) o con posterioridad
a las mismas, aún por expediente separado, provisoriamente alimentos,
tenencia y derecho de comunicación con los hijos.”

La creación del fuero del Menor de Edad y la Familia en el año 1999


como consecuencia de la sanción de la ley 4369- Estatuto Jurídico del menor
de edad y la familia significó otro hecho destacable para enfrentar esta
problemática ya que trajo como derivación la especialización del juez
competente y la intervención del Equipo Interdisciplinario en la ardua tarea de
obtener la protección de las víctimas.

También podemos destacar la sanción de la Ley Nro. 6689


Protección Integral a las mujeres que en su artículo 1° Capítulo I
Procedimientos – ARTÍCULO 1°: Adhiérase la Provincia del Chaco a los
artículos 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26 -inciso a) y sus apartados 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7
e inciso b) y sus apartados 2, 3, 4, 6, 7, 8 y 10, y artículos 27, 28, 29, 30, 31,
32, 33, 34, 35, 36, 38, 39 y 40 de la ley nacional 26.485-de Protección Integral
a las Mujeres-. Asimismo la Ley 4633 establece las Bases programáticas para
la Prevención y Asistencia a madres niñas y padres niños.

7.3. Medidas Cautelares de Protección contra la Violencia Familiar y de Género

Como manifestara precedentemente el derecho capta como valioso


la protección a los integrantes del grupo familiar que son Víctimas de Violencia,
imperativo constitucional-art. 14 bis- y desde esa perspectiva se dictaron leyes
destinadas a protegerlas en forma urgente cuando atraviesan éste tipo de
situaciones, a fin de poner fin al riesgo a la integridad física, emocional, sexual
o patrimonial de los que fuesen víctimas de ellas.

Dijimos que en el orden Nacional se sancionó la ley 24.417 de


Protección contra la Violencia familiar y en el orden Provincial, siguiendo sus
lineamientos, la ley 4175 de Protección contra la Violencia Familiar. Respecto
a la Violencia de Género, se sancionó la ley 26.485 de Protección Integral para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos
en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales resultando esta última más
amplia en un sentido, pero que refiere sólo a la protección del género, desde
niñas hasta la adultez, aunque igualmente podemos considerarlas
complementarias.

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Estas leyes contienen medidas protectorias contra las Violencias


estableciendo procesos “urgentes”, distinguiéndolas de las Medidas cautelares
“propiamente dichas” del C.P.C.C., ya que no dependen de un proceso
principal y a la que se las califica como “autosatisfactivas ”

Las medidas urgentes, o cautelares, según el texto de la ley 26485


pueden ser decretadas inaudita parte y tienen carácter provisorias ya que
pueden ser dejadas sin efecto por el juez cuando se modifiquen las
circunstancias que le dieron origen.

Ante la denuncia de ser víctima de violencia familiar, el juez tiene una


amplia facultad de disponer inaudita parte medidas cautelares que tienen como
finalidad esencial el cese de la conducta perjudicial, pudiendo elegir entre las
distintas posibilidades que ofrece la ley.

La ley 4175, al igual que su par a nivel Nacional, 24417 adopta


medidas protectoras y de carácter terapéutico para brindar asistencia y
protección de la justicia a aquellas personas que son víctimas de Violencia
familiar, no persigue sancionar al agresor sino sólo evitar que los hechos de
violencia se reiteren.

Esta Ley fue sancionada el 28 de junio de 1995, fue vetada por el


Poder Ejecutivo por Resolución N° 198/95, el 14/07/1995, promulgada el
27/09/95 y publicada en el Boletín Oficial 6894, de autoría de los diputados
Carlos viña, y Cecilia Baroni. Más tarde se introdujeron modificaciones por Ley
6864 que modificaron los arts. 5,6 y 7 primer párrafo, 8, e incorpora inc. d) al
art. 4 de la ley 4175.

También podemos mencionar otras normas de interés como la Ley


7230 de implementación del Botón Anti pánico, y las leyes complementarias,
4633 Bases programáticas para la prevención y Asistencia a la madres niñas y
padres niños, la ley 6448, ley de Mediación familiar obligatoria, la ley 7274 de
Restricción de portación del arma del efectivo policial denunciados por violencia
Familiar la ley 7852, Régimen de cuidador domiciliario y/o polivante, Decreto N°
289/91, de creación “Centro de Ayuda y Prevención a la Violencia Familia,
víctimas de delitos y el Decreto N° 616/11, que aprueba el funcionamiento de
los servicios de las Instituciones Asistenciales dependientes del Ministerio de
Desarrollo Social todas complementarias de la ley 4175 de Protección a las
Víctimas de Violencia Familiar que se encuentran vigente hasta la fecha .

7.4.- Objetivos de la Ley 4175

Los objetivos de la ley 4175 son dotar de herramientas al juez para


adoptar medidas protectoras y de carácter terapéutico, pensadas no para

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sancionar a los responsables del maltrato familiar, sino para brindar la


asistencia y protección de la justicia a aquellas familias que lo padecen.

La definición de Violencia Familiar del articulo 1° abarca a todo


integrante del grupo familiar que haya sufrido lesiones o maltrato físico o
psíquico, por parte de otro integrante, pudiendo constituir un solo hecho o
varios constitutivos o no constitutivos de delitos debiendo ser el juez quién
analice la gravedad de los hechos denunciados que merezcan tutela judicial y
que impliquen riesgos actual a la integridad física, psíquica o emocional.

En tal sentido la ley 26485, “Ley de Protección Integral para


Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contras las Mujeres en los Ámbitos
dónde Desarrollen sus Relaciones interpersonales, como dijimos es más
restrictiva, ya que sólo refiere a las mujeres, pero en otro sentido es más
amplia ya que se aplica no sólo a la violencia familiar sino a otras modalidades
de violencia contra las mujeres ejercidas en otros ámbitos, incluso las
perpetradas desde el Estado, o por sus agentes, la comunidad o en ámbito
privado: violencia institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, violencia
obstétrica y mediática (artículo 6°)

Esta ley plantea una discriminación positiva o inversa-sus normas


protegen a las mujeres, a través de las acciones positivas se buscó alcanzar
los objetivos de igualdad de oportunidad y trato, a fin de remediar innumerables
situaciones de abusos y desigualdades que aún hoy sufren muchas mujeres. El
espíritu de la ley es resguardar a la mujer de situaciones de violencia que estén
basadas en relaciones desiguales de poder. Así el art. 2° dice que “tiene por
objeto promover y garantizar: a) La eliminación de la discriminación entre
mujeres y varones en todos los órdenes de la vida….” De allí que pareciera que
no encuadran en la ley las situaciones de violencia que puedan presentarse en
las relaciones de pareja entre mujeres, hayan o no contraído matrimonio.

En la obra nos circunscribimos a analizar las Medidas protectorias


de la ley local 4175, ya que el contenido de la ley 26485, por su amplitud, nos
excede. Así cuando se refiere al grupo familiar, es el originado en el
matrimonio y en las uniones de hecho, sin perjuicio de que pueden incluirse las
relaciones de noviazgos, y/o cualquier tipo de parentesco, tan comunes en la
actualidad. La jurisprudencia local ha contemplado casos en que la pareja no
convive, no siendo requisito entonces la convivencia, al tiempo de la denuncia,
para hacerlo, ya que lo que al juez le interesa es si las familias se encuentran
atravesando situaciones de riesgo que ameriten la intervención jurisdiccional
urgente.

El Articulo 2° se refiere a cuando la denuncia es obligatoria, cuando


los damnificados fuesen menores o incapaces, ancianos o discapacitados, por
sus Representes Legales y/o el Ministerio Público, conforme artículo 25, 26 y
31 y 32 del Código Civil, siendo las personas obligadas a hacerlo el padre, la
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madre, tutor o curador y el Ministerio Público, los profesionales de la salud, de


la educación y cualquier persona que advierta una situación de riesgo respecto
de un niño o de una persona en estado de vulnerabilidad por un acto de
violencia hasta la denuncia anónima ( art. 6 ley 4377) , la cual no está
contemplada en la ley Nacional.

El articulo 4° último párrafo dispone “…. El juez establecerá la


duración de las medidas dispuestas de acuerdo a los antecedentes de la
causa. Dependiendo de las medidas que se decreten y ante la falta de
estipulación de un plazo por parte de la ley, generalmente los jueces locales
fijan las medidas que durarán mientras duren las circunstancias que dieron
origen a la misma, a diferencia de otros tribunales que consideran la necesidad
de la fijación de un plazo cierto, por ejemplo, treinta, sesenta, noventa días, etc.
En este punto considero que sería de suma importancia que nuestros jueces
comenzarán a disponer plazos ciertos para la finalización de la vigencia de las
medidas, a fin de no crear situaciones de incertidumbre provocadas por las
vigencias de las medidas sine die.

Ya ha sostenido la jurisprudencia que las medidas protectorias,


eficaces y urgentes deben tener duración limitada y transitoria, pues incluso
cuando basta la sospecha de maltrato para su adopción, las mismas están
dirigidas al amparo de la persona sometida a una situación de violencia actual
y su duración debe guardar relación con las características de la situación
denunciada y con la necesidad de contrarrestar la situación de violencia o el
riesgo que esta genera, sin que corresponda extenderlas por tiempo
indeterminado. De ello se infiere la provisionalidad de dichas medidas como
características esencial que hace a su naturaleza cautelar.

La misma autora sostiene que cuando el juez pondere que pese a


las medidas terapéuticas dispuestas, no lograron modificar algunas de las
conductas consideradas riesgosas para la víctima, podrá ordenar la continuidad
o la prórroga de la medida o por el contrario si se comprueba que se han
modificado las conductas dañosas, podrá disponer su levantamiento que se
dispusieron por el cese de la situación de violencia, recordando siempre que no
rige el plazo de caducidad de las medidas cautelares dando al juez la facultad
de establecer la duración de las medidas dispuestas.

En cuanto al Régimen recursivo, tanto la resolución que la admite


como la que deniega la medida cautelar de protección, es susceptible del
recurso de reposición o revocatoria, por tratarse de una providencia simple
para que el mismo juez que la dictó la revoque por contrario imperio. El plazo
para la interposición del recurso es de tres días y deberá fundarse en el mismo
escrito, que a su vez admite el ofrecimiento de prueba que hagan a su derecho,
dándosele trámite de incidente.

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Es de destacar que la ley 26485 en su artículo 33 establece


específicamente el trámite del Recurso de Apelación, plazos y efectos, sin
perjuicio del Recurso de Revocatoria que a criterio de Guhanon y Kielmanovich
también procede.

Por último es de importancia resaltar que estas resoluciones por


su naturaleza protectoria y no constituir sentencias definitivas no son
susceptibles de recursos extraordinarios, si bien la jurisprudencia ha entendido
en que en los casos en que la decisión cause un daño de tal magnitud que
exceda el interés individual de las partes o fuere de imposible reparación
posterior, es procedente el Recurso extraordinario.

La ley 4175 enuncia las medidas que puede disponer el juez en


cada caso concreto de acuerdo a la situación fáctica a resolver, las que tienen
carácter enunciativo, ya que también puede dictar otras que se relacionen con
el caso concreto y que tengan por finalidad hacer efectiva la tutela
jurisdiccional.

Las medidas se adoptarán inaudita parte en los casos de denuncias


graves por violencia, y el artículo 4 de la ley 4175 otorga facultades al juez
para adoptar las medidas adecuadas a las circunstancias del caso sin
sustanciación previa, dependiendo del caso concreto y de las circunstancias
fácticas del mismo. Es aquí importante el rol del Equipo interdisciplinario del
Juzgado del Menor de Edad y la Familia quién en su intervención debe evaluar
el informe de Riesgo en el diagnostico interaccional que prevé el artículo
Artículo 3º.- El juez requerirá un diagnóstico de interacción familiar efectuado
por peritos de diversas disciplinas para determinar los daños físicos y psíquicos
sufridos por las víctimas, la situación de peligro y el medio social y ambiental de
la familia – Las partes podrán solicitar otros informes técnicos.

Es el informe de riesgo elaborado por el E.I. del Juzgado, el que


sirve de base para que el juez en cada caso concreto elija las medidas
adecuadas: a) Ordenar la exclusión del autor, de la vivienda donde habita el
grupo familiar; b) Prohibir el acceso del autor al domicilio del damnificado como
a los lugares de trabajo o estudio; y c) Ordenar el reintegro al domicilio a
petición de quien ha debido salir del mismo por razones de seguridad personal,
excluyendo al autor; d) Decretar conjuntamente con las medidas referidas en
los incisos a); b) y/o c) o con posterioridad a las mismas, aún por expediente
separado, provisoriamente alimentos, tenencia y derecho de comunicación con
los hijos.”

a) Exclusión y Atribución del Hogar: Realizada la denuncia ante el juez de


Familia, y luego de realizado el informe de riesgo por parte, del equipo
interdisciplinario del juzgado, el juez podrá decretar ésta medida tan gravosa,
urgente y extrema, como es excluir del hogar a un miembro de la familia que
ponen en peligro la integridad física o la vida de otro integrante del grupo
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familiar en forma actual, ordenando que el autor de dichos actos deje de habitar
el hogar, atribuyéndolo a quién denuncia.

Cabe destacar que en estos casos, las medidas se decretan inaudita parte, a
diferencia de la previsión del artículo 721 del CC y C, en el proceso de Divorcio,
en la que la medida podrá adoptarse con sustanciación previa, corriéndose un
breve traslado o citándolo a una audiencia.

En los supuestos, que la víctima de la Violencia Familiar, debió retirarse del


hogar para resguardar su vida y/o su integridad física, el juez puede ordenar su
reintegro al domicilio excluyendo al autor de los hechos de violencia.

b) Prohibición de acceso del autor al domicilio del damnificado como a los


lugares de trabajo o estudio. Esta Medida que puede ser tomada por el juez en
forma individual o como complementaria de la anterior, tiene como finalidad
brindar mayor protección a la víctima a fin de evitar que cesen los hechos de
violencia a través de amenazas o acosos telefónicos, seguimientos en los
lugares de estudio o trabajo de las víctimas y se extienden actualmente a las
nuevas tecnologías en materia de comunicaciones como la prohibición de
envíos de e-mails, washap, mensajes de texto, mediante teléfonos celulares o
de cualquier otra forma que implique dañar a la víctima.

c) Decretar conjuntamente con las medidas referidas en los incisos a); b)


y/o c) o con posterioridad a las mismas, aún por expediente separado,
provisoriamente alimentos, tenencia y derecho de comunicación con los hijos.
La modificación de la ley 4175 por la ley 6864 introdujo esta nueva posibilidad
para el juez de familia quién puede decretar en el mismo acto y de acuerdo al
caso concreto el cuidado personal de los hijos o la guarda a favor de un
tercero, en interés y para protección de los niños y adolescente involucrados en
las situaciones de violencia familiar, por ser víctimas directas o testigos
presenciales de esos hechos que causan daño emocional y psíquico que ello
conlleva.

d) Alimentos Provisorios. Esta medida que también puede ser decretada


por el juez de familia tiene como finalidad, satisfacer las necesidades
alimentarias de la víctima de la Violencia y en su caso de los hijos menores de
edad. Estos alimentos tienen carácter provisorio y regirán por un plazo
determinado.

e) Derecho de comunicación y suspensión provisoria de este. Sucede que


en los casos de denuncias de Violencia familiar, los hijos suelen estar
involucrados en forma involuntaria en éste conflicto y sufren las conductas de
los adultos, cuando se adoptan las medidas con fines protectorios. Razón por
la cual así como el juez, dispone el cuidado personal unilateral para uno de los
progenitores, podrá también determinar un régimen de comunicación para el
progenitor excluido o con prohibición de acercamiento, o por el contrario, podrá

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suspender el régimen de comunicación si considera que del contacto resulta


riesgo para los hijos medida que tiene carácter restrictivo, ya que aquí rige el
principio del niño en mantener un régimen de comunicación con su progenitor
no conviviente y que hace a uno de sus derechos esenciales (art. 3 de la
Convención sobre los Derechos del Niño).

Otras medias que pueden ser adoptadas por el juez intervinientes están
previstas en el artículo 26 de la ley 26485 que resulta de aplicación en todo el
territorio Nacional que puede ser solicitadas por las víctimas de violencia o
adoptadas por el juez interviniente de oficio- alguna de ellas, ya están
previstas por la ley local.

a. 1. Ordenar la prohibición de acercamiento del presunto agresor al lugar de


residencia, trabajo, estudio, esparcimiento o a los lugares de habitual
concurrencia de la mujer que padece violencia;

a.2. Ordenar al presunto agresor que cese en los actos de perturbación o


intimidación que, directa o indirectamente, realice hacia la mujer;

a.3. Ordenar la restitución inmediata de los efectos personales a la parte


peticionante, si ésta se ha visto privada de los mismos;

a.4. Prohibir al presunto agresor la compra y tenencia de armas, y ordenar el


secuestro de las que estuvieren en su posesión;

a.5. Proveer las medidas conducentes a brindar a quien padece o ejerce


violencia, cuando así lo requieran, asistencia médica o psicológica, a través de
los organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil con formación
especializada en la prevención y atención de la violencia contra las mujeres;

a.6. Ordenar medidas de seguridad en el domicilio de la mujer;

a.7. Ordenar toda otra medida necesaria para garantizar la seguridad de la


mujer que padece violencia, hacer cesar la situación de violencia y evitar la
repetición de todo acto de perturbación o intimidación, agresión y maltrato del
agresor hacia la mujer.

b) Sin perjuicio de las medidas establecidas en el inciso a) del presente


artículo, en los casos de la modalidad de violencia doméstica contra las
mujeres, el/la juez/a podrá ordenar las siguientes medidas preventivas
urgentes:

b.1. Prohibir al presunto agresor enajenar, disponer, destruir, ocultar o trasladar


bienes gananciales de la sociedad conyugal o los comunes de la pareja
conviviente;

b.2. Ordenar la exclusión de la parte agresora de la residencia común,


independientemente de la titularidad de la misma;

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b.3. Decidir el reintegro al domicilio de la mujer si ésta se había retirado, previa


exclusión de la vivienda del presunto agresor;

b.4. Ordenar a la fuerza pública, el acompañamiento de la mujer que padece


violencia, a su domicilio para retirar sus efectos personales;

b.5. En caso de que se trate de una pareja con hijos/as, se fijará una cuota
alimentaria provisoria, si correspondiese, de acuerdo con los antecedentes
obrantes en la causa y según las normas que rigen en la materia;

b.6. En caso que la víctima fuere menor de edad, el/la juez/a, mediante
resolución fundada y teniendo en cuenta la opinión y el derecho a ser oída de
la niña o de la adolescente, puede otorgar la guarda a un miembro de su grupo
familiar, por consanguinidad o afinidad, o con otros miembros de la familia
ampliada o de la comunidad.

b.7. Ordenar la suspensión provisoria del régimen de visitas;

b.8. Ordenar al presunto agresor abstenerse de interferir, de cualquier forma,


en el ejercicio de la guarda, crianza y educación de los/as hijos/ as;

b.9. Disponer el inventario de los bienes gananciales de la sociedad conyugal y


de los bienes propios de quien ejerce y padece violencia. En los casos de las
parejas convivientes se dispondrá el inventario de los bienes de cada uno;

b.10. Otorgar el uso exclusivo a la mujer que padece violencia, por el período
que estime conveniente, del mobiliario de la casa.

Las Medidas protectorias pueden ser adoptadas por el juez interviniente


inaudita parte y por el plazo que el juez determine, reiterando la posición de
estar a favor de la fijación de un plazo determinado, para evitar la incertidumbre
jurídica y la adopción de Medidas terapéuticas de los involucrados. La
duración y extensión dependerán de las circunstancias invocadas y de las
características del caso concreto.

Las medidas que afecten a quién origina los actos de violencia en el grupo
familiar deben ser tomadas con independencia de los planteos de índole
patrimonial, pues lo que aquí se prioriza es el valor de la vida, de la integridad
física, psíquica, emocional, sexual de la víctima.

El Recurso de Apelación, tendrá efecto devolutivo, lo que significa que se traba


la medida dispuesta por resolución cautelar, ínterin su consideración y
resolución por el superior.

En definitiva, los tratados de derechos Humanos internacionales que hemos


mencionado supra, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, La
Convención sobre eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir, Erradicar y Sancionar la

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Violencia contra la Mujer, Belem do Pará, La Convención sobre los Derechos


del Niño, constituyen sin duda alguna el marco teórico que permitieron la
sanción en nuestro país de las leyes de protección contra la Violencia familiar y
de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales,
nos permiten hoy contar con herramientas concretas de protección a las
víctimas de la Violencia familiar, siendo de fundamental importancia
complementar con las políticas públicas por parte de los Estados para erradicar
las causas que la originan y para hacer realidad el valor de la justicia que se
fragmenta en los valores de amor, solidaridad, fraternidad, igualdad en nuestra
sociedad.

Nuestros tribunales locales receptan la normativa local, Nacional e


internacional, dictando Medidas protectorias de las Víctimas de la Violencia
Familiar ya por las denuncias que se realizan ante la Mesa de Atención y
Asesoramiento Permanente a la Víctima y a la Ciudadanía, o derivadas de la
Dirección de Defensa de la Democracia y el Ciudadano, o de la Comisaría de la
Mujer y/ o de cualquier otra manera prevista en las leyes aludidas.

Bibliografía:

PROCESO DE FAMILIA EN LA PROVINCIA DEL CHACO. María Cecilia


Baroni.

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