Está en la página 1de 4

1-Explique el particular contexto histórico de las dictaduras latinoamericanas de los

años setenta.
Las diversas dictaduras latinoamericanas de la década del 70’ deben comprenderse a partir
de su relación con el contexto bipolar que se había instaurado, luego de la Segunda Guerra
Mundial, por la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la URSS. Es decir, estos regímenes
contaron con el fuerte apoyo de la potencia capitalista de norte, que las educó bajo la doctrina
estadounidense de Seguridad Nacional, con el argumento de la lucha contra la subversión
comunista y la defensa de los valores occidentales cristianos. Parafraseando a Alain Rouquié
(1982), las Fuerzas Armadas no se presentaban como un grupo de presión o de interés
corporativo sino como el eje de la vida nacional. Es en este marco que golpes de Estado como el
de Chile en el 73’ o el de la Argentina en el 76’ tienen su mayor significancia al estar
relacionados con la peculiar división geopolítica de la época. Este contexto se había tensado aún
más luego de la Revolución cubana de 1959 ya que sirvió de motivación para muchos jóvenes
latinoamericanos que buscaban construir proyectos de liberación nacional.
Sin embargo, es menester no dejar de resaltar que dichos gobiernos de facto, desde mi
punto de vista, utilizaron el argumento de la “defensa de la patria” con el objetivo primordial de
cambiar la correlación de fuerzas entre los sectores dominantes/dirigentes y los sectores
populares para instaurar un modelo económico de sesgo neoliberal. Rodolfo Walsh, en su Carta
abierta de un escritor a la Junta Militar (1977), remarcó esta cuestión argumentando que en la
política económica de la Dictadura no sólo debe buscarse la explicación de sus crímenes sino,
además, el sufrimiento de millones de argentinos producto de una miseria planificada.
* Rouquié, Alain. “Hegemonía militar, estado y dominación social”. Buenos Aires. Siglo
XXI, 1982.
*Walsh, Rodolfo. “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”. Buenos Aires. 24 de
marzo de 1977.

2-¿Cuáles fueron las formas y metodología de la violencia de Estado en América


Latina?
La represión estatal estuvo basada en la técnica del secuestro, la tortura y el asesinato
clandestino de todos aquellos individuos y organizaciones consideradas disidentes. Además,
saqueaban todas sus pertenencias y destruían sus hogares. Los operativos solían hacerse de

Página 1 de 4
madrugada, cercanos al fin de semana para evitar que los familiares de las víctimas puedan
accionar rápidamente, y participaban un número importante de personas que siempre iban
provistas de una gran cantidad de armas con el objetivo de transmitir temor tanto a las víctimas
como al vecindario. Es loable destacar que estos “operativos” se hacían con la anuencia de las
fuerzas policiales de la zona e incluso con la connivencia, forzada o no, de las empresas
suministradoras de electricidad que cortaban la luz antes de la llegada de las patotas. Sin
embargo, la violencia también se extendió al ámbito cultural. Producto de ello, numerosos
artistas, pensadores, músicos y periodistas debieron optar por el exilio, o la actividad clandestina,
para evitar ser víctimas del aparato represor del Estado. En otras palabras, para las distintas juntas
militares no alcanzaba con “eliminar” la amenaza comunista de hoy sino que se debía evitar su
propagación en la sociedad. En esta última, tal como lo expresa el Informe de la CONADEP
(1985), se fue instalando el miedo a que cualquier persona, por más inocente que sea, podía ser
víctima de aquella infinita caza de brujas generando esto, la pérdida de empatía hacia el otro con
la ruptura de los lazos de solidaridad. Las frases “por algo será” o “algo habrán hecho” son el
triste retrato de aquella época.
Este plan sistemático de persecución, tortura y muerte, estaba sustentado en la creencia de
un enemigo irrecuperable, un ser humano sin derecho a la vida y contra el cual todo estaba
permitido. Como sostiene Hugo Vezzetti (2002), los centros de detención como la ESMA son la
fiel representación del potencial de degradación y envilecimiento moral que el sistema produjo en
sus agentes como en sus víctimas. Por otro lado, la mencionada clandestinidad de las operaciones
represivas las colocó al margen de cualquier ley haciendo de las victimas sujetos carentes de los
derechos humanos más elementales. Esto, además, dificultó fuertemente la tarea de las diversas
organizaciones de Derechos Humanos porque al suprimir cualquier rastro de lo sucedido,
ocultando las identidades de los captores y alterando los lugares que sirvieron de base operativa,
les fue muy difícil reconstruir lo acontecido y encontrar las personas desaparecidas.
Finalmente, producto de un “enemigo interno” con vinculaciones internacionales, las
distintas dictaduras militares de la región coordinaron sus esfuerzos para detener y trasladar a sus
víctimas al país de origen. Este sistema represivo transnacional recibió el nombre de Plan
Cóndor.
* Vezzetti, Hugo. Pasado y Presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina.
Buenos Aires. Siglo XXI. 2002.

Página 2 de 4
* Nunca Más, Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas,
Eudeba, 1985, Buenos Aires, pp. 15-59.

3-¿Qué formas adquirió la resistencia ante la dictadura en Argentina? ¿Puede


explicitar y elaborar las características de alguna de ellas?
Durante los años de represión la ciudadanía fue desinformada ya que los medios de
comunicación, por connivencia o por la censura, no dieron a conocer las atrocidades que la
dictadura cometía. Algunas vivían con miedo y otras fueron indiferentes a lo que ocurría a su
alrededor o, directamente, apoyaron a los militares. Sin embargo, hubo algunas que resistieron
clandestinamente desde sus ámbitos o lugares de trabajo intentando reunirse, compartir sus ideas
y de esta manera evitar las imposiciones del gobierno militar. Otras tantas lograron organizarse y
llevar adelante acciones concretas de crítica y resistencia. Entre ellas estuvieron “Las Madres de
Plaza de Mayo” que jueves tras jueves con sus cabezas cubiertas con un pañuelo blanco dieron
vueltas a la pirámide de la Plaza de Mayo, como respuesta forzada a la prohibición de reuniones
públicas, para exigir información sobre sus hijos. Eran un grupo heterogéneo desde lo social y lo
político pero crearon una unidad originaria en torno a un reclamo en común. De hecho evitaron
fundirse con otras organizaciones para mantener las bases comunitarias de su movimiento. Sin
embargo, no les fue sencillo poder visibilizar sus reclamos como consecuencia de la política
represora de la Dictadura y la censura de los medios de comunicación. Es frente a este contexto
nacional adverso, que las Madres intentarán obtener apoyo internacional a través de organismos
de Derechos Humanos y personalidades destacadas. En definitiva, y siguiendo lo expresado por
Silvia Sigal (2006), las rondas incesantes alrededor de la plaza sustituyeron la fuerza del número
por la terquedad de cuerpos sufrientes que reclamaban la verdad.
Por otro lado, algunos trabajadores encontraron formas de resistir al disciplinamiento de
la dictadura. En 1979 la CGT Brasil, dirigida en ese entonces por un trabajador de la industria
cervecera, Saúl Ubaldini, convocó a la primera huelga general. A su vez, en los distintos lugares
de trabajo se instrumentaron otros métodos de lucha como el boicot y el trabajo a reglamento, lo
que algunos autores llamaron la “resistencia defensiva”. Tal como lo expresa Pablo Pozzi
(21/03/2017) en La Izquierda Diario, la resistencia obrera careció de un proyecto político propio
y tuvo un carácter anárquico y espontáneo, pero fue fundamental para el fracaso del régimen.
Esta resistencia le restó legitimidad a la Junta y puso límites a su libertad para aplicar en

Página 3 de 4
profundidad su proyecto. Sólo así se puede comprender el fracaso del plan económico de la
dictadura y su necesidad de una “fuga hacia delante” a través de la guerra de Malvinas.
* Pozzi, Pablo. (21/03/2017). “La resistencia obrera a la dictadura”. La Izquierda Diario.
Sitio web: https://www.laizquierdadiario.com/La-resistencia-obrera-a-la-dictadura
* Silvia, Sigal. “La Plaza de Mayo, una crónica”. Siglo Veintiuno. Buenos Aires. 2006.
pp. 323-344.

4-¿Puede explicar las características de la búsqueda de reparación y justicia en el


periodo post-dictatorial en Argentina?
Con el triunfo del radicalismo en las elecciones democráticas de 1983 se inicia un período
donde se intentará reconstruir toda la trama de represión de los años de la Dictadura. Para ello se
conformó la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), que luego de
un arduo trabajo de recabado y análisis de información publicará su informe conocido como
“Nunca Más”. En él se explicará el procedimiento de secuestro, tortura y desaparición que
llevaron a cabo las Juntas Militares durante su período en el poder. En línea con lo anterior, 1985
será escenario de un hito histórico con el juicio a la Junta Militar por instancias civiles, algo que
en los Juicios de Núremberg no había ocurrido porque fueron tribunales militares quienes
juzgaron a los nazis. Sin embargo, este proceso no fue lineal ni progresivo ya que, producto de la
compleja trama política de nuestro país, hubo fuertes fluctuaciones en las decisiones de Estado
con respecto a lo ocurrido en los 70’. Es a partir de esto que se comprenden las posteriores leyes
de “obediencia debida” y “punto final” de 1987 en el marco del mismo gobierno que había
catalizado la búsqueda de la verdad y los juicios a las juntas. Este panorama se ensombreció aún
más cuando en 1990 el gobierno justicialista de Carlos Menem otorgó los indultos a los acusados
de crímenes de Lesa Humanidad con el argumento de cerrar las heridas y divisiones del pasado.
Finalmente, y como un síntoma de lo cambiante que es nuestro país, a principios del nuevo siglo
los juicios se reabrieron y se derogaron las leyes de la impunidad. En todo este largo trayecto hay
una clara dimensión de género ya que fueron las mujeres, en su rol de madres o abuelas, quienes
desafiaron al orden violento y masculino en pos de saber el paradero de sus seres queridos y serán
ellas los grandes símbolos de la lucha por los Derechos Humanos.

Página 4 de 4

También podría gustarte