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Identificación del problema

Uno de los principales problemas en la acuicultura es su impacto ambiental, ya que se


limita a la ocupación del territorio, liberación de efluentes con alto contenido en materia
orgánica, patógenos de peces y sustancias tóxicas, y liberación involuntaria de individuos
al medio natural. Los peces, al escapar de sus jaulas, pueden transmitir sus
enfermedades a los que viven fuera, contribuyendo a eliminar un buen número de
especies nativas. Por otro lado, la contaminación orgánica, producida por los vertidos de
piensos no ingeridos y por los desechos de los peces, afecta al ecosistema más próximo
a la piscifactoría. En conjunto, en torno al 85% del fósforo, 80% del carbono y 52% del
nitrógeno introducido en las jaulas pasa al medio marino a través de la comida,
excreciones de los peces y respiración.
Estudios confirman que las microalgas pueden representar un importante soporte trófico
para la acuicultura, tanto cualitativa como cuantitativamente, en diversos aspectos y
especies objeto de cultivo. Factores como la fase de cultivo, disponibilidad de nutrientes,
irradiación y temperatura suelen modificar la composición bioquímica de microalgas y eso
permite manejar sus cultivos con la finalidad de conseguir óptimas condiciones
nutricionales. El contenido de aminoácidos es muy favorable desde la perspectiva
nutricional y la proteína producida por microalgas puede considerarse como de elevado
valor biológico. Una aplicación importante de las microalgas marinas es la de su empleo
durante la etapa de cultivo larvario en peces marinos, donde contribuyen
significativamente en la consecución de alevines de elevada calidad.

También, se han tratado aguas de desecho en base a las microalgas, utilizadas como
purificadoras de efluentes con altos contenidos de materia orgánica (aguas residuales)
que remueve los nitratos, fosfatos, y otros elementos presentes en gran cantidad. En
piscinas de oxidación o estanques se pueden obtener dos productos esenciales: proteína
vegetal (biomasa), y también aguas tratadas y recuperadas. Esto puede ser una
alternativa para el pienso animal piscícola, y el agua tratada puede reutilizarse, ya sea en
los estanques de los peces, o en otras actividades de la granja piscícola.

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