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Factores de la comunicación en la

vida cotidiana

El ser humano se define por su condición de sociabilidad,


y si es sociable lo es porque puede comunicarse, es decir,
intercambiar de una parte sus pensamientos y emociones, y
de otra sus creaciones y experiencias. A estos se deben los
mejores logros humanos. “Al comunicarse con pensamientos
y emociones las personas viven y se expresan, y cuando el
objeto de comunicación son sus creaciones y experiencias,
tanto los individuos o grupos progresan y se enriquecen
culturalmente” (Gómez Delgado, T.; 1998).
La comunicación es una condición necesaria para la
existencia del hombre y uno de los factores más importantes
de su desarrollo social. J. C Casales. (1989), plantea que al
ser uno de los aspectos significativos de cualquier tipo de
actividad humana, así como condición del desarrollo de la
individualidad, la comunicación refleja la necesidad objetiva
de los seres humanos de asociación y cooperación mutua.
Los factores de la comunicación en la vida cotidiana.

1. Qué es la comunicación cotidiana


2. Principios y funciones del lenguaje en la vida cotidiana
3. ¿Qué importancia tiene la comunicación en la vida
cotidiana?

1. Qué es la comunicación cotidiana


Lo que es bien cierto, es el hecho de que comunicarse
constituye el fundamento de toda la vida social. Es un
proceso que pone en contacto psicológico a dos o más
personas y funciona como momento organizador y como
escenario de expresión de la subjetividad en el que se
intercambian significados y sentidos de sujetos
concretos construyéndose la individualidad y el
conocimiento del mundo. Al decir de Morales Álvarez “La
sociedad como realidad objetiva se convierte en realidad
subjetiva cuando el individuo interioriza en su conciencia y
asume como propio el mundo social producido por el hombre,
objetivado en significados del lenguaje, como externo a él"
(Morales Álvarez, J. y Cortés, M. T., 1997, p-46).
Para Wilbur Schramm uno de los principios básicos de la
teoría general de la comunicación es que “los signos
pueden tener solamente el significado que la experiencia
del individuo le permita leer en ellos” (Schramm, 1972,
p.17) ya que solo podremos interpretar un mensaje
dependiendo de los signos que hemos aprendido a atribuirles,
lo que constituye un marco referencial en función del cual
puede comunicarse un sujeto, o un grupo de ellos.
La comunicación, en la escuela histórico- cultural, fue
trabajada como categoría fundamental a partir de los trabajos
de L.S.Vigotsky acerca de las funciones psíquicas superiores,
quien destacó como éstas no responden a la línea de la
evolución biológica, sino que son el resultado de la
asimilación de los productos de la cultura, lo que se da sólo a
partir del contacto entre los hombres. En este sentido es de
destacar también la idea de L.S.Vigotsky acerca del origen
interpsicológico de todo lo psíquico, es decir como cada
función psíquica y la personalidad en general se genera como
procesos ínter-psicológicos para luego interiorizarse.
Durante el proceso de comunicación, los sujetos
involucrados se influyen mutuamente, es decir, interactúan
sus subjetividades a través de los procesos de
externalización e internalización. Unido a esto, se produce
una redefinición y configuración de la subjetividad, donde la
realidad llega a través del otro.

2. Principios y funciones del lenguaje en la vida cotidiana


La comunicación debe estudiarse como un proceso
multidimensional y polifuncional. En correspondencia con
esta premisa Lomov plantea la necesidad de abordarla desde
tres niveles de análisis con relación a su estructura:
Macronivel, Mesonivel, Micronivel.

Elementos de la comunicación
Generalmente, cuando hablamos de los elementos de la
comunicación, nos referimos al emisor, mensaje, receptor,
contexto, canal y código. Sin embargo, también podemos
analizar el acto comunicativo a través de otros prismas de
estudio.
Independientemente del valor implícito de los estudios de
Lomov acerca de los 3 niveles de análisis en la estructura a
los que se ha hecho referencia, concuerdo con lo planteado
por Andreieva, G. M. (1984, p-85) a este respecto cuando
aborda 3 elementos o factores de la comunicación en la vida
cotidiana entrelazados indisolublemente:
 Aspecto comunicativo: que no es más que el
intercambio de información, ideas, criterios entre los
participantes en la comunicación.
 Aspecto interactivo: que se refiere al intercambio de
ayuda, cooperación en la comunicación, de acciones de
planificación de la actividad.
 Aspecto perceptivo: que está referido al proceso de
percepción de los comunicadores, a cómo se perciben
ambos en el proceso de comunicación, de lo cual dependerá
la comprensión y la efectividad en el intercambio
comunicativo.

Estos tres aspectos a su vez se identifican con tres


funciones fundamentales de la comunicación que son:
 Función informativa
 Función afectivo-valorativa
 Función de Control

 Función informativa: que comprende el proceso de transmisión


y recepción de la información, pero viéndolo como un proceso de
interrelación. A través de ella el individuo se apropia de
experiencia histórico-social de la humanidad.
 Función afectivo-valorativa: que es muy importante en el
marco de la estabilidad emocional de los sujetos y su realización
personal. A través de esta función el hombre se forma una
imagen de sí y de los demás.
 Función de Control: mediante la cual se logra la
retroalimentación que tiene lugar en todo el proceso
comunicativo, que sirve para que cada participante conozca el
efecto que ocasiona su mensaje y para que pueda evaluarse a sí
mismo.
Las formas y el contenido de la comunicación se determinan por
las funciones sociales de las personas que entran en ella, por su
posición en el sistema de las relaciones sociales y por su
pertenencia a una u otra comunidad o grupo; se regulan por los
factores relacionados con la producción, el intercambio y el
consumo, así como por las tradiciones, normas morales,
jurídicas e institucionales y servicios sociales.
3. ¿Qué importancia tiene la comunicación en la vida
cotidiana?
Debido a que el proceso de comunicación es el que
permite que las personas se relacionen, se vinculen a través
de las diferentes actividades y esferas que engloban la vida
cotidiana, resulta necesario prestarle especial atención al
cómo desarrollar habilidades que potencien esta capacidad
humana.
Tendríamos que partir para ello, de cuáles serían las
condiciones, entorno a dicho proceso, que faciliten y propicien
su efectividad. En primer lugar, quisiera referirme a la
necesidad de crear un clima psicológico favorable, de
seguridad, confianza, positividad, empatía, entre otros
factores. Cuando hablo de la creación de clima, es preciso
orientarse en el otro comprendiéndolo y mostrando dicha
comprensión, ponerse en su lugar y aceptarlo, mostrarse
sincero, permitir una total expresión sin ofensas ni
agresividad. En esencia es estimar al otro, respetar su
derecho a expresar sus sentimientos.
La importancia del receptor del mensaje
Uno de los factores de la comunicación en la vida cotidiana
más importantes es el receptor. Resulta imprescindible
también como otro elemento esencial de la comunicación
interpersonal la capacidad y habilidades de
escucha adecuadamente desarrolladas en los participantes
del proceso comunicativo.
La posibilidad de un verdadero diálogo, aprendizaje y cambio
depende de que exista una alta capacidad de aportar datos
para afirmar lo que se piensa, con una alta capacidad
igualmente elevada para estar dispuestos a escuchar a
continuación, y llegar a modificar cualquier idea que sea
necesaria.
El saber escuchar es una habilidad que reporta sustanciales
recompensas: aumento en la producción y la comprensión,
renovada capacidad de trabajo y aumento de la eficacia,
reducción de la pérdida de tiempo y de materiales. Al tomar
mayor conciencia sobre el proceso de escucha, el individuo
se vuelve más confiable y logra entablar buenas relaciones, al
tiempo que aprende a reconocer el verdadero propósito que
subyace en los mensajes de los demás.
Comunicación y asertividad
La asertividad es una habilidad fundamental para el
establecimiento de las relaciones interpersonales. Cuando
hablamos de aprender a ser asertivos, me refiero a promover
el desarrollo de las habilidades que nos permitirán ser
personas directas, honestas y expresivas en nuestras
comunicaciones; además de ser seguras, auto-respetarnos y
tener la habilidad para hacer sentir valiosos a los demás.

La asertividad es una habilidad social que permite a la


persona comunicar su punto de vista desde un equilibrio
entre el respeto a los demás y el respeto de los demás a
la persona. Como tal, la asertividad es una cualidad o
comportamiento que poseen ciertos individuos de
comunicar y defender sus propios derechos e ideas,
respetando a los demás.
La palabra asertividad es de origen latín assertus. Hay un
elemento aquí que no puede faltar, siempre debe procurar
encontrar una solución "Ganar - Ganar", o sea, debe dirigir el
acto comunicativo en un sentido que beneficie a los
participantes del mismo.
Según Predvechni (1986), no solo estos elementos son
necesarios; sino que también la persona debe planificar el
lenguaje, el contenido, los medios para trasmitirlo y saber
retroalimentarse. Otro autor, Bert Decker (1981), destaca
cuestiones referentes a la voz, postura, etc.
La naturalidad es una estrategia de gran valor, debido a
que este es un recurso que permite causar impresiones o
enfatizar algo, de forma que sea asumido por el interlocutor
como verdadero, auténtico.
La intención comunicativa
El acto comunicativo es fruto del consenso
intersubjetivo, de la simetría de la relación entre los
interlocutores, en la que la fuerza, si existe, no es otra que la
del discurso racional. Estos actos comunicativos son por tanto
actos de emancipación (Hernández Aristu, 1992)
La relación recíproca de las partes con respecto al objeto del
diálogo, sólo puede ser efectiva a los efectos de la solución
de problemas cuando la situación se estructura como un
proceso cooperativo, en la que la actitud favorable al
propósito de alcanzar un objetivo común posibilita una
relación positiva de las partes, a la vez que es una condición
para que la contradicción en el plano del objeto de la
conversación pueda ser resuelta de manera conjunta.
Estas estrategias comunicativas, tienen de base una posición
cooperativa y que orientan el acto de comunicarse hacia la
expresión y entendimiento mutuos para la búsqueda de
soluciones conjuntas, de las tareas que dieron lugar el
establecimiento de la comunicación.
Mediante las mismas se logra un avance en el proceso
comunicativo, tanto subjetivo como objetivo, que es
experimentado por ambos participantes. Cuando una persona
se dirige a otra a través del lenguaje buscando un
entendimiento mutuo y una comunicación efectiva, se
presupone recíprocamente, que lo que cada una dice:
 Responde a la realidad; es verdadera.
 Que lo que dicen se ajusta a unas normas sociales y
están justificadas, es decir, que lo que dicen está justificado.
 Que al hablar lo hacen con sinceridad y veracidad, que
no pretenden engañar.
 Que lo que dicen es comprensible, inteligible para
ambos.
Técnicas para la comunicación eficaz

Las personas somos seres “sociales”, pasamos la mayor


parte de nuestras vidas con otras personas. Por consiguiente,
es importante aprender a entenderse con los otros y a
funcionar adecuadamente en situaciones sociales. Ciertas
habilidades de comunicación nos ayudan a mejorar las
relaciones interpersonales. La comunicación es el acto por el
cual un individuo establece con otro un contacto que le
permite transmitir una información.
Por eso, es importante aprender a comunicarse de forma
óptima, positiva y clara. En este artículo de Psicología-Online
vamos a descubrirte cuáles son las mejores técnicas para la
comunicación eficaz y que te ayudarán a establecer
puentes de comprensión muchas más positivos y sin errores.
Índice

1. 6 elementos para una comunicación efectiva


2. Tipos de comunicación: verbal y no verbal
3. La escucha activa
4. Habilidades para la escucha activa
5. Habilidades de comunicación y sus técnicas
6. La importancia de la comunicación no verbal

1. 6 elementos para una comunicación efectiva

La comunicación eficaz entre dos personas se produce


cuando el receptor interpreta el mensaje en el sentido que
pretende el emisor.
1. Emisor: La persona (o personas) que emite un
mensaje.
2. Receptor: La persona (o personas) que recibe el
mensaje.
3. Mensaje: Contenido de la información que se envía.
4. Canal: Medio por el que se envía el mensaje.
5. Código: Signos y reglas empleadas para enviar el
mensaje.
6. Contexto: Situación en la que se produce la
comunicación.
2. Tipos de comunicación: verbal y no verbal
Las formas de comunicación humana pueden agruparse en
dos grandes categorías: la comunicación verbal y la
comunicación no verbal:
 La comunicación verbal se refiere a las palabras que
utilizamos y a las inflexiones de nuestra voz (tono de voz).
 La comunicación no verbal hace referencia a un gran
número de canales, entre los que se podrían citar como los
más importantes el contacto visual, los gestos faciales,
los movimientos de brazos y manos o la postura y la
distancia corporal.
Comunicación verbal:
 Palabras (lo que decimos)
 Tono de nuestra voz (para-lenguaje)
Comunicación no verbal:
 Contacto visual
 Expresión facial (gestos de la cara), (Kinésica)
 Movimientos de brazos y manos (Kinésica)
 Postura y distancia corporal (Proxémica).

Pese a la importancia que le solemos atribuir a la


comunicación verbal, entre un 65% y un 80% del total de
nuestra comunicación con los demás la realizamos a través
de canales no verbales. Para comunicarse eficazmente, los
mensajes verbales y no verbales deben coincidir entre sí.
Muchas dificultades en la comunicación se producen cuando
nuestras palabras se contradicen con nuestra conducta no
verbal. Ejemplo:
 Un hijo le entrega un regalo a su padre por su cumpleaños
y éste, con una expresión de decepción, dice: “Gracias, es
justo lo que quería”.
 Un chico encuentra a su mejor amigo por la calle y, cuando
le saluda, el otro le devuelve el saludo con un frío y seco
“hola” y desvía la mirada.

3. La escucha activa

Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el


proceso comunicativo es el saber escuchar. La falta de
comunicación que se sufre hoy día se debe en gran parte a
que no se sabe escuchar a los demás. Se está más tiempo
pendiente de las propias emisiones, y en esta necesidad
propia de comunicar se pierde la esencia de la comunicación,
es decir, poner en común, compartir con los demás.
Existe la creencia errónea de que se escucha de forma
automática, pero no es así. Escuchar requiere un esfuerzo
superior al que se hace al hablar y también del que se ejerce
al escuchar sin interpretar lo que se oye. Pero, ¿qué es
realmente la escucha activa?

La escucha activa significa escuchar y entender la


comunicación desde el punto de vista del que habla. ¿Cuál
es la diferencia entre el oír y el escuchar? Existen grandes
diferencias. El oír es simplemente percibir vibraciones de
sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o
dar sentido a lo que se oye. La escucha efectiva tiene que ser
necesariamente activa por encima de lo pasivo.
La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no
sólo lo que la persona está expresando directamente, sino
también los sentimientos, ideas o pensamientos que
subyacen a lo que se está diciendo. Para llegar a entender a
alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber
ponerse en el lugar de la otra persona.

Elementos que facilitan la escucha activa


 Disposición psicológica: prepararse interiormente para
escuchar. Observar al otro: identificar el contenido de lo que
dice, los objetivos y los sentimientos.
 Expresar al otro que le escuchas con comunicación
verbal (ya veo, umm, uh, etc.) y no verbal (contacto visual,
gestos, inclinación del cuerpo, etc.).
Elementos a evitar en la escucha activa
 No distraernos, porque distraerse es fácil en
determinados momentos. La curva de la atención se inicia en
un punto muy alto, disminuye a medida que el mensaje
continúa y vuelve a ascender hacia el final del mensaje, Hay
que tratar de combatir esta tendencia haciendo un esfuerzo
especial hacia la mitad del mensaje con objeto de que
nuestra atención no decaiga.
 No interrumpir al que habla.
 No juzgar.
 No ofrecer ayuda o soluciones prematuras.
 No rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo: "no te
preocupes, eso no es nada".
 No contar "tu historia" cuando el otro necesita hablarte.
 No contra-argumentar. Por ejemplo: el otro dice "me siento
mal" y tú respondes "no te creo".
 Evitar el "síndrome del experto": ya tienes las respuestas al
problema de la otra persona, antes incluso de que te haya
contado la mitad.

Imagen: Pinterest

4. Habilidades para la escucha activa


Como hemos visto anteriormente, la escucha activa es un
pilar imprescindible para poder desarrollar correctamente
nuestras habilidades de comunicación. Esta se define como
la capacidad de no comprender en todos los niveles aquello
que nos están diciendo.
Técnicas de comunicación: elementos de la escucha
activa
 Mostrar empatía
 Parafrasear.
 Emitir palabras de refuerzo o cumplidos.
 Resumir 

 Mostrar empatía: Escuchar activamente las emociones


de los demás es tratar de "meternos en su pellejo" y entender
sus motivos. Es escuchar sus sentimientos y hacerle saber
que "nos hacemos cargo", intentar entender lo que siente esa
persona. No se trata de mostrar alegría, si siquiera de ser
simpáticos. Simplemente, que somos capaces de ponernos
en su lugar. Sin embargo, no significa aceptar ni estar de
acuerdo con la posición del otro. Para demostrar esa actitud,
usaremos frases como: “entiendo lo que sientes”, “noto
que...”.

 Parafrasear. Este concepto significa verificar o decir con


las propias palabras lo que parece que el emisor acaba de
decir. Es muy importante en el proceso de escucha ya que
ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite
verificar si realmente se está entendiendo y no
malinterpretando lo que se dice. Un ejemplo de parafrasear
puede ser: “Entonces, según veo, lo que pasaba era que...”,
“¿Quieres decir que te sentiste...?”.
 Emitir palabras de refuerzo o cumplidos. Pueden
definirse como verbalizaciones que suponen un halago para
la otra persona o refuerzan su discurso al transmitir que uno
aprueba, está de acuerdo o comprende lo que se acaba de
decir. Algunos ejemplos de esta técnica de comunicación
serían: "Esto es muy divertido"; "Me encanta hablar contigo"
o "Debes ser muy bueno jugando al tenis". Otro tipo de
frases menos directas sirven también para transmitir el
interés por la conversación: "Bien", "umm" o "¡Estupendo!".

 Resumir: Mediante esta habilidad de comunicación,


informamos a la otra persona de nuestro grado de
comprensión o de la necesidad de mayor aclaración.

5. Habilidades de comunicación y sus técnicas


Pero, además de la escucha activa, existen otras técnicas
para la comunicación eficaz. Aquí te descubrimos algunos
ejemplos y habilidades de comunicación que te ayudarán a
conseguir una buena escucha y comprensión.
Técnicas de comunicación: habilidades
 Evita las etiquetas. Al criticar a otra persona, hablar
de lo que hace, no de lo que es. Las etiquetas no
ayudan a que la persona cambie, sino que refuerzan
sus defensas. Hablar de lo que es una persona sería:
"te has vuelto a olvidar de sacar la basura. Eres un
desastre"; mientras que hablar de lo que hace sería:
"te has vuelto a olvidar de sacar la basura.
Últimamente te olvidas mucho de las cosas".
 Discutir los temas de uno en uno, no "aprovechar"
que se está discutiendo, por ejemplo sobre la
impuntualidad de la pareja, para reprocharle de paso
que es un despistado, un olvidadizo y que no es
cariñoso.
 No ir acumulando emociones negativas sin
comunicarlas, ya que producirían un estallido que
conduciría a una hostilidad destructiva.
 No hablar del pasado. Rememorar antiguas
ventajas, o sacar a relucir los “trapos sucios” del
pasado, no sólo no aporta nada provechoso, sino que
despierta malos sentimientos. El pasado sólo debe
sacarse a colación constructivamente, para utilizarlo
de modelo cuando ha sido bueno e intentamos volver
a poner en marcha conductas positivas quizá algo
olvidadas. Pero es evidente que el pasado no puede
cambiarse; por tanto hay que dirigir las energías al
presente y al futuro.
 Ser específico. Ser específico, concreto, preciso, es
una de las técnicas para una comunicación efectiva.
Tras una comunicación específica, hay cambios; es
una forma concreta de avanzar. Cuando se es
inespecífico, rara vez se moviliza nada. Si por
ejemplo, nos sentimos solos/as y deseamos más
tiempo para estar con nuestra pareja, no le diga
únicamente algo así: “No me haces caso”, “Me siento
solo/a”, “Siempre estás ocupado/a”. Aunque tal
formulación exprese un sentimiento, si no hacemos
una propuesta específica, probablemente las cosas no
cambiarán. Sería apropiado añadir algo más. Por
ejemplo: “¿Qué te parece si ambos nos
comprometemos a dejar todo lo que tenemos entre
manos a las 9 de la noche, y así podremos cenar
juntos y charlar?”.
 Evitar las generalizaciones. Los términos "siempre"
y "nunca" raras veces son ciertos y tienden a formar
etiquetas. Es diferente decir: "últimamente te veo algo
ausente" que "siempre estás en las nubes". Para ser
justos y honestos, para llegar a acuerdos, para
producir cambios, resultan más efectivas expresiones
del tipo: “La mayoría de veces”, “En ocasiones”,
“Algunas veces”, “Frecuentemente”. Son formas de
expresión que permiten al otro sentirse correctamente
valorado.
 Ser breve. Repetir varias veces lo mismo con
distintas palabras, o alargar excesivamente el
planteamiento, no es agradable para quién escucha.
Produce la sensación de ser tratado como alguien de
pocas luces o como un niño. En todo caso, corre el
peligro de que le rehúyan por pesado cuando empiece
a hablar. Hay que recordar que: “Lo bueno, si breve,
dos veces bueno”.

6. La importancia de la comunicación no verbal


Para cuidar la comunicación no verbal tendremos en cuenta
lo siguiente:
 La comunicación no verbal debe de ir acorde con la
verbal. Decir " ya sabes que te quiero" con cara de fastidio
dejará a la otra persona peor que si no se hubiera dicho
nada.
 Contacto visual. Es el porcentaje de tiempo que se está
mirando a los ojos de la otra persona. El contacto visual debe
ser frecuente, pero no exagerado.
 Afecto. Es el tono emocional adecuado para la situación
en la que se está interactuando. Se basa en índices como el
tono de voz, la expresión facial y el volumen de voz (ni muy
alto ni muy bajo).
Elegir el lugar y el momento adecuados
En ocasiones, un buen estilo comunicativo, un modelo
coherente o un contenido adecuado pueden irse al traste si
no hemos elegido el momento adecuado para transmitirlo o
entablar una relación. Es importante cuidar algunos aspectos
que se refieren al momento en el que se quiere establecer la
comunicación:
 El ambiente: el lugar, el ruido que exista, el nivel de
intimidad...
 Si vamos a criticar o pedir explicaciones debemos
esperar a estar a solas con nuestro interlocutor.
 Si vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo
u otras personas significativas.
 Si ha comenzado una discusión y vemos que se nos
escapa de las manos o que no es el momento apropiado
utilizaremos frases como: “si no te importa podemos seguir
discutiendo esto en... más tarde”.
Imagen: Analisis no verbal

Barreras de la Comunicación
Las barreras de la comunicación son una de las razones por
las que los procesos comunicacionales fallan. En muchas
ocasiones, el mensaje no es recibido exactamente de la
manera en que el emisor pretende. Por lo tanto, es importante
que el comunicador siempre busque una forma de verificar
que su mensaje se haya entendido claramente o, dicho de
otra forma, de superar estas barreras que impiden un flujo de
información adecuado.
Existen muchas barreras en la comunicación y éstas pueden
ocurrir en cualquier etapa del proceso. Estas pueden llevar a
que nuestro mensaje se distorsione y, por lo tanto, se corra el
riesgo de perder tiempo y/o dinero causando momentos de
confusión y malentendidos. Una comunicación eficaz implica
superar estas barreras y transmitir un mensaje claro y
conciso.
Es importante recordar que hay diferencias entre hablar y
comunicarse. Cuando hablamos, tendemos a erigir barreras
que dificultan nuestra capacidad de comunicarnos. Algunas
de las barreras de la comunicación durante la conversación
(sea cotidiana o formal) incluyen:
 Falta de atención, interés, distracciones o irrelevancia para
el receptor.
 Diferencias de percepción y punto de vista.
 El uso de la jerga. Términos demasiado complicados,
desconocidos y/o técnicos.
 Diferencias lingüísticas y dificultad para comprender
acentos desconocidos.
 Las personas a menudo escuchan lo que esperan escuchar
en lugar de lo que realmente se dice y llegan a conclusiones
incorrectas.
 Discapacidades físicas tales como problemas de audición o
dificultades del habla.

Barreras de la comunicación
De manera general, consideraremos el concepto de barreras
de la comunicación como todos aquellos factores que
impiden un adecuado flujo del mensaje comunicacional,
distorsionándolo, alterándolo u obstaculizando su
adecuada transmisión.

1. Tipos de barreras de la comunicación


1.1. Barreras Físicas
1.2. Barreras Semánticas o Lingüísticas
1.3. Barreras Psicológicas y Actitudinales
1.4. Barreras Fisiológicas
1.5. Barreras Administrativas

2. ¿Cómo detectar las barreras en la comunicación?


3. Estrategias para evitar las barreras en la
comunicación
3.1. Escuchar activamente
3.2. Utilice un lenguaje sencillo
3.3. Brinda una retroalimentación constructiva.

1. Tipos de barreras de la comunicación


Entre las barreras más comunes se encuentran las
siguientes:

1.1. Barreras Físicas


Por lo general, la comunicación es más fácil a través de
distancias cortas, puesto que se dispone de una mayor
variedad de canales de comunicación y se necesita de menos
tecnología. Aunque muchos dispositivos modernos nos
permiten reducir el impacto de las barreras físicas, las
ventajas y desventajas de cada canal de comunicación deben
evaluarse de manera que se pueda utilizar un canal
apropiado para un proceso comunicacional específico.

1.2. Barreras Semánticas o Lingüísticas


El idioma y la habilidad lingüística pueden ser barreras para la
comunicación. Sin embargo, incluso cuando uno se comunica
en el mismo idioma, la terminología utilizada en un mensaje
puede actuar como una barrera si no es completamente
entendida por el receptor. Por ejemplo, un mensaje que
incluya una gran cantidad de jerga y abreviaturas
especializadas no será entendido por un receptor que no esté
familiarizado con la terminología utilizada. Debemos
recordar usar un lenguaje que pueda ser entendido por el
receptor.

1.3. Barreras Psicológicas y Actitudinales


El estado psicológico del receptor influirá en cómo se recibe
el mensaje. Por ejemplo, si alguien tiene preocupaciones
personales y tiene mucho estrés, puede estar más
preocupado por sus preocupaciones personales y no ser tan
receptivo al mensaje como si estuviera en un estado de
calma. El manejo del estrés es una habilidad personal
importante que afecta nuestras relaciones interpersonales.
La ira es otro ejemplo de una barrera psicológica para la
comunicación. Cuando estamos enojados es fácil decir cosas
de las que luego nos arrepentimos y también malinterpretar lo
que otros están diciendo. De manera más general, las
personas con baja autoestima pueden ser menos asertivas y,
por lo tanto, pueden no sentirse cómodas para comunicarse;
pueden sentirse tímidas a la hora de decir lo que realmente
sienten, o leer subtextos negativos en los mensajes que
escuchan.
Las barreras actitudinales son comportamientos o
percepciones que impiden que las personas se comuniquen
efectivamente. Las barreras de actitud a la comunicación
pueden ser el resultado de conflictos de personalidad, poco
autocontrol, resistencia al cambio o falta de motivación. Los
receptores eficaces deben siempre tratar de superar sus
propias barreras de actitud para facilitar una comunicación
eficaz.
1.4. Barreras Fisiológicas
Las barreras fisiológicas pueden resultar del estado físico del
receptor. Por ejemplo, un receptor con audición reducida
puede no captar la totalidad de una conversación hablada,
especialmente si hay un ruido de fondo significativo.
1.5. Barreras Administrativas
Muchas empresas o instituciones pueden tener estructuras
organizativas poco ordenadas o demasiado jerárquicas, lo
que puede dificultar las comunicaciones. En este punto,
también se consideran los sistemas de intercambio de
información defectuosos, la falta de supervisión o formación
de las personas implicadas, el filtrado de información
confidencial, las brechas de comunicación entre jefes y
empleados, entre otros.
2. ¿Cómo detectar las barreras en la comunicación?
En ciertas ocasiones, las barreras son sutiles y no tienen
relación con aspectos como el tono de voz o el lenguaje
verbal y no verbal. Lo que una persona omite, sus silencios y
las frases inconclusas son indicadores que hay que tener
siempre en cuenta. En caso de detectar barreras de este tipo,
sólo existen dos opciones posibles:
 Intentar clarificar el mensaje mediante preguntas sobre el
proceso comunicacional.
 Dirigir la conversación y guiarla según sea lo mejor para
ambas partes.

3. Estrategias para evitar las barreras en la comunicación


 Escuchar activamente
 Utilice un lenguaje sencillo
 Brinda una retroalimentación constructiva

La mayoría de las barreras mencionadas anteriormente


pueden ser superadas por un comunicador especializado en
el manejo de la cultura organizacional o el clima laboral de las
organizaciones. A continuación, analizaremos algunas
herramientas que pueden utilizarse para superar las barreras
en las comunicaciones cotidianas.
3.1. Escuchar activamente
La escucha activa es una habilidad que se puede adquirir y
desarrollar con la práctica. Sin embargo, esta habilidad puede
ser difícil de dominar y, por lo tanto, tomará tiempo y
paciencia. Escuchar “activamente” significa concentrarse
plenamente en lo que se dice en lugar de limitarse a
“escuchar” el mensaje del orador. La escucha activa implica
escuchar con todos los sentidos. Además de prestar plena
atención al orador, es importante que el “oyente activo”
también sea “visto” para estar escuchando; de lo contrario, el
orador puede llegar a la conclusión de que de lo que está
hablando no le interesa al oyente.
Al proporcionar esta “retroalimentación”, la persona que habla
se sentirá más a gusto y por lo tanto se comunicará más fácil,
abierta y honestamente. Hay señales verbales y no verbales
que transmiten la escucha activa. Los signos no verbales
incluyen sonreír (si es apropiado), hacer contacto visual,
asentir con la cabeza en los momentos apropiados y evitar
distracciones. Estas señales no verbales transmiten el
mensaje de que usted está interesado en lo que el orador
tiene que decir, y que su atención está totalmente invertida.
También puede ser útil ofrecer signos verbales de escucha
activa. Reflexionar sobre algo que el orador ha dicho
haciendo una pregunta aclaratoria es una manera estupenda
de hacerlo.

3.2. Utilice un lenguaje sencillo


Es importante recordar a la audiencia a la que está hablando
y utilizar un lenguaje que pueda entenderse fácilmente. Evite
el uso de terminología o jerga especializada al hablar con
personas que no pertenecen a su mismo sector profesional.
La gente a menudo se siente intimidada por ese lenguaje y
puede tener miedo de admitir que no entiende el mensaje que
se está transmitiendo. Una herramienta importante a utilizar al
hablar es hacer una pausa de vez en cuando y hacer
preguntas para asegurarse de que su mensaje está siendo
entendido como es debido. También puede permitir que el
oyente haga preguntas para aclarar cualquier punto.

3.3. Brinda una retroalimentación constructiva


Recuerde que la retroalimentación es parte de la cadena de
comunicación. Mientras que la retroalimentación que usted le
da al orador/enviador puede ser ocasionalmente negativa, es
importante que sea de naturaleza constructiva. La intención
de la retroalimentación debe ser mejorar las habilidades del
orador. Esto fortalecerá la relación interpersonal y mejorará
las comunicaciones futuras.

3 errores comunes en la comunicación


 
Comunicarse bien no es una tarea fácil, pero no es imposible
si se pone empeño y ganas. Una comunicación
adecuada basada en el respeto, la empatía y la
asertividad debería ser prioridad en nuestra sociedad,
empezando desde todos los hogares y pasando como una
asignatura obligada en las escuelas. Pero desgraciadamente
esto no es así, y a no ser que siendo ya una persona adulta
te intereses por la buena comunicación y te formes para ello,
te quedarás anclado en una comunicación que muchas veces
resulta deficiente.
Una falta de comunicación rompe las relaciones entre las
personas ya que resulta casi imposible llevar adecuadamente
una resolución de conflicto, un motivo por el cual ya resulta
imprescindible saber comunicarse de manera correcta. Tener
una forma incorrecta de hablar a los demás y de dirigirse
hasta de un modo hiriente es algo horrible que no todo el
mundo es capaz de ver, reconocer y cambiar. Hoy quiero
hablaros sobre algunos errores comunes en la
comunicación que acostumbro a ver muy frecuentemente,
espero que si te sientes identificado hagas algo por mejorarlo.

 Generalizar
 Atacar
 No tener en cuenta los sentimientos del otro

1. Generalizar
Un error común en la comunicación de las personas
es generalizar los comportamientos, algo que puede hacer
que el interlocutor se sienta herido. Hablar con expresiones
que generalizan comportamientos en las personas como
"todo el mundo es igual", "siempre haces lo mismo", "cada
vez actúas igual", "eres tan pesado"...son expresiones que
además de herir puedes afectar gravemente la autoestima de
las personas, sobre todo si a quien va dirigido es a niños.
2. Atacar
Otro error para una comunicación acertada es personalizar
contra las personas cuando se está tratando de un tema en
concreto, llevándolo a lo personal e incluso llegando a atacar
a la otra persona. Por ejemplo imagina que alguien a quien
quieres ha hecho algo que no te ha parecido bien y en lugar
de decir qué es lo que no te parece bien y por qué, optas por
decirle a la persona: "Eres un imbécil, siempre haces igual".
Con esta frase, ¿Cómo crees que será lo siguiente que
ocurra?
En lugar de atacar a la otra persona, es mucho más
inteligente abrir el diálogo para poder cambiar la situación que
nos ha incomodado, en cambio si se decide atacar
seguramente sólo tendremos problemas y malestar.
3. No tener en cuenta los sentimientos del otro
¿Verdad que te gusta que te tengan en consideración y
tomen en cuenta tus sentimientos? Entonces, ¿por qué no
hacer lo mismo con los demás? Es decir, saber que la otra
persona está sufriendo y podemos identificar perfectamente
sus emociones pero preferimos mirar a otro lado hasta que
desparezcan es un grave error de comunicación, de
empatía y hasta de humanidad ya que sólo conseguirá que
crezca una gran muralla en la comunicación.

Axiomas básicos de la comunicación humana


Durante la década de los años 60 del siglo XX, un grupo de
investigadores de la Universidad de Palo Alto
(California) establecieron los siguientes axiomas básicos
respecto la comunicación humana:
1. Es imposible no comunicar. Aunque no se emitan señales
o se intente ignorar a alguien, siempre hay un intercambio
informativo.
2. Toda comunicación presenta dos aspectos: el contenido y
la relación. La comunicación verbal implica una significación
manifiesta, pero también hay aspectos no verbales como las
posturas, la mímica, etc.
Los aspectos no verbales deben interpretarse según unos
presupuestos culturales comunes, implícitos y
sobreentendidos.
3. Los humanos utilizan dos formas de comunicación: digital y
analógica. En la comunicación digital, la correspondencia
entre lo que se expresa y la información asociada es
arbitraria, exceptuando las onomatopeyas. Sabemos que
“mesa” representa típicamente una tabla con cuatro patas,
pero en otro idioma el mismo concepto se expresa con una
palabra diferente (“table”). Contrariamente, en la
comunicación analógica existe una gran relación entre los
gestos empleados y su significado.
4. La naturaleza de una relación depende de la puntuación de
las secuencias de comunicación entre interlocutores. Una
conversación se basa en intercambios. Los niveles analógico
y digital de la comunicación mantienen entre sí una relación
llamada puntuación, que es una secuencia aparentemente
lógica donde cada segmento de comunicación es
consecuencia del segmento precedente. Es imposible no
puntuar un mensaje porque todas las palabras son emitidas
de una forma determinada y los silencios siempre tienen un
significado, de acuerdo con el contexto. La puntuación de los
dos niveles de la comunicación es congruente cuando las
informaciones verbal y no verbal no entran en conflicto, y son
incongruentes cuando se contradicen (como cuando se dice
que sí pero la cabeza se mueve indicando que no).
5. Todo intercambio de comunicación es simétrico o
complementario, según se base en la igualdad o en la
diferencia. La relación simétrica pretende minimizar las
diferencias, mientras que la complementaria tiende a
potenciarlas. Cada interlocutor se sitúa en una de estas dos
posiciones en un momento determinado, aunque puede
modificarla continuamente, incluso con la misma persona. El
acuerdo sobre el tipo de relación que mantienen dos
comunicantes nunca se establece de forma continua y se va
redefiniendo en cada momento.

Teoría atribucional de Weiner: ¿A quién


culpamos de nuestros fracasos (y éxitos)?
Las personas tendemos a atribuir nuestros éxitos y fracasos a
diversos factores. Según la teoría atribucional de Weiner,
nuestro estilo atributivo depende de tres factores.

¿Qué es el estilo atributivo?


Nuestro estilo atributivo se refiere la atribución de causa que
hacemos de los acontecimientos que nos ocurren a nosotros
y a los demás. Por ejemplo, si llegamos tarde a trabajar,
podremos atribuir la causa del retraso a que nos hemos
dormido, a que hemos perdido el autobús, a que había mucho
tráfico, etc.

De la atribución de las causas que hagamos de los eventos,


pueden depender muchos factores, más de los que
imaginamos. Nuestra autoestima, nuestra motivación, nuestra
conducta y nuestras relaciones pueden variar en función de
nuestro estilo atribucional.

Las atribuciones negativas están relacionadas con


consecuencias negativas ya que las personas pueden no
realizar las tareas necesarias para alcanzar una meta por el
miedo al fracaso. Por su parte, las atribuciones positivas
están relacionadas con conductas que llevan al éxito y con
las consecuencias positivas de las acciones.
¿Cuál es tu estilo atributivo?
La teoría atribucional de Weiner señala tres dimensiones
sobre las que se construye el estilo atribucional. Son las
siguientes:

1. Localización de la causa (Locus de control). Se divide


en dos tipos:
Localización interna de la causa: Cuando atribuimos la
ocurrencia de un evento a factores de uno mismo. Por
ejemplo, asumir que hemos suspendido un examen
porque no hemos estudiado.
Localización externa de la causa: Cuando atribuimos la
ocurrencia del evento a causas externas. Por ejemplo,
que hemos suspendido porque el examen era muy difícil.
2. Estabilidad. Se divide también en dos tipos:
Estable en el tiempo: Cuando atribuimos la causa de un
evento a factores que no cambian con el tiempo y que
consideramos que no se pueden modificar, como pueden
ser capacidades (o incapacidades) propias. Siguiendo
con el ejemplo anterior, atribuir nuestro suspenso en el
examen a nuestra falta de capacidad.
Variable en el tiempo: Cuando atribuimos la causa a
factores que van variando según el momento, como
pueden ser factores que se han dado en ese momento
preciso pero que puede que en otro momento, aún en las
mismas circunstancias, no se den. En nuestro ejemplo,
atribuir nuestro suspenso a un fuerte dolor de cabeza el
día del examen.

3. Capacidad de control. Dos tipos:


Controlable: Cuando creemos que las causas de los
eventos las podemos controlar. Pensar que hemos
suspendido el examen porque hemos estudiado poco,
pero en el próximo podremos estudiar más, es un
ejemplo.
Incontrolable: Cuando pensamos que no podemos
ejercer ningún control sobre el evento. Pensar que hemos
suspendido porque el profesor nos tiene manía.
Pues bien. Partiendo de estas tres dimensiones,
podemos establecer todas las combinaciones posibles, lo
que resulta en los estilos atribucionales.

¿Cómo afectan estos estilos a nuestra vida?


Como hemos dicho arriba, aunque con excepciones, todos
nosotros solemos mostrar tendencia hacia un determinado
estilo atributivo. Un estilo atributivo inadecuado puede acabar
con nuestra autoestima o nuestra motivación, entre otras
cosas.
Pensemos, por ejemplo, si atribuimos causas externas a
nuestros logros, como la suerte, la elección de otra persona o
las circunstancias concretas.
Si no nos responsabilizamos de nuestros logros, estamos
perdiendo el refuerzo positivo de nuestro comportamiento o
nuestro esfuerzo. Si además pensamos que es estable en el
tiempo, es decir, que siempre es así, nuestra autoestima se
verá afectada por la ausencia de reconocimiento a las propias
habilidades y el consiguiente sentimiento de incapacidad.
Igual de negativo sería atribuir a causas internas y estables
nuestros fracasos, pues acabaríamos pensando siempre
vamos a fracasar porque no somos capaces de hacer otra
cosa, lo que nos lleva a la inacción, a no actuar para evitar
enfrentar el “supuesto” fracaso.

En cuanto a la capacidad de control, si pensamos que los


eventos que nos ocurren escapan a nuestro control, ¿qué
motivación tendremos para llevar a cabo cualquier tarea?, si
no podemos hacer nada para cambiar el resultado de las
cosas, ¿para qué actuar?. Adoptaríamos un estado de
indefensión.

Te puede interesar: Indefensión aprendida: Cuando la


resignación se adueña de tu vida

El otro extremo no es menos negativo. Pensar que tenemos


el control de todo aquello que nos pasa, puede llevarnos a
tratar de cambiar cosas que, en realidad no se pueden
cambiar, lo cual nos llenará de frustración y acabará con
nuestra energía.

Lo ideal es tratar de ser lo más realista posible, puesto que


unas veces nuestros fracasos serán nuestra responsabilidad
y otras no, y unas veces será un problema interno de cada
uno y otras el fracaso será fruto de las circunstancias.

Lo mismo podemos decir de los logros y éxitos. La atribución


de las causas ha de ser justa, responsabilizándonos de
nuestros logros cuando hayan sido fruto de nuestro esfuerzo
y señalar a factores arbitrarios cuando nos ocurran
acontecimientos positivos que no esperamos.

PARADIGMAS
El concepto de paradigma (un vocablo que deriva del griego
paradeigma) se utiliza en la vida cotidiana como sinónimo de
“ejemplo” o para hacer referencia a algo que se toma como
“modelo”. En principio, se tenía en cuenta a nivel gramatical
(para definir su uso en un cierto contexto) y se valoraba
desde la retórica (para hacer mención a una parábola o
fábula). A partir de la década del ’60, los alcances de la
noción se ampliaron y ‘paradigma’ comenzó a ser un término
común en el vocabulario científico y en expresiones
epistemológicas cuando se hacía necesario hablar de
modelos o patrones.
En este sentido, en su acepción como “modelo”, podríamos
establecer un ejemplo como el siguiente: El trabajo de
Valentino es un paradigma para muchos jóvenes
diseñadores.

El estadounidense Thomas Kuhn, un experto en Filosofía y


una figura destacada del mundo de las ciencias, fue quien se
encargó de renovar la definición teórica de este término para
otorgarle una acepción más acorde a los tiempos actuales, al
adaptarlo para describir con él a la serie de prácticas que
trazan los lineamientos de una disciplina científica a lo largo
de un cierto lapso temporal.
Cuando un paradigma ya no puede satisfacer los
requerimientos de una ciencia (por ejemplo, ante nuevos
hallazgos que invalidan conocimientos previos), es
sucedido por otro. Se dice que un cambio de paradigma
es algo dramático para la ciencia, ya que éstas aparecen
como estables y maduras.
En las ciencias sociales, el paradigma se encuentra
relacionado al concepto de cosmovisión. El concepto se
emplea para mencionar a todas aquellas experiencias,
creencias, vivencias y valores que repercuten y condicionan
el modo en que una persona ve la realidad y actúa en función
de ello. Esto quiere decir que un paradigma es también la
forma en que se entiende el mundo.

Los Paradigmas Más Importantes


Los tipos de paradigma más destacados son el paradigma
conductista, el paradigma histórico-social o el paradigma
cuantitativo, entre otros.

Etimológicamente, la palabra paradigma tiene su origen en la


antigua Grecia, derivada del término Paradeigma que se
traduce como modelo o ejemplo. Es precisamente esa la
acepción que se le otorga en la actualidad, ya que cuando se
menciona la palabra paradigma se habla de ejemplos,
patrones o modelos a seguir.
Por lo tanto la palabra paradigma se emplea para hacer
referencia al conjunto de creencias, ejemplos y normas
como un ideal a seguir ya sea de una cultura, o de una
sociedad.
Desde los años 60 del siglo XX el término se acuñó a las
investigaciones científicas así como en los estudios de
epistemología, pedagogía y psicología.
Origen y tipos principales de paradigmas
El filosofo griego Platón fue una de las primeras figuras
históricas en emplear este término para referirse a las ideas o
ejemplos a seguir, siempre y cuando se use dentro de un
contexto donde haya inspiración.

Por su parte, el filósofo estadounidense Thomas Kuhn fue


quien introdujo el término para describir el grupo de
actividades que definen los lineamientos de una disciplina
científica dentro de un espacio temporal.
En la ciencia, se concibe el paradigma desde un punto de
vista más práctico que plantea el descubrimiento de nuevos
espacios de investigación, otros caminos para conseguir la
formación y datos necesarios que permitan resolver los
problemas planteados en una determinada situación.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que este término se
puede aplicar en otros campos, además del científico, el
lingüístico, y las ciencias sociales.
El paradigma es todo aquello referido a la forma en cómo se
entiende el mundo, las vivencias y creencias de una sociedad
y todo lo que repercute en cómo el individuo percibe la
realidad que le rodea dentro del sistema social.
Dependiendo del ámbito en que se emplee, existe una
tipificación de los paradigmas. A continuación, podrás ver de
forma resumida las más utilizadas.

10 Tipos principales de paradigma


En el sector educativo, la formulación de nuevos paradigmas
supone una evolución para lograr el mejoramiento del
conocimiento disponible, considerándose como nuevos
instrumentos para resolver incógnitas (Luna, 2011).
1. Paradigmas educativos
Basados en este precepto, dentro de la educación se
reconocen varios tipos de paradigmas, de los cuales
destacan el conductista, constructivista, cognitivo y el
histórico-social.
2. Paradigma conductista
Enmarcado en la teoría conductista, este modelo estima que
el aprendizaje debe estar enfocado en datos observables y
medibles, donde el profesor se percibe como “una persona
dotada de competencias aprendidas, que transmite conforme
a una planificación realizada en función de objetivos
específicos” (Hernández, 2010, p. 114).
El profesor debe proporcionar a través de principios,
procedimientos y programas conductuales las herramientas a
los estudiantes para alcanzar los objetivos de aprendizaje
propuestos (Chávez, 2011).
El estudiante o alumno, dentro de este paradigma actúa como
el receptor de las instrucciones programadas por el profesor,
incluso antes de conocerlo, por lo que está condicionado a
ser un actor pasivo dentro de un mundo activo.
Se reconoce que el desempeño y aprendizaje escolar del
estudiante puede ser influido o modificado desde el exterior
del sistema educativo.
3. Paradigma constructivista
A diferencia del modelo anterior, este paradigma concibe al
estudiante como un ente activo y cambiante cuyo aprendizaje
diario puede ser incorporado a las experiencias previas y a
las estructuras mentales ya forjadas.
En este espacio de aprendizaje constructivista, el alumno
debe internalizar, transformar y reacomodar la información
nueva para adaptarla a los aprendizajes anteriores, lo que le
permitirá enfrentar las situaciones de la realidad.
4. Paradigma histórico-social
También conocido como modelo sociocultural desarrollado en
la década de 1920 por Lev Vigotsky, en el cual la premisa
principal es que el aprendizaje del individuo está influenciado
por su entorno social, historia personal, oportunidades y
contexto histórico en el que se desarrolla.
Estructuralmente, este paradigma se percibe como un
triángulo abierto, que no es más que la relación que existe
entre el sujeto, objeto e instrumentos en el que los vértices se
desarrollan dentro del contexto sociocultural desempeñando
este un papel fundamental en la construcción del
conocimiento.
5. Paradigma cognitivo
Desarrollado en los años 50 en Estados Unidos, este
paradigma se interesa en destacar que la educación debe
orientarse al desarrollo de habilidades de aprendizaje, no sólo
el enseñar conocimiento.
El modelo cognitivo se deriva de la combinación de tres
campos, considerados los antecedentes de este paradigma:
la teoría de la información, la lingüística y la ciencia de los
ordenadores.
Desde el punto de vista educativo, los objetivos primordiales
de la escuela, de acuerdo al enfoque cognitivo, deben
centrarse en el aprender a aprender y/o en el enseñar a
pensar. Las dimensiones cognitivas que se desarrollan en
este paradigma son la atención, percepción, memoria,
inteligencia, lenguaje, pensamiento, entre otros.
Paradigmas de investigación
En el marco de la investigación social se desarrollan niveles y
perspectivas en los que se plantean dos paradigmas
princípiales: el cuantitativo y el cualitativo.
Estos se diferencian en el tipo de conocimiento que se espera
obtener en la investigación realizada, de acuerdo a la
realidad, objeto de estudio y a las técnicas utilizadas en la
recolección de información (Gray, 2012).
6. Paradigma cuantitativo
Relacionado directamente a la perspectiva distributiva de la
investigación social, la cual tiene como finalidad describir con
precisión la realidad social que se estudia. Para lograr su
objetivo, este enfoque se apoya en técnicas estadísticas y
matemáticas, como el uso de encuestas y el respectivo
análisis estadístico de los datos obtenidos.
De esta forma, se construye un conocimiento apegado a la
objetividad evitando tergiversar información o generar
distorsiones derivadas de la subjetividad. Con este paradigma
se establecen leyes o normas generales de la conducta
humana desde la elaboración de conceptos empíricos.
7. Paradigma cualitativo
Por su parte el enfoque cualitativo, se relaciona
estrechamente con las perspectivas dialécticas y
estructurales de la realidad, centrada en analizar y
comprender las respuestas de los individuos a las acciones y
conductas sociales.
A diferencia del paradigma cuantitativo, en este se utilizan
otras técnicas fundamentadas el análisis del lenguaje como la
entrevista, discusiones temáticas, técnicas de creatividad
social, entre otros.
Con este paradigma se quieren comprender las estructuras
de la sociedad más que cuantificarlas, poniendo el foco en la
subjetividad de las personas y su percepción de la realidad
(Gray, 2012).
8. Paradigma positivista
Basado en el enfoque filosófico del positivismo, este
paradigma se desarrolló para estudiar los fenómenos en el
ámbito de las ciencias naturales. También recibe el nombre
de hipotético-deductivo, cuantitativo, empírico-analista o
racionalista.
Su origen se sitúa en el siglo XIX y también se aplica en el
área de las ciencias sociales, sin que afecte a las diferencias
que existen entre ambos campos de estudio.
En la investigación positivista se afirma la existencia de una
realidad única; partiendo del principio de que el mundo tiene
existencia propia, independiente de quien lo estudia y que
está regido por leyes, con las cuales se explican, predicen y
controlan los fenómenos.
De acuerdo a este enfoque, las ciencias tienen el objetivo de
descubrir dichas leyes, alcanzar las generalizaciones teóricas
que contribuyen a enriquecer el conocimiento universal sobre
un área determinada (González, 2003).
9. Paradigma interpretativo
Derivado del enfoque cualitativo, este precepto de la
interpretación plantea al investigador como descubridor del
significado de las acciones humanas y de la vida social,
describiendo el mundo personal de los individuos, las
motivaciones que lo orientan, y sus creencias.
Todo esto con la intención de estudiar a fondo lo que
condiciona los comportamientos. Este paradigma aplicado en
las ciencias sociales parte del concepto de que la acción de
las personas siempre está determinada por la carga subjetiva
de una realidad, la cual no se puede observar ni analizar con
métodos cuantitativos (González, 2003).
En el marco del paradigma interpretativo la investigación
presenta las siguientes características:
Investigación naturalista. Estudia las situaciones del mundo
real y su desarrollo natural sin manipular la información.
Análisis inductivo. La exploración se hace mediante
preguntas abiertas haciendo énfasis en los detalles para
probar mediante la deducción las hipótesis planteadas.
Perspectiva holística. Se fundamenta en conocer la causa y
efecto considerando el sistema complejo que representa la
relación de interdependencia de las partes involucradas.
Datos cualitativos. Captar las experiencias personales con
una descripción precisa de la información recolectada.
Contacto e insight personal. El investigador tiene un contacto
directo con la realidad estudiada y sus protagonistas.
Sistemas dinámicos. Se describen los procesos cambiantes
en el individuo o la sociedad durante la investigación,
entendiéndose el cambio y evolución como una parte
fundamental del estudio.
Orientación hacia el caso único. Se considera que cada
investigación es única en su categoría por la subjetividad de
los individuos y la realidad estudiada.
Sensibilidad hacia el contexto. La investigación se ubica en el
contexto histórico, social y temporal para situar los
descubrimientos realizados.
Neutralidad empática. Se reconoce que es imposible lograr
una objetividad plena. El investigador desarrolla empatía
hacia la situación estudiada y la perspectiva de los individuos.
Flexibilidad del diseño. La investigación no se enmarca en un
diseño único sino que se adapta a la combinación de distintos
diseños para comprender la situación y responder a los
cambios emergentes.
10. Paradigma empírico-analítico
En este enfoque se prioriza la objetividad sobre otros
elementos. Asumiendo de esta forma la replicabilidad en las
investigaciones lo que permite verificar el conocimiento
generado.
Derivado del paradigma cuantitativo, este modelo emplea
herramientas como el método deductivo y la aplicación de
estrategias y técnicas cuantitativas.
El objetivo de las investigaciones bajo este enfoque es
generar teorías y leyes que no son definitivas, basándose en
la experimentación, la lógica empírica combinada con la
observación y análisis de los fenómenos, al mismo tiempo
que se apoya de las teorías positivas y del racionalismo.
Ruptura de paradigmas
Cuando un paradigma se encuentra instalado y activo en
nuestro cerebro, procesamos los mismos pensamientos
repetidamente todos los días por lo que la mente que se crea
a partir de dichos pensamientos se torna automática,
inconsciente, rutinaria y familiar; en consecuencia, nuestras
respuestas ante los problemas, se tornan también
automáticas e inconscientes.
Lo anterior no tendría mayor relevancia si no fuera porque la
realidad, a diferencia de nuestros paradigmas, no es estática
y se encuentra en un cambio constante.
Cambiar o romper paradigmas, significa modificar la
manera de hacer las cosas y aquellos que se atreven a
hacerlo, son los que se adaptan mejor a los cambios y en
consecuencia, tienen mayores posibilidades de éxito.

El >>Coaching<<, una práctica y efectiva metodología de


>>superación personal<<, es la mejor alternativa para romper
los paradigmas que limitan el desarrollo de las personas. Si
has tomado la decisión de romper tus antiguos paradigmas,
llegaste al lugar indicado.

Comunicación persuasiva: el poder


de la intención

¿Por qué tu esquema mental camina por delante de ti?


La aceptación y la resignación: dos conceptos muy diferentes
Activa tus alarmas internas para incrementar el autocontrol
De entre los diferentes tipos de comunicación que existen, la
comunicación persuasiva se ha cargado en los últimos
tiempos de cierta connotación negativa. Se asocia con
manipulación de opiniones, ideas y personas.
Es cierto que puede usarse de esa manera, pero no podemos
dejar de lado la importancia que unas buenas habilidades en
comunicación persuasiva pueden, también, apoyar buenas
iniciativas y combatir malas ideas o propósitos. Es un tipo de
comunicación que se entrena en las grandes organizaciones
y una habilidad muy valorada en los altos puestos ejecutivos
y en política.

Vivimos en la era de la comunicación y, aunque no nos


hayamos parado a reflexionar sobre ello, somos todos
comunicadores. Las redes sociales nos han brindado un
escenario donde nos comunicamos a diario con otras
personas, de otras culturas, con muchos tipos diferentes de
ideas y opiniones.

En muchos de los que casos en los que influimos sobre los


demás no tenemos intención de hacerlo. O eso es lo que nos
decimos a nosotros mismos. Pero de alguna manera todas
las personas dan su opinión o su punto de vista sobre algo en
cualquier momento del día y todas querrían que su opinión se
tuviera en cuenta y que fuera aceptada o descartada con
razones, como mínimo.
¿Qué es la comunicación persuasiva?
Veamos a continuación dos definiciones de comunicación
persuasiva:
“La comunicación persuasiva es el uso intencionado de la
comunicación para lanzar un mensaje importante con el
propósito de calar en la audiencia”.
“La comunicación persuasiva es el uso intencionado de la
comunicación para manipular a las masas”.
¿Es el mismo mensaje? ¿Es la misma intención? El mensaje
puede ser positivo o negativo, la intención puede ser buena o
mala. Pero para que se de comunicación persuasiva se
requiere un comunicador, un mensaje, un receptor y un canal.
Vamos a ver cómo funcionan estos cuatro elementos:
El comunicador: hay una tendencia generalizada en aceptar o
rechazar un mensaje en función de quién lo comunica, más
que en función del contenido del mensaje. Entre las variables
que más éxito aportan persuadiendo es la credibilidad del
comunicador y, aunque nos parezca mentira, su aspecto.
El mensaje: es más fácil persuadir a otras personas cuando el
mensaje es novedoso, contiene pocos argumentos y se
presenta cargado de emociones (positivas o negativas) como
la esperanza o el miedo. Se puede presentar el mensaje de
forma bilateral, de manera que el mensaje presente los pros y
los contras de la idea u opinión. Son más persuasivos para
audiencias que poseen más información y educación.
También pueden presentarse de forma unilateral o sesgada;
cuando el mensaje presenta solo la posición de la intención
del mensaje. Este tipo de mensajes tienen más influencia
sobre personas con menos información.
Receptor o audiencia: las variables que más influyen son la
inteligencia y la autoestima. Son los dos factores que marcan
la diferencia entre aceptar un mensaje o rechazarlo. A mayor
inteligencia y autoestima, mayor nivel de análisis antes de
aceptar los argumentos de otros. Algo curioso es que el
mayor grado de persuasión no tiene un efecto inmediato, sino
tras varias semanas. Esto se conoce en psicología como el
sleeper effect.
El canal: los mensajes simples tienen más posibilidades de
convencer si se presentan a través de medios audiovisuales.
Los mensajes más complejos convencen mejor a través de
medios impresos.
¿Convencer o manipular?
A menudo confundimos el significado de estos dos términos.
En realidad, la comunicación persuasiva es toda
comunicación orientada con intención. Esa intención a
menudo no es más que el deseo de que otras personas
apoyen nuestras ideas y nuestras opiniones. Y en muchos
casos son buenas ideas. Ideas que pueden aportar mucho al
bienestar de los demás, ayudando a mejorar nuestro entorno
social o profesional.
No todas las personas quieren manipular a otros por beneficio
propio. Todo el mundo, continuamente, hace uso de la
comunicación persuasiva sin saberlo. Pero este tipo de
comunicación requiere de ciertas técnicas que pueden
entrenarse. Las más importantes son:
La lógica. Muchas personas defienden sus ideas u opiniones
basándose exclusivamente en emociones. Las opiniones
basadas en emociones pueden hacer defender las cosas más
extrañas como verdaderas. Pero la falta de lógica convence
poco. La emoción es necesaria, pero combinada con la
lógica.
La educación, la buena educación. Las personas que intentan
imponer sus ideas a base de insultos y faltas de respeto no
convencen a nadie. Esto se vive a diario en redes sociales.
Presentar opiniones con respeto hacia los demás convence
bastante más.
El sentido del humor. Este no debe faltar, especialmente para
poder rebatir los argumentos contrarios. Conviene entrenar la
ironía, que no el sarcasmo.
Convencer es incitar a alguien con razones, argumentos o
pruebas a hacer o decir algo. Convencer es la acción de
persuadir a alguien a hacer o decir algo sin ejercer la
violencia ni la coacción. La persuasión consiste en la
utilización deliberada de la comunicación para cambiar,
formar o reforzar las actitudes de las personas, entendiendo
por actitudes, un resumen de lo que opinamos de las cosas,
personas, grupos, acciones o ideas. Por ejemplo, si
preferimos una marca a otra, si estamos a favor o en contra
del aborto, qué opinamos de determinados partidos políticos,
etc.
La persuasión se basa en dos pilares fundamentales: la
credibilidad y la confianza. Ellos deben quedar reflejados en
nuestros argumentos.
Para conseguirlo necesita:
Cumplir lo que predica
1. Predicar lo que cumple (antigüedad, experiencia, bagaje)
2. Valorar la competencia
3. Ser fuerte pero, con cercanía y sin arrogancia. (El
tamaño sí que importa con respecto a las empresas)
4. Alianzas nacionales e internacionales para ganar cuerpo
5. Estudios y demostraciones (voces clínicas, científicas)
6. Posesión de normas ISO, o similares.

Las 7 claves para lograr persuadir:


1. El contraste
2. La reciprocidad
3. La coherencia
4. La adaptación
5. La empatía/belleza del emisor
6. La autoridad
7. La escasez o exclusividad
El contraste; por ejemplo, comunicar algo diferente que
genere conflicto en el receptor, para luego comunicarle lo que
realmente se quiere comunicar, de modo que le resulte un
alivio, y llegue más rápidamente a tener una actitud positiva
hacia ello.
La reciprocidad; se busca de alguna manera generar una
suerte de deuda con el receptor, es decir que experimente
una obligación ética o moral para ganar luego sus favores.
La coherencia; se intenta que el receptor crea que es
coherente al optar por determinado bien o servicio, actitud o
comportamiento. Un ejemplo ilustrativo es, el “día de los
enamorados” en el que se genera un consumo en apariencia
coherente con las fechas y con los seres amados.
La adaptación, que reúne los elementos comunicacionales
que llevan al receptor a considerar que el emisor es igual o
muy parecido a él.
La empatía/belleza del emisor; como sabemos, la imagen
dice más que las palabras.
La autoridad; es decir, el grado de calificación que tiene el
emisor para comunicar su mensaje. Por ejemplo, la
recomendación del uso de un dentífrico en boca de un
dentista suena mucho más creíble!
La escasez o exclusividad; en este caso, se quiere dar la
sensación de que es el momento idóneo para realizar algo.
(¡No deje escapar esta oportunidad!).

LOS MODELOS DE LA
COMUNICACIÓN

MODELO DE LA AGUJA HIPODÉRMICA


• Se pensaba que el receptor sólo necesitaba estar expuesto
al mensaje para que ocurriera el efecto, el cambio.
También conocida como teoría de la bala mágica, es un
modelo de comunicación que sugiere que un mensaje con
destino específico es directamente recibido y aceptado en su
totalidad por el receptor. Sus raíces datan a la psicología
conductista y es considerada hoy en día como obsoleta.
MODELO DE BREMBECK Y HOWELL
Para este modelo es importante el Feedback que pueda
darse en el proceso comunicativo, además de los argumentos
que ésta de para que sea efectivo.

Para esto, deben darse una serie de factores:


-La interpretación del mensaje que se haga y es importante
que el receptor tenga conocimiento de esto.
- La calidad del feedback que es consecuencia de las dos
series anteriores. Informa al emisor, mediante el retorno,
sobre la respuesta y los resultados de la recepción del
mensaje.
-Tener muy claro a quien se dirige el producto, quién lo
compra, además de saber los déficit y puntos a favor.
-Utilizar de buena forma la retórica Publicitaria.

1. La fuente es el origen, el sujeto que decide el propósito


de la persuasión
2. El objetivo es la meta, el resultado al que se desea
llegar
3. El análisis de la audiencia identifica al receptor
4. El mensaje se planea y organiza para obtener el
resultado que se busca
5. El canal o medio se elige para enviar el mensaje
6. El receptor interpreta o decodifica el mensaje en el
contexto de su marco de referencia y activa su sistema
motivacional
7. La retroalimentación es la respuesta que el receptor da
al mensaje. Si la respuesta no fue la esperada, se
analiza nuevamente a la audiencia. El nuevo análisis
del receptor revelará a la fuente la necesidad
de reformular objetivos y elaborar mensajes diferentes.

MODELO DE SHANNON Y WEAVER


En 1948, Shannon y Weaver lanzaron una teoría matemática
de la comunicación. Su primera versión apareció en el Bell
System Technical Journal de octubre de 1948, perteneciente
a la Bell Telephone Laboratories, organización a la que
Shannon se encontraba procesionalmente ligado.
Poco después el sociólogo Warren Weaver redacto un
ensayo destinado a enfatizar las bondades de esta propuesta,
que fue publicado junto al texto anterior en julio de 1949. El
trabajo de shannon se titula The Mathematical Theory of
comunication.

Se trata de un modelo de comunicación o, más exactamente,


de una teoría de la información pensada en función de la
cibernética, la cual es el estudio del funcionamiento de las
maquinas, especialmente, las máquinas electrónicas. Cuando
Shannon habla de información, se trata de un término con un
sentido completamente diferente del que nosotros le
atribuimos en general (noticias que nos traen a diario la
prensa, la radio y la TV). Se trata para él de una unidad
cuantificable que no tiene en cuenta el contenido del
mensaje.

El modelo de Shannon se aplica entonces a cualquier


mensaje independiente de su significación. Esta teoría
permite, sobre todo, estudiar la cantidad de información de un
mensaje en función de la capacidad del medio. Esta
capacidad se mide según el sistema binario (dos
posibilidades, 0 ó l) en bits (binary digits) asociados a la
velocidad de transmisión del mensaje, pudiendo esta
velocidad ser disminuida por el ruido.
Claude Shannon dice que el tiempo necesario para
transmitir información es proporcional a la cantidad de
información transmitida sea, si se transmite más
información, será necesario mayor tiempo.
Shannon trató de establecer a través de esta teoría una
ecuación matemática para poder medir el valor informativo de
los mensajes (la fidelidad con la que es transmitido el
mensaje del emisor al receptor), tomando en consideración la
"información" como un valor cuantificable en los procesos de
comunicación.

Objetivos de este modelo


Mejorar la eficacia en la transmisión de información, a través
de:
1) La velocidad en la creación y transmisión de los mensajes.
2) La capacidad de los canales de la comunicación
3) La codificación eficaz de los mensajes, que evite la
ambigüedad y los ruidos entre emisor y receptor.
Ejemplo: El lenguaje informático es hoy en día uno de los
más eficaces. En este contexto de Shannon comienza a
desarrollarse el uso militar e interno de la red.

Problemas del proceso de comunicación


1° Nivel; ¿Con que precisión pueden transmitirse los símbolos
de la comunicación?
2° Nivel: ¿Con que precisión los símbolos que se trasmiten
son recibidos con el significado deseado?
3° Nivel: ¿Con que efectividad el significado recibido afecta a
la conducta del receptor en el sentido deseado?
Los elementos de Shannon y Weaver
El modelo de Shannon (Gráfico) se representa por un
esquema compuesto por cinco elementos: una fuente, un
transmisor, un canal, un receptor, un destino. Dentro de este
modelo incluimos el ruido, que aporta una cierta
perturbación.

a) Fuentes: El elemento emisor inicial del proceso de


comunicación; produce un cierto número de palabras o signos
que forman el mensaje a transmitir. Por ejemplo, puede ser la
persona que, habiendo descolgado el teléfono y marcado el
número comienza a hablar. Puede ser, del mismo modo, la
persona que habla a través del radio o televisión.

b) El transmisor: Es el emisor técnico, esto es el que


transforma el mensaje emitido en un conjunto de señales o
códigos que serán adecuados al canal encargado de
transmitirlos. Así en nuestro ejemplo, el transmisor
transformará la voz en impulsos eléctricos que podrán ser
transmitidos por el canal.
c) El canal (Señal en el Gráfico): Es el medio técnico que
debe transportar las señales codificadas por el transmisor.
Este medio será, en el caso del teléfono, los cables, o la red
de microondas por la empresa telefónica en comunicaciones
internacionales.

d) El receptor: También aquí se trata del receptor técnico,


cuya actividad es la inversa de la del transmisor. Su función
consiste entonces en decodificar el mensaje transmitido y
conducirlo por el canal, para transcribirlo en un lenguaje
comprensible por el verdadero receptor que es llamado
destinatario. En este caso, es entonces el aparato telefónico,
el receptor de radio o el televisor.

e) El destinatario: Constituye el verdadero receptor a quien


está destinado el mensaje. Será entonces la persona a quien
se dirige el llamado telefónico o el conjunto de persona-
audiencia de radio o de TV.

f) El ruido: Es un perturbador, que altera en diverso grado


la señal durante su transmisión: "nieve" en la pantalla de TV,
"fritura" o "lloro" en un disco, ruidos de interferencia en la
radio, también la voz demasiado baja o cubierta por la
música; en el plano visual puede ser una mancha sobre la
pantalla, un cabello en el objetivo del proyector, una falla de
registro gráfico, etc. También se debe considerar, muy
especialmente, el ruido no técnico. Esto es, aquel que
proviene del contexto psicosocial. Todos los elementos
precedentes son considerados como ruidos que pueden,
entonces, provenir del canal, del emisor, del receptor, del
mensaje, etcétera.
El modelo de Shannon y Wever es muy atractivo debido a su
relativa sencillez y flexibilidad. No obstante, análisis más
detenidos muestran que en realidad no es mucho más que un
modelo E-R ampliado. Dicho modelo explica poco sobre la
comunicación humana.

MODELO DE LASWELL
•Este modelo resultó ser el más útil para diseñar una
estrategia de comunicación

Ya que el éxito de la comunicación persuasiva radica


en los resultados alcanzados en el público
receptor, la planeación para el diseño de
una campaña persuasiva consiste en seguir el modelo
de Lasswell pero en orden inverso.
Primero decidimos los efectos, luego hacemos un
análisis del receptor y con base en las características y
preferencias procedemos a la última fase del diseño, la
planeación y elaboración del mensaje, el cual es enviado
a través de los canales que atiende la audiencia.

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