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Final de Semiótica.

¿Qué es la semiótica?
Saussure fue el primero que habló de la Semiología y la definió como: "Una
ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social. El
segundo modelo, fue propuesto por el americano Peirce, quien concibe una
teoría general de los signos que llama Semiótica, basada en el modelo ternario
sobre la significación: donde el signo es una entidad compuesta por
el significante (el soporte material), el significado (la imagen mental) y
el referente (el objeto, ya sea imaginario o real, al que alude el signo).
Saussure consideró la semiología relacionada con la psicología social y
asociada a los procesos que de ella se derivan, pero siempre dentro de los
límites de la lingüística. En cambio, la perspectiva de Peirce desde la lógica
filosófica, fue más general. Para él todo está integrado en el campo de las
relaciones comunicativas. A pesar de ser contemporáneos, Saussure y Peirce
no se conocieron en vida.
Entonces, podemos decir que, la Semiótica es la ciencia que trata, estudia y
analiza, los sistemas de comunicación dentro de las sociedades humanas y, a
su vez, está relacionada con el problema del conocimiento, dado que
accedemos a él a través de los signos. Peirce define su objeto de estudio,
como el de “la de las relaciones entre la producción de sentido, la construcción
de lo real y el funcionamiento de la sociedad” (Verón, 1998). Es por ello que la
semiótica se presenta como un punto de vista, realiza recortes espacio-
temporales de la realidad para dar su mirada sobre el cómo las cosas cobran
significado y significan (portadoras de significado) en la comunicación, a través
de los discursos sociales, y a su vez, se relaciona, con la semiosis (es decir, a
la dinámica concreta de los signos, que forman una red infinita de signos -en
cuanto a generadores de significados, en relación con la comunicabilidad de
sus significantes- en un contexto social y cultural dado: contextualizado).
El signo.
Para Saussure los signos lingüísticos son la unidad lingüística, formados por un
concepto y una imagen acústica (entendida ésta no como sonido material, sino
como su huella psíquica). Entonces, el signo lingüístico es una entidad psíquica
de dos caras (concepto e imagen acústica) que tienen su asiento en el cerebro.
Hay que tener en cuenta que concepto e imagen acústica están relacionados,
combinados, íntimamente unidos y se reclaman recíprocamente.
El concepto es lo abstracto del signo, la imagen acústica es la huella psíquica
(es decir, un recuerdo del sonido, no el sonido en sí; sino el recuerdo del
mismo). 
A diferencia de S, a Peirce no le preocupaba el funcionamiento de la lengua; a
éste le interesaba cómo el hombre conoce la realidad.
Para P, “Un signo, o representamen, es algo que está para alguien, por algo,
en algún aspecto o disposición"
El signo o representamen es algo que se refiere a algún aspecto o carácter de
una cosa. Está dirigido a alguien, al hacerlo crea en la mente de la persona un
signo equivalente o más desarrollado. Al signo creado se le llama interpretante
y parte del primer signo. Recordemos que es más desarrollado que él
represéntame. El signo está en lugar de un algo, es decir, de un objeto. No en
todos los aspectos, sino a una idea sobre el objeto, esa idea Pierce la llama
fundamento del represéntame.

 El represéntame es algo que está en lugar de otra cosa, sustituye a una


cosa.
 El interpretante: cumple la función de mediador entre el representamen y
objeto, este interpretante del signo es otro signo. Es la modificación en el
pensamiento producida por un signo.
 El objeto: es la parte de la realidad de la cual el represéntame trata de
dar cuenta. Se accede a esta porción existente en la realidad mediante
el signo.
Ejemplo.
Si escuchamos la palabra violencia, estamos frente a un representamen del
objeto violencia, pero se dan diferentes interpretaciones a través del
interpretante. A su vez el interpretante X puede dar origen a un representamen
de violencia según X
Semiosis ilimitada.
El signo tríadico definido por Peirce es un signo cuya producción de sentido o
semiosis se debe a la relación de tres instancias: lo Primero, la cualidad
sensible, es el representamen, que se refiere a un Segundo, al existente, "su"
objeto, en una relación en la que resulta inevitable la idea: un Tercero, el
interpretante. El representamen es la instancia de la representación; el objeto
es la instancia de lo referencial, aquello que el representamen expresa; el
interpretante es la instancia de lo imaginario, de la relación "indecible" entre un
representamen y su objeto. Indecible porque si es "dicho" se trata de otro
representamen de otro objeto en virtud de otro interpretante y así
ilimitadamente. 
Variedades fundamentales del Signo.
 El ícono: Es el signo que se refiere al objeto en virtud de sus
características propias. Entre el ícono y su referencia existe una relación
cualitativa.
 Índice: Signo determinado por un objeto y tiene una relación real con él,
no son iguales.
 Símbolo: Es un signo que no tiene relación directa con el objeto y
depende de una convención.
Eliseo Veron, retoma el análisis de P, el proceso de producción de sentido en
el marco de la teoría social, es decir”, La semiosis infinita”, destacando la
circulación del sentido.
Discurso Social (signo/representamen)

Operación (interpretante) Representación social (objeto)


Para V, el discurso es una configuración de espacio temporal, donde en cada
discurso hay huellas de procesos de producción en el discurso, reconociendo la
idea de un discurso en otro.
La teoría de los discursos sociales
Las condiciones productivas de los discursos sociales tienen que ver (i) con las
determinaciones que restringen su generación (las condiciones de producción)
y (ii) con las determinaciones que limitan su recepción (las condiciones de
reconocimiento). Entre estos dos conjuntos de restricciones, circulan los
discursos sociales en la red semiótica.
Una consecuencia de este punto de partida es que un objeto significante dado
no es inmanente ni puede analizarse aisladamente: debe entrar siempre en
relación con sus condiciones productivas. El análisis de los discursos, así,
consiste en la descripción de las huellas de las condiciones productivas, sean
las que tienen que ver con su generación o con su recepción. Un objeto
significante, en sí mismo, admite una multiplicidad de análisis y lecturas: solo
deviene legible en relación con algo que no está en el objeto mismo, es decir,
con criterios que se deben explicitar y que tienen que ver con sus condiciones
productivas (sea en producción o en reconocimiento).
Los objetos que interesan al análisis de los discursos, por lo tanto,
son sistemas de relaciones que todo producto significante mantiene con sus
condiciones de generación y con sus condiciones de reconocimiento. Esta
distinción entre ambos tipos de condiciones es puramente metodológica y no
ontológica: tanto de un lado como del otro de la semiosis, tenemos siempre
discursos cargados de sentido.
Lenguaje connotativo
El lenguaje connotativo es el que se emplea de forma figurada o simbólica. De
esta forma, no comunica únicamente información, sino que también aporta
sentimientos y sensaciones.
En resumen, la connotación permite el uso de una palabra en sentido
figurado, apoyado en hechos circunstanciales que dependen del contexto,
pudiendo usarse como comparación, poesía, etc.
Lenguaje denotativo
El lenguaje denotativo es el que usa la palabra acorde a la realidad, en sentido
totalmente objetivo. Es decir, cuando se usa una forma de expresión para decir
algo tal cuál es, se dice que se ha hecho utilizando este tipo de lenguaje, de
manera objetiva, comunicando con total claridad, en el ánimo de ser
perfectamente entendible sin necesidad de que el receptor u oyente tenga que
hacer ningún tipo de interpretación, y sin uso de simbologías.

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