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del autor: La fama internacional del Dr. Agustin Basave dez del Valle, ha rebasado, desde hace "varios afios, las fronteras de nuestro pais y le ha quistado un alto y merecido sitial en el mun- el pensamiento contempordneo. octor en Filosofia y Doctor en Derecho, 0, diplomatico, jurisconsulto, educador y jista, es autor de mas de 25 libros en las de-Filosofia, Derecho, Literatura y Educa- _— cién, algunos de ellos traducidos al inglés, al francés, al italiano, al portugués y al griego. Condecorado, con altas distinciones internacio- ales por la Republica Federal de Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos, Espafia y el Va- ticano, también es miembro de varias academias nacionales y extranjeras. Catedratico de Filosofia y de Derecho en va- rias universidades del mundo, rector emérito de la Universidad Regiomontana y profesor emérito de la Universidad Autonoma de Nuevo Leén, ‘ha obtenido premios nacioneles e internacionales ‘en materia de Filosofia, Derecho y Educacién. Se han elaborado tesis doctorales y de licenciatu- ra sobre su obra filoséfica en México, en Alema- nia y en Espafia. Enciclopedias y diccionarios filos6ficos consignan su nombre y su trayectoria como filésofo, humanista y educador. Es miem- bro del Consejo Directive de la Federacion.Inter- nacional de Sociedades de Filosofia y presidente de Ia Sociedad Catélica Mexicana de Filosofia. Ha sido miembro de los principales congresos internacionales e interamericanos de Filosofia de los Gltimos afids y ha sustentado conferencias en varios continentes, Finalmente, es catedratico huésped de Antropologja Filosdfica y de Meta- fisica de la Muerte en la Academia Internacional de Filosofia de Liechtenstein. VOCACION Y ESTILO DE MEXICO —Fundamentos de la Mexicanidad— Prof. Dr. Jur. Dr. Phil. Agustin Basave Fernandez del Valle Rector Emérito de la Universidad Regiomontana y Presidente Emérito del Centro de Estudios Humanisticos de la Universidad Auténoma de Nuevo Leén. Catedratico de Filosofia y Derecho. Miembro Fundador de la Sociedad Mexicana de Filosofia. \ ME cnccn EDITORES EDITORIAL LIMUSA MEXICO * ESPANA © VENEZUELA '* ARGENTINA COLOMBIA * PUERTO RICO ey Wiob aehasivisl Svsentl aitevgh fidS 34 sul a Nov fay Sl wnitnonisigss bahicevists of ab obivdind Yotast Pena caaian th coihissy shibuasp, fob cited sinabicnt y Hpi -ayshi4 sh omtonttar bobieaviald wl sh bioaise ic HAG sh vatinbdnd Pe oly + prtaatka’ binky i902 ahah wohobrasl ovelmrsih : SISTEMAS EDITORIALES TECNICOS, S.A. de C¥. renuaicie peat econo CION ¥ ESTILO DE MEXICO —Fundamentos dela Mexicanidad— med det editor. Ninguna parte de esta obra reproducida 0 transmitida, mediante ningtin sisted sme lo, electronico 0 mecénico (incluyendo el fotocopiado, 0 cualquier sistema de recuperacion y almacen cidn), sin consentimiento por escrito del editor. mem@anotias ADAAOU EDITORIAL LIMUSA. S.A. de CV. JAIROTION a9) AWARea!) ¢ ;OOLX3M *. AtaMQIOD OBERTURA “vi baa wa ashen HHO! Sumario: 1. Preambulo. 2. Destino y tarea vocacional » de México. 3. México emotivo y tragico. 4. México i} es arcoiris y sinfonia, 5. México es el nombre de una esperanza humana. 6. Ser y quehacer dela patria mexicana, sored Sumario: 1. Hacia un anilisis fi filosofia de lo mexicano. 3. gFilosofia picignalill ° filosofia con estilo acionalt 4, Valor de la filosofia | mexicana. CAPITULO 11 Filosoffa mexicana Stesin ‘lisesi: 349 Sumario: sien cats muetiee maint tara ‘ mexicano. 2. jExiste una filosofia mexicana? = 3, Rasgos distintivos de la filosofia mexicana. 4. Tarea de la filosofia mexicana. i ¢ en ate eo Sumario: 1. Realismo metédico en el conocimiento € lo mexicano. 2. Insuficiencia metodologica del istoricismo en la filosofia de lo mexicano Insuficiencia metodolégica de la fenomenologia en filosofia de la mexicanidad. 4. Metodologia de lo mexicano. 5. El método cientifico y los coeficientes et especulativos en el conocimiento de lo mexicano. 7 IV La filosofia mexicana en la historia 79 ‘sumar : 1. La filosofia mexicana en el siglo XVI. 2. La filosoffa mexicana en el siglo XVII. 3. La filosofia mexicana en el siglo XVIII. 4. La filosofia exicana en el siglo XIX. 5. La filosofia mexicana en ‘el siglo XX. 6. Filosofia mexicana contemporanea. 7. Autoexposicin filosdfica. 8. El positivismo légico en México ~gpromesa o anemia de la filosofia?—. ILO Onticade Mexico otud i 107 ‘Sumario: 1. QUE es México? 2. México y lo mexicano. “3. Realidad multifacética de Mexico. 44 Herencia y descubrimiento de la mexicanidad. 5. Forja diacrénica de la mexicanidad. 6. Rasgos esenciales y permanentes del estilo mexicano. 7. Actitudes del mexicano que no constituyén la mexicanidad. 8. Los espejismos de México. 9. De la interpretacion de Iberoamérica ala Saas opin de México.” f 133 Sumario: 1. La mexicanidad no es cosa sino estilo cultural, 2. La busqueda de la identidad nacional en RP el estilo mexicano. 3. La mexicanidad esta mas alla ; de las vicisitudes de nuestra historia. 4. (Qué somos y cémo somos los mexicanos? 5. {Cuan mexicanos son los mexicanos? 6.| El estereotipo codilicado del axolote y nuestro caracter nacional. 7. La caridad ‘en el destino del mexicano. i caviruLo Vil Rasgos psicol rou erel | mexicano fit ae 161 1. Rasgos be del mexicano de dias. 2. gr psicolds vel del mexicano, 3. Signifieacién y senti lai pala del mexicano. 4. Soledad a nt soled aie salvadora, 5. El resentim: —descripcion y catarsis—. 6. De lo eye yd ny lo positivo en el mexicano. ‘7. _Descripciones simplificadoras del mexicano. 8. Significacion, sentido del relajo, 9. Miedo y angustia en el mexicano. 10. Fl miedo del mexicano ante la arbitrariedad y la incertidumbre. 11. (Que hay en a fondo del “machismo” mexicano? 12. Modo de ser de las mexicanas, 13. Radiografia de la vida mexicana, 14, Antropologia de la pobreza mexicana. 15. Defectosy cualidades del mexicano.) |) 16. Expresividad y emotividad deP’mexicano. 17. Inseguridad y disimulo del mexicano. 18. El 3 mexicano como’ ser enmascarado: 19. Los thee tonite no son inferiores ni se’sienten inferiores. ae fs: iy fi Wi biksa ealkes ch ostitas CAPITULO VIIL Paisaje polimérfico de México ¥ {i No ianchiayaes bit w) \als Sumario: 1, Paisajes de México. 2. Mosaico geogriilico en tierra de volcanes. us| Mok septs 10.4 bo $ CAPITULO IX. Sinfonia urbana de: México») Sumario: 1. Ciudades y pueblos de México. 2. Perfiles urbanos de México. 3: México: la:ciudad de los palacios y de los contrastes. 4. México: ciudad contrapuntual, NM tensionada y fascinante. 5, Milenios de esplendor hi cultural en el suelo y bajo el cielo de Mexico. CAPITULO X Rasgos esenciales de la cultura maya Sumario: 1. Aurora y ocaso de la cultura maya 2. Religiosidad y/ sed de) belleza enselypueblo maya. 3. Antrahistoria de los mayas. +. Caractere s ‘esenciales de la literatura maya- quiche, ‘XI Caracteristicas esenciales de las antiguas culturas mexicanas 251 Sumario: 1. Sentido cosmogénico y mitico de las antiguas culturas mexicanas. 2. Rasgos primordiales - de Ja literatura ndhuatl. 3. Lirismo de la literatura nahuatl 4. La ternura de un padre nahuatl 5. Consejos de una madre nahuatl a su hija. Supervivencias manifiestas y ocultas del mundo prehispanico. 7. Pueblos y tradiciones historicas indigenas ante el imperialismo azteca. 8. Ira, tristeza y fatalidad en la vision de los vencidos. 9. La cosmogonia de los cinco soles. 10. Angustia y muerte en el pueblo del sol. 11. Deidades en el cielo mexicano. CAPETULO XII Cuauhtemoc y Cortés; dos pilares de la mexicanidad 287 Sumario: 1, Cuauhtémoc: iiltimo rey mexica y héroe del pueblo. 2. Figura y trayectoria de Cuauhtémoc. 3. La fisonomia de Hernan Cortés. 4. Cualidades y defectos de Hernan Cortés. 5. Cortés pertenece a México por su destino. 6. Cuauhtémoc y Cortés en las raices de la naci6n mexicana. i _ CAP{TULO XIII La Espafia del atropello, de la violacion y : del entuerto en la conquista 307 Sumario: 1. Injusticias y crueldades en la conquista. 2. Agravios y desmanes de la conquista material de México. 3. Mexicanos, espafioles y gachupines. CAPITULO XIV. Significacion y sentido de la conquista espiritual de México en la construccién de la mexicanidad 323 Sumario: 1. Grandeza sobrehumana de la conquista espiritual de México. 2. Los misioneros franciscanos en la génesis de la nacionalidad mexicana y en la * conTENO unidad politica de mere 3. Vida y obra de Fray Bartolomé de las Casas; 4. Motolinia: misionero, historiador y forjador de la mexicanidad. 5. Fray Alonso de la Veracruz: filésofo y misionero. 6. Semblanza de Fray Pedro de Gante. 7. Don Vasco de Quiroga en su tiempo y en el nuestro. 8. Francisco Javier Clavijero: constructor egregio de la mexicanidad. 9. Filosofia de la conquista y lucha por la justicia. 10. Amoroso interés novohispano por las culturas prehispanicas —aproximacion a la cosmovisiOn azteca—. CAPITULO XV Humanismo hispanico ) 375 Sumario; 1, ;Qué es lo hispanico? 2. Mision del humanismo hispanico. 3. Tarea y rasgos esenciales de Hispanoamérica. CAPITULO XVI Ser y quehacer de la cultura mexicana 387 Sumario: 1. La determinacion filosofica de la idea de cultura. 2. La cultura mexicana frente al arrogante eurocentrismo trasnochado. 3. La posicién de los hispanistas y de los indigenistas frente a la cultura mexicana. 4. La tradicion catélica esta viva entre los mexicanos. 5. La persecucién religiosa y la lucha de los Cristeros. 6. México no es una sucursal de Espajfia ni una colonia cultural de Francia. 7. México como realidad y proyecto de cultura nacional mestiza, fusionada, sintética. 8. De la superposicion de culturas a la fusion integradora. 9. Valores de la cultura mexicana. CAPITULO XVII Nuestra lengua espanola hablada en México 419 Sumario: 1. Elogio de nuestra lengua espafiola. } 2. ¢Como hablamos los mexicanos? 3. Para limpiar, fijar y dar esplendor a nuestra habla popular. 4. Cualidades y defectos del espanol hablado en México. sabiduria ‘Bape? Significacion y o de dichos, aa ate refranes mexicanos. 1 le los diteey refranes en México. itez del refranero mexicano. 5: Altiveces en “dicho 9s y dicharachos de México. 6. mujer mexicana en dichos y dicharachos. 7. Observaciones populares y consejos practicos del reftanero popular. 8. Baladronadas, menosprecios y rtencias en el refranero mexicano. 9. Virilidad.e oe en dichos y dicharachos de México. 10. Posturas y observaciones- psicologicas en el refranero popu ‘Agudezas’e ironias de nuestro pueblo. 12. Amor y sexo en el refranero méxicano. : 3, Sentido del ridiculo y afirmaciones arrogantes en AiFel ee popular. 14. Dichos, dicharachos y mo medios cognoscitivos y pautas de feat en la vida del mexicano. 4 ‘Ingenio festivo yyhumor oe en We Smexieanios ©" fio 481 by Nena 1 Albures yechistes del irae Penis: 2. Un’pueblo que sabe teir y que se sabe reir de si mismo, 3. El sentido del humor mexicano y. la tradicion humoristica de México. BRS latory hott f extrarijeros 495 Oi _ ‘Sumario: 1. Bruno Traven y su vision de México. 2. México en la vision de D.H. Lawrence. 3. Amor a _ México en la novela de Malcolm Lowry. 4. Un trato dé los mexicanos de Alan Riding es \ CAPITULO XX1) Filosofia de la historia de-Mexico' y: 2 ¢ esis dela mexicanidad, ») wa ur “para una A losofia te la, historiade a México 2: Genesis del ser del mexicano. i maestros de la mexicanidad. 5. La incipiente mexicanidad del novohispano. 6..La mexicanidad de Juan Ruiz de Alarcon, 7, Mestizaje tacial y mestizaje cultural de. México. A CAPITULO XXII! Integracion del trestizaje cultural’ y genesis ideolégica de la independencia Sumario: 1.’ México mestizo. 2! El mestizaje cultural como rasgo eSencial de la mexicanidad- 3: México racialmente plural y culturalmente cada vez mas” unificado. + ‘Génesis ideolégica y desenvolyimiento historico de la Revolucion de Independencia. CAPITULO XXIII. Formacion de la conciencia nacional de » México, Sumario:.1. Factores espirituales en-la historia cultural de México, 2..Componentes miticos y teligiosos en la formacionde-la conciencia nacional: 3. La Virgen de Guadalupe como polo espiritual' de. la.conciencia nacional. 4. El guadalupanismo en los escritores novohispanos. 5. Consagracién canénica de la Virgen de Guadalupe. 6. Las apariciones de la Virgen de Guadalupe ante la historia y ante la ciencia. 7. México no quiere ser una segunda edicion de Espana, ni los mexicanos queremos ser cripto-espafioles: 8; Autognosis’ critica; remordimiento y esperanza en el mito de, Quetzalcéatl dentro de la mexicanidad! CAPITULO XXIV El fendmeno religioso en. México. y la religiosidad del mexicano Sumario: 1. Religiosidad del mexicano 2. Reflexiones sobre el fenomeno, religioso en Mexico, 3.-El. Thomo religiosus” de| México. "i +. Coatlicue y la Virgen de Guadalupe, 539 S50.ly Met es ear oe. \ Te CAPITULO XXV_ Filosofia de la politica mexicana 601 Sumario: 1. Los mexicanos y el régimen politico. 2. El régimen politico y la politologia. 3. Necesidad de orientacién filoséfica en la politica mexicana. 4. Panorama politico de México. 5. Los tres ingredientes esenciales del sistema politico mexicano, 6. Politica a la intemperie y politica unipersonal monolitica —fenomenologia de la politica mexicana—. 7. El socratismo y el cesarismo en la politica mexicana. 8. Nuestra Constitucion de 1917 —tealidad y mito—. 9. La integracién de un orden justo con la participacion de la voluntad popular. 10. El humanismo integral como solucién del problema politico mexicano. 11, Del régimen faccioso a la sociedad politica plena. 12. Del simulacro de democracia a la democracia. 13. ¢Agravio a la nacion o desercion civica? 14. La desercién civica’en’ México. 1'5. Vicisitudes de la democracia en México. 16. Los partidos politicos, la verdad y la tolerancia. 17. El derecho a la ciudadania integral. 18. Religion y politica en México: 19. Hacia un estado social de Derecho: 20.'El realismo ético frente/al civismo. 21. Transformaci6n radical ‘de’ la’ politica mexicana. 22. El “parteaguas” politico del'6 de julio de 1988. CAPITULO XXVI Significacion y sentido de la Revolucion Mexicana ‘ 663 Sumario: 1. Génesis de la Revolucién Mexicana. 2. Causa eficiente y causa final de la Revolucion Mexicana. 3. Deslinde filoséfico de la Revolucién Mexicana. 4. Balance de la Revolucién Mexicana. 5. Balance y perspectivas de la Revolucién Mexicana 6. La ideologia de la Revolucién frente a la ideologia del porfiriato. 7. Cuadro de la Revolucién Mexicana —grandeza y martirio de la cristiada—. 8. La filosofia politica del régimen politico mexicano post- revolucionario. 9. La herencia viva de la Revolucion Mexicana en el México post-revolucionario. 10. Los ideales de la Revolucion Mexicana en la era post- revolucionaria. 11. El legado permanente de la Revolucion Mexicana. CAPITULO XXVII La lucha por una justa sociedad libre Sumario: 1: México al desnudo. 2. Radiografia de la vida politica mexicana. 3. Democracia, constitucion y jacobinismo en México. 4. Un régimen de derecho comin para la vida religiosa del pueblo mexicano. 5. Hacia el bienestar y la elevacion del pueblo mexicano. 6. Como contener el poder desbordado en México. 7. Reforma social y rescate de México CAPITULO XXVIII Un modelo de sociedad para México Sumario: 1. Crisis de México. 2. Hacia donde quiere ir México. 3. El valor de la pobreza mexicana. 4. Crecimiento interior del’mexicano, sin mimetismos desarrollistas. 5. ;Paneconomismo desarrollista o humanismo integral? 6. Patriotismo y patrioterismo. CAPITULO XXIX Malinchismo, afrancesamiento y nordomania Sumario: 1. La Malinche y el malinchismo. 2. Definicién de malinchismo. 3. El afrancesamiento a la luz de la mexicanidad. 4. Nordomania y ayanquizamiento. CAPITULO XXX Mexicanos y norteamericanos —Dos modos de ser en lo universal—_ Sumario: 1. Estilo y vocacién de mexicanos y norteamericanos. 2. Caracteristicas psicologicas de mexicanos y norteamericanos. 3. México y Estados Unidos: dos maneras de ser y de vivir. 4. México y Estados Unidos son dos versiones distintas de lo hhumano. 5. México y Estados Unidos: contraposicién y génesis de dos estilos. 6. Catolicismo y puritanismo en la génesis y en la vida de México y de Estados Unidos. 7. El factor teligioso y las estructuras politicas en México y en los Estados Unidos. 8. Hacia un estudio comparativo de la sociedad mexicana y de la sociedad norteamericana. 9. Fisonomia socio-cultural de 705 725 743 77 ‘mexicano-norteamericanas. 12. Sélo una nueva | _comprension de culturas puede superar los viejos _ obstaculos en las relaciones mexicano-norteamericanas. tis i slic i f ies XXXI El estilo’ bartoco Como tina constante colectiva de la cultura mexicana 793 Sumario: 1. Mexico barroco. 2. La,cultura barroca como estilo y como constante colectiva del _ mexicano; 3, Incursién ala entrana del barroco _ mexicano. 4. Arquitectura barroca.de México. 5. El barroco pictérico y escultérico. novohispano. 6. La teratura barroca en la historia'literaria de México. _ 7. La musiealidad del pueblo mexicano y la musica ___ barroca noyohispana. PITULO XXXI1 Hitos historicos de la ciencia en México 819 » Sumario: 1. La ciencia en nuestra historia cultural 2. Aportaciones mexicanas a lavcientcia! 3. Influencia ' de la filosofia’ positivist, 4. Investigacion cientifica en el México contemporaneo. CAPITULO XXXII Vision de la literatura mexicana 841 ‘Sumario: 1. Expresion literaria de México. 2. Rasgos _ distintivos y panorama de la literatura mexicana. - 3. Radiografia poética de México. 4, Lopez Velarde y la emancipacién cultural de México. 5, La - cosmovision poética de Lopez Velarde. 6. El universo poético barroco de Ramon Lopez Velarde —teligion, erotismo y mexicanidad—. 7. La, poesia universal de Octavio; Paz.,8, Sobre la esencia de la poesia en Octayio: Paz, 9, Color y calor de: Mexico en la poesia de Octavio Paz. 10. La obra poética © pluridimensional de Octayio, Paz. 11, Encuentro. de Le Octavio Paz con su palabra. 12. Soledad anonadante --y-soledad salyadora (del “Laberinto de la Soledad” de Octavio Paz a la soledad provisoria y bendita del pueblo,mexicano). ba ae j bile seateleaally IXXXIV- El “pathos” estético y el » del mexicano» 1. El “pathos” estético del me: 2. Sentido de la mision estética de México. 3. El genio artistico del mexicano. 4. Aproximacién al misterio de la estatuaria indigena. 5..La musicalidad del pueblo mexicano. CAPITULO XXXV_ Cosmovisin pictorica, estilo'y mensaje de José Clemente Orozco Sumario: 1. Maximo genio del muralismo mexicano. 2. La bisqueda espiritual de México en la pintura de Orozco, 3. La cosmovision. pictorica de José Clemente Orozco, 4. Estilo y mensaje en la pintura de José Clemente Orozco. 5. El pintor expresionista Wi del hombre. 6. El hombre nuevo purificado en. llamas. e CAPITULO XXXVI. Cosmovision estética y mitologia ' pictorica de Diego Rivera 927 uf Sumario: 1, Estética e ideologia en la pintura de Diego Rivera. 2. La mitologia pictorica de Diego. Rivera, 3. El genio pictorico de Diego Rivera universaliza a México en el mundo de. las bellas artes. 4. La cosmovision estética de Diego Rivera CAPITULO XXXVII El muralismo, escultorico, monumental e¢ ideologico en la pintura de David Alfaro Siqueiros 941 Sumario: 1. Caracteristicas esenciales en la pintura mural de Siqueiros, 2. Siqueiros: explorador de nuevos campos y nuevas técnicas en pintura. 3. La pintura escult6rica, tactil y monumental de David Alfaro Siqueiros. 4. Ideologia y arte en la pintura de David Alfaro Siqueiros. CAPITULO XXXVIIL_ La pintura integradora y el credo estético de Rufino Tamayo 953 t Sumario: 1. La pintura antioficial pero mexicana de Rufino Tamayo. 2. La rebeldia de Rufino Tamayo. 1. Grandeza de México. 2. Miseria de 70. 3. Problemas y esperanzas del México poraneo. 4. Nuestro propio camino hacia la fodernidad, a a proyecto mexicano de naci6n. it ir fede O XL” sighificacion y Sendo! ae Ja'muerte en el mee tmexicano bie O85, tania paula cr Be deceit el mexicano. 2. Vision de juerte en el México antiguo. 3. El sentido de la muerte én los aztecas. 4. Vision novohispana de la muerte. 5. La muerte sin fin Como intuicion enamorada de la vida sin fin. 6. La muerte sin fin y el “aleluya” de José Gorostiza. 7. Nostalgia dé la "muerte en Xavier Villaurrutia. 8. El sentimiento _tragico dé la muerte en el mexicano. 9. El mexicano ante | “cara oculta de la muerte 1017 -autenticidad y de -autodeterminacion. 2. ;México o “many Mexicos"? 3. ‘Ejemplos de honradez politica mexicana evocados ih poca de corrupcion. 4. El dolor de México logio del héroe dle Nacozari. 1035 Sumario: 1: ee y euritmia de México: 2. México arcano a fascinante. 3. Elogio de México 1045, es ty My = had 1 Sears 2 Destino y tarea vocational de México. 3: Mexico emotive y trigico. 4. Mexico es arco- iris y sinfonia. 5. México es el nombre de una esperanza humana, 6. Ser y quchacer de la patria’ mexicana BOR ent Ge maesattr Reo) Aor ish 8 Ganoiguuleveh acyous al Fra. satteitigc 192 j Hh bog i L Preambulo ; i osrtis ats ‘México.est4 en inocultable crisis. Lo sabes los mexicanos 7 lo ben tt los extranjeros. Pero se habla demasiado de crisis. econdmica,y poco. © nada de crisis moral. Sobran las lucidas sintomatologias del fenome- No economico y faltan, casi siempre; las etiologias y las terapéuticas No quiero abundar en descripciones y en cronologias de hechos de nuestra historia econdmica. Quien. solo se aplica al fendmeno econdmico.no conoce ni siquiera lo econdmico. Porque lo econémico esta imbricado en lo.social, en lo psicoldgico, en lo moral... . S6lo una vision filos6fica del conjunto nos puede llevar.a las causas,primeras, a los Principios iltimos de la crisis Hay una manifiesta falta de solidaridad de los mexicanos. El Méxi- co de nuestros dias es un México invertebrado. Al grito de “sdlvese quien pueda”, la mayoria de los mexicanos toman el rumbo que les conviene sin pensar en los otros. El individualismo exacerbado, el egoismo,mez~ quino, nos ha llevado a extremos que nunca.antes, desde la época de _ ES Ja Revolucion, habiamos llegado, Diriase que dentro de la nave corre- ; mos de un lado a otro, con panico y sin sentido, Es preciso retomar 4 el rumbo, Es menester conseryar la calma. Es necesario alzar nuestra g voz, entre tantos profetas del desastre, para que vuelva a haber esperan- za, Otvas naciones, minadas por la guerra, supieron levantarse desde sus cenizas entregando.dos horas de trabajo, cada nacional, para la re- Ne Se Te CE ee RT ST a VISION FILOSOFICO-POETICA DE MEXIK( ‘construccion de su Patria. Yo me pregunto si los mexicanos no seremos capaces de reconstruir nuestra economia y, sobre todo, nuestra moral. Porque antes de la reforma politica y de la reforma econémica, esta la teforma del mexicano. Si no emprendemos la reforma del hombre, la re- forma moral, dentro de seis afios estaremos con nuevas devaluaciones y nuevas lamentaciones. Nos ha faltado piedad por México, amor a México, confianza en los destinos de México. Urge restablecer la significacion esencial y el senti- do mas hondo del concepto Patria. La Patria no se acabé con la expro- piacion petrolera y no se acabara con la expropiacién de los bancos por causa de utilidad publica. Basta de tremendismo. Es la hora de entre- - garse a la reconstruccion de la Patria en crisis. ¢Quiénes son los culpa- bles de esta inocultable y grave crisis de nuestra nacion? Los culpables _—en mayor o en menor grado—, somos todos. Y la solucién seguimos siendo todos. Se atribuye a San Agustin un genial imperativo que pode- mos y debemos aplicar al México de nuestros dias: “In necessarris, uni- tas; in dubiis, libertas; in omnibus, caritas” (“En lo necesario unidad, en Ja duda libertad, en todo caridad”). México, como toda naci6n, es una sociedad natural humana, forja- da por la unidad territorial, consuetudinaria e idiomatica; perfeccionada por una comunidad de vida y de conciencia social. Cuando los vinculos de nuestra comunidad de vida se relajan, cuando nuestra conciencia’ social se debilita, nuestra mexicanidad sufre mengua. Factores naturales (territo- Tio, raza, idioma), hist6ricos (tradiciones, costumbres, religion, leyes) y psicolégicos (la conciencia nacional) integran la nacién mexicana. Una nacion en el devenir historico que presenta ciertas constantes. De’otra suerte no habria mismidad nacional: i México es un estilo de cultura: Hablo de estilo como estructura de _ una entidad basica, como comunidad de caracter, como disposiciones y modos de comportamiento. Aclaro que México no tiene un caracter _ preceptivo —que suplante su realidad—, ni es algo estatico, rigido, an- quilosado. Tratase de una estructura reactiva, no de un mito, que'se ha ido constituyendo en la historia y que funciona ante estimulos ade- cuados. Son los mexicanos por los que México existe y son los mexicanos la realidad sobre la que descansa permanentemente toda’ la vida social de México. Nada seria México sin los mexicanos. Porque México esta hecho de relaciones interhumanas, de relaciones de convivencia’con sentido de bien comun. México no es un ser substancial. ;Dejémonos de fantasmagorias romanticas! Sélo los mexicanos son seres substan- ciales. México es un ser accidental porque las relaciones de que esta hecho necesitan para su propia existencia de los mexicanos entre los cuales se dan. Mexicanos con su propia individualidad, relacionados en un medio fisico-geografico, identificados con su cultura y proyecta- ARI A 8 ie ae 7 2 dos al mundo desde su estilo de vida colectiva. Si no empezamos por la ontologia, nunca entenderemos lo que es México. » ¢Qué es México? La pregunta, aunque acaso no tenga una respuesta precisa, nos acosa una y otra vez. Si México esta en la realidad —y en la realidad hispanoamericana— jqué tipo de realidad corresponde a lo mexicano? ¢En qué zona o estrato del vasto tertitorio de la habencia podemos ubicar esa realidad mexicana? Hay en medio de la diversidad, un paisajé mexicano predominante, pero México no se circunscribe a su paisaje aunque no pueda prescindir de él. Hay una complicadisima mezcla de razas y tradiciones, pero México no es un puro pueblo con determinadas caracteristicas raciales, ni una simple tradicion. Hay una Tepresentacion psicologica de México —el México generalizado de la Re- volucién y del “machismo"—, pero México no puede ser generalizado con las miles de representaciones mentales que suscite. Hay valores que los mexicanos realizamos con determinadas peculiaridades y con espe- ciales matices, pero México no es un mero valor por mas que no sea ajeno a la valiosidad. México no es un ser sensible —inorganico u organico—, ni un ser psicolégico —mero fenomeno psiquico—, ni un ser ideal —o de pura razon—. Existe México porque existe lo mexicano. ¥-existe lo mexicano porque existen los mexicanos. Lo mexicano esta ‘ubicado en el mundo de la cultura. Nos encontramos frente a una ex- presién concreta de lo humano. Tratase de un estilo colectivo de vida, de un ‘modo de ser mexicano y de ser hombre. El mundo mexicano —inimitable, estético, misterioso— carga en sus espaldas un pasado cultural precristiano y prehispanico. Bahado por olas de dos océanos ~el Pacifico y el'Atlantico~, México absorbe una multitud de tribus separadas no tan sélo por rios y montahas, sino por-centenares de idiomas y dialects, pero unificado por la bella y ar- moniosa lengua castellana, por las costumbres sefioriales de indios y espafioles, por la sublime religion catolica sellada con el milagro guada- lupano. “El alma de-una nacion —ha dicho Chesterton— es tan indefinible como un aroma”. Pensemos en alma nacional como estilo colectivo de vida, como modo de ser en lo universal y aproximémonos’a su esencia no tnicamente por via de razon raciocinante, sino también por el “or- do amoris’’ del que nos hablara'San Agustin, por la “logique du coeur”, por aquel coraz6n que tiene sus razones que la pura raz6n raciocinante NO conoce. Estudiados los factores de nuestra nacionalidad obtendre- Mos, como resultante, un tipo humano que participa de la idea general unitaria del hombre hispanoamericano, pero que posee caracteres pri- vativos. Conjunto de caracteres que habré que describir y valorar en la historia y en su teal existencia, en su “status in statu”, Trataremos de hacer, en otras palabras, una antropologia concreta de lo mexicano que no niega lo universal, aunque no se detiene alli. Una antropologia ‘tipolégica como via de acceso a las realidades mexicanas, edificada so- bre el reino continuo y heterogéneo de lo latinoamericano. « No podemos ni queremos desatendernos del largo pasado mexica- “no. Sus grandes hombres, su cultura y sus glorias comunes pueden in- re ‘dicarnos algunas condiciones esenciales del estilo mexicano. “Se ama i apunta Renan— la casa que se construy6 y que se transmite”’. El canto ‘espartano: “somos lo que fuimos; seremos lo que sois”, es, en su sim- - plicidad, el himno abreviado de toda patria: Una solidaridad de un pa- ‘sado de triunfos y de fracasos, pero también un continuado deseo de vivir én comin. Un plebiscito cotidiano que asume el pasado, pero que ‘no excluye un proyecto de convivencia para el mahana. Comunidad en la cosmovisi6n. Homogeneidad en la actuacion. Un estilo de vida co- lectiva, un mismo habito, una determinada modalidad peculiar, una coin- cidencia en las preferencias radicales, una huella en el yo empirico dejada por el propésito ideal. 2. Destino y tarea vocacional de México Cada uno de los hombres tiene una manera peculiar, privativa e intrans- ferible de conocerse, de amarse, de propender a la plenitud del propio proyecto del ser. Una voz interior nos impulsa a realizar una determi- “nada vocacién. Solo que esta vocacién personal de cada uno no puede salirse de la drbita de los fines connaturales en el ser humano. La voca- ‘¢ion (del latin “vocatio”, “‘onis”, accion de llamar), no es algo extrinse- -¢o a nuestra personalidad. A medida que se va aclarando la conciencia sde si mismo; del propio destino, de los fines:y los medios; a medida que la dependencia de las leyes cosmol6gicas (fisicas, quimicas, biologi- cas, etc. ), va siendo menor, para dejar lugar a las leyes noologicas (légicas, morales, histéricas, etc.), nuestra personalidad, nuestra vocacion se ira _ dibujando con rasgos mejor definidos. A esa llamada de vida —vocacion natural— que nos empuja a la obra y ala conquista de nosotros mismos y del mundo que nos circunda, nose puede permanecer sordo. Se res- pondera en forma negativa'o en una forma positiva, pero lo que no ca- be es acallar la voz interior. \ Se habla también —y_con raz6n— de “vocaciones histéricas” de gru- pos sociales. Sélo que estas vocaciones colectivas no pueden concebir- se'mas que como destinadas a conquistar, facilitar, desarrollar, perfec- cionar las vocaciones individuales Es posible que alguna vez se llegue a estudiar la historia universal no tanto por edades, cuanto por vocaciones. México apenas si se distin- gue por su progreso fabril, por su técnica 0 por su potencialidad econé- mica. En cambio, el mundo le va conociendo por sus santuarios, por ‘sus poetas, por sus revolucionarios, por sus cristeros y por sus pinto- haces VISION FILOSOFICO-ROETICA DE MEXICO tes. .. Gomo “El Quijote” —simbolo excelso de los pueblos de habla espanola—, México no se rinde jams ni por los golpes, ni por las ame- nazas, ni por los consejos. Ningiin otro pueblo, tal vez, con mayor ca- pacidad para sobrellevar un destino de sufrimiento. Tal parece como si el pueblo mexicano se sintiera siempre estrecho en la region de lo empirico. Esa impasibilidad ~estoicismo cristiano— del mexicano ante los sucesos diarios testimonia una sed inconsciente de lo infinito. Un estado de inconformidad en la region de lo natural agita sin descanso el espiritu popular de la nacion mexicana, Una necesidad metafisica de lo infinito.nos levanta sin cesar de la pura anécdota. Quisiéramos flore- cer enel paraiso de lo imperecedero y como no podemos atin ingresar a él, sentimos un desdén olimpico por las peripecias de esta vida, sean de la clase que fueren. Ese sentido tan vivo del ridiculo que poseemos los mexicanos, tiene’su punto de arranque en la desproporcion de cual- quier empresa mundana frente a lo verdaderamente valioso. Pueblos hay a quienes la vida parece que no les pide trascenderse. El pueblo mexicano no es de los que se conforman con un tipo pura- mente humano de vivir la vida. Un incontenible afan supraintelectual de transubstanciacién bulle en sus fibras mas intimas, Garcia Bocca ha propuesto un modelo espafiol de filosofar que nosotros nos permiti- mos hacer extensivo al tipo mexicano de pensar. “Toda Filosofia euro- pea clasica ha supuesto desde siempre que el hombre esta bien hecho en/su esencia y sustancia, que, por esto, las esencias son inmutables: empero el espaiol cree notar en sus entrafias ganas rarisimas de nacer- se a otra vida radicalmente diversa de la que por nacimiento humano posee, nacerse a vida sobrenatural, trascender la vida misma en su ple- nitud y trascenderla por algun modo de apersonamiento de Persona Di- vina, de Dios sobrenatural, en ella. A esta segunda potencia de ansias de transubstanciaci6n satisface el sacramento de la Eucaristia, tal como lo explica el dogma cristiano. Por esto lo abraz6 el alma con tan de- sesperada fuerza y puso a su servicio'todo lo que naturalmente tenia: la vida y sustancia natural”. A la luz de estos principios facilmente se explican la generosidad y magnificente desprecio que los iberoamerica- Nos y espafioles genuinos hacen de la vida natural que es, al fin y al cabo, una “menos-vida”. En el “homo hispanicus”’, y en el mexicano en particular, existe a la vez, un Quijote y un Sancho. Esa profesion de libertad, esa enérgica afirmacion de la personalidad, ese fermentar de ideales generosos, es de pura cepa quijotesca. El impulso a aceptar las realidades de bulto, el agudo sentido del acaecer cotidiano (“repeticion, sustancia de la di- cha”), es la parte de Sancho. Quijote y Sancho coexisten organicamente en el “homo hispanicus” combinandose en forma andloga al cortrepunto que logra la unidad de heterogéneos, pero colocando adecuadamente cada canto en el concierto. Idealismo y realismo se conciertan en un ‘ -unidad contrapuntual. Los vaivenes del mexicano se deben al _ predominio de su idealismo o de su realismo. En uno y otro caso queda __ en pie siempre ese lema —de un esteticismo eticista— formulado con -yoluntad pedagogica y politica: “Por mi raza hablara el espiritu". Por Jo demas, también en el Quijote habia un Sancho y en Sancho un Qui- jote. Es cuestion de proporcion, de preponderancia, de dosis. Aunque los mexicanos tengamos un aire de desapego de las reali- dades terrenas, tenemos también un contacto estrecho con las realidades concretas; con la lucha por el pan de cada dia; con la experiencia del ‘sufrimiento y de la angustia; con el hospital y la carcel. , » Arraigados en la roca viva de la realidad, sabemos ver las cosas tales como: son, sin deformaciones romanticas. Hasta el mexicano mas humilde sabe usar ierta estrategia instintiva de circunstancias, de limitaciones, de virtua- lidades. . . Pero, cuando el momento es propicio, también sabemos flo- recer en lo grande, en lo noble y en lo puro. La invocacion marca con su sello indeleble la vocacion de México. Sélo por medio de la invocacién podemos llegar al cumplimiento de la vocacién: Mientras que la vocacion es un Ilamado que nos hace Dios _ +a los hombres, la invocacion es un llamado que le hacemos los hom- bres a Dios. La invocacién es, para el mexicano, un-modo de vivir que -confiere fuerza a su fragilidad, La vocacionen México necesito, para cum- __ plirse, del milagro del Tepeyac, Desde-entonces y desde:las raices mas “ hondas de nuestra propia existencia se opera una misteriosa union que s6lo podemos constatar. “El resto es silencio” como dice Hamlet en sus “uultimas palabras. _ 3. México emotivo y tragico _- (Quizd el problema de la Patria, como todas las cuestiones que no s¢ acierta resolver, sea sola- ~ mente un sutil, un arcano problema de. amor! ANTONIO CASO . El'elemento-materno de lo indio se fundié con el.masculino ele- mento espaiiol. El humedo y suave contacto del mundo autéctono. y primario circunda al espafol rudo, enfatico, paternal, convencido y con- vincente. . Como casi toda Iberoamérica, México es una conjuncién de pue- blos. A los espaioles —sintesis de pueblos— es preciso afadir los an- " cestros de las tribus americanas: malayas, indonesios, etc. Asi como en Cholula se yergue, sobre el viejo templo de Quetzalcéatl, la Iglesia de la Virgen de los Remedios, asi también sobre el suelo espiritual indige- ‘a se construyé el espiritu de Espana. Y tanta fuerza tiene el espfritu hispanico que se emplaz6 sobre bases indigenas, que mayor diferencia __ VISION FILOSOFICO-POETICA DE MEXICO ” existe entre un bavaro y un prusiano que entre un mexicano y un co- lombiano o salvadorefio. ~» Alberto Escalona Ramos ha intentado definir el espfritu mexicano como el de un “pueblo que siente en indio y piensa‘en espaol”. ¢Ra- zones? Es que cl indio trabaja la tierra y de ella y de su paisaje extrae esa forja modeladora del complejo psfquico mexicano. Y basandose en la clasificacion que Jung elabora sobre los tipos’ humanos, le asigna al mexicano el caracter de emotivo introvertido y al indio puro el de per- ceptivo extravertido. |Expliquémonos! El tipo del hombre emotivo in- trovertido se esfuerza por aparecer insensible, ocultando sus verdaderos sentimientos. Aun a riesgo de caer en masoquismo, el mexicano —profun- damente emotivo— hace grandes alardes de imperturbabilidad, de apa- tia, de “ataraxia”. Desde nifio, el mexicano. aprende del ambiente a no demostrar su psiquismo afectivo. Los contactos del mexicano'son siempre indirectos, mediatos. Una reserva taciturna preside la vida mexicana. Parece'como si a ratos quisiera renunciara la‘comunicacién, a la‘ac- ion, a la palabra. Y esta aproximacion —cuando se da—'a lamuda tigidez mortal es quiza el mas grave peligro que amenaza al mexicano. Alguien hadicho que es una vuelta a la tierra: En todo caso tal vuelta ala madre tierra envactitud fetal —como lo advierte Fernando Salmerén— no es vuelta asi mismo; y no por ir hacia la muerte:'al contrario, podria decirse que por afan de desnacer, por renuncia de llegar a:ser. He aqui un’ grito de alarma: \Cuidado con ese “ninguneo” de si mismo que es anonadamiento! Pese a suhermetismo y-a su voluntario desinterés, el mexicano es archisusceptible. Los conflictos:con extranjeros surgen —las mas de las veces~ por cualquier herida, o rasguiio, a la susceptibilidad. Extraordi- nariamente complejo y elaborado, el mexicano no tolera la ruda fran- queza que desnude —de buenas a primeras— su mas intimo ser. Es. un hombre enmascarado, con multitud de camaras que no quiere mostrar a cualquier projimo, Enel mejor de los casos permite tiros oblicuos. Gusta de la alusion y de la metafora. Juega con la equivocidad de su ser y es perito en el manejo simultaneo de dos barajas. La tragedia esta en el ambiente mexicano. El pueblo no se asombra de un destino tragico porque a diario vive en ese clima, Bien puede un hombre del pueblo, que pasea tranquilamente por una calle, ser deteni- do por la arbitrariedad de un policia, o'ser asesinado porun desconocido y salvaje mariguano. Los flagelantes de la Cuaresma y Semana’ Santa y las corridas de toros son algo mas que un espectaculo. En la sierra de Chi- huahua se’ han dado casos de auténticas crucifixiones alos personajes que encarnan la Pasion. El numero de crimenes es veinte veces mayor que en la ciudad de Londres y el ntimero de arbitrariedades esta fuera de estadistica. Ante este clima general; qué de extrafio' tiene que broten de labios mexicanos canciones como la Valentinal: "Si me han de ma- tar mafiana que me maten de una vez’, 0 como el corrido de Rosita VISION FILOSOFICO-POETICA DE MEXICO Alvirez: “su mam se lo decia: Rosa esta noche no salgas. . .” “nomas tres tiros le dio. . .” México emotivo y tragico. . . México sufrido y humilde. . . México plastico y poético. .. México amado. . 4. México es arcoiris y sinfonia México, para los mexicanos, es un rincén de tierra en el que nos pode- mos detener con todo derecho, y al que con todo derecho podemos volver cuando todo el resto del mundo se nos ha cerrado. Es nuestra original y primera certidumbre en que penetramos ya desde nifios. Es nuestro terrufo, mayor 0 menor, con todas las cosas, sucesos y perso- nas que alberga. Desde nifios se apoderan de nosotros fuertes y decisi- vas vivencias: “aqui puedo permanecer, aqui se me protege, aqui nada malo puede acontecerme, nada que mine las'bases de mi existencia, de aqui nadie me arrojara”. (Peter Lippert). De estas vivencias, el amor al terrufo, no hay sino un paso. ‘México es arcoiris y sinfonia. Las cupulas de mayélica, de estilo orien- tal, que nuestros antepasados levantaron en Guanajuato, alternan con la gracia, con la alegria incomparable del churriguera mexicano, plasmado en cl exterior de cupulas y terrazas, de murallas y de galerias... . Cuan- do México ha sabido ser México, se ha construido el Sagrario y la Cate- dral y las mil torres y capulas de maravilla. Cuando México se ha afrancesado o se ha extranjerizado ha producido “media docena de edi- ficios presuntuosos del porfirismo, cuarteados, dislocados ya desde an- tes de ser conchiidos”’ (Vasconcelos). Hace algunos aios, Vasconcelos siempre original— nos ensefiaba que en el reino de las Bellas Artes, la arquitectura corresponde al momento de los sistemas, en el desarro- Ilo del pensamiento. Y no se llega a construir con gracia y ligereza, con majestad y armonia, mientras no se conquista, en lo espiritual, el orden arménico y sélido de una doctrina filos6fica coherente y comprensiva En nuestro periodo colonial, los franciscanos —con la misma alegria que en Italia produjo el arte llamado de los Primitivos— construyeron en estilo romantico. Los dominicos tomistas levantaron edificios sdlidos, de Ifneas precisas y ciipulas cenidas por la nervadura pétrea, tal y como las premisas condicionan el concepto (Santo Domingo de México y de Oaxaca perfeccionado en su interior con los lujos de la talla churrigue- resca). Las cupulas de mayélica, que son el trofeo, la maravilla de nues- tra arquitectura, deben corresponder a la influencia carmelitana de los discipulos de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz. Y después de la influencia carmelita, los agustinos construyen edificios magnificos, con naves espaciosas, como la meditacion y fachadas amplias, noblemente talladas, por ejemplo, la antigua iglesia mal adaptada a Biblioteca Nacio- eT Auge es e todavia existe en la metrépoli. Tras de los agustinos llegaron los. que habian de ensanchar el cuadro iberoamericano, y que implantaron el barroco —con cuyos residuos se ha hecho el estilo “mi- sion de California’— por todo el continente. El sentimiento y la habili- dad técnica de los mexicanos quedaron prolijamente patentizados en Jos centenares de templos y casas que, construidos bajo la influencia espafiola, llevan, sin embargo, el matiz peculiar indigena. México canta siempre. Su pueblo tiene un sentimiento musical ex- qraordinario. Son cantos o sones que brotan del fondo del alma de este pueblo empobrecido, vilipendiado por un vecino fuerte 0 por unos ca- iques arbitrarios. Hay, en muchas de las canciones mexicanas, una in- tensa vibraci6n de sufrimiento, de fatalismo y de desesperanza. Pero hay también, en muchas otras, las notas pujantes, alegres, “jacarandosas” de un son jalisciense tocado por un mariachi. ¥ es curioso obsetvar co- mo de esos yaquis, habitualmente taciturnos y asperos, surgen esos so- nes potentes y bélicos y esos bailes de gran belleza plistica y de estupenda energia muscular. Cada vez que un movimiento politico y social sacude al pais, brotan del pueblo corridos: “La Valentina”, “La Adelita”, “La Cucaracha”. . . Esas canciones han sido su inspiracion para lanzarse a la revuelta en nombre de la libertad oven defensa de la religién o de las leyes. Y hasta para hacer unai campaiia presidencial se echa mano de un huapango veracruzano: “La Bamba’. : - Cuando en lo que hoy es Nueva York, andaban todavia matando biifalos, México ya contaba con una Universidad. El 21 de enero de 1553, el Virrey de Velasco consum6 la inauguracion de nuestra primera Uni- versidad, amparada en cédula real de 1551 y Constitucion idéntica a Ja de la Universidad de Salamanca. Hasta 1833 se impartieron regular mente las catedras de Teologia, Visperas de Leyes, Canones, Anatomfa, Astrologia, propiedad de Filosofia, temporal de Filosofia, Retorica, Lengua Mexicana. El pensamiento de Santo Tomas y de Duns! Escoto estuvo presente en nuestra Universidad. Filosofos y humanistas de primer or- den fundaron y dictaron catedras: Fray Alonso de la Veracruz, Antonio Rodriguez de Quesada, Pedro de la Petia y Francisco Cervantes de Sala- zar, Este ultimo discipulo de Luis Vives y verdadero renacentista, insis- tiaen la necesidad de conciliar “el influjo eficaz e imponente de las causas ‘segundas”, Con raz6n Clavijero llamo a la Universidad de México “el cuerpo literario mas respetable del Nuevo Mundo”. México es una fiesta de colores. Por los campos de Michoacan se deslizan las manchas moradas, azules, rojas, anaranjadas de las camisas tarascas. . . Por Colima fulgura, entre los bosques de coquitos, “el re- lampago verde de los loros”. . . Guanajuato es una superficie de maiz y Jalisco una tierra pinturera y galana sellada por el sefiorio de sus mu- jetes y de sus charros. . . Y México es, sobre todo, sus provincias con relojes en vela de donde —como dijera el poeta—, rondan los palomos ee ee Se an eee hoe a ene ee aa ee B VISION FILOSOFICO-PORTICA DE MEXICO colipavos y las campanadas caen como centavos. Y el alma del mexica- no esta hecha de todo eso: de campanas y mariachis, de agreste serra- nias y de placidas lagunas. . . Tenemos una vision mas intuitiva, mas fresca, mas directa del mundo y de sus gentes. Cuando los ojos de la cansada Europa se vuelvan a estas latitudes; encontraran reflejados en la mirada serena de ojos mexicanos, el arcano de la naturaleza y del hombre. 5. México es el nombre de una esperanza humana Antes de ser una regién geografica y humana reconocida, México es —para el mundo contemporéneo— un anhelo apremiante y casi una’ne- cesidad poética de los hombres. Por de pronto México es hoy —y esto Jo dice un nicaragiiense— la “verdadera capital del sentimiento y del pen- samiento centroamericano”’. La potencialidad cultural de México es sorptendente. Hasta ahora slo hemos producido, en nuestros dias, una revoluci6n artistica original: la plastica mexicana. Nuestros pintores se han sumergido, con sinigual pujanza vital y con propios recursos, en lo telirico y en lo social. Entre todos ellos, sobresale un genio 'pictorico: José Clemente Orozco. Pero, para los que han sabido ver, él arte de México esta todavia privado de certidumbre. En el mejor de los casos, la vocacion de México se ha que- i dado en balbuceo, pero al final:de cuentas el vaticinio se ha torcido.y frustrado. “La dramaticidad de un Orozco —apunta Pablo Antonio Cuadra— parece'estar siempre a un paso de la religiosidad, pero-un do- lor diltimo, una impotencia final, queda pendiente sobre sus obras, ex- presando tragicamente la ausencia de ese paso, como si el éxtasis hubiera sido interrumpido por una brusca caida”. Nuestros poetas, nuestros pen- sadores, nuestros hombres de ciencia y acaso un genio —Vasconcelos+ no son atin suficientemente conocidos del mundo. Tal vez no hayamos compuesto nuestra sinfonia definitiva pero ya se escuchan las voces incomparables de nuestro preludio. México es el nombre'de una esperanza humana. Factores espiritua- les atesorados por nuestra raza nos hacen predecir que México jugara | una importantisima carta en el préximo juego de la historia. La espiri- tualidad mexicana tiene posibilidades para irradiar en tomo suyo'a'una era més universal y mas humana. Esa discrecién del mexicano, esa pacien- cia, ese espiritu sefiorial, pulido, disimulado, tienen mucho que decir j en este mundo impaciente, brutal, exasperado. Vivimos en barricadas. Y el mexicano, cuando sabe serlo, suaviza con su ‘tolerancia —que ¢s caridad:cristiana— barreras de odios. Los Cristeros mexicanos trazaron , sobre la historia una cifra de martirio y de cruzada: En medio de esta podredumbre burguesa, los mexicanos todavia sabemos vivir en cata- ‘cumbas. . . Todo ese guerrerismo instintivo y esos nobles anhelos de redencion social —torcidos después por un seudosécialismo— que aflo- raron en la Revolucion Mexicana, pueden ser recogidos y encauzados. La proyeccién de nuestra tradicién hispano-catélica ha tenido tam- bién, en nuestro suelo, sus torvos enemigos. Son, —consciente 0 incons- cientemente— el anti-México. Son los afrancesados de los siglos XVII y XIX y los tecnécratas ayanquizados. Son los incapaces de sonar y de vivir un México mexicano —valganos la redundancia— y en su impo- tencia se refugian en un México colonia cultural de Francia, 0 en-una sucursal técnica y politica de la democracia norteamericana. Nuestra tra- dicion cultural hispanica no es la pura tradicién espafiola de Espana, sino lo ibero en que se injerto lo indio, lo hispano con una larga trayectoria indigena, con un radical y definitivo hundimiento en la americanidad Hispanoamérica surge cuando lo espafiol se inyecta en este suelo, podan- do las raices indigenas'con la sangre espafiola y catélica de Europa. Somos continuacion y reserva de Europa: Nuestro sistema de conocimientos, de convicciones, normas morales, criterios, formas artisticas y modos de valoracién, costumbres:y estilos de vida que determina la configuracion espiritual de nuestro pueblo, es una cosmovisién hispanica fraguada en el crisol de lo indigena. A diferencia de los Estados Unidos que elimina- ron el indio americano y lo quisieron substituir con el africano, Espaiia hizo del indio el “lazo vital’’ que le unio con el misterio de América. Desde nuestra independencia hemos tenido grandes aspiraciones que no logran ser integrales. Nuestra energia ha desparramado hermo- sas chispas de luz, pero ha carecido de cauce y de ruta. Hemos preten- dido intitilmente realizar por métodos acristianos los ideales y programas que sembraron los frailes evangelizadores y civilizadores con’su gene~ rosa agricultura cristiana. El México oficial —siempre que ha valido algo— no ha sido otra cosa que un anhelo irrealizado de realizar el’ bien pablico temporal del hombre “naturaliter” cristiano, aunque sin nombrar a Cristo. Cualquier “nuevo México” que deseemos forjar debe tener en su base al “hombre nuevo” del que nos hablaron nuestros grandes evangeliza- dores. En su discurso de recepcion a la Academia Mexicana de la His- toria, el maestro Esquivel Obregon afirmaba: “Lo que es tipico nuestro, lo que nos distingue del Norte, es que si la pobreza filantrdpica era la practica de un grupo solamente, aunque numeroso, era el ideal de todos; unos lo aleanzaban, otros, no; pero los que se quedaban atras reconocian su pecado y reverenciaban a los que llegaban a practicarlo como santos © como héroes: Por eso vimos a Hernan Cortés hincado de rodillas y besando humilde los harapos de fray Martin de Valencia. Por eso Cris- tobal de Onate, companero del feroz Nuno de Guzman, con lo que di- cho esta que debié cargar tremendas culpas, funda Zacatecas, se entrega al laborio de minas, se hace rico, y entonces no piensa en ostentaciones y lujos; recuerda sus pecados y aspira a emplear sus riquezas en hacér- ___selos perdonar; coloca en lo més alto de su casa una gran campana con la cual llama al medio dia, por el resto de su vida, a todos los pobres —hasta donde se'escuchan las vibraciones del metal— a que vengan con éla sentarse a la mesa. . .” Un atento observador de las realidades me- -xicanas ha dicho que de haber seguido el impulso de las Leyes de In- dias, ese movimiento hubiera desembocado en “una gran revolucion cristiana de los pobres”. Y hoy seguimos luchando por el rescate social del pobre y por la incorporacion del:indio y del mestizo a la cultura, Nuestra cruzada esta presidida —y bendecida— por esa Virgen Morena que desde el Tepeyac nos llama hacia la esperanza. 1a posibilidad de autodestruccion se cierne como terrible amenaza, sobre el mundo contemporaneo. Las armas de las grandes potencias nos hacen vivir, en “suspenso atémico”, con el miedo prendido a las entra- fas. La presencia de Dios ha sido borrada del hombre tipo de nuestro siglo, para quedarse, cuanto mas, en una débil y fria absuraccion. Méxi- co carece de poderio atémico, pero puede convertirse en conciencia del poder. Las reservas espirituales del pueblo mexicano, si-se saben emplear, pueden ser una fuerza apreciable en el mundo de nuestros dias. Podemos proponer desinteresadamente ideas y soluciones, sin que re- caiga, sobre nosotros, la sospecha de una voluntad de dominio. He aqui nuestras armas. No podemos ofrecer otras. Pero, qué quiere el pueblo mexicano? {Qué esperamos los hombres de México? gCudles son nues- tros suefios ampliamente compartidos? ¢Cuales nuestras ambiciones mas caras? Quede aqui, ante ustedes, esta bandada de interrogaciones que in- vita e incita’a una ulterior meditacion personal. A mime basta apuntar la urgencia-de salvar —gcomo decirlo?— ese modo barroco de ser nues- to: apoteosis de valores. personales, personalismo trascendente. En un mundo alienado por la técnica, el mexicano mantiene atin su sefiorio. Es el seforio de aztecas y espanioles —eje diamantino— que - nos mantiene firmes y erguidos. La atraccién telirica de una tierra'con impulsos virginales nos insta a acunar un nuevo lenguaje del hombre y del paisaje. México —flor de pétalos marcados por la conquista, la insurgencia, las invasiones, la revolucién— no puede fraccionarse. Es un todo indivisible; tribus, cos- tumbres y artesanias; aves, flores y animales selvaticos; costas y cum- bres. Su coraz6n esta en todas partes —-no en el Distrito Federal—, en cada trozo de tierra que conforma esa “mujer dormida en un lecho azul. . .”, como dijera el poeta. Porque ‘el mexicano es México en el vibrar de las campanas queretanas cuando tahen a la ‘hora del rezo’ mien- tras el creptisculo se incendia en los bordes del cerro cimatorio. Es la voz de la peninsula repitiendo los versis de Palmerin. Es la jarana. El lanto de la marimba bajo los cafetales chiapanecos; la oracion en la ‘ca- lenda’ oaxaquefia que se murmura tras de la Virgen de la Soledad. Es un gemido en la guitarra de Paracho’’ (autor anénimo). Mejor que en los libros, México esta plasmado en la madera, en el barro o.en los hilos de ‘sarapes. Bien dice un mexicano de coraz6n y cerebro: “México iiead hombre humilde que aprieta su faja a la cintura para labrar el surco; que lanza cohetes al aire en la fiesta del pueblo que venera _ a sw santo patron; en el candor de hacer el pan y recoger las flores de _ zempaziichitl para agradar a sus difuntos”. México esta en la garganta del humilde cuando canta: “qué bonito es querer como quiero yo, qué bonito entregarme todito completo. . .’” ¥ existe en el que se burla un poco de la muerte: “si estas dormida en mi cuerpo, jqué mas me da ‘si despiertas!. . .” +) Voces del pasado resuenan en el cuerpo dolorido de México. Los _ mares cifien tiernamente la cintura de este cuerpo como para mitigar _ sudolor. Un dolor paciente, sin asomo de angustia, con aparente placi- _ dez. ¥ aqui estamos, cara al progreso, ochenta y cinco millones de habitan- tes bajo un cielo comin irisado de estrellas; México artista, México ‘intuitivo: México humanizado y humanizante: Su perfil parece haber res- plandecido més desde la Olimpiada. Por nuestra raza hablara siempre el espiritu: La vocacion de México se est realizando en cada uno de no- ‘otros, los mexicanos, y en el todo de nuestro estilo colectivo de vida. Laempresa de fidelidad a nuestro modo de ser es un hermoso Tiesgo. Y el futuro es de quienes asumen su destino y saben esperar Age 6. Ser y quehacer de la patria mexicana La Patria es, ante todo, de naturaleza spiritual. Ciceron apunta que la Patria es el “lugar donde se ha nacido”. Pero se trata de “higar” como vinculo humano constitutivo que entrafia geografia, paisaje, espacio e historia. El hombre esta vinculado radicalmente por sus semejantes; por €so tiene Patria. La sociabilidad originaria de los humanos lleva a lo que San Agustin denominaba “comunidad concorde de personas unidas en virtud del mismo fin que aman”, esto es, el pueblo o la Patria. La Patria S€ nos muestra en el tiempo. En este sentido, es tradicion historica. Y Sin tradici6n hist6rica no existe futuro. _No hay pueblo sin cultura. La Patria es Ja totalidad actual que inte- ra una comunidad concorde de personas entrahablemente vinculadas @ un territorio, con una lengua como habitaculo del espiritu y con una tradicién hist6rica y cultural, transmisible y orientada teotrépicamente. El patriotismo es parte de la justicia, porque el patriotismo es piedad, amor a la tierra de los padres. Para cada nacional, la Patria es un don que viene dado junto con la existencia. E] amor a la Patria, desde el punto de vista cristiano, es un modo de la caridad. Cabria hablar de la Patria terrenal y de la Patria permanente, sin olvidar que'la Patria de este mun- do apunta a la Patria supra-mundanal y etema. att ~ El mundo espiritual que da unidad a la Patria, esta constituido pot las comunes imagenes, ideas, valores, formas de vida, tradiciones, usos sociales y costumbres con los que’el ser humano se desenvuelve desde Ja infancia. Una buena parte de la educaci6n consiste en transmitir todo ese mundo espiritual. La’ Patria tiene sus proceres en el ambito de la filosofia, de la literatura, del arte y de la ciencia. La cultura es vinculo unificador de la Patria. Pero es un vinculo apenas conocido por el pue- blo. La fuerza unificadora proviene del idioma materno, de la tierra y del cielo de los padres (terra-patrum), de los valores comunes que uni- fican a un pueblo, de las costumbres y de las tradiciones. Vivir en la Patria es vivir en el terrufo comunitario con vincules institucionales que sobrepasan a las generaciones. Familia y particulares, se incorporan con- ‘tinuamente a la Patria, a las corrientes de vida espiritual que les da esti- lo y rumbo. Gracias a la idea de Patria, puede darse una colaboracion fecunda entre los hijos de una misma tierra. Todo ese enorme caudal de elementos configurados, originarios y vivos, no deben perderse en aras de un cosmopolitismo deslavado y convencional. Todas esas for- mas de vida y esos usos sociales de quienes viven dentro de una Patria ‘conservan valores:y expresan un estilo colectivo de existencia. Somos -responsables de la Patria como somos responsables de la vida. Las for- _ mas de vida de los pueblos se vinculan de la manera més: intima en la religion vivida en la casa y en la familia, en la industria y en la agri- ~ cultura. El desarraigamiento espiritual es'ruptura con la Patria: La falta de Patria espiritual —error fundamental de Marx— convierte al hombre en obrero anonimo, desarraigado de la comunidad concorde, del territo- rio, de la lengua y de la tradicién hist6rica y cultural. ‘a Patria, como la mujer, es tiema,'suave. Por eso le cantan los poetas: “Suave Patria: permite que te envuelva en la mas honda misica de selva con que me modelaste todo entero al golpe cadencioso de las hachas entre risas y gritos de muchachas y pajaros de oficio carpintero” Todo se vuelve poesia cuando el territorio es visto bajo el prisma de la Patria: ‘Patria: tu superficie es el maiz, tus minas el palacio del Rey de Oros, y tu cielo, las garzas en desliz y el relampago verde de los loros”: Pero priva el sentimiento gozoso de la gran casa comin: “Suave Patria: tu casa todavia es tan grande, que el tren va por la via, como aguinaldo de jugueteria Y en el barullo de las estaciones, con tu mirada de mestiza, pones Ja inmensidad sobre los corazones”’. Pocas veces un poeta ha logrado reunir mejor ese tropel de image- es que nos tocan la fibra cordial y que nos hacen comprender, mas i¢ los tratados enteros de sociologia lo que es la Patria para el mexica- ‘no. Barro que suena a plata, santo olor de la panaderia, ajonjoli y com- potas, trueno de nubes y tierras labrantias; palomos colipavos y relojes en vela, campanadas que caen como centavos y pdlvora en los fuegos artificio. Un higo que San Felipe de Jestis tiende frente al hambre y al obus. Balcén de palmas bendecidas, y frescura de rebozo y tinaja. “Patria, te doy de tu dicha la clave: sé siempre igual, fiel a tu espejo diario; cincuenta veces es igual el Ave taladrada en ‘el hilo del rosario, y es mas feliz que ta, Patria suave” __ Cultivamos la idea de Patria, conociéndola y vinculandonos a ella afio tras ao, mes tras mes, dia tras dia, hora tras hora. No queremos quedamos con la simple idea, sin el cultivo encargado de la misma, y la vivencia diaria de nuestro México emotivo y tragico, que habla en espafiol y siente en indio. No queremos que nuestro patrimonio —suave y augusto— degenere en nacionalismo agresivo, exclusivista y estrecho, Estamos dispuestos a conservar el amor al pueblo, fieles a la propia historia, a los propios simbolos. Nos afanaremos, hasta la hora de pasar a mejor vida, por que crezca el prestigio del propio pais y por que se respeten su nombre y su integridad por propios y extrafios. He ahi nuestro cometido de ciudadanos y de hombres de la Patria mexicana. | Introduccion a la filosofia ~ | de la mexicanidad Sumario: 1. Hacia‘un analisis filosofico de Méxicayy de lo mexicano. 2. Significacion y sentido de la filosofia de «lo mexicano. 3. {Filosofia nacionalista 0 filosofia con esti- | lo nacional? 4. Valor de la filosofia mexicana. “1 Hac un andlisis filoséfico de Mexicoy de lo mexicano PR Rie ‘ La realidad mexicana nos esta presente. Porque tenemos existencia de mexicanos captamos el sentido de nuestro ser mexicano y de nuestra a mexicana. Tenemos que habérnosla con la realidad mexicana’ _ y-con nuestra realidad misma de mexicanos. Somos coterraneos, cona- -cionales que estamos referidos a las cosas de México ya los demas hom- bres —extranjeros— en un constante “enfrentamiento”. Nuestras acciones _ =prenadas de sentido y de direccisn— no son simples reacciones i ‘sino ‘'sucesos” que suponen decision y eleccién. Con estos su- “sobre todo, con los que tienen trascendencia social se va tejiendo la vida y la historia de México, Nuestra vida es nuestra biogra- fia, Y nuestra biogralia esta repleta de posibilidades. Pero hay también un estilo colectivo de vida, un modo de ser en lo universal. Ese estilo ‘colectivo de vida, ese modo de ser y ese destino en lo universal lo con- figuramos en comin, lo forjamos los mexicanos. Voltaire maestro de la superficialidad brillante— pensaba erroneamente que las naciones ¢s- taban dotadas de un espiritu, hipostasiando a la nacién. De su libro “Essai sur les moeurs et l'esprit des nations” arrancan las fantasmagorias ro- manticas que afos mas tarde culminarian con la especulacion del mo- vimiento romantico aleman —mucho mas profundo que el francés— del “Volksgeist”. Quedémonos con la idea de unidades historicas con una 35 eee ia F 36 INTRODUCCION A LA FILOSOFIA DE LA singularidad en costumbres, pero sin conferirles espiritu a estas unida- des hist6rico-sociales. México no es una realidad substante, una “prote ousia”” (substancia primera) sino un ente de cultura de tipo accidental, inherido a la vida de relacién de los mexicanos, Tenemos la certeza de que antes de la verdad sobre México y lo , mexicano existe el verdadero México y lo verdadero mexicano; antes de la adecuacién del juicio y de lo real mexicano, se da la adecuacion vivida del entendimiento mismo con la realidad mexicana. La percep- cién de México y lo mexicano que me es dada en la existencia de los ¥ -mexicanos —y no primariamente en orden a mi mismo— esta antes que mi teorfa filos6fica sobre México. El ser de México y los mexicanos es la condicion del conocer. No veo razon alguna para suponer a priori ‘que mi pensamiento es condicién del ser mexicano. Partamos de la existencia historica y geografica de México. Aqui es- t4 México y aqui estamos los mexicanos. El hecho es incuestionable. México es, pero pudo no haber sido; hubo un pasado en que no fue y alguna vez —cuando se acabe nuestro mundo— dejara de ser. La con- tingencia de la Nacién Mexicana y de los mexicanos resulta evidente. Pero una cosa es que México sea contingente y que su realidad sea de tipo accidental y otra cosa muy diferente es afirmar —como lo hace Emilio Uranga— que “la insuficiencia del mexicano es la insuficiencia de su ser como accidente y sélo esto”. . . “Por todos lados vemos, pues, afir- marse la radical tendencia sustancializante de la tradicién filos6fica oc- . cidental. El hombre es en esta linea de acontecer histérico ‘ser para la sustancia’, ser que tiene que hacerse sustancial. En direccién justamen- te inversa definimos al ser del’ mexicano. Como ‘ser para el accidente’ es éste su serun tener que ser accidente’’. . . “Realizarse como acciden- te significa mantenerse como accidente, en el horizonte de posibilidad del accidente mismo” [1]. El término “accidente” tiene dos sentidos on- , tolégicos distintos: 1) propiedad cuantitativa o cualitativa de una subs- tancia; 2) algo opuesto a lo “esencial’’, 0 sea‘a lo mecesariamente constitutivo de algo —por lo demas, substancial o accidental en el senti- do anterior—, y por tanto, a él inherente de un modo contingente, y por ende, de él separable. En ninguno de los dos sentidos cabe sostener y —como lo pretende Uranga— que el mexicano sea un accidente y s6lo ; esto, un tener que sér accidente sin substancia. Pero esto seria tanto co- mo hablar de la cascara roja de la naranja sin naranja. De ser asi, jpara qué hablar de la ontologia del mexicano y del hombre mexicano si todo ello es in-substancial, in-esencial? Cuando Uranga habla del mexicano supone que es’ como el aleman o el finlandés— un hombre. La “humani- tas”, como esencialidad, tiene muchas versiones, Y en esas versiones no tenemos una mera accidentalidad que, en sentido escrito, no tendria soporte en donde inherir. Substancia es lo que “esta” debajo de los ac~ cidentes, lo que permanece con el cambio de éstos. Substancia es lo que ; i en si”, a diferencia de los accidentes que estan en la substancia, a se “adhieren” y que los lleva como substratum, ‘“‘soporte” o “su- que es de ellos. Si el mexicano no fuese substancial no seria, ni __ tampoco seria México y lo mexicano como entidades accidentales. Emilio Uranga erro el camino al iniciar su andlisis con la abstraccion del acci- dente. Sobre esta base era imposible edificar una antropologia concreta _ del mexicano, una caracterologia cultural de lo mexicano y una vision __ filos6fica de México. El “ser para el accidente” es una ficcién. Del “Ana- del ser del mexicano” de Emilio Uranga solo restan un punado de bservaciones agudas y algunas insoslayables incitaciones para reem- } der un anilisis filos6fico de México y lo mexicano. _) Pablo Gonzalez Casanova habla de “lo mexicano” como algo ine- istente, abstracto, sin referencia temporal y espacial concretas. Dentro su posicion sociologizante, ayuna de verdadera filosofia, resulta im- le comprender la investigacién puramente especulativa, la refle- mn metafisica pura y creadora. No parece advertir que la investigacion mpirico-sensible del fenémeno sociolégico mexicano de la democra- Cia sé apoya en la realidad mexicana. Y la realidad en cuanto tealidad ss objeto de estudio de la metafisica y no de la sociologia. Para que la lematica mexicana desde la sociologia no resulte otro “mirlo blan- ”, es preciso una fundamentaci6n éntica. Si él no la ha podido hacer, el ei no ha desaparecido con su pretericién. Puede hablarse — co- Gonzalez Casanova lo hace— de los “fdolos detras de los altares”, de a realidad “salvaje” barbara (para los europeos), de la no supeditaci6n a Un pensar ajeno, pero sin olvidar que la antropologia concreta de lo ‘Mexicano no niega lo universal, aunque no se detiene alli. A Pablo Gon- zalez Casanova le ha faltado —en “El mirlo blanco” [2] y en “La demo- “cracia en México” [3], el indispensable instrumental filosdfico para elaborar una antropologia tipologica como via de acceso a las realidades ‘Sociales de México. Ni la historia, ni el derecho, ni la sociologia, ni la omia, ni la psicologia pueden resolver el problema filosofico de lefinicion de lo mexicano. Estas ciencias parcelarias al volver sobre lismas se cuestionan sobre la validez de sus conocimientos. De esta lanera ingresan en el campo de la filosofia por via epistemoldgica. To- das las sociologias sobre México que se pretendan forjar tendran que ver con la historia de México, porque México es una realidad historica ubicada en la totalidad de cuanto hay en el ambito finito (habencia), dentro de la esfera de los entes culturales. México es una actualizacion de las potencialidades y de las posibilidades —mo es lo mismo potencia que Posibilidad— del ser humano en su version mexicana. Poseemos la con- dicién humana, pero de modo especifico. Las particularidades nos vie- nen del uso de nuestra libertad en la historia y en la geografta. No vamos a deducir lo que es México desde unas supuestas “esencias nacionales” concebidas como ideas platonicas. Vamos a investigar directamente lo i f 8 INTRODUGCION A LA FILOSOFIA DE LA MEXICANIDAD que somos en nuestra historia, en nuestras etnias y en nuestra cultura. La filosofia no inventa las realidades particulares, pero si las ilumina y las fundamenta. ;Cual es la significacién y el sentido de la filosofia de lo mexicano? ¢Como es una filosofia con estilo nacional? ¢Cual es, en definitiva, el valor de la filosofia mexicana? 2. Significacin y sentido de la filosofia de lo mexicano No basta decir que hay una filosofia de lo mexicano y que sélo resta examinar su base filos6fica. En primer lugar, advirtamos que no hay una filosofia de lo mexicano, sino varios filésofos mexicanos que han medi- tado sobre México y sobre los mexicanos. Nosotros no emprenderemos el simple anilisis critico de esos filésofos nuestros que han filosofado sobre lo mexicano. Tenemos una filosofia propia y desde ella abordare- mos el estudio sobre la vocacion y el estilo de México y sobre el ser y el quehacer del mexicano, en dialogo constante con multiples auto- tes, No se trata de un historicismo que ahogue la filosofia en la circuns- tancia vital en que se da. Las verdades se descubren y se profundizan en la historia, pero son meta-historicas. En consecuencia, las verdades sobre la vocacién y el estilo de México y sobre el ser y el quehacer del mexicano no son de validez circunstancial. Las verdades son de validez universal, aunque se refieran a un sector del universo y no a todo el universo. No vamos a decir que el mundo del mexicano es solo una perspectiva, un punto de vista estrictamente subjetivo. El hecho de que el mexicano tenga historia no imposibilita su definicion, por dificil que nos resulte. éPor qué deseamos filosofar sobre lo mexicano? Por amor a México y por amor alo humano, por imperativo de autenticidad y por afan. de cumplir un destino individual y colectivo. No estamos ante estériles ca- vilaciones y ante posturas narcisistas, sino ante un menester de ubica- cion en la habencia y de autoposesion personal. Las verdades que alcancemos sobre México y lo mexicano no son verdades mexicanas, sino simplemente verdades. Yo no creo que exista una filosofia especi- ficamente mexicana —con problematica y soluciones del pais—, porque me parece que la filosofia es simplemente filosofia, aunque aqui, en Mé- xico, tengan que replantearse problemas “filos6ficos” “para” nuestro pue- blo. Todos los intentos de construir una filosofia mexicana no han pasado de ser, como se ha dicho con raz6n, una mera antropologia psicologista y culturalista. No podemos dejar de lado los principios de la metodolo- gia general y los principios metodologicos especiales para cada tipo de disciplina, la Logica modema y sus conquistas, para inventar una logica y una metodologia mexicanas. Tampoco vamos.a efectuar una reduc- cién semifenomenolégica de todo elemento extra-mexicano para que- darmos en una madurez intelectual de nivel pre-occidental. {Es que acaso el ser mexicano es el ser ontoldgico por excelencia? Porque siempre me ha parecido absurda la provincializacion de la filosofia, estimo que la i6n de forjar una filosofia mexicana —no por el acento del fil6- sofo que la elabora, sino por el contenido “‘sui generis”— es un despro- posito. Cosa diversa es que nuestra filosofia —sobre lo mexicano o sobre Jo universal— tenga su caracteristico acento mexicano. _ Un filésofo mexicano concreto puede elaborar una verdad univer- sal en una circunstancia concretamente mexicana y sobre otros hom- bres igualmente mexicans. La filosofia de lo mexicano hombre y -cultura— no tiene una validez puramente circunstancial, porque se vo- Jatilizaria en la historia. Afortunadamente es posible una filosofia de lo ‘mexicano que enfoque lo concreto desde el punto de vista de las pri- ‘meras causas o de los principios.tiltimos. _ La filosofia de lo coneretono pone en crisis la metafisica, smo que se hace desde la base metafisica de la totalidad de cuanto hay. Antes que lo mexicano sea tal, hay lo mexicano en el campo de la habencia. El campo de la habencia abarca no tan s6lo los mexicanos reales sino también los mexicanos ideales..En ese conjunto indiscriminado de to- dos los entes y de todas las posibilidades que Ilamamos habencia se presenta lo mexicano,con todas sus peculiaridades y posibilidades. Es una estructura tempo-espacial de ofrecimiento, un. modo peculiar de ser hombre dentro del contexto de lo humano. Sila habencia es ofertividad contextual, presencia plural e ilimitada, lo mexicano es presencia sin- gular y limitada. Las cosas, los sucesos y las posibilidades de lo mexica- no aparecen en la habencia. Se presentan como recuerdo, como proyecto ©. como actualidad. Pero se presentan en el “hay” de “todo cuanto hay”. Lo que es, lo que ha sido y lo que sera lo mexicano es lo que hay de Mexicano, El ser mexicano ¢s la presentidad situacional, respectiva del ty”. La presencia de los mexicanos de sentido a todo lo que hay en México, conociendo, re-conociendo y tejiendo la urdimbre de la reali- dad mexicana. El ser mexicano sin la totalidad de cuanto hay en el 4m- bito finito —la habencia— no es realidad porque no tiene campo para ofrecerse. He ahi las bases metalisicas que ofrezco para sustentar una filosofia de lo mexicano, Lo que desprestigia a la filosofia sobre el hom- bre y la cultura en México no son las bases metafisicas, explicitas, sino la ausencia de una fundamentacion —insoslayablemente metafisica—, sin la cual se marcha atolondradamente, con las raices al aire. La necesi- dad de investigar nuestra realidad mexicana no puede hacemos olvidar que es parte de la realidad hispanoamericana, la cual, a su vez, es parte de la realidad del mundo, el cual se integra en la totalidad de cuanto hay en el ambito finito. Esta muy bien inventar —si se puede— solucio- nes para nuestros propios problemas, pero sin prurito de originalidad la originalidad viene por afiadidura, cuando la meditacion filosofica ae ann) INTRODUCCION A LA FILOSOFIA es originaria— y sin desconectamos de la habencia y del fundamento —Suprema Realidad irrespectiva, Ser fundamental y fundamentante— de esa habencia. No quiero hacer una historia de la filosofia de lo mexicano, sino resolver los temas y problemas del ser y del quehacer del mexicano y de la vocacion y estilo de México, desde un integralismo metafisico an- troposofico que concibe la filosofia —amor a la sabiduria— como pro- pedéutica de salvacion. La evidencia sustentada en los primeros principios metafisicos y en supremos principios légicos sera nuestro criterio de verdad. La historia la usatemos para enriquecer nuestra vision'de Méxi- co y lo mexicano, pero sin disolver la verdad en la circunstancia, como lo hace el método historicista. El método fenomenolégico nos parece ‘un magnifico instrumento, siempre que no sacrifiquemos la realidad (epo- jé en aras de un nuevo idealismo de la conciencia trascendental. En este sentido, la fenomenologia solo nos puede servir de preambulo para una metalisica y una filosofia de la cultura mexicana. Estamos implantados en la realidad mexicana, con una historia, con una geografia, con unos hombres que tienen peculiares rasgos fisicos y psicologicos. . . La realidad mexicana es singular, distinta a la de otros ‘pueblos. Si tenemos una personalidad propia, no caben en buena tesis— imitaciones extra-logicas sin caer en inautenticidad y en fracaso. La per- sonalidad propia no deja de existir porque algunos intelectuales quieran suplantarla 0 desconocerla. Justo Sierra pedia que se tomaran los pensamientos de donde bro- taren, “con tal que la linfa sea pura y diafana”, pero que se adquiriesen “los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber”. La pro- puesta de Don Justo Sierra no hay que interpretarla en el sentido de una reduccion semifenomenoldgica de todo elemento extra-mexicano para quedamos en la desnudez intelectual de nivel preoccidental, sino de pensar y asimilar las ideas universales con nuestro peculiar modo de ser, con nuestro singular estilo. Nuestra personalidad hunde sus raices indestructibles en nuestra naturaleza y en nuestra historia. Hay que pensar y hay que escribir sobre todo lo que se quiera, pero sin descastarnos, sin perder el rumbo y el estilo, No confundamos la filosofia nacionalista =un tipo de filosofia politica— con la filosofia con estilo nacional. 3. ¢Filosofta. nacionalista o filosofia con estilo nacional? Hubo un tiempo en que se proclamo la doctrina del destino manifiesto —avasallamiento de México por parte de Estados Unidos— basada en la seleccion natural que postula la supervivencia del mas apto y la su- premacia del fuerte. Interpretados los procesos histéricos y sociales ba- jo la luz de la doctrina del destino manifiesto, México queda reducido a _ un buen bocado para el poderoso pais vecino del norte. Un bocado an- terior mutilé poco mas de la mitad de nuestro territorio. De haberse seguido el impulso de la teoria del destino manifiesto y de la politica del. garrote, los anglosajones hubiesen Ilegado hasta el Istmo de Te- huantepec. éCémo pudo aceptarse en México como filosofia la'doctrina pseudo- cientifica del evolucionismo, armadura del imperio, excusa de las vio- laciones y los atropellos al derecho de gentes? A esta pregunta, José Vasconcelos contestaria: ‘Lo que no podremos perdonara nuestros ma- _yores es el habernos puesto de rodillas delante de ese fetiche del proce- expansivo de los anglosajones: la evolucion’ [4]. El positivismo no __ S0lo constituyo un rebajamiento de nuestro “humanitas”, sino en autone- _ gacion de nuestra identidad nacional, un suicidio politico y cultural. ¢Falta de piedad por la patria o inconsciencia de la mismidad nacional? El por- firiato, considerado ideologicamente, acusa una extrema miopia filoso- fica y una total ceguera politica. Habia que empezar por una critica del evolucionismo spenceriano y una construccién de una filosofia hecha Por mexicanos y universalmente valida. En esa tarea, en que aun esta- “Mos empeiiados, nos iniciaron Vasconcelos y Caso. Vasconcelos intu- yo certeramente la aspiracién de toda filosofia a su validez universal, pero también “implica, por lo menos en parte, una manera de pensamiento que procede de la vida colectiva'y envella arraiga” [5]..No se trata de hacer una filosofia nacionalista, sino de forjar una auténtica filosofia =universalmente valida—construida por nacionales, con el inconfundible sello o estilo mexicano. Solo asi podremos escapar del circunstancialis- mo nacionalista y arraigar nuestro pensamiento filosofico en la colecti- vidad mexicana de donde emerge, 4, México inicié una era propia dentro de la cultura occidental. Nues- tra genesis y nuestro desenvolvimiento nos exigié revisar tablas de va- lores, edificar —con caracter provisorio o perenne— un andamiaje conceptual. Preceptos heredados 0 culturas importadas han tenido que Ser adaptados a nuestra propia vocaci6n historica y a nuestro singular estilo. En las entrahas de la vida mexicana palpita una exigencia de so- berania en materia de vocacién y de estilo. Véase la manera renovada y sincera de contemplar el universo desde Fray Alonso de la Vera Cruz hasta nuestros dias y se advertira el esfuerzo por definir, por delinear una filosofia. De la inevitable contemplaci6n del universo y del hombre Naci6 mi ““Tratado de Metafisica —Teoria de la Habencia—” y mi “Filo- sofia del Hombre”, Concuerdo con José Vasconcelos cuando afirma: “Conviene precavemos, es claro, del peligro de formular un nacionalismo filos6fico en vez de filosofar con los tesoros de la experiencia nacional’’ [6]. Pero doy un paso mas y afirmo que no bastan los tesoros de la ex- Periencia nacional, que nos podremos apropiar los tesoros de todas las &) 4) INTRODUCCION A LA FILOSOFIA DE LA MEXICANIDAD culturas, siempre que sepamos convertirlos en estilo propio, fieles a nues- tra vocacién nacional. La incorporacion de la tematica de la mexicani- dad al esquema de la filosofia sélo podra realizarse como una version de lo humano. Yo no trato de librarme del estilo mexicano, todo lo contrario, me reafirmo en él, lo que sf evito a toda costa es el particularismo jicarista folklérico y xen6fobo, que me impedirfa ser mexicano universal, filéso- fo de México —legitimamente orgulloso de mi estirpe— abierto a la rosa de los vientos. Se puede evitar el error de caer en una filosofia naciona- lista sin tener que caer en el otro extremo de una filosofia calculada- mente europeizante o yanquizante. Podemos hacer nuestras las palabras de mi maestro José Vasconcelos: “No he hecho pues un sistema por razones de patriotismo; pero si puedo decir que el sistema y las refle- xiones que lo han ido engendrando me han Ilevado a un patriotismo” [7]. No hay por qué decretar que el problema entre el nacionalismo y la universalidad de la filosofia no tiene solucion. Basta que entendamos correctamente el nacionalismo. Haremos mexicana la especulacién filo- s6fica universal en la medida en que pensamos con nuestro propio esti- lo'y con fidelidad a nuestra vocacién. personaly colectiva. México fue vencido bélicamente por el. coloso vecino del norte y mutilado barbaramente en su tertitorio. El abuso de poder y el atropello a los derechos de la Republica Mexicana quedan para'siempre registra- dos en la historia de las iniquidades internacionales. Pero la victoria gue- rrera no concede derechos ‘ni revalida acciones inicuas. “La ética del pueblo vencedor es siempre una ética limitada a su estirpe y excluyente de la casta vencida. Etica inferior que provoca la revancha y la acarrea En cambio el vencido, si no es un mero agregado subhumano, si mere- ce la calidad de pueblo, levanta su espiritu sobre lo temporal adverso y formula pensamiento definitivo; concepto desnacionalizado que se re- suelve en la universalidad de una metafisica, més alla del fracaso y del éxito efirnero” [8]. Es hora de interpretar y encamar el sentir de una vocacién colectiva y de un estilo mexicano, mas alla de las vicisitudes de la crisis. No tenemos intereses imperialistas que proteger ni invasio- nes y anexiones territoriales que justificar. El nuevo proceso histérico de México se expresa en una nueva filosofia. Aunque nuestra raza ‘sea emotiva, no creo que debamos “‘sentar los principios de una interpreta- cién del mundo de acuerdo con nuestras emociones” —y en estos prin- cipios difiero de la opinién de Vasconcelos—, sino de acuerdo con la objetividad y fieles a nuestra vocacién colectiva y a nuestro estilo pecu- liar. Nuestro modo propio y particular de ser se reflejara ineludiblemente en nuestra filosofia sin necesidad de postular un emotivismo filoséfico que es, a la postre, subjetivismo. El pensamiento de un mexicano, por Jo que tiene de ibérico, es realista, intelectualista moderado y busca arraigo en los hechos, sin tornarse stibdito del pragmatismo. Nunca seremos rr o hegelianos, tampoco tenemos.por que ser rousseau- ‘nianos o bergsonianos. eaiieenn ser realistas a ultranza, sino ‘intelectualistas moderados. La emocién no pasa de ser una funcién psico- que no puede ser convertida en estructura Ontica del mexicano. : | a conocer mejor el perfil psicolégico del mexicano, pero no es- tructura su filosofia. Nos negamos a concebir el mundo de modo hiper- factualista —estilo anglosajon—, empirista pragmatista. .. Amamos las grandes sintesis, las perspectivas abiertas, las renovaciones perpetuas ) queremos hacer sistema por el sistema mismo —aunque esté incom- 0 0 equivocado—, sino porque sabemos que la filosofia no tiene sis- sino que es sistema, articulacién, afan de totalidad. El hecho de que México requiera hacer ciencia rigurosa, no impide que abandone su mundo poético. Los datos de la ciencia son diversos _ alos procedimientos de la poesia y a la especulacion filos6fica. Eso es _ todo. La sintesis de la totalidad solo la llegan a tener los pueblos sabios. El ideal para bregar por las rutas de la historia nos insta a superar lo ‘real, nos configura. Mi obra “Vocacion y Estilo de México” —Fundamentos de la ‘Mexicanidad— es una vision de conjunto —filosofica, historica, psico- ‘Tégica, politica, artistica, juridica, cultural— que respeta la riqueza de la heterogeneidad, que exalta nuestros valores y nos ilumina nuestro des- tino nacional. __ Lo particular o accidental mexicano, para entenderlo mejor, se in- serta en lo universal humano y se sitta en la totalidad de cuanto hay, en la habencia. Sélo una vision de conjunto, desde la habencia, puede enlazar realidades irreductibles. Esta vision se hace con espiritu de fi- ura mas que con espiritu de geometria. El concepto de ser'es vacio ¥ no engloba todo lo que hay en México: posibilidades, normativida- des, nada relativa. . . Las relaciones de México con la totalidad de cuan- to hay en el ambito finito no son puramente cuantitativas, sino cualitativas. El todo organico de la habencia no sacrifica la calidad de un pueblo para convertirlo en guarismo. Las ciencias de la naturaleza y las ciencias del espiritu contribuyen —cada cual a su manera— a ex- plicar y a comprender la vocacién y el estilo de México, Una vocacion y un estilo que solo la filosofia puede valorar. 4. Valor de la filosofia mexicana La filosofia universal la haremos mexicana pensando con todo nuestro ser de mexicanos y dentro de la circunstancia mexicana. Se puede ha- cer filosofia en cualquier idioma. La filosofia no es una exclusiva de los griegos o de los alemanes —aunque hayan sido quienes han forjado mas hondos y significativos filosofemas—; es una disciplina cultivable por 44 INTRODUCCION A LA FILOSOFIA DE LA pe ll cualquier filosofo —de probada y definida vocacién— de cualquier pais. Con el mismo derecho de los alemanes, los ingleses, los espafioles, los norteamericanos y los franceses hablan se filosofia alemana, de filosofia in- glesa, de filosofia espafiola, de filosofia norteamericana y de filosofia fran- Cesa, nosotros podemos hablar de filosofia mexicana. Porque la filosofia no es un producto impersonal, nunca se llegaré a formular una teoria filo- s6fica universal absoluta prescindiendo del sujeto que la elabora y de su estilo colectivo. No confundamos la filosofia con doctrinas de ocasién. Abelardo Vi- ~ llegas afirma —sin demostraci6n alguna— que Caso y Vasconcelos “cuan- do escribieron sus libros no advirtieron la curiosa contradiccién entre a inmediatez del futuro y lo desmesurado del proyecto. Pronto ese futuro se les vino encima y pareci6.darles un mentis rotundo, pero ya era tar- de para rectificar, nadie puede rectificar los mejores hechos de su vida. Sobrevino la decepcién profunda, pero. por mas que quisieron o han querido no fueron ellos los intérpretes de esa decepcion, se refugiaron en su metafisica pura que con la existencia como beatitud y con la vida eterna del espiritu, parecia brindarles, ahora si, un mejor futuro, ya no tan proximo, pero si firme y definitivo” [9]. ;Cual es esa curiosa contra- diccion entre la inmediatez del futuro y lo desmesurado de los proyec- tos de Caso y de Vasconcelos? jEn qué forma ese futuro se les vino encima a estos dos egregios filésofos mexicanos y les dio un mentis ro- tundo? {Cuales fueron los mejores hechos de su vida que debieron rec- tificar? ¢Por qué dice que se refugiaron en su metafisica —que no tiene por qué ser circunstancial— porque les brindaba un mejor futuro, ya no tan proximo, pero si firme y definitive? En vano el lector buscara respuestas a estas interrogantes en “La filosoffa de lo mexicano” de Vi- llegas. Es muy libre de asegurar que la filosofia de Caso, por su falta de originalidad, queda devaluada; y que la filosofia de Vasconcelos aunque “por su forma sistematica, es mucho mas amplia y abarca mayor numero de problemas”— queda empobrecida por su falta’ de rigor. De- bo decir, ante todo, que no hay teoria filosdfica que no haya sido criti- cada, impugnada y a veces hasta negada. Con todas las limitaciones humanas que puedan tener, la filosofia de Vasconcelos y el pensamien- to filos6fico de Caso no podran ser olvidados sin un empobrecimiento irremediable no solo para los mexicanos, sino para todos los hombres. Las filosofias de Vasconcelos y Caso no deben juzgarse por el acuerdo formal que susciten con un determinado namero de criticos o de histo- riadores de la filosofia mexicana, sino sélo en cuanto susciten e inspi- ren en otros hombres la busqueda de la verdad filosdfica y del itinerario vocacional. ;Podremos negar el valor, de acuerdo con estos criterios, de las filosofias de Vasconcelos y de Caso? “Es que el valor de una filo- sofia —advierte Nicolas Abbagnano— no se mide segin la porcion del quantum de verdad objetiva que contiene, sino sélo segin la cuota de émico) para cualquier tentativa de comprension de si mismo y del n [10]. Reconoce Villegas que el paso de las posibles relaciones tre la filosofia de Vasconcelos sobre problemas universales y su filo- _ sofia sobre lo mexicano y lo americano “queda mejor justificado”; por su forma sistemética, que en la filosoffa de Caso. También abona en el haber de ambos filosofos mexicanos, como la aportacién mas significa- tiva en el desarrollo de la cultura americana: “la incorporacion de la _temética de lo mexicano y lo americano al esquema de la filosofia” [11]. _ Pero curiosamente nunca dilucida “la curiosa contradiccion entre la in- mediatez del futuro” —que se les vino encima y parecié darles un men- _ tis rotundo— ‘y lo desmesurado del proyecto”, Todo. se queda en _ afirmacion gratuita, en apreciacién estrictamente subjetiva. El perfil de la cultura mexicana realizado por Samuel Ramos es el intento de emprender una seria investigacion sobre nuestra cultura, en- tendida como un modo de ser del hombre mexicano! Tenemos filia- ci6n espiritual, porque tenemos una cultura derivada: El abuso de la imitacion extranjera, nos ha conducido a la autodenigracién. Ramos no acepta el mestizaje espiritual y se queda en la etapas de transplantacion y de asimilacion cultural. El indio se'dejé conquistar porque estaba dis- Puesto a la pasividad. La conquista espiritual de México —reconoce Sa- os— se realiz6 por medio del idioma y de la religion. Cuando “Nos emancipamos de Espafia —pensamos nosotros— fueron los criollos ¥ los mestizos quienes forjaron la gesta de la emancipaci6n politica. Hoy en dia estamos en proceso de perfeccionar nuestra emancipaci6n cultu- tal. Al iniciar la vida independiente, “los mexicanos querian hacer tabla tasa del pasado y comenzar una nueva vida como si antes nada hubiera existido” [12]. Con toda raz6n trata Ramos de rebatir la leyenda de que la raza hispanica y su rama americana han sido’ poco afectas al pensa- Miento racional. Concluye su “Historia de la Filosofia de México", en la situacion presente, destacando la necesidad de “incorporar y asimilar Ja filosofia a nuestro espiritu nacional’, de “iniciar la formacién de una filosofia propia” [13]. Me parece que a estas alturas de la historia ya puede hablarse de una filosofia propia. Y afiado por mi cuenta que no nos he- mos resignado a la simple tarea de incorporar y asimilar la filosofia euro- pea. “Hacia un nuevo humanismo” resulta una continuacion articulada y_un légico remate del pensamiento ramosiano, puesto de relieve en “El perfil del hombre y la cultura en México”. El hombre, proceso en ¢a- ino, se actualiza constantemente en propésitos que la filosofia puede investigar. Se parte del hombre en el mundo y en su pequeho mundo que le circunda, en relaciones practicas y relaciones dé conocimiento. Ta cultura irradia del hombre y se extiende a la naturaleza. El espiritu, Punto céntrico de nuestra persona, tiene su tabla de valores para edificar la vida. Piensa Samuel Ramos que “los valores fundamentales del hu- Pairs 7 INTRODUCCION A LA FILOSOFIA DE LA MEXICANIDAD manismo estan en crisis”. En rigor, no son los valores los que estan en crisis, sino la realizacion de los mismos, el caos imperante en materia de jerarquia. Apunta la urgencia de difundir en México —donde ha pre- valecido desde hace muchos afos el escepticismo y la desconfianza— laindependencia y la objetividad de los valores frente a las condiciones subjetivas de la estimulaci6n. “Hay un orden de valores objetivos que no dependen ni del placer ni del deseo” [14]. Hay una falta de armonia del hombre con el mundo, evidenciada por el dualismo en la valora- cion de Ja vida que escinde lo material de lo espiritual: Todo el libro “Hacia un nuevo humanismo” —y en ello radica su principal mérito— constituye un alegato contra la desintegracion del hombre. Y de esta ame- naza desintegradora no esta exento el mexicano. Pero lo mejor de Samuel Ramos, a nuestro juicio, esta plasmado en sus obras de estética: “Filo- sofia de la vida artistica”, “El caso Strawinsky”, “Diego Rivera”, “Estu- dios de Estética”. Samuel Ramos fue, ante todo, un esteta. Un esteta que todo lo media y lo calibraba. Un esteta que sentia la necesidad de co- municar su sensibilidad, goces y gustos. Esta preocupacion estética —menester es decirlo— esta muy en la linea del ser y del quehacer del mexicano. [15] Resulta saludable situar hist6ricamente cada uno de los filésofos me- xicanos que haya contribuido a forjar una filosofia de la mexicanidad, siempre que no olvidemos que el verdadero mexicano y el verdadero México esta antes que la verdad sobre el mexicano y sobre México que hayan descubierto y que vayan a descubrir los genuinos filésofos de la mexicanidad. La verdad se descubre y se profundiza en la historia, pero no depende de la historia. La habencia con sus primeros principios me- tafisicos y los principios logicos supremos —que son primariamente ontologicos— constituyen el criterio supremo de certeza, que radica en la evidencia. Sobre esta base epistemol6gica podra venir después la co- rreccion de nuestras viciosas costumbres estimativas, la afirmacién de los valores intrinsecos en la vida mexicana que nuestra conciencia pue- de reconocer o ignorar, pero cuya realidad esta ahi, en la realidad. de México, mas alla de todo relativismo. Nosotros no postulamos una cul- tura subjetiva para hablar después de valores objetivos. Afirmamos va- lores intrinsecos en la vida mexicana que se vienen realizando como constantes historicas. De esta manera podemos comprender que la cultura mexicana es un modo de ser del hombre mexicano, con su estructura perma- nente y con sus variables historicas. Si no existiera una estructura perma- nente de México y de lo mexicano, no cabria hacer una Historia de México ni un perfil del mexicano. Cuando emprendemos la historia de la cultura mexicana, ya poseemos una idea de lo que vamos a historiar. De otra suer- te, yo preguntaria: {como historiar lo historiado? El hecho de que los valores objetivos que el mexicano ha realizado en la historia tengan que ser vistos a través de la circunstancia cambiante, no desvirtia la objeti- 10, pero si cabe examinar —como lo venimos haciendo— la es- fa permanente del mexicano, puesta de manifiesto en las cons- historicas y en el estilo colectivo de vida. Es parte importante a tarea de la filosofia en México. Emilio Uranga: “Anilisis del ser del mexicano”, pags. 18 a 20, Porria y Obregon, S.A., México, 1952. ; Pablo Gonzalez Casanova: “El Mirlo Blanco”, Cuadernos Americanos, marzo-abril 1952, pags. 71-84. Pablo Gonzalez Casanova: “La Democracia en México”, Editorial Era, i México; 1965, pp. 16-19. José Vasconcelos: “Etica”, M. Aguilar Editor, Madrid, 1923, pag. 20. José Vasconcelos: “Indologfa” —Una interpretacién de la cultura _ iberoamericana—, Agencia Mundial de Libreria, 14 Rue Sainst-Pérez, Paris, pag. 109. Ibid., pag. 110. José Vasconcelos: “ftica”, M. Aguilar Editor, Madrid, 1923, pag. 26. _ Ibid, pag. 25. " Abelardo Villegas: “Filosofia de lo Mexicano”, Fondo de Cultura Eco- nomica, México, 1960, pig, 99. Tbid., pag. 68. Samuel Ramos: “El Perfil del Hombre y la Cultura en México”, Edito- rial Pedro Robredo, México, MCMXXXVIII, pag. 46. Samuel Ramos: “Historia de la Filosofia en Mexico”, Imprenta Univer- sitaria, México, 1943, pag. 16. e Samuel Ramos: “Hacia un Nuevo Humanismo’’, 2a. edicion, Fondo de Cultura Econémica, Publicaciones de Dianoia, 1962, pag, 63. i Agustin Basave Fernandez del Valle: “Samuel Ramos —Pensamiento Fir losofico y Antologia de Textos—", Centro de Estudios Humanisticos de la Universidad de Nuevo Leon, 1965. POA ROC mb) nga EAE | Sumario: 1” Filosoffta mexicana y filosofia de lo mexicano. 2. GExiste ‘una filosofia mexicana? 3. Rasgos distintivos |» dela filosofia mexicana. 4. Tarea de la filosofia mexicana. fia en México puede tener una funcion de herramienta de nuestra Dia comprension, aunque no quede limitada en esa tarea. Enbuena que encontremos lo que es nuestro propio mundo y nuestra pro- da y la posicion que guardamos en ese entorno. En ‘buena hora con ojos mexicanos ese mundo descubierto y que fijemos — > propios destinos nacionales, pero sin caer en una “antologi o/en una “logica mexicana”. Una cosa es pensar como m otra cosa es querer hacer mexicana la logica, la ética, la etafisica, la filosofia de las ciencias, etc, Ciertamente hay quienes ‘como si fueran extranjeros, como si necesitasen la aprobacién | punto de vista francés o del punto de vista norteamericano. Este astamiento significa, en ultima instancia, desubicacién espiritual terial. Tenemos una historia, un estilo y una vocacion. No pode- la circunstancia, aunque no nos circunscribamos a ella. El mo imitativo ain perdura en la mente de afrancesados y ayan- ‘para solo citar los dos casos de mayor incidencia historica Existe una cultura mexicana? Si existe una cultura mexicana existe sofia mexicana que se pregunta por la situacién de la cultura icana, Definitivamente la filosofia mexicana no esta en las cosmo- as y en las teogonias precortesianas. Tampoco cabe calificar la filo- 49 HSS al 1 _ sofia mexicana de filosofia europea, no tan slo porque Dinos —geograficamente— desde otro continente, sino porque tenemos una _ herencia cultural extra-occidental, fundida con el elemento hispanico. Los reproches, tan frecuentes entre pensadores sudamericanos de la cul- tura imitativa, indican, a las claras, que nos sentimos inauténticos cuan- do imitamos, que no podemos descansar sino en nuestra circunstancia mexicana. No estoy seguro de que los mexicanos, en el pasado inme- diato, no hayamos producido una filosofia original por falta de tiempo _y de condiciones ambientales. Me parece que el factor principal hay que buscarlo en cierto complejo historico de dependencia que en nuestros _ dfas est periclitando. “El no haber podido ser europeos a pesar de nues- f tro empefio —observa Leopoldo Zea— permite que ahora tengamos una personalidad, permite que en este momento de crisis de la cultura euro- _ pea sepamos que existe algo que nos es propio, y que por lo tanto pue- oe da servimos de apoyo en esta hora de crisis” [16]. Nuestro quehacer 3 de mexicanos sigue a nuestro ser de mexicanos. Para saber lo que so- mos es preciso conocer nuestras invariantes, nuestro contexto geografico _ e hist6rico particular, nuestras etnias y nuestras tradiciones. Imposible constituir un proyecto de constitucién de una cultura mexicana sin auto- cimentarla en la vocaci6n histérica y en el estilo colectivo peculiar. Los mexicanos —y los hispanoamericanos en general— elaboran malas : copias de la filosofia europea porque se sienten inauténticos.al elabo- 3 j y _ rarlas, porque en esas mismas imitaciones puede advertirse, algunas veces, ‘ el insoslayable matiz mexicano. Mas que hablar de un sentimiento. de Be inferioridad, como lo hacen Ramos y Zea, nosotros hablariamos de un ___ sentimiento de inseguridad que nos hace dudar de que lo hecho por no- pti ae sotros pueda ser reconocido, justamente valorado, eficazmente imple- _ mentado. Interpretar, utilizar y adaptar leva un sello, un estilo personal y colectivo. Esas imitaciones solo ocultan la vocacion y el estilo de Me- -xico, pero no lo sepultan. El modo mexicano de filosofia no puede limi- _tarse al ajuste de los productos ideolégicos del pensamiento ideal a muestras circunstancias. No tenemos por qué sentirnos cohibidos para crear nuevos sistemas filos6ficos. Nuestro mestizaje cultural no puede circunscribirse a superar la falsificacion y la superficialidad. Cabe afir- | mar que no sélo hay una filosofia mexicana, sino que la filosofia en Me~ xico —cuando es verdaderamente filosofia y no literatura o ideologia politica— solamente puede entenderse como filosofia mexicana. ¢Tendria que ver la posibilidad de una filosofia mexicana con la ex- periencia ontolégica del hombre mexicano? Nuestra filosofia habra de ser original solo si se funda en una experiencia “habencial” original. Entiendo por experiencia “habencial” la que se Tefiere a la totalidad —patente y latente— de todo cuanto hay en el ambito finito. Y esta experiencia “habencial” es muchisimo mas amplia que la experiencia ontoldgica. Hablar de la experiencia “habencial” del hombre mexicano ‘a la tematica filoséfica universal. Yo no creo que exista lo mexicano aunque el mexicano suele ser muy intuitivo— ro si pienso que la totalidad de cuanto hay, que se ilumina desde Mé- es decir, desde la originariedad de lo mexicano, presta a la filosofia stilo mexicano, aun cuando se utilice la metodologia fenomenologi- linguistic, dialéctica, etc’ Ciertamente el hombre es el método, en o'lo encarna, lo implementa, pero este método opera dentro del ibrimiento de la habencia con sus primeros principios: presencia, xto, sintaxis, participacion y sentido, No veo ninguna dificultad “en vincular los instrumentos conceptuales forjados fuera de nuestra vi- da mexicana y el punto de vista reflexivo mexicano. Nuestras intencio- nes originales pueden instarnos a establecer nuevos conceptos y nuevas significaciones categoriales. i La posibilidad de una filosofia-diferencial mexicana ‘y la justifica-_ ) del tema de México como objeto de filosofia son cosas diversas. yealificacion de mexicana le viene a la filosofia no por su objeto, sino ‘la experiencia habencial y por la circunstancia y la situacion desde _ donde surge. La filosofia sera auténticamente mexicana cuando se pro- duzca como un producto cultural genuino'sin falseamientos o desvir- _ tuaciones. La peculiaridad le viene del hombre y no dél tema. Y ese. hombre mexicano que filosofa presenta Sus rasgos historico-culturales diferenciales, sus preferencias radicales, sus desdenes y Sus aptitudes. To- do esto es algo mas que un pensamiento que se registra en el espacio €omprendido entre los rios Bravo'y Suchiate. Lo que nos importa, en definitiva, no es la filosofia‘en México —que puede ser hecha por'un extranjero de paso—, sino la filosofia de México. No importa que esta filosofia todavia no Megue a tener toda la peculiaridad, la originalidad y la autenticidad que esta llamada a alcanzar. Lo que cuenta”es que” ea efecto de una reflexion auténtica de filésofos mexicanos. La seriedad de los estudios, el rigor técnico, la maxima aproximaci6n a’una disciplina formativa y metédica como la de la ciencia’ particular més stricta, beneficiara todo lo que se quiera al quehacer filoséfico de los mexica- NOs, pero nunca suplira la vocacion personal: llamada, respuesta 'y misién. No veo razon alguna para afirmar que las altas formas del pensar te6rico, la filosofia con sus maximas exigencias de rigor, no esta hecha Pata México: Poco importa que sé siga discutiendo sobre la existencia de una filosofia auténtica y original en México y en Hispanoamérica Tenemos menos historia que los europeos, pero acaso tengamos mas fu- turo, El nacimiento de una nueva metafisica desde México tendra que Sacudir el llamado “complejo de inferioridad” del mexicano y tendra que pasar por muchas pniebas. En esa nueva metafisica hay anilisis, unificacion de la experiencia, de la totalidad de cuanto hay en el ambito finite y manifestacién de la conciencia racional, espiritual, de un hom- bre que hace filosoffa desde México. a etn. en la inautenticidad, en la mania imitativa, en el uso. ae ee _ nes extrafios e inadecuados. Todo se'torna negativo, sin originalidad, sin fuerza. Se habla de nuestra comunidad desinteresada y de nuestra conciencia filoséfica (falsificada), se insiste en la dependencia y suce- ‘sin a otros centros de poder econémico-politico. Se pierde lamenta- blemente el tiempo en demoler y complacerse:en la demolicion, castrando la creatividad filoséfica. Cabe advertir que aunque seamos una nacién en vias de desarrollo, no dependemos filos6ficamente de los Estados Unidos, por mas que econ6émicamente estemos inmersos en el area del délar, Una cultura de.dominacién sélo se implanta, en materia de filo- sofia, cuando los dominados lo permiten. Los paises subdesarrollados pueden carecer de fuerza y dinamismo para la industrializacion, pero no para la filosofia. La dominacion econdmica no tiene por qué ser identificada con la dominaci6n intelectual. Si algunos pensadores hispano- indios se sienten frustrados, bueno seria que no contaminasen la filoso- i fia con su propia frustracion. México esta especialmente dispuesto a ser un foco.de la conciencia total del hombre. La filosofia mexicana puede constituirse en mensajera del alba metafisico, del amanecer antroposéfico. Después de haber realizado el ejercicio {rio récnico del pensar, su- merjamonos en nuestro modo de ser, en la sustancia hist6rica de nuestra comunidad para entresacar el sustento nutricio de los valores. Nuestra filosofia podra servir, ademas, para promover un proceso ascendente ( de cultura. Pero antes de iniciarjese proceso, vale la pena preguntamos si realmente existe una filosofia mexicana, y cuales serian sus rasgos distintivos. 2. gExiste una filosofia mexicana? Al preguntar sobre la existencia del pensamiento rigurosamente fi, losofico de México, no supongo ideologias politicas, ni cosmovisiones teligiosas, ni credos estéticos. Tampoco me refiero a las teogonias 0 cos- mogonias. de los indigenas que habitaron nuestro territorio antes de la llegada de los espaoles. Me limito al México hispano-indio que surge, como entidad singular, en el siglo XVI. No diré como debiera ser la filo- mexicana, en caso de que exista, sino cémo se ha presentado en yuestra historia cultural. Una cosa es.la filosofia mexicana, elaborada 00r filésofos mexicanos sobre temas universales de filosofia, y otra, PUY, , es la reflexion filoséfica sobre lo mexicano.) No pretendo hacer un estudio de historia de las ideas en. Mexico, una investigacon sobre laexistencia o Inexistencia de a filosofia ‘Os or supuesto, he tenido a la vista un panorama de la evolu- uestro pensamiento a lo largo de nuestra historia. Ese vistazo o me ha servido para destacar los rasgos caracteristicos y la pro- itica esencial de la filosofia mexicana. "El pensamiento filos6fico mexicano cuenta con cuatro siglos de exis- “tencia. La Nueva Espafia, con Fray Alonso de la Vera Cruz a la cabeza, "nos offece productos culturales definidamente filoséficos —no mitos y " Teyendas tradicionales—. Los mexicanos 0 novohispanos aprenden como primera filosofia la escolastica repensada por fil6sofos medianos y so- presalientes. No tenemos por qué dudar de la probidad intelectual de e505 filésofos y decir que profesan una filosofia oficial centrada en los _ imtereses espafioles de la Monarquia y de la Iglesia. Se podra decir, si Se quiere, que es un pensamiento conservador y, en los primeros afios, antimodemo. Pero nunca se podra negar el rico y valioso acervo de meditaciones filos6fico-teologicas en torno a la humanidad del abori- gen, a los titulos legitimos y a los falsos titulos de la Conquista, en ese pensamiento vivo y actual de los siglos XVI y XVII. La problematica del orbe recién conquistado esta en incipiente cuerpo de doctrina. El predominio de la Escolastica se prolonga hasta el siglo XVIIL Nuestros pensadores ilustrados toman contacto con la filosofia de Descartes, Leib- niz, Locke y Hugo Grocio; con la fisica de Galileo y Newton. Circulan libros y revistas europeas y aumenta el gusto por lo moderno. Surgen ‘colegios carolinos y revistas de divulgacién filosdfica. Se despierta la con- Ciencia critica y empieza a reconocerse la identidad nacional. El tras- plante de la filosofia de la ilustracion europea —muy inferior en profundidad a la filosofia suareciana— produce mas eruditos que fildsofos. Se discuten temas de filosofia politica; el principio de autoridad, la legi- timaci6n del poder, el fundamento de la moralidad y la estructuraci6n del Estado. El siglo XIX se vuelca hacia el positivism. Augusto Comte y, sobre todo, Herbert Spencer suministran él cuadro evolucionista que habra de aplicarse al conocimiento de la naturaleza fisica y del mundo social. Tas clases dirigentes del porfiriato prohijaron el positivismo mientras $€ consolidaba el capitalismo financiero internacional en nuestro suelo. José Vasconcelos y Antonio Caso, en el dominio estricto de la filosofia académica, critican al positivismo y ofrecen un nuevo sentido y una ba- ‘S€ mas profunda y autentica a la cultura filoséfica de México. La feno- tenologta, la axiologia y el existencialismo, ‘al lado del racio-vitalismo teguiano, toman carta de ciudadania en México a través de Samuel — Ramos y el grupo Hiperién. Los filosofos alemanes, mas rigurosos y pro- fundos que los franceses, ocupan un lugar preferencial en nuestras uni- _ Versidades. Edmund Husserl, Max Scheler, Moritz Geiger, Alexander , Nicolai Hartmann, Wilhelm Dilthey y Martin Heidegger subs- a) . tituyen con ventaja a Bergson y a Boutroux. La influencia anglosajona, ‘nuestra vecindad con Estados Unidos, deja sentir su infh el cultivo neo-positivista de la logica matematica, la epistemologia yel analisis, del lenguaje. Tampoco esta ausente la accion del neo-marxismo. Revistas y libros, catedras y departamentos de filosofia, congresos interamericanos e internacionales ponen de relieve la actividad filosofica ii regular que se ejerce en México. Hemos llegado, en términos de Fran- - cisco Romero, a la normalizacion del ejercicio filoséfico. Se ha suscita- do, desde hace varias décadas, una discusion acerca del caracter y posibilidad de la filosofia de México y lo mexicano, __ Observando los productos intelectuales del filosofar en México, du- rante mas de cuatrocientos afis, se advierten rasgos distintivos: a) Similitud de la evolucion historica de la filosofia, con los otros paises hispanoamericanos, sin mengua de las variantes regionales. b) . Vinculacion a determinadas areas de actividad filosofica; teodi- cea en los siglos XVI y XVII, filosofia de la ciencia natural en el siglo XVII; filosofia socio-politica en el siglo XIX; diyersifica- cion en las disciplinas filosoficas y concentracion en el trabajo especializado: antropologia filosofica, epistemologia, logica ma- tematica. ©) Influencia de otras filosofias nacionales: Filosofia espanola con la seyera disciplina logica de la escolastica suareciana, que se prolon- ga hasta nuestros dias con el movimiento krausista, Donoso Gor- tés, Jaime Balmes, Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset y Xavier Zubiri. Filosofia inglesa a partir de la época de la lustra- ci6n: fisica y filosofia natural de Newton; gnoseologia y filosofia politica de Locke; filosofia de la economia de Adam Smith y Bent- ham; filosofia escocesa del “common sense” de Thomas Reid, Du- gald Stewart, Campbell; logica y ética de Stuart Mill; doctrina evolucionista de Darwin y Spencer, Filosofia francesa: Descartes, Condillac, Rousseau, enciclopedistas, Comte, Taine, Bergson y Boutroux, Sartre y Merleau-Ponty, Marcel y Camus, Alhtusser y Bachelard. Filosofia alemana: Leibnitz, Herder, Krause, Ahrens, Buchner, Haeckel, Herbart, Wundt, Schopenhauer, Nietzsche, Husserl, Heidegger, Jaspers, Dilthey, Simmel, Marx y Engels, Emst Bloch y Herbert Marcuse, Hans Reichenbach y Ludwig Wittgens- tein, Jung y From. Filosofia norteamericana que influyd a través de las tesis liberales y de la doctrina del federalismo de Jef- ferson, Benjamin Franklin y Thomas Paine en la época de la emancipacién; més tarde las doctrinas pedagogicas de John Dewey y la prédica idealista de Emerson, en nuestros dias, las filosofias, analiticas que Estados Unidos importé de Austria —Circulo de Viena—, Alemania —Sociedad Cientifica de Berlin— ¢ Inglaterra. _ Eldesenvolvimiento ideologico mexicano sigue el proceso europeo, ) no se confunde con él. Nuestra evolucion filosofica se da a saltos, sintética recortada, con un siglo de retraso y sin apoyo de la cion indigena, que tenia algunas ideas filosoficas inmersas en las gonias pero que siempre carecié de un filosofia en sentido estricto. filosofias trasplantadas fueron cambiadas, recortadas y amplia- lentro de un contexto mexicano. Resulta falsa la afirmaci6n de que escolastica fue empleada por los espafioles para asegurar el dominio ¢ Espana, porque sirvio incluso para cuestionar ese dominio. La in- fluencia francesa result6 siempre un tanto postiza, porque no ensambla con nuestro estilo colectivo de vida y porque Francia lleg6 tarde, quiero , cuando ya estaba fraguado el mestizaje espiritual. El sentido imitatiyo de la reflexion en la epoca del porfiriato, ha ce- ido el paso a una auténtica preocupacién por una filosofia de la histo- Tia y una filosofia de la cultura de México. La Revolucion Mexicana sirvio como toma de conciencia conus el “entreguismo filos6fico”, la superficia- lidad y la pobreza del afrancesamiento y la incitacion a métodos pro- pios en el filosofar y aportes originales. Yo dirfa que apenas estamos saliendo de. ese fuerte sentimiento de frustracién intelectual que se ha producido entre los. cultivadores de la filosofia en México. = Rasgos distintivos de la filosofia, mexicana El tipo de pensamiento filosdfico que existe en México es distinto al de los paises occidentales, Si se tomase como modelo filosofico el Pensamiento de alguno de los paises europeos México podria ser des- calificado pero, por qué razon habria de ser alguna de las filosofias europeas, el paradigma para aceptar o rechazar los filosofemas mexica- ae Nos? José Gaos, gran propulsor de los estudios de historia de la filosofia ___€n México, afirmd, tras riguroso estudio, que hay una filosofia mexica- 7 Ma como auténtica y original aportacion al pensamiento filos6fico uni- versal. Su prescripcion para el pensamiento filoséfico mexicano es muy sencilla; no hay que proponerse hacer filosofia mexicana sino hacer fi- losofia sin mas. Porque haciendo filosofia habra un modo de hacerla que corresponde —apuntamos por nuestra parte— al estilo mexicano de filosofar. “Si los espanoles, mexicanos o.argentinos hacen suficiente filosofia —advierte Gaos—, sin mas habra filosofia espafiola, mexicana, argentina, americana” [17]. De lo. que se trata no es de hacer expresa- mente filosofia mexicana, sino de que los mexicangs, que para ello tengan vocacion, hagan filosofia. No es cuestién de preocupamos de lo Mexicano, sino de lo filosdfico de la filosoka neaxicana, Se podra estar o.no de acuerdo con el historicismo, de Gaos que incluye el estudio del contexto histérico-social de México y se orienta conocida “salvacion de las circunstancias” que preter mo tarea de la filosofia. Pero lo que me parece indudable es qi xiste impedimento alguno para que haya filosofia en Mexico y se ‘tome conciencia de nuestro ser de mexicano que filosofamos. Es posi- ble que hasta ahora haya predominado un pensamiento estético, politi- , pedagogico, ocasional, intuitivo y personal. Pero esto no quiere decir ue haya una falta de vocacion en nuestros pueblos, en el sentido de interés y aptitud para la filosofia, sino que ha faltado rigor met6dico y mayor disciplina. Resulta accidental que la filosofia mexicana se haya acercado, como la filosofia existencialista, a la literatura. Lo importante ‘es que la tematica de las filosoffas occidentales hayan dado substancia } ala reflexion filosofica de los pensadotes mexicanos. Incluso cuando México ha importado filosofias las ha elegido con plena conciencia de su significacion y alcance, adecuandolas a la circunstancia mexicana 1 Una “importacién aportativa” es algo muy diferente a una copia 0 a f un mero traslado ‘de ideas europeas. En México cabe hablar de filosofias originales que metecen figurar en la historia de la filosofia con titulo parejo al de muchas otras europeas que aht figuran. Tal es el caso de José Vasconcelos y de Antonio Caso, cuyas contribuciones son, para el antiguo Rector de la Universidad Central de Madrid, de calidad in- contestable [18]. Que la obra de los filésofos mexicanos no haya sido valorada como merece, se debe a que los pueblos hegemonicos, las grandes potencias mundiales, con su influencia politica determinan los reconocimientos y estimas en filosofia como en otros ordenes de la cul- ‘tura. Don Miguel de Unamuno dirfa que nuestros filésofos son pensa- dores sin pedestal. El Dr. José Gaos sienta una conclusi6n: “En vista de los resultados de la tevisién critica de la historia de la filosofia en México, no se puede menos de estimar la negacion de la existencia de _ una filosoffa mexicana, no sélo como una falsedad, sino como una in- _ justicia, y'no solo de los no-mexicanos con los mexicanos, sino incluso de éstos consigo mismos” [19]. La verdad és que ignoramos la historia de nuestro pensamiento y gustamos, la mayoria de las veces, de acudir al pensamiento extranjero. Se juzga a priori que no existe filosofia mexica- i na © que la filosofia mexicana carece de valor sin haberse dedicado a ~ estudiar concienzudamente, en plan comparativo, la historia de las ideas filos6ficas. Resulta cutioso la exigencia de algunos intelectuales mexi- anos, ‘que probablemente no tienen una idea clara de la esencia de la filosofia pero que seguramente son adictos a la antropologfa in- telectual, que cesan de ser exigentes con pensamientos carentes de “vis”’ metafisica y de congruencia, como el caso de Sartre, y aplican, en ‘cambio, inadecuados criterios de enjuiciamiento, cuando no descali- fican de un -plimazo, a los filésofos mexicanos. Por fortuna en Eu- ropa, en Estados Unidos y en otras partes del mundo se empieza a valorar debidamente, en congresos y coloquios internacionales y en ~ Yono créo que el pensamiento mexicano del pasado sera lo que de- ida el pensamiento'mexicano del presente y del futuro. Un pensamiento filoséfico tiene su validez intrinseca. Pero ayuda mucho el estudio de I significacion y del sentido de la filosofia mexicana, de sus méritos innegables —con todas las'limitaciones que pueda tener— para que al- guna vez sea situada en el lugar que le corresponde dentro de la historia universal de la filosofia. Y esto es algo mas que una justificacion prag- mitica de la historia'de las ideas mexicanas. 'Ciertamente debemos ocu- pamos del propio pensamiento al filo de la propia circunstancia, pero la filosofia no se va a reducir a un pensamiento sociolégico sobre el 4m- bito hist6rico-cultural. La filosofia mexicana pongo por’ caso la de Vasconcelos— no ha sido original en la medida en que se ha nutrido de Ta reflexién sobre lo mexicano. En su “Metafisica’’, en’su “Etica”, en su “Estética’’, en su “Logica Organica” y en su’ “Todologia” Vasconcelos abord6 temas universales de la filosofia, pero con el estilo personal su- yo y con el estilo colectivo propio de la estirpe. No penso como si fuera extranjero, sino como mexicano universal que tenfa que ver el universo_ como universalizable, desde su formacion de mexicano. Samuel Ramos Prosigue esta trayectoria, criticando el europefsmo imitativo al igual que el nacionalismo cerrado. “Entendemos por cultura mexicana la cultura universal hecha nuestra, que viva con nosotros, que sea capaz de’ex- presar nuestra alma. Y es curioso que para formar esta cultura mexicana, eltinico camino que nos queda es seguir apretidiendo la’cultura euro- _ Pea” [20]. Yo no dirta el unico camino que nos queda és seguir apren- diendo la cultura europea. México, sin dejar de ser auténtico, puede abrirse __ hacia todos los rumbos del planeta. 1 La filosofia mexicana 'y la cultura'de México no est& inserta en la cultura precortesiana. Tampoco es europea, aunque ténga un hasta ahora ininterrumpido didlogo con Europa. De ser adaptadores, hemos pasado a ser cultivadores por cuenta propia. En materia de filosofia politica, fi- losofia social y estética hemos comprendido que no podemos adaptar- nos a los traslados. Esa notable preocupacion sobre lo imitativo de la cultura‘no tan sélo mexicana, sino latinoamericana, indica claramente un intimo repudio' hacia la inautenticidad. En México existe ya el inti- mo convencimiento de que en filosoffa hay que pensar por'cuenta pro- ia, aunque se esté a la altura de la circunstancia histérica. Fs nuestra tatea y nuestro privilegio. 4. Tarea de la filosofia mexicana El pensador argentino Juan Bautista Alberdi apuntaba, en 1842, que “ cada pais, cada filésofo ha tenido su filosofia peculiar, que ha cundido mas 0 menos, que ha durado mas o menos porque cada pais, cada épo- ca, cada escuela han dado soluciones distintas de los problemas del es- piritu humano” [21]. Los filosofemas europeos no pueden ser la ultima palabra, el supremo tribunal para decidir sobre los problemas de la exis- “tencia, valor y caracteristicas de la filosofia mexicana. Pensaba Alberdi que habia pasado el momento de las filosofias analiticas —¢l se referia al sensualismo de Condillac y de Cabanis, pero nosotros podemos ex- tender su aserto, actualizandolo, al positivismo légico—, filosofias pro- pias de una época de destruccién; ahora ha llegado el. tumo de las filosofias sintéticas, de la edificacion de un nuevo orden especulativo. Eso es lo que algunos estamos tratando de hacer en el México contem- poraneo, aunque nuestro esfuerzo sea mejor valorizado en otros paises Nuestros caracteres nacionales, la indole de: nuestro estilo, la manera de concebir y recibir las ideas no va por el lado de una simple recep- ion de la filosofia europea, como lo.creyo —en sutipico afrancesamien- to de la época— Juan Bautista Alberdi. Nuestro genio colectivo no se limita a ofrecer una serie de soluciones dadas a los problemas que interesan a os destinos nacionales. No se trata de nacionalizar objetivos o métodos filosoficos, ni de simples aplicaciones practicas de la filosofia social y "politica, sino de pensar por cuenta propia, de estar a la altura de nues- tro tiempo y de ser congruentes. No es imposible que Hispanoamérica ~y México en particular— pueda sobrepujar, en el proximo futuro, al Viejo Continente en el terreno del pensamiento filosdfico. Tenemos la ventaja de no estar enclaustrados en un “chauvinismo’’ estrecho y xe~ nofobo, lleno de prejuicios de raza y de tribu. Alfonso Reyes hablo del universalismo de la inteligencia como rasgo distintivo del hombre ameri- cano [22]. Y Vasconcelos, con mayor especificidad, puso de relieve la dimension universal del hispanoamericano, joven mestizo, que se tra~ ducira en una filosofia de amplitud ecuménica. “Los iberoamericanos —escribe el “Maestro de las Juventudes de América”— nos hallamos co- mo en el cruzamiento de todos los caminos. Los recién llegados de la historia, pero también los herederos de todas sus experiencias y de to- da su sabiduria, somos como grano reconcentrado en el cual todas las especies de plantas hubiesen puesto su esencia. De semejante concen- tracion de gérmenes saldra todo un nuevo reino de vida. La facultad de elegir. . . nunca habia tenido mds amplio campo y materiales més ri- cos donde ejercerse”’ [23]. Ante tantos profetas del desastre y ante tan- tos criticos negativos de nuestra cultura, Vasconcelos afirma la necesidad de que México exprese su cosmovision para implantarse firmemente en la historia. Esta por hacerse una filosofia hecha con “los tesoros de asi lo entiendo yo, por lo menos— de pensar por cuenta propia propio estilo —individual y nacional— sin negar el uniyersalismo reflexion tedrica més alta. Y esto no constituye un mesianismo sino " quinas y modas. La nueva forma social, el nuevo orden politico, se es- tan plasmando en América, en Asia y no sdlo en Europa. También nosotros, los mexicanos, nos hemos nutrido de la savia universal y nos “hemos sumergido en los mas lejanos misterios, Quienes no ven la exis- ‘tencia de un pensamiento hispanoamericano, un espiritu de la razon _ =como el peruano Mariategui— es, porque no quieren verlo. Francisco Romero, con esa serenidad y esa penetracién que le conocimos quienes le tratamos, apunta, sin complejo alguno de inferioridad, el aspecto de la filosofia hispanoamericana como. actividad académica, profesional, a Ja manera de la gran tradicion occidental, Entiende “el ejercicio de la : fia como funcién ordinaria de cultura, al lado de las otras ocupa- ' ciones de la inteligencia. No ya como la.meditaci6n.o creacién de unos pocos entendimientos conscientes de la indiferencia circundante; tampoco “por lo mismo, como la actividad exclusiva, de unos cuantos hombres dotados de una vocacién capaz de mantener firme.a pesar de todo. Como cualquier oficio tedrico, la filosofia permite y aun requiere el aporte de mentes no extraordinarias: basta el indipensable sentido para estos problemas, la seriedad, la informacién, la disciplina. La lectura cortien- te de escritos:filosoficos por interesados, cada dia mas numerosos, el Mutuo conocimiento e intercambio entre quienes activamente se ocu- pan de filosofia, va originando lo que podriamos llamar “‘clima filos6fico”, una especie de opinion publica especializada que obra y obrara cada ez mas y, segtin los casos, como estimulo y como represion, como im- _ pulso y como freno, . . Crecera asi la comprensién para el esfuerzo se- "tio, la estima para el aporte valido; disminuira el aprecio hacia la improvisacion brillante, hacia cualquier conato de suscitar la sorpresa © el deslumbramiento. La labor filosofica actual se considerara inserta en la linea del desarrollo multisecular del pensamiento; no como un salto, Sino como un progreso, cuando en verdad lo sea” [24]. Me interesa des- tacar ese esfuerzo serio y perseverante que ha de arraigar cada vez mas en México a medida que progresen la educacion filosofica universitaria y las facilidades al alcance del filésofo:vocacional. La vocacién filos6fica de México —singularmente la vocacién para la filosofia del hombre— €S notoria, aunque solo ahora empieza 4 tomar cuerpo y conciencia de si. El espiricu encarnado, la cultura, los valores, la muerte, la libertad 'Y la totalidad de cuanto hay en el 4mbito finito, son temas y motivos Preponderantes y caracteristicos de nuestro filosofar. No quiero caer en un optimismo dificilmente fundado en los he- chos. Tampoco recomiendo ningin propésito deliberado de hacer filo- sofia de indole mexicana. Basta que pensemos originalmente —sin pruritos de originalidad— para que surja una filosofia mexicana. Haciendo filosofia, sin mas un mexicano hace filosofia mexicana.La filosofia no esta divorciada de la vida, pero es disciplina estricta con temas y méto- dos propios. Hay mudanza hist6rica y diferenciaciones nacionales de las disciplinas de sesgo practico, pero sin mengua de la universalidad del filosofar. Los defectos de formacion’ del filésofo' pueden redundar en defectos del producto filos6fico “nada hay perfecto en esta vida— pero no restan creatividad filoséfica a quien la tenga. No confundamos a filosofia con la matematica 0 con él griego. En buena hora que se pro- porcione un buen instrumental filoséfico a los futuros filésofos, pero que No $e pierisé que Con los meros instrumentos —lenguas clasicas, matem4- ticas— Se van a convertir en fildsofos. La filosofia es una vocaci6n, antes que una profesién. Debemos liberarnos de la imitacion de los europeos, de la falta de disciplina, de la carencia de rigor —que no es lo mismo que exactitud— y de la superficialidad. He ahf los cuatro peligros que debe sortear la filosofia mexicana. Dentro de la érbita occidental, sin mengua de su popularidad, la filosofia tiene que trabajar, con tes6n.y seriedad, en hacer filosofia a se- ‘cas, aunque se haga desde la ‘circunstancia mexicana. Notas bibliograficas t {16} Leopoldo Zea: “Ensayos sobre Filosofia de la Historia’, Edit: Stylo, Mé- Xico, pag 169. [17} José Gaos: “Pensamiento de Lengua Espaftola”, Edit. Stylo, México, 1945, “pag 360. i [18] José Gaos: “En'torno a la Filosofia Mexicana”, t. 1, Ed. Porrdia y Obre- gon, SA.) México, 1952, pag’ 61. (19) Ibid., Pag. 87. {20} Sarnuel Ramos: “El Perfil del Hombre y la Cultura en México”, 3a! edi- cion, Coleccion ‘Austral, 1951, pag 135. [21} Juan Bautista Alberdi: “Ideas para presidir a la confeccion del curso de filosofia contempordnea", Escritos Péstumos, t, XV, pp. 605-606. (22) Alforiso Reyes! “Ultima Tule”, Obras Completas, tomo XI, México, 1970, Pag. 86 [23] José Vasconcelos: “Indologia”, Agencia Mundial de Libreria, 14 Rue Saints- Pérez, Paris, pag, 204. [24] Francisco Romero: “Sobre'la Filosofia en Iberoamérica”, en “Filosofia de Ja Persona”, Edit. Lozada, Buenos Aires, 1944, Pag. 126-127, ‘Sumario: 1. Realismo metédico en el conocimiento de — Jo'mexicano.2. Insuficiencia metodologica del historicis- © ‘mo en la filosofia de lo mexicano. 3, Insuficiencia meto- N dolégica de’ la fenomienologia en la\filosofia de la. mexicanidad: 4. Metodologia de Jo mexicano, 5, El me- todo cientifico y Jos coeficientes especulativos en el cono- cimiento de lo mexicano. iy by ee sernl tealidad independiente de México y los mexicanos, respecto al suje- | Cognoscente, es aserto primordial en la gnoseologia realista, Antes de ue exista la verdad sobre México, existe el verdadero México. Antes ‘que exista la verdad sobre los mexicanos, existen los verdaderos me- Xicanos. Lo mexicano no sélo existe por cuenta del sujeto pensante, como _ sostendria un idealista. Los realistas parten del ser de los entes; los idea- i del conocer de los entes., La puerta por la.que entro en el edificio "del realismo es la aprehensi6n de la habencia, y dentro de la habencia realidad de: México y de los mexicanos.,La habencia —totalidad de i cuanto hay en ¢l ambito finito— es un principio primero, y el primero " de los principios, porque es el primer objeto que se ofrece al entendi- Miento. No puedo intuir una parte sin intuisla como parte de la totali- dad. Todo lo que concebimos como mexicanos lo aprehendemos como ‘una persona o una cosa que es.o que puede ser. Esta nocién acompaiia todas nuestras representaciones, El ser de lo mexicano no es tinicamen- __ te la esencia. Lo mexicano en el sentido.de ens (ente) significa habens esse (haber existencia). ___ El punto de partida de nuestra gnoseologia realista no es ,unamera ‘Mexicanidad desencarnada, sino lo mexicano informado. por el actus es- ‘sendi, el ser concreto especificado por una naturaleza sensible: hombres 9 ‘ y cosas de México, No es mi entendi Teall ‘sino yo conociendo por medio de los dos. La evidencia'de lo mexicano —sensible y visible— es mi punto de partida para elaborar todos los ulteriores ana- lisis cuyas realidades, significaciones y sentidos tienen forzosamente que aparecer en esa evidencia. ¥ asi como el ojo.ve todas las cosas bajo el aspecto del color, asi el conocimiento de lo mexicano llega a personas y cosas bajo el aspecto de la mexicanidad entrafiada en la naturaleza sensible No podemos especular sobre la mexicanidad sin la ayuda de ima- ies sensibles, sin una referencia a México y los mexicanos de donde abstraje la idea de mexicanidad. México y los mexicanos presentan in- mediatez y evidencia: El conocimiento del México exterior no puede lle- ‘arse a cabo sin el México mismo, al que pertenece nuestro cuerpo: la sensacion de lo mexicano que nos abre:a las cosas y personas de Méxi- co es una operatio conjuncti. El México exterior es un constitutivo del mexicano mismo. El idealismo desvaloriza la importancia de la intui- cién sensible, empieza por la reflexién del conocer y se encierra en el circulo de sus propias ideas. Pensaria que el ser de lo mexicano es su ser percibido y que nada sabriamos de lo mexicano que sea independiente del conocimiento actual que de él tengan los sujetos cognoscentes: mexi- canos © extranjeros. La evidencia de la intuici6n sensible de lo:mexica- no no puede estar subordinado a la evidencia del cogito. Partiendo de una percepcién no se puede llegar a otro ser que el de la percepcion. Con este punto de partida’ perderiamos el valor del conocimiento de lo mexicano, que ya no dependeria de la realidad mexicana. Resulta cla- ro que la realidad mexicana es una realidad dentro de la totalidad de cuanto hay en’el ambito finito, esto es, dentro‘de lo que nosotros deno- mitiamos habencia. La evidencia sensible de lo mexicano vista por nosotros podemos hacérsela ver’a los otros. Si los otros ven las cosas y las ‘personas de México, no’s¢ les puede demostrar ademas que lo ven. “Hay ilusiones visuales —observa Etierme Gilson pero esto prueba que no todas nues- tras percepciones visuales son ilusiones, el que’suefia no se siente dife- rente del que esta despietto, pero’el que esta despieito se da cuenta perfecta de que es diferente del que suefia; e incluso sabe que por haber tenido sensaciones tiene después eso que se llama alucinaciones, como sabe que nunca sofiaria nada’si no hubiera estado despierto. . | Estas ilusiones’son inquietantes para el idealista, porque no sabe cémo pro- bar que son ilusiones; no deben inquietar al realista, unico para el que ‘son verdaderamente ilusiones” [25]. Una filosofia viable de lo mexicano no es aquella que conduce metédicamente'a desentrafar la significa- ‘cién y el sentido de la mexicanidad. a i Descartes trato vanamente de aplicar el método de la matematica una ciencia particular— a la esfera total de los objetos del saber hu- mano, Dectets @ priori ~era un espfritu despético— que el metodo de > Elrealismo filoséfico medieval, que se prolonga hasta nuestros dias, " est nutrido de motivos cristianos. Permitaseme aplicarlos al conocimiento "de lo mexicano. Las criaturas mexicanas de este México sensible signifi- | can, en alguna manera, los atributos invisibles dé Dios, porque Dios es | elorigen, el modelo y el fin de toda criatura, y porque todo efecto remite ‘a su causa, toda imagen a su modelo, todo camino —la vocacién y la ‘mision de los mexicanos— al término donde conduce Suprimiendo nues- tro condcimiento de los mexicanos y de los extranjeros —efectos, ‘imagenes— nada sabriamos de la causa y del modelo. Al principio est4 la percepcién de una existencia —personas y cosas | de México— que nos es dada en si misma y no primariamente en orden _ a nosotros. Encuentro una honda sensatez en Etienne Gilson cuando " apumta: “Antes de la verdad existe’lo verdadero; antes de la adecuaci6n del juicio y de lo real, se da la adecuacién vivida del entendimiento mismo con lo real; esta adecuacion del entendimiento con lo real es lo que le ¢apacita para concebir su esencia” [26]. Nuestro realismo analiza y se | esfuerza en reconocer la estructura de lo mexicano, de lo cual formamos " parte y en cuyo seno nos descubrimos nosotros mismos. No sélo en- contramos desde el primer momento a nuestra disposicién los hom- S, las cosas y el conocimiento que de lo mexicano tenemos, sino que | encontramos también, en el conacimiento progresivo de la mexicanidad ~ ¥ del entendimiento que la conduce, la norma que es el conocimiento _ mismo. ___ Lo mismo que los cultivadores de las ciencias particulares, el filoso- "fo de la mexicanidad no inventa mas que encontrando, descubriendo lo " que hasta entonces habia permanecido oculto. ‘Si nuestra inteligencia dé mexicanos crea, lo creado por ella nunca es la mexicanidad, sino _ un modo de explicacion de la mexicanidad en ¢l interior de lo mexicano. _ Nuestro realismo met6dico en el conocimiento de lo mexicano aban- lona decididamente el campo de las abstracciones sistématicas de uno y tro signo y toma en consideracion el fendmeno total de lo mexicano ; eblo, territorio, lengua, religion, costumbres, psicologia, cultura— en realidad viva y espiritual. Hablamos de idea de la mexicanidad, jue este concepto implica de dinamismo, autoposesién n‘Cuanto objetos, que se ofrecen como densificaciones estructurales dad. Podriamos hablar de integracion de las realidades me- : i 4 Se ieee ie aenet a aeeaae rate en un recipiente inerte, sino como sintesis organica de céticas dimensiones viyenciales. La mexicanidad se va decantando do en las expectaciones del futuro en proyecto. Porque Méxi- To que es sino hubiese sido lo que fue y si no proyectase ‘siente llamado a ser. i cceso a los diversos niveles de mexicanidad se ofrece como modo 1. La fisis o naturaleza mexicana como algo integrado en una dind- _ Mica universal, viva y creadora, fontal y sucesiva, compleja y ex; presiva. Laetnia personal del mexicano inacabado, libremente creativo, des- pegado —hasta donde puede— de las totalizaciones naturales, auto- __ plastico dentro de una estructura permanente —un estilo— y unas _ constantes hist6ricas. Cultura mexicana expresiva y funcional, estilizada y subordinada _. ala persona mexicana, _ 4, Eldeber ser captado en experiencias concretas y plasmado en nor- mas e instituciones, ordenador e infalsificable. El proceso de la conciencializaci6n integra de la mexicanidad sinte- ¢ incluye los siguientes momentos: 4) Unificacién de aspectos reales percibidos de lo mexicano. 'b) Eidetizacion de lo mexicano —personas y cosas— elevandolo al orden transensorial de la mexicanidad. €)_ Enfoque y perspectivas formalizadoras del campo de la experiencia . de lo mexicano. d) Articulacion conceptual de planos, notas y aspectos diversos y se- ___ lectivos de México, e) Asimilacion de lo mexicano —pasado y porvenir— al tiempo vivido, ean Espiritualizacion de la forma —objetiva y subjetiva— de lo mexi- cano que se encuentra en su identidad nacional. g) Estimaciones axiologicas de la toma de conciencia de lo mexicano y del proyecto colectivo. de empresa en lo universal. __. A fuerza de encuentros, didlogos, y comercio con Jo mexicano va- _ mos creando unas afinidades, unas simpatias, unos compromisos, unas ; atracciones y unas repulsiones, respecto a determinados modos de da- . cién de la mexicanidad, Esos modos de dacion pueden abordarse con ; - el método historicista y con el método fenomenologico ¢Bastaria,emplear

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