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Efectos potenciales del coronavirus (COVID-19) en la preparación de

información financiera

Como ya es de nuestro entero conocimiento, la propagación del


coronavirus (COVID-19) plantea una grave amenaza para la salud pública,
además de que ha interrumpido el movimiento de personas y bienes en
todo el mundo, y ha provocado que el Gobierno, en todos sus niveles,
establezca restricciones a individuos y entidades. Varias empresas han
reducido o suspendido operaciones y han ordenado a sus empleados que
se queden en casa.

Desde una perspectiva internacional, las principales aerolíneas han


suspendido la mayoría de los vuelos a destinos donde la pandemia está
propagándose con mayor rapidez. En Colombia se han introducido
restricciones de entrada y se han establecido requisitos de cuarentena
para personas que han viajado, particularmente, desde países de Asia y
Europa, también de Norte- y Suramérica.

Esto trae una interrupción potencialmente significativa a las operaciones


comerciales en el mundo entero, que es muy probable que afecte a las
entidades que hacen parte de las cadenas de suministro que involucran a
Colombia.  También está afectando a una amplia gama de entidades que
dependen en gran medida de países como China, Estados Unidos, Italia,
España, Francia, Alemania, Irán, entre otros, incluidos los viajes y el
turismo, la fabricación, la construcción y, por supuesto, el sector
minorista.

Hay un aumento en la incertidumbre económica que puede conducir a la


volatilidad en los mercados internacionales, incluidos los tipos de cambio;
en Colombia, por ejemplo, se rompió la barrera de $4.000 por dólar
estadounidense.

Esto trae implicaciones de información financiera potencialmente


significativas, en particular, consideraciones relacionadas con el
deterioro del valor de los activos y la preocupación que esto está
generando.

Quiero enfocarme en las implicaciones para los períodos terminados en


diciembre 31 de 2019, pero que su relevancia estará vigente para otras
fechas de informes. También me referiré a algunas implicaciones para los
informes o reportes financieros trimestrales (estados financieros
esporádicos) que presentan información provisional, y que sean emitidos
durante 2020.

Estados financieros con corte a 31 de diciembre de 2019

Para analizar los efectos del COVID-19 sobre los estados financieros de


2019 primero debemos ubicarnos en el tiempo, es decir, sabemos que el
desarrollo significativo y la propagación del coronavirus se dieron de
manera vertiginosa a partir de enero de 2020.

A diciembre 31 de 2019 solo ciertos eventos y acciones asociadas habían


tomado lugar, como, por ejemplo, el aviso de urgencia emitido por el
Comité de Salud Municipal de Wuhan en diciembre 30 de 2019 con
respecto al virus.

Sin embargo, aunque los casos fueron reportados a la Organización


Mundial de la Salud –OMS– el 31 de diciembre de 2019, el anuncio del
coronavirus como una emergencia de salud global no se realizó sino
hasta el 31 de enero de 2020 (después de lo cual los Gobiernos nacionales
tomaron medidas). A partir de esta fecha es que podemos registrar que se
dio inicio a la toma de medidas significativas en el mundo entero.

“pronósticos, proyecciones y supuestos asociados utilizados en la


preparación de los estados financieros con corte al 31 de diciembre de
2019 reflejarían poco o ningún cambio como resultado del brote de
coronavirus”
Sobre esta base, los efectos del coronavirus serían, en términos
generales, un “evento no ajustable” (ver los párrafos 10 y 11 de la NIC
10), y, por lo tanto, pronósticos, proyecciones y supuestos asociados
utilizados en la preparación de los estados financieros con corte al 31 de
diciembre de 2019 reflejarían poco o ningún cambio como resultado del
brote de coronavirus.

Para comprender lo anterior es preciso tener clara la definición de hechos


ocurridos después del período sobre el que se informa (ver el párrafo 3
de la NIC 10):

“Los hechos ocurridos después del período sobre el que informa son todos
aquellos eventos, ya sean favorables o desfavorables, que se han
producido entre el final del período sobre el que informa y la fecha de
autorización de los estados financieros para su publicación.

Dos tipos de sucesos pueden identificarse:

 aquellos que proporcionan evidencia de las condiciones que existían


al final del período sobre el que informa (hechos ocurridos después
del período sobre el que se informa que implican ajuste); y
 aquellos que indican condiciones que surgieron después del período
sobre el que se informa (hechos ocurridos después del período sobre
el que se informa que no implican ajuste)”.

Ahora bien, es muy importante que quienes administran la entidad


hayan fijado un cronograma de cierre, de tal manera que se deje el
menor tiempo posible entre la fecha de cierre del ejercicio
(generalmente diciembre 31) y la fecha de aprobación (fecha en la que el
máximo órgano de administración autoriza su divulgación), dependiendo
de la estructura organizacional de la entidad, de los requerimientos
legales y estatutarios y de los procedimientos seguidos para la elaboración
y finalización de los estados financieros.

Según el párrafo 7 de la NIC 10:

“En los hechos ocurridos después del período sobre el que se informa se
incluirán todos los eventos hasta la fecha en que los estados financieros
queden autorizados para su publicación, aunque dichos eventos se
produzcan después del anuncio público del resultado o de otra
información financiera específica”.

Así las cosas, si la fecha de autorización de los estados financieros de


propósito general se dio después de febrero 15 de 2020, los efectos del
coronavirus deberían ser incorporados en la preparación de los estados
financieros correspondientes al año 2019, en la forma en que
explicaremos más adelante.

Los efectos del coronavirus pueden estar muy extendidos y estar


relacionados con muchas industrias; ellos no están limitados solo a
entidades que operan directamente en la industria de viajes y turismo
(por ejemplo, aerolíneas, hoteles, operadores turísticos, etc.).  El
coronavirus puede afectar a entidades de prácticamente todos los
sectores, debido a los siguientes impactos:
 menor demanda de bienes y servicios por parte de los
consumidores debido a la pérdida del poder adquisitivo (ingresos)
y/o restricciones en la capacidad de los consumidores para moverse
libremente;
 falta de inversión en mejoras de capital y construcción, reduciendo
la demanda de muchos bienes y servicios;
 reducción de los precios de mercado de los productos básicos y
activos financieros, incluidos el capital y la deuda de instrumentos; e
 interrupción de las cadenas de suministro mundiales debido a
restricciones impuestas al movimiento de personas y bienes.

Las implicaciones de la información financiera para las entidades pueden


ser igualmente amplias, y los efectos precisos dependerán de los hechos
y circunstancias de cada entidad y, por supuesto, de su entorno. A
medida que transcurre el tiempo y los efectos de la pandemia cambien y
evolucionen, puede ser difícil distinguir qué información, hechos y
circunstancias deben incorporarse en la medición al final del período y qué
debe resultar en la potencial posterior divulgación de eventos.

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