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El Alumno y Lo Pedagogico PDF
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El alumno y la infancia:
A PROPÓSITO DE LO PEDAGÓGICO
Jan Masschelein
Resumen
EL ALUMNO Y LA INFANCIA: A PROPÓSITO DE LO PEDAGÓGICO
Este artículo propone, a partir de algunos textos de Randére, y por medio de una analogía, diferenciar el alumno y la infancia, para
mostrar que un pensamiento educativo de la emancipación aspira a liberarse del alumno. El espacio pedagógico así liberado implica
una nueva forma de ser maestro.
Palabras Clave
Jaques Ranciere, pedagogía, lo pedagógico, alumno, infancia, emancipación, maestro
Jaques Ranciére, pedagogy, the pedagogic, student, childhood, emancipation, teacher
El alumno y la infancia: a propósito
DE LO PEDAGÒGICO
Jan Masschelein*
Traducido por Lucía Estrada Mesa**
palabra «se fecunda por la voluntad del que se pierde y cómo esta perdición no acarrea la
escucha» (107) y porque lo que alguien tiene pérdida del mundo sino que abre al mundo.
que decirnos, «sus expresiones, sólo se ago No es que este viaje vaya de una representa
tan por nuestra contra-traducción» (119). Así, ción a otra. La película nos muestra, de he
el ser de palabra es un ser expuesto a (las pa cho, la aparición de la infancia como poten
labras de) los otros, que nos piden alguna cosa cia y exposición que emprende «una marcha
y nos conducen más allá de nosotros mismos, interminable en la cual el sujeto excede todo
que nos ponen, ya no en una posición de do aquello con lo cual hacía cuerpo inteligible
minio o de independencia (una posición de mente» (152). Y lo que mueve a Irène son las
adulto), sino en una posición de dependen palabras «que el niño habría dicho en el hos
cia indeterminable, de vulnerabilidad irrecu pital, por las cuales, habría dado significado a
perable, en una ex posición (en la infancia). su acto» (145), y que ella no había escuchado,
Naturalmente, el alumno está también en una pero quiere comprender.
situación de dependencia, pero la posición del
alumno no es una ex posición, sino una posi Es con relación a dichas palabras que Ranciére
ción ya bien definida y determinada (o a de nos permite entender que la obra de Rosselini
terminar) por la pedagogía, una posición no es sólo un filme de formación, sino que
deficitaria de no-sapiente o de no competen también nos muestra lo que es la pedagogía.
te. La pedagogía constituye, de hecho, la neu
tralización de la potencia (de la infancia) y la
¿Cómo interpretar, entonces, lo pedagógico? Lo inmunización de la exposición. Comienza con
que se puede entender como lo pedagógico la producción o la aparición de Irène como
puede ser elucidado a partir del fascinante alumna, es decir, como no-sapiente y no cons
comentario que Rancière propone del filme ciente, y entonces, con la imposición del or
de Rosselini: Europa 51. Ese filme nos mues den de la realidad y del saber. Les recuerdo
tra la historia de Iréne, una burguesa adine que son las palabras del niño las que alientan
rada completamente ocupada y absorbida por a Irène en su marcha y las que ponen en acto
su vida mundana, pero que, después del sui a la infancia. Pero no es ella quien las ha escu
cidio de su hijo, se compromete «en un viaje chado sino que es Andrea, un pariente, un
al interior de la miseria y de la caridad, cuyo periodista, el que las escuchó. Es él quien nos
escándalo conducirá a sus parientes a inter permite conocer el trabajo de la pedagogía y
narla» (1990, 140). Rancière nos permite com el que nos ofrece, precisamente, una ilustra
prender dicho filme, en cierto sentido, como ción del maestro explicador y sabio que cons
un filme de formación. En un cierto sentido, tituye lo contrario del maestro ignorante. Este
ya que en la lectura de Rancière ese filme de trabajo de la pedagogía consiste, esencialmen
formación nos cuenta una cosa muy diferen te, en ofrecer un programa, en proponer una
te a lo que se conoce de las antiguas novelas “visita guiada” para llegar al saber (145), un
de formación. De hecho, no se trata, para trayecto a seguir para llegar a una compren
Iréne, de reencontrarse, de ser ella misma o sión de las palabras. Una comprensión que
de tener conciencia y autoconciencia de lo que está ya dada, pero de la cual Irène debe llegar
le está pasando o de lo que le pasó. La obra a ser consciente. Ese trayecto es el del desvela
nos muestra, por el contrario, cómo una mu miento, el de las razones y de las explicacio
jer es conducida más allá de sí misma, cómo nes, el que guía detrás de las palabras a las
cosas que las explican, a las explicaciones de de preguntarse por lo que se va a hacer con lo
por qué el niño se ha matado: «detrás de las que ha sido dicho. «Ahora bien, la cuestión
palabras, hechos que las contradicen; detrás no es develar, es delimitar [...] Trabajo de la
de los hechos, otras palabras que los explican. singularización de síy del otro» (159). El obje
La respuesta a la pregunta ¿qué pasa? siem tivo no es, entonces, la comprensión que le
pre está ya dada» (148). Dichas explicaciones vanta los velos y muestra la realidad que hay
e interpretaciones que determinan los luga detrás. No se trata de una explicación o de
res y los espacios que dan a todo y a cada uno encontrar una respuesta a la pregunta sobre
su lugar y definen sus relaciones, conducen, el por qué. El pensamiento no pregunta lo que
según Rancière, a la perdida de la poencia del es una cosa, o sí ella existe y por qué. Asume
pensamiento. Ellas funcionan como los siste siempre su existencia como adquirida. Pre
mas de descarga de estímulos que captan la gunta por lo que significa que ella exista. Pre
atención y la búsqueda. Inmunizan, en el senti gunta aquello que nos es dicho y cómo res
do literal de una des carga, de una disimula ponder a eso. El pensamiento relaciona y pre
ción u olvido de la carga de dar su respuesta cisa ese (aquel) que viene de otra parte, lo que
(la carga del vacío), de acordarse de sí mismo, pasa, lo que sucede y nos pide respuesta. Esta
de estar implicado existencialmente consigo respuesta implica la inteligencia (la búsque
mismo. da) y reclama la atención. La atención es «el
acto que hace marchar esta inteligencia bajo
Pero, como dice Rancière, Irène no quiere sa el condicionamiento absoluto de una volun
ber nada de explicaciones y de razones. Ella tad» (1987, 45).
quiere saber «¿Qué es lo que él dijo?» y no Pero, entonces, ¿a dónde vamos? Ranciére
«¿Por qué se mató?» (144). Ella toma las pala sugiere, en su comentario de Europa 51, dos
bras, primero, como llamado y no como re respuestas que están unidas. Primero, él nos
presentación. Es a este llamado al cual ella dice que se va «poco a poco hacia lo que se
quiere responder y al cual va a intentar res definirá precisamente como lo próximo» (1990,
ponder. No va a tratar de levantar el velo de 156). Es decir, que la separación del orden de
las cosas, sino de adivinar lo que le ha sido la realidad, que la marcha hacia allí donde ya
dicho. Es esto lo que impulsa su marcha, lo no se sabe dónde estamos, donde estamos
que lleva a Irène en su ruta, aquella ruta en la «fuera del marco», cuando nos hemos con
cual «es la única en buscar y no deja de hacer vertido en «extraños al sistema de los luga
lo» (1987, 58). Se trata, en efecto, de seguir su res», no genera el aislamiento, sino que, de
camino y de ir a ver por sí misma, de volverse hecho, nos abren hacia otros. Y luego, y es
extraña al sistema de los lugares, al sistema de quizás todavía más importante, la marcha con
la realidad y de ir a ver al lado. Pero dicho duce a la «soberanía que hace acto, que deter
camino no está programado y el viaje no tie mina el gesto preciso» (162). Yendo se gana o
ne objetivo, no es un proyecto. El camino no se encuentra la potencia del gesto y de la pa
conduce al saber o al conocimiento. Para po labra justa. Los gestos y las palabras justas son
der seguir su camino se trata de otra cosa: «El aquellos que, cargándose del vacío, aceptan
problema no es saber lo que se hace [...] El la carga del vacío, apaciguan y vuelven aten
problema es pensar en lo que se hace, acor to, es decir, hacen posible que cualquier cosa
darse de sí» (1990, 158), es decir, recordar que (nueva) ocurra, que haya apertura y porve
uno mismo está implicado en lo que hace, y nir.
Siguiendo así algunas indicaciones de Ran- o se abandonaba. Verifica que el trabajo de esta
ciére, se podría retomar un pensamiento de inteligencia se haga con atención, que esta pa
la educación que remite a la etimología y la labra no diga cualquier cosa, para escapar al
comprende como un «conducir hacia afue condicionamiento (51).
ra», como una actividad que se relaciona con
esta «marcha interminable, en la cual el suje El maestro interroga, pero no con el fin de
to excede todo aquello con lo cual hacía cuer instruir, sino con el fin de ser instruido (52).
po inteligiblemente» (152), que se relaciona Pide una palabra, pero no a un no-sapiente,
con un camino sin programa y sin proyecto, sino a otro hombre como ser de palabra. El
pero con una carga. Avanzando un poco más maestro habla a los otros «como a hombres y,
en esta idea, se podría decir que la educación, al mismo tiempo, los hace hombres» (1990,
como relación pedagógica, se hace posible por 169), es decir, que el maestro se pone él mis
la infancia o mejor aún, aparece con la infan mo como ser de palabra y, por consiguiente,
cia como potencia y exposición. se expone, espera la contra-palabra.
Es cuando la infancia se manifiesta como po Por lo demás, como ya hemos visto, para que
tencia y exposición que la posición del maes el maestro llegue al gesto preciso, aquel que
tro se hace posible (puede aparecer) y que se nos vuelve atentos, necesita caminar por sí
abre un espacio pedagógico. El espacio peda mismo. Es por esto que la relación pedagógi
gógico no es, entonces, una infraestructura o ca no puede ser vista ni como una relación
una institución preexistente en la cual el maes jerárquica (como la relación entre sabios y no-
tro y el niño pueden introducirse para pro sabios) , ni como una relación simétrica (como
ducir el aprendizaje. El espacio pedagógico la relación entre sujetos principalmente idén
se abre con la interrupción de la pedagogía y ticos consigo mismo y entre ellos), sino como
de la institución, con la separación del alum una relación de diálogo entre seres de pala
no de sí mismo. Sólo en este espacio el maes bra, una «relación pura de voluntad a volun
tro puede aparecer como aquel que «mantie tad» (1987, 26). Una relación también de ex
ne al investigador en su ruta, aquella en la posición a las palabras de los otros, relación
cual es el único que busca y no deja de hacer de deuda o de carga reciproca, en la que se
lo» (1987, 58), como aquel que no transmite adeuda, de manera cada vez singular, una res
saber, sino que sostiene la voluntad. Y enton puesta, un gesto, una palabra.
ces, el maestro, en cierto sentido, es aquel que
mantiene al hombre en la infancia. Además,
alguien sólo puede ponerse como maestro Referencias bibliográficas
cuando su propia infancia, su propia poten
cia y su propia exposición, se ponen en jue MASSCHELEIN, J. y SIMONS, M. (2003). The
go- strategy of the inclusive éducation apparatus. In
clusive éducation for exclusivepupils (en impren
Según Ranciére, el maestro hace esencialmen ta). [La estrategia de los aparatos de educa
te dos cosas, y aquí hay que recordar lo que ción inclusiva. Educación inclusiva para alum
quieren decir inteligencia y atención: nos exclusivos].
él interroga, pide una palabra, es decir, la ma RANCIÈRE, J. (1987). Le maître ignorant Paris:
nifestación de una inteligencia que se ignoraba Fayard. [El maestro ignorante].
_________ (1998). Aux bords du politique. 2a. ________________ (1990). Un enfant se tue. En:
ed. Paris: La Fabrique. [En los límites de lo Courts voyages au pays du peuple. Paris: Seuil,
político]. PP- 139-171 [Un niño se mata. En: Cortos via
jes al país del pueblo].