Está en la página 1de 1

Barragán: arquitecto y albañil

Frecuentemente oímos decir: El hombre es arquitecto de su propio destino. Una frase remanida,
trillada, pero ¡es cierto! El hombre es el arquitecto de su destino, pero creo que esa frase es
incompleta. El hombre es el arquitecto y es el albañil de su destino. Somos el arquitecto que
planifica, que hace el proyecto de la persona que queremos ser, y somos el albañil que, día a día,
minuto a minuto, coloca los ladrillos en la construcción de esa persona.
¿Cuáles son los ladrillos? Vivimos eligiendo, a cada instante. ¿Lo hago o no lo hago? ¿Lo digo o no
lo digo? ¿Así o de otro modo…? Y en esa ineludible tarea de construirnos, cada vez que elegimos,
que optamos, tomamos el ladrillo elegido y lo colocamos… ¿en qué? En la construcción de nuestra
persona. Estoy absolutamente seguro que vivir es simplemente construirse a sí mismo; y que
tenemos que asumir la responsabilidad de esa construcción y disfrutar la libertad de hacernos.

También podría gustarte