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“El empresario es el que tiene todas las condiciones para serlo”.

“Los forjadores de empresas rara vez son personas de talento excepcional. Casi
todos son individuos que trabajan sin descanso y despiertan en otros el deseo de
imitarlos. Saben exactamente qué persiguen. Son extremadamente disciplinados y
canalizan todas sus energías a fin de dar vida a una entidad muy superior a ellos”.
(Harmon y Jacobs).
Tener todas las condiciones a favor no garantiza el éxito del negocio. Muchas
personas con menos recursos y mejores capacidades y condiciones de trabajo
logran negocios altamente productivos.

1.3. EL SER HUMANO FRENTE A SUS OPCIONES DE TRABAJO

Desde la revolución industrial, las actividades de la población y los valores de la


sociedad han sido modelados básicamente por la capacidad de la sociedad de
crear empleos. En el caso de América Latina, este fenómeno se dio con mayor
intensidad desde la década de los 40, cuando la mayoría de los países inician los
procesos de industrialización y se crean demandas por empleados y obreros para
desempeñar puestos y oficios muy específicos.

Las dificultades asociadas con el empleo han sido permanentes, y los gobiernos
latinoamericanos adoptaron no sólo el papel de medir los índices de desempleo,
sino en muchos casos el papel de solucionadores del problema, creando empleos
burocráticos que originaron déficit fiscal, endeudamiento, inflación, recesión y
sobre todo paradójicamente desempleo.

Esto ha sido causado por los valores culturales generados por los procesos
educativos que han llevado a que los educandos solo tengan en su mente la
expectativa de conseguir empleo.

El final del siglo XX indica a los países desarrollados, y mas a aquellos en vías de
desarrollo, que los estados solos no pueden asumir la responsabilidad del pleno
empleo, que la mayoría de las empresas que los estados crearon para prestar
servicios y crear empleos fueron grandes fracasos económicos y laborales, y que
hoy hay una tendencia muy claramente definida hacia privatización de todas las
empresas.

Hay varios hechos que se deben tener en cuenta, en esta nueva etapa de la
humanidad:

· Hay un crecimiento permanente, en casi todos los países del mundo de los
índices de autoempleo, que claramente confirma la tendencia planteada por
Naisbitt: “Estamos pasando de una sociedad de empleados a una sociedad de
empresarios”.

· En la mayoría de los países latinoamericanos, miles de programas de


reingeniería, reestructuración, reorganización, downsinzing, outsourcing,
adelgazamiento institucional etc. especialmente en el nivel publico, han
producido reducciones significativas del número de empleados. Pero hay que
recordar también que muchas empresas privadas latinoamericanas han
aplicado al mismo proceso.

· Los porcentajes de desempleo en la mayoría de los países latinoamericanos


han venido creciendo. Colombia llego en 1999 al 20% del desempleo y países
como Argentina y Brasil también mostraron altos índices.

· Las capacidades de la economía para generar empleo son diferentes; mientras


estados unidos genero 32,5 millones de empleos en el periodo 1972-1992, la
mayoría privados la unión europea solo creo 7,5 millones distribuidos casi en
partes iguales entre privados y públicos.

· El porcentaje de personas que trabajan en forma parcial presentan también


tendencias crecientes. Se estima que el 3,5% de la fuerza de trabajo de
EE.UU. será temporal y que el 57% hará trabajo a distancia.
Los estados y sus sociedades han llegado al convencimiento de que deben
estimular cada día más la iniciativa privada, y de que todos aquellos que tengan
capacidad de defenderse por sí mismos deben ser entusiasmados y apoyados
para que lo hagan. Cuanto mas sea el numero de ciudadanos autoempleados y
generando empleos para otro, más fácil será para los gobiernos encontrar
soluciones de trabajo para el remanente. La misión básica de los gobiernos, en los
próximos años, debe ser la eliminación de los obstáculos que generalmente han
puesto a las acciones creativas de los grupos empresariales.

Aunque es real, y seguirá existiendo en la sociedades, la opción del empleo,


debemos hacerles entender a la sociedades que el empleo es sólo una de las
formas de trabajo del ser humano; que no siempre el individuo ha sido un
empleado, que el empleo ha sido, es y seguirá siendo escaso; y toda sociedad
tiene que prepararse para el trabajo, pero especialmente para el trabajo productivo
que siempre ha sido y será abundante.

La categoría básica es el trabajo y, por tanto encontrar medios educacionales y


reformas administrativas que caben con la alienación del empleo y se orientan
más a buscar oportunidades de trabajo productivo y menores empleos
burocráticos.

El trabajo tiene varias modalidades según sus objetivos y formas de realización;


algunas son:
· Trabajo independiente (actividad empresarial)
· Trabajo dependiente (actividad laboral o empleado)
· Trabajo voluntario (acción cívica, social etc.)
· El trabajo personal y familiar (trabajo domestico, desarrollo personal,
pasatiempos).
Los latinoamericanos necesitamos revisar la comprensión tradicional que tenemos
del trabajo, percibido en forma negativa, como una carga, como un sufrimiento
derivado del pecado original como algo que debe evitarse y debemos adoptar una
actitud mas positiva, que permita realizarlo en forma más productiva.

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