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Lo mismo podríamos decir acerca de las plantas. Todos repetimos el ciclo de vida de
las plantas "nacen - crecen - se reproducen - mueren", o las partes "raíz - tallo - hojas -
flores - frutos", pero fuera de eso la más de las veces no sabemos
más !!! Desconocemos algunas plantas que bien podrían servirnos al aire
libre , usándolas como jabón, o como compresas en caso de un golpe, o para hacer
alguna infusión si no hubiera medicina en el botiquín.
Evidentemente este artículo de la ley se refiere a todo el medio ambiente. No tendría
que ser común encontrar al borde del lugar donde la patrulla lavó los trastos, restos de
tallarines, trocitos de verduras, cáscaras, etc. Claro, es basura orgánica, pero también
existe lo que se llama "bolsa para la basura".
Cada uno debe asumir el compromiso serio de cuidar el mundo, desde sus pequeñas
experiencias. Porque sino, el daño provocado por la suma de "pequeñas e
insignificantes" acciones se convierte en algo mucho mayor, y a veces irreversible. Ahí
tenemos el agujero de la capa de ozono, o peor aun: el calentamiento global.
El cuidar la naturaleza debería ser algo de todos los días, desde que nos levantamos
hasta el anochecer, en nuestros propios hogares. Cuidar a nuestras mascotas, a
nuestras plantas , cuidar el agua también, no desperdiciarla (revisar las goteras en casa,
evitar los famosos carnavales, no derrochar durante el aseo personal o de los platos....),
separar la basura, reciclar; si es posible, hacer compost para utilizarlo en nuestras
plantas. Mejor: sembrar, sembrar, sembrar.... y no olvidar cuidar lo sembrado!
Es nuestra tarea como guíadoras, primero enseñar con el ejemplo y luego dejar huella
en nuestras niñas y jóvenes.
ARTICULO DECIMO:
Este último articulo de la Ley guia, que hace referencia a la integridad y a la pureza y
que Baden-Poweil agregó con posterioridad a su primer texto original, no aporta en sí
misma nada nuevo a las anteriores puntos.
Sólo tiene por objeto indagar la rectitud de espíritu con que se han aceptado y se
viven todas los otros puntos de la ley. Muchas veces vinculamos la pureza con la vida
sexual y es entendible que así sea porque la pureza se relaciona estrechamente con el
amor; pero el amor, o la falta de amor, y la pureza, o la impureza, no sólo atañen al
sexo.
Algo es puro cuando se encuentra libre de toda mezcla de otra cosa que pudiera
alterar o adulterar su naturaleza. Así la pureza, entendida como rectitud de corazón o
rectitud de conciencia, es lo contrario del interés, del egoísmo, de la codicia, de todo lo
sórdido con que uno pudiera contaminar sus pensamientos o sus actos.
Es impuro lo que hacemos de mala gana o con malas intenciones. Es impuro lo que
envilece, lo que profana, lo que rebaja, lo que corrompe, lo que pervierte el sentido de
lo que pensamos o hacemos. Es impuro decir la verdad sólo cuando nos conviene,
simular la lealtad, utilizar a los otros bajo la apariencia de servirlos, compartir sólo con
aquellos de quienes podemos obtener un provecho, disfrazar la burla con humor,
hacer las cosas por cumplir.
En la vida sexual la pureza no se encuentra en la ausencia de deseo -eso sería más bien
una enfermedad- ni en la ignorancia o en la candidez. El mal no es amarse, es amarse
sólo a sí mismo, amar al otro como si fuera un objeto, desear gozarlo en vez de
amarlo, gozarlo en lugar de regocijarse, gozarlo como quien goza una carne o un vino,
poseerlo, consumirlo. La impureza no es un exceso de amor, sino una escasez de amor.
La pureza es amar al otro verdaderamente, como sujeto, como persona, respetarlo,
defenderlo, aun contra nuestro propio deseo. Amor que da y protege, amor de
amistad, amor de benevolencia, amor de caridad, amor puro.
Por eso esta última propuesta de la Ley Guia invita a plantearse constantemente
cuánta integridad hay en nuestra alma, en lo que pensamos, en lo que decimos y en lo
que hacemos. No es una prescripción externa de comportamiento aparente ni mucho
menos una prohibición de decir malas palabras, sino que en todos los contextos en los
que nos movemos, lo tengamos en cuenta, recordando que siempre somos Guías, no
solo con el uniforme y mucho más si nuestras niñas y jóvenes nos miran y admiran.
Sobre todo en las redes. No sos anónima cuando estas en línea, siempre dejamos un
rastro, que no es malo, si la información sobre ti es positiva y no revela ninguna
información privada. Cualquier cosa que vos publicas sobre vos, se agrega a tu huella
digital.
Por ejemplo si subimos a las redes fotos sensuales, en fiestas u otras… dentro de unos
años: es lo que querés que vean las familias de tus guías… o tu nuevo empleador
cuando busquen tu nombre en línea?
En estos tiempos en que tanto en las redes como en la vida diaria abunda en el
lenguaje juvenil y adulto muchas veces groserías, vulgaridad… Por qué tenemos que
ser iguales que al resto?
Creo que BP pensó en hacer de las Guías algo diferente, jóvenes y adultas que se
distingan por sus actitudes. Esto incluye la presencia, la disposición de servicio y
también las maneras de expresarse.
Si somo guías, tenemos que pensar, hablar y comportarnois como guías, no podemos
ser contradictorias con nosotras mismas, ni en las reuniones con guías, ni en los
campamentos, ni mucho menos en nuestra vida diaria.
Será una utopía? Creo que si BP no hubiera soñado con este movimiento, no podría
soñar con esto, Se que es difícil cumplirlo… pero para una Guia Scout, según BP: NO
HAY NADA IMPOSIBLE!!
6. El Scout ama y defiende a la vida y a la naturaleza
ARTICULO DECIMO:
LA GUIA ES PURA DE PENSAMIENTO, PALABRAS Y OBRAS
sta última proposición de la Ley Scout, que se refiere a la integridad y a la pureza y que
Baden-Poweil agregó con posterioridad a su primer texto original, no aporta en sí
misma nada nuevo a las anteriores. Sólo tiene por objeto escrutar la rectitud de
espíritu con que se han aceptado y se viven todas las otras propuestas. Generalmente
vinculamos la pureza con la vida sexual y es entendible que así sea porque la pureza se
relaciona estrechamente con el amor; pero el amor, o la falta de amor, y la pureza, o la
impureza, no sólo atañen al sexo.
Algo es puro cuando se encuentra libre de toda mezcla de otra cosa que pudiera
alterar o adulterar su naturaleza. Así la pureza, entendida como rectitud de corazón o
rectitud de conciencia, es lo contrario del interés, del egoísmo, de la codicia, de todo lo
sórdido con que uno pudiera contaminar sus pensamientos o sus actos.
Es impuro lo que hacemos de mala gana o con malas intenciones. Es impuro lo que
envilece, lo que profana, lo que rebaja, lo que corrompe, lo que pervierte el sentido de
lo que pensamos o hacemos. Es impuro decir la verdad sólo cuando nos conviene,
simular la lealtad, utilizar a los otros bajo la apariencia de servirlos, compartir sólo con
aquellos de quienes podemos obtener un provecho, disfrazar la burla con humor,
hacer las cosas por cumplir.
En la vida sexual la pureza no se encuentra en la ausencia de deseo -eso sería más bien
una enfermedad- ni en la ignorancia o en la candidez. El mal no es amarse, es amarse
sólo a sí mismo, amar al otro como si fuera un objeto, desear gozarlo en vez de
amarlo, gozarlo en lugar de regocijarse, gozarlo como quien goza una carne o un vino,
poseerlo, consumirlo. La impureza no es un exceso de amor, sino una escasez de amor.
La pureza es amar al otro verdaderamente, como sujeto, como persona, respetarlo,
defenderlo, aun contra nuestro propio deseo. Amor que da y protege, amor de
amistad, amor de benevolencia, amor de caridad, amor puro.
Por eso esta última propuesta de la Ley Scout invita a escrutarse, a plantearse
constantemente cuánta integridad hay en nuestra alma, en lo que pensamos, en lo que
decimos y en lo que hacemos. No es una prescripción externa de comportamiento
aparente ni mucho menos una prohibición de decir malas palabras. Es una pregunta
lacerante que nos confronta con el sentido profundo de nuestro compromiso: “los
valores que viven en nosotros ¿son lo que son?”.
Ver menos
EL ÚLTIMO MENSAJE DE B.P A LOS SCOUTS
"He tenido una vida muy dichosa y deseo que ustedes también tengan una vida
dichosa.
Tengo para mí que Dios nos ha puesto en este mundo encantador, para que seamos
felices y gocemos de la vida.
Pero la felicidad no proviene de la riqueza, ni de tener éxito en la carrera simplemente,
ni dándose un gusto a sí mismo; un paso hacia la felicidad es hacerse uno sano y
fuerte cuando niño, para poder ser útil, y así gozar de la vida cuando se es hombre.
Vuestro Amigo,
Baden Powell of Gilwell. (B.P)
Ver meno
10. El Scout es puro de pensamiento, palabra y obra.
Y bien: he aquí un artículo de la Ley que muchos saben de memoria,
pero al cual pocos le hacen caso. Basta con presenciar una fogata
"dizque" Scout, donde muchos de los sketchs presentados son de doble
sentido, así como nuevas canciones "scouts", todas con vulgaridades en
su letra. Esto no sólo demuestra suciedad en el interior de quienes
disfrutan presentando tales números, sino también su pobreza creativa:
no pueden inventar algo que cautive a la audiencia y que a la vez no
caiga en lo vulgar.
Ciertamente la jerga que abunda en el lenguaje juvenil, también incluye
groserías. ¿Pero por qué tenemos que ser iguales al resto del rebaño?
Creo que B-P pensó en hacer de los Scouts algo diferente, jóvenes que
se distingan por sus actitudes. Esto incluye la presencia, la disposición
de servicio, y también las maneras de expresarse.
Ser puros de pensamiento, palabra.... y también de obra! Esto lo podría
resumir en un concepto: ser coherentes. Si somos Scouts, tenemos que
pensar, hablar y portarnos como Scouts. No podemos ser contradictorios
con nosotros mismos. Ni en las reuniones scouts, ni en los
campamentos, ni mucho menos en nuestra vida diaria.
¿Será una utopía? Creo que si Baden-Powell no hubiera soñado con los
scouts, no podría estar escribiendo esto. Sé que es difícil cumplirlo....
pero para el Scout - según el mismo B-P : NO HAY NADA IMPOSIBLE !