Raquis es un concepto que deriva del griego y que, en el ámbito de
la anatomía, se utiliza como sinónimo de columna vertebral. El raquis, en este sentido, es la estructura formada por huesos, cartílagos y fibras que se encuentra en la línea media de los seres vertebrados. En el caso del ser humano, el raquis se extiende desde la cabeza hasta la pelvis, permitiendo que el individuo se mantenga de pie y pueda realizar diversos movimientos. El raquis tiene treinta y tres vértebras que se articulan entre sí y se extienden a lo largo de unos 75 centímetros en el cuerpo de un adulto. En concreto todas esas vértebras se distribuyen a partir de las distintas zonas o curvaturas en las que se divide el raquis o columna: -Curvatura cervical, compuesta por siete vértebras cervicales. -Curvatura dorsal, en la que se encuentran doce vértebras dorsales. -Curvatura lumbar, donde se hallan las vértebras lumbares. -Curvatura sacra, que se identifica porque no cuenta con movilidad.
Conservar el centro de gravedad, proteger la médula espinal y brindar
soporte al esqueleto son las principales funciones del raquis. Los daños en la columna vertebral, por lo tanto, pueden tener consecuencias muy graves, ya que esta estructura cumple un rol muy importante en el organismo. Diversas son las enfermedades y problemas que afectan a la columna vertebral. No obstante, entre las más frecuentes se pueden destacar estas dos: -Escoliosis, que consiste en una desviación lateral del raquis y que puede corregirse si se descubre a tiempo. -Hiperlordosis lumbar. Bajo este nombre complejo se encuentra un aumento considerable de lo que es la curvatura lumbar. Cuando aparece en la infancia, es fruto de que que los niños puedan adoptar posturas incorrectas. Y eso ocurre también en los adultos, aunque en este caso puede deberse también a otras situaciones, tales como uso excesivo de tacones, traumatismos de algún tipo, sobreesfuerzos…