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De modo que las Santas Escrituras hacen posible que los cristianos
verdaderos eviten los pecados que le son tan comunes a este mundo,
pecados que prevalecen a tal grado que apenas causan un murmullo de
indignación. Hablando acerca de la condición moral de la cristiandad, la
revista Pageant de agosto de 1957 preguntó: “¿Hemos revocado el 7.o
Mandamiento?” Contestó: “De los pecados que cometemos probablemente
el que recibe más amplia consideración es el adulterio. . . . Fué prohibido en
los mandamientos dados a Moisés hace mas de 3,000 años. Y no obstante,
el adulterio parece practicarse tan extensamente como debe de haberse
practicado en los días orgiásticos de antes del Diluvio. Ciertamente, en los
Estados Unidos hoy en día es un secreto abierto el que el adulterio existe
extensamente. . . . Sin embargo, la iglesia no puede frenarlo, la ley rara vez
trata de impedirlo.”
Los que andan en la luz que proviene de Dios también pueden saber qué
posición deberían tomar los cristianos respecto a toda clase de teorías,
filosofías, tradiciones y doctrinas. Mucha falsedad se disfraza de verdad hoy
en día. “El tonto ilustrado”, dijo Benjamín Franklin en una ocasión, “escribe
su insensatez en mejor lenguaje que el del indocto; pero siempre es
insensatez.” La Palabra de Dios es una luz porque nos ayuda a reconocer la
insensatez por lo que es, aunque esté revestida de prendas de
respetabilidad y popularidad. Amonesta la Biblia: “Cuídense: quizás haya
alguien que se los lleve como su presa por medio de la filosofía y el engaño
vacío según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del
mundo y no según Cristo.” Los principios iluminadores que la Biblia
contiene hacen posible que aun los inexpertos reconozcan la sabiduría falsa.
El salmista dijo acerca de las palabras de Jehová: “La misma revelación de
tus palabras da luz haciendo que los inexpertos entiendan ”—Col 2:8; Sal
tus palabras da luz, haciendo que los inexpertos entiendan. Col. 2:8; Sal.
119:130.
¡Qué buena razón hay, entonces, para andar en la luz que proviene de Dios!
Sin la luz procedente de Dios ninguna persona puede conseguir la vida
eterna. De modo que ande en esta luz que Dios ha provisto. Sea ésta su luz
de continuo. Luego ayude a otros en este mundo oscuro a alumbrar el
camino en que deberían andar sus pies. Ayude a otros a andar en la luz que
proviene de Dios y a entrar en la calzada que hay que tomar para alcanzar el
destino de la vida eterna en el nuevo mundo de Dios.