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DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL
CARNE 200740566
HUEHUETENANGO 17 DE JULIO DE 2020
b) Por otro lado, se presenta el sistema concentrado del modelo europeo que
centraliza el ejercicio del control de constitucionalidad en un único órgano, que no
forma parte del Poder Judicial, está fuera de su estructura normativa y se
denomina Tribunal Constitucional. c) Pero, aparece, además, en América un tercer
modelo, que instala dentro del Poder Judicial a jueces especializados que,
actuando como sala dentro del Tribunal Supremo, como corte independiente, o
aun situando en el máximo órgano de justicia nacional la función de controlar la
constitucionalidad, decide que sea un único organismo el que tenga la palabra fi
nal sobre la interpretación constitucional, aun permitiendo el control difuso de los
jueces comunes. La otra diferencia sustancial entre ambos sistemas se refiere a
los efectos de las decisiones. En principio: a) las decisiones de los tribunales
constitucionales tienen efectos erga omnes (y en muchos casos la ley declarada
inconstitucional queda derogada, actuando el tribunal como un legislador
negativo), b) Las decisiones de los jueces en el sistema difuso sólo tienen efectos
inter partes, aunque pueden llegar a constituir un precedente con fuerza diversa
según el caso.
Las diferencias entre los dos modelos institucionales se deben a las distintas
circunstancias históricas y a las diferentes filosofías políticas que imperaron en los
Estados Unidos y en Europa en los momentos en que éstos fueron diseñados, que
evidenciaban una distinta organización del Estado, y, muy especialmente, un
distinto órgano en quien depositar la confianza desconfianza. En los Estados
Unidos, existía desconfianza en el Parlamento opresor, que había dictado las
leyes con que eran sojuzgados antes de la independencia. De ahí que la confianza
se depositó en los jueces. La gran confianza que existía en los jueces llevó a
atribuirles el poder de ejercer el control de constitucionalidad como medio para
mantener la supremacía de la Constitución. La revisión judicial surgió por la
necesidad de limitar el poder de las legislaturas que sólo representaban los
intereses de “las mayorías circunstanciales, irracionales y apasionadas”, en
perjuicio de las minorías.
La Constitución de 1965 incorporó un sistema mixto. Por una parte, contempló una
declaratoria de inconstitucionalidad en casos concretos, en la tradición del control
judicial difuso. Y, por otra parte, introdujo por primera vez una declaratoria de
inconstitucionalidad con efectos generales y derogatorios, en una nueva
experiencia de control concentrado en vía principal.
El segundo párrafo del artículo 246 recogió el principio tradicional que viene de la
reforma de 1921, como un control difuso, incidental, de alcance particular y con
efectos declarativos. Ordenaba la disposición constitucional, que, en casos
concretos, en cualquier instancia y en casación antes de dictar sentencia, las
partes podrán plantear la inconstitucionalidad total o parcial de una ley, y el
tribunal deberá pronunciarse al respecto. Si declaraba la inconstitucionalidad, la
sentencia se limitaba a establecer que el precepto legal era inaplicable al caso
planteado, y sería trascrito al Congreso.
En una nueva experiencia, junto al sistema anterior, en el capítulo V, título III,
artículos 262 y 265, recogió por primera vez en nuestra historia constitucional un
nuevo sistema: concentrado, principal, de alcance general y efectos
semiconstitutivos. La declaratoria de inconstitucionalidad se pedía
ante un órgano autónomo de examen constitucional: la Corte de
Constitucionalidad. No era un tribunal permanente, sino que se integraba cuando
se hacía valer una acción de inconformidad con lo indicado en el artículo 262
constitucional y el 105 de la ley reglamentaria. Eran doce sus magistrados,
todos miembros del Organismo Judicial. Su presidente era el de la Corte Suprema;
cuatro eran designados por la Corte Suprema de Justicia, y los demás, por sorteo
global, que practicaba la Corte Suprema entre los magistrados de la Corte de
Apelaciones y del Tribunal de lo Contencioso Administrativo.